Canción llévame lejos…. Crítica de “La Sequía” de Martín Jauregui. Fran es una actriz famosa. Una noche, en una fiesta del jet set local Fran descubre que su pareja y manager, además de abusar de ella económicamente, la engaña. Fran escapa de la ciudad al desierto para transitar su propia “sequía”. En ese viaje de 72 horas y en soledad se deberá enfrentar a la pregunta: ¿Qué camino deseo tomar? Por Bruno Calabrese. “Canción llevame lejos, donde nadie se acuerde de mi… quiero ser el murmullo de una ciudad que no sepa quien soy” reza Dárgelos en El Colmo de Babasónicos. Con la misma premisa, Martín Jauregui nos trae su opera prima “La Sequía”, protagonizada por Emilia Attias. Una mujer que quiere terminar con su vida anterior y se larga al desierto, en Fiambalá, Catamarca. Ella es una estrella de la tele que aparentemente tiene todo, pero descubre que fue estafada económica y moralmente. Que confió en quien no debía. Que lo que consiguió y deseo toda su vida no la hace feliz y le repugna. La particularidad de la película es que fue filmada utilizando la energía proveniente de paneles solares y minimizando el impacto ambiental de rodaje sobre el medio. Siguiendo a Fran (Emilia Attias), quien se interna en soledad por el desierto, bajo el sol abrasador, con su vestido de fiesta metalizado, su maquillaje, su cartera y sus sandalias de tacón. Abandona repentinamente una vida llena de frivolidad, con fiestas alrededor de celebridades locales al enterarse de que su pareja y manager no solo se aprovecha de ella económicamente sino que también la engaña. Voces fugaces retumban en la cabeza de Fran, que sirven para entender las razones de su huida. En las mismas se escuchan discusiones que dan cuenta del conflicto. Durante tres días, Fran atraviesa lugares donde es poco reconocida, logrando que ella se sumerja en un viaje interior, donde se conocerá, con la voz de una productora (Adriana Salonia), frívola, como un espectro que la sigue a todos lados marcándole sus obligaciones, sus compromisos asumidos. Audios difusos nos marcan los dramas vividos por Fran en su vida: se escuchan discusiones, traiciones y presiones laborales que son consecuencia de la fama y éxito que a Fran le exigía cada vez más, apartándola de su propio ser. “La Sequía” es un viaje de reencuentro, hacia un lugar inhóspito, un canto poético por los hermosos paisajes del desierto catamarqueño. Puntaje: 70/100. Share this... Share on FacebookTweet about this on Twitter Cine, Critica, Estrenos Editar "Canción llévame lejos…. Crítica de “La Sequía” de Martín Jauregui."
Una Historia de Autoayuda y Redención. Crítica de “Un Hombre en Apuros” de Hervé Mimran. Alain es un respetado hombre de negocios y un brillante orador. En su vida, no hay lugar para el ocio o la familia. Un día, sufre un derrame cerebral que frena su brillante carrera profesional y le causa problemas profundos en el habla y la memoria. Por Bruno Calabrese. Basado en las memorias del ex director de Peugeot, Christian Streiff, la película sigue a Alain (Luchini) mientras se prepara para lanzar un nuevo automóvil eléctrico de lujo en una convención de automóviles en Ginebra. Pero aproximadamente un mes antes de que eso suceda, Alain se despierta una mañana con un entumecimiento en su brazo derecho, después de lo cual se desmaya. Un poco más tarde, cuando se desmaya por segunda vez, en ese momento su chofer lo lleva al hospital y nos enteramos de que ha sufrido dos accidentes cerebrovasculares importantes. Por ese derrame cerebral, que pone en peligro su vida, pierde la capacidad de hablar y termina despedido del trabajo de sus sueños. Su esposa murió unos años antes, probablemente por cáncer. Alejado de su hija, que lo admira pero desprecia a su padre ausente. Aunque en un principio la premisa de la película puede no sonar divertido, el largometraje del escritor y director Herve Mimram es divertido, sobre todo gracias al papel principal de la estrella Fabrice Luchini. La película funciona en la primera mitad, cuando representa las dificultades cotidianas a las que se enfrenta una víctima de un derrame cerebral. Pero termina transformándose en un manual de autoayuda plagado de situaciones ya vista en otras películas, de manera más realista, como por ejemplo en “La Escafadra y la Mariposa”. “Un hombre en apuros” pierde intensidad durante su segunda mitad, cuando la trama familiar aparece en escena. Cuando Alain se recupera, se dirige hacia la redención personal, especialmente a los ojos de la hija (Rebecca Marder) que descuidó durante tanto tiempo. Una trama secundaria que involucra la historia de fondo del terapeuta (fue adoptada y está buscando a su verdadera madre) la cual parece bastante predecible. Igualmente, el sello indeleble de Luchini sigue no se desdibuja convirtiendo a Alain en un personaje divertido y emocional que logra que la película no decaiga. Puntaje: 60/100.
Una Mirada Distinta sobre las Adicciones. Crítica de “Baldío” de Inés de Oliveira Cézar..InicioEstrenosUna Mirada Distinta sobre las Adicciones. Crítica de “Baldío” de Inés de Oliveira Cézar.. 22 agosto, 2019 Bruno Calabrese Brisa protagoniza una película en rodaje mientras atiende las emergencias de su hijo, adicto a las drogas; La cámara sigue su proceso. El choque entre el cine y la calle, el amor y el miedo, el trabajo y el reconocimiento se traducen en una experiencia inclasificable. Por Bruno Calabrese. Basada en una historia real, “Baldío” es una conmovedora película demasiada poderosa para resistir. En su última película, la entrañable Mónica Galán, demuestra su habilidad para desempeñarse en el drama, pero también en la comedia (a pesar de tratar sobre adicciones tiene algunas escenas cómicas). La actriz conmueve encarnando a Brisa, una reconocida actriz que intenta hacer frente a la adicción al paco de su hijo mayor de edad, (Nicolás Mateo), mientras filma con un reconocido director italiano. Junto a Brisa se encuentra el padre del joven, interpretado por Gabriel Corrado, con quien habían acordado no brindarle más ayuda a su hijo pero el siempre vuelve a la casa de ella rogando ayuda. El padre se mantiene firme en lo pactado, por el bien del adicto, pero detrás de esa excusa se percibe el interés es por no hacerse cargo de la situación por su bien. La madre no puede hacer lo mismo, no lo siente y acude siempre al rescate de su hijo, a pesar de las constantes mentiras de este. El año pasado vimos dos dramas que tocaban el tema de la adicción desde la perspectiva del dolor que provoca en la familia: “Beautiful Boy” y “Ben is Back”, protagonizadas por Steve Carrell y Julia Roberts, respectivamente. Desde la óptica del padre en la primera y de la madre en la segunda, en ambas el drama está anclado en hijos de padres separados pero que han podido rearmar una familia al lado de otra persona. En este caso, Brisa está en la misma situación, separada pero ya es una mujer mayor que dedicó su vida a su profesión, la de actriz. Así como en los films norteamericanos la adicción de los hijos produce fricciones con las parejas actuales, a Brisa se le presentan dentro del set de filmación, en este caso con situaciones tensas e incómodas pero con un toque de comedia que descomprime lo dramático. La estética de film noir le da un toque distinto que descoloca teniendo en cuenta la temática que toca pero desestructura y nos permite ver la situación con una óptica distinta, bien al estilo del cine negro (Sin ir más lejos Brisa aparece en muchas escenas con una peluca rubia y sobretodo, a lo femme fatale). En equipo con Nicolás Mateo, Mónica Galán recorre una gama de emociones que nos recuerda lo gran actriz que era. Acompañada por una estética llamativa,”Baldío” termina convirtiéndose en una mirada penetrante de cómo la adicción destruye vidas de ambos lados de la ecuación madre-hijo. Puntaje: 80/100.
Tributo al Séptimo Arte. Crítica de “Había una Vez en Hollywood” de Quentin Tarantino.InicioEstrenosTributo al Séptimo Arte. Crítica de “Había una Vez en Hollywood” de Quentin Tarantino. 21 agosto, 2019 Bruno Calabrese Un actor de televisión y su doble de riesgo, se embarcan en la odisea de convertirse en estrellas de la industria cinematográfica, en la misma época de los asesinatos de Charles Manson en 1969, en la ciudad de Los Ángeles. Por Bruno Calabrese. Cuesta mucho ser objetivo con Tarantino, cuando uno recorre su filmografía y vuelve a ver sus películas, no puede más que esperar con ansias ver su próximo proyecto. El universo del cineasta tiene un vasto recorrido por todos los géneros, desde el bélico hasta el western, historias de mafiosos y pandillas, venganza y slasher. Un repertorio variado y para todos los gustos de una mente maestra que hace que cada vez que estrene vayamos con la expectativa por las nubes y la exigencia aumente. Muchas veces, cuando las expectativas están arriba uno sale insatisfecho o con una sensación de poco, pero en el caso de Tarantino esas expectativas son cumplidas casi siempre, dejándonos con ganas de que eso que estamos viendo no termine más. Lo mismo vuelve a pasar en su novena película, “Once upon a time… in Hollywood”: esta cinta nos presenta la historia de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) una estrella en el ocaso de su carrera televisiva y que busca hacerse de un nombre como protagonista en el cine, y su peculiar amistad con Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de acción. A la vez que nos cuenta y de alguna forma que no puedo mencionar del todo, como Sharon Tate (Margot Robbie) y su trágica historia con la familia Manson, se cruza con este dúo de inadaptados Hollywoodenses. El guion de Tarantino es una joya en toda la extensión de la palabra. Al igual que “Inglorious Bastards”, el director toma un hecho histórico y lo reinventa, generando en el espectador la tensión necesaria para lo que va a ser el momento final, el crimen de Sharon Tate por parte del Clan Manson. Quentin juega con eso y construye el suspenso a partir de nuestro conocimiento sobre el tema. De esta manera se evita tener que presentar a los siniestros personajes que formaban parte de la secta, o mostrar el sadismo con el cual asesinaban a sus víctimas. Este elemento sirve para imprimirnos terror en una de las mejores escenas, cuando Cliff concurre al Rancho Spahn, donde se hospeda el clan, una suerte de mini película de terror al puro estilo “La Masacre de Texas” del año 1974. La ambigüedad que produce en nosotros los tiernos hippies en esa escena es lograda gracias a lo que uno sabe sobre “La Familia”, y esa es la clave sobre lo que se apoya el director para trasladarnos a esa momento y provocarnos miedo. Todo ese tiempo ahorrado en la presentación de los personajes el director lo utiliza para rendir homenajes al cine, de todos los tiempos, ya sea el western como el bélico y el cine de terror, así como también a grandes series de finales de los sesenta como “Mannix” y muchas más que no vale decir para no arruinar el efecto sorpresa. Por el lado de las actuaciones, cada personaje tiene su razón de ser. Incluso los cameos inesperados de sus actores fetiche, así como la nueva generación, con la incorporación de la hija de Uma Thurman, Maya Ray y de Sarah Margaret Qualley (brillante en ese juego de seducción permanente con Cliff). Todo junto logra hacer que todas las piezas funcionen como un reloj mecánico, haciendo destacar a los personajes de DiCaprio y Brad Pitt, los más entrañables de su carrera. Pero nada de eso sería posible de no ser por la mano mágica de Tarantino, este deja que la cinta se tome su tiempo y que, de forma inesperada, nos mantenga atentos a una trama en la que parece que no sucede nada, al contrario, es como si hiciera un tratamiento ensayístico sobre sus personajes y su contexto, un Hollywood nostálgico y mágico, que culmina en un suceso muy oscuro y que aquí el cineasta nos ofrece un final violento que puede resultar polémico para quien conoce los hechos pero que se ajusta al discurso imperante en todo el film, “Vamos a darle a Hollywood lo que Hollywood quiere”. La música es otra de las estrellas en esta película, siendo probablemente uno de los mejores soundtrack en la carrera de Quentin, presentada de manera muy natural, a través de una emisión radial refleja justo un salto al pasado donde la radio, el cine y la televisión eran los reyes de la cultura pop. Como dijo Brad Pitt: “Erase una vez en… Hollywood” es una carta de amor a una industria que amamos, odiamos y adoramos. Y a una ciudad que amamos, odiamos y adoramos”. Una joya para ser analizada y revisionada una y mil veces, como todas las películas de Tarantino, el genio que logra plasmar en la pantalla el tremendo bagaje cinéfilo que ronda en su cabeza. ¿Es la mejor de su carrera? A primera vista es difícil saberlo, sus films merecen una relectura o ver varias veces para darnos cuenta. Lo que si podemos saber es que es una de las mejores películas del año y candidata firme para los premios Óscar. Puntaje: 100/100.
8-5588 JavierErlij@gmail.com.ar facebook twitter Youtube Cine y Teatro Argentino Hoy MenuCineSeriesTeatroMúsicaCriticaEntrevistasDocumentalesFestivalesAcerca de nosotros Barajar y dar de nuevo. Crítica de “La Afinadora de Árboles” de Natalia Smirnoff.InicioEstrenosBarajar y dar de nuevo. Crítica de “La Afinadora de Árboles” de Natalia Smirnoff. 21 agosto, 2019 Bruno Calabrese Luego de recibir el premio más importante de literatura infantil, Clara necesita mudarse al campo con su familia, en busca de paz, cerca del lugar donde nació. Ahí se reencuentra con su viejo novio Ariel y su hermano Carlos, ambos amigos de la infancia. Un replanteo de su vida y de sí misma le resultan inevitables. No todo puede sobrevivir. Por Bruno Calabrese. Varias películas han retratado de manera precisa crisis creativas de un escritor. En todas ellas siempre se ha planteado la temática como una ficción, donde uno no sabe si lo que sucede es real o es producto de la mente del escritor. Pero pocas veces hemos visto desde el lado humano, desde la rutina de la vida del escritor triunfador, en su momento de mayor éxito profesional pero más atento a los requerimientos de editoriales que al goce propio de su actividad. Clara (Paola Barrientos) es una dibujante y autora que hace años viene publicando sus libros para chicos con ascendente repercusión. Este año es elegida para recibir el premio internacional más importante de literatura infantil. Esto provoca un cambio sustancial en demanda de tiempo y compromisos externos, además del interés de una importante editorial a nivel mundial para editar su próximo libro. De manera muy precisa y gracias a la gran labor de Paola Barrientos, Natalia Smirnoff nos sumerge en un viaje interior de transformación. Todo comienza cuando Clara se muda con su pareja, Francisco (Marcelo Subiotto) y sus dos hijos, a una casa en el campo, en el barrio donde ella se crió. Allí ella se reencontrará con un viejo novio (Diego Cremonesi) y su hermano Ariel (Matías Scarvaci) que lo removerá con su pasado lleno de deseos e ilusiones de la niñez y adolescencia. Pero todo tiene un principio y desde el primer plano, cuando encontramos a Clara sentada en el baño, con una copa de vino en mano vemos que algo no está funcionando en su vida. Algo que confirmaremos en una suerte de agasajo donde las imposturas de todo el entorno la desestructuran aún más. Al mudarse al campo y reencontrarse en la soledad con el pretexto de desconectarse para recuperar la inspiración y cumplir con las demandas comerciales, comenzará el alboroto con sus hijos y su pareja. La película fluye a la par de su protagonista, una Paola Barrientos magnìfica, cargando sobre sus espalda el drama personal de Clara en un papel difícil y arriesgado. Un personaje creíble, incluso en los momentos donde se encarga de dibujar las hermosas caricaturas que ilustran los libros, con tanta naturalidad. Secundada por personajes secundarios precisos, que intervienen de manera justa y en situaciones específicas para conducir a Clara hacía el camino que la llevará a encontrarse con sus deseos y motivaciones. “La Afinadora de Árboles” es el relato de una crisis que traspasa las barreras del arte y nos muestra la importancia del vínculo social en el camino de encontrar el goce y la creatividad. Puntaje: 80/100.
Crítica de “Pasco: Avanzar Más Allá de la Muerte” de Martín Sabio y Patricia Miriam Un documental sobre el secuestro, tortura y fusilamiento de ocho militantes populares de Lomas de Zamora en la denominada “Masacre de Pasco”. Por Bruno Calabrese. Realizado por Martín Sabio y Patricia Miriam Rodríguez, con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y junto a estudiantes de la escuela Media n°15 de San José, en Temperley. El proyecto audiovisual pone en primera persona los relatos de familiares y sobrevivientes de la tragedia ocurrida el 21 de septiembre de 1975. Hace 44 años, la Triple A secuestró, torturó y asesinó a ocho militantes populares del barrio San José de Temperley, en lo que puede considerase un terrorífico episodio y ensayo que preanuncia el llamado Terrorismo de Estado. Los objetivos de esta organización parapolicial fue desarmar la organización territorial, paralizando y desacreditando la participación a través del miedo, y golpeando fuertemente un espacio del peronismo revolucionario que había logrado una importante legitimación a nivel institucional en Lomas de Zamora. La masacre de Pasco es otra triste página de la historia política argentina, que encuentra en esta experiencia el mismo pedido de justicia y no olvido. Los estudiantes usan este trabajo de investigación como una herramienta para reconstruir el pasado, pero más precisamente la reivindicación de la lucha que tras el embate del terrorismo de estado arrojara como resultado un tendal de muertes y violencia. A partir de la investigación por parte de los jóvenes de la palabra “mito urbano” comienza una espacio que sirve para reflexionar sobre los mecanismos de memoria y negación cuando aún persiste el miedo. Pero los tiempos cambiaron y el recuerdo de aquellos que brindan sus testimonios a cámara en contacto con los estudiantes, obliga a estos a acercarse a la historia de una Argentina llena de odios, una etapa oscura. La película funciona como un relato en primera persona de un pasado que no tiene que volver y al que le debemos pedir justicia por parte de las instituciones. Puntaje: 65/100
Una femme fattale en plena Guerra Fría. Critica de “Anna” de Luc Besson Bajo la hipnotizante belleza de Anna Poliatova (Sasha Luss) se esconde un secreto que la lleva a poder desatar una imparable agilidad y fuerza, convirtiéndose así en una de las asesinas a sueldo más temidas por los gobiernos de todo el planeta. Por Bruno Calabrese. Retomando la temática de una mujer que vive en un infierno, llenos de maltratos y abusos por parte otros (en este caso, su pareja), Luc Besson nos trae su nueva película, “Anna”. La historia gira en torno a una joven bella y luchadora es obligada a convertirse en una asesina de clase mundial, y se encuentra añorando su libertad mientras despacha a sus objetivos. Al igual que el clásico del director francés “La Femme Nikita”, donde demostró que los franceses podrían superar a Hollywood en la realización de películas de acción, acá nos encotramos con un producto de similares características, aunque no tan elegante y apasionante como “Nikita”. Primero conocemos a nuestra heroína Anna (Sasha Luss) cuando un explorador de una agencia de modelos de París se acerca a ella en un mercado de Moscú. Ingresa rápidamente al mundo de la alta costura, y no es hasta que mata a un traficante de armas que la corteja que la película se duplica, revelando el reclutamiento previo de Anna por la KGB. Esa no es la historia completa tampoco: una y otra vez, la película sigue un camino narrativo, luego salta hacia atrás cuando cada giro revela un nuevo hilo oculto. Besson mantiene la historia y la acción mientras se desliza hábilmente en detalles menores que resultan cruciales más adelante. El hilo argumental es similar a “Atomic” protagonizada por Charlize Therón, ambientada en plena guerra fría. Aunque aquella se volcaba decididamente a la acción el film es un compendio de traiciones y espionaje de similares características. Incluso cuando entra en juego el amor en la vida de Anna, sin distinción de género. La chica enamorada de Anna es una francesa débil y tonta, mientras que los hombres, agentes de la KGB y de la CIA, son rudos y fuertes (¿metáfora sobre la posición francesa en la Guerra Fría?). Luke Evans (“Drácula: la historia jamás contada”) interpreta a Alex Tchencov, el agente de la KGB que la rescata del infierno, la entrena y la convierte en espía, mientras que Cillian Murphy (“Peaky Blinders” y “”28 Days Later”) encarna a Lenny Miller, el agente de la CIA. Aunque ambos cumplen un buen papel, es la siempre brillante Hellen Mirren quien aporta los mejores momentos interpretando Olga, la reclutadora de agentes de la KGB. Una especie de madama de burdel, maltratadora y manipuladora, que fuma todo el día mientras le asigna misiones a Anna. La película es más un juego de intriga y espionaje que pura de acción, pero no faltan las escenas de peleas y tiros. La mano maestra de un experimentado en el rubro se ve aca en la brutal escena de lucha de Anna contra un montón de mafiosos en un restaurant. Vertiginosa y violenta, con cámara en movimiento permantente muchos balazos a quemarropa, sale de la elegancia mostrada por el director en sus anteriores películas, para asimilarse a una escena salida de “John Wick” o de “The Raid”. La música se corresponde con el momento, canciones de Technotronic o de INXS suenan en diversos momentos para contextualizar lo ochentas. “Anna” es una película entretenida, que se apoya en una fórmula repetida, pero que igualmente funciona por el sello distintivo del director, lleno de seducción y dinámica. Sin estar a la altura de anteriores films del género de Luc Besson como “La Femme Nikita” y “León, The Profesional” es una película interesante para quien incursiona por primera vez en la filmografía del galo, sobre todo después de su fallida última película “Valerian y la Ciudad de Los Mil Planetas”. Puntaje: 70/100. Share this...
Testimonios del Horror y la Desesperación. Crítica de “Santiago, Italia” de Nanni Moretti.InicioDocumentalesTestimonos del Horror y la Desesperación. Crítica de “Santiago, Italia” de Nanni Moretti. 13 agosto, 2019 Bruno Calabrese Existe una historia poco conocida sobre el papel de Italia durante un momento crucial en la historia chilena, en concreto tras el derrocamiento del gobierno democrático de Salvador Allende en septiembre de 1973. Entremezclando imágenes de archivo de los años 70 con entrevistas registradas durante 12 días en el año 2017, el documental reconstruye el papel de la embajada italiana en Santiago de Chile en los meses siguientes al golpe de Estado de 1973, en particular como asilo para cientos de refugiados opositores a la dictadura militar de Augusto Pinochet, ofreciéndoles la posibilidad de ayudarlos a abandonar el país. Por Bruno Calabrese. El golpe de estado de 1973 en Chile marcó el comienzo de décadas de dictadura militar. “Santiago, Italia”, escrita y dirigida por Nanni Moretti, (ganador de la Palma de Oro en Cannes por “La Habitación del Hijo”) aborda el tema desde un ángulo poco convencional. En este caso, es el apoyo que la embajada italiana en Santiago brindó a cientos de opositores al régimen. Durante los peores años de la dictadura, el personal de la embajada ofreció asilo a ciudadanos chilenos perseguidos que saltaro por encima de sus paredes de seis pies y sin duda salvó muchas vidas. Profesores, periodistas, artesanos, traductores, diplomáticos, directores: Moretti construye la película con una variedad de relatos, que se mezclan con materiales de archivo y se mezclan en una sola historia, que aún permanece viva. Sobre un tiempo en el que los ciudadanos chilenos experimentaron algo que había sido impensable hasta entonces: soldados arrojando bombas sobre sus propios edificios del gobierno, que albergaban a su amado presidente elegido democráticamente. La embajada italiana entra en escena a mitad de la película, una de las pocas que permaneció abierta en Santiago después del golpe. Cuando comienza el relato sobre los desesperados cientos de chilenos aterrorizados que buscan saltar el muro y encontrar asilo. Una pared de dos metros de altura, con ladrillos removidos aquí y allá para crear una especie de escalera, mucha gente camina alrededor de la embajada esperando el momento adecuado para saltar, niños envueltos en pañales por encima de las cabezas porque, tarde o temprano, alguien del interior se extenderá y tómalos, estos son los tipos de imágenes que vemos. Cientos de refugiados políticos chilenos fueron recibidos en Italia, donde encontraron la calidez y el apoyo de los partidos políticos y la gente común y se les dio dinero y empleos, especialmente en la llamada Emilia “Roja”, donde el 70% de los ciudadanos votaron por el PCI (Partido Comunista Italiano). “En el 73, Italia era un país maravilloso”, dice Rodrigo Vergara, un traductor. “Llegué a un país que era muy similar a lo que Allende soñaba con crear en ese momento”, confirma el empresario Erik Merino, “estos días Italia se está volviendo cada vez más como Chile, de la peor manera posible”. A manera de thriller en el que el gran giro llega en la última toma, la moraleja de la historia se hace explícita en la entrevista final. Un hombre que ha vivido el infierno de la persecución política describe cómo Italia lo recibió de manera generosa. Hoy, señala tristemente, la ideología política italiana de la década de 1970, con su sueño de crear un mundo mejor y más solidario, ha degenerado en una sociedad tan egoístamente individualista como Chile en su peor momento. Puntaje: 80/100.
Mujeres en la Cocina del Infierno. Crítica de “Las Reinas del Crimen” de Andrea BerloffInicioInternacionalMujeres en la Cocina del Infierno. Crítica de “Las Reinas del Crimen” de Andrea Berloff 8 agosto, 2019 Bruno Calabrese Años 70. Las esposas de un grupo de mafiosos de Nueva York continúan con los negocios de sus maridos después de que estos sean encarcelados. Por Bruno Calabrese. En su debut como directora, la guionista Andrea Berloff nos trae una historia de mafias con neto corte feminista, al igual que viene sucediendo en otras películas como la nueva versión de “Ghostbusters” y “Ocean´s Eight”, entre otras. Esta se vuelca al drama dentro del submundo de mafias, que recuerda a “State of Grace” con Sean Penn y Ed Harris, también ambientada en Hell´s Kitchen, en el barrio de Manhattan. Basada en un comic de DC del año 2015, la historia gira en torno a tres mujeres que deben hacerse cargo del negocio de sus maridos, tres mafiosos irlandeses que caen presos luego de un asalto y posterior enfrentamiento con FBI. Cada una de ellas con una historia distinta, especialmente en sus matrimonios. Kathy (Melissa McCarthy), madre de dos hijos, en una relación de aparente amor y bienestar con Jimmy (Bryan d´Arcy James). En un principio se muestra reticente para ingresar al dominio criminal pero es quien mostrará mayor cintura política para negociar con otras mafias. Ruby O´Carroll (Tiffany Haddish) una forastera afro que buscará valerse por sí misma, en un mundo de irlandeses racistas, sin que su esposo esté cerca para protegerla. Con una suegra (Margo Marindale), que maneja la mafia irlandesa en secreto y la discrimina permanentemente. El trio se completa con Claire Walsh, quizás el personaje más interesante, interpretado por Elisabeth Moss (“The Handmaid´s Tale”), una tímida esposa que sufría los golpes de un marido abusivo y se enamora de su nueva vida llena de violencia. Las tres contarán con la ayuda de Gabriel (Domhall Gleeson) un pandillero del vecindario, asesino a sueldo, que se fue de la ciudad para no ir preso y regresa para ajustar cuenta, enamorándose de Claire. Más allá que la película tiene como epicentro el submundo de las mafias de los 70, se vuelca más que nada en mostrarnos como es el manejo de las mujeres en un mundo plagado de violencia y traiciones. Quien vaya a buscar personajes masculinos con peso, como en otras historias de mafia, va a salir desilusionado. La batalla entre distintos bandos está presente en la historia, pero el camino que eligió la directora es la relación de ellas tres en un mundo dominado por los hombres, quienes todo lo resuelven por la fuerza bruta. Es en ese anclaje donde uno puede notar que ciertos personajes masculinos, que parecen van a tener peso en el film, tienen poco desarrollo y son eliminados sin más vuelta. Es clave el rol de las tres actrices principales, las reales protagonistas. Los hombres están en segundo plano, salvo Gabriel que las ayuda a ellas cuando la situación no da más y no queda otra salida que no sea la violencia. Melissa McCarthy en un rol donde lo cómico está presente, pero es más el drama que significa aprender a manejarse dentro de ese ambiente lo que logra que se destaque. Lo que demuestra la versatilidad de la actriz para manejarse en ámbos rubros. Lo mismo sucede con la comediante Tiffany Haddish, quien se destaca en varias escenas con un papel muy diferente al que nos tiene acostumbrados, por ejemplo en “Girl Trip”. De Elizabeth Moss ya no se puede decir más nada, estamos ante una de las mejores actrices de esta generación. Su rol está lleno de matices, tímida y sumisa al principio termina convirtiéndose en una asesina fría y despiadada junto con Grabriel, armando una dupla al estilo Mickey y Mallory en “Natural Born Killers”. Otro de los personajes femeninos maravillosos es el encarnado por Margo Marindale, impeclable como la jefa del clan mafioso irlandés. La sorpresa de la película es la aparición de la celebre actriz Annabella Sciorra, quien ya incursionó en el rubro de mafias en la multipremiada serie “Los Soprano”. La selección de temas musicales y la ambientación de los años 70 es perfecta. Grandes clásicos como “Simple Man” de Lynyrd Skynird, “Barracuda” de Heart y canciones de “Fleetwood Mac” harán de las delicias de los fanáticos de los soundtracks de películas. Lo mismo vale otro rubro para la reconstrucción brillante, que presenta de la decadencia urbana de la Nueva York de aquellos años. “Las Reinas del Crimen” (“The Kitchen” en inglés) reune todas las características del cine gangters, con una mirada diferente pero con mucha violencia, traiciones y vueltas de tuercas interesantes. Una buena película que merece ser tenida en cuenta para los fanáticos del género. PUNTAJE: 80/100.
Por el Cuidado del Medio Ambiente. Crítica de «Cara Sucia con la Magia de la Naturaleza» de Gastón Gularte.I Un grupo de chicos se unen para luchar contra las máquinas depredadoras que amenazan la naturaleza que los rodea. Para ello deberán transformarse en dibujos animados que lucharán con una bruja ambiciosa. Por Bruno Calabrese. Mariel (Isabella Caminos Granatto), más conocida como Cara Sucia, pasa sus días con su hermanito jugando con la flora y la fauna de la selva misionera. Hasta que un día llega la bruja Melany (Laura Novoa), dueña de poderes mágicos y económicos: capaz de hipnotizar a los adultos con su mirada, es además la dueña de una compañía que se propone vender al extranjero la madera del lugar. Completamente filmada en Misiones, el director y guionista, compone una película dirigida a niños, niñas y preadolescentes. Protagoniza por chicos y chicas, el film combina sus imágenes con dibujo animado. Al equipo de niños y niñas se suma un gran elenco de actores y actrices de Misiones y también forman parte del filme figuras de renombre nacional e internacional como Laura Novoa, Gustavo Garzón, la española Ana Fernández y el paraguayo Jesús Pérez Echanique. A ello debe agregarse el debut cinematográfico del cantautor uruguayo Rubén “el Negro” Rada poniéndole la voz a uno de los personajes animados y a las canciones de la película. La música original fue compuesta por Osvaldo de la Fuente quien convocó a los Grillitos Sinfónicos para interpretar algunos instrumentos de la banda sonora. El argumento de la película gira sobre el respeto al medio ambiente. Lo hace de manera entretenida, sin vueltas, con un mensaje claro y conciso: los chicos son el futuro y son los únicos que pueden salvar la selva, ya que los adultos están infectados de codicia, sin importar las consecuencias. Los niños y niñas son el eje central del argumento y, en sociedad con la Naturaleza, luchan en la ficción contra la devastación de los recursos naturales. Ellos darán batalla a las potentes máquinas de la empresa que quiere desmontar hasta el último árbol en busca de mayor riqueza. La fotografía y los escenarios naturales de la provincia brillan en las tomas de «Cara Sucia». La fisonomía natural de la tierra colorada quedó retratada en las imágenes de esta obra de Gularte. También se hace presente el componente cultural, retratándose pequeños pueblos con sus costumbres, personajes con claro acento en sus raíces étnicas y una muestra de la diversidad que representa Misiones. Laura Novia se destaca en el rol de la excéntrica villana de la película, Melany. Gustavo Garzón y la consagrada actriz española Ana Fernández, con participaciones fugaces, son otras de las caras conocidas que uno se encuentra en el film. Para resaltar también la composición de los dibujos. A pesar de que son hechos por computadora, se nota un trabajo que intenta combinar lo artístico del dibujo por sobre lo tecnológico, sobre todo en el diseño de Vivaldi y de los personajes de los niños. «Cara Sucia» habla de la defensa de la tierra en momentos en que la misma está pidiendo a gritos que la cuiden, con un claro mensaje de concientización. Una película distinta, un producto nacional que irrumpe dentro del bombardeo de producciones internacionales para chicos. Puntaje: 65/100.