Amigos convertidos en enemigos. Crítica de “Los Perros del Fin del Mundo” de Juan Dickinson. ADELANTOS, CINE, CRITICA, DOCUMENTALES, ESTRENOS El abandono y despreocupación de perros por parte de sus dueños en Tierra del Fuego es un drama que atenta a la vida cotidiana, la economía, la salud y al ecosistema en la isla y que es reflejado en “Los perros del fin del mundo”, documental de Juan Dickinson que se estrena el jueves en salas del país. Por Bruno Calabrese. En Tierra del Fuego, cuando las autoridades argentinas decidieron poblar la provincia más austral del país, crearon atractivos económicos tanto para empresas como para ciudadanos con el fin de que se radicaran allí. Esto produjo la población de la isla fueguina y sus consecuentes armados familiares, que además de la casa y el auto incluía al viejo amigo del hombre: el perro. Sin embargo, lo que en un momento comenzó como el sueño familiar, devino en un problema que amenaza con pulverizar la vida cotidiana y la economía local, con la aparición de enfermedades antes erradicadas, el ataque de jaurías de perros silvestres a humanos y la prácticamente desaparición de la industria ovina, sustento económico local. El hombre ha descuidado al perro y estas mascotas se juntan y afectan a todo lo relacionado a la isla. Hasta generan problemas de salud pública. El problema no es el perro, sino el hombre. Hoy esto no se puede controlar, se calcula que hay entre 40.000 y 75.000 perros “asilvestrados” sueltos solo en los bosques; en las ciudades hay más todavía. La película recoje testimonios de los habitantes fueguinos, algunos promoviendo el exterminio de los perros, otros tratando no llegar a tal extremo. Las diferentes posturas chocan entre sí dentro del documental, mientras tratan de encontrarle una solución a un flagelo insólito. La desidia del ser humano, gran culpable de casi todos los males que afectan el medio ambiente, queda expuesto en este interesante documental que se apoya en la hermosa fotografía fueguina y en testimonios desgarradores de los damnificados, que sobre el final parecen haber encontrado una solución al problema. PUNTAJE: 75/100.
Una historia de amor llena de encuentros y desencuentros. “Ricordi?” de Valerio Mieli. ADELANTOS, ARTE, CINE, CRITICA, DRAMA, ESTRENOS, INTERNACIONAL Él es fascinante, irónico, nostálgico. Ella está llena de vida, es inteligente, pasional y vive el momento.Cuando se encuentran, se enamoran al instante. Sólo después, creciendo uno al lado del otro, sus personalidades van evolucionando y se transforman. Por Bruno Calabrese. Valerio Mieli (Dieci Inverni) nos trae una nueva historia romántica. En este caso contada a través de recuerdos de los protagonistas. De un lado, Lui (Luca Marinelli) un ser sensible, meláncolico, que acumula recuerdos tristes de un pasado conflictivo familiar y personal. Del otro lado, Lei (Linda Caridi), una chica jovial, optimista, que no llora nunca y siempre está feliz. Ambos se conocen en una fiesta y el flechazo es instantáneo. A partir de ese momento comenzará una historia llena de sinsabores, encuentros y desencuentros entre ambos, todo en base a flashbacks de recuerdos, recientes y viejos, tristes y alegres. La maravillosa puesta en escena da inicio a la película hace que enseguida nos adentremos y empaticemos con la dupla protagonista. El recurso estético de utilizar las diferentes tonalidades lumínicas para marcar los estados de ánimo de Lui y Lei al momento de verse por primera vez es ideal para la historia que se va a contar y marca un comienzo alentador para lo que está por venir. Veremos como cada uno funciona como sostén del otro para afrontar distintas vicisitudes y salir adelante. Sobre todo él, que encuentra en Lei a la persona ideal para resignificar los recuerdos tristes del pasado y transformarlos. Para ella, Lui significa encontrarse con recuerdos tristes que tapaba con su exagerado optimismo. Como una especie de “Intensamente”, el clásico animado de Pixar, la película muestra que ambos estados de ánimos se nivelan y se ayudan mutuamente. Él se vuelve más despreocupado y ella, en cambio, más melancólica. Por lo tanto, el espectador descubrirá tantas historias de amor como puntos de vista tengan ambos protagonistas, de acuerdo a sus cambiantes estados de ánimo. A la hora de reflejar los recuerdos seguramente se nos vendrá a la memoria “Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos”. Los momentos del encuentro y sobre todo la construcción de Lui como personaje, rememora al brillante Joel Barish, interpretado magistralmente por Jim Carrey en el film de Michel Gondry. Con referencias a “El Barón Rampante” de Italo Calvino, a grandes clásicos del cine romántico como “Casablanca” , el film vaga entre la clásica historia de amor de encuentros y desencuentros con el género fantástico. Todo gracias a la variedad de posibilidades que le da al director como los recuerdos son percibidos de manera extraña por la mente. Permitiendo un sinfín de recursos metafóricos para reflejar las trampas que juega la memoria. Pero todos esos recursos se vuelven repetitivos, y lo que parece novedoso y sorpresivo, termina siendo un poco tedioso y confuso por momentos en el nudo de la película. Pero vale la pena salir de ese bache intermedio para volver a reencontrarse en el final. El emotivo y hermoso cierre, cuya música de fondo y un novedoso recurso para marcar los compases de la canción como un reflejo de la historia de amor de Lui y Lei, le da el cierre perfecto a los personajes. “Ricordi?” es una larga historia de amor, contada solo a través de recuerdos. Los que son distorsionados por los estados de ánimo, por el tiempo, por los diferentes puntos de vista de los jóvenes protagonistas. A veces reiterativo, por momentos confuso, es un viaje de dos personas a lo largo de los años: juntos y divididos, felices, infelices, enamorados entre ellos, de otros, vistos en un solo flujo de colores y emociones. PUNTAJE: 80/100.
Estrés Estudiantil. Crítica de “Las Facultades” de Eloisa Solaas. ADELANTOS, CINE, CRITICA, DOCUMENTALES, ESTRENOS Ya sea de Filosofía, Derecho, Física o piano, todo estudiante tiene sus recursos y artimañas para superar la etapa más angustiante del año; los exámenes finales. En este retrato completo de la exposición oral, los contenidos de las distintas materias encontrarán relaciones inesperadas. Por Bruno Calabrese. Estudiantes de distintas carreras se preparan para rendir exámenes finales. Botánica, anatomía, sociología, filosofía medieval, derecho penal, morfología, física teórica y piano. Cada uno utiliza sus recursos para sobrellevar la inquietante situación de exposición oral, la práctica evaluativa más común en las universidades nacionales de Argentina. A lo largo de los momentos de espera en los pasillos y, entre el drama y el absurdo de cada examen. Quién haya pasado por la facultad sabe lo que es afrontar los exámenes finales. La tensión, la angustia y los nervios con los que uno enfrenta instancias cruciales no tienen explicación racional. Desconfianza en lo que uno estudió (¿quién no habrá repetido más de una vez “me va a ir mal”), uñas comidas, noches sin dormir y tantas otras situaciones estresantes, un sinfín de sensaciones que solo puede entender el que las vive. La directora toma cuenta de esto y se inserta en el mundo de distintas universidades. Todas con diferentes contenidos académicos y con alumnos de distintos extractos sociales. Podemos ver a un alumno de Sociología, de Agronomía, de Medicina, de Derecho, hasta uno de piano. Pero la directora no hace foco en los contenidos, sino que se centra en lo gestual, en lo que siente cada estudiante (Tranquilamente podríamos ver la película sin sonido que nos transmitirá lo mismo). Con la cámara en primer plano, vemos como los alumnos tragan saliva, titubean, gesticulan, sufren, mientras el profesor pregunta, y muchas veces ayuda comprendiendo los nervios. De esta manera sufrimos con ellos, deseamos que no duden. Todo con una interesante construcción de los estereotipos estudiantiles de cada una de las facultades Una interesante propuesta que sirve para entender las sensaciones y las angustias vividas por los estudiantes en instancias cruciales de las distintas carreras, metiéndonos en la piel de cada uno de ellos. PUNTAJE: 80/100.
Vuela Alto Como Un Papel. Crítica de “Matangi/Maya/M.I.A.” de Stephen Loveridge El documental de Steve Loveridge sobre Mathangi Arulpragasam (también conocido como M.I.A.) es la historia de la artista como inmigrante en la Gran Bretaña de los años 90 hasta convertirse en activista por la paz en Sri Lanka, su país natal. Por Bruno Calabrese. Matangi / Maya / M.I.A.” explora cómo Maya se convirtió en M.I.A. (un juego de palabras de la abreviatura Missing In Action), una de las artistas femeninas más populares y abiertas del siglo XXI. Pero la carrera artística pasa a segundo plano: el film de Loveridge es una mirada a Maya como persona primero, luego como entidad global. Al comenzar, Maya habla sobre la música como una forma de controlar sus impulsos oscuros, como la adicción a las drogas. Compuesta por sus propias películas caseras y proyectos de creación cinematográfica, el film obtiene un retrato rico y con cuerpo de una mujer para la posteridad. Su voz es la constante que moldea la narrativa del documental. Vemos sus humildes comienzos: su vida de refugiado de Sri Lanka a Londres; su separación del padre, que era visto como un terrorista por haber sido miembro fundador de la Organización de Estudiantes Revolucionarios Eelam. Su educación cinematográfica en Central Saint Martins, descrita por una antigua amiga de la universidad. La gira junto a la banda británica “Elástica”. La recorrida por compañías discográficas junto con sus demos; su relación con Diplo (su ex pareja y colaborador). Hasta terminar con su vida como madre y activista. Un documento de 97 minutos, atravesado con las historias, ideas e ideologías. Una mirada variada a la vida de una persona desde la adolescencia hasta los cuarenta y tantos, típico en la mayoría de los documentales, pero que acá cobra mayor relevancia por la personalidad de M. I. A. “Matangi / Maya / M.I.A.” es un retrato desafiante de una mujer, que muestra parte de un país en crisis a través de la historia de una niña, que a medida que va creciendo y se va haciendo cada vez más famosa, aprovecha su exposición para hablar sobre la grave situación en Sri Lanka, una luchadora que no olvida sus raíces, que da la sensación de que siempre ha sabido exactamente quién es y cual sería el propósito de su vida. Puntaje: 80/100..
Sin Perder las Esperanzas. Crítica de “La Última Búsqueda” de Pepe Tobal. CINE, CRITICA, DOCUMENTALES, DRAMA, ESTRENOS Con el recuerdo fresco del ARA San Juan, una lección de perseverancia por obtener respuestas ante la desidia, la ignorancia y la mentira. Por Bruno Calabrese. El film acompaña a Cecilia Viberti, hija del capitán Esteban Viberti en la búsqueda del avión desaparecido el 3 de noviembre de 1965, que viajaba con 68 personas a bordo (54 cadetes de la Escuela de aviación militar en Córdoba y 14 personas entre tripulantes y autoridades de las FAA). En la aeronave viajaban cadetes en un vuelo de egresados (una tradición de la FAA), desde Córdoba hacia Estados Unidos. Otro avión, el T-43, que volaba junto al TC-48, llevaba al resto de los cadetes. En el tramo entre Panamá a México, a poco de salir, el TC 48 dio aviso de emergencia y desapareció (entre Panamá y Costa Rica). Desde aquel hecho, distintas versiones rondan la desaparición del Douglas C-54. Hay quienes sostienen que el avión cayó en el mar; otros, aseguran que los restos de la aeronave están aún en la selva de Talamanca (Costa Rica). El avión desapareció el 3 de noviembre de 1965 y después de sólo 7 días de búsqueda fue dado oficialmente por las FAA como caído en el mar y sus ocupantes devorados por los tiburones. Al ver el documental es imposible no caer en la comparación con la tragedia sucedida a fines de 2017 con el ARA San Juan, sobre todo por lo vivida por los familiares de las víctimas. El intento de los organismos oficiales de ocultar pruebas y deslindar responsabilidades cuando pedían explicaciones sobre la búsqueda. De no haber sido por la insistencia de los mismos la búsqueda del ARA San Juan se hubiese terminado sin obtener respuestas. Con mucho respeto y buenas elecciones de material de archivo, el documental logra lo que propone. El director plantea seriamente el relato de un historia repleta de misterios., entendiendo el dolor de los familiares. El seguimiento que haremos junto a Cecilia en la búsqueda de su padre estaá repleto de pistas falsas, sospechas y ocultamiento por parte de la FFAA. Ella está firme en su convicción de que su padre se encuentra en la selva de Talamanca y no en el mar. Nos adentraremos en la selva con la esperanza de que el resultado de esta “última búsqueda” (como a ella le gusta llamarla) arrojará resultados positivos. Pero a medida que vamos avanzando esa esperanza irá decayendo y con eso la desilusión. La música indígena que acompañará la búsqueda dentro de la jungla aporta para que el suspenso vaya in crescendo. Además de testimomios de personas que dan diferentes versiones de los hechos, desde el más racional hasta mitos y leyendas relacionados con indígenas. El documental es una lección emotiva de perseverancia reflejada con suma responsabilidad por el director. Una hija que no pierde la esperanza en encontrar a su padre desaparecido a pesar de las mentiras y sinsabores que va encontrando en el camino. Una búsqueda sin rencores hacia quienes no hicieron nada, con una ilusión que no se esfuma como se esfumó el olor de ese viejo perfume de su padre. PUNTAJE: 75/100.
En la vida y obra del músico Camilo Carabajal se conjugan el folclore y la tecnología digital, en una confluencia de tradición artística e investigación científica que nos lleva a la vanguardia de la fusión entre estética y ciencia en el Siglo XX. Por Bruno Calabrese. El documental acompaña al folclorista Camilo Carabajal en un proceso de reinvención de su práctica tratando de fusionar el folclore y la tecnología digital. A la vez que junto a su compañera Ingrid Shönenberg avanza con dos proyectos personales que vinculan al medioambiente con su música. El primero es lanzamiento de los “Ecobombos”, que buscan mediante el uso de bidones de agua armar bombos ecológicos que emitan un sonido similar al clásico bombo legüero del folclore. El segundo es la siembra de un campo de Ceibos, árbol con el que se producen los bombos en una parcela de Ingeniero Maschwitz. Carabajal es un apellido ligado a la historia del folklore argentino y con eso solo se justifica este viaje hacia el interior de nuestra cultura. Pero la directora va más allá de la tradición flocklórica y decide hacer foco en la mirada científica. Para eso convoca a un doctor en biotecnología de la UADE que trabaja junto a Camilo para guardar en moléculas de ADN de una bacteria una de sus canciones. Lo que funciona como un ejemplo más de esta búsqueda de fusionar folklore con tecnología digital. El encuentro de Camilo con Vitillo Abalos, el único vivo de los Hermanos Abalos es uno de los mejores momentos del documental. Cuando el legendario bombista, con su lucidez mental, probar el “Ecobombo”, y elogiando el trabajo realiza emociona, sobre todo al ver la sonrisa de oreja a oreja que provoca el visto bueno en Camilo. El trabajo artesanal de quienes colaboran en la creación de los bombos legüeros es admirable, sobre todo teniendo en cuenta que el mismo lograría la preservación del ceibo, el árbol del cual sale la flor nacional. “A una Legüa” es un documental que se va insertando en la tradición, la cultura y los personajes del folcklore. A la vez que muestra el vínculo de ellos con las nuevas tecnologías y el cuidado del medio ambiente. Un interesante desafío por parte de la directora Andrea Krujoski que sale airosa y logra mantenernos atentos ante los nuevos descubrimientos,conectándonos con la música autóctona de una manera novedosa. Puntaje: 75/100
El Demonio Colonizador. Crítica de “El Diablo Blanco” de Ignacio Rogers. CINE, CINE DE GENERO, CRITICA, ESTRENOS, TERROR Un grupo de amigos treintañeros sale de viaje en auto a través del país. En unas cabañas, uno de ellos tiene un extraño encuentro con un misterioso hombre, y la joven hija del administrador aparece asesinada. El grupo quedará atrapado en un pueblo hostil, bajo la influencia maligna de una antigua leyenda local. Por Bruno Calabrese. De arranque vemos un sacrificio, una tribu aborigen mata un hombre y lo deja desangrar colgado cabeza abajo en un bosque. Por la vestimenta de la víctima podemos deducir que se trata de la época colonial. Inmediatamente volvemos a la actualidad, cuatro jóvenes viajan en un auto por la ruta hacia unas cabañas al borde de un lago. Al llegar al lugar, el dueño del complejo, los recibe y les entrega las llaves del hospedaje. Fernando (Ezequiel Díaz), conductor del auto, y a priori quien parece tener el liderazgo por sobre los demás, es quien se encargó de las reservas del inhóspito lugar. Al llegar la noche, y mientras todos descansan después del largo viaje, decide adentrarse en el bosque para conocer el lago. En el camino tiene un encuentro con un extraño hombre bañado en sangre, que lo empieza a perseguir. Ese será el comienzo de una pesadilla que implicará asesinatos, rituales ancestrales y extrañas personas. Aprovechando la locación de las sierras tucumanas, “El Diablo Blanco” logra crear una atmósfera apropiada. Apoyado en el buen trabajo del cuarteto actoral (sobretodo de Ezequiel Díaz y el carisma de Violeta Urtizberea) logra generar buenos climas y tensión. La ambigüedad de Fernando, de quien dudamos si lo que vió es real o es quien mata a las personas hace que la película sea atrapante y nos mantenga expectante a su resolución. La leyenda ancestral funciona como gancho cuando se transpola desde la época colonial a la actualidad. La historia de venganza de la tribu originaria contra los españoles que los asesinaron en el proceso de colonización cobra el mismo efecto cuando los pueblerinos ven a los turistas porteños como sus invasores. No en vano el nombre del demonio como metáfora del invasor con su cultura invade y destruye lo tradicional del lugar, algo que los habitantes del pueblo tratarán de evitar. La película juega con todos esas herramientas y logra que nos mantengamos atentos a cada suceso, dándole un tinte de seriedad fuera de lo común dentro del cine de terror tradicional. Pero todo eso que viene tan bien construido decae sobre el final. El cierre suena a forzado, con poca explicación de lo sucedido y todo lo que prometía nos deja con una extraña sensación. Igualmente “El Diablo Blanco” entretiene, tiene buen suspenso y genera terror sin apelar a la violencia explícita ni a estruendos sonoros y apariciones repentinas. Todo es sugerente, generándonos confusión a cada rato. Una sensación muy dificil de lograr en el espectador y que pocos film del género lo logran. Para conseguir ese objetivo, en un promisorio debut como director, Ignacio Rogers toma riesgos y crea una película que atrapa hasta el final y no aburre en ningún momento. PUNTAJE: 70/100.
Matar en Nombre de…. Crítica de “Hotel Mumbai: El Atentado” de Anthony Maras Una apasionante historia sobre humanidad y heroísmo, cuenta vívidamente el cerco de 2008 al Taj Hotel por un grupo de terroristas en Mumbai, India. Por Bruno Calabrese. Basada en hechos reales, “Hotel Mumbai: el atentado” narra los sucesos que tuvieron lugar en noviembre de 2008, cuando diez miembros de Lashkar-e-Taiba, una organización terrorista islamista, llevaron a cabo un ataque brutal y demente contra los ciudadanos de Mumbai. Comenzaron desde la estación del tren, continuando sin parar hasta el hotel Taj, donde estaban alojados muchos invitados importantes, especialmente desde los Estados Unidos. El director australiano Anthony Maras refleja esos hechos en una película intensa e incómoda, donde el suspenso se hace presente en cada escena. Los primeros 30 minutos están construidos de manera coral, aparecen cada uno de los protagonistas en los momentos previos hasta confluir en el escenario principal, el Hotel Mumbai. Más allá que en un principio la construcción de algunos responden al estereotipo hollywodense (ruso autoritario, soberbio; norteamericano honesto, respetuoso), la evolución de los mismos irá variando hasta llegar a entender que el enemigo es uno solo y que ambos deberán luchar a la par para sobrevivir. A partir de situarnos en la locación principal, con los terroristas dentro de la misma, la película se vuelve sombría y opresiva. La frialdad de los asesinos liquidando a mansalva todo lo que se cruza en su camino hace que suframos por cada uno de los protagonistas. La brutalidad es tal, que la película no ahorra en los golpes bajos, dejando una sensación de tristeza y dolor. Atrás de la violencia de los islamitas existe un líder, que comanda a través de un teléfono el atentado, en nombre de Alá y la promesa de ir al Paraíso. La película no solo se dedica a mostrar el atentado, también rescata la actitud heroica de cada uno de los empleados del hotel. Bajo el lema “El huésped es Dios” y comandados por el chef principal, cada uno de ellos arriesga su vida para tratar de salvar a los cientos de personas que se encontraban dentro del complejo. Quién se destaca por sobre todos es la figura del mozo Arjun, sólidamente interpretado por Dev Patel (Slumdog Millonaire, Lion). Dentro del elenco se destacan las presencias de Armie Hammer (“Call me by your name”, “The Agent of C.I.P.O.L.”) y Jason Isaacs (“Black Hawk Down”, “Harry Potter”), quienes guían esta historia impactante, real y proporcionan el dramatismo necesario para reflejar una situación de tal magnitud. Todo acompañado por una fotografía impecable, a cargo de Nick Matthews Remy, que logra el impacto visual necesario a la hora de mostrar las diferentes zonas de Mumbai, con o sin violencia. “Hotel Mumbai” es una película que se destaca por su crudeza, su hondo dramatismo y que refleja un hecho impactante, de una violencia incomprensible. A la vez que hace visible otra violencia no explícita ni brutal, naturalizada por la sociedad, que también provoca dolor y tristeza. Generada por los contrastes existentes entre la lujuria del hotel, atendido por empleados sumidos en la pobreza, que igual pondrán su vida por sobre la de los demás. Una película altamente recomendable. PUNTAJE: 90/100.
Un físico argentino elabora un proyecto, con expectativas de ganarle la carrera espacial a Estados Unidos y Rusia. Por Bruno Calabrese. “Astrogauchos” cuenta la historia de Emilio (Ezequiel Tronconi), un científico que, durante la Guerra Fría, (más exactamente 1966) desarrolla un programa espacial para que Argentina llegue a la luna. El joven emprendedor sostiene que el proyecto ruso Sputnik le fue robado por espías, es por ello que comienza a hacer campaña para ingresar en la competencia aeroespacial. A partir de su proyecto se promueve la creación de un ministerio (del cual el será viceministro). Lo que parecía ser un progreso para el país se convierte en un sinfín de situaciones que rayan lo bizarro. A modo de parodía exagerada y absurda, el film refleja lo peor de la burocracia argentina. Las esperanzas del universitario físico por llevar adelante de la mejor manera el proyecto comienzan a chocar con personajes que buscan sacar provecho del abultado presupuesto asignado. Así vemos como el ministro Luis Etchegoyen (muy bien interpretado por Alberto Suárez), comienza a hacer despilfarros con esos fondos, llegando a nombrar empleados en lugares absurdos y una gran cantidad de secretarias. La encargada de llevar adelante el proyecto será, Gregoria, (Eugenia Rigón), una seductora asistente que envuelve con su discurso a Emilio, evitando que tenga contacto con el cohete aeroespacial. El sostén emocional de Emilio es su novia, Laura Cooke de Castillo (Laura Laprida). Fría y calculadora, manipula a su pareja de acuerdo a sus intereses, tiene un parche en el ojo, lo que le otorga un rol siniestro y desopilante a la vez. Todos de alguna manera ningunean a Emilio, pero el no se queda atrás. Soberbio, altanero y pedante, actitud que hace que sus pares no empatícen con él. El director hace gala de variados recursos, como por ejemplo la forma en la que muestran el paso del tiempo dividido en cuatro capítulos, la repetición de ciertas acciones para acentuarlas (la escena de Emilio tomando whisky en el bar es perfecta). Sumado a los encuadres simétricos perfectos, muy similar al cine de Wes Anderson y Los Hermanos Coen, le otorgan dinamismo a la película. La música es otro de los puntos fuertes de la película; las canciones de The Mammas and The Pappas, Vinicious de Moraes le otorgan al film una estética beat colorida propia de la cultura pop de la época. Delirante, hilarante y completamente absurda. Esos son solo algunos de los adjetivos con los que podríamos denominar la nueva película de Matías Szulanski (Pendeja, payasa y gorda, 2017). Con una estética perfecta, el director nos entrega una película divertida, repleta de personajes absurdos y bizarros, en una crítica exagerada de la cultura Argentina. PUNTAJE: 85/100.
Siamo Fuori de la Copa. Crítica de “Notti Magiche” de Paolo Virzi. CINE, CRITICA, ESTRENOS, INTERNACIONAL Una comedia situada durante el Mundial 1990, más precisamente en la noche en que el local Italia es eliminado por Argentina. Protagonizada por Mauro Lamantia, Irene Vetere y Giovanni Toscano, secundados por Giancarlo Giannini. Por Bruno Calabrese. Un grupo de italianos está reunido a orillas del río Tíber. Todos frente al televisor, expectantes con la sesión de penales que catapultarìa a la Selección Argentina de Fútbol Masculino en la final del Mundial ‘90 que se realizaba en Italia. El rival fue la selección local, candidata número uno a llevarse ese campeonato. La expectativa es tal que, mientras se efectúan los penales, un vehículo cae, sorpresivamente, desde el puente al agua y todos lo ignoran. Con la derrota consumada y con semejante desazón los ciudadanos parecen no prestarle atención al siniestro ocurrido a sus espaldas. Dentro del auto encuentran muerto a un reconocido productor de cine. Entre sus pertenencias, la policía encuentra una polaroid en la que posa con su novia y tres jóvenes. Estos serán citados en la dependencia, por haber sido los últimos que lo vieron con vida, y para poder descubrir qué pasó verdaderamente con Leandro Saponaro (Giancarlo Giannini). A partir de ahí el film se convierte en un enorme flashback, y lo que parecía un clásico policial del cine negro cine negro se convierte en una comedia delirante. Los sospechosos Antonino (Mauro Lamantia), Luciano (Giovanni Toscano) y Eugenia (Irene Vetere) comienzan a relatar sus disparatadas andanzas dentro de la industria del cine como aspirantes a guionistas. Con la característica exageración italiana, la trama inicial nos inserta en la resolución de un misterioso fallecimiento. Las pistas e indicios aparecen entre los diálogos del flashback, pero la comedia se hace más fuerte y la múltiple cantidad de guiños al cine italiano hacen que el eje central de la película quede perdido por nuevas subtramas. Las anécdotas entre los personajes harán referencia a grandes directores como Bertolucci, Pasolini, Visconti y Fellini, entre otros. Reviviremos títulos de películas y encuadres clásicos e incluso tendremos presentes a actores como Marcello Mastroianni y Vittorio Gassman junto a íconos como Sophía Loren y Ornella Mutti, (quien realiza una ridícula participación con uno de los guionistas). A pesar de eso, la película se pierde en las referencia y no aporta nada más. Los fanáticos del cine italiano seguramente saldrán conforme, sobre todo con el homenaje a los grande clásicos. Pero la comedia no es fluida y todas las situaciones suenan forzadas. Los argentinos que vivieron ese mundial se sentirán a gusto con escuchar la mejor canción en la historia de los mundiales; pero pronto esa nostalgia que nos trasmite el escuchar las estrofas de la celebre “Notti Magiche” quedará desvanecidas, como se desvanecieron las ilusiones argentinas con el penal del alemán Bhreme que Goycochea no pudo contener en la final. Puntaje: 60/100.