Supervivencia bajo cero. Crítica de “El Ártico” de Joe Penna. ACCIÓN, CINE, CRITICA, ESTRENOS Un hombre varado en el Ártico está por recibir finalmente su tan aguardado rescate. Sin embargo, tras un trágico accidente pierde esta oportunidad. A partir de este hecho, debe decidir si se queda resguardado en su campamento, donde está relativamente a salvo, o si se embarca en una mortal excursión a través de lo desconocido para salvarse. Por Bruno Calabrese. Las historias de supervivencia han nutrido al cine en varias de sus formas. Circunstancias trágicas o accidentes colocan a los protagonistas en situaciones extremas, muchas veces debiendo afrontar problemas por cuestiones climáticas, algunas lesiones propias del accidente y otras contra la fauna salvaje. Enseguida se nos vienen a la memoria grandes clásicos del sub-género, como “127 horas” de Danny Boyle y “Viven!” de Frank Marshall, ambas basadas en casos reales, y la multipremiada “El Renacido” de Iñarritu, película que le dió a Leonardo Di Caprio su primer premio Óscar a mejor actor.En el caso de El Ártico (Arctic, 2018), tenemos una mezcla de todas ellas, con obvias referencias a esos clásicos, siendo inevitable no recordar esos filmes en algunas escenas puntuales. La película comienza con un piloto (Mads Mikkelsen), el que luego de que su avión caiga a tierra, debe sobrevivir en tan inhóspito territorio. Con muy pocos recursos ha logrado subsistir, con una rutina que le permite alimentarse en base a pescado crudo, resguardarse del frió dentro de la carcaza del avión. Mientras trata de emitir mensajes de auxilio sin alejarse mucho del lugar donde está asentado por riesgo de ser atacado por algún oso polar o quedarse en medio de una tormenta de nieve. Todo cambiará para el piloto cuando un helicóptero que vino a rescatarlo se precipite por una tormenta de nieve y la vida de uno de los pilotos dependa de él. “El Ártico” va directamente al conflicto. Nada sabemos sobre la causa que hizo que el avión se precipite, es por eso que estamos ante una película donde el eje central es la supervivencia. Nos introducimos en la soledad del piloto, en su tranquilidad desesperada por encontrar alguien que lo rescate. Los silencios del lugar funcionan como un elemento extra, que sorprende en un principio y puede resultar tedioso en complemento con el paisaje completamente blanco de la nieve, pero una vez que uno se mimetiza con el ambiente logra transmitir las sensaciones del protagonista ante la inmensidad del paisaje. La escasez de diálogos profundiza el desasosiego en el que está inmerso el protagonista. En su ópera prima, Joe Penna opta por los primeros planos del actor para resaltar las expresiones de su rostro, lo que le otorga dramatismo a las situaciones extremas. Esto permite el lucimiento de Mads Mikelsen en la mejor actuación de su carrera junto a “La Cacería” (Jagten), aquella joya de Thomnas Vitenberg del año 2012, por el cual recibió el premio al mejor actor en el Festival de Cannes. La situación límite a la que está expuesto el protagonista hace que cada minucioso instante del film sea un esfuerzo necesario para poder llegar vivo al siguiente segundo, siendo la misma una odisea cautivante para el espectador. Para los fanáticos de las películas de supervivencia extrema “El Ártico” cumple y con creces. Un film que se ahorra el clásico primer acto y el epílogo, que se disfruta y se sufre de manera similar. Cruel, cautivadora y sumamente entretenida, un thriller realista que no abusa de recursos que otras apuestas del género han explotado para acrecentar las emociones. Acá no hay personajes imaginarios ni viajes instrospectivos, solo él hombre luchando por sobrevivir contra las inclemencias del tiempo, la soledad y la escasez de recursos. PUNTAJE: 90/100.
Hombres al Agua. Crítica de “Nadando por un Sueño” de Gilles Lellouche. CINE, COMEDIA, CRITICA, ESTRENOS En plena crisis de los cuarenta, un peculiar grupo de hombres decide formar el primer equipo nacional masculino de natación sincronizada. Por Bruno Calabrese. “Nadando por un Sueño” (“Le Grand Bain” en francés, título rídículo con el que trataron de enganchar al público, en obvia referencia al show televisivo) es la ópera prima de Gilles Lellouche, la cual fue seleccionada para Cannes 2018 y recibió 10 nominaciones a los Premios César. La historia gira alrededor de Bertrand (Mathieu Amalric). Está desocupado desde hace dos años, con un evidente estado depresivo y mantenido por su mujer. En una de sus rutinas diarias (llevar a su hija a natación) conoce a un grupo de cuarentones que practican nado sincronizado en la pileta municipal. Al anotarse se da cuenta que dentro del grupo hay hombres que están pasando por crisis similares a él y que utilizan el espacio como lugar para despejarse de sus problemas. Al anotarse en un torneo de nado sincronizado en Noruega ellos encontrarán una manera de compensar sus frustraciones, satisfacer el ego al verse como héroes tan solo por un día y recomponer vínculos deteriorados. La película apela al drama en un principio a la hora de retratar la circunstancias personales de cada uno de los protagonistas con un generoso despliegue cómico, que no se asienta en gags forzados sino en la base ridícula de la situación. Con un trabajo coreográfico impecable (Tanto en la secuencia final, como en la sucesión de imágenes de ellos practicando los pasos en sus tareas diarias al ritmo de Physical de Olivia Newton John), el director acierta a la hora de enfocarse en un tema relacionado con la masculinidad, en tiempos donde la tendencia cinematográfica está volcada a retratar el universo femenino. Mathieu Amalric hace gala nuevamente de su versatilidad actoral. Capaz de hacer un drama doloroso como “La Escafandra y la Mariposa” a componer un papel como el de Bertrand, un depresivo que no encuentra satisfacción en nada, sarcástico e irónico, que se despoja de la diplomacia a medida que va creciendo su ego y logra rebelarse contra su familia política. Un actor que nunca falla, cuya presencia le da siempre un plus a cada film que protagoniza. “Nadando por un Sueño” es una película de gente común, en circunstancias como las que vivimos todos. De allí proviene su espesor dramático, en esas subtramas, en el sufrimiento diario de seres aburguesados, víctimas de un sistema que los oprime. Hombres que, como ellos dicen “les encantaría ser emprendedores como Michael Douglas en “Wall Street” pero no lo son. Por eso encuentran en una práctica poco común para los hombres, la vocación de empezar de nuevo, combatir contra las circunstancias agrias que les toca afrontar y alimentar su ego para no caer en la depresión. Más allá de la evidente similitud al clásico “Full Monty” del año 1997, la película funciona como una releectura del clásico inglés, aggiornado a la actualidad donde el universo simbólico masculino está cada vez está más cuestionado. Puntaje: 85/100.
Una Mirada sobre la Maternidad. Crítica de “De Nuevo Otra Vez” de Romina Paula. Luego de ser madre, Romina decide volver a su casa junto a su madre, mientras se encuentra alejada de su novio. Allí intentará descubrir qué es lo que desea, mientras recuerda quién era antes de ser madre. Por Bruno Calabrese. La película arranca con un niño andando en triciclo. Firme en su propósito de avanzar, sin margen para detenerse pero mirando de reojo, buscando a su madre y a su abuela. Ambas aparecen en escena a rescate de ese niño que avanza raudamente, ignorando los peligros que puede provocar ir a semejante velocidad. Perfecta analogía de lo que veremos en la interesante ópera prima de Romina Paula (escritora de ¿Vos me querés a mi?”, “Agosto” y “Acá todavía”) donde reflexionará sobre la maternidad y cuestiones relacionadas a la mujer y a lo femenino. Romina vuelve a la casa de su madre en medio de una crisis con su pareja. Ambos se fueron a vivir a las sierras cordobesas a vivir una vida diferente, fuera de la vorágine de las grandes ciudades. Esa tranquilidad la lleva a pensar y repensar sobre los mandatos sociales, lo que genera una crisis propia de la edad. “De Nuevo Otra Vez” es un film donde la maternidad es el tema central, haciendo foco en la relación madre-hijo/a y como la misma fue cambiando a través de los tiempos. Las miserias de la maternidad se ponen de manifiesto y la necesidad de ocupar el lugar de la ley. ¿En que momento nos transformamos en algo que cuando somos jóvenes no queremos ser? ¿La maternidad nos catapulta a la ausencia de cinismo y nos lleva a la empatía a tiempo completo? son algunas de las preguntas que se hace la directora y que tratará de respondernos a través de la película, aunque muchas veces la respuesta no será la deseada. La heterosexualidad como norma social, la crisis de los 40, la trasformación del amor en la pareja y las elecciones que llevan a las personas a ser quienes son salen a la luz en esta búsqueda introspectiva. La trama se ve interrumpida por una serie de viejas diapositivas familiares que hacen las veces de separadores y sobre las cuales Romina reflexiona en off acerca del nuevo rol que debe cumplir y que la lleva a preguntarse sobre el lugar de la autoridad, el erotismo y los vínculos familiares, entre otras cosas. Con una puesta en escena sencilla y sin pretensiones estilísticas “De Nuevo Otra vez” es una historia simple que le escapa a las convencionalidades, pero que funciona como disparador a un sinfín de preguntas que nos interpelan y nos invitará a reflexionar. Puntaje: 75/100.
Atrapadas en libertad. Crítica de “La Visita” de Jorge Leandro Colás. BAFICI, CINE, CRITICA, DOCUMENTALES, DOCUMENTALES, ESTRENOS Quinientas mujeres llegan cada fin de semana al pequeño pueblo de Sierra Chica para visitar a los presos del complejo penitenciario. Por Bruno Calabrese. Ubicado a 12 kms. de Olavarría y a 350 kms de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el penal de Sierra Chica alberga a unos 3000 presos, distribuidos en tres unidades. La unidad Nº2, de máxima seguridad, la Nº 38 de régimen semiabierto y la Nº 27 de régimen abierto. Es una de las cárceles más famosas del país. Gracias a esa fama ha sido material de varias películas. En 1929, el director Julio Irigoyen realizó un documental sin sonido llamado Sierra Chica con imágenes de la cárcel y de la vida de los internos. Años después las recicló para el film sonoro Sierra Chica de 1938. En 2014 el director Jaime Lozano estrenó la película Motín de Sierra Chica. Relatando los hechos que sucedieron en el sangriento motín ocurrido en las Pascuas del año 1996, donde murieron 9 reclusos, luego de 8 días de levantamiento. A diferencia de los films anteriores, en esta película no es el penal ni los reclusos los protagonistas. El director decide contar la historia de las casi quinientas mujeres (Abuelas, madres, esposas e hijas) que llegan cada fin de semana a visitar a los presos. Desde antes del amanecer vemos como arriban a una calle totalmente descuidada, con montañas de basura en las esquinas, perros vagabundos dando vuelta. Todas esperan para ingresar. El punto de encuentro es el almacén, cuyo dueño es solidario con ellas. Ayuda para que dejen sus bolsos, les prepara viandas y les hace cargas de celulares. Porque más allá de mostrarnos la lealtad de esas mujeres el director hace foco en las redes de solidaridad que se tejen a través de ellas. La misma solidaridad que demuestra Bibi, quien vino se vino a vivir de Santa Fe a una humilde casa de Sierra Chica para estar mas cerca de su esposo. Más allá de las carencias y falta de espacio, ella da hospedaje a otras mujeres que vienen de diversos lugares. Dentro de la pensión encontramos a las veteranas, que se las saben todas, y las novatas, que no saben como manejar la situación. Entre ellas se aconsejan, se acompañan y se cuidan entre ellas. Esto logra que, sin importar la lluvia, el frío invernal ni la angustia propia de la situación ellas siempre estén ahí. Con una cámara atenta a cada situación y sin entrometerse en la rutina, la película visibiliza una realidad en la que nadie hace foco a la hora de hablar de la población carcelaria. La de esas mujeres leales, valientes, que día a día le ponen el pecho a una situación triste; que ellas no buscaron y que las mantiene atrapadas a pesar de estar en libertad. Puntaje: 80/100. Funciones: Jueves 6/6 al Miércoles 12/6 12.15hs – 19.00hs en el Cine Gaumont – Avda Rivadavia 1635 – CABA Jueves 6/6 19.00hs y Sábado 8/6 21.30 hs – Centro Cultural Leonardo Favio – RBuenos Aires 55 – Río Cuaro, Córdoba. Sin confirmar horarios pero con exhibición confirmada, en las siguientes salas: CAPEC – Tilcara, Jujuy. Cine París – Olavarría. Cine Bolivar – Bolivar. Cine Gama – Viedma. La Nave – Mendoza. Teatriz – Mar del Plata. CC Recoleta – CABA.
Laura vive con su padrastro. Cuando era chica su madre la trajo desde España luego de que el padre las abandonara. Un día Laura recibe el llamado donde le informan que han encontrado muerto a su padre en un bosque y que al parecer murió hace 30 años de un disparo en la nuca. Por Bruno Calabrese. “Cuando dejes de Quererme” es una coproducción entre Argentina y España. Cuenta la historia de Laura (Florencia Torrente), una joven nacida en el País Vasco pero que de pequeña se mudó a Buenos Aires. Su padre la abandonó junto a su madre, o al menos eso era lo que creía hasta que el cuerpo fue descubierto. Al enterarse de este asesinato ocurrido hace 30 años, decide volver a España junto a su padrastro (Eduardo Blanco) para investigar quién mató a su papá y por qué. Volcado al género policial, el film logra manejar muy bien el clima de suspenso, manteniendo expectante al espectador con algunas vueltas de tuercas interesantes. Con un final poco predecible la película logra sorprender al espectador. Más allá de que el film en algún momento se vuelca por el romance, el cual no parece muy bien desarrollado y termina quedando perdido dentro de la trama, sin poder dejar de lado algunos clichés de este tipo de historias. El trasfondo político y social de la época de España en donde se desarrolló el crimen a investigar le da credibilidad y realismo a la historia. La presencia Guardia Civil, la represión franquista y ETA juegan un rol importante como atractivo extra, sobre todo para los que están familiarizados con los sangrientos sucesos en la España de Franco. Florencia Torrente se luce como la protagonista, pasando de la ingenuidad inicial a convertirse en una mujer fuerte ante los golpes que va recibiendo cuando más se mete en el oscuro entramado que se esconde detrás del crimen de su padre. Eduardo Blanco sobresale en el rol del padrastro que trata de romper el clima a través de chistes, a veces de manera forzada e incómoda, pero que funciona gracias al carisma del actor y a la ternura que despierta el personaje. El trío se complementa con Miki Esparabé, como el asesor de seguros que aporta datos relevantes para la investigación y se suma a la misma por la atracción que siente hacia Laura. La fotografía de España es impecable, así como la ambientación que aporta la iluminación y la gama de colores en la que fue filmada la película. Cada plano está muy cuidado y se nota la obsesión del director por cada detalle en las escenas. Como por ejemplo, la acertada elección del director en la utilización del color rojo del tapado de Laura hace que ella cobre relevancia por sobre su entorno, y siendo una metáfora adecuada para cada estado de ánimo de la protagonista. “Cuando dejes de quererme” es un thriller policiaco ideal para los amantes del género. Con un ritmo sostenido que mantiene en vilo al espectador, gracias a los giros narrativos que confunden y generan intriga hasta el final. Un auspicioso debut como director de Igor Legarreta que obliga a seguir prestando atención a la carrera del cineasta español. Puntaje: 80/100.
Lucha de Titanes. Crítica de “Godzilla 2: El Rey de los Monstruos” ACCIÓN, CINE, CINE DE GÉNERO FANTÁSTICO, CRITICA, ESTRENOS, INTERNACIONAL La humanidad está al borde de la extinción luego de que antiguas superespecies, que se creían eran tan sólo un mito, resurgen a la superficie para luchar por la supremacía del planeta. Por Bruno Calabrese. “Godzilla 2: El Rey de los Monstruos” es parte de Monsterverse, una propuesta de Warner Bros. La misma funciona de una manera parecida al Universo Cinematográfico de Marvel que, para bien o para mal, desde su aparición en el 2008 ha influido en las decisiones y estrategias comerciales de los grandes estudios. Monsterverse arrancó en el 2014 con “Godzilla” y siguió con “Kong: la Isla Calavera” en el 2017. Para el 2020 han anunciado una película en la que el lagarto inmenso y King Kong se verán las caras. La versión de “Godzilla” de 2014 fue la mejor película hoollywoodense del célebre monstruo japonés, luego de lo decepcionante que resultó la versión del año 1998. En aquella película, el director Gareth Edwards (quien luego dirigiría la genial “Rogue One: A Stars Wars Story”) volvió a las fuentes y abordó el film con una trama que rememora el dramatismo que tuvieron la obra original de Ishiro Honda de 1954 y El regreso de Godzilla (1984). Inclusive el monstruo recuperó el aspecto tradicional de los filmes de los estudios Toho. Lo único cuestionable de la película fue el hecho de que Godzilla tarda en aparecer en acción, pero resultó una interesante intro para su continuación. Los únicos sobrevivientes de la primer película son Ken Watanabe y Sally Hawkins, quienes interpretan a los científicos de Monarch, Ishiro Serizawa y Vivienne Graham. A ellos se le suman Vera Farmiga (Bates Motel) como Emma Russell, una paleobióloga que trabaja para Monarch, Kylle Chandler (Bloodline) como Mark Russell, el ex marido de Emma y Millie Bobby Brown (Strangers Things) como Madison Russell, la hija de ambos. La película arranca en el preciso instante en que Emma y Mark buscan a Andrew, su otro hijo, entre un montón de escombros que dejó el paso de Godzilla por San Francisco. Inmediatamente la película pega un salto en el tiempo para mostrarnos a la madre tratando de superar el duelo por la pérdida de su hijo, pero metida en un proyecto que trata de conectar a los seres humanos con otros titanes como Godzilla que aparecieron congelados en distintas partes del mundo. En el momento de generar contacto con un titán, Emma y su hija son secuestradas por Alan Jonah (Charles Dance, conocido por su papel de Tywin Lannister en Game of Thrones), un antiguo coronel del ejército británico, quien ahora lidera a un grupo de paramilitares ecoterroristas que tienen como objetivo liberar a todos los titanes. Esto hace que Mark, junto a integrantes de Monarch, emprenda la búsqueda de su hija y la madre. A la vez que tratan de impedir que los ecoterroristas comiencen a provocar la liberación de todos los colosos, lo que provocaría una catástrofe mundial. En este Godzilla 2019, el lagarto colosal aparece enseguida en acción y lo conoceremos más de cerca. Pero no está solo, también aparecen su archienemigo King Ghidorah (el dragón de tres cabezas), Rodan (una bestia voladora) y Mothra (una polilla gigantesca). Aunque no presenta nada nuevo en materia de efectos, las escenas de lucha, y sobretodo la batalla final, son avasallantes, en materia sonora y visual (sobretodo para aquellos que vayan a verla en 3D). Muy similar a la maravillosa “Pacific Rim” de Guillermo Del Toro, las luchas se dan en ámbitos llenos de oscuridad, sobre todo cuando Godzilla se enfrenta a Ghidorah, quien a su alrededor trae tormentas devastadoras. Pero la falla está en el núcleo emocional de la película. El mismo no es creíble y lo que está en juego queda desdibujado por actuaciones desapasionadas. Cuando uno mira el elenco, piensa que la película gana en calidad, pero no es así. En el film del 2014, Bryan Cranston y Juliette Binoche, en su roles protagónicos, muy bien secundados por Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson, logran transmitir dramatismo que cada situación requiere; acá no pasa lo mismo. Esta vez, las escenas dramáticas pasan sin pena ni gloria, sin generar en el espectador el impacto seguramente deseado por el director. Sin ir más lejos, algunos personajes mueren y casi que no nos vamos a acordar en que momento sucedió. Esto hace que por momentos la película decaiga en el ritmo y se vuelva repetitiva, sin lograr que uno conecte o genere empatía con los personajes humanos. La situación solo es remontada cuando aparecen los titanes en escena, más por espectacularidad visual y por los efectos sonoros que por la trama en sí. “Godzilla 2: El Rey de los Monstruos” no trae nada nuevo a la cinematografía del clásico titan japonés, pero apabulla con la espectacularidad de las luchas épicas de los gigantescos monstruos. Una película para disfrutar en el cine y que a más de uno puede dejar satisfecho, pero que rápidamente pasará al olvido, o al menos con la esperanza que en “Godzilla vs Kong” en el 2020 la cosa mejore. Puntaje: 60/100.
La venganza de una víctima del bullying. Crítica de “Ma” de Tate Taylor. CINE, CINE DE GENERO, CRITICA, ESTRENOS, INTERNACIONAL, TERROR, UNCATEGORIZED Una mujer solitaria se hace amiga de un grupo de adolescentes a quienes les deja hacer una fiesta en su casa. Justo cuando los chicos comienzan a pensar que tienen mucha suerte al haber encontrado a su nueva amiga, las cosas se empiezan a volver turbias y las verdaderas intenciones de su anfitriona salen a la luz. Por Bruno Calabrese. “Ma” cuenta la vida de Sue Ann (Octavia Spencer); una mujer amable, ayudante de veterinaria que hace amistad con unos jóvenes. Esa amistad constaba de comprarles alcohol y permitir fiestas en su sótano. Lo que ellos no saben que Sue Ann oculta un pasado de abuso y discriminación por parte de sus compañeros de la escuela en el que a pesar de los años transcurridos va a vengarse de ellos. Cuando uno toma la filmografía previa del director, Tate Taylor, (“The Help”, “Get on up” y “The Girl on the Train”) lo que menos se puede esperar una propuesta como la que nos trae con esta pelìcula. Un film de terror psicológico que no solo toca la temática del bullying adolescente y las consecuencias que pueden generar en la psiquis, sino que que homenajea algunos films con esa temática de los años 80 del género slasher, como “Slaughter High” (El Sangriento día de los inocentes acá) u otros clásicos de terror psicológico como “Carrie”. Lo particular de este tipo de film es la construcción que tenía la víctima de las bromas pesadas de sus compañeros. Ropa anticuada, anteojos con mucho aumento y peinado prolijo, siempre la estética del personaje era similar. Del otro lado, los deportistas, la chica rubia, canchera que mastica chicle y se burla de todos. Más emparentado con la película de De Palma (obviamente exceptuando el rasgo sobrenatural de la misma), en esta película el drama se hace presente con un tratamiento más complejo y la víctima que se transforma en victimario para vengarse de quienes atormentaron la adolescencia es el concepto principal sobre el cual gira la película. Quién cumple el rol de la vengadora es Octavia Spencer, con una actuación descollante. Perversa por momentos, entrañable en otros, la ganadora del Óscar despliega todo su bagaje de emociones de una manera perfecta. Sue Ann transmite miedo, dolor, tristeza y angustia de manera ambigua en cada escena. En un rol que recuerda a Anny Wilkes, el personaje interpretado por Kathy Bates en “Misery”. Otro de las apariciones para destacar es la de Juliette Lewis, saliendo del papel de adolescente inocente eterna. Acá la vemos en un papel más maduro, como una madre soltera que carga con la responsabilidad de una hija adolescente y vuelve a su pueblo luego de ver frustrado sus sueños de triunfar en la gran ciudad. Los jóvenes cumplen en su papel, pero quien sobresale es Diana Silver, en su papel de Maggie. La actriz construye de manera efectiva la adolescente en su despertar sexual, el primer amor, su contacto con las drogas y la rebeldía propia de la edad. Otro homenaje a los ochenta es la música, sobre todo en las fiestas que se realizan en el sótano de Sue Ann. La utilización de la misma como recurso para mostrar que su personaje quedó anclado en la adolescencia y guarda rencor con las personas que hicieron de su vida un calvario, resulta apropiada, sobre todo cuando se muestra en contraposición con la música contemporánea que escuchan los adolescentes. La película sorprende con escenas de extrema violencia que pueden generar incomodidad en espectador, obligándonos a tapar los ojos. Pero aún así no parece exagerado ni que esté mal utilizada, le dan un toque bizarro actractivo que suma a los brotes emocionales y psicóticos de Sue Ann. Como punto débil podemos encontrar la poca construcción que tienen algunos personajes que aparecen. Sobre todo la hija de Sue Ann, que aparece en escena de manera sorpresiva, quedando muy difusa o perdida dentro de la historia desde cuando está encerrada. de donde proviene esa hija y como es que conoce a algunos de los adolescentes. A pesar de eso, “Ma” es una película que vuelca todo el protagonismo en los vaivenes emocionales de Octavia Spencer. Un film violento, que toca el tema del bullyng y sus consecuencias de una manera bizarras por momentos, de manera seria en otros, pero que, lo aborda de manera atractiva y divertida. Por que, al fín y al cabo, el cine tambíen es diversión y esta película lo garantiza. Puntaje: 70/100.
Premiada y aclamada por la crítica especializada se produce el estreno comercial de la esperada película. Este jueves a las 21.30 hs., se estrena en la Sala Leopoldo Lugones (Av. Corrientes 1529) la última producción del prolífico director, dramaturgo, guionista y novelista Santiago Loza. Por Bruno Calabrese. El film se presentó recientemente en ACID Cannes y antes de ello obtuvo enBAFICI la Mención Especial del Jurado en Competencia Argentina y el Premio No Oficial a Mejor Película otorgado por ACCA Asociación Cronistas Cinematográficos Argentina, mientras que en la Berlinale recibió el Premio Teddy a Mejor Película y el Teddy Reader’s Award. Tania, una chica trans, emprende una aventura junto a dos amigos para cumplir el deseo a su abuela recién fallecida: llevar a un alienigena pequeño y violeta al lugar donde fue encontrado. Por . El multipremiado director, Santiago Loza, nos cautiva con una aventura inmersa en una estética clase B propia de los ochenta. Una historia sobre la amistad, el amor y el dolor que dejan en el cuerpo las huellas del pasado. Desde la primera toma nos encontramos con Tania, con un antifaz para dormir que emula los ojos de E.T. Metafora perfecta sobre lo que vamos a ver, que nos da un preanuncio que ella no se siente de este planeta. Sus dos amigos de la infancia, Daniela y Pedro, sufren por los mismo. El fallecimiento de la abuela de Tania, hace que ambos vuelvan al pueblo natal, donde ellos sufrieron por los desprecios y maltratos de los habitantes. Al llegar a la casa, se enteran que la abuela tenía en el sótano un pequeño alien violeta, En pos de cumplir el deseo deciden emprender la travesía donde encontró al extraño ser. Ese será el comienzo de un viaje instrospectivo de los amigos por su pasado, reencontrándose con seres que hicieron del mismo un calvario. Cada uno, a su manera, han sufrido los desprecios de los aliens humanos, lo que generó en ellos la sensación de sentirse excluidos. En el camino tratarán de sanar esas heridas que aún duelen, que los lastima. Esas heridas que a Daniela no le permita tener una relación estable, que a Pedro no le permita sentirse bien consigo mismo y con su condición. Breve Historia del Planeta Verde es una película sobre seres que se sienten diferentes, desplazados. Sobre un extraterrestre que en realidad es la marginalidad en la que vivieron los amigos. Sobre tres personajes que llevan un cuerpo que tiene mucho en común con ellos y que fortalece su relación. Una película entrañable y poderosa a la vez, sobre la amistad y el amor. Puntaje: 90/100. ESTRENO 30 DE MAYO Sala Leopoldo Lugones, 21.30 hs. – Sala Cine Select de La Plata, 21.30 hs. Showcase Haedo – Sala Amancay (Neuquén) – Cine Teatro Pico (La Pampa)
Inadaptados, solitarios y deformes. Crítica de “El Árbol de Peras Silvestres” de Nuri Bilge Ceylan. Un escritor regresa a su pueblo después de haberse graduado, buscando sponsors para publicar su primer libro. Mientras deberá lidiar con la adicción al juego de su padre. Por Bruno Calabrese. Nuri Bilge Ceylan posee una filmografía multipremiada. Ganador de la Palma de Oro en Cannes por “Sueños de Invierno”, el director turco se caracteriza por filmar sobre sus propias memorias y sus recuerdos. Sobre individuos indecisos, en conflicto permanente consigo mismo. Un cine humanista, que suele tener como eje un hombre y sus conflictos existenciales con su entorno. En este caso la película nos cuenta la historia de Sinan (Dogu Demilkol), un joven escritor que vuelve a su pueblo natal con la esperanza de allí publicar su primer libro, El árbol de peras silvestre. Su familia no parece estar pasando por su mejor momento, vivir con su padre, su madre y su hermana le resulta angustiante. Idris (Murat Cemcir), su padre, tiene deudas de juego y ha dejado atrás su condición de maestro escolar. Es en ese pueblo venido a menos que Sinan quiere publicar su libro. El director y guionista turco nos propone un relato sencillo y honesto, sobre un joven en conflicto con una realidad que le provoca rechazo. Lidiando con un padre inmaduro, que desperdició su vida en el juego, que funciona como reflejo de un destino que no quiere para su vida. Su primogénito, un maestro que dejó atrás sus mejores años, se ha convertido en un adicto a las apuestas. Estéticamente , la película apuesta por los planos campestres donde la fotografía cumple un rol preponderante dentro del relato. El pueblo en ruinas es un reflejo de los lugareños. Seres encerrados en la religión, cuya vida gira alrededor del dinero y que se niegan a entender el progreso; incluso al invocar en forma permanente al oro como objeto de intercambio, algo presente en nuestras vidas pero fuera del circuito mercantil cotidiano de las mayorías de la sociedades. La película se debate permanentemente entre lo nuevo y lo anticuado. Entre los jóvenes que critican al viejo. Entre quienes llegan de la gran ciudad y quienes se han quedado en el pueblo para hacer mella en las diferencias generacionales entre los campesinos y el protagonista. Sinan no se siente a gusto en ese pueblo, habitado por gente muy cerrada y por fanáticos religiosos. A pesar de eso, su libro “El Árbol de peras silvestres” habla sobre ese lugar, aunque el sostiene que no planea quedarse ahí a pudrirse como los frutos de esos árboles que los campesinos ni se dan cuenta que existen. Como esos conflictos que están ahí pero que no quieren ver. Las múltiples decepciones de la vida y la desesperación por el dinero son conflictos que van aflorando de forma natural en un relato construido con paciencia. Como en ese fugaz reencuentro bajo un árbol que Sinan tiene con una joven con quien por la que siente algo, pero que está por casarse con un hombre adinerado. O en una emotiva charla con su madre que se muestra incondicional a su marido, a pesar de que este se empeña en arruinar su vida. Todo acompañado por una cámara atenta a que cada plano tenga la carga dramática justa y necesaria. A medida que la película avanza, decrece el número de seres con quienes Sinan puede entenderse. Pero será sobre el final, cuando ya no haya nadie a quien dirigirse, que el encontrará esa persona que siempre estuvo ahí y que el tanto cuestionó la que lo hará entender como hacer para seguir adelante a pesar de sentirse sapo de otro pozo. Puntaje: 90/100.
El Nacimiento de un Supervillano. Crítica de “Brightburn: Hijo de la oscuridad” de David Yarovesky” CINE, CINE DE GENERO, CINE DE GÉNERO FANTÁSTICO, CRITICA, ESTRENOS, INTERNACIONAL, TERROR ¿Que pasaría si un niño de otro planeta aterrizara en la Tierra, pero en vez de convertirse en un héroe para la humanidad, demostrara ser algo mucho más siniestro? Por Bruno Calabrese. Tori (Elizabeth Banks) y Kyle Breyer (David Nenman), son dos granjeros que no pueden concebir un niño de forma biológica. En medio de la crisis por la no concreción de esa paternidad deseada, cae una nave con un bebé en su interior. La pareja decide adoptar al pequeño, Brandon, un ser de otro planeta con increíbles habilidades muy similares a las del Superman de DC Comics. Sus poderes empiezan a despertarse en la pubertad y como todo adolescente se empiezan a dar reacciones negativas ante el intento de sus padres de poner le límites. Pero no solo ante sus primogénitos, sino también ante el rechazo por parte de la chica que a el le gusta. Conflictos propios de la edad se hacen presentes. Ese segmento de la película plantea lo más interesante de “Brightburn”, sobre todo a partir de que los padres empiezan a darse cuenta del peligro que su hijo esconde. Elizabeth Banks es quien carga con el peso dramático de la película. La negación del peligro que significa su hijo o como ella plantea: “nunca voy a estar en contra de mi hijo” corre el foco de los superpoderes para convertirse en un drama similar a películas como “We need to talk about Kevin” de Lynne Ramsay. Ese negacionismo conducirá la situación hacia un terreno peligroso que traerá consecuencias. A partir de la segunda mitad y con la explosión emocional de Brandon, la película pega un giro para convertirse en un slasher similar a “Halloween” o “Friday 13°”. El joven comienza a descargar toda su ira ante cada humano que lo contradiga o que no responda a sus exigencias. Aunque resulte menos interesante, la fusión entre géneros hace la experiencia entretenida y nos mantiene expectantes hasta su desenlace. “Brightburn” no se caracteriza por sus efectos especiales, aunque si por la violencia explícita presente en algunas escenas. Con un aire a película independiente (Su presupuesto fue de 7 millones de dólares), es imposible no encontrar similitudes a películas como “Split” de Night Shyamalan y la excelente “Chronicles” de Josh Tank. En ambas, seres humanos con poderes sobrenaturales se convierten en temibles asesinos. La producción corre por cuenta de James Gunn (director de la saga Guardianes de la Galaxia de Marvel), quien en su ópera prima ya había incursionado en el género terror y ciencia ficción en “Slither”, también protagonizada por Elizabeth Banks. Una película cuya trama tiene bastante puntos en común. En la misma, la caída de un meteorito trae consigo una temibles babosas que se apoderan de humanos y los convierte en seres sedientos de carne. Con el paso del tiempo, el film se ha convertido en una cinta de culto dentro de los amantes del género. Lejos de convertirse en algo similar, igualmente “Brightburn” es un film interesante y sombrío, que indaga en los inicios de un Superman sádico, violento y muy peligroso para la humanidad. Con una escena post-créditos protagonizada por Michael Rooker (actor fetiche de James Gunn), la película deja abierta las puertas para una continuación con la presencia de otros interesantes supervillanos. Puntaje: 75/100.