Un titulo que pertenece a un poema de un adolescente, Ulises, con el síndrome X, una enfermedad intelectual hereditaria producida por un gen específico que no genera una proteína. Es el hijo de la actriz Eugenia Alonso que debuta en la dirección, aquí compartida con Josefina Pieres. La realización se centra en la relación entre madre e hijo, desde su llegada al mundo hasta hoy. Pero es un registro que engloba no solo ese vínculo, sino también sobre como son vistos por los ajenos, las percepciones, los recuerdos, la amorosidad de la creación, la entrega pasional o embelesada. Es la madre actuando (en Hamlet, según la versión de Lautaro Vilo y Ruben Szuchmacher) y el hijo admirándola. Es la realizadora registrando cada hecho cotidiano de Ulises. Pero asi como en la ficción de Shakespeare la madre muere, es la actriz que le dice a su hijo, “no me mori, estoy aquí”, pero también le expresa lo que toda mujer tiene la misión de generar “tenes que aprender a hacer cosas solo, sin mamá”. La relación especial entre ellos, el apego y el desapego, los mundos creativos, lo que es y lo que vendrá.
José Celestino Campusano (Hombres de piel dura, Bajo tu piel morena) fiel a su estilo contundente y directo, con diálogos sentenciosos, aborda aquí la vida de una mujer en un momento de decisión, pero que permanentemente dialoga con la adolescente que fue y que vivió situaciones muy crudas. En el centro del relato una joven mujer que acaba de perder un embarazo lidia con sus excesos de alcohol, sus elecciones sexuales que la relacionan con una clase más popular y marginal, problemas de herencia, amistades y la búsqueda de un amor de ideal romántico aunque no pierde de vista su paulatino empoderamiento. La joven que sufrió violaciones, abusos y violencia, es capaz, en su presente, de correr cuchillo en mano a quien pretende atemorizarla. Es la que se enfrenta al qué dirán, a las disculpas de su madre, a sus convicciones y derechos, la que indaga en un trabajo social que pone en relieve burocracias y métodos fallidos. El realizador opone a su protagonista con los mundos masculinos que no comprenden, que practican la violencia y se asientan en el poderío patriarcal. Muy bien el trabajo de Natalia Page con su audacia y su estilo despojado.
En el Marvel Cinematic Universe la invitación es un paseo al reino cuántico, donde como ocurre últimamente interesa mucho menos el argumento y el humor que la catarata de efectos digitales en un universo donde nunca entra el sol y se extraña el mundo real de las anteriores Ant man and the wasp. Para el director Peyton Reed y el guionista Jeff Loveness el objetivo fue mostrar la representación del Quantum Realm con mucha inspiración del mundo Star Wars, recuerden la cantina con personajes intergalácticos, aquí con más despliegue y exotismo. Con un comienzo gracioso donde el personaje de Paul Rudd goza de su fama y se banca un chiste que ya se ve en el tráiler de la película, junto a su pareja y su hija, mas sus padres son absorbidos por el domino de las nubes púrpuras y extrañas criaturas. Durante el desarrollo la dupla protagónica está separada, aunque todos tienen oportunidad de lucimiento, pero eso resiente a la película. Sin embargo esta producción tiene momentos muy bien logrados como la batalla culminante, la tormenta de probabilidades, donde los ant mans son multitud y deben aprender a llevarse bien y coordinadamente para sobrevivir. Igual solo los muy fanáticos llevan el detalle de los argumentos luego de las 31 películas de la serie y esta tercera del hombre hormiga. Efectos que a veces alucinan y otros cansan, momentos de humor y un sobresaliente Kang, la gran apuesta de Marvel al futuro, como se ve en los adelantos entre los títulos finales. Interpretado por Jonathan Mayors. Recordemos que Kang existe en todos los planos de la realidad y los universos paralelos y aspira a ser un villano en todos ellos. Exiliado en el reino cuántico tiene planes de destrucción temibles. Eso para lo que viene, mientras tanto para los fans del MCU un entretenimiento familiar que será exitoso.
Un documental que llama la atención sobre la ausencia de justicia en un caso que conmovió a nuestro país, y que ocurrió en 5 de febrero del 2014, el incendio de los galpones de guardado de documentos de la firma Iron Mountain. Las estadísticas son demoledoras y la realización de Jorge Gaggero avanza implacable en una investigación esclarecedora, que cuenta con el relato en off de Cecilia Roth. Por ese incendio murieron 10 bomberos, siete resultaron heridos, dos sobrevivientes se suicidaron. Pero también hay fugados, testimonios de familiares amenazados, descubrimientos de fuego intencional y uso de acelerantes, allegados a las víctimas que firmaron acuerdos sin saber que lo ocurrido fue una tragedia provocada. Y por varias coincidencias internacionales lo que parece una práctica habitual en un entramado escalofriante.
La sororidad de dos mujeres muy humildes a punto de ser madres. En una frontera de Brasil y Argentina mas señalada en los mapas que en la cercanía de dos pequeñas poblaciones. Entre San Antonio en Misiones y Santo Antonio del país vecino. Dos mujeres con embarazos avanzados, una de ellas con la posibilidad de un parto cercano, que lo único que piden es una atención médica en lugares de gran precariedad económica y de enorme indiferencia hacia ellas. Definida por su director, Pedro Wallace, como una road movie pero de a pie, la realidad que viven sus protagonistas se repite con confesiones del pasado, con hombres ausentes o violentos, en casas humildes, pero donde brilla el coraje en esta situación límite. Dos actrices como Marina Merlino y Aylin Salas le dan vida a las heroínas casi anónimas, en un logrado film.
Cuando la película japonesa de terror Ringu de Hideo Nakata se estrenó en 1998, se transformó en objeto de culto. Después llegaron las secuelas, y versiones de otros países (“La llamada” y “The ring”). Lo que se dice “hacer jugo hasta la última gota con el fantasma de pelo largo. En esa película primigenia estaba una de las escenas más impactante del terror, el fantasma saliendo de un televisión para instalarse en la casa del espectador. Ahora ya no tiene ese efecto pero si el don de la persistencia y su consecuencia mortífera es de 24 hs. Para combatirlo hay una suerte de torneo entre ciencia y superstición con muchas vueltas de tuerca y apariciones al por mayor.
Es un regalo para los fans de Whitney Houston por muchas razones. Es una celebración al talento de la cantante considerada como una las más grandes de su generación, la que más vendió y fue premiada, en su carrera de 30 años. Por eso la que canta es ella es las versiones remasterizadas originales de sus canciones y la protagonista, logra una sincronización perfecta. Por eso ya es recomendable verla es cines con sonido de primera. La decisión de los productores de usar su propia voz es entendible, la actriz que la personifica capta el esplendor de Whitney aunque no se le parece. Es una gran cantante a la que se puede escuchar en los coros del comienzo de la historia y en el momento en que su madre se aparta para darle el protagonismo en presencia de un gran productor. Después se la escucha a la Houston con una precisión mímica increíble de Naomi Ackie. Si bien nada se soslaya en el film, su preferencia sexual cercenada por su familia homofóbica, la traición del padre, la adicción a las drogas, la difícil relación con Bobby Brown, el acento esta puesto en verla actuar, en escucharla, aunque siempre se la ve incómoda con la fama. Una versión amable de su trágico destino, un homenaje.
La vida de una directora de orquesta transformada en una estrella del mundo cultural, una EGOT denominación para aquellas excepcionales personas que ganaron un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony. Una genia, apadrinada por otro director excepcional, que goza de un reconocimiento sin límites, que roza la adoración. Pero también una mujer que parece tenerlo todo, está casada con otra mujer, tiene una hija y es la primera en dirigir una famosísima orquesta de Berlín. Lo que hace Todd Field, como guionista y director es un estudio profundo de este personaje brillante y oscuro a la vez. Se la muestra con una precisión punzante y a la vez todo se trata también de una caustica revelación sobre los manejos del poder. Y la destrucción que provoca ese abuso de poder y la cancelación cultural extrema. El personaje principal mostrado en toda su dimensión con escenas y tomas silenciosas y expresivas, musicales y reveladoras en detalles y situaciones, tiene en Cate Blanchett a una intérprete perfecta (seguramente ganará el Oscar otra vez) La actriz se comprometió tanto con su personaje que estudio piano, alemán, dirección musical para hacerlo todo en el film con un talento impresionante. Esa mujer excepcional y todopoderosa usa su poder en una clase, en favorecer o no a quienes la rodean, sabe humillar y herir, sabe ser una depredadora sexual por momentos. Es sublima en su arte, déspota en su deseo. Y cuando se unen intrigas de celos y venganzas con sospechas terribles su mundo se desmorona. El film no es condescendiente con nadie, ni con su protagonista ni con quienes la rodean, se mete en la mente atormentada de pesadillas de esa directora y delata los manejos sucios y políticos del mundo cultural. Toda la película es fascinante aun para aquellos que no sean eruditos de la música, por su honestidad brutal, por su realización y por tener a una de las mejores actrices del mundo.
Un territorio real y mítico al mismo tiempo donde las mujeres sienten que deben partir, con un impulso único que les exige una determinación insoslayable, fuera de la comprensión de muchos. Mujeres del presente, mujeres del pasado, que se atreven a caminar hacia su destino. La película de Laura Citarella, una talentosa directora, con un guión que escribió con Laura Paredes, su protagonista, nos regala cuatro horas de fascinación ( con un intermedio) que es en sí una aventura imposible de dejar pasar para los aman al cine. Para muchos espectadores será un redescubrir ese deslumbramiento del lenguaje cinematográfico, ese deseo de sumergirse en historias contadas con maestría. Es una revalorización de la palabra, una convocatoria a las imágenes más seductoras, un dejarse llevar por enigmas que se entrelazan para atraparnos en la necesidad de un viaje hacia el entretenimiento redondo. En Trenque Lauquen dos hombres que aman a una misma mujer, sin saberlo, la buscan con ansia. Ella es una bióloga que investiga especies, que descubre una historia de amor escondida en libros de una biblioteca, que habla de mujeres extraordinarias que sacudieron otros pasados lejanos. Mujeres plantadas en su libertad , en su deseo. Sus historias de investigaciones y revelacioness abren enigmas que cada vez se complican mas y nos llevan de la mano hacia los misterios más atractivos. Se cuenta y se muestra, mensajes no muy claros, desapariciones, explicaciones e intuiciones que sumergen al espectador en una ensoñación disfrutable del principio al fin. No se la pierda.
Una más de la saga dedicada a los más chicos, donde la aventura se cruza con los correctos mensajes en contra de la discriminación, la violencia en los medios y la vida, el bullying. En este caso la cruzada de Bodi se empeña en rescatar del olvido a una verdadera leyenda del rock y en desenmascarar a una conductora de televisión y su concurso televisivo, en pos del bien y de la concordia entre todas las especies animales, incluidas las “condenadas a ser rivales”. Con ciertas similitudes con “Sing”. Hablar de famas repentinas y campañas solidarias con música y acción redondea el envío.