Con motivo de conmemorarse el quinto centenario de la muerte de El Bosco, el Museo del Prado y el cineasta José Luis López Linares presentan el documental El Bosco, el jardín de los sueños en donde analizan los diversos símbolos de su cuadro más emblemático El jardín de las delicias. A los quinientos años de su muerte, poco se sabe sobre el pintor holandés Hieronymus van Aeken, mundialmente conocido como El Bosco. La falta de información sobre su vida junto con la mística de sus pinturas lo convirtieron en un enigma. La cantidad de interrogantes lo hacen aún más legendario: no se sabe a ciencia cierta el año de su nacimiento, ni qué hizo en los primeros años de su vida y tampoco cuántos cuadros llegó a pintar. El Bosco no fechó ninguna de sus obras, pocas llevan su firma, es la singularidad de su estilo su emblema y lo que permite diferenciarlo del resto de los artistas. Su principal coleccionista fue Felipe II de España, quien reunió varios de sus cuadros en El Escorial. La obsesión del monarca por el artista se vio reflejada en su lecho de muerte cuando a los 71 años y luego de agonizar 53 días falleció frente su cuadro favorito El jardín de las delicias. Es ésta, quizá, la obra más importante de El Bosco y debido a su gran contenido simbólico es considerada una de las pinturas más intrigantes y misteriosas de la toda la historia del arte. Actualmente forma parte de los fondos de exposición del Museo del Prado en Madrid y se estima que diariamente alrededor de cuatro mil personas detienen su mirada y son atraídos por la magnitud de sus imágenes. En este cuadro El Bosco refleja su visión sobre el dolor, la muerte y la condenación eterna a causa del pecado. El tríptico cerrado representa un globo terráqueo con la tierra dentro de una esfera transparente y alude al tercer día de la creación. En la esquina superior izquierda aparece una pequeña imagen de Dios con una frase inscrita en latín, extraída del salmo 33 que significa: “Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado”. Al abrirse, en el panel izquierdo se observa una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con la unión entre Eva y Adán. En el panel central se refleja un jardín desatado por la locura de la lujuria y la tabla final representa a la condena en el infierno, con un escenario cruel en el que el ser humano es juzgado por sus pecados. La estructura de la obra es simbolizar el principio y el fin de la humanidad. No es sólo lo temático y lo fantasmal lo que se destaca, es sobre todo lo avanzado para su época, el atrevimiento con las formas y la audacia de la composición de las imágenes. El documental de López Linares intenta reflejar todo este simbolismo a través de las diversas interpretaciones de artistas, escritores, filósofos, músicos y científicos. Su principal narrador es el profesor Reindert Falkenburg quien utilizó el tríptico como punto de partida en su tesis para plantear que, desde su primer exposición en la corte de los Nassau, El jardín de las delicias fue motivo de charla y análisis. A partir de esta premisa, surge la idea de conversar sobre los significados personales, históricos y artísticos del cuadro. Y al mismo tiempo explica la postura psicoanalítica, en donde el cuadro actúa como una representación del sueño humano que rompe con los límites impuestos por la sociedad y la moral.
En su nuevo film, Mario on Tour, el director Pablo Stigliani reflexiona sobre las relaciones humanas haciendo foco en el vínculo padre e hijo, con un perfecto equilibrio entre comedia y drama. Mario (Mike Amigorena) es uno de los tantos artistas que se quedaron en el camino. En su juventud dedicó su tiempo a la música para poder triunfar, pero no alcanzó a cumplir sus ilusiones. Lejos quedaron sus años de gloria y ahora le toca aceptar su destino: un hombre que sobrevive haciendo degustaciones de alimentos y que sólo utiliza su voz para hacer covers de Sandro en eventos privados. Su inestabilidad en el plano laboral también resuena en lo sentimental: la reciente muerte de su madre lo lleva a replantearse su rol de padre frente a su hijo preadolescente, Lucas (Román Almaráz) -fruto de una relación con su ex mujer (Leonora Balcarce)-, ya que, debido a su constante ausencia, el vínculo entre ellos no existe. En su intento por recomponerlo, Mario logra que Lucas acceda a pasar el fin de semana con él. Al mismo tiempo su mejor amigo y manager “El Oso” (Iair Said) le propone hacer una mini gira ese fin de semana por la costa argentina para remontar su carrera musical. Frente a esta nueva situación, los dos amigos y el joven emprenden un tour hacia la costa. Un viaje lleno de reclamos, tensiones, encuentros y desencuentros que les va a permitir fortalecer las relaciones e incluso cambiar su forma de percibir la vida. Si bien el argumento es previsible, lo valioso del film es cómo logra captar la reparación del vínculo entre un padre ausente y su hijo. Como así también refleja las frustraciones y el dolor que atraviesa el ser humano, sin importar la edad de los personajes. Sin nunca dejar de lado la comedia, a medida que el film avanza va tomando peso la melancolía y se convierte en una emotiva reflexión sobre los afectos y cómo influyen en la vida de cada uno. Mike Amigorena crea un protagonista carismático que no sólo hipnotiza por sus capacidades musicales sino por cómo con una mirada muestra toda su carga emocional. Iair Said y Román Almaráz sorprenden por la naturalidad de sus actuaciones y sus personajes son la cuota de humor necesaria en la mayoría de las escenas.
Ganador del Premio a Mejor Ópera Prima y al Mejor Actor en el Festival de Berlín, el cineasta Mohamed Ben Attia presenta su primer film La amante que refleja, a partir de una historia de amor, la realidad de los jóvenes en Túnez después de la Primavera Árabe. La Primavera Árabe fue una estación de esperanza colectiva: “El pueblo quiere la caída del régimen”, entonaron millones de voces en las calles y plazas de seis países árabes. Túnez fue la cuna de la Revolución de los Jazmines, una intensa campaña de resistencia civil frente a la dictadura de Ben Ali. Seis años después el camino hacia la democracia no les resulta fácil, en medio de la transición y luego de tres elecciones y una Constitución, enfrentan tensiones políticas y el ascenso del yihadismo. Sólo que esta vez el optimismo se marchitó. Esta decepción y su influencia en la mirada de los jóvenes influyó en la construcción del guion de La amante. Hedi es un joven de pocas palabras, casi inexpresivo y que vive una vida controlada por otros. Su madre, autoritaria y conservadora, organiza su casamiento con Khedja y su hermano mayor, que viajó desde Francia para la celebración, opina constantemente sobre cómo debe comportarse. A días del enlace, debe lidiar con el abusivo de su jefe que lo manda a la ciudad de Mahdia a vender autos Peugeot. Allí conoce a Rym, una bailarina de un hotel, y su mirada de la vida cambia completamente. No sólo se enamora sino que toma conciencia de cómo su vida está controlada por los mandatos de la sociedad y su familia. La conexión entre los dos lo lleva a reflexionar sobre su destino y cuestionar las decisiones de su madre. Frente a esta nueva realidad, Hedi deberá elegir entre dos mundos diferentes. Cabe destacar que si bien el personaje principal es masculino, la mujer no queda al margen de la historia. Al contrario, el film denuncia la situación actual en la que viven, mucho peor que los hombres, respecto a la represión a las que las someten las viejas tradiciones.
En su opera prima, Monger, turismo sexual en Buenos Aires, Jeff Zorrilla visualiza una realidad oculta y un mundo desconocido para la sociedad: el turismo sexual en Baires. Dentro del sistema capitalista todo puede ser lucrativo, incluso la vida y la muerte, siempre va a haber un único fin: la ganancia. Viviendo bajo estas reglas el valor principal de un ser humano es su condición de sujeto explotable. El exceso de competencia y mercado motivan a la sociedad a ejercer el rol de cliente. Nadie está exento. La prostitución es un insumo necesario dentro de este sistema ya que ocupa el centro de la industria sexual. Gracias a la globalización económica, la prostitución traspasó las fronteras internacionales de manera tal que las mujeres de los países pobres pueden ser adquiridas con fines sexuales por hombres de los países ricos. Se lo podría definir como colonialismo sexual, pero aquellos que lo practican prefieren el término turismo sexual. Acceder a esta práctica es muy fácil, sólo basta tipear international sex en Google y entrar a los diversos foros que existen en la red. En esas páginas, miles de usuarios suben fotos, puntúan a las mujeres como mercadería y aconsejan a otros desde sus experiencias. Para estas personas los viajes sexuales son un deporte y el principal objetivo es conseguir la mayor cantidad de premios posibles. En ese universo invisible se sumerge Monger, turismo sexual en Buenos Aires, para retratar estas prácticas a través de la mirada de quienes las llevan a cabo. Monger es un término inglés que se utiliza dentro del ambiente y su definición es muy similar al de traficante. El documental se construye con tres perfiles: un guía sexual, un turista que desea tener sexo con 400 mujeres antes de su cumpleaños y un ex cliente que está luchando por la custodia del hijo que tuvo con una prostituta. Las únicas voces son las de estos hombres que tienen una visión de mundo donde todo se controla a través de la plata, incluso las relaciones entre seres humanos. No es necesario relacionarse cuando podés tener sexo por unos cuantos pesos o dólares. Se ven reflejados como coleccionistas dentro del sistema capitalista, obsesionados en acumular experiencias sin importar el efecto de sus acciones. Su ideología machista se refleja en cada una de sus palabras: las mujeres son sólo objetos para brindar placer, un número más en la lista o un envase descartable. A través de diferentes formatos y registros, Monger, turismo sexual en Buenos Aires expone crudamente este estilo de vida que incomoda a la mayoría de la sociedad, pero que pocos quieren visualizar y muchos menos debatir. Lo que sí sorprende es que, al abarcar un tema tan sensible como lo es la prostitución, no se le dé espacio ni voz a las trabajadoras sexuales que lidian con estas problemáticas. La prostitución es un debate pendiente en la mayoría de las sociedades latinoamericanas, especialmente en Argentina. Actualmente las trabajadoras sexuales luchan para eliminar el gran estigma que sufren y exigen mejoras en sus condiciones laborales. El documental no hace eco a este reclamo y decide mostrar la mirada patriarcal del servicio, haciendo hincapié en el machismo dominante de la sociedad.
La cineasta Gabriela Aparici estrena Tango Suomi, su primer largometraje coproducido con Finlandia. En su documental investiga el universo del tango y cómo logró sumergirse en la cultura finlandesa. En Finlandia, luego de la Segunda Guerra Mundial, el tango se convirtió en una manera de interpretar la pena y la pérdida. Al igual que en el Río de la Plata, las letras finlandesas captan el aire melancólico de añorar un pasado que ya no volverá. Y es a partir de estas melodías y acordes que encontraron un perfecto medio de expresión para canalizar el clima de posguerra. Uno de sus principales exponentes fue el compositor Unto Mononen, su pieza más famosa “Satumaa”, se consagró como arquetipo del tango en su país. El tango puede ser finlandés. Desde esa premisa, Aparici plantea una investigación que inició a partir de sus viajes a Finlandia en el 2010. Su principal motivación es reflejar cómo a pesar de los miles de kilómetros de distancia con Argentina, ambos países comparten el mismo vínculo y sentimiento por el género musical. El documental propone un acercamiento a los dos tangos, tanto el argentino como el finlandés, y cómo sus músicas se cruzan con diferentes ritmos y bailes. Desde sus diferencias técnicas los une el sentimiento nostálgico de añorar otro lugar y otro tiempo. El análisis entre ambos se aprecia en las entrevistas a diversos músicos finlandeses como M. A. Numminen y Pertti Mustonen, quienes explican que el tango es considerado como patrimonio nacional. El documental filmado en los dos países logra hacer un balance entre los diversos paisajes y también reinterpreta las características de ambas sociedades. A medida que avanza se observa la evolución que tuvo este género en el país europeo y cómo actualmente se resignifica la práctica de la danza y la música a través de viejas y nuevas composiciones. Sin abandonar nunca la inspiración que les brindó el gran tango rioplatense.
A diez años de la muerte del escritor y dibujante Roberto “El negro” Fontanarrosa, seis directores le rinden homenaje a su literatura y a su humor característico para consagrarlo en la gran pantalla en Fontanarrosa, lo que se dice un ídolo. La capacidad casi sobrenatural para el humor y la simplicidad de las líneas de Fontanarrosa lo vuelven irresistible para las adaptaciones en el medio audiovisual. Pero no es fácil elegir un puñado de cuentos dentro de su extensa obra. La difícil elección les tocó a los directores Juan Pablo Buscarini, Gustavo Postiglione, Héctor Molina, Néstor Zapata, Hugo Grosso y Pablo Rodríguez Jáuregui. Cada uno tuvo que adaptar un cuento y a través de sus diferentes miradas conforman un largometraje que no sólo homenajea al escritor sino también a su lugar de origen: aquel Rosario que lo vio nacer en 1944 y que nunca pudo abandonar. Los cuentos son: “No sé si he sido claro” dirigido por Buscarini donde Dady Brieva se mete en la piel de Monfrini para prestar declaración ante un juez sobre un hecho inusual dentro de un club de barrio; “Vidas Privadas” de Postiglione donde se destacan las actuaciones de Julieta Cardinali y Gastón Pauls que dan vida a un matrimonio que tiene mucho para decirse en medio de dos realidades; “El asombrado” dirigido por Molina que muestra a Darío Grandinetti frente a un problema que parece no tener solución y que busca consuelo en su psicólogo interpretado por Claudio Rissi; “Sueño de barrio” de Zapata donde aparece un sobreactuado elenco encabezado por Pablo Granados y Raúl Calandra en medio de una comisaría para reconstruir un caso que no tiene nada de policial y “Elige tu propia aventura” que dirige Grosso protagonizado por Luis Machín quien debe lidiar con una difícil elección dentro de un bar. En el medio de estos relatos aparecen los cortos animados de Pablo Rodríguez Jáuregui que recrean tres “Semblanzas Deportivas” del gran escritor que siempre supo narrar los miedos y tensiones del fútbol de una manera casi romántica. La gran virtud de las historias es que captan la esencia del habla coloquial y la capacidad que tuvo Fontanarrosa en traducirla al lenguaje escrito. El espectador se queda expectante porque quiere saber cómo termina cada historia. Y ese es su valor central: la atención que genera un relato bien contado. Su gran adaptación se debe al elenco que tiene cada uno de ellos, que lograron darle vida a esos personajes que disfrazan con simplicidad algo tan complejo como la construcción de una jerga tan directa que resuena en los oídos. Sin embargo deja un sabor amargo el humor negro que recurre siempre a las costumbres machistas de la sociedad argentina. Dentro del largometraje los roles femeninos son accesorios que cumplen sólo la función de satisfacer al sexo opuesto, no hay contenido que demuestre lo contrario.
Luego de pasar por varios festivales nacionales e internacionales, el director Alberto Romero estrena Carne Propia. Un documental sobre la industria ganadera, que no se enfoca en la violencia del recorrido final de la vida útil de un vacuno sino en la relación entre el obrero y el patrón a través de la historia. “Me siento observado y desnudo”, anuncia un viejo toro en media de la llanura pampeana. Así comienza su relato un ejemplar Aberdeen Angus para contar lo que parece ser el último viaje de su vida. Ya no puede escapar de la muerte y debe honrar su destino: una lata de conserva. Sabe que pagarán mucho menos de lo que vale, pero eso lo vive con orgullo. A pesar de ser la única voz en off, su protagonismo se va achicando a medida que sus palabras avanzan. El recorrido final del animal no es lo importante del documental. El principal eje, según las palabras del toro, es “la honorable institución del patrón” y cómo ese concepto se ve reflejado en la industria ganadera argentina a lo largo del tiempo. Para lograr este análisis se narran tres historias que entraman los diferentes estados de la relación obrero-patrón. Primero comienza con la instalación de los frigoríficos ingleses en el pueblo entrerriano de Liebig, y cómo su producción de corned beef revalorizó la carne argentina durante las dos guerras mundiales. Desde la mirada de los actuales pobladores se analiza la dependencia del obrero con su patrón y cómo la venta de la fábrica disminuyó el valor de su localidad. Luego el relato se traslada a Berisso, un barrio del conurbano bonaerense y cuna de las primeras experiencias sindicales. En plena década del cuarenta el obrero cambia su rol y se organiza para luchar por mejores condiciones laborales. Una de sus figuras más importantes es doña María Roldán, la primera mujer en ser secretaria gremial de la planta Swift, además de ser una de las protagonistas del histórico 17 de octubre de 1945. La cantidad de imágenes de archivo son esenciales para entender el valor de los derechos otorgados por Juan Domingo Perón a los trabajadores y lo que significó en la vida de éstos. Finalmente el documental culmina en Berazategui, narrando la historia de la cooperativa SUBPGA, donde en el 2006 se extingue la figura del patrón y los propios obreros toman el mando del frigorífico. Carne propia es el perfecto análisis sobre el universo de la carne y sus diversos protagonistas. Haciendo hincapié en la mirada de los trabajadores. Sin embargo la voz del toro (prestada por un excelente Arnaldo André) sirve para contrarrestar a la del patrón. El animal está escrito bajo una ideología conservadora que se asemeja al pensamiento oligarca de los dueños de la carne, pero que nunca deja de ser simpática para el espectador gracias a su humor ácido y a la poesía de sus palabras. Cabe destacar que no se muestra ninguna escena violenta sobre los animales que pudiera incomodar a la audiencia. El fin es otro. El documental se encarga de trazar de manera lúcida cómo fue mutando la ganadería argentina a través de los diferentes modelos económicos y las consecuencias de esas políticas que sufrió la clase trabajadora. Dentro de su reflexión se llega a una conclusión abierta, principalmente sobre la empresa SUBPGA que actualmente lidia con el ajuste y los tarifazos que no le permiten mejorar su actividad.
En su opera prima, la directora mexicana Adriana Casas, analiza desde su propia experiencia cuáles son las condiciones de vida dentro de un enorme edificio en la ciudad de Buenos Aires. Construcción fija para habitación humana es un documental que no sólo critica la arquitectura dentro del mercado inmobiliario sino que también muestra el costo emocional de vivir en espacios reducidos. Diecinueve pisos, siete departamentos en cada uno y aproximadamente 600 inquilinos son los elementos que componen el universo de la torre ubicada en la calle Jean Jaures en el corazón de Once. Un edificio que no pasa desapercibido y que además cuenta con múltiples departamentos de apenas veinticinco metros cuadrados. En uno de ellos vive Adriana Casas, la realizadora del documental. En ese escaso espacio se las arregla para realizar las necesidades básicas de cualquier individuo: alimentación, higiene y descanso. Casas explica con sus propias palabras los conflictos que atraviesa diariamente dentro de su monoambiente, especialmente en lo que concierne al orden y al aprovechamiento del lugar. Su propia vivencia la inspira para entrevistar a los demás residentes del edificio y a raíz de sus respuestas se van representando los diversos ejes del documental. Uno de ellos es cómo el espacio vital determina el comportamiento de un individuo y su forma de comunicarse. Sus vecinos analizan desde su propia perspectiva cuáles son sus principales objetivos, los factores negativos que atraviesan, las barreras que los restringen y limitan sus movimientos y al mismo tiempo sus sueños y anhelos para alcanzar aquello que desean. Por más diferentes que sean, los unen las dificultades de vivir en un gran centro urbano que cuenta con una arquitectura que no se detiene a construir espacios para el desarrollo humano y prefiere adaptarse a las demandas del mercado. Complementando los testimonios personales y subjetivos de los habitantes del edificio, diversos profesionales de la construcción opinan sobre esta problemática mundial que no parece mejorar. Sin ir más lejos, Construcción fija para habitación humana plantea su conclusión desde el principio con una frase del arquitecto suizo Peter Zumthor: “Estamos rodeados de arquitectura, ese es el punto de partida. Por eso la arquitectura debería hacer algo útil, algo bueno para los seres humanos”.
En su primer largometraje, Por la ventana, la directora brasileña Caroline Leone, emprende un viaje entre Brasil y Argentina, retratando desde un argumento muy simple la emocionalidad de los seres humanos. Rosalía (Magali Biff) tiene 65 años y vive en Sao Paulo junto a su hermano José (Cacá Amaral). Hace más de treinta años que pasa la mayor parte de sus días trabajando como gerente de producción en una fábrica de reactores eléctricos. Es la primera en entrar y la última en salir. A pesar de llevar un trabajo exhaustivo, en su casa continúa con su labor y adopta el rol de ama de casa haciéndose cargo de todas las tareas domésticas. Sus acciones son el reflejo de una vida sumergida en la rutina, siempre en silencio y sin quejas. Como si su existencia fuera sólo eso: trabajar, comer y dormir. Sin previo aviso, toda su realidad cambia. Dentro de la fábrica ocurre una fusión y sus servicios ya no son requeridos. Al enterarse de esto su mundo colapsa y se sumerge en una profunda depresión. Su hermano, preocupado, intenta animarla y la lleva con él a un viaje de trabajo a Buenos Aires. Los 2200 kilómetros de carretera ayudan a Rosalía a separarse de su antigua vida y a cambiar su forma de ver el mundo. Por la ventana, es una historia simple, pero que al mismo tiempo muestra la complejidad de los seres humanos. Principalmente de los que transitan la tercera edad, donde los días son rutinarios y, con el paso del tiempo, es difícil adaptarse a los cambios. Los personajes son el claro ejemplo de cómo la realidad desgasta la forma de percibir la vida y cómo uno se rinde a lo cotidiano, acercándose poco a poco a la muerte. Lo que logra Leone es darle significado a los pequeños detalles y documentar, a través de su cámara, una nueva forma de estructura narrativa poniendo el foco en la mirada de Rosalía, sin diálogos innecesarios. La película nos muestra lo bien que hace abandonar los lugares comunes y disfrutar de las pequeñas cosas.
Abandonando sus raíces en el cine independiente la actriz Camila Toker presenta La muerte de Marga Maier, su nueva película en coproducción con Brasil. De la unión de los dos países nace un thriller rural que tiene todos los elementos necesarios para generar intriga y mantener al espectador expectante hasta su resolución. Luego de una fuerte sudestada que sacudió al pueblo la noche anterior, aparece en las orillas del río el cuerpo sin vida de Marga Maier. Junto al cadáver llegan: Ricardo Reis (Ivo Muller), un forastero brasileño con un negocio pendiente, el desconocido comisario Pereyra (Alberto Suárez) dispuesto a resolver el caso y Julia Victorica (Pilar Gamboa), heredera de la estancia administrada por la difunta y luego de años sin pisar el lugar. Marga Maier no es ninguna desconocida dentro de la comunidad y su crimen sorprende a los habitantes de Punta Indio. Entre diferentes testimonios y declaraciones se reaviva el rumor sobre Cruz del Sur, un diamante desaparecido y que porta una maldición sobre la familia Victorica. La muerte de Marga Maier de Camila Toker La historia no se queda en la comodidad y va mutando a cada segundo. Las diversas miradas van a aportando varios puntos de vista, cada habitante del pueblo tiene algo que contar. El constante movimiento de la cámara permite mostrar cómo cada personaje se va mezclando en el espacio. El único problema es la escasa información del pasado de cada uno, ya que de alguna manera influye en conocer el motivo del crimen. Pero lo que sí tiene a su favor es la perfecta elección del elenco, que cuenta con brillantes actuaciones entre las que se destaca, principalmente, la de Gamboa. Tampoco se quedan atrás con sus participaciones especiales Mirta Busnelli y Luis Machín que, a pesar de jugar siempre el papel de villano, nunca deja de sorprender. La muerte de Marga Maier permite a Toker contar una historia sin estructuras clásicas y que funciona perfectamente con su locación. La estética de los paisajes abiertos, el pantano, el río y los cielos atrapantes son los que convierten a Punta Indio en el principal protagonista. Y que junto a los demás personajes van entramando un policial con tintes de western que atrapa al público desde el principio.