En dos habitaciones contiguas de un hotel francés se encuentran hospedados dos antagonistas por excelencia. Una es el refugio del asesino Ralph Milan, la otra, el lugar de descanso del fotógrafo suicida François Pignon. A cada uno lo aqueja algo distinto: Pignon tiene una gran pena de amor, Ralph debe asesinar a un hombre en la próxima hora. Sin embargo, estos dos personajes no se encuentran separados por completo: entre ambas habitaciones media una puerta que las intercomunica. Abrirla se asemejará a destapar la Caja de Pandora. ¿Podrá Ralph llevar a cabo su cometido homicida sin ser descubierto? ¿François aguantará más de quince minutos sin tratar de suicidarse y recuperar el cariño de su esposa? Todo puede pasar cuando esa puerta que divide estos dos mundos se abra. Esta floja comedia dirigida por Francis Veber (responsable de un ya clásico de la comedia francesa, “El Placard”) sólo despierta una o dos carcajadas con la inclusión de secuencias típicas de slap comedy. Lo mismo que podríamos haber visto si navegáramos entre los cientos de video caseros de YouTube.
Tras el suicidio de una persona que en sus últimos minutos sobre esta Tierra se aferró a un rosario, la policía de Filadelfia es llamada para investigar el caso. Quiere la casualidad –o tal vez no- que en el mismo edificio ocurra un suceso extraño. Un ascensor ha quedado atorado en el piso 21 sin presentar fallas electrónicas o mecánicas aparentes. Sus ocupantes, cinco personas diametralmente opuestas entre si, comienzan a experimentar la presión del encierro, sensación desagradable que va in creyendo cuando tras cada uno de los cortes de luz, uno de ellos aparece brutalmente asesinado. Uno de los guardias que controla las cámaras de seguridad, un mexicano religioso, supersticioso y bastante vulnerable recuerda una de las historias que le relataba su madre cuando él era pequeño. En aquel cuento, el diablo tomaba forma humana y reunían a personas de malas conductas para una última tortura antes de llevárselos consigo al otro mundo. ¿Será esto lo que está ocurriendo dentro del ascensor? ¿Uno de estos cinco personajes será el diablo corporizado? Este film es la primera entrega de un proyecto aún más grande y ambicioso conocido como “The Night Chronicles” impulsado por el devaluado director M.Night Shyamalan que supo ser el creador de grandes éxitos como Sexto Sentido y Señales, que en esta oportunidad ocupa el rol de productor. El realizador propone crear una serie de films de temáticas que van del terror al suspenso pasando por los tintes sobrenaturales. En esta primera oportunidad, el ritmo y la tensión se mantienen a lo largo de los casi ochenta minutos que dura el film, que de haber prescindido del lado demoníaco, también podría haberse erigido como una historia de suspenso con malos de carne y hueso.
Llegado desde el espacio exterior, Megamente siempre quiso ser bueno, pero su entorno se lo impidió constantemente. Ya de adolescente no le quedó más opción que convertirse en el mejor villano de la ciudad, la Némesis perfecta para Metroman, el superhéroe que todos aman. Todos lo intentos por acabar con el hombre de la sonrisa perfecta fallaron, hasta hoy. Sin enemigo a quien vencer, Megamente cae en una profunda depresión y se da cuenta que su vida ya no tiene sentido. Ese es el momento en que un nuevo plan sale a la luz: es hora de crear un nuevo superhéroe con quien combatir. Pero una vez que descubra el monstruo que él mismo creó, ¿podrá derrotar a su propia creación? ¿Podrá el Genio Malvado cambiar de lado y volverse el héroe de su propia historia? Esta nueva película de los estudios Dreamworks se estrenó a fines de 2010 con gran repercusión en todo el mundo. La historia, entretenida tanto para chicos como para adultos, está llena de buenas ideas y de algún que otro lugar común. Esta edición en DVD incluye algunos materiales extra: escena eliminada, comentarios de los realizadores, entrevistas con el elenco (Will Ferrell, Tina Fey, Jonah Hill y David Cross) y un especial de previews de videoclips, trailers y videojuegos de otros filmes de Dreamworks (Kung fu Panda, Madagascar, Shrek y Cómo entrenar a tu dragón).
Un ex federal es sometido a ver el asesinato de su esposa e hija después de que una redada fracasara. Con una actitud mortífera, increíbles habilidades con su machete y una capacidad para readaptarse a circunstancias adversas, Machete (Danny Trejo) se muda a Texas para comenzar una nueva vida. Allí es contactado por Booth, el líder de una red de corrupción política que decide contratarlo para asesinar al senador del estado (Robert De Niro). Ante su negativa, Machete vuelve a convertirse en un blanco móvil y en plan de limpiar su nombre y el honor de su familia intenta dejar al descubierto la conspiración. Para ayudarlo en su cruzada estarán Luz (Michelle Rodríguez), dueña de un trailer de tacos, Padre –el hermano cura de Machete- y la agente de migraciones Sartana (Jessica Alba). Este nuevo filme del realizador Robert Rodríguez, que toma como eje central al personaje surgido brevemente en el proyecto doble Grindhouse (estrenado en Argentina en dos partes: “Planet Terror” y “A preba de muerte”) co-dirigido por Quentin Tarantino, no faltan las amputaciones en primerísimo primer plano, coreografiadas luchas, sangre a chorros y una estética que ya es marca registrada del director de “Érase una vez en México”. Danny Trejo es el actor ideal para caracterizar a este tipo rudo, de pocas palabras y de una comedida búsqueda de redención. Solo él puede decir la frase “Ellos se metieron con el mexicano equivocado” y realmente hacernos temblar. Por desgracia, todos los méritos de la primera mitad de la historia se diluyen en su segunda parte, reiterándose a si misma sin encontrar una forma directa de concluir el relato con el nivel con el que fue iniciado. Jessica Alba tampoco está a la altura de su contrafigura femenina, la ex lostie Michelle Rodríguez, de personalidad combativa, ruda y de armas tomar.
La estática y convencional dirección de Nicolás del Boca, más adecuada para un culebrón televisivo que para un film, no ayuda a suplir los diálogos ampulosos y difíciles de expresar con naturalidad escritos por Enrique Torres. Con una ausencia total de dirección de actores, un desenlace esotérico, una flojísima interpretación de Lucila Solá e incontrolables arrebatos de cólera/tristeza/alegría por parte de Silveyra, “Un buen día” es un producto menor, pobre, extraño y que debe esconder algún interés secundario que nosotros desconocemos.
¿Acaso falta explicar en qué consiste la propuesta de Johnny Knoxville y compañía? Ahora rodada en tres dimensiones (que desperdicio de celuloide) el público será testigo de escatológicos experimentos, muestras de “destreza” e imbecilidad extrema en un grupo de infradotados adultos. El por qué de la trasposición del programa más doloroso de MTV al cine continúa siendo un misterio, aún hoy con esta tercera entrega. Qué lleva al público a pagar una sustanciosa entrada para ver aquellos que puede encontrar gratis en televisión es una incógnita a resolver.
Un cuarentón neurótico e inseguro (Jason Bateman) se entera que su mejor amiga (Jennifer Aniston) desea tener un hijo aunque sea por inseminación artificial. Angustiado por los avances en la vida de su compañera de salidas, y gracias a una alta dosis de alcohol, reemplaza el semen del donante por el suyo, forzado a vivir desde entonces con el secreto de que es el padre biológico del bebé. Basada en el cuento “Baster” de Jeffrey Eugenides, los creadores de “The Switch” (tal es su nombre original) decidieron no andarse con rodeos y en menos de cinco minutos se enfocan en el quid de la cuestión: la necesidad del personaje de Aniston de convertirse en madre. ¡El problema es que todavía ni siquiera no presentaron de forma acertada a los personajes…! ¿Cómo sentir empatía con estos desconocidos metidos en una situación tan forzada como la que se presenta? He aquí una de las posibles explicaciones al fracaso mundial de esta cinta.
Colocando en el centro de la escena a una pareja de probada química como lo es el dúo Rudd-Carell (ya habían trabajado juntos en el exitosa “Virgen a los 40”), el filme que no pasó por las salas locales tiene su único gran problema en la extensa duración: suprimiendo media hora del metraje y llevándolo a unos más cómodos noventa minutos, no sólo se hubiese ganado en ritmo sino que las bromas, desperdigas por aquí y allá, hubieran estado más cercanas entre ellas, generando una sensación de comicidad más aceitada de la que termina teniendo el producto final. Las escuetas participaciones de Lucy Puch (“Conocerás al hombre de tus sueños”) merecen ser destacadas.
Antes de llegar al mercado hogareño, esta pequeña gema del cine actual estuvo a punto de ser estrenada comercialmente en las salas argentinas. Plagada de hallazgos visuales, sustentada por una historia divertida, entre un humor agudo y naif, “Scott Pilgrim vs. The World” gira entorno al veinteañero del título, un típico loser al que el actor Michael Cera le saca todo el provecho posible. Perdidamente enamorado de una chica, deberá encontrar la manera de cortar su actual relación con una estudiante del secundario al tiempo que los temibles siete ex novios de su nuevo objeto del deseo vienen en busca de venganza. Coreografiada como un enorme videojuego, el film va escalando en atractivo visual y argumental hasta llegar a un clímax que dejará a más de un geek llorando de satisfacción.
Peter (Robert Downey Jr.) está a punto de convertirse en padre primerizo: su esposa tiene fecha de cesárea programada para dentro de cuatro días. Mientras se encuentra abordando el avión que lo llevará a Los Ángeles conoce a Ethan (Zach Galifianakis, más de lo que ya vimos en “¿Qué pasó ayer?”), un aspirante a actor que desea instalarse en Hollywood. Cuando ambos sean incluidos en una lista de personas inhabilitadas para subir a un avión, deberán improvisar un viaje en auto atravesando más de tres mil kilómetros. El director Todd Phillips hico una prolija puesta en escena, pero los grandes contratiempos que presenta “Todo un Parto” se deben a su enclenque guión, deslucido, poco gracioso, con algún desagradable gag escatológico… Hay que reconocer que cuando las clavijas se ajustan somos testigos de momentos auténticamente cómicos y sentimientos genuinos cuando se apela al costado sentimental de los integrantes de esta improbable pareja de compinches.