Crítica emitida en Cartelera 1030 el sábado 21 de abril de 2018 de 19-20hs. por Radio Del Plata (AM 1030)
Crítica emitida en Cartelera 1030 el sábado 21 de abril del 2018 de 19-20hs por Radio Del Plata (AM 1030)
Crítica emitida en Cartelera 1030 por Radio Del Plata (AM 1030) el sábado 14 de abril de 19-20hs.
Crítica emitida en Cartelera1030 por Radio Del Plata (AM 1030) entre las 19-19:45hs, el sábado 7 de abril de 2018.
Crítica emitida en Cartelera 1030 por Radio Del Plata (AM 1030) el sábado 31/3/2018 de 19-20hs.
Crítica emitida en Cartelera 1030 por Radio Del Plata (AM 1030) de 19-20hs.
Crítica emitida en Cartelera 1030 Radio Del Plata (AM 1030) el sábado 17/3/2018 en el nuevo horario de 19-20hs. El Hilo Fantasma película que cuenta con seis nominaciones al Oscar: Mejor actor protagónico Daniel Day-Lewis, Mejor actriz de reparto Lesley Manville (Cyril), Mejor música original, Mejor Director y Mejor Película, ganó el premio al mejor vestuario. Largometraje escrito y dirigido por Paul Thomas Anderson: Petróleo Sangriento 2007 (también protagonizada por Daniel Day-Lewis), Inherent Vice, Magnolia y Boogie Nights, entre muchas otras. En esta ocasión Daniel Day-Lewis es un exitoso diseñador de modas en Inglaterra en 1950 aproximadamente. Su nombre es Reynolds Woodcock y su marca de alta costura es vestida por las mujeres más elegantes y ricas. Él es un diseñador excelente, es un obsesivo y perfeccionista, cuenta con su mano derecha de toda la vida, su hermana Cyril (Lesley Manville) y tiene una rutina en la que ninguna mujer como pareja sentimental dura mucho tiempo. Tiene el hábito además de moldear a las mujeres a su estilo. Todo cambiará cuando conoce a Alma (Vicky Krieps), una joven mesera con una forma peculiar de servir el té. A partir de allí, ella se convierte en su modelo y su musa. En consecuencia, el amor se torna tormentoso con tironeos de poder de ambas partes, lo cual remite a la frase “Aquello que nos fastidia luego, es lo mismo que en un principio nos atrajo del otro”. Así como le encantó a Woodcock como ella le sirvió el desayuno la primera vez ahora le resulta insoportable eso mismo. La parte misteriosa del relato está puesta en el recuerdo de la madre de Woodcock, gracias a quien él aprendió el oficio, y a quien tiene presente constantemente. En este sentido, es constante la figura del triángulo de personajes, y los secretos que esconden las prendas del diseñador, el más importante refiere a “never cursed” (nunca maldito) …Entonces, nos permite pensar si él embrujo a ella con su talento y sus vestidos, o si ella lo embrujó a él con su amor, tornando el vínculo entre ambos perverso. En conclusión El hilo fantasma es una película muy original, con un final atípico que nos dejará pensando. Para algunos quizás sea placentero, para otros tal vez no. Hay que destacar sin dudas la excelente actuación del gran Daniel Day Lewis, con un brillo en sus miradas único, en todos sus gestos y expresiones ha logrado una composición del personaje maravillosa y totalmente verosimil.
Crítica emitida en Cartelera1030-Radio Del Plata, sábados de 20-21hs. La remake de Perfectos Desconocidos (2017) de Álex de la Iglesia, basada en el filme italiano Perfetti Sconosciutti (2016), torna el relato más cómico que drámatico a diferencia de su original. No hay cambios radicales a nivel guión, sin embargo, el gran aporte aquí es lo incisivo y sarcástico que se vuelven los diálogos, la mayor expresividad de los actores españoles y la mejoría a nivel visual y estético. Mientras la versión italiana se apoyaba en la sutileza, la versión española apunta a exponer -mediante objetos o ironías- los secretos y conflictos, y acentuar a través de la comicidad, los cuales son rasgos propios del director español. En adición, en Perfectos Desconocidos el suspenso de la intriga está mejor construido desde el inicio y va en crescendo. A pesar de ello, hay que reconocer que ésta segunda adaptación no sería posible si no fuese por la creativa idea de la versión italiana de reflexionar sobre el celular y las consecuencias de su uso en los vínculos sociales de la posmodernidad. Lo que en ambos filmes inicia con un inocente juego, terminará exponiendo una especie de estudio sociológico sobre la tecnología y la humanidad actual. Ambos finales carecen de potencia y astucia respecto a lo planteado en el desarrollo. Aunque es una película correcta, dista de estar a la altura de lo mejor de la filmografía del talentoso Álex de la Iglesia, que aquí es efectivo pero no sorprendente como de costumbre.
Los placeres son amorfos El realizador mexicano Guillermo del Toro nos tiene acostumbrados a historias fantásticas, recordemos brevemente que ha sabido llamar nuestra atención con Hellboy (2004), maravillarnos con El Laberinto del Fauno (2006) y quizás decepcionarnos un poco con La Cumbre Escarlata (2015), sin embargo, con la recién llegada La Forma del Agua (2017) volverá a conmovernos combinando la identificación sentimental con lo extraordinario. La Forma del Agua inicia con un viaje sumamente onírico y acuático que nos sumerge en el “yo interior” de nuestra protagonista, Elisa (interpretada con la calidez justa por Sally Hawkins), a quien el narrador se refiere como una “princesa sin voz”. A partir de allí el relato está enriquecido de relaciones intertextuales, se deduce que la primera de ellas es el cuento La Sirenita (1837), de Hans C. Andersen, cuya interpretación más famosa es la animación homónima de Disney (1989). Si bien las sirenas son famosas mitológicamente por atraer a los hombres con sus cantos, nuestra humana protagonista Elisa es muda debido a unas heridas muy peculiares que posee en el cuello, las cuales remiten automáticamente a las branquias de los peces. En dicha cuestión, está el vínculo con este famoso personaje pues La Sirenita al pasar del mundo marítimo al terrestre por un hechizo perdía el habla, cuya semántica será circular a lo largo de todo el relato. Luego de este visualmente hermoso prólogo, comienza la acción propiamente dicha. En adición a lo anterior, desde el comienzo los vínculos del personaje de Elisa y el agua son constantes. Todas las mañanas en su rutina ella toma un baño con la tina llena y se masturba repitiendo esta acción una y otra vez: no es para nada casual que lo haga inmersa en el agua. En consecuencia, el director es muy hábil en la forma en que dosifica la información haciéndonos entender desde la apertura que el universo acuoso erotiza a Elisa, incluso nos hace comprender y conocer su interior emocional. Asimismo, la cuestión de lo erótico, los gustos y peculiaridades, es uno de los aspectos más interesantes del film ya que abre un abanico de espectros: hay quienes gustan de extrañas criaturas marinas y les excita el agua, hay quienes les excita tener relaciones sexuales en silencio y ejerciendo el dominio sobre el otro, y hay quienes prefieren personas de su mismo género. Es decir que La Forma del Agua es un relato que nos propone diversidad en todo su esplendor, expresando cuán amorfos pueden ser los placeres humanos y sobrehumanos. Retomando brevemente el argumento del film, éste nos sitúa a principios de los 60, allí Elisa trabaja limpiando en un laboratorio científico de máxima seguridad, cuya rutina y protocolos son de índole cotidiana, hasta que traen captiva a una criatura anfibia desde Sudamérica, y por la cual todo cambiará repentinamente. De aquí se desprende la relación intertextual principal del relato con otra película anterior y un clásico del cine de terror, Creature from the Black Lagoon (1954), cuya criatura también era oriunda de Sudamérica y se nota que el equipo de caracterización de ha inspirado fielmente en ella. Sin embargo, mientras la criatura de la laguna negra era más tenebrosa, en La Forma del Agua es un ser más humanizado y cálido, aquí él es la víctima y no una amenaza, ya no se repite el esquema típico que conocemos desde King Kong (1933). En los 50 un romance entre un “monstruo” y una humana eran imposible de ser planteado en la pantalla grande, actualmente hay una apertura mental social que nos permite romper ciertas estructuras en la posmodernidad. Además nos encontramos ante una fuerte crítica a las tentativas de dominio de la humanidad por sobre la naturaleza. En el centro científico acuático mencionado anteriormente, por un lado tenemos el villano en cuestión, un militar interpretado por Michael Shannon, quien siente rechazo por su prisionero, y por otro lado, el anfibio sorprende positivamente a uno de los científicos, el personaje de Michael Stuhlbarg. En ambas personificaciones se esboza el conflicto del contexto histórico de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. El personaje de Shannon -mediante su excelente actuación- genera repugnancia en el espectador: no sólo es cruel con la criatura, sino también xenófobo en todo su espectro. Es el estereotipo del norteamericano con la familia tipo que se cree modelo visualmente y a nivel conducta, lo que es tan falso como los anuncios publicitarios que pinta el vecino de Elisa (Richard Jenkins), uno de los personajes más tiernos del filme. Cuando Elisa y la creatura se vinculan lo hacen evadiendo el lenguaje verbal, parece haber un destino de predestinación entre ambos, típico del melodrama. Este aspecto también está enfatizado desde varias citas a otras películas, pues La Forma del Agua es ante todo un “brindis al amor” y al cine clásico de Hollywood. Elisa vive al lado de una sala de cine que no casualmente se llama Orfeo, igual que el film de 1950 dirigido por Jean Cocteau, el cual también habla de un amor que trasciende barreras metafísicas. Asimismo, en esa misma sala de cine, cuando Elisa y el anfibio se encuentran juntos ante la pantalla, se proyecta The Story of Ruth (1960), una propuesta bíblica que relata la pasión prohibida de Ruth. También se exhibe allí el musical Mardi Gras (1958), otra historia de un amor con adversidades. Este compendio intertextual de relatos mitológicos y bíblicos ayuda a componer sólidamente el concepto de “amor sin barreras” que explicita la cálida La Forma del Agua. Además la película posee varias citas breves a otros films de la era dorada, principalmente musicales. Para concluir, La Forma del Agua es una película tan inmensa como el océano mismo, llena de metáforas y alusiones, pero explícita cuando deber serlo, siendo crítica con el abuso de poder, el imperialismo y el racismo. Y en contrapartida, abala la diversidad étnica y cultural, derribando los cánones y lo estático del lenguaje verbal. Con un nivel de excelencia en todas sus áreas, desde las actuaciones hasta la ambientación, logra mantener intrigado al espectador de manera constante, sabe construir un gran clímax y emociona sutilmente al público: estamos frente a una gema imperdible del cine actual que merece ser apreciada en una sala de cine, a la que tanto rinde homenaje.
Crítica emitida en Cartelera1030 por Radio Del Plata (AM 1030) el sábado 17/2/2018 de 20-21hs. El personaje de #PanteraNegra ya había hecho su primera aparición cinematrografica en Capitan America: Civil War en donde su padre, gobernador de Wakanda era asesinado, heredando T'Challa el trono. A partir de ahí hay varias relaciones intertextuales con Hamlet de Shakespeare ya que posteriormente se desarrollarán ciertas traiciones familiares. Pero no de europeos sino de africanos, en un universo que pone a los negros en el centro de atención. Esto tiene que ver con que las primeras apariciones de Wakanda en los cómics son de 1966 y 1978, cuyo contexto social y político justamente tenía que ver con la eclosion de los conflictos raciales y pedidos de igualdad en EEUU.Tenemos un inicio que sintetiza la fundación de Wakanda, este lugar ficticio del universo Marvel cuyo único componente real es que pertenecería a África. T' Challa asume el trono y hace el ritual de la Pantera Negra obteniendo todo su poder, fiel al comic. Ese momento de ritual en una catarata es para mi una de las escenas más lindas e incluso remiten visualmente, aunque salvando las distancias, a una escena de Dreams (1990,Kurosawa) por lo onírico del ritual y su belleza visual. Pronto surgirán los problemas, hay por fin dos villanos bien construidos, puesto que por lo general, tanto en los filmes de DC como de Marvel, los villanos últimamente son flojos, siempre es un alíenigena o robot que quiere un elemento todopoderoso para conquistar la tierra. En consecuencia, hay dos villanos bien terrenales: uno que persigue fines económicos y el otro que tiene una venganza personal como motivación. Allí volvemos a lo que se decía al comienzo sobre los vínculos con las traiciones Shakespearianas que desatarán una guerra civil. Por otro lado, el mostrar a Wakanda (un supuesto país del 3er. mundo) como escondedor de sus recursos naturales y avances que lo llevarían a ser del 1er mundo , pero que en vez de usarlos para dominar los usa para protegerse y ahí tenemos una bajada de línea ideológica. Conclusión, no es lo mejor de Marvel pero es entretenida y con más profundidad que otras películas de la saga, quizás se hace algo extensa hacia el final. Tiene dos extras al final, asi que no se vayan hasta que enciendan la luz de la sala!