El cine ruso de terror sigue llegando a las pantallas argentinas, fenómeno que empezó cuando las salas estaban cerrados y sólo podíamos ver películas en streaming, y si hay algo para decir a favor de él es que suele ser mas original que el que se hace en Hollywood. Este es el caso de “Pasajero 666”, que toma un asunto pocas veces tratado en el cine estadounidense: el del terror a bordo de un avión, y no nos referimos a la típica película de cine catástrofe. Eso si, en la era clásica de la TV hubo algunas fuentes para este film, por ejemplo el episodio de la serie “Dimensión desconocida” protagonizado por William Shatner, “Pesadilla a los 30 mil pies” que luego fue objeto de una remake en “Twilight Zone The Movie” en el episodio dirigido por George Miller. Pero allí Shatner tenia problemas psiquiátricos y nadie le creía ver una especie de duende rompiendo el ala del avión. En “Pasajero 666” las cosas suceden más dentro que afuera de la nave. Hay una joven doctora tensionada por viajar en el avión con una chica enferma que pronto empieza a presenciar cosas horribles entre los pasajeros, quienes a medida que avanza la acción van muriendo de formas espantosas. Pero tal vez todo esté en la mente de la protagonista, porque lo que ocurre es cada vez más horrible. El director Alexander Babaev es un experto en el género con películas como “No nacidos” y “Hospicio”. Filma bien, ofrece dosis muy generosas de gore y tiene siempre preparados muchos sustos para el espectador. Sólo que aquí el argumento se le va de las manos. La película daba para una serie como “Dimensión desconocida” pero no para un largo, por lo que el guión se va descascarando en la segunda mitad. Con todo, tiene sus momentos y los fans del genero no harían mal en darle un vistazo.
El cine fantástico ruso está en la cresta de la ola, y como nunca en el país de Pudovkin y Eisenstein se están filmando películas muy exitosas de ciencia ficción y terror. Entre varios directores del género, Pogdaevskiy filma y produce sin cesar, y su foco siempre está puesto en los personajes y temas femeninos, como su muy original “La sirena”, estrenada en la Argentina. Con “Boda negra”, el director se dispone a llevar al espectador a algo tan divertido e inusitado como una telenovela de terror, con amores contrariados y romances falsos que se ven vinculados por horribles pactos con las fuerzas oscuras. La trama presenta a una mujer que, al ser abandonada por su hombre, decide ir a ver a una gitana que le dice que si lo quiere de verdad podrá hacer un ritual para conservarlo, para lo que hace falta colarse en la boda de una pareja que sienta amor verdadero para que su unión tan deseada sea reamente fuerte. Sólo que encontrar parejas que sientan ese amor es cada vez mas difícil, y todo termina en un desastre, con su prometido sintiendo un amor lleno de celos enfermizos que sobrevivirá a su muerte.“Boda negra” posee climax de gore y pasión, y al mismo tiempo que es seria, funciona de una manera divertida justamente por el hecho de ser una desorbitada telenovela terrorífica. Está bastante bien actuada a pesar de que las situaciones dan para apelar a la sobreactuacion melodramática; casi se podría decir que inaugura un nuevo subgénero del terror.
Aparentemente la primera espia femenina que puso en actividad George Washington fue denominada ascéticamente con el numero 355 y de ahí viene el titulo de esta película de agentes secretas que tiene momentos entretenidos aunque no mucho más. La idea de Simon Kinsberg (dirigió la ultima de los X Men y de la protagonista y productora) es que si los espias del cine deben salvar el mundo por enésima vez, por lo menos que en una ocasión sean sólo mujeres. Asi es como la agente de la CIA Chastain falla en recuperar un dispositivo de hackeo masivo que podría gatillar la tercera guerra mundial, y arma un equipo de espías de todo el mundo que incluye a Penelope Cruz de Colombia, Diane Kruger de Alemania, Lupita N. Yongo de Inglaterra y Bingbing Fran de China. Cada una de ellas tiene sus puntos fuertes y sus debilidades, incluyendo ser mas vulnerables que sus colegas masculinos, pero también llenas de trucos femeninos que son lo que agregan una pizca de gracia a este film qie contiene escenas de acción que funcionan. Las protagonistas están bastante a gusto con sus personajes, especialmente una Penélope Cruz que en medio de las más peligrosas misiones solo extraña estar con sus hijos, mientras que la misteriosa Bingbing Fan se roba cada escena. Lo que le falta a la película es un poco más de garra en los giros del argumento, que son un poco previsibles.
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"Spider-Man: Sin camino a casa", la tercera y ansiada película protagonizada por Tom Holland en el rol del joven superhéroe arácnido, llegará a partir de este jueves a los cines con una propuesta a pura acción y emoción para dar continuidad a la gigante franquicia de Marvel. Esta vez debe enfrentarse a un evento que provoca el encuentro con personajes de las anteriores entregas cinematográficas del Hombre Araña, El filme desembarcará en todas las salas del país luego de lo que fue quizás una de las mejores campañas publicitarias y en redes sociales de la saga, que hace meses tiene en vilo a millones de seguidores y seguidoras de todo el mundo con sus ya tradicionales especulaciones y enormes expectativas a la orden del día. Es que desde la presentación de su primer tráiler en agosto pasado, que confirmó que villanos clásicos de Spider-Man como el Doctor Octopus, el Duende Verde y Electro serían parte de la historia, el ejército de fans enloqueció con la colisión entre las distintas propuestas que llevaron a la pantalla grande al querido héroe. Dirigida por Jon Watts, la cinta retoma el final de su antecesora, "Lejos de casa" (2019), cuando Peter Parker (Holland) es desenmascarado por los medios de comunicación en plena vía pública de Nueva York, poniendo término a su anonimato. Fuera de traerle alguna fortuna o consecuencia positiva, el descubrimiento de la identidad del "amigable vecino" sólo genera problemas: él, su familia y amigos son el nuevo blanco de las fuerzas de seguridad y deben resguardarse y enfrentarse al escarnio de buena parte de la ciudadanía, que lo considera un peligro para la sociedad. En ese momento, el desesperado joven recurre a otro ya viejo conocido del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), a quien convence de llevar a cabo un hechizo que borre todas las memorias de la humanidad sobre él y su vinculación a Spider-Man. Sin embargo, la riesgosa jugada no sale como lo esperaba, y desde ese momento se desata el caos definitivo que trae a la línea espacio-temporal del protagonista a los temibles Octopus (Alfred Molina), Duende Verde (Willem Dafoe), el Hombre de Arena (Thomas Haden Church), Lagarto (Rhys Ifans) y Electro (Jamie Foxx). Los icónicos enemigos aparecen en este universo provenientes de las exitosas películas realizadas en dos sagas distintas por los cineastas Sam Raimi y Marc Webb, la primera de ellas -una trilogía- entre 2002 y 2007, con Tobey Maguire en el papel principal; y las dos cintas siguientes de 2012 y 2014, con Andrew Garfield en la piel de Peter Parker. Es así que al ver cara a cara al "último" Spider-Man sin reconocerlo, y al recordar que antes de sus viajes interdimensionales estaban a punto de ser vencidos en manos de sus respectivos Hombres Araña, el grupo de villanos decide aprovechar la oportunidad para seguir causando destrucción a su paso. Para hacerle frente a semejante combinación de antagonistas, el más joven de los superhéroes de Marvel deberá poner en práctica todas sus habilidades y sus aprendizajes junto a Los Vengadores al máximo, con la siempre infaltable ayuda de su amigo Ned (Jacob Batalon) y de su novia, MJ (Zendaya). Su tía May (Marisa Tomei) y el simpático agente "Happy" Hogan (Jon Favreau) repiten también sus personajes en esta entrega, que además cuenta con el ganador del Oscar a Mejor actor de reparto J. K. Simmons como J. Jonah Jameson, el conductor del noticiero que tiene a Spider-Man entre ceja y ceja y que, tras ocupar ese papel en los títulos de Raimi, ya había vuelto al rol en "Lejos de casa". Tal vez la más cargada de entretenimiento y sin dudas la más emotiva hasta la fecha, "Sin camino a casa" consigue apelar con eficiencia y calidez a todos los públicos que tuvo el adolescente arácnido en sus apariciones en cine, valiéndose del particular tono humorístico que siempre acompañó al héroe en la pantalla grande y que explotó aún más desde su inserción en el UCM. El momento de su llegada a las salas la ubica además como un sólido puente narrativo entre los ambiciosos e integrales relatos que Marvel construyó primero alrededor del equipo de Los Vengadores durante 11 años y, desde el año pasado y con miras al futuro, sobre un enloquecedor multiverso con el que la compañía intentará sostener su fiel séquito de devotos y su estratosférico éxito comercial.
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Algunas de las mejores películas de la historia del cine son de camioneros, empezando por “El salario del miedo” de Henri Clouzot, con Yves Montand transportando nitroglicerina en pésimos camiones a través de caminos imposibles de la selva venezolana. También es uno de los films mas copiados de la historia, con una soberbia remake de William Friedkin, “Sorceress”, y variaciones de todo tipo, incluyendo a Brian Keith que lleva combustible para cohetes y hasta un western (un episodio doble de la serie “Valle de pasiones”). Con esto en mente el director y guionista de la excelente “Kill the Irishman”, Jonathan Hensleigh, pensó un papel para el más maduro de los héroes de acción, Liam Neeson, convirtiéndolo en el sufrido camionero de una especie de “El salario del miedo”. La premisa hace que la catástrofe que da lugar el viaje tenga también su interés, ya que se trata de un desastre minero donde a una veintena de trabajadores les quedan apneas 30 horas de oxígeno. La empresa minera necesita una máquina perforadora enorme que no puede llevarse por aire, y la única ruta es el llamado “ice road” del norte de Canadá, atravesada por enormes superficies de agua congelada, solo que el asunto transcurre cuando el hielo no es demasiado firme. Y encima, hay unos saboteadores interesados en que ninguno de los tres camiones que conducen Neeson, Laurence Fishburne y la talentosa nativa americana Amber Midthunder lleguen a la mina. Esto da para la acción y suspenso sin tregua, y el director aprovecha bien muchos de los elementos argumentales, solo que en un momento empieza a urdir situaciones con tan poca verosimilitud que sonrojarían al mismo Indiana Jones, con la diferencia de que aquí el contexto es dramático. Sin duda este film no opacará al de Clouzot, lo que no quita que sea entretenido.
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Es original esta historia sobre dos planes macabros enfrentados. Para empezar, ha de ser una de las pocas películas argentinas que incluye un bombardeo aéreo de la Segunda Guerra Mundial, sin por eso tener pretensiones spielberguianas. Y es que “Sola” transcurre en algo que parece ser la Alemania nazi durante la guerra, aunque tampoco es exactamente así, tan extraña es esta notable opera prima de José María Cicala. Es difícil contar el argumento ya que hay demasiados detalles que no se deberían revelar, pero básicamente cuenta la amable existencia de una mujer embarazada, Araceli González, cuyo marido ha muerto en el frente, y que arrenda la casa contigua a la suya, antiguamente parte de su propiedad, a un asesino prófugo y su mujer, también embarazada y del mismo tiempo que ella. Hay una enfermera secuestrada para atender a la mujer del homicida, un lechero libidinoso, un veterano de guerra medio loco y solitario, y la presión de las autoridades por comprobar que el embarazo de la protagonista no deshonre a su difunto marido; igualmente, una presencia sobrenatural sutil pero persistente. Son muchos los elementos y por eso la película empieza con calma, sumando uno tras otro, lo que hace razonablemente bien. Y poco a poco empieza a subir la intensidad tanto en las situaciones y en lo visual, hasta llegar a dos últimos actos sin desperdicio donde pasa de todo. “Sola” es una más que auspiciosa opera prima con una gran dirección de arte e imágenes atípicas en el cine argentino actual, que recuerdan la era de oro de nuestra industria cuando las películas podían transcurrir en cualquier época o país. También ayuda un elenco encabezado por Araceli Gonzalez junto a Miguel Angel Solá y Fabián Mazzei y que incluye, en papeles mayores, menores o simples cameos, a Griselda Sánchez, Micaela Suárez, Mariano Martínez, Alfredo Casero y hasta Carlitos Balá.