Curiosidad para los amantes del terror En una universidad inglesa se lleva a cabo un experimento de psicología muy poco ortodoxa: una adolescente que se considera a sí misma "poseída" es observada por un psiquiatra y sus jóvenes colaboradores intentando que pueda enfocar su energía negativa en una muñeca y curarse de su extraña psicosis. El espectador se acerca al experimento desde el punto de vista de un cameraman contratado para documentar el asunto, que parece descabellado, tanto para este cineasta como para los miembros de la universidad, que pronto dejan de sostener financieramente el experimento que termina aislando a la paciente y científicos involucrados en un ominoso caserón en la campiña inglesa. "Silencio del más allá es otra entrega de los nuevos estudios Hammer Films, que hace poco tuvieron un gran éxito con la excelente "La dama de negro", que contaba a su favor haberle dado el primer rol adulto al actor de "Harry Potter". En este caso, el director John Pogue trató de darle al film el look de aquel glorioso terror británico de los 70, quizá no tan relacionado con el estilo gótico de la Hammer, sino más bien con el de su más modesta competidora Amicus, experta en films en episodios como "Asylum", cuya huella se nota en este argumento en el que una hipotética enferma mental realmente sufre una auténtica posesión demoníaca. La ambientación en los años 70 ayuda a darle atractivo a las imágenes (y aporta excelentes temas de rock de la época, de T. Rex y Hawkwind, en algunos casos muy bien utilizados), y tambien redunda en que el material rodado por el cameraman sea en fílmico y no en video como en las actuales películas de "found footage" ("material encontrado") que viene saturando el cine fantástico moderno desde hace unos años. Justamente, el mejor momento del film es un recurso de proyección en celuloide tan bien utilizado que es capaz de provocar aullidos entre el público. Lamentablemente, este recurso magistral dura literalmente un solo segundo, y en cambio la película tiene muchos momentos desparejos, y se basa más que nada en el sólido trabajo de un muy buen actor como Jared Harris, que interpreta el desalmado jefe del experimento. Luego, la poseída tiene algunos buenos momentos gracias a la performance de Olivia Cooke, que parece una versión espectral de Christina Ricci. Con un guión mejor armado, este producto de los nuevos estudios Hammer podría haber resultado realmente contundente. Así, es mas que nada una curiosidad para fans, o una película de terror para ver en una razonablemente siniestra trasnoche de terror del cable.
Cameron Díaz justifica la visión de esta comedia Este es el tipo de comedia que parte de una idea muy buena (tres mujeres se asocian para vengarse del hombre que las engañó), pero que tiene el riesgo de agotarse rápidamente en sí misma. "Mujeres al ataque" empieza muy bien aprovechando al máximo la premisa argumental mencionada y luego se va desmoronando poco a poco, al punto de que en un momento, los gags reideros se van esfumando y el film sólo va arrancando sonrisas de forma intermitente. La verdadera protagonista y el verdadero motivo para ver la película es Cameron Diaz, que se luce como la abogada que cree saberlo todo de la vida y de los hombres y que, sin embargo, un mal día descubre que su novio soñado (Nikolaj Coster-Waldau, el galán de la serie "Game of Thrones") está casado desde hace años con la inocente ama de casa de suburbio de clase alta Leslie Mann. Lo mejor del film, y la parte que realmente hace reír es todo lo que tiene que ver con este descubrimiento y con el largo encuentro entre la novia y la esposa del adúltero. Justamente, lo original de esta comedia de mujeres engañadas es el énfasis en que las protagonistas se burlen de sí mismas -a veces con temible crueldad- y en este sentido hay que reconocer que la química cómica entre Cameron Diaz y Leslie Mann realmente funciona. Pero luego se agrega otro trofeo al harén del villano estelar, nada menos que la bomba sexy Kate Upton que hace una entrada triunfal imitando a la Bo Derek de "10, la mujer perfecta" de Blake Edwards. Sólo que Nick Cassavetes no es Edwards y el argumento se va volviendo o previsible en sus pasos de comedia, o simplemente con mucha menos gracia de lo esperable teniendo en cuenta el potencial de la premisa y el talento involucrado. El elenco también incluye a Don Johnson en un personaje paternal muy divertido, pero que aparece muy poco y que en realidad también daba para mucho más. "Mujeres al ataque" tiene buen ritmo, está bien filmada y tiene una media docena de gags muy buenos, pero pudo ser mucho más divertida.
Sólido ejemplo de cine negro moderno Las leyes del cine negro se aplican implacablemente en esta historia donde todo lo que puede salir mal sale realmente mal. Christian Bale es un obrero que intenta ocuparse de los desequilibrios financieros de su hermano Casey Affleck, veterano de Irak, que apuesta cifras que no puede pagar y cree que puede salir adelante sin trabajar en la fábrica, la única actividad de la decadente zona industrial donde viven. En el medio, las cosas empeoran por la presencia de dos tipos pesados de características bastante distintas. Woody Harrelson es un criminal realmente violento y despiadado como se puede ver en el extraño prólogo en un autocine donde se enoja con su acompañante-, mientras que Willem Dafoe es el dueño de un bar de mala muerte que intenta hacer sus negocios sin perjudicar demasiado a los demás, lo que no logra. Un whisky para el camino antes de volver a casa le juega mal al protagonista, que termina preso por provocar un accidente manejando con ese trago de más. Entonces, todo empieza a desbarrancarse seriamente, ya que su padre muere, su mujer lo deja y su hermano empieza a pelear en el circuito de las luchas callejeras (estas escenas conducen a lo más fuerte del film). Scott Cooper, director de la más luminosa primera película del superagente Austin Powers, se mete de lleno en el más oscuro cine negro con esta película que si bien no logra evitar ciertos recursos conocidos (por ejemplo, el montaje paralelo entre la muerte de uno de los personajes principales y la cacería de un ciervo), consigue una descripción notable de una sociedad a la deriva, y sobre todo, extraordinarios retratos de sus personajes. Da la sensación de que al director le interesan especialmente los villanos, lo que prueba el énfasis que le da al personaje de Woody Harrelson (una composición notable, intensamente desagradable) y a todo el zoológico de malvivientes expuestos en una impresionante y tensa escena en la que Christian Bale se atreve a merodear por sus dominios. Esta es una historia de venganza, pero además tiene todos los elementos de cuadro social que es uno de los componentes esenciales del género. Todas las actuaciones son más que sólidas, igual que la fotografía, que aprovecha muy bien locaciones de Pensilvania, al punto de que Bale tuvo que aprender a soldar en la fábrica de acero. La música de Pearl Jam ayuda a redondear este buen ejemplo de policial negro moderno para no perderse.
Acción y vértigo con sello Besson Este film póstumo realmente está a mismo nivel de las películas de superacción descerebrada que hicieron famoso en vida a Paul Walker, quien aquí vuelve a interpretar a un policía encubierto, pero en un contexto distinto al de la saga de "Rápido y furioso". "Brick Mansions" (literalmente "mansiones de ladrillos") es un complejo urbano que funciona como ghetto de delincuentes en la Detroit de un futuro cercano donde reina la violencia y los políticos son tan corruptos como las fuerzas del orden. Cuando el gangster RZA se hace con una bomba neutrónica, el policía Paul Walker debe formar equipo con el ex convicto David Belle para salvar a la gente de Bricks Mansions. Todo empieza con una fuga arrolladora de Belle escapando de los gangsters de RZA (el actor tiene un don especial para la acrobacia y casi se roba la película) y tanto esa escena de acción como un violento tiroteo y posterior persecución automovilística que sirve de presentación al personaje de Walker son momentos difíciles de superar en una montaña rusa de vértigo imparable con el sello de Luc Besson por todos lados (este film es bastante mas contundente que la otra película con el sello Besson de esta semana, "Tres Dias para morir"). Si pudiera seguir con el mismo nivel desaforado, sería una oba maestra en su tipo, pero hacia el final el guión toma un giro un poco incoherente que hasta convierte el temible RZA en un tipo como la gente. De todos modos, es un muy buen film de superacción, y una digna despedida para Walker.
Delicia para no arrepentirse de ir con los chicos La rana René tiene un increíble parecido con el criminal más buscado y recientemente fugado de la cárcel siberiana del Gulag. Esto da lugar a un plan para robar las joyas de la corona inglesa suplantando al delincuente por el jefe de los Muppets, y engañándolos para que emprendan una gira por toda Europa con el objetivo de ir robando distintas cosas ciudad por ciudad para que el malo de la película obtenga las pistas necesarias para dar su gran golpe final. La nueva película de los Muppets empieza justo donde terminaba la última, con los protagonistas dándose cuenta de que la única manera de continuar su reflotado estrellato es inventar alguna secuela, lo que justamente permite que se les acerque un villano para sugerirles el tour mientras va preparando el trueque de Rene por el malvado Konstantin. Todo esto da lugar a una deliciosa comedia del absurdo, que permite cosas tan increíbles como ver a Danny Trejo (el pesado protagonista de "Machete") cantando y bailando comedia musical, además de que los Muppets interactúen con todo tipo de estrellas de carne y hueso, desde Salma Hayek a Tony Bennet. Hay excelentes gags que mezclan tanto la acción física necesariamente absurda de estos gloriosos muñecos como excelentes diálogos cómicos con sus partenaires humanos, y por supuesto tambien en lo musical, con un ejemplo perfecto en la versión con guitarra española para el tema clásico del show de los Muppets que abre su actuación en Madrid. La diversion es variada e inteligente, y bastante sorpresiva, ya que algunos de los momentos más graciosos tienen que ver con la estadía en la prisión del pobre René (que en realidad en la película se llama Kermit) obligado a armar un show musical con sus compañeros convictos. En síntesis, los Muppets se ríen de todo y de todos, y especialmente, de ellos mismos en una película tan bien filmada como divertida. Si hay una película que los adultos pueden disfrutar tanto como los chicos, es ésta.
Imperfecta, pero con ideas interesantes En esta curiosa variación del tema vampírico, un pueblo es azotado por una plaga de rabia, y un médico rural se ve superado en su trabajo, mientras su hija queda en casa con una prima que, tal como se ve desde la escena de su llegada, no se siente demasiado bien. Pronto el tema de la epidemia, aunque permanece subyacente, queda a un costado dado que el guión se concentra en la relación entre las dos jóvenes que quedan solas y empiezan a conocerse de manera distinta a cuando eran chicas. De manera bastante distinta, se podría decir, ya que entre las dos protagonistas la relación va directamente hacia lo sensual, cuando la soledad que habitan, o tal vez algo más, las impulsa a bailar juntas unIdea tema folklórico. El film tiene muchas ideas interesantes con las que avanza muy despacio, sobre todo si se tiene en cuenta su breve duración de menos de una hora y media. Está muy bien actuada por todo el elenco, y tal vez lo que le falta es más fuerza, tanto en lo que tiene que ver con el terror sobrenatural, que es después de todo, lo que engancha al espectador, como en la relación lésbica entre las protagonistas. De todos modos, con su paso lento la película no deja de generar interés, logrando algunos climas atractivos en el tono ominoso que puede esperarse de un film con este título. En este sentido se puede decir que los que esperen un film de terror al estilo del que vienen haciendo distintos cineastas independientes argentinos, pueden quedar decepcionados, ya que de algún modo se nota que el director Martin Desalvo tiene un estilo personal que no apunta directamente al género como en los otros casos ya mencionados. El último acto quizá sea lo más logrado de un film desparejo pero con sus puntos altos, y una sólida labor técnica a todo nivel.
Costner vuelve al ruedo como héroe de acción Por culpa de megaproducciones como "Water-world", o tal vez por su sobrexposición en la pantalla, hace casi una década que Kevin Costner no tiene papeles protagónicos, lo que es una pena teniendo en cuenta que en sus buenos viejos tiempos hizo películas tan buenas como "Sin Salida" y sobre todo la ya clásica "Los intocables" de Brian De Palma. Con "Tres días para matar", Costner vuelve al ruedo con el tratamiento de superaccion de Luc Bessson (el director es McG, pero el guión y todo el estilo obedecen al francés). Costner interpreta a un agente de la CIA con una enfermedad terminal, que a esa altura está más preocupado por mejorar su relación con su esposa y su hija. Cuando le ofrecen un extraño canje, tomar una última y muy peligrosa misión a cambio de una droga experimental que podría curarlo, él acepta, lo que da lugar a una larga serie de peripecias que mezclan la acción con el humor al mejor estilo Besson, y permiten que Costner vuelva a lucirse, aunque tal vez no en el vehículo que necesitaba para volver a obtener el estrellato de otrora. Es que es como si tuviera que lidiar con detalles que no son de su generación, como la ridícula agente que lo contrata, una Amber Heard muy sexy pero totalmente caricaturesca en su rol, además de varios villanos a los que el protagonista probablemente dobla en edad, lo que no impide que no pueda darles una buena pateadura y ponerlos fuera de combate en escenas un poco pasadas de rosca (Costner nunca fue un auténtico héroe de superacción, si no Stallone ya lo habría contratado para sus últimos films dedecados a juntar la fuerza musculosa de varios superastros del pasado). Con todo, el film tiene momentos muy buenos, empezando por una espectacular persecución por las calles de París donde transcurre buena parte del argumento- y ofrece razonable reconciliacion de Kevin Costner con un personaje protagónico. La película es despareja pero tiene esos momentos de acción con el sello Besson que nunca decepcionan, además de contar con sólidos rubros técnicos, especialmente la fotografía y el montaje.
Algunos destellos no salvan a este Hombre araña Se sigue extrañando al director Sam Raimi, igual que en la primera película "El sorprendente hombre araña" que filmó en el 2012 el director de clips Mike Webb. Peor aún, en esta nueva secuela casi se termina extrañando al mismísimo Hombre araña, quien esta vez casi es salvado por tres villanos que son los que terminan equilibrando una floja megaproducción que no está al nivel de las brillantes películas que viene haciendo la Marvel (aunque en este sentido hay que reconocer que la puntería viene bajando). A favor de mantener e incluso profundizar el estilo de la anterior "Amazing Spider-Man" hay un solo punto: el film del 2012 recaudó unos 700 millones de dólares, así que partiendo de esta base, difícilmente nadie que haya intervenido en la producción de esta segunda parte querría desviarse en otra dirección. En todo caso, al menos pusieron el énfasis en los malos, que se roban la película, empezando por Jamie Foxx como un nerd fan obsesivo del superhéroe que, al sentirse traicionado, se transforma en el peligroso Electro al que se refiere el título. Por otro lado, está el muy convincente viejo amigo de Peter Parker, el conocido Harry Osborn, interpretado por un Dane DeHaan que parece inspirado en el David Bowie de la época del disco "Let's Dance" , y también un poco en el vampiro fashion que el cantante componía en "El ansia" de Tony Scott. Lo interesante de su performance es cómo explota en un estilo totalmente distinto cuando finalmente se transforma en el archienemigo Green Goblin para hacer las fechorías que los fans del Hombre Araña conocen tan bien. Con más de dos horas de metraje, esta secuela es demasiado larga y, sobre todo, demasiado llena de escenas que interesan muy poco, empezando por los interminables diálogos entre el Peter Parker que compone un flojo Andrew Garfield y las dos mujeres de su vida, es decir su novia Emma Stone y su tía Sally Field (en este caso hay que lamentar que una gran actriz como ella tenga que darle vida a diálogos tan malos). En cuanto a la química entre Garfield y Stone, es casi nula, y en realidad en general todo lo que tiene que ver con Parker se aleja un poco de las características que hacen que Spider-Man sea el gran personaje que es, ya esté arrojando sus telarañas o enfrentando la vida de chico común y corriente que es la gran dualidad de la historia. Perdiendo interés Parker, pierde tambien interés su alter ego arácnido, y a pesar de todos los efectos especiales que le pueda comprar un presupuesto de más de cien millones de dólares, por momentos algunas escenas recuerdan a las del semiolvidado telefilm de la década del 70 que era barato, incluso, para los standards de la pantalla chica. Sin embargo, no todo está perdido en esta muy mediana película para el nivel de Marvel, ya que cada tanto en medio del aburrimiento aparece una escena formidable, como por ejemplo el inicio y el final con el mejor villano de la película , aunque lamentablemente sea el que menos aparece. Un desaforado Paul Giamatti irrumpe en un camión arrasando todo a su paso en un momento que parece una trasposicion a la ciudad de Nueva York de algún film de Sam Peckinpah tipo "Convoy", con un nivel de violencia y una furia que sólo es capaz de dar un actor brillante como el de "12 años de esclavitud". Las dos escenas con Giamatti valen solas para justificar el precio de la entrada, que debería venir con un cronograma para poder saltearse los momentos estáticos y salir a comprar pochoclo en las escenas aburridas, para sólo disfrutar de los momentos aislados que realmente valen, que incluyen el gran ataque de Electro (todas las escenas con Jamie Foxx son buenas, pero tampoco hay tantas) y el ataque final de Green Goblin. Finalmente, sólo se puede decir que los efectos especiales son muy buenos, y lo que realmente mejora en el film en relación al anterior es el score musical de Hans Zimmer junto a Pharrel Williams y Johnny Marr (el guitarrista del grupo The Smiths), probablemente uno de los mejores que se hayan escrito para un film de Marvel.
Bello documental para ver con los chicos Igual que otros documentales de Disneynature, "Osos" pone el énfasis en los aspectos técnicos pensados para potenciar al máximo la fotografía de los paisajes y las "actuaciones" de animales salvajes, pero en cambio es mucho más simple en todo lo que tiene que ver con el concepto del film. Ya en los lejanos tiempos televisivos de "El mundo de Disney" de los domingos por la tarde, los chicos que esperaba ansiosamente los dibujos de Mickey, Donald y Pluto se encontraban de vez en cuando con documentales sobre animalitos en sus hábitats naturales (generalmente eran más bien nutrias o simpáticos castores que leones o tigres feroces). En un punto los nuevos documentales de Disneynature son herederos de esa antigua tradición, y si bien ahora la técnica es mucho más sofisticada y hay más interés por las cualidades estéticas de los productos, finalmente la raíz infantil de aquellos viejos programas es la misma. Este documental sigue los avatares de una familia de osos que buscan alimentos durante la temporada más cálida para luego poder guardarlos en los tiempos invernales durante la hibernación. Lógicamente los protagonistas absolutos son los osos hay otros animales salvajes que interactúan con ellos, por supuesto-, pero por momentos lo que realmente impacta son los increíbles paisajes de Alaska muy bien filmados, más alla de que no haya un concepto más elaborado en términos visuales. Un contrapunto parecido al que sucedía entre los protagonistas animales y los paisajes de los otros films de Disneynature como "Chimpancé y "Felinos de Africa" (justamente el equipo de codirectores estuvo a cargo de estas producciones). En el caso de "Osos" también hay que destacar un montaje superlativo y una fotografía igual o mejor que la de los films previos. La película es ideal para que los chicos dejen de conocer los animales solamente por los films de animación digital 3D, aunque hay algunas escenas de agresión animal que pueden asustar a los más chiquitos.
Módica fórmula fantástica para público adolescente Luego de una guerra desoladora, el mundo futuro encuentra la paz gracias a una extraña división de la humanidad en facciones formadas según las cualidades de las personas. Unos son alocados y pertenecen a los Osados, otros son sabios y pertenecen a los Eruditos, y así. Pero no todos son una sola cosa. A los 16 años, igual que los demás adolescentes, la protagonista Shailene Woodley tiene que elegir a qué grupo va a pertenecer, luego de un examen donde le dan a tomar un alucinógeno que la lleva a enfrentar sus temores mas profundos (práctica que más adelante se acrecienta cuando le inyectan más y más drogas). La chica es alertada en ese momento sobre su divergencia, algo que ella no sabía que podía existir, y que por lo visto es muy peligroso, casi subversivo para esa sociedad. Basada en la novela de Veronica Roth muy en la tradición de otras sagas fantásticas teenagers tipo "Los juegos del hambre"- en "Divergente", la chica descubre que la facción de los Osados, que parecían unos tipos muy divertidos que trepan rascacielos como el Hombre Araña y se suben a los trenes a los saltos, sin pagar nunca el boleto, en realidad son unos polizontes supermilitarizados listos para realizar algún tipo de golpe de estado fascista por sobre el grupo dominante, los Abnegados a los que pertenecen los padres de la heroína (se luce la madre, Ashley Judd, en un elenco no del todo parejo). El desarrollo de la trama es un poco obvio, ya que sigue bastante al pie de la letra la progresión que permite que la protagonista encuentre su potencial divergente, pero hay muy buenas escenas de las sesiones de alucinógenos que son en realidad las que distinguen el conjunto, ya que dan para cualquier cosa y están muy bien filmadas. También hay varias escenas de acción bien diseñadas, aunque un poco sosas, debido a los límites impuestos por el argumento, y recién hacia el final explotan con más dramatismo y violencia, hasta llegar al climax revolucionario esperable pero al menos más intenso que todo lo demás. Hay, además, algunas escenas románticas entre Shailene Woodley y otro divergente, aunque en ese sentido las cosas nunca van demasiado lejos. Pero un atractivo del film es una malísima y rubia Kate Winslet que aunque no tiene quien la festeje en ese futuro poco alegre, está más sexy que nunca.