Ya en 2006 una activista de los derechos civiles, Tarana Burke, había creado la frase Me too (Yo también), que largó por las redes sociales para visibilizar el abuso y la agresión sexual. Se popularizó cuando fue hashtag, en 2017, ante la universalización de la noticia del caso Harvey Weinstein y las acusaciones sobre abusos sexuales en el mundo del espectáculo. Este movimiento y el Times'Up encabezado por figuras de ese medio, terminó de difundirlo y apuntalarlo económicamente. Estas manifestaciones tuvieron un particular impulso con el caso real que describe en su película el director Jay Roach. Siguiendo la línea de denuncia de otro de sus filmes, `Trumbo', donde acompañaba los pasos del escritor y su persecución por el maccarthismo hollywoodense, toma aquí la historia de las mujeres que lograron desenmascarar los abusos de Roger Ailes, CEO de Fox News, una canal de noticias de 85 millones de usuarios. Ellas eran aspirantes a presentadoras, periodistas, pasantes y todas aquellas que quisieran ocupar un puesto en la cadena. Con un buen ritmo narrativo, tradicionalidad en el relato y un tándem de actrices que iluminan cualquier opacidad (Charlize Theron, Margot Robbie, Nicole Kidman), asistimos al backstage de una cadena de noticias gestada con la consigna de un CEO que prioriza el factor físico de las informativistas y divulgadoras de avisos por sobre cualquier profesionalismo. Su personal femenino también deberá apilar ``méritos íntimos'' para mantener su trabajo. Lo que nunca imaginó el creador de una empresa de medios exitosa fue que junto con los abusos que año tras año acumulaba entre sus bellas y rubias empleadas (las denuncias fueron más de 23) crecía una solidaridad tan fuerte que ellas serían capaces de denunciarlo y alejarlo de su cargo. SILENCIOS Y MIRADAS La seguidilla de adultas, jóvenes, veteranas y pasantes en su camino hacia un trabajo que se necesita o una vocación que intenta concretarse es un interesante muestrario de víctimas de abusos. Esas que representando distintas épocas de un mismo depredador (John Lithgow, estupendo en su papel de Ailes), convergen en la imperdible escena del ascensor, donde silencios y miradas gritan. `El escándalo', con sus brillantes interpretaciones y su linealidad narrativa, es un filme necesario porque muestra situaciones en que el abuso laboral no sólo se manifiesta sino que alude a complicidades sociales que lo permiten y lo encubren.
El personaje Sonic es un erizo creado por Naoto Oshima en base a una idea de Yuji Naka, como mascota de la empresa japonesa Sega, especialista en videojuegos a nivel mundial. A partir de 1990 su aparición en videojuegos logró un éxito internacional. Sonic es, precisamente, el personaje principal de esta película, que une capitales norteamericanos y japoneses. El erizo azul tiene poderes extraordinarios, fundamentalmente su velocidad, y ha sido protegido por una bella lechuza en otra galaxia. Aquí vemos su llegada a la Tierra, luego de que se desencadena una persecución y el pequeño ser azul es aconsejado por su protectora para que habite otro espacio con una serie de anillos que lo van a ayudar. Su consejo antes de partir es que no difunda sus poderes. A partir de su llegada a un pueblo de bosques y montañas, rural y tranquilo, Green Hills, Sonic hace lo contrario de lo que le indican y manifiesta su orgullosa y rápida personalidad, que lo hace desplazarse a más de 450 kilómetros por hora. Su soledad se verá atemperada por la aparición del joven sheriff Wachowski, que ama su trabajo y comienza a desconcertarse al no poder descubrir quién es el que viola todas las reglas de convivencia y pasa como un rayo sin que él lo puede localizar. BUEN HUMOR Lo que viene es lo que sucede habitualmente: la relación entre dos seres distintos que se aprecian (Sonic y el joven sheriff) y su enfrentamiento con un enemigo conocido como el Dr. Robotnik (Jim Carrey), un sabio loco enviado por la autoridad estatal ante un corte de energía en el mundo que piensan se trata de un atentado. Por supuesto que fue Sonic, que sin querer se convierte en el enemigo público número 1 y debe huir con su reciente amigo Wachowski (James Marsden). Filme de acción real con animación y asombrosos efectos especiales, "Sonic" es una lograda comedia familiar, de ritmo vertiginoso y con la divertida presencia del Dr. Robotnik, bautizado por el erizo como Dr. Eggman (un científico soberbio y medio loco que se maneja con drones en forma de huevos para atacar). "Sonic" es divertida, deslumbra con sus CGI, hace reír con Jim Carrey y su particular humor, mientras que su final preanuncia nuevas aventuras. A no levantarse antes de los créditos, hay sorpresa.
El mundo parece más amplio cuando Philippe (Thierry Lhermitte) y Marilou piensan en un espacio ilimitado, sin obligaciones, con un destino de sol permanente. Cercanos a la jubilación decidieron elegir como lugar de residencia un Portugal soleado y dejar de estar presionados por un universo con bocas eternamente abiertas (Marilou es dentista) o una multitud de inconvenientes urbanos (él es funcionario). Pero nada va a salir como ellos quieren. Porque la hija, que ya tenía organizada su vida, se separa y los niños pequeños van a necesitar el doble de cuidado y la cosa se completa con una madre tan dispuesta hasta ese momento y que ahora parece tener problemas con su salud (Judith Magre). Y así comienza una lucha desigual entre lo que los "jóvenes jubilados" soñaron y lo que se interpone, la misma familia. COMO CARICATURAS El filme de Fabrice Bracq toma una novela exitosa de Clicquot de Mentque, pero la desarrolla dando un tono caricaturesco a los personajes, sin levantar la puntería a lo largo del relato, con abundancia de lugares comunes y reiteraciones. La película se salva, sin embargo, por las muy buenas interpretaciones de la simpática Michele Laroque, popular actriz francesa y cotizada humorista, estupendamente acompañada por Thierry Lhermitte, el recordado Simon del filme "Nuestras mujeres", que aquí se convirtiera en un éxito teatral con Guillermo Francella, Arturo Puig y Jorge Marrale. En un pequeño papel, Judith Magre, con sus gloriosos 93 años, recordando un pasado cinematográfico increíble que la vinculó a la elite del dorado cine francés de directores como Christian Jacque, Guitry, Ren� Clair o Julien Duvivier. "¡Por fin solos!" permite reírse de problemas tan cercanos a todas las familias, con cierta superficialidad, que no impide la reflexión sobre la dificultad para resolver ciertos mandatos familiares cuando el deseo y la necesidad apremian.
Película dura de ambiente carcelario, "El príncipe" es la ópera prima de un joven profesional del cine, Sebastián Muñoz, debutante en el ámbito de la dirección, pero muy conocido como diseñador de arte en distintas producciones chilenas. La relación del Potro y el Príncipe, protagonistas del filme, recuerda superficialmente a la de Molina y Arregui de "El beso de la mujer araña", un debutante en eso de estar entre rejas, que encuentra en la cárcel al veterano conocedor de un universo peligroso. Claro que la película brasileña estaba dirigida por uno de los grandes, Héctor Babenco y sus profundidades temáticas, a las que también aspira Sebastián Muñoz, nunca son alcanzados por este realizador. Sin embargo, al tratarse de una ópera prima de un director joven, los tiempos de créditos son largos. "El príncipe" está centrada en una historia de amor homoerótica en la cárcel, que se inicia como una aproximación puramente sexual, pero va convirtiéndose en una relación de afecto y necesidad a medida que se prolonga el encierro de los participantes. La acción se desarrolla en los años "70 en Chile y finaliza cuando Allende asume la presidencia por el Frente Popular, difiriendo en cuanto a época con la novela de Mario Cruz en que se inspira la película. UN BUEN DEBUT El filme tiene un buen desarrollo narrativo, justo ritmo y atractivo diseño de personajes, especialmente el que desempeña Alfredo Castro ("Neruda", Tony Manero), que reúne fuerza, carisma y respeto frente a la juventud del chico, autor de un crimen pasional. La buena observación de caracteres (el oscilante Maldonado que descubre su identidad y todavía es incapaz de manejarla), pero un cierto apresuramiento en las situaciones del final (es un tanto prematura la conversión del Príncipe en una suerte de Padrino carcelario) son contradicciones naturales en el producto de un nuevo director. La película es naturalista en la exposición de la vida carcelaria y fuerte en las escenas de sexo. Sebastián Muñoz logra que el espectador se interese por la historia y muestra un particular interés en subrayar la colaboración argentina tanto en diálogos, como en la participación de personajes como el "Che Pibe" (una singular actuación de Gastón Pauls). "El Príncipe" es la primera película chilena que gana el Queer Lion Award, por su manera de abordar la temática homosexual, luego de llevarse el Premio Coral a la contribución artística, otorgado por el Festival de La Habana. Sugestivamente, la ignota novela de Mario Cruz en que se inspiró el largometraje, fue prohibida por la dictadura chilena y nunca se reeditó.
Brillante puesta en acción de los personajes de DC Comics, la editorial de historietas de la década del "30 que juntó a Superman, Batman, Mujer Maravilla y tantos otros, "Aves de presa" elige a Harley Quinn como maestra de ceremonias de una corte de mujeres que se independizan de los hombres. Narrada por ella desde un comienzo escéptico que la presenta sola, luego de su alucinada relación con el Guasón que ha terminado, los espectadores son invitados a largarse por un tobogán de sensaciones y colores en el ámbito de Ciudad Gótica. Alejada de su condición de psiquiatra, pero apoyada en su condición terapéutica, Harley se lanza a ayudar a sus colegas femeninas metidas en líos varios, que de una manera u otra esclavizan su personalidad. Así aparecen la Cazadora (Mary Elizabeth Winstead), Canario Negro (Jumee Smollet-Bell) y detrás de ellas, la detective Montoya (Rosie Pérez), que las persigue a todas por violaciones contra la ley. No obstante, se van a unir para salvar a la pequeña Ella (Cassandra Cain) de Black Mask (Ewan Mc Gregor), el jefe del crimen de la ciudad. SORPRENDENTE RITMO Lo que sigue es un vórtice de violencia increíble y cromática donde cada lucha contra el enemigo es una clase de ballet y en que el pas de deux o los ejercicios de barra se traducen en puñetazos, apretones o dardos certeros salidos de los arcos de alguna de las mujeres. La increíble Margot Robbie se pone al frente de estas nuevas empoderadas contra la tiranía de Black Mask o cualquier afrenta que las desafíe y acciona con potencia y celeridad. Gran actriz, certera equilibrista, demoníaca maquinadora de imprevisibles venganzas, Hayley Quinn se manifiesta imparable en los peores antros de Ciudad Gótica. La avasallante personalidad de Robbie, digna excompañera del Guasón en el ámbito de la oscuridad, desplaza a toda persona que se le acerca, hasta al maldito Black Mask, una interesante caracterización de Mc Gregor. La directora Cathy Yan ambienta este espacio de Ciudad Gótica como una digna representante de la historieta, con colores brillantes en los espacios urbanos y en las vestimentas. No aparecen los globos característicos del género, pero se sienten esas onomatopeyas que al grito de "Paf" o "Bang" destrozan mandíbulas y fantasmas callejeros. Una de las mejores películas con super heroínas salvajes, que como Harley Quinn son capaces de hacer realidad el mal gusto de inmolarse por una hamburguesa, pero que pueden superar una crisis de pareja, nada menos que con el Guasón.
Cantante y actriz nacida como Frances Gumm, Judy Garland fue la clásica estrella de Hollywood, propiedad de los grandes estudios (en este caso la Metro Goldwyn Mayer), que devoraban la vida de los que lanzaban a la fama. Desde la escuelita de la Metro en la que se preparaba con otros adorados de Hollywood como Mickey Rooney y Lana Turner, Judy fue modelada para mantenerse en forma con pastillas, cigarrillos y alcohol, y olvidar así que había protagonizado "El mago de Oz" (1939), que la Unesco consagraría como una de las películas que integran, por su significativo contenido, la Memoria del Mundo. El filme del inglés Rupert Goold la ubica en 1969, descartada luego de una vida de excesos, llegando a Londres para cumplir un contrato de trabajo en "The Talk of the Town". Después aparecerán su amante veinteañero, Mickey Dean (Finn Wittrock), convertido luego en su último esposo; su fiel amigo pianista, Anthony; su promotor inglés (Michael Gambon), y como un pensamiento que se repite, la lucha por recuperar a sus hijos más chicos y volver a su condición de estrella. POSTALES DE VIDA Basada en la obra teatral de Peter Quilter "Al final del arcoiris" (que en Buenos Aires representara Karina K), la figura de Judy Garland es visualizada en distintos momentos de su vida, desde sus inicios cinematográficos (Darci Shaw es la joven Judy), comienzos que incluyen su larga relación con el factótum de la Metro, Louis B. Meyer (Richard Cordery). La inestabilidad emocional de la actriz imposibilitó parejas estables y menos aún una solidez económica y laboral. Las relaciones maternales no escaparon al caos (tres hijos de dos de sus cinco maridos, uno de ellos peleando por la custodia). Sin embargo, en medio de tanto desorden, el fervor del público se mantuvo, respondiendo a la empatía que lograba con sus seguidores, esos momentos en que "Over the rainbow" o "You made me love you" hipnotizaban a la audiencia. Su descontrolada búsqueda interior, aquella que también perseguía la Dorothy de "El mago de Oz", lleva a Judy Garland a un final prematuro a los 47 años, milagrosamente revivido por la composición de Renée Zellweger, que actúa y canta en una entrega conmovedora. "STAR SYSTEM" Aunque el filme mantiene un buen ritmo y está tratado correctamente desde el punto de vista formal y sin originalidad en el plano de los contenidos, la notable asunción que hace Zellweger de su personaje la hace inolvidable. Aquella "muñecota" de "El diario de Bridget Jones" creció a pesar de sus comedias románticas. Zellweger es capaz de dar los medios tonos, las exaltaciones, los excesos de una mujer más allá de los límites, destruida por un star system que la lanzó a una fama que no pudo manejar. "Judy" permite que el espectador se aproxime (superficialmente en este caso) a lo que fue el sistema que los grandes estudios ponían en juego para definir la imagen de sus estrellas con un esquema que condicionaba incluso su vida privada. En cuanto a la ficción y la realidad, conviven con cierto equilibrio, como en el diálogo con su hija Liza, interpretada por Gemma-Leah Devereux, la Elizabeth de "Los Tudor". "Judy" se incorpora a la última moda de películas biográficas que recuerdan a grandes figuras del espectáculo, como "Rocketman" o "Rapsodia Bohemia". Sin alcanzar la altura de aquellas, ocupa un privilegiado espacio por la inolvidable actuación de Renée Zellweger.
Cuando se pensaba que se había visto todo en cuanto a filmes bélicos, aparece "1917" y lentamente, como un sueño, se transforma en la gran pesadilla de la guerra. Pocas veces se ha visto en cine de manera tan contundente la alevosa inutilidad de un conflicto bélico. El director Sam Mendes, con la mano dorada del maestro de la fotografía Roger Deakins, diseña un laberinto de trincheras y larga a sus protagonistas, inocentes que alguna vez creyeron en el sacrificio por Dios, el rey o la patria, en una carrera trágica. Inspirado en los cuentos de guerra que le contaba su abuelo, el escritor Alfred Mendes, nacido en Trinidad Tobago y miembro de la 1ra. Brigada de Fusileros (1917), el director, junto con la guionista Kristy Wilson-Cairns, arma un relato de ficción. Dos soldados británicos casi adolescentes deben llevar a través del campo de batalla un mensaje a sus superiores advirtiendo que el ejército alemán armó una trampa y ellos no deben entrar en batalla. Unas 1.600 vidas están en juego. Una ficción replantea la locura de la guerra y la posibilidad de que ser héroes puede ser una consecuencia natural en situaciones extremas. CON SENSIBILIDAD Filme que va tomando las características de la epopeya a medida que avanza con su estructura de falso plano secuencia, "1917" permite compartir un escenario que se inició en medio de la naturaleza. Poco a poco Schofield y Blake conducen al espectador al verdadero campo de operaciones de la guerra, lejos de todo, con su aridez, su mugre, sus ratas y su olor a cadáveres. Pintar el horror no le impide a Mendes apropiarse de la poesía más sutil ante los cerezos en flor, que a pesar de la metralla derraman belleza en su caída en la que el blanco remeda la nieve. "1917" dice lo indecible a propósito de la guerra. Duele en las escenas de agonía, donde sólo el recuerdo familiar es capaz de mitigar el dolor (escenas luego de la caída del avión en la granja), y es capaz de indignar cuando se percibe la soberbia de los superiores inconscientes de la proximidad de la muerte (llegada de Schofield a destino). Escenas inolvidables como el encuentro con el hermano del cabo Blake o durante el bombardeo, la presencia de un pequeño cajón de armario protector de la vida de una pequeña sobreviviente (Schofield y el encuentro con la chica y el bebé en la granja). Grandes y jóvenes actores estos George MacKay y Dean Charles Chapman, acunados por la música de Newman, delicada hasta en los agudos, que pueden estremecer con esas acciones inútiles frente a la magnitud de la guerra inexplicable. Un filme que aglutina lo mejor de la técnica y la abrumadora sensibilidad de gente talentosa.
Otra de espías, pero esta vez animada y nada menos que por los estudios BlueSky, que dieron esas pequeñas maravillas que se llamaron "La Era del Hielo" y "Río". El protagonista estrella es Lance Sterling, algo así como un James Bond, de porte elegante y trajes a medida, capaz de ser el discreto del grupo para enterarse de los mayores secretos. Eso sí, develada su identidad, un demonio capaz de practicar una llave imprevisible y dar con el enemigo en el suelo. Por supuesto que este superagente va a tener que enfrentarse con el maléfico de siempre, que se quiere apoderar del mundo y como hoy nada se gana sin tecnología necesitará el compañero que suplante su poco entrenamiento en el mundo digital. El astro proveedor será un adolescente brillante y simpático, Walter Beckett (Toma Holland), que hará lo imposible por ganarse su atención y de alguna manera ser el futuro benefactor de su red de inventos vinculados con la seguridad. Así se inicia la colaboración entre dos seres totalmente opuestos que se necesitan. Pero algo ocurre en medio de los artilugios digitales creados por el joven genio para la seguridad personal y Lance Sterling, por la ingesta de un brebaje de los alambiques de Beckett, muta en paloma de espesas cejas negras, única herencia humana visible que recuerda al desaparecido espía. Lo que vendrá, más allá de los enfrentamientos clásicos del género, será la contraposición de valores, los pacíficos de Beckett y los belicosos de Lance Sterling. Sin embargo, el adolescente del MIT intentará, con sus ideales pacifistas, que la violencia sea menor y hasta la yakuza sea controlada con menos agresividad. El resto es la acción que supone una película de espías en el arduo proceso de intentar apropiarse de la Tierra, con el clásico desafío entre rivales y la particularidad de un Sterling convertido en paloma y dotado de todas sus ventajas, velocidad supersónica, agudeza visual, que supera a cualquier enemigo que se le enfrenta. Basada libremente en "Paloma imposible", un cortometraje de Lucas Martel, "Espías a escondidas" es un entretenimiento tradicional, de liviana creatividad, pero de un humor agudo que, como los clásicos del género, entretiene y revela un cuidado diseño formal.
Un barrio de Seúl multitudinario, pobre, donde la gente se apiña en viviendas económicas casi bajo tierra. Gente como la familia del adolescente Ki Woo, que quiso hacer estudios superiores pero fue bochado y ahora está siendo chupado por esa miseria en que cayó la familia. Porque ellos no eran así, hasta tuvieron un pequeño negocio, pero esa economía inestable los hizo degradarse hasta vivir en una madriguera. Cuando todo parece andar mal y hasta el negocio de doblar envases de pizza les falla, surge la idea del engaño. ¿Por qué no aprovechar los conocimientos de Ki Woo y fraguar un falso diploma para obtener un buen empleo? La casa de los nuevos ricos Park es la antítesis de la del adolescente que busca empleo, una mansión de líneas sofisticadas con amplísimos ambientes, un jardín interior y objetos de arte. Ki Woo se convierte en ayudante didáctico de la hija de los Park y confidente de la esposa del dueño de casa, un arquitecto de moda. Poco a poco el joven irá ampliando el radio de dominación con la incorporación de toda la familia. Como los parásitos, que requieren un huésped viviente para sobrevivir, la familia invasora se adhiere a los Park. Hasta el ama de llaves, que maneja la casa con eficiencia, será puesta en la calle para que el resto de la familia se apodere del espacio ajeno. DEL HUMOR AL HORROR El surcoreano Bong Joon Ho ("Okja", "Madre") arma una historia donde conviven los géneros. Si el realismo y el humor son la base de la familia de Ki Woo, la sofisticación y el esnobismo se enseñorean con los Park. En ellos convive la credulidad, la desubicación y esa lejanía que los separa de la gente que no pudo llegar a su estatus económico. Una narración que simplemente parece marcar una historia de ascenso y engaño, da un profundo viraje cuando una piedra ancestral y el secreto del placard de la cocina, como en las novelas de Agatha Christie, se convierta en la clave de lo que viene. Elemento clásico en los relatos orientales, la presencia fantasmática ("el kaidan") ingresa a una historia en que las clases no pueden tocarse, y convierte desafíos y engaños en un relato de horror, donde la violencia y la sangre tiñen de rojo esta colmena de zánganos y obreros en que hasta el olor de la piel parece ser un virus no tolerado por determinadas castas. Tensión y sonrisas, crítica y misterio, todo puede ocurrir en la acristalada mansión, ésa habitada por impecables señores que encerrados entre tanto lujo ignoran a cualquier otro que intente compartir su destino. Filme de extremos, donde la pobreza y la riqueza se enfrentan pero llamativamente pueden cambiar de dueños por un golpe de fortuna o de Bolsa. Relato de horror donde lo peor es que cualquiera puede precipitarse al abismo y llegar al fondo de la pirámide luego de haber estado en la cumbre. Bong Joon Ho, como en el comienzo de su película, convoca imprevisibles "parásitos" que siempre estarán dispuestos a encontrar un huésped viviente, hasta el momento en que el huésped caiga en la cuenta de que él mismo los ayudó a nacer.
En la época de las remakes, donde parece haber una escasez de ideas nuevas, no es una novedad la reaparición del Dr Dolittle, el héroe de los relatos de Hugh Lofting. Esta suerte de benefactor de los animales, surgido de la imaginación de un ingeniero británico, ya fue llevado al cine hace medio siglo en forma de comedia musical con un interesante actor de la época, Rex Harrison, y luego por Eddie Murphy, que compensó la poca originalidad de su versión con los más de trescientos millones que hizo en taquilla. Esta remake del director Stephen Gaghan, guionista de "Traffic" y director de "Syriana", entre otros filmes, toma como base el segundo libro de la serie ("Los viajes del Dr. Dolittle", 1922). Algunos acontecimientos y ciertos diálogos más o menos fieles al original muestran al doctor, famoso por comprender el lenguaje de los animales, viudo y triste, refugiado con sus bichos en su excéntrica residencia. Pero la aparición de quien será su joven discípulo, Tommy Stubbins (Harry Collet), ante la enfermedad de la joven reina Victoria, protectora de Dolittle, lo alienta para partir hacia la aventura por una solución para el mal de la soberana. Y aquí el núcleo de la historia: el viaje a las islas, los enfrentamientos con los malos muy malos, piratas y otros contendientes, que como Rassouli (Antonio Banderas) utilizan todos los medios para sojuzgar a los demás y enfrentarse a los que se oponen a sus propósitos. PARLANCHINES La película de Stephen Gaghan no ofrece nada nuevo; por el contrario, hay una reiteración de situaciones y efectos con los clichés habituales del género de aventura, sumados a lo plano de los personajes. El fuerte para los chicos son los conocidos animales que hablan, el maravilloso loro Polinesia, el tigre, el zorro o la jirafa, que tienen un doblaje privilegiado. Emma Thompson es el perico, Ralph Fiennes dobla a Barry el felino, y la jirafa y la zorra tienen las voces de Selena Gómez y Marion Cotillard, que fue la voz de la Rosa en "El Principito". A esto se agrega la presencia del singular Iron Man de la familia Marvel, Robert Downey, en una interpretación correcta, junto con Harry Collett, muy popular entre los seguidores de Dragon Quest en la plataforma de videojuegos.