Un áspero melodrama familiar Película de buen ritmo, a pesar de la densidad psicológica, con insuperables actuaciones. Meryl Streep deja hasta los huesos en su papel de Violet. Julia Roberts muestra un trabajo al borde de la navaja, esquiva bien los abismos y se luce al lado de la reina Meryl. Violet Weston (Meryl Streep) tiene cáncer y es adicta a todo tipo de píldoras, su estructura mental es ya un "blíster". La acompañan, Barbara (Julia Roberts) su hija "preferida" (a su manera), igual a ella, la otra hija, Karen (Juliette Lewis), un espécimen descerebrado, con novio de temporada y la dulce Ivy (Julianne Nicholson), las tres representan un lujo inesperado al final de su vida. Todos aparecen cuando Beverly Weston (Sam Shepard), el esposo de Violet, un pobre poeta alcohólico, lejano a la realidad, desaparece al comienzo del filme. Y entonces el caos. La cabalgata familiar con sus parejas respectivas, hasta la hermana de Violet, la vital Mattie Fae Aiken (Margo Martindale) y su hijo, el pequeño Charles (Benedict Cumberbatch), concurren a la vieja casona de los Weston. Hay un aquelarre en la mesa familiar, en medio del calor del Medio Oeste, donde se despistan las vidas y revientan los contenedores emocionales, sumados al sopor climatico, la herencia, el dolor, la falta de sentimientos y esa sensación de que el abismo puede tragarnos. HISTORIA REVULSIVA "Agosto" es un melodrama revulsivo con personajes literariamente reales. Bien sabía Tracy Letts, el autor, que su Oklahoma natal albergaba tanta gente que parece nacida de la pluma de Tenessee Williams, Edward Albee, Eugene O"Neil, John Steinbeck, o Carson McCullers. Porque Ivy, de algún modo puede decirse se parece a la Laura de "El zoo de cristal"; el pequeño Charles parece salido de "La balada del Café Triste"; la tía Mattie y Violet huelen a personajes ideados por John Steinbeck. Por si esto fuera poco, los reúnen en algo así como el revival de "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" y de vez en cuando, para superar la claustrofobia, echan imágenes de campos ilimitados y bandadas de pájaros al atardecer. Película de buen ritmo, a pesar de la densidad psicológica, con insuperables actuaciones. Meryl Streep deja hasta los huesos en su papel de Violet. Julia Roberts muestra un trabajo al borde de la navaja, esquiva bien los abismos y se luce al lado de la reina Meryl. La tía Mattie nunca hubiera tenido mejor sosias que Margo Martindale; mientras Julianne Nicholson le aporta cierta elegancia a su personaje de Ivy. Y los demás, estupendos en sus actuaciones, como el camaleónico Benedict Cumberbatch, o el intenso Sam Shepard. Una buena fotografía, una música acorde al clima que el filme requería y un gusto amargo al salir de la sala deja este inolvidable melodrama .
La mitología de vuelo rasante Si bien la película tiene algunas buenas escenas de acción, su guión resulta demasiado elemental, de igual modo el diseño de personajes. Nuevamente Hollywood acude a la mitología griega para dar su versión. Esta vez elige a un héroe, Hércules o Heracles (Kellan Lutz) y cuenta a su manera, cómo su madre, la reina Alcmene (Roxanne McKee), para luchar contra su esposo, Anfitrión (Scott Adkins), que estaba hundiendo el reino, entre guerra y guerra, tiene un romance con Zeus (Júpiter, Dios de Dioses) y es madre del famoso niño. Como se sabe, la característica del chico fue su fuerza increíble y los "doce trabajos" que le encomendaron para mostrar su fortaleza. De éstos, sólo alguno que otro se ve en el filme, como la lucha con el León de Nemea. LA SOSPECHA La película se refiere al odio que despierta el joven en Anfitrión, quien sospecha que no es hijo suyo y las artimañas que organiza con su verdadero hijo Ificles (Liam Garrigan) para matarlo. Enamorado de la princesa Hebe (Gaia Weiss), el pobre Hércules, que para colmo, para disimular su origen, fue llamado Alcides (como el cantante de cumbia), debe luchar para lograr fama y seguidores que lo ayuden a derrocar al esposo de su madre. La leyenda de Hércules retoma la línea de filmes como "Furia de titanes 2" y en vez de dioses o semidioses, centra su atención en un héroe de origen divino. Se detiene en sus aventuras épicas, en sus peleas que apelan desde la arquería, a la práctica de artes marciales con mucho "ralenti" para detallar golpes y patadas. Quien interpreta a Hércules es Kellan Lutz, un chico de Dakota, tan inexpresivo como Sam Worthington, el Perseo de "Furia de titanes 2". Si bien el filme tiene algunas buenas escenas de acción, su guión resulta demasiado elemental, de igual modo el diseño de personajes.
Emmet, como un nuevo salvador El filme tiene un diseño de producción que asombra por su riqueza, la imaginación que despliega y el colorido maravilloso de sus personajes, junto a la canción "Todo es increíble", invitan bailar en la butaca. La historia tarda en aprehenderse. Pero a medida que avanza la película, la aventura que vive Emmet se va aclarando. Por eso, pensamos que sería ideal para niños a partir de los nueve años. "La gran aventura Lego" plantea un mundo de juegos, en el que coinciden Lord Negocios y un tal Vitruvius, los que buscan un Salvador, que los libere de una figura que pretende adueñarse del mundo. Burlones los primeros, la figura del Salvador se destaca y se llama Emmet y es recibido con alegría descomunal por Lord Negocios y Vitruvius. Emmet que es un pequeño constructor está acostumbrado a trabajar en base a reglas, las que sigue al pie de la letra. A tal hora levantarse, a tal otra desayunar, vestirse con tiempo, o hacer tales movimientos para llegar a la oficina. Hombre super dependiente, incapaz de crear algo, pero dispuesto a cumplir todo lo que se le presente, será seducido por Lucy, una chica, que lo fascina con su encanto pop. CHICA SEDUCTORA Es Lucy, que es fuerte y decidida, la que lo integra a los distintos estratos del universo, donde Emmet aprenderá a desobedecer órdenes y comprender que lo más alto es el llamado "Hombre de arriba". A continuación, Emmet, obnubilado por la atracción que Lucy ejerce sobre él, se sumerge en el universo Lego, el de los miles de ladrillitos de plástico que la firma danesa creó. Y surge el loco mundo Lego, multicolor hipercromático, abigarrado, con personajes heterogéneos, que conviven en franca armonía, la sirenita, la abuela, Batman y el místico Vitruvius. Este filme animado tiene un diseño de producción abigarrado y creativo, los héroes se desplazan por los distintos universos a gran velocidad, con un gran ritmo y canciones divertidas y pegadizas. Su banda de sonido es de Mark Mothersbaugh, el mismo de "Hotel Transilvania". Por supuesto que los chicos identificarán enseguida a los muy malos y los muy buenos; mientras los adultos pueden apelar a la metáfora, que está siempre presente a lo largo del relato y en el que coinciden, como en el tango la Biblia y el calefón. El mensaje de la película es sencillo y apunta a despertar la creatividad. "La gran aventura Lego" tiene un diseño de producción que asombra por su riqueza, la imaginación que despliega y el colorido maravilloso de sus personajes, junto a la canción "Todo es increíble", invitan bailar en la butaca.
Una extraña historia de amor El filme está basado en el libro de Kate Snell, "Su último amor" y gira en torno a un supuesto romance entre la princesa Diana de Gales y el cardiocirujano Hasnat Kahn, de origen pakistaní. La relación se habría establecido posteriormente a la separación de la princesa de su marido, el príncipe Carlos de Inglaterra y finalizado en 1997, antes de su accidente en agosto de ese año. La misma historia plantea la relación con el millonario Dodi Al Fayed, con quien ella falleciera, como una suerte de intermezzo, que funcionaría como incentivo para la relación con Kahn, interrumpida en esos momentos. La película es una docu-ficción, que inicia la acción el día de la muerte de la princesa de Gales (Naomi Watts) en París y a través de un flashback presenta a la joven, separada de su marido y posteriormente iniciando la hipotética relación que la habría llevado a considerar la posibilidad de una conversión religiosa al islamismo. SESGO TRADICIONAL Con un estilo que se mantiene en la línea tradicional, el director de "La caída" (gran filme sobre los últimos días de Hitler) da un lustre elegante a una historia romántica, que de no ser protagonizada por una princesa de existencia real, podría ser la de cualquier mortal viviendo una historia de amor, con alguien de una clase social diferente, sumado a una diferencia de etnia. Si el director Oliver Hirschbiegel se propuso acceder a la verdadera intimidad de un personaje como Lady Di, su tarea quedó a medio camino, si se propuso mostrar simplemente una historia de amor lo logró. Con cuidado formal, un elegante diseño de producción, variados interiores y un sólido equipo de intérpretes en el que se destaca la gran actriz Naomi Watts (Diana) y Naveen Andrews (Hasnat Khan) actor inglés de origen indio. El filme hubiera ganado en intensidad con algumnos minutos menos de duración.
Una nueva forma de exterminio Es la segunda parte de la exitosa saga de Suzanne Collins que se iniciara en 2008 con "Los juegos del hambre". La actual es la segunda novela de la autora, cuyo libro se multiplicó en licencias para videojuegos, muñecos y ropa. Nuevamente la acción se desarrolla en un futuro cercano, el lugar es Panem, que alguna vez se llamara Estados Unidos, ahora con el poder de un Capitolio y un tal Snow (Donald Sutherland) al frente, dominador de doce distritos, siervos que celebran una ceremonia anual, donde se consagra por lucha una pareja adolescente de cada distrito, protagonistas de un show televisivo dirigido a todo el país, en el que se matan hasta que sobrevive el más apto. La ganadora de los juegos anteriores Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) y su compañero Peeta Mellark (Josh Hutcherson) no gozan de la simpatía del máximo gobernante, Snow. Más aún, Katniss es considerada una transgresora peligrosa y será utilizada como señuelo de un romance ficticio con Peeta (ella en realidad ama a un nuevo personaje, Gale) para distraer la atención de la gente, hipnotizada por esa máquina televisiva que come voluntades y sueños. CONTIENDA FINAL La Gira de la Victoria le permite a la adolescente y su compañero ver los primeros pasos de una futura rebelión, mientras es observada por un nuevo cancerbero, Plutarco Heavensbee (Philip Seymour Hoffman) y asistida, a veces por su mentor, Haymitch Abernathy (Lenny Kravitz). Antes de la contienda final habrá agasajos, carrera de carruajes (símil las de cuadrigas de Ben Hur), con una Jennifer Lawrence muy maquillada como evocando a la mítica Cleopatra de Liz Taylor, una leyenda de una Hollywood ya desaparecida. Pero el final vendrá, sangriento, imprevisto, con monos agresivos y brumas venenosas. Katniss y sus nuevos compañeros se conocerán más porque deberán enfrentar la muerte en grupo. MODA Y PEINADOS El filme tiene una primera parte poco atractiva y de ritmo moroso, donde se repiten temas. Sin embargo, la segunda parte se redime y abunda en pequeñas vueltas de tuerca, nuevos personajes, buenos efectos especiales y un atractivo diseño de producción. También la moda toma un papel especial con audaces diseño de Trish Summerville, incluyendo un bellísimo traje de novia de Tex Saverio y sugestivos diseños de Alexander McQueen y Rick Owens. Peinados, atuendos clásicos y excéntricos como los que luce el personaje de Effie Trinket (Elizabeth Banks) suerte de relacionista y presentadora de los tributos de las ceremonias olímpicas son un atractivo más, a la segunda parte de la exitosa saga. A la carismática presencia de Jennifer Lawrence ("Lazos de sangre"), se unen personalidades muy queridas en el mundo del cine, como Donald Sutherland (Mr. Snow) y Seymour Hoffman (Plutarco Heavensbee).
Los secretos no existen más Nada volverá a ser lo mismo desde la aparición de los WikiLeaks, la web que, impunemente desnudó el mundo secreto de poderes políticos y económicos, hasta ese momento inexpugnables. De esto habla "El quinto poder", poniendo nombres y apellidos y presentando a su creador Julian Assange (Benedict Cumberbach), chico australiano universitario que abandonó la física y las matemáticas para orientar su propia carrera de programador, hacker y activista social. El que con desparpajo virtual ofrecía el secreto de la información como arma popular. Con Daniel Domscheit-Berg (Daniel Brühl), quien luego sería su socio y posteriormente detractor, dieron vida a una plataforma en internet que permitió acceso libre a documentos clasificados, desde los más elementales a los más complejos, capaces de hacer visible la corrupción bancaria (Banco suizo Julius Bar), la gubernamental africana, o el aquelarre afganistano provocado por cuestionables procederes de Estados Unidos. GENEROSO Y AMORAL Basado en el libro "Inside WikiLeaks" de Daniel Domscheit-Berg y "The Guardian WikiLeaks", de David Leigh y Luke Harding, "El quinto poder", es un filme desparejo, caótico, ambiguo, como el mismo Assange, esa suerte de Andy Warhol de la virtualidad, tan controversial como autoritario y democrático, generoso y amoral. El director Bill Condon ("Dioses y monstruos") logra imprimir en ciertos momentos de la narración, un ritmo virtual febril con mútiples secuencias de pantalla y duplicación al infinito de la imagen de Assange, más una serie de artilugios visuales que intensifican el ritmo general del relato. La película tiene actuaciones remarcables empezando con este Benedict Cumberbatch, como Assange, suerte de hermano gemelo del original, que en la realidad conjuga realidades opuestas como interpretaciones premiadas en el cine y el teatro británico, asumiendo desde papel del investigador Stephen Hawkins, o el detective Sherlock Holmes, pasando el período en la vida real en que enseñó inglés en un monasterio tibetano. A su lado el talentoso Daniel Brühl como Daniel Domscheit-Berg; David Thewlis como el periodista Davies y los veteranos Stanley Tucci y Laura Linney, representando el poder y la diplomacia de la Casa Blanca.
Una trama violenta y hablada Esta es la historia de un abogado en problemas que cree que meterse en el negocio de la droga es como ganar un juicio por mal estacionamiento. Si a esto se suma que a la codicia le agrega soberbia y lujuria, ya tenemos a la vista un asunto complicado. La promisoria carrera del realizador Ridley Scott, con un background impecable que va de "Los duelistas" a "Blade Runner", o "Gladiador", aseguraba una elegante planta y diseño visual. El lujo del guión de un Pulitzer, Cormac Mc Carthy ("La carretera" que Viggo Mortensen interpretara en cine) y un equipo variado muy rico, prometía la cocina perfecta. Pero no todo funcionó tan bien, el problema pasa por ciertos desniveles narrativos, un diálogo a veces demasiado elaborado para la calidad de las situaciones y cierta inverosimilitud de algunos personajes, más el hecho de revelar todo demasiado pronto y dejar poca expectativa para el final. PERSONAS EXTRAÑAS Todo atravesado por un imponente cargamento de drogas, sofisticados personajes como la manipuladora Malkina (Cameron Diaz), un cowboy excéntrico, Westray (Brad Pitt) o Reiner (Javier Bardem), el loco del peinado heavy y extrañas reacciones de un abogado que parece estar probando tipos de veneno para arruinarse la vida con cierta inconciencia existencial, nada acorde a su cronología. Hay bastante violencia, aunque no tanta acción, humor negro, fauna surrealista en la línea de imágenes de sofisticado estudio de fotografía, con sutiles gepardos y ropa fashion y cierta sensación de desconcierto ante esta mezcla de filme negro y melodrama surrealista, con descargas explosivas de los más promocionados carteles de la droga. Todos danzan una coreografía particular a la que uno se puede adaptar o renunciar, eso sí, con estilo y la mejor música envolvente. Hasta Bruno Ganz, el ex ángel de "Las alas del deseo", se precipita a tierra entre diamantes de varios quilates y su condición de joyero de Amsterdam, mientras Michael Fassbender (el abogado y también llamado "El consejero"), muere de amor por una ingenua Penélope Cruz, en el papel de Laura, su novia.
El superhéroe está de vuelta Tomado por la editorial Marvel, la figura mítica de Thor y su gente se convirtió en historieta y luego fue cine. Ya sabemos que el tal Thor (Chris Hemsworth) tiene problemas porque su hermano menor, Loki (Tom Hiddleston), lo quiere heredar, aunque ahora esté preso. Así que él se ocupa de pelear por los Nueve Reinos, como lo sabe bien, con el mágico martillo, su arma preferida y llave para ser dueño del mundo. CURIOSA PAREJA Mientras tanto, Jane Foster (Natalie Portman), la estudiante de astronomía, enamorada de Thor, al que conoció cuando él estuvo exiliado por su padre en la Tierra, estudiando los temas gravitacionales que están afectando el orden general, se da cuenta que esto la afecta y puede ser "chupada" por los mundos ignotos a los que Thor, Loki y toda la familia sideral pertenecen. Para colmo la energía del Aether y Malekith (Christopher Eccleston), los representantes del mal en la serie se mantienen y pugnan por infiltrar los mundos, permanentemente interconectados. El caso es que todo se complica y nuevamente las interrelaciones entre los personajes se manifiestan en luchas interestelares, con intercomunicación de galaxias y por supuesto Londres como campo de batalla, todo tutelado por el ejercito de Asgard y los Elfos Oscuros con mucho despliegue de efectos especiales. Tanta será la presión maligna, que Thor deberá recurrir a su problemático hermano para enfrentarlos. GRANDES EFECTOS El filme debe satisfacer a sus admiradores que siguen las historias y juegan sus videojuegos. Para los que no son fans, la película sólo se destaca por una profusión de efectos especiales y figuras cinematográficas, que nos hablan de que el mercado comercial se redujo y todos deben hacer de todo. Como ocurre con el respetado Anthony Hopkins, que hace del padre de Thor, creíble en su shakespeariano papel, la encantadora Natalie Portman, que se adapta a su papel de híbrida heroína Jane Foster y el que se lleva todas las alabanzas, Tom Hiddleston (Loki), en esa suerte de Ricardo III en miniatura, que no puede huir de su karma de maldad. Con ellos, como una simpática masa de músculos y ropa colorida, el más Marvel de los antihéroes, el Thor de historieta que Chris Hemsworth lleva adelante y la excelente Rene Russo, como una madre a lo lady Macbeth, de roja pelambre y tan lista en artes marciales como cualquier superheroína de yacuzas cuestionables. "Thor, un mundo oscuro" hubiera ganado más con menos extensión y lo que francamente entusiasmó, también a los que no son seguidores de la serie es el avance de la próxima película de la saga, con un Thor, convertido en un personaje totalmente energetizante.
Un melodrama de raíz policial Un enigmático mensaje en el comienzo, una mujer a la que le pasa de todo, depresión, alcoholismo, accidente y causa judicial y ahora, además, la voz amenazante de un sicario que le dice que si no hace lo que él le pide, mata a sus hijas, ésas a las que el marido una y otra vez le impiden ver. El filme se balancea peligrosamente en un difícil equilibrio entre el melodrama y el policial. La presencia de Ariadna Gil (María Teresa) como protagonista, en una muy buena actuación, no impide que la narración, luego de un comienzo atractivo, pierda fuerza. Un moderado suspenso va empujando el relato en el que María Teresa, la mujer en problemas, enfrenta obstáculos y situaciones que hacen avanzar la historia. Sin embargo, ninguna de ellas alcanza a cerrar con intensidad. En el camino, habrá un galán que luego sabremos que es un estafador, un marido enojado, un ex novio resentido, una secretaria solícita, el vecino de al lado y un comisario misterioso. PLANOS FORMALES Es correcta en sus planos formales y su realización y algo confuso su final. Se trata de la tercera colaboración de la dupla Ariadna Gil-Alberto Lecchi, luego de "Nueces para el amor" y "Una estrella y dos cafés". Ariadna es la persona ideal para el personaje y hubiera sido difícil encontrar otra Maria Teresa, de similares características. En distintos papeles aparecen Leonardo Sbaraglia como el comisario Esteban Fuster, un personaje que hubiera merecido más presencia en la historia, Gonzalo Valenzuela en un breve papel de seductor y la bella Sabrina Garciarena (Felicitas) como la secretaria. La dirección de Lecchi, el recordado director de "Perdido por perdido", aquel atrapante thriller con Ricardo Darín, se mantiene dentro de una línea austera y sin demasiada acción.
Apocalíptica y desintegrada José (Hugo Silva) y Tony (Mario Casas), disfrazados de estatuas vivientes, asaltan una tienda de joyas en pleno centro de Madrid. Sufrientes víctimas del paro, uno acompañado de su hijo más pequeño y el otro sin el coche, se hacen de miles de alianzas de oro, irónicos presentes de una experiencia marital en la que, precisamente, no les va demasiado bien. Desesperados, intentan fugarse en un taxi con conductor y acompañante incluídos, perseguidos por la policía y la ex mujer de uno de ellos, irán a Francia, por una promesa que le hizo José a su hijo de visitar la Disneylandia del país galo. AVENTURAS RARAS En el camino, el bosque del territorio vasco se ofrece como una invitación a aventuras exóticas. Parecen no saber que el Euzkadi y más precisamente, Zugarramurdi, tiene sus "señoras de la magia", ésas que en 1612 se transformaron en las víctimas del Salem de la tierra vasca, cuando fueron sacrificadas con la acusación de hechicería. Mujeres extrañas como Graciana (Carmen Maura) reavivarán la historia con un propósito siniestro en los que se mezcla la carne y el alma. Esta es una película de Alex de la Iglesia. Quien vio "La comunidad" o "Balada triste de trompeta" sabe lo que quiere decir eso. Por supuesto que la engañosa serenidad caótica de la primera parte de "Las brujas...", esconde la desmesura de la segunda. Y es que este De la Iglesia es heredero de Quevedo, de Valle Inclán y de Goya y si el humor elegante puede estar presente, el resto puede ser esperpento, barroquismo, o lo más "guarro" de un siempre efectivo Santiago Segura. UNOS ANTIHEROES El aquelarre que envuelve a las brujas y estos pobres antihéroes desempleados se mezcla con críticas misóginas, que envuelven las brujerías, policías en persecución, mujeres que demandan alimentos y el supremo deseo de "señoras de la magia", ahitas de carne humana, si es masculina mejor y almas para hacer nuevos conjuros. Ya obnubilado por las fórmulas mágicas, De la Iglesia pierde su norte y desbarranca en la última media hora, grotesco y bizarro ante ese poder femenino, al que parece temerle, pero sobre el que una y otra vez vuelve como abejorro atraído por flores carnívoras. Los actores adquieren el ritmo frenetico del director. Se lucen Hugo Silva, Mario Casas, Jaime Ordoñez, los desopilantes policías (Nieto y De la Rosa) y por supuesto las brujas con Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang y junto a ellas Santiago Segura. Todos ayudan al director con su humor negro y locura a conjurar el misterio de la vida, la que sin duda esconde muchos secretos.