El conflicto de Malvinas es aún una herida abierta en el cuerpo social argentino. Santiago García Isler pensó este ensayo documental sobre la guerra, partiendo desde un punto de vista particular centrándose en historias de gente a las cuales la guerra les cayó encima. La voz de Damián Dreizik nos cuenta al principio como Meterlink estudiaba a las hormigas y lo que ocurre en un hormiguero cuando algo les cae encima. A partir de esta analogía, el documental pasa a contar las historias de Andrew Graham Yooll, Simón Winchester, Osvaldo Ardiles, Rafael Wollmann y Laura Mc Coy. Dos periodistas (Graham Yoll y Winchester), un futbolista de alta competencia (Ardiles), un fotógrafo (Wollman), y una habitante de las islas (Mc Coy) que en medio del conflicto bélico toma una decisión de consecuencias imprevisibles. Estas historias se entrelazan en este documental que prefiere esa crónica personal e íntima para contar aquellos día de 1982. Graham Yoll era argentino pero de familia escocesa y ejercía su oficio de periodista en el diario Buenos Aires Herald cuando en 1976 empezaron a llegar a la redacción familiares de gente que había sido detenida, pero cuyo destino una vez detenidos no se sabía nada de ellos. El periodista resultó ser el único que recibía los pedidos de Habeas Corpus. El diario los publicaba pero la vida de Yooll en la Argentina corría peligro y Robert Cox, el director del medio, se encargó de sacarlo del país. Yooll extrañaba y cuando el gobierno de Galtieri decide tomar Las Malvinas vuelve a su país como corresponsal. Y ya no se iría jamás. Osvaldo Ardiles deja el testimonio de una estrella de fútbol que desarrollaba su carrera en el Tottenham y que al estallar la guerra, vio cómo su carrera se caía a pedazos. Simón Winchester estaba en la India como corresponsal y fue llamado por su diario de urgencia y previo paso por Londres, es enviado a la zona del conflicto austral. Primero va a las islas pero cuando se produce la invasión, es enviado al continente donde termina preso en una cárcel de la Patagonia y acusado de espía donde se pasa tres meses encerrado. Rafael Wollman fue el único reportero gráfico presente en Malvinas cuando las islas fueron tomadas y sus fotos salieron en distintas publicaciones del mundo y en la revista Gente. La historia de Laura McCoy es una historia de rebeldía de una isleña que cuando se produce la invasión, se encontraba en pleno conflicto matrimonial y estaba a punto de dejar a su familia para irse con el encargado del mantenimiento de los cinco faros que tenían en esa época las Islas Malvinas. Lo que parecía una historia de amor se vuelve una intriga de espionaje y tiene un final sorprendente. Falklinas cuenta todas estas historias con testimonios y archivos a los que suma dibujos ilustrativos de Rep. El resultado es un ensayo melancólico sobre estos “daños colaterales” de aquel conflicto que se desató por la necesidad de la dictadura de ganar más tiempo y así eternizarse en el poder, un intento inútil que resultó un fracaso para los militares de la época y una tragedia para aquellos que se vieron envueltos en el conflicto. FALKLINAS Falklinas. Argentina, 2021. Investigación y Dirección: Santiago García Isler. Protagonistas: Andrew Graham Yooll, Osvaldo Ardiles, Simón Winchester, Laura Mc Coy, Rafael Wollmann y Damián Dreizik. Cámara y Fotografía: Pablo Parra. Sonido directo: Gino Gelsi. Edición: Emiliano Serra. Música: Alberto Carpo Cortés. Distribuidora: APIMA. Duración: 68 minutos
En 1957 se estrenó en Broadway “West Side Story”, un musical que hizo historia. Stephen Sondheim escribió los textos mientras que Leonard Bernstein, Saul Chaplin e Irwin Kostal se encargaron de la música. ¿La historia?: La de “Romeo y Julieta” trasladada a Nueva York. En la obra de Shakespeare,el problema era un amor prohibido entre Monstescos y Capuletos, mientras que en el musical era una historia que enfrentaba a puertoriqueños con yankys. Eso, más un barrio a punto de ser pasado por encima por un proyecto urbanistico y un desfile de situaciones extremas, que al igual que la original, deja un rastro de sangre y varios muertos. En 1961 se estrenó la versión cinematográfica y resultó en un hito, un musical que arrasó en la entrega de los Oscar de ese año y que resiste el paso del tiempo. Desde hace unos años Steven Spielberg venía diciendo que estaba interesado en dirigir un musical y cuando se supo que dejaba la preparación de la próxima película de Indiana Jones para meterse de lleno en la remake de West Side Story muchos se sorprendieron. La película original dirigida por Jerome Robbins y Robert Wise es un clásico que, en principio, no necesitaba ninguna revisión y sin embargo el estreno de la nueva versión termina por explicar la razón por la cual Spielberg se interesó en traer de nuevo la historia de María y Tony al cine. El primer anuncio de la producción de la nueva versión fue que se realizaría un casting multitudinario, porque querían caras nuevas y un elenco multiétnico. Digamos que ver hoy la versión original produce cierta extrañeza quizás porque parte del elenco de aquella película fue maquillado para parecer más morenos y aparentar ser latinos. No somos de plegarnos a las agendas de moda pero la verdad es que una vez que se conoce ese dato es imposible no pensar en aquellos actos del 25 de mayo donde se pintaba con corcho quemado a algún niño para que hiciera de vendedor de mazamorra. María (Rachel Zagler) es una inmigrante de Puerto Rico que vive en Nueva York junto a su hermano Bernardo (David Alvarez) que está de novio con Anita (Ariana DeBose) y en el momento de empezar la historia el barrio donde viven está a punto de cambiar para siempre. Pese al cambio inminente, el territorio está en disputa los latinos y los yankys se enfrentan a través de dos bandas los Jets y los Sharks. Por el lado de los norteamericanos, tenemos la participación especial de Tony (Ansel Elgort) que viene de pasar un año en la cárcel por haberle propinado una golpiza a otro muchacho. Después del número inicial que rinde tributo a la película de 1961, entramos de lleno a la historia. María y Tony se van a enamorar de manera fulminante, el hermano de María no puede creer que su hermana se haya enganchado con un “polaco” y los Jets tampoco están contentos con que Tony se haya enamorado de una latina. Tony siente culpa por su pasado y está dispuesto a dejar las peleas. Los números clásicos cobran nueva vida y la complejidad de los textos de Sodenheim brillan porque son válidos aún hoy. 2021 parece arrastrar las problemáticas del SXX: racismo, pertenencia, necesidades básicas insatisfechas y gente que tiene que dejar su país para buscar suerte en otro lado, por nombrar solamente algunos temas que siguen sin respuesta. Spielberg sabía lo que hacía cuando decidió tomar esta historia y ponerse detrás de las cámaras para hablar de ciertas cosas que todavía están vigentes y a eso le agregó una decisión, que veremos como le sale en su país, de no poner subtitulado a los diálogos en castellano. Fuera de esos temas “políticos” el nuevo West Side Story tiene destino de clásico y nos trae una nueva estrella que se llama Ariana DeBose, encargada de interpretar a Anita, el personaje que le hizo ganar un Oscar en 1961 a Rita Moreno que, dicho sea de paso, participa de esta nueva versión en un personaje que fue creado especialmente para ella. AMOR SIN BARRERAS West Side Story. Estados Unidos, 2021. Dirección: Steven Spielberg. Intérpretes: Ansel Elgort, Rachel Zegler, Ariana DeBose, David Alvarez, Mike Faist, Rita Moreno, Corey Stoll, Brian d’Arcy James, Josh Andrés Rivera e Iris Menas. Guion: Tony Kushner. Fotografía: Janusz Kaminski. Edición: Sarah Brosher y Michael Kahn. Música: Leonard Bernstein y Stephen Sondheim. Distribuidora: Disney (20th Century Studios). Duración: 146 minutos.
Lo más increíble de la saga Resident Evil (versión cinematográfica de un video juego clásico), es que haya llegado a desarrollarse hasta llegar a tener este reboot cuando ninguna de las seis películas anteriores fueron importantes. Pero así están las cosas, en un nuevo capítulo del asunto que para sorpresa de muchos, no está nada mal. Racoon City es un pueblo que vive de y por una corporación, pero la empresa ha decidido que debe cerrar su operación y que la mejor forma de hacerlo es destruir al pueblo una madrugada y sepultar de esa manera los experimentos que estuvo realizando con seres humanos. En el comienzo hay un vistazo al pasado para mostrarnos a Claire Redfield (Kaya Scodelario) y a su hermano Chris (Robbie Amell) maltratados en un instituto para huérfanos, que claro, es uno de los principales proveedores para los experimentos de la Corporación Umbrella. Claire escapa de ese lugar siniestro, la película se saltea varios años y vemos a la muchacha volviendo a Raccoon City para encontrarse con su hermano que ahora es policía. En el camino ya hay un incidente que indica que está pasando algo raro en la zona. A partir de allí empieza la acción y todo lo que pasa es entretenido. Quizás haya puristas a los que la adaptación del director Johanes Roberts no les parezca adecuada, pero eso es para el nicho de los gamers, acá nos importa la película. En términos cinematográficos, la etapa anterior protagonizada por Milla Jovovich y su pareja Paul W. S. Anderson había terminado por desviarse del todo de lo que era la historia original creada por la empresa japonesa Capcorn. Ahora volvimos a los orígenes y el tono del relato remite a las películas clase B de épocas pasadas. El elenco es correcto pero no tiene mucho tiempo para lucirse, porque llegan los zombies y se los comen. También hay monstruos y perros (zombies), además de una escena post créditos que promete que van a desarrollar todo hacia las otras versiones del juego que existen. Hay sobrevivientes del desastre, así que casi seguro que el reboot va a ir para adelante. RESIDENT EVIL: BIENVENIDOS A RACCOON CITY Resident Evil: Welcome to Raccoon City. Estados Unidos/Canadá/Alemania, 2021. Dirección y Guión: Johannes Roberts. Intérpretes: Kaya Scodelario, Hannah John-Kamen, Neal McDonough, Tom Hopper, Robbie Amell, Donal Logue, Avan Jogia, Avaah Blackwell, Stephannie Hawkins, Lily Gao. Producción: Martin Moszkowicz, Robert Kulzer, James Harris y Hartley Gorenstein. Duración: 107 minutos.
Imaginar un par de hermanas negras de un barrio humilde y un poco marginal triunfando en un mundo como el del tenis -que cargaba nada menos que con el apelativo de “El deporte blanco”- hace unos años era una quimera, pero Richard Williams lo hizo. Imaginó que sus dos hijas, Venus y Serena, podían hacerlo y además de romper con las tradiciones del mundo de ese deporte, iban a lograr sacar a toda la familia de esos barrios marginados. Rey Richard: Una familia ganadora es la historia de Venus y Serena Williams pero tomando como personaje central al padre de ambas, para así, mostrar al resto de la familia. Si buscan en la web se encontrarán que el señor Williams aparece como “entrenador de tenis”. Para lograr ser conocido de esa manera, este hombre nacido en 1942 en el estado de Luisiana que cuanto pudo se fue a Chicago y ya casado, se mudó a Los Angeles al dificil condado de Compton, tuvo que escribir un plan y cumplirlo a rajatabla. Para los fanáticos del tenis y para cualquiera que les guste las películas sobre deportes, la película es claramente un plato fuerte irresistible aunque para saborear este plato hay que ver a Will Smith como Richard Williams . A favor digamos que la manera en que la película muestra a King Richard no es nada complaciente. Por un lado está esa lucha del padre por imponer su plan de creación de dos campeonas, pero está también el medio ambiente hostil del barrio y los prejuicios que tuvieron que enfrentar. Hay momentos realmente muy divertidos en los que se ve lo que pudo hacer Williams por sus hijas. Los fans de ambas tenistas seguramente conocen muchas de las historias que se cuentan en la película, por eso no se sorprenderán con momentos como cuando los Williams se presentan ante el entrenador de estrellas como McEnroe y Sampras, Paul Cohen (Tony Goldwyn), para que dedique su valioso tiempo para ver jugar a dos niñas negras con escasas posibilidades de avanzar en el mundo del tenis profesional. Con Venus y Serena como productoras junto a Will Smith, quizás el mayor problema de la película sea lograr equilibrar la manera en que vamos siguiendo la carrera de las dos niñas en el mundo del tenis y permitir el lucimiento de Will Smith. Ese tironeo es, seguramente, lo que estiró la duración a 146 minutos cuando claramente le sobran al menos 20. Aparte del tema de la extensión, la película es disfrutable, básicamente, para todos aquellos a los que las biopics del deporte les pegan en el corazón. REY RICHARD: UNA FAMILIA GANADORA Rey Richard: Una familia ganadora (King Richard, Estados Unidos/2021). Dirección: Reinaldo Marcus Green. Elenco: Will Smith, Aunjanue Ellis, Saniyya Sidney, Demi Singleton, Tony Goldwyn, Jon Bernthal, Andy Bean, Kevin Dunn y Craig Tate. Guion: Zach Baylin. Fotografía: Robert Elswit. Edición: Pamela Martin. Música: Kris Bowers. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 146 minutos. Apta para mayores de 13 años.
El proyecto de llevar al cine el libro sobre la historia de la familia Gucci lleva dando vueltas por Hollywood muchos años, tantos que pasaron una docena de actrices y de actores actores por los castings previos, incluido Robert De Niro. Ridley Scott maneja esta mascarada sobre una familia italiana poderosa que se autodestruyó de manera desmadrada, tanto que todos hablan en inglés con acento italiano y el registro actoral va de lo shakesperiano a lo caricaturesco, como si parte del elenco estuviera en una película y el resto en otra. El pastiche funciona y se entiende más cuando el director pone como referencia de todo esto nada menos que a la serie “Dinastía”. Una de las claves para entender todo es recordar a Joan Collins en aquella serie y ver a Lady Gaga interpretando a Patrizia Reggiani. Para los que no tengan presente de qué estamos hablando, vamos a meternos un poco en la historia real. La marca Gucci navegaba mansamente en el mercado de la moda, un poco estancada, pero segura y clásica en su estilo. Ellos sabían atender a su público exclusivo y a la vez llenar las calles con productos falsificados realizados por ellos mismos, finalmente todo iba a la misma cuenta bancaria. Según parece Aldo (Al Pacino) y Rodolfo (Jeremy Irons) casi ni se reunían porque la cosa funcionaba y ya se sabe que no hay porque arreglar lo que funciona. El problema es que ninguno de sus hijos parecía tener mucha idea sobre cómo manejar el asunto. Para ser más justos, digamos que el hijo de Aldo quería hacerlo pero el pobre Paolo (Jared Leto), era de una mediocridad tan poderosa que a ninguno de los dos Gucci originales se les hubiera ocurrido poner la marca en sus manos. Maurizzio (Adam Driver), el hijo de Rodolfo, por su lado apenas quería ser un abogado del montón y no parece al momento de comenzar la película que tuviera especial fascinación por el mundo de la moda. La que sí estaba fascinada por el negocio era Patrizia Reggiani, que desde el primer momento en que se cruza con Maurizio sabe que quiere entrar a esa familia y a ese mundo. La Patrizia que interpreta Lady Gaga es un malvada notable, manipuladora y despiadada que se mete en la familia y que va tejiendo de a poco un plan que logra que luego de una feroz pelea entre padre e hijo, que aleja a Maurizio del negocio, el grupo familiar termine implosionando y acá paramos de contar para que el espectador disfrute de lo que cuenta la película. Muchos pueden quedar sorprendidos por el tono desaforado pero a la vez televisivo, al estilo de “Dallas” o “Dinastía”, que eligió Ridley Scott, pero el elenco está impecable. Hay en la película varias posibles candidaturas a recibir algún Oscar aunque lo más increíble de ver sea lo que hace Jared Leto. El personaje de Paolo está tan llevado al extremo, que termina siendo el único personaje con el que el espectador puede sentir alguna empatía, porque al fin y al cabo en un medio ambiente donde todos parecen ser lobos feroces, el más estúpido termina siendo el personaje con el que uno se siente más identificado. LA CASA GUCCI House of Gucci. Estados Unidos/Canadá, 2021. Dirección: Ridley Scott. Guión: Becky Johnston y Roberto Bentivegna. Elenco: Lady Gaga, Adam Driver, Al Pacino, Jeremy Irons, Jared Leto, Jack Huston, Salma Hayek, Camille Cottin, Youssef Kerkour, Reeve Carney. Producción: Ridley Scott, Kevin J. Walsh, Mark Huffam y Giannina Facio. Duración: 157 minutos.
En 1984 “Ghostbusters” fue un éxito de taquilla y con el tiempo se volvió una película entrañable y una referencia pop para distintas generaciones. La segunda parte no fue tan buena, pero mantuvo el espíritu y cumplió pero no se pudo hacer fue la tercera película que estaba pensada. El problema no fue que la segunda no alcanzara los objetivos deseados, sino que en 1993 se estrenó “El día de la marmota”, que hoy es un clásico y que fue un éxito pero el problema fue que durante esa filmación Harold Ramis y Bil Murray (dos de los cazafantasmas originales) dejaron de hablarse. Dos viejos amigos que venían trabajando en el mundo del espectáculo desde mediados de la década del ´70, comenzaron con problemas hasta que en el medio de la filmación dejaron de hablarse. Ramis le puso a Murray a uno de los guionistas para que entre ellos revisaran el guión que Murray quería que fuera más filosófico, mientras que Ramis le recordaba todo el tiempo que la empresa productora esperaba que ellos entregaran una comedia. Pasaron décadas sin hablarse hasta que en 2010 una enfermedad que se conoce como “rara” dejó a Ramis fuera del mundo del espectáculo. Retirado en un pueblo del interior, Ramis se fue consumiendo hasta que murió en 2014. Pero días antes de que eso ocurriera, Bill Murray llegó al pueblo, fue a la comisaría para preguntar la dirección de Ramis y acompañado por una patrulla llegó a la puerta de la casa de su viejo amigo con una caja de Donas y se quedaron solos para recomponer lo que se había roto hacía años. Muerto Ramis, se acababa la posibilidad de una tercera película de un título del que la gente seguía hablando así que alguien tuvo la idea de hacer un reboot protagonizado por mujeres que se pusieron los mamelucos de “ghostbusters” y acompañadas por Chris Hemsworth (Thor!) en papel de comediante revivieron aquella historia. Fue en 2016 y nadie quiere acordarse de esa película torpe en la que apenas se hacían referencias a la original. Tuvieron que volver algunos responsables del film original para recuperar el espíritu y recuperar el legado. Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman el director de la película de 1984, se puso sobre los hombros la nueva historia sacudiéndose la película de 2016 y encarando una manera distinta de retomar aquella historia. La película se centra en la historia de una madre con una hija nerd casi adolescente y un hijo un poco más grande que están siendo desalojados pero tienen una granja en un pueblito del interior que les dejó de herencia el padre a la mujer. Allí van los tres a un lugar en el medio de la nada, la chica nerd tiene un profesor que se llama Gary (Paul Rudd) que les deja a sus alumnos para ver en sus horas de clase el VHS de “Cujo”. Phoebe (Mackkena Grace) está libre para hacer esas cosas que hacen las chicas nerds pero enseguida hace amistad con un compañero al que todos llaman “Podcast” porque tiene uno sobre hechos paranormales y conspiraciones. Trevor (Finn Gofhard al que conocemos de Stranger things) busca trabajo en el pueblo y encuentra un interés amoroso bastante rápido. No hay mucho más que se pueda contar sin arruinar las sorpresas, rápidamente los chicos descubren en el granero la camioneta original de los Ghostbusters y se enteran en que andaba su abuelo. Pasaron 30 años pero el espíritu está intacto y Jason Reitman hace de esta tercera película de la serie un “coming of age” divertido y sensible, con tiempo para homenajes al cine de los ochentas, a Harold Ramis y a la primera película al punto de llegar al corazón de la cosa. No se levanten de la butaca enseguida por que hay dos escenas post créditos que valen la pena. GHOSTBUSTERS: EL LEGADO Ghostbusters: Afterlife. Estados Unidos, 2021. Dirección: Jason Reitman. Intérpretes: Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Paul Rudd, Celeste O’Connor, Bill Murray, Day Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts y Sigourney Weaver. Guion: Gil Kenan & Jason Reitman, basado en Cazafantasmas, película de 1984 escrita por Dan Aykroyd y Harold Ramis. Fotografía: Eric Steelberg. Edición: Dana E. Glauberman y Nathan Orloff. Música: Rob Simonsen. Distribuidora: UIP (Sony). Duración: 124 minutos.
¿Se acuerdan del periodismo? Qué buena idea que terminó siendo malograda. Wes Anderson le dedica su décima película y es nada menos que una especie de obituario a un periodismo exquisito que se perdió para siempre. The French Dispatch es el nombre de una publicación dominical que durante décadas le acercó a sus lectores historias originales. El cuento de la nueva película de Anderson empieza anunciando que ha muerto el histórico editor de la revista y que como quedó establecido, esa muerte sellará para siempre la existencia de la publicación. Acompañado por su banda de amigos, detrás y delante de la cámara, desde siempre Wes Anderson (Isla de perros, Gran Hotel Budapest, Moonrise Kingdom: Un reino bajo la Luna, Los excéntricos Tenenbaum, entre otros títulos) creó un universo propio que aquí tampoco abandona, por el contrario, redobla la apuesta. El relato está dividido en un prólogo, tres relatos y un epílogo. la simetría de sus imágenes, los planos absolutamente estudiados y la estética abrumadora de cada escena que se ve puede dejar atónito al espectador. Desde el comienzo, con un claro homenaje a Jaques Tati (y también a Buster Keaton), Anderson edifica plano a plano otra película inclasificable. Cada escena y cada diálogo tiene una búsqueda y una intención. Está claro que los que gustan del cine a la Wes Anderson no van a tener quejas y los que ya se muestran un poco agotados de su estilo, aquí tendrán de donde agarrarse para criticarlo. Los temas de los distintos relatos que muestra la película van desde el arte y sus vanguardias hasta una mirada satírica a los revolucionarios a la francesa del París en 1968, eso que Tom Wolfe llamó “la izquierda caviar”. Pero incluso ese capítulo provocador y diletante, está hecho con elegancia y doble sentido. Hay además una reflexión sobre el lenguaje audiovisual y homenajes que van desde Tintín a las primeras películas de François Truffaut. Todo ese artificio está además actuado por un elenco multitudinario donde algunos tienen protagonismo pleno y otros apenas aparecen unos minutos, demostrando que todos entienden que lo que importa es todo ese imaginario visual y ese bagaje de historias que parece que no se agotarán. Wes Anderson está de vuelta y además de traer un elenco estable de actores dispuestos a meterse en personajes hermosos, se le agregan otros que se pliegan sin problemas al asunto. El juego entre la imagen y el diálogo es de una perfección que obliga al espectador a meterse de lleno, en una película para ver en cine y no solamente una vez. El cine de Wes Anderson, lejos de ser siempre igual, se atreve a cosas nuevas dentro de su universo. La banda de sonido es exquisita como suele suceder en su obra y eso es otro plus a agradecer. LA CRÓNICA FRANCESA The French Dispatch. Estados Unidos/Alemania, 2021. Guion y dirección: Wes Anderson. Intérpretes: Benicio Del Toro, Adrien Brody, Tilda Swinton, Léa Seydoux, Frances McDormand, Timothée Chalamet, Lyna Khoudri, Jeffrey Wright, Mathieu Amalric, Stephen Park, Bill Murray, Owen Wilson, Christoph Waltz, Edward Norton, Jason Schwartzman, Liev Schreiber, Elisabeth Moss, Willem Dafoe, Lois Smith, Saoirse Ronan, Cécile de France, Guillaume Gallienne, Jason Schwartzman, Tony Revolori, Rupert Friend, Henry Winkler, Bob Balaban y Anjelica Huston. Fotografía: Robert Yeoman. Edición: Andrew Weisblum. Música: Alexandre Desplat. Duración: 107 minutos.
Edward Wright es un director un poco subvalorado, olvidado a la hora de elegir realizadores favoritos, aún con títulos interesantes como Baby: El aprendiz del crimen, Bienvenidos al fin del mundo, Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños y Muertos de risa, entre otros. A partir del estreno de El misterio de Soho es muy posible que Wright sea tomado en serio y no se quede afuera de las listas que tanto nos gusta hacer. Eloise (Thomasin McKenzie) es una chica de un pueblitoque sueña con triunfar como diseñadora de moda hasta que recibe la confirmación desde Londres de que fue aceptada en un instituto de donde salen todos los diseñadores de esta época. Eloise sueña con ser Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany’s y vive escuchando los discos de los sesenta de su madre, aunque vive con su abuela porque la madre se suicidó hace mucho y tenía serios problemas psiquiátricos. En pocos minutos pasamos de su vida en el pueblo a la agitada e inquietante Londres del SXXI. Pero a Eloise le cuesta la adaptación. Deambula por el instituto, sufre las burlas de sus compañeras que están más en la onda y decide dejar el lugar donde viven quienes van al instituto para conseguir una habitación en una pensión en donde puede estar sola. La paleta de colores que usa Wright en pantalla comienza transformarse, de repente Eloise comienza a vivir una vida paralela en el swinging London de los sesenta y aparece Anya Taylor-Joy como Sandie, que va a ser algo así como un alter ego de una Eloise que durante el día es una apocada pero interesante estudiante de diseño, mientras que por las noches o en sus sueños, es Sandie, una aspirante a estrella de la música que se conecta con el submundo de la noche y que la desvía del mundo del arte y la empieza a explotar sexualmente. La película tiene momentos deslumbrantes, musicales atrapantes, Taylor-Joy le saca provecho a su Sandy para demostrar que ya es una estrella sin discusión. Thomasin Harcourt McKenzie a quien ya vimos en Jo Jo Rabbit sostiene a su Eloise, que fluctúa entre cierta inocencia naif y el temor de haber heredado algo de lo que llevó a su madre al suicidio. La puesta que presta particular atención a la escala de colores, varía a medida de que el relato pasa por distintos géneros, porque si por momentos juega a ser una especie de La la land, también hay un claro homenaje al cine inglés de los ´60, al giallo y a tips de que Brian Clemens (creador de “Los Vengadores”) supo hacer para la televisión. El misterio de Soho es una película sólida con grandes actuaciones como la de Terence Stamp y la última aparición en la pantalla de la gran Diana Riggs, justamente, una de las estrellas de “Los Vengadores” junto a Daniel Patrick Macnee. Una de las buenas propuestas de este 2021 tan errático para el negocio del cine. EL MISTERIO DE SOHO Last Night in Soho. Reino Unido, 2021. Dirección: Edgar Wright. Intérpretes: Anya Taylor-Joy, Thomasin Harcourt McKenzie, Matt Smith, Terence Stamp, Diana Rigg, Rita Tushingham, Michael Ajao y Synnøve Karlsen. Guion: Edgar Wright y Krysty Wilson-Cairns. Fotografía: Chung Chung-hoo. Edición: Paul Machliss. Música y sonido: Stephen Price. Distribuidora: UIP (Universal-Focus). Duración: 118 minutos.
Un marine ya retirado por haber pasado un traumático momento en una misión en Siria debe volver a la acción, pero esta vez para una tarea que lo involucra personalmente, ya que una de las rehenes que han tomado es su esposa. La mujer, que ni siquiera es espía, es una antropóloga que está investigando unos restos óseos de millones de años, pero por esas cosas del desierto pasa una frontera que no debe y así es como aparece en escena un grupo de terroristas de ISIS. Gary Dourdon, que protagoniza una de las tantas series CSI que dan vueltas por las señales de cable, no tiene que esforzarse mucho para dar vida al marine, que como dijimos, debe superar sus temas de ex combatiente porque esta vez los terroristas del ISIS se metieron con la antropóloga equivocada. SI vamos a ser devastadóramente francos, nadie se esforzó demasiado, porque el guión es más plano plano que las superficie del desierto donde se desarrolla y ni siquiera las acciones de combate están hechas con ganas. También se impone decir que solamente Andy García y Martin Donovan aportan algo de solidez para darle vida a la endeble trama de espionaje que se desarrolla detrás de la historia central. El final queda lo suficientemente ambiguo como para una segunda parte, dependerá cuanta gente se entregue al visionado de esta rutinaria y desvaída película de acción. EL RESCATE Redemption Day. Estados Unidos, 2021. Dirección: Hicham Hajji. Guion: Hicham Hajji, Lemore Syvan, Sam Chouia. Fotografía: Philip Lozano. Edición: Karim Ouaret. Intérpretes: Gary Dourdan, Serinda Swan, Andy Garcia. Duración: 99 minutos.
Hay proyectos tan grandiosos que terminan no entrando en ningún lado. Después de toda la Fase 3 que abarcó una veintena de películas y su cierre, que fueron dos películas que se transformaron en eventos que iban más allá de lo cinematográfico. Todo lo que vino fue poco y todo es comparado con aquellas películas que marcaron el final de The Avengers pero por fuera de ese canon tradicional se estaba preparando algo diferente. ¿Cuán diferente? Ficharon a Chloe Zhao la directora ganadora del Oscar por Nomaland. es decir la productora de las franquicias que más facturan contrató una directora que es alguien con una mirada más personal y que hace “cine de autor”. La historia de los cómic dice que durante años Stan Lee y Jack Kirby fueron socios en, tardaron años hasta establecerse y en el camino eran apaleados por su principal competidor. Kirby era un ilustrador extraordinario y Stan Lee un líder creativo y en algún momento Kirby se fue a DC, la competidora directa de Marvel, para hacer otras cosas y cuando volvió la empresa que había ayudado a crecer fue para desarrollar algo nuevo. Ubíquense en 1975, Los Eternals fueron el regreso de Kirby a Marvel, una historia de semi dioses creados por un ser superior que además creó otros seres Los Desviantes que iban a atacar a la humanidad. Todo el asunto abarcó varios números pero en 1978 se cortó. Volvamos al mundo del cine donde hoy Marvel forma parte de Disney y tiene varias décadas de historietas listas para ser llevadas al cine. El problema es que elegir y cuál el tono a elegir para hacerlo. Kevin Feige, que es el que decide lo que se hace en el MCU eligió una directora de prestigio, le consiguió varios guionistas y contrató un elenco sorprendente en su amplitud (y su costo) para poner en el cine a Eternals. Diez protagonistas que son seres creados por un ser superior que están desde el comienzo de los tiempos entre los humanos luchando contra Los Desviantes y que cuando ganaron decidieron dispersarse y desde ese momento no se han vuelto a juntar. Pero se quedaron viviendo en la Tierra y vieron a los humanos desarrollarse sin intervenir para nada. Tal fue la obediencia de los Eternals a sus órdenes que ni siquiera impidieron el chasquido de Thanos. Cuando empieza la película, después de explicarnos todo esto nos dicen que ahora sí, que ha llegado el turno de que los Eternals actúen. Para eso hay que reunirlos a eso se dedica la película durante un largo tramo, vastos minutos del relato se usan para presentarnos a los protagonistas y contarnos qué es lo que cada uno de ellos piensa después de haberse pasado toda la vida en la tierra y acá viene una idea interesante: el equipo no está unido. Las distintas ideas que han desarrollado hacen que les cueste volver a trabajar juntos como lo hicieron para acabar con los desviantes la primera vez. Llegados a este punto ya no vamos a contar más, nada para que el espectador que quiera entrar en ese mamotreto que nos trajo Marvel lo haga tranquilo pero teniendo en cuenta que es la película más rara del estudio, la película se aleja del tono que hace de esas producciones las favoritas de muchos. Los protagonistas no son superhéroes, son semidioses que descubren su verdadera misión y como corresponde a toda buena mitología, estos semidioses tienen un montón de defectos y contradicciones. Se supone que Eternals es una película de muchas primeras veces en Marvel, dicen que hay sexo, dicen que hay personajes no binarios, incluso a uno de los protagonistas que es sordomudo en la historieta original que ha sido cambiado y es una mujer sordomuda. Todo eso es cierto pero no agrega nada y la diversidad que se ve en pantalla y de la que se quejan mucho es apenas un dato, los que se molestan por eso se molestan por la diversidad no por la película, el problema de la película es que pasadas dos horas apenas está terminando de presentar algunos personajes. Otro problema de la película es el alivio cómico, al fin y al cabo hasta una directora de cine de autor tiene que aceptar el estilo de Marvel, ese alivio cómico no es funcional al relato y ni siquiera funcionan sus chistes. ¿Es mala Eternals? se preguntará el que está leyendo esto y pasó por encima de la calificación numérica y la respuesta es que no se puede decir que sea mala porque los actores están muy bien, porque Cloe Zhao sabe donde poner la cámara para filmar bellos atardeceres y porque en algunos momentos de sus más de dos horas y media algunas cosas funcionan. El problema es que a muchos lo que pasa en la pantalla llega un punto en que les da lo mismo, porque no les da más la cabeza de tanto bicho, tantas historias y tanta belleza en pantalla. ETERNALS Eternals. Estados Unidos, 2021. Dirección: Chloé Zhao. Intérpretes: Gemma Chan, Richard Madden, Angelina Jolie, Kumail Nanjiani, Salma Hayek, Brian Tyree Henry, Barry Keoghan, Don Lee, Lauren Ridloff y Lia McHugh. Guion: Chloé Zhao, Patrick Burleigh, Ryan Firpo y Kaz Firpo, basado en el cómic de Marvel de Jack Kirby. Fotografía: Ben Davis. Edición: Dylan Tichenor y Craig Wood. Música: Ramin Djawadi. Distribuidora: Disney. Duración: 157 minutos. Apta para mayores de 13 años.