Mi oso favorito No hay mejor ocasión que ver una comedia ácida, casi difícil de clasificar y ampliamente divertida. Así es Ted (2012), película dirigida por Seth MacFarlane creador de Family guy. Una comedia que juega con polos opuestos, como aquellos que son propios del género romántico y el humor más hilarante de la televisión norteamericana. Sin negar su valor provocador, es además una comedia sobre la infancia y la amistad, Eso sí, con un estilo peculiar. Todo aquello que pase por la boca y las acciones del pequeño osito que fuma, se droga, bebe y disfruta de las mujeres fáciles, puede volverse risible y quedar mal parado. La película inicia con la voz en off de Patrick Stewart contando de cómo un niño recibió de regalo un oso de peluche (un osito Ted) y pidió el deseo de que este cobrara vida. Entonces, mágicamente, el oso comenzó a hablar y a moverse por sí solo. Lo que al comienzo parece ser una historia salida de Disney o Pixar, se convierte en pleno desenfreno donde el niño llamado John Bennett ya tiene 35 años (interpretado por Mark Wahlberg) y su oso Ted también ha crecido. Los dos pasan el tiempo juntos dedicados a ver programas viejos de televisión (como Flash Gordon) fumando y bebiendo sin parar. Eso pone en riesgo la relación de John con su novia Lori (Mila Kunis) que ya no soporta la idea de que su novio siga atrapado, a causa de Ted, en la infancia, y aun peor comportándose como un niño rebelde. Ahí la película se irá convirtiendo en un tira y afloja entre las ganas de madurar de John y su peluche que siempre acarrea problemas. Con gags traídos desde Family Guy y hasta de Springfield, el humor (basado en las cuestiones actuales como la homosexualidad, el sexo y demás vicios) no llega a ser exagerado ni perverso, ya que mantiene mesura dentro de su doble sentido, porque hay imágenes que deberían causar ternura pero que en el dialogo sucede todo lo contrario. Ese mismo humor se infiltra en los demás elementos presentes en la película, pues hay comedia, romanticismo, suspenso, acción y burla. Una mezcla que terminan por hacer un film que cierra sobre sí atractivamente. Ted a pesar de su apariencia (y siendo éticamente correcto) no está dirigido para niños. Su público son los adultos principalmente, o los adolescentes que están en etapas de maduración, pues este film está hecho para los que disfrutan comedias con personajes entregados a las respuestas directas sin tapujos ni frenos de ningún tipo, que son libres a la inmoralidad porque gozan justamente de libertad plena. Es interesante el vínculo bien construido entre Ted y Mark Wahlberg (muy acertado en este papel a pesar de no ser muy conocido por sus dotes en comedia) que manejan un humor directo y natural. Y si bien ambos tienen que pasar por puntos de giro, puestos ahí en la historia para causar emoción, el peluche se lleva toda la película.
Un último deseo La despedida (2011), dirigida por Juan Manuel D’ Emilio y protagonizada por Carlos Issa y Natalia Lobo, es una tragicomedia contada a partir de elementos muy simples y cotidianos propios del cine independiente; y sobre todo, arraigada a la cultura del fútbol, lo cual la convierte en una película que intenta mezclar la emoción del símbolo argentino más popular y un estilo visual tratado con detalle. Aunque su ritmo pausado la sumerja en un vaivén de momentos muy atractivos y otros de tedio. José (Carlos Issa) tiene unos cuarenta años, una vida humilde, rutinaria y dedicada al deporte, particularmente al futbol; además su mujer, Andrea (Natalia Lobo) lo ama incondicionalmente. Pero un día el cansancio lo agobia y después de ir al médico, este le dice que ya no puede volver a hacer ningún esfuerzo físico debido a una deficiencia grave. Eso impulsa a José a tomar una decisión: retirarse del futbol. Va a dejar el equipo del club. Entonces junta a sus dos mejores amigos para contarles la decisión, pero ellos al igual que él, son suplentes en el equipo y prácticamente ya estaban retirados. Así la película se convierte en la aventura y excusa que arma José para darse su despedida en el club donde fue exitoso. Y no solo la de él, sino también de sus dos amigos. La interacción de los personajes, en su planeamiento para llegar al partido que será en La Costa, hace de la película un retrato sobre la amistad. Y ahí es cuando más gana. Pero cuanto más simple y sencillas se vuelven las escenas, utilizando elementos cómicos cerca del cliché y de lo previsible, puede volverse monótona. Es interesante, sin duda, como los personajes, a los cuales el conflicto los encuentra ya consumidos por su condición física, tienen que hacer un último esfuerzo, con tal de cumplir el último deseo de José. Cabe resaltar como las actuaciones de Fernando Pandolfi y Héctor Díaz van cobrando protagonismo volviéndose representativas, ya que los tres (junto a Carlos Issa) son los únicos que sostienen una historia llena de personajes secundarios un tanto flojos y dispersos. Teniendo como universo al equipo de futbol del club es posible identificarse con los sentimientos que se aguardan para poder jugar el último partido y así despedirse. Atrayente desde lo visual, toda la emoción e intriga se pone sobre el desenlace. Sin embargo, el final de la película resulta un tanto extraño para el relato, incluso por la manera de asimilarlo de algunos personajes. Podría decirse que quiere develar algún misterio o ser una vuelta de tuerca innecesaria, pues es un golpe un tanto exagerado (a pesar que parece ser el cobro de daños que te hace pagar la vida) para un argumento menos dramático o que no ha tratado de sumergirse de lleno en lo trágico.
Los fantasmas nunca se marchan Donde habita al diablo (Emergo, 2011) dirigida por Carles Torrens y escrita y producida por Rodrigo Cortés, es una película de terror española (no hablada en español) que regresa sobre el falso documental, el juego de elementos paranormales, el video casero, pero utilizando todo tipo de tecnología avanzada para intentar registrar las acciones hechas por una energía ajena al mundo de los vivos. Contado desde las cámaras utilizadas por el grupo de científicos, sin ningún punto de vista objetivo, es un documento de investigación ficcionado que se emprende sobre un padre y sus dos hijos que viven atravesando la muerte de la madre. Extraños golpes en los techos, objetos que caen sin que nadie los haya lanzado, llamadas telefónicas en reiteradas ocasiones sin voz que responda del otro lado, golpes de puerta, rajaduras de paredes y muebles que se deslizan. Cada vez se irán adentrando en un apartamento que esconde un secreto entre los extraños comportamientos del padre, de la hija adolescente y el pequeño niño. Es el fantasma de la madre que, si bien el padre dice que murió después de estar enferma, al parecer no fue así y vuelve llena de venganza. Los tres científicos irán subiendo de niveles utilizando nuevos aparatos de video y de sonido, al descubrir que el fantasma tiene poderes que alcanzan la realidad. La tensión aumenta por la propia imagen gastada e inestable de las cámaras de seguridad y de las cámaras en mano, así mismo por la incesante oscuridad y la música que adelanta la aparición del espíritu. Sin embargo; se vuelve una mezcla de películas anteriores, tanto que remite a los clásicos, desde El exorcista (The Exorcist, 1973), El proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999) y Actividad Paranormal (Paranormal activity, 2007) que le es muy contemporánea, al igual que muchas otras del mismo estilo. Son interesantes los momentos de conversación y entrevista donde el padre cuenta la historia de los últimos días de la madre. Además, se vuelve más inquietante al creer que en cualquier momento y en cualquier instante puede develarse el aspecto físico del fantasma. Si bien todos saben que es la madre, nunca se la ve y el nivel de destrucción de impacto y violencia es la única manera de saber de su presencia. Habrá muchas pistas y efectos sobrenaturales que serán lo más logrado y atrapante. Pero al comenzar a rozar clichés y efectos sorpresivos un tanto repetitivos van debilitando el argumento y la película parece agotarse al tender a resoluciones que justifiquen los hechos. Se vuelve predecible. No menos terrorífica y perturbable, pues mantiene una atmósfera que, si bien no está innovando, es muy llamativa sobre todo por resultar esquemática con cada plano, llevando al extremo la posibilidad de registro de cada cámara y donde lo personajes, encerrados dentro de un solo espacio, se van dando cuenta de que la madre no quiere marcharse.
Un amor previsible La última película de Lasse Hallström cuyo título original es Salmon fishing in the Yemén (La pesca del salmón en Yemén) y que ha sido llamada en Argentina Un amor imposible (2011), es una comedia británica que parte de la unión de diferentes elementos como la ciencia, la política, la publicidad y que, bajo un argumento que tiende a lo absurdo y el drama, puede preverse desde el comienzo el desenlace entre los personajes interpretados por Ewan McGregor y Emily Blunt. El doctor Alfred Jones (Ewan McGregor) es célebre por su trabajo en la pesca con mosca y el estudio de los salmones. Su jefe le ordena llevar a cabo un proyecto de pesca de salmón en Yemen, pero lo rechaza. Sin embargo, el proyecto será financiado por un jeque árabe (Amr Waked) empeñado en introducir la pesca de salmón en Yemen. Este proyecto de números y motivos increíbles será impulsado por la jefa de prensa del gobierno Británico quien ve una excelente oportunidad para que el Primer Ministro mejore su relación política con el Medio Oriente. Entonces el doctor Alfred Jones decide hacerse cargo del proyecto cuando comienza a colaborar con la representante británica del jeque (Emily Blunt). A partir de ahí la película se concentra en este proyecto desmedido y que une más los caminos de sus protagonistas. Muy ágil en los diálogos y en el montaje, características propias del humor británico, aunque el argumento tiene subidas y bajadas por la cantidad de temas que son tocados con superficialidad. Pues el romanticismo y los gags parecen banalizarlos. Tanto así que deja una extraña sensación la distancia que se genera entre los dramas que envuelven al doctor Jones y a la representante del jeque y el proyecto caótico en Yemen. Del cual son los únicos motores. Existe el deseo de introducir la absurdidad en el guión, que dicho sea de paso, posee momentos que animan el relato (como la interpretación de la jefa de prensa del gobierno británico y el surgimiento de un triangulo amoroso hacia el final) pero el proyecto al igual que las profesiones y los objetivos podrían haber sido diferentes. Esto porque el foco principal es el de contar un drama amoroso. Si bien la historia presenta giros desde la aparición del jeque y es interesante que los personajes y las escenas se vayan adaptando al nuevo ambiente del medio Oriente, no pierde el interés de ser emotivo usando la música y una loable fotografía con planos que luzcan y embellezcan los espacios. Sobre todo porque es un filme que busca dejar un mensaje (como algunos espectadores a veces esperan encontrar). A pesar de sus vaivenes, termina reteniendo la atención hacia una desenlace de por si conocido, por las acertadas interpretaciones de Ewan McGregor y Emily Blunt.
Donde habitan nuestras esperanzas La última película de Aki Kaurismäki, El Puerto (Le Havre, 2010) se suma al continuo interés del realizador finlandés en narrar a partir de elementos cotidianos y personajes tan comunes y marginales. Esta vez pone su punto de vista en el tema de la migración, que ha sido tratado por varios cineastas y que seguirá trayendo nuevas historias dada su enorme actualidad. En el noroeste de Francia, en la Alta Normandía, Marcel, un viejo vagabundo que trabaja como lustrabotas, recorre la ciudad cerca del puerto en busca de clientes. Vive debiendo dinero a un verdulero y a una panadera, sus únicos amigos, y siempre asiste a un pequeño bar donde se encuentra con otros vagabundos tan peculiares y bohemios como él. Ahí se cuentan historias sobre el pasado y beben toda la noche. Paralelamente a su mundo rutinario, siendo atendido por su esposa que hace todo por complacerlo, la policía y la cruz roja descubren un conteiner donde un grupo étnico proveniente del África viajaba, clandestinamente, con destino a Londres. Al ser descubiertos, un muchacho de dicho grupo se escapará, y entonces el comisario de la policía, caracterizado como Sherlock Holmes, tendrá la tarea de encontrarlo. Una película centrada en los detalles, en la relación de los personajes, en sus conversaciones, y en las promesas. Marcel accidentalmente encontrará a este muchacho de color en el puerto y decidirá ayudarlo y esconderlo en su casa. El Puerto jugando con los convencionalismos del género policial y de aventura, será pausada en los primeros planos y en las actuaciones casi teatrales que, por ser excesivas en su naturalidad, rozará con el humor. Un montaje de estilo documental y una puesta en escena por momentos onírica y con tintes metafísicos, mostrará los distintos avatares de Marcel, quien desde su mundo marginal, intentará ayudar al muchacho a llegar a Londres. Irá descubriendo, junto con el espectador, cómo vive una etnia africana en esa parte el mundo. El suspenso vendrá del enfrentamiento entre Marcel y el comisario, quién es ayudado por un personaje enigmático, caracterizado por Jean-Pierre Léaud. Sin embargo, Aki Kaurismäki de forma inteligente, construye un relato humanista, lleno de emoción. Y, habitado por personajes poseedores de una bondad oculta, pone al espacio de El Puerto como el lugar donde se cumplen todas las esperanzas.
Retrato del tiempo perdido Raúl Perrone presenta de manera inédita, Lujan (2009). Una película que reflexiona sobre la soledad y el ocaso de una vida, y que forma parte del trabajo más reciente del realizador independiente, llamado: Triptico, que reúne además a Los actos cotidianos (2009) y Al final la vida sigue, igual (2010). Luján es un hombre ya envejecido que vive encerrado en su rutina y en la casa de una amiga, que bien podría ser una hermana o una hija. Pero conforme avanza la película se descubre que se ha ido de la casa familiar para vivir en ese lugar. Que debido a que no puede trabajar por su condición física, busca en qué ser útil, pues no sabe hacer otra cosa que trabajar. Entonces, Luján convierte sus días en una suma de conversaciones triviales, y no tan superficiales, con amistades que, si bien son más jóvenes que él, parecen haber sido víctimas de tragedias mayores. Para Luján, su fatalidad es irse quedando solo y no poder volver para atrás. Fiel a su estilo, este film grabado en una calidad imperfecta y propia del video casero, sin uso de música y un sonido realista y sucio, es una construcción de planos fijos y cambios de angulaciones, centrada en los detalles y en los planos del paisaje que denoten el avance del tiempo. No tiene nada más que ofrecer que elementos cotidianos. Luján se despierta siempre de la misma manera, duerme en la misma posición y siempre da de comer a sus peces, y después, se sienta a ver televisión, y a conversar y a pasear. Todo desde un solo plano, sin desarrollar un conflicto en forma clásica, dejando las explicaciones para el final, y haciendo de la repetición su propia estructura. Incluso las conversaciones y discusiones están filmadas así, desde una sola posición de cámara, que sumados a los abundantes primeros planos dan entender el propósito de retrato de la película. Lujan comienza a enfatizar y volverse excesiva en su desarrollo uniforme, y sin embargo, las pequeñas sub-historias que se van develando van generando un contrapeso, frente a la contemplación pausada de estados visuales. Pero teniendo en cuenta ese estilo característico de Raúl Perrone, sin uso mayor de la técnica, y pocos diálogos, resulta interesante el juego de luces y colores y, al mismo tiempo, es aceptable la representación del personaje de Lujan que demuestra la pesadumbre y los reproches que pueden surgir en la vejez. Durante todos los jueves (y todos los fines de semana) del mes de mayo a las 22 hrs en el Cine Cosmos, se emitirá el Tríptico de Raúl Perrone. Lujan, el 3. Los actos cotidianos, el 10. Al final la vida sigue, igual, el 17. Y el Tríptico en su totalidad el 24 a las 22hs y el 31 a las 18hrs.