Nati vive con sus padres y su hermano en Lugano, la familia tiene una deuda que parecen no poder saldar nunca y los chicos se unen a una banda para intentar ayudar. Escrito y dirigido por Edgardo González Amer, ¿Yo te gusto? No Perdonarás es un drama marginal que por momentos recuerda a otras cosas que ya hemos visto pero lo hace con estilo propio. Una historia cruda y bien construida que por momentos se excede en el morbo.
Una buena samaritana, una mujer de negocios, un artista, un pasado en común y una boda que los junta. After the Wedding (El pasado que nos une) es la nueva película de Bart Freundlich (Wolves, Trust the Man), basada en la galardonada película danesa homónima de 2006. Un melodrama con un mensaje un tanto vacío y confuso, que juega con las emociones del espectador buscando una reacción inmediata pero sin profundidad.
Isidoro Mendoza es un forajido; roba bancos, joyerías, estancias. Aún así la gente lo quiere, lo protege, pero esta vida le traerá más de un problema. Pistolero es la ópera prima de Nicolás Galvagno, quien también la escribió. Un western nacional que se nutre de los clichés del género sin perder la identidad propia.
Manuel López-Vidal es vicesecretario del partido, tiene una buena vida, está rodeado de amigos y casi todo lo que consiguió en sus 15 años en la política fue gracias a las coimas y sobresueldos. El Reino es un thriller dramático dirigido por Rodrigo Sorogoyen, que se sumerge de lleno en el mundo de la corrupción española. Cuando el caso llega a los medios y dos de sus miembros son apuntados como los responsables, el partido decide proteger sólo a uno y cargar con todas las culpas a Manuel, que se verá consumido por una crisis personal y emprenderá una cruzada para no caer sólo y llevarse a cada uno de los corruptos consigo. Sorogoyen, uno de los guionistas, cuenta una historia interesante y que logra mantener el nerviosismo durante toda la película, pero que por momentos peca de sobre explicativa y un tanto tediosa. Es innegable el talento tanto frente como detrás de cámara: una fotografía prodigiosa y escenas en las que la tensión puede palpitar y atravesar la pantalla, Sorogoyen es un director lleno de ideas que sabe plasmarlas pero falla en la elección de banda sonora. Aquí la música cumple una función similar a la que tendría en un film de terror: estridente y demasiado llamativa en los momentos de tensión, esto la empuja a un lugar común que no le sienta bien ni coincide con el resto de la narración. Actoralmente es imposible no destacar el trabajo de Antonio de la Torre, que lleva con un dramatismo genial su papel de político acechado al borde de una crisis de nervios. También se luce Bárbara Lennie como la periodista Amaia Marín, que le hará el reportaje final a López-Vidal en una escena que es, quizás, la más tensa de toda la película y transcurre en su totalidad en el escritorio de un estudio de televisión, mientras estos dos personajes se atacan con palabras. Un gran thriller político que por momentos sufre su duración -dos horas-, pero que se disfruta de principio a fin y que, además, interpela a cualquier ciudadano del planeta.
Una ciudad sumida en el caos y el abandono, una sociedad cansada del día y día y un paciente psiquiátrico que sólo necesitaba un pequeño empujón para convertirse en el mayor villano que Gotham jamás conoció. Joker es una película diferente en el género, la primera protagonizada por un villano. Oscura, retorcida, por momentos macabra y brillante, es uno de esos films difíciles de olvidar. Arthur es un payaso, trabaja en las calles de la ciudad más peligrosa del país y no puede hacer reír a nadie. Luego del frustrante trabajo vuelve a su casa y cuida a Penny, su madre (Frances Conroy), obsesionada con las cartas que le envía a Thomas Wayne, sin jamás recibir respuesta. Arthur Fleck debe tomar medicaciones en forma constante, ir a terapia y, debido a una lesión, puede estallar en carcajadas en cualquier momento sin importar qué es lo que esté sintiendo. Sus aspiraciones como comediante y su sueño de aparecer en el programa de Murray Franklyn (Robert De Niro) son sus cables a tierra y el fino hilo que lo mantiene cuerdo, pero varios sucesos lo empujarán sobre esa delicada línea y desatarán el caos. La película es bella de ver, técnicamente es virtuosa: cada toma se siente inspirada, creativa. La iluminación es precisa y acompaña cada momento emocional del personaje. La fotografía de Lawrence Sher es impecable; el soundtrack, compuesto por Hildur Guðnadóttir, combina perfectamente con la historia y sumerge al espectador dentro de este viaje hipnótico. Todd Phillips formó un grupo técnico envidiable para darle vida y consigue que cada segundo de las casi dos horas de película sean disfrutables, aunque sea en estos aspectos. Joaquin Phoenix hace una de las mejores interpretaciones de su carrera, su análisis de este personaje perturbado es una de las más acertadas que se han visto en la pantalla y lo acerca a sus primeras apariciones en los cómics, allá por 1940. La risa característica del Joker se escucha casi desde el primer momento y eriza la piel. Su mirada, su forma de caminar y bailar. El histrionismo que lo separa del resto de la galería de villanos del encapotado, todo está allí, latente, esperando ese momento que lo lleve a la locura y todo eso salga a la luz. Zazie Beetz, la actriz que se hizo muy conocida gracias a su papel en Atlanta, interpreta a Sophie, la vecina y el interés romántico de Arthur, y se luce al lado de un Phoenix en lo más alto de su filmografía y logra estar a la altura en cada momento. La película es divisiva y no sorprende, tiene una mirada bastante cínica del mundo que puede rozar con la pereza del guion a la hora de tomar postura frente a lo que muestra. «Soy apolítico», repite una y otra vez el personaje de Phoenix, pero esto no quiere decir que la película debería serlo. Este es quizás su mayor problema. No toma postura en los temas tan complicados que aborda y está bien, es arte y esto le da ciertas libertades, pero por momentos esas libertades pueden sonar como falta de responsabilidad. Lo que el espectador no debe olvidar al ver esta película es que es la historia del malo. No es una película de superhéroes, ni siquiera de un antihéroe, es la historia de origen del mayor supervillano de la cultura pop y que todo lo que sucede se da en el marco de una ciudad ficticia que lejos está de la peor metrópolis de nuestro mundo. Las escenas de violencia son gráficas y crudas pero no morbosas, esto se encuentra en otros momentos y parece ser más ideológico. Joker es una película diferente, corre al espectador de su zona de confort y puede incomodar, pero por momentos parece que esta búsqueda toma la posta y el resto se deja de lado. Fuerte, hipnótica, inolvidable; una película que promete dar de qué hablar y quizás abrir el camino a nuevas historias de villanos.
Mill Valley es un pueblo como cualquier otro, en el que no ocurre nada fuera de lo ordinario. Los niños se disfrazan para ir a pedir caramelos en Halloween y todo transcurre con normalidad, eso hasta que un grupo de adolescentes entra en la casa abandonada de los Bellows, un lugar que aterra a los habitantes de la zona desde hace años. La leyenda dice que la familia tenía encerrada a su hija en el sótano, tras una serie de hechos aberrantes que la tuvieron como protagonista. Refugiándose en dicho lugar, el libro de cuentos en el que Sarah Bellows escribía con sangre llega a manos de los jóvenes y desata una maldición sobre ellos. Una adaptación de la saga «Historias de Miedo», con dirección del noruego André Øvredal y producida por Guillermo del Toro, Scary Stories To Tell In The Dark es un película de terror para chicos, pero que logra entretener a todas las edades. Sin derramar una gota de sangre ni abusar del gore o los jumpscares, resulta perfecta para los pequeños fanáticos del género pero también para cualquier adulto. La tensión que crea es genuina y logra que el espectador esté al borde de la butaca en todo momento. Cada historia funciona de manera individual, pero a la vez están unidas por una trama común. Cada una de ellas es absorbente, interesante y tenebrosa en su justa medida. Además, cada «cuento» es diferente, por lo que los sustos varían y son efectivos por diversos motivos. Øvredal consiguió hacer una película de terror para todas las edades con un atractivo único, que además mezcla de manera eficiente en la trama los eventos sociopolíticos e históricos de Estados Unidos a comienzos de los años ’70. El elenco principal, compuesto por Zoe Colletti, Michael Garza, Gabriel Rush, Austin Zajur y Natalie Ganzhorn, es perfecto para la ocasión y los personajes que interpretan. Además, el final deja la puerta abierta para una secuela y, si llega a ser tan buena como esta primera entrega, no queda más que esperar ansiosos.
Sergio Garces es actor, extra en realidad, y vive intentando alcanzar el éxito que parece no llegar nunca, pero su vida dará un giro inesperado y las circunstancias lo empujaran al extremo. Así es Iniciales S.G., una comedia negra escrita y dirigida por Daniel García y Rania Attieh.
Un huérfano, la constante búsqueda de identidad y pertenencia, y una pintura que conecta todo eso. The Goldfinch es la última película de John Crowley (Brooklyn), un drama que peca de pretencioso y que dura demasiado sin lograr involucrar al espectador en la trama.
La infinidad del universo siempre intrigó al ser humano y, cuando la Tierra empezó a quedar chica, los hombres miraron hacia las estrellas en busca de algo más, de alguien más. Ad Astra es la incursión en la ciencia ficción de James Gray (Two Lovers), que regresa el género a sus orígenes y se posiciona como una de las mejores películas del año.
Jack es un músico fracasado. Sueña con ser una gran estrella pero toca en pubs donde nadie lo escucha, en los peores escenarios de festivales y ni siquiera sus amigos saben sus canciones. Pero todo cambiará cuando todo el mundo olvide a The Beatles, excepto él. Yesterday es la última película del querido Danny Boyle, en donde hace alarde de alguno de sus talentos y deja muchos otros afuera. Una simpática comedia que peca de simplista y se mantiene a flote por las canciones.