Buscando un símbolo de paz. Relación padre/ hijo: si bien es un tópico recurrente en cine, nos encontramos aquí con una historia mucho más cotidiana de lo que pensamos, sin embargo, contada desde un punto de vista muy interesante. Nos sumergimos en el universo de una familia que delinque, en donde la presencia de una madre que abandonó este plano, delimita lo que se puede o no hacer, estando muy presente e incorporada al alma familiar y finalmente, recordándole a los protagonistas que los lazos sanguíneos prevalecen. Lobos (2019), séptimo largometraje del director Rodolfo Durán, está protagonizado por Luciano Cáceres y Daniel Fanego. Se trata de un drama policial que involucra delincuencia, mafias, políticos, policías, estafas, coimas, sobornos y a una familia en particular del conurbano bonaerense, una familia de delincuentes: los Nieto. Fanego, “El Jefe”, abatido por un extenso camino recorrido, en el que obtuvo pocos logros, decide retirarse, y en un último intento por dejar una herencia y obtener tranquilidad, acepta un trabajo. Por otra parte, su hijo Marcelo, que eligió otro camino, marca un un contraste en cuanto a elección de vida; sin embargo, más adelante nos daremos cuenta de que, en esencia, ambas vidas no son tan diferentes. Se destaca el trabajo del director Rodolfo Durán por la acertada elección de locaciones, su maravilloso estilo fotográfico, sobre todo en los planos aéreos y la bella composición en el encuadre de los estáticos; los opuestos de la ciudad y el campo -ruido vs silencio, cemento vs agua, coches vs caballos, odisea vs paz-, excelentemente logrados-, que obviamente acompañan y enfatizan el contraste del relato. En cuanto a guion, si bien resulta un tanto predecible, el ritmo de la historia consigue atrapar al espectador de principio a fin, generando intriga, sorpresa y atención. Además de las excelentes interpretaciones de Fanego, Cáceres y elenco, muy bien logradas las escenas de crimen y acción. El encanto del sonido de la lluvia, armonía y descanso en el campo, con la fluidez que regala el agua, contra el caos y la corrupción de la ciudad, un delincuente de más de 60 años cansado, que se relaja escuchando música clásica, un hijo que eligió otra vida y hace yoga quizás para sentir calma o conectarse con él mismo… son algunos de los elementos de este film que dividen, pero finalmente unen a los protagonistas desde un lugar auténtico: el hogar, - una alegoría para la frase: la verdadera paz siempre estará en tu interior”-, en donde se encontrarán por siempre Mabel (esposa y madre), y su antiguo pasatiempo compartido: la pesca.
Conociendo a María Descubrir la faceta humana y frágil detrás de una figura tan icónica, nos acerca a su verdadera esencia. Ser una diva, la dueña de “la voz divina”, y mujer, representan características de un mismo ser, que a su vez, convive con la dualidad de lo que podría haber sido versus lo que fue. María Callas: En sus propias palabras (María Callas in her own words, 2017), biopic realizada por Tom Volf, retrata la vida íntima de María Callas, la cantante de ópera lírica más reconocida de todos los tiempos. Nacida en New York, hija de inmigrantes griegos, María Anna Cecilia Sofía Kalogeropóulos, tuvo una corta pero intensa vida, dejando un recuerdo indeleble en el ambiente de la ópera. Callas padeció desde pequeña, la exigencia de su madre para estudiar piano y canto y luego la imposición de su marido, quién lucró con su talento. Ella consigue separarse de él, viviendo tiempo después un romance con el magnate griego Onassis. La película se compone de imágenes y vídeos de archivo inéditos, cartas privadas, entrevistas, grabaciones caseras y de fanáticos, testimonios de amigos y colegas de la soprano, -entre ellos Aristóteles Onassis, Vittorio De Sica, Pier Paolo Pasolini, Luchino Visconti- y Elvira de Hidalgo, su principal tutora y confidente, quién la describe como su mejor alumna. El director Tom Volf le imprime dinamismo al film, y entretiene a un público entendido o no en canto lírico. Además de la atinada elección de arias muy conocidas que se presentan en forma completa, y en donde encuentra sustento dramático para expresar que lo que sucede en la vida de Callas, se hace presente en lo que canta. Entre el material que utilizó, se encuentran cintas privadas filmadas en Super 8 y 16 mm. “El destino es el destino, no hay salida”, palabras de María, una mujer que aceptó su destino con resignación y con quién todos podemos identificarnos, puesto que en cada ser humano existe una dualidad que nos afecta de diferente forma. Sin embargo, son pocos los que despliegan el enorme talento que Callas supo cultivar.
Alma invasora. Un niño es en sí mismo un ser indefenso pero el pequeño de Maligno, además, tiene un aspecto inocente, tierno y una mirada angelical. ¿De qué será capaz? ¿En qué se transformará? Son algunas preguntas que quedan planteadas en el tráiler de este film de terror, que cuenta con muy poco horror, que el mismo niño desconoce y obtendrá la respuesta mirándose fijo al espejo –y a nosotros-. The Prodigy (2019), relata la historia de Miles (Jackson Robert Scott), un pequeño con supuestos problemas paranormales. Su madre, Sarah (Taylor Schilling), además de cuidarlo, deberá luchar contra su instinto maternal. Cuando Miles cumple 8 años algo se despierta o activa en él y Sarah se siente invadida por el perturbador comportamiento del niño, intenta comprender lo que le sucede verdaderamente y toma una drástica y dura decisión: por su seguridad familiar y la de los demás. Se destaca el trabajo del director Nicholas McCarthy por la estética y un estilo fotográfico de luces y sombras muy interesante, que genera un ambiente tenso y de suspenso; por otra parte, el guionista Jeff Buhler cometió varios errores, consiguiendo no impactar y asustar escasas veces al espectador, lo contrario a lo buscado en una película de terror. Quizás el error más grave sea el desorden de información, incongruencias en un relato lineal pero sin sustento, escenas que no aportan a la trama y algunas hasta ridiculizan el tópico planteado. Por lo tanto, el film carece de fluidez, aburre y resulta no creíble. Lo más probable es que esta película decepcione a los amantes del género de terror y se sientan subestimados; en este caso, el tráiler o el póster atraen mucho más que la película.
Tentaciones ficticias. La realidad suele ser confusa y el cine sirve muchas veces de herramienta para relatar tramas complejas. “La vida es un juego” es una frase que aplica a esta historia, pero en este caso, elaborada sin éxito. Un intento de thriller psicológico con suspenso a lo Hitchcock, Cronenberg o Lynch que queda sólo en eso: un intento. Serenity (2018) de Steven Knight, relata la historia de Baker Dill (Matthew McConaughey)Obsesión: Tentaciones ficticias 3 quién es el capitán de un barco pesquero llamado Serenity. El hombre, que vive en una isla del Caribe muy particular, arrastra un pasado misterioso que regresa para torturarlo al ser contactado por su exesposa Karen (Anne Hathaway). Karen le pide que la salve a ella y al hijo de ambos, Patrick (Rafael Sayegh), de la prisión en la que viven con su nuevo esposo (Jason Clarke), un hombre muy violento. Le suplica que lo asesine en una excursión de pesca, arrojándolo a los tiburones. A cambio le ofrece una importante suma de dinero. Baker se enfrentará así a una realidad equívoca, confusa y absorbente. Steven Knight se aventuró con este film que cuenta con diálogos ridículos y arbitrarios, escenas innecesarias y actuaciones forzadas. La historia de la femme fatale que busca a un hombre para que asesine a su marido millonario y poderoso, está muy trillada. En todo caso, la principal dificultad de este film es su guion que peca de convulsionado y engañoso. No alcanza su cometido, confluyendo en una historia absurda, por momentos graciosa, quitándole seriedad y credibilidad y descolocándonos casi al final con un tremendo giro argumental que es ridículo. Se esperaba mucho más de esta película, debido a sus protagonistas, excelentes actores; sin embargo, están muy lejos de brindar un buen trabajo. El director, también guionista, se inspiró en varios directores por el estilo rebuscado, que quizás busca adquirir, sin hacerle honor a ninguno de ellos. La idea de Serenity es muy interesante, pero no se ejecutó de manera adecuada. Contar más, no tendría sentido.
Original manera de evidenciar una realidad que puede abrumar a algunos espectadores es Border (Gräns, 2018), un film que combina el folklore sobrenatural con el realismo social-contemporáneo, para crear una alegoría sobre el racismo y el miedo a la verdad. Border es el último film del director y guionista iraní Ali Abbasi (Shelley, 2016), inspirado en el cuento original de John Ajvide Lindqvist (autor de Déjame entrar en el cual se basa la también sueca Criatura de la noche) y cuenta la historia de Tina (Eva Melander), una oficial de aduanas de la frontera sueca conocida por su extraordinario sentido del olfato, -puede olfatear hasta los sentimientos de un individuo-, filtrando a las personas que quieren ingresar contrabando al país. Tina tiene un defecto cromosómico que conduce a una cierta deformidad de la cara. Sólo con un hombre pierde el instinto, Vore (Eero Milonoff), de apariencia sospechosa. Ella sabe que Vore está ocultando algo pero no logra identificar qué y, así y todo, siente una extraña atracción por él. En paralelo se relata la búsqueda policial de una red de pedofilia, el talento de Tina será crucial para encontrar al criminal. Ganadora en Un Certain Regard del 71 Festival de Cannes, Border es un film que perturba a simple vista, y que luego invita a profundizar sobre lo expuesto en pantalla. No es una película para aquel espectador que busca respuestas rápidas ya que, de manera hábil, nos desestructura desde el comienzo, dificultándonos el poder comprender con precisión la trama. Quienes gusten de Akira Kurosawa o Apichatpong Weerasethakul, podrán apreciar este singular film de narración lineal, aunque trabaje sobre un guion íntegro, impredecible y que comunica a muchos niveles. Ali Abbasi se constituye en un observador minucioso, que fusiona el salvajismo del ser humano con la humanidad de los animales en una estética muy particular, tal vez, difícil de asimilar. Para lograr esto hay un destacado trabajo de maquillaje. Esta historia habla de la crisis existencial por la que atraviesan los que perciben o intuyen otra realidad, y presienten que hay algo más allá de lo impuesto por la sociedad. Luego de obtener la respuesta sobre la verdadera identidad no hay vuelta atrás, es un camino de ida para la protagonista. El director eligió la fantasía como registro quizás, porque aún no esté naturalizada en nuestra cultura occidental y gane el miedo a la subjetiva mirada del otro. Salir de nuestra zona de confort, de la cómoda meseta de mentiras y abrir los ojos por primera vez al mundo real, es quizás el mensaje más revelador de este film.
La maldición de Betty. Algunos edificios abandonados sirven como escenario terrorífico dado su aspecto espeluznante. En realidad resulta interesante descubrir qué fue lo que sucedió allí y más aún para unos curiosos jóvenes estudiantes de medicina. La historia que esconde este hospital alemán es más oscura de lo que podemos imaginar. Heilstätten (2018), se encuentra cerca de Berlín, y fue un complejo que funcionó como sanatorio para enfermedades pulmonares, más precisamente la tuberculosis. Un grupo de youtubers con ansias de obtener millones de likes -equipados con celulares, cámaras de visión nocturna y reglas-, tendrán como objetivo el poder transmitir en vivo durante 24 horas, una prueba de resistencia física y psíquica que significará enfrentarse a supuestas actividades paranormales. Pronto se darán cuenta que no están solos y no son bienvenidos. Michael David Pate (Kartoffelsalat, 2005) es el director y co-guionista de este film de terror, cuyos efectos especiales cobran protagonismo al estar bien logrados y ejecutados. El aura del bosque alrededor del edificio resulta encantador y sombrío -una atinada elección-. La leyenda de la maldición de la paciente 106 y la fijación en la sala de cirugía en donde fue ejecutada mantiene a los youtubers, a los espectadores del vivo y a nosotros, pendientes de la trama. Nos remite automáticamente a The Blair Witch Project y Gonjiam: hospital maldito, aunque con un estilo mucho más sangriento y explícito. Una propuesta más de este género found footage/ falso documental, que, si bien resulta interesante y con una vuelta de tuerca diferente, puede resultar al comienzo de trámite lento, predecible, y quizás un poco aburrido. Hace partícipe al espectador de la experiencia y seguramente este film cumplirá con las expectativas de los fanáticos del género.
Espacio de oportunidades. El trabajo y el potencial que tiene Mocha Celis como escuela abre el abanico a nuevas posibilidades, y muestra que otro tipo de educación es posible en esta sociedad que aún sigue estigmatizando a las personas por sus elecciones personales. Brinda luz a tanta oscuridad generada por la discriminación y mente cerrada o mirada antigua sobre la vida de los demás. Mocha (2017), es una creación colectiva del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis. En Chacarita, Buenos Aires, funciona este primer Bachillerato para personas Trans del mundo, “Mocha Celis”. Sus estudiantes se convierten en realizadores junto a su director para documentar una historia sobre identidad, educación e inclusión; además de dejar asentada una militancia en pos del acceso a los mismos derechos que el resto de la sociedad. Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi son los directores de este documental al estilo casero y encargados de hacer visible lo que no puede verse a simple vista; si bien cada uno de los estudiantes que participa cumple un rol diferente eligen relatarnos cómo lo van a realizar; quizás esto sea muestra de su realidad, puesto que se trata de un grupo organizado que comprende que debe hacer todo por mano propia y sin apoyo comercial, como todo precursor en sus comienzos. Este valiente trabajo sirve como herramienta para argumentar la experiencia de la primera escuela pública, laica, gratuita y con perspectiva de género del mundo, cuya necesidad es sustancial para la inserción de las personas trans, constantemente expulsadas del sistema educativo, laboral, de salud, y maltratadas por su condición. Mocha Celis es el nombre de una travesti tucumana que fue asesinada en los ’90 por la policía. Mocha no sabía leer ni escribir. La escuela lleva su nombre en su honor y con la intención que no se repita este aberrante hecho nunca más. “A través de la mirada podemos construir un modo de ser, y eso me lleva a pensar hacia donde quiero ir y qué es lo que quiero hacer. Las personas trans estamos atravesadas por un sinfín de situaciones que construyen nuestra historia de la manera más rica hasta la más penosa. Esas formas a veces agresivas y hasta denigrantes nos construyen, nos muestran ante una sociedad débiles de poder creer, de poder soñar y hasta de poder amar nuestra construcción o transición como cada una quiera llamarlo. Nos acusa ante una sociedad machista que nos dice traidoras porque decidimos decidir sobre nuestros cuerpos golpeados de tanta hipocresía y tan frágiles porque luchar por mostrarse fuertes cuesta y hasta mata.” Fragmento de La mirada transicionada (El poder de la mirada) por Virginia Silveira, egresada de Mocha.
Los fuertes lazos afectivos que se generan entre un perro y un ser humano, conmueven a quienes los consideran parte de la familia. Para ellos está dirigida esta producción sobre la fortuna de sentir esa singular conexión, que se traduce en un vínculo genuino de por vida. Mis huellas a casa (A dog´s way home, 2019), nos relata la increíble travesía de Bella, una perra valiente que deberá recorrer un extenso camino, superar obstáculos, hacer nuevos amigos y vivir una divertida aventura, para encontrar a su dueño o papá Lucas (Jonah Hauer-King), un joven estudiante de medicina. Luego del éxito de La razón de estar contigo (A dog´s purpose, 2017), -en donde un perro tiene como meta descubrir el propósito de su vida a lo largo de varias vidas-, el guionista W. Bruce Cameron nos entrega otra historia relatada desde la perspectiva de un perro real. Desde el comienzo, la película conmueve con el nacimiento de ese amor incondicional, fruto de una primera mirada entre Bella y Lucas. Ambos entregan su corazón sin medida y propone a los espectadores la tarea de mirar este film a corazón abierto, permitiendo que nos invada esa magia que traspasa la pantalla a través de la transparente mirada de Bella y de sus inocentes opiniones acerca del mundo. Una historia que habla sobre la capacidad de un perro de amar con sinceridad y sin condiciones, algo que quizás los seres humanos debamos aprender, ¿Con cuántas personas podemos afirmar que tenemos una relación al menos similar?
Decidir mi Destino Nos sumergimos en los profundos ojos negros de una joven de rostro dulce y decidido, que ama a su familia como a sí misma, pero que, gracias a su obstinación y valentía, decide rebelarse para elegir algo diferente en su camino y no lo impuesto por sus padres. El viaje que esta adolescente recorrerá, dividido entre dos culturas, nos dará una lección con respecto a las opciones que se nos presentan para ser felices y en el caso de no tenerlas, cambiar de vida. Noces -aquí conocida como La Boda-(2016), un film del director y guionista belga Stepehn Streker, nos sitúa en Bélgica, en el seno de una familia paquistaní, que si bien mantiene sus tradiciones culturales está bastante adaptada a la sociedad europea. Zahira, (Lina El Arabi), una de las hijas, es una joven belga-paquistaní, de dieciocho años, una chica moderna que pretende vivir como la gente de su edad, una dualidad que constantemente la remonta a dilemas insolubles, en donde sus padres le piden que siga la tradición para elegir marido. La joven reniega de esto y acude a su hermano y confidente Amir (Sébastien Houbani) en búsqueda de una solución, ya que, además, se encuentra atravesando un momento íntimo y muy delicado que intenta ocultar. Lo interesante del trabajo de Streker es que tanto los protagonistas como la historia dividida entre dos culturas muy diferentes, no emite juicio de valor alguno, ya que se respeta la opinión de cada persona y todos tienen sus propios motivos para pensar libremente. Es por esta razón, que todo puede suceder hasta el final, en este film que reúne varios tópicos: romance; tradición; secretos; familia; amor y adolescencia, de manera sutil y armoniosa. Tanto el casting como el vestuario y elección de colores y localizaciones, resultan acertados, ya que se distinguen como bien representativos de lo cultural y social en ambos casos. Seguramente será poco probable que entre los espectadores existan partidarios que defiendan el costado tradicional, y surgirá el debate. La costumbre que una joven debe casarse con un hombre que elije por foto y habla por Skype, es criticada aquí, exponiendo el sufrimiento de ella y las elecciones de vida que decide seguir, a pesar de sus pocos, aunque sabios años.
Juego de sobrevivientes. Al parecer, para algunos, el mundo se ha convertido en un lugar demasiado sereno y tranquilo; así, estas personas se embarcan en la búsqueda de algo salvaje y adrenalínico. Para ellas se ha creado este juego cínico y morboso, un espectáculo que intenta rozar la tragedia prefabricada para un público multimillonario y poderoso. Escape room: sin salida (2019), es un thriller de suspenso, que relata lo que sucede cuando seis personas que no se conocen entre sí, -pero que desean escapar de sus vidas o buscan una solución externa, diferente y arriesgada- reciben misteriosas cajas negras con invitaciones para una sala de escape, con la oportunidad de ganar una suma de dinero tentadora. Cada integrante del juego en cuestión tendrá sus motivos para aceptar el reto. Al estar encerrados en condiciones extremas, descubren los secretos detrás de la sala de escape, reviven sus más íntimos traumas y descubren cuál es el nexo que existe entre ellos: Escape room – Sin salida: Juego de sobrevivientes 3deben luchar para sobrevivir y encontrar una salida, tópico muy recurrente en la actualidad. El director Adam Robitel juega con atmósferas extremas sin dejar de lado un manejo de las escenas de suspenso que mantienen al espectador atento al desenlace en todo momento. La escenografía y fotografía acompañan el buen manejo de los efectos especiales para lograr una ambientación creíble. Las actuaciones resultan correctas y acompañan al desarrollo del film de forma apropiada. Desafía de forma permanente los sentidos de los participantes, con pruebas que los empujan más allá de sus límites y de su resistencia psíquica, consiguiendo una tensión constante entre ellos. Si bien el guion es débil y predecible, para el público amante del género la película resultará entretenida (aunque cuente con todos los clichés esperables y un final abierto). Cierto sector de la sociedad norteamericana es adepto a este tipo de cine con temáticas basadas en el morbo de los poderosos, frente a la debilidad de la mayoría, que, sin embargo, se verá tentada a participar de su juego a partir de un señuelo que casi siempre se traduce en una recompensa económica. Aquí es donde se refuerza el postulado hegemónico de quién es “el jefe”-dueño de nuestros secretos-, con una clara alusión al dominio de la información de bases de datos a través de las redes que pululan en internet.