Millones por doquier Aburrida y poco creíble son los adjetivos que mejor describen a “Apuesta máxima”, el nuevo filme de Brad Furman que cuenta la historia de cómo, en un día, un estudiante se convierte en un empresario multimillonario de los juegos de azar y, al mismo tiempo, en justiciero. Richie Furst (Justin Timberlake) es un estudiante de posgrado de Princeton que para pagarse su carísima estadía en la universidad trabaja en un sitio de apuestas. Amenazadopor el decano, Richie se jugará todos sus ahorros en una última partida en la que perderá todo. A partir de esta derrota, el joven decide ir a Costa Rica a buscar al dueño del sitio que lo estafó. Allí se encontrará con Ivan Block, quien dirige el negocio y quien -sorpresivamente- le propondrá que sea su socio. ¿Conclusión? Se trata de una película absolutamente pasatista y olvidable. Por momentos, la trama no se entiende y quedan expuestas las consecuencias de un guión mal escrito, con escenas y diálogos poco creíbles. Incluso Timberlake, que se sabe lucir en la pantalla grande, no lo logró en esta oportunidad y Ben Affleck hace un buen trabajo, pero no llega a tapar las imperfecciones del guión, sobre todo cuando intenta hablar español.
Visitas del más allá Una casa deshabitada, un hospital abandonado, un vestido de novia negro, un padre poseído, música escalofriante, fantasmas, muñecas y una visita al más allá forman la fórmula exacta para que una película de terror sea buena. Con la dirección de James Wan (“El conjuro”), la segunda parte de “La noche del demonio” es una de las películas de terror mejor logradas de los últimos cinco años. Los momentos de tensión constantes signados por posesiones y embrujos hacen que sea una película perfecta para disfrutar del buen cine de terror sin abusar de la sangre ni de los efectos especiales. Durante los 105 minutos de la película, el espectador está aferrado al asiento, con el corazón latiendo a mil por hora y por momentos, hasta cerrando los ojos por miedo a lo que está por verse. Es así, porque este filme cuenta la historia de una familia que lucha desesperadamente por descubrir un terrorífico secreto que los dejó peligrosamente conectados con el mundo de los espíritus, que necesita la energía de los vivos para alimentarse. Una película que se mueve en el thriller y el terror con una excelente fotografía y muy buenas actuaciones, donde las maldiciones son las verdaderas protagonistas.
El futuro no perdona Transcurre el año 2154 y la Tierra está devastada por la contaminación y la pobreza. Este es el escenario que plantea “Elysium”, un filme que podría considerarse de acción y ciencia ficción pero cuyo mensaje subyacente es más fuerte que los efectos especiales que exhibe. Se trata de la segunda película del director Neill Blomkamp, protagonizada por Matt Damon y Jodie Foster, donde la humanidad está dividida: los pobres viven en la Tierra y los ricos en Elysium. Allí todo es perfecto, pues no hay guerras, ni pobreza. Incluso la belleza es un valor a conservar y enfermedades como el cáncer son completamente curables en cinco minutos. Allí, las tecnologías invaden, pero la frialdad también. Mientras los gobernantes promueven una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial, Max (Damon) tendrá un desafío inesperado. Una película que se suma a la tendencia de Hollywood de imaginar el futuro de la humanidad, como el que muestra “Guerra mundial Z”, donde el planeta Tierra se ve super poblado, invadido por la enfermedad y la crisis económica. Lo llamativo es cómo este director “ficciona” dos realidades en dos mundos diferentes, cuando en la realidad, se pueden ver perfectamente en uno solo.
En estado salvaje Si una noche, cada año, podrías cometer cualquier crimen sin tener que enfrentar las consecuencias, ¿qué harías?, es el planteo del filme “La noche de la expiación”, un thriller dirigido por James DeMonaco. Los protagonistas de esta historia son un padre, una madre y sus dos hijos, que viven en un barrio privilegiado de Estados Unidos, siendo víctimas y victimarios de su propio sistema. A través de esta “noche de purga”, que dura 12 horas, el gobierno permite que los ciudadanos saquen su rabia y maten a quien le parezca necesario para mantener su economía y bajar la criminalidad. Una película escalofriante y estremecedora que deja al descubierto el lado más salvaje del ser humano y adhiere a la máxima de Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”.
Segunda infancia Adultos comportándose como niños, esa es la cuestión de la secuela de "Son como niños", una comedia pasatista, que no resulta del todo entretenida. Después de mudarse con su familia de regreso a su ciudad natal para estar con sus amigos y sus hijos, Lenny (Adam Sandler), descubre que entre los conductores de autobús esquizofrénicos, policías borrachos sobre esquíes y 400 colados a una fiesta de disfraces, a veces ocurren situaciones locas. El filme presenta situaciones conflictivas e inmaduras, como quejas sobre el matrimonio, de la mano de Salma Hayek, Maya Rudolph y Maria Bello, y la necesidad de fiesta de sus hijos que terminan descontrolados. En definitiva, se trata de una comedia sobre cuarentones en un eterno plan adolescente. No tan alejado de la realidad.
Un juego muy peligroso La desaparición de los hijos implica desesperación y un sinfín de hipótesis acerca de qué puede haber ocurrido. “Séptimo” plantea la historia basada en un padre, dos hijos y un juego. A ver quién baja primero a la calle desde el séptimo piso (por eso el nombre del filme) en el que viven: el padre en el ascensor y los niños por las escaleras. El padre llega primero, pero los niños esta vez no bajan. Han desaparecido. A partir de ahí, comienza la búsqueda frenética de un padre (Ricardo Darín) y una madre (Belén Rueda) por encontrar a sus hijos. ¿Dónde están?, ¿qué les ha ocurrido?, son las incógnitas que despierta este thriller de coproducción hispano-argentina, con la director del español Patxi Amezcua. Desde el comienzo del filme llaman la atención los planos aéreos dignos de producciones internacionales de alto presupuesto y una trama interesante. Esto, sumado a la elección de talentosos actores; Darín, el más taquillero (así lo demostró “El secreto de sus ojos” y “Tesis sobre un homicidio”) y la española Rueda (“El orfanato”, “Los ojos de Julia”, “El cuerpo”) hacen que la película resulte atrapante desde el comienzo. A partir de la desaparición todos se convierten en sospechosos y hay temas subyacentes como el secuestro en Argentina, los problemas de pareja y la pérdida de la confianza en el otro. Conclusión: una película que mantiene al espectador alerta hasta el final y que muestra que lo peor en esta historia está por venir.
El fenómeno "directioner" Los fenómenos son casi imposibles de explicar y este es el caso del éxito de One Direction a nivel mundial. Una banda de cinco adolescentes que revolucionaron la escena musical popera en tan sólo dos años. Y la prueba más contundente es el estreno de su película “One Direction: así somos”. Se trata de un documental donde las estrellas Niall Horan, Zayn Malik, Liam Payne, Harry Styles y Louis Tomlinson dejan entrar a las cámaras tras bastidores para observar este fenómeno desde adentro, filmada mientras realizaban su gira mundial desde México hasta Japón y en la famosa O2 Arena de Londres. El documental cuenta la historia de estos jóvenes que saltaron a la fama en el programa de Gran Bretaña “The X Factor”. Lo interesante es que son chicos de orígenes modestos (uno trabajaba en una panadería y otro en un supermercado), y este documental muestra un ascenso a la fama sin precedentes. ¿Un producto creado por productores caza talentos? ¿Un resultado del apoyo incondicional de las fans? Da lo mismo. Hoy One Direction llena estadios de más de cuarenta mil personas en todas las capitales del mundo. Con imágenes en 3D, esta película llenará de felicidad a todas las seguidoras de la banda y despertará el asombro de aquellos que no conozcan este fenómeno, que hasta llevó al director Martin Scorsese a aparecer en la película visitando a los nuevos astros en su camarín.
Querer es poder La dupla de “Los rompebodas” (2005) vuelve al ruedo para luchar contra el desempleo y los sueños frustrados y, por sobre todas las cosas, promocionar al famoso buscador de internet Google. Así es, la nueva película que protagonizan Owen Wilson (Nick) y Vincent Vaughn (Billy) tiene su núcleo en la empresa Google, lugar donde se desarrollan el 95 por ciento de las escenas. Resulta que estos mejores amigos cuarentones pierden su empleo de vendedores de relojes y quedan literalmente en la ruina. Empezar de cero a los cuarenta no es fácil, pero todo resultará diferente cuando a Billy se le ocurre googlear la palabra “Google”. A partir de ese momento, estos amigos deciden postularse para realizar una pasantía en la prestigiosa empresa. Pero nada les será fácil, puesto que muchos factores les juegan en contra: sus conocimientos en informática son nulos y relacionarse con jóvenes veinte años menores es casi imposible. Pero de a poco, irán encontrando su lugar e inculcando sus valores de humanidad dentro de un mundo virtual. Si bien la historia no contiene una trama interesante que llegue a atrapar al espectador, sí logra entretener de manera light a través de los desafíos que deberán superar estos súper amigos para intentar tener un futuro acorde al sueño americano. “Aprendices fuera de línea” resulta una comedia con momentos humorísticos interesantes que su director Shawn Levy ya había experimentado en películas como “La pantera rosa” o “Una noche en el museo”. Un filme que resalta el valor del trabajo en equipo y enseña que la calidez y la experiencia de vida es más importante que la sabiduría.
Todo por un hijo A John Matthews (el musculoso y rígido ex “Rápido y Furioso”, Dwayne Johnson) le cambia la vida cuando su hijo es condenado a prisión por narcotráfico. La prolija estabilidad junto a su nueva esposa y su hija pasan a segundo plano cuando se trata de salvar a su hijo mayor. Pero la decisión no es para nada simple: Matthews debe infiltrarse como agente encubierto en el cartel de drogas más peligroso que opera entre Estados Unidos y México, para poder desbaratarlo. Y si el padre logra este difícil cometido, la fiscal Joanne Keeghan (Susan Sarandon) hará que su hijo recupere la libertad. A partir de este momento comienza un policial interesante, cuidado, con pulso firme y sin excesos de violencia ni sangre, que a veces resultan distracciones para una trama ausente. Johnson logra crear un personaje terrenal, sensible y desesperado ante el sufrimiento injusto que padece su hijo, manejando las situaciones desde el lugar de padre, pero también desde el lugar de héroe, que busca la justicia por mano propia. El director Ric Roman Waugh dotó a esta historia real de la emoción y el suspenso en sus dosis necesarias para convertirla en un filme y lograr mantener expectante al público durante 112 minutos. Y las actuación de Sarandon representa un breve pero fundamental rol para que esta historia se desencadene. “El infiltrado” resulta un thriller recomendable tanto en términos de entretenimiento como en cuestiones cinematográficas. Una película que hace hincapié en la cuestión judicial, la rigidez legal y sobre todo, en la entrega desesperada de un padre por su hijo.
El arte de la risa Su figura subida de peso, cabello desprolijo y rostro excesivamente maquillado ya son motivo de risa. Por eso al mínimo movimiento o gesto que realiza Melissa McCarthy en “Ladrona de identidades” causa las carcajadas más desopilantes. Ya en “Bienvenido a los 40”, McCarthy demostró que su talento actoral no tiene límites y más a la hora de componer un personaje atrevido y sin filtros como el de Diana, una mujer sufrida que se apropia de las identidades ajenas para comprar lo que se le ocurra. La historia comienza cuando Sandy, el brillante Jason Bateman, un hombre honesto y trabajador, descubre que está endeudado y no por irresponsabilidad propia, sino porque Diana se encuentra utilizando su nombre, su tarjeta de crédito, su seguro social, absolutamente todo, para sobrevivir. Al ver que su vida se cae a pedazos, inmediatamente, Sandy decide recorrer cielo y tierra en busca de la estafadora para hacer justicia con mano propia. Pero cuando estos dos personajes se encuentran, suceden cosas inesperadas que cambiarán el destino de ambos. Los que se roban la historia son los protagonistas, dejando de lado a los personajes secundarios, como el de Génesis Rodríguez, la hija de José Luis “El Puma”, o el de Amanda Peet. Episodios como una escena de sexo furioso, bailes y cantos poperos, peleas violentas, diálogos bizarros y momentos emotivos y conmovedores conforman esta comedia que está muy lejos de marcar un antes y un después en el cine, pero que logra eficazmente su cometido: divertir durante 111 minutos.