El director de cine y TV, Daniel Alvaredo, recientemente premiado como Mejor Director en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Mar del Plata por su film de terror Paternóster, presenta su segunda película El peor día de mi vida, una comedia dramática que narra un día muy particular en la vida de un actor argentino desocupado. Julio Cabrera, interpretado por el talentoso Javier Lombardo, cumple 50 años y no está pasando por su mejor momento. Tras veinte años de su protagónico en una novela exitosa, espera su retorno a la pantalla chica a través de una campaña publicitaria. El mismo día del casting tiene que hacerse cargo de retirar las cenizas de su hermano mellizo quien falleció ocho años atrás. La relación con su hermano, con quien estaba peleado, no deja de evocarle recuerdos entrañables de su infancia. En crisis de pareja con Marta (Mónica Scaparone, muy bien en su rol de esposa hastiada) y lidiando con un auto que funciona cuando quiere, Julio se aferra a la oportunidad de volver al ruedo y salir de su derrotero habitual. Al igual que en la tira Todos contra Juan, el personaje se aferra a esa “fama” imaginaria que creyó tener, (tal vez, un poco en aquel momento), y está pendiente de ser reconocido por la gente en cada lugar al que va. Sin embargo, como lo esperable no sucede, el sentimiento que despierta el “dejar de haber sido” lo lleva a transitar una nostalgia por los viejos tiempos, sumada a las cenizas de su hermano que, finalmente, traslada en una vieja lata de galletitas algo accidentada. Hay una escena donde Julio ensaya un diálogo frente al espejo que evoca al personaje de Birdman en relación a las expectativas y anhelos actorales que deberá enfrentar. Alvaredo construye una historia sencilla con una moderada dosis de humor y algunos remates recurrentes. El intento de codearse con el absurdo y desdramatizar las escenas sobrepasa a un guion que recae en frases escuchadas y acciones previsibles para un espectador acostumbrado a un cine local con ciertos rasgos costumbristas. La exigencia del género también impone un ritmo al relato que no siempre logra sostener con equilibrio. Vale destacar el aporte de Javier Lombardo, quien se carga la película al hombro. El peor día de mi vida apuesta a los finales felices desde una mirada bien intencionada y optimista sobre la reparación y el desafío de asumir nuevos roles. EL PEOR DÍA DE MI VIDA El peor día de mi vida. Argentina, 2016. Dirección: Daniel Alvaredo. Guion: Osvaldo Canis. Fotografía: Osvaldo Díaz. Música : Claudio Salas. Arte: Ana Coquet. Intérpretes: Javier Lombardo; Mónica Scaparone; Constanza Maral; Irene Almus; Ximena Fassi. Duración: 73 minutos.
DISTINTAS CARAS DE LA VERDAD Cuántos significados puede contener una misma imagen? una pregunta que se irá respondiendo a lo largo de un documental político y familiar. Esa respuesta será lo que impulse al realizador a mostrar la verdadera imagen de su querido abuelo “Pico” (Arq. Héctor Mario Corbacho), que irá mutando hasta revelar su faceta de cómplice de la dictadura cívico militar(1976-1983) mientras ejercía como Decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA. Tras cuatro años de investigación junto a Martín de Dios y Juan Pablo Díaz, la ópera prima de Martín Corbacho vuelca su mirada hacia una etapa trágica de nuestro pasado del que aún falta mucho por revelar. 70 y Pico, título que relaciona de manera simbiótica el sobrenombre del protagonista con los años más oscuros de la historia Argentina, propone un recorrido cronológico por las décadas del sesenta y setenta a fin de contextualizar los distintos procesos políticos por los que fue atravesando el país. Durante esos años, la formación activa y comprometida de la juventud militante se trasladaba fuertemente al ámbito académico donde enfrentaban al poder de turno. Una militancia que el gobierno de Onganía trató de abolir y desideologizar a través de acciones represivas que derivaron en “la noche de los bastones largos”. Luego, la llegada de la dictadura terminó de hacer el resto. En base a ese contexto, la película asocia el pensamiento y accionar del Decano de la FADU, Héctor M. Corbacho, al acompañar y sostener el mismo proceder frente a cualquier manifestación política. Designado por la Junta militar, Corbacho enfrentó la movida estudiantil de la Facultad ya sea de la rama montonera, del ERP o del PST. Desde lo formal, el documental se estructura de manera clásica y más cercano al formato televisivo. Dividido en secuencias temáticas, se realizan entrevistas a familiares, a Corbacho y a los distintos actores sociales que militaron en la Facultad. Los audios e imágenes de archivo sobre los principales hechos históricos que influyeron en el mundo y en nuestro país durante esas décadas, terminan de completarlo. Una investigación interesante que le da un poco aire al tono intimista-familiar del comienzo. La diferencia con otros documentales relacionados con la dictadura: Nietos: identidad y memoria; H.I.J.OS: el alma en dos; Madres (La historia de las madres de plaza de mayo); Los padres de la plaza; Mansión Seré, radica en que éstos se estructuran en base a la reconstrucción de la memoria desde vivencias traumáticas o través de un ser que ha desaparecido; en 70 y PICO el director expone y va desenmascarando frente al espectador a su verdadero protagonista. El anciano se dirige a cámara y cuenta, de forma entrecortada, una complicidad nefasta con los hechos que derivaban en la posterior desaparición forzada de personas. Un proceso que responde a la pregunta inicial que escuchamos en off. Hacia el final, el realizador manifiesta que no le quedaron preguntas para hacerle a su abuelo, pero que a él le quedaron muchas cosas por decir. El film está dedicado a todos los docentes y estudiantes desaparecidos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo -FADU-. 70 Y PICO 70 y pico. Argentina, 2016. Dirección: Mariano Corbacho. Guion e Investigación: Juan Pablo Díaz. Cámara: Martín de Dios. Montaje: Martín de Dios, Juan Pablo Díaz y Mariano Corbacho. Música: Martín Aratta. Sonido Directo: Juan Pablo Diaz, Martín de Dios, Sol Ticera, Lautaro Strumminger. Duración: 103 minutos.
A PURA MÚSICA La pasión por la música popular ha sido fuente de inspiración para documentales como De Ushuaia a la Quiaca, El silbador-Gustavo Leguizamón, Mercedes Sosa- Cómo un pájaro Libre, Los Carabajal, por nombrar solo algunos. Ahora es el turno del maestro Chango Farías Gómez que hizo del folclore lo que Piazzola al tango, una renovación estilística que enriqueció las raíces de nuestra música. A cinco años de su partida, la ópera prima de Milton Rodríguez es un sincero y cálido homenaje al aporte de un hombre que supo hacerse camino. A través de entrevistas a familiares, periodistas, destacados músicos y artistas como Jaime Torres, Peteco Carabajal, Antonio Tarragó Ros, Koky y Pajarín Saavedra, entre otros, se va construyendo cronológicamente su carrera artística. Más allá de algunos datos biográficos, la película destaca la búsqueda del músico que encontró influencias musicales, nuevos ritmos e instrumentos para aportar otras texturas y sonidos al folclore. Así, introdujo complejos arreglos vocales, polifonía de voces y onomatopeyas para marcar el ritmo. El documental intenta escaparse de ciertos formalismos típico de los trabajos bio-musicales. De esta forma, inicia con fondo negro un audio de Farías Gómez, donde relata durante cinco minutos los inicios del folclore en Cosquín y su debut en el primer grupo que integra: Los Huanca Hua. Por más interesante que resulte el relato, el recurso desorienta al espectador que espera la aparición de la imagen o de algún título de presentación. Sin embargo, éste inicio marcará, a lo largo del documental, la tendencia de enfatizar el plano sonoro sobre el visual, como si lo que importara, verdaderamente, sea la música más allá de la imagen. Siguiendo esa premisa, hacia el final del film, se inserta un rótulo en el que se lee “cerrar los ojos y escuchar el tema de fondo”. Por el mismo motivo, hay pocas imágenes del Chango, apenas una foto de joven, un retrato e imágenes de archivo de dos presentaciones televisivas junto a su grupo. Esa ausencia no hizo más que enriquecer su figura. El novel director conoció a Farías Gómez y fue testigo de muchos encuentros musicales. Una experiencia que denota la admiración y la necesidad de transmitir, a través de cada uno de los entrevistados, el detalle minucioso de su obra con algunos tecnicismos musicales, que llevará al film a una duración demasiado extensa y reiterativa por momentos. Vale destacar, la coreografía de los hermanos Saavedra basada en un tema del Chango y, otra escena donde, a través del montaje, se unifica los gestos de los entrevistados mientras se escucha de fondo el maravilloso tema “Maturama”; un aporte de creatividad y emotividad al género. Y como de folclore se trata, la cita de un gran maestro va de cierre: “El Chango Farías Gómez es el único capaz de ponerle mostaza al asado y que no pierda el gusto”. Atahualpa Yupanqui. LA DEL CHANGO La del Chango, Argentina, 2014. Dirección: Milton Rodríguez. Sonido: Nicolás Payueta. Montaje: Florencia Gómez García, Sebastián Mega Díaz. Fotografía: Victoria Pereda. Voice Over: Alejandro Sienczuk y Chango Farías Gómez. Duración: 95 minutos.
DIME CON QUIEN HABLAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES Muchos de nosotros recordamos el show de Chasman y Chirolita en diferentes programas televisivos de las décadas del sesenta y setenta. El dúo estaba compuesto por Mr. Chapman (Ricardo Gamero), el ventrílocuo más famoso que hubo en la Argentina, y su muñeco o “dummies” llamado Chirola (luego Chirolita) como se decía a la moneda de menor valor que circulaba en el país. Se presentaban vestidos iguales para entablar un diálogo humorístico y nostálgico. Pero, qué había detrás del espectáculo? Dónde estás, negro?, ópera prima de Alejandro Maly, hijo del actor Arturo Maly; es un documental que aborda la relación particular y simbiótica que se produce entre quienes ejercen la ventriloquia y sus muñecos. Un vínculo que, en el caso de Chirolita, funciona como álter ego de su creador. Divida en dos partes, la primera sobre el dúo y la segunda, sobre los ventrílocuos, se va construyendo un relato a través de imágenes de archivo, voz en off de sus diálogos y entrevistas a compañeros de trabajo o amigos de Chasman. Así, se reconstruyen los años de su carrera y la de otros que seguirán sus pasos. Más cercano al formato de documental televisivo y, en lo formal, con las mismas herramientas discursivas a lo largo del film; el realizador no cuenta más que eso, ni se permite tomar partido con mayor soltura. La mirada sobre los hechos mantiene cierta distancia y deja un halo de misterio sobre la personalidad de Chasman. Dónde estás, negro? Una pregunta que le hacía Chirolita en muchos de los espectáculos, muestra la gran capacidad de un hombre que inspiró a muchos otros a fundar en 1999 (año en que muere) el Círculo de Ventrílocuos Argentinos (CIVEAR). Un submundo en el cual descubrimos a personajes muy particulares: el ventrílocuo ex comisario de la Policía Federal; el judío ortodoxo con su réplica de Chirolita con quipá, otro que fantasea sexualmente con su propia muñeca, entre otros. Hacia el final, la pregunta sobre el destino de Chirolita deja al descubierto la relación entre el hombre y el objeto; ese objeto visto para algunos como una extensión de ellos mismos; en otros, como una proyección de sus deseos, y en varios, sólo algo artístico. El documental se proyecta en el Centro Cultural San Martín de jueves a domingos, a las 19.45hs. DÓNDE ESTÁS NEGRO? Dónde estás, negro? Argentina, 2016. Dirección y edición: Alejandro Maly. Documental. Duración: 82 Minutos
El cine italiano está pasando por un buen momento. En el primer trimestre, según los datos de Cinetel, que releva la información proveniente al 93 por ciento de la concurrencia de público a las salas del país transalpino, entre enero y marzo se vendieron casi 40 millones de entradas. Entre los títulos más exitosos está Qua Vado?, superando los 59 millones de euros recaudados y convirtiéndola en la película más taquillera del cine italiano. El film es la cuarta apuesta del tándem Gennaro Nunziante – Checco Zalone (Luca Medici). Una relación que supo potenciarse desde su primera película con la autocrítica suficiente para reírse de ellos mismos. Desde Caída de las nubes (2009) hace alusión a la vieja dialéctica Norte/Sur; en Qué día hermoso (2011) habla sobre las diferencias y el racismo a partir de un ataque terrorista, y en El Sol en cubos (2013) aborda la crisis económica italiana. En sintonía con una obra de carácter localista y nuevamente a través de la sátira sobre su idiosincrasia y los problemas de su país, Quo vado?, no es la excepción. La película narra las vicisitudes de un empleado público (Checco) a cargo, hace quince años, de una administración provincial dedicada a expedir las licencias de caza y pesca. Su única tarea es sellar las licencias. Sin otra perspectiva, más allá de su rutinaria labor, Checco es feliz en casa de sus padres, malcriado por la madre, y con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos. Pero todo cambia cuando el ministro de turno decide modernizar el sistema burocrático eliminando puestos de trabajo. Él deberá optar por aceptar una indemnización o ser traslado donde sea, y a cualquier precio, con tal de no perder el añorado “puesto fijo”. Con alta dosis de humor, gags que autoparodian el costumbrismo y los malos hábitos, el film tiene influencias de la mítica commedia all’italiana enarbolada por Monicelli, Dino Risi y, más cercano en el tiempo, al trabajo de Moretti, donde la comicidad surge y se logra a expensas de la realidad, conocida también como “la apoteosis del fracaso” que abarcaba muchos temas locales como el desempleo, la corrupción, la exaltación de la mujer, el machismo, la política y la guerra, entre otros. LA COMEDIA NO DESCARTA LA POLÍTICA El realizador Gennaro Nunziante define su película como “una reconciliación necesaria con viejos problemas”, y continúa: “hoy Italia es el país más dividido en el mundo. Nos dividieron entre la izquierda y la derecha, entre el Norte y el Sur, entre ricos y pobres, la élite y el pueblo, cada vez más. Y sobre todo entre jóvenes y viejos, ocupados y desocupados, de una manera dramática. Acá el puesto permanente sigue siendo la máxima aspiración de muchos, nuestra película es un verdadero homenaje a la inseguridad, por lo que el nomadismo que te empuja a mirar a su alrededor y conocer otras realidades. Nuestro objetivo es que coexistan con ligereza y seriedad, la ironía, el humor, la diversión y la reflexión más seria. La comedia no descarta la política”. Una de las escenas donde se traduce la obsesión de trabajar en el Estado, lo muestra a Checco de niño en el colegio. Cuando su maestro le pregunta que quiere ser cuando sea grande, él contesta: “Quiero ser un puesto fijo”. Luego lo vemos en su casa imitando la conducta de su padre cuando juega a ser burócrata, sella papeles y al levantar el teléfono, dice: “Te llamo yo, que no pago”. El personaje de Checco Zalone encarna al típico funcionario de medio de pelo, lleno de vicios y mal acostumbrado a la seguridad de su empleo. La imagen da cuenta de la aún vigente inoperancia de ciertos ámbitos gubernamentales dejando al descubierto la mediocridad del italiano ventajero, intolerante y egocéntrico frente al resto del mundo. Un mundo, en el cual, hasta el mismo personaje se siente “incivilizado” frente a otros tan distintos como los Noruegos. El guión de Nunziate-Zalone y la banda sonora compuesta por el propio Lucas Demici, aportan una dosis de dinamismo a un relato que, con escenas reiteradas como las llamadas al senador (típico clientelismo) o situaciones inverosímiles frente a una tribu, logra sostener el humor durante casi ochenta y seis minutos. En No renuncio! no aplica el dicho se non è vero, è ben trovato (aunque no sea verdad, está bien compuesto), porque parte de su propia coyuntura para cuestionarla. El resultado es una comedia hecha a la medida de su realizador y dirigida a un espectador que se verá a si mismo como espejo del sistema. Altamente recomendada para empleados estatales. No digan que nos les avisamos. ¡NO RENUNCIO! Quo Vado? Italia, 2015. Dirección: Gennaro Nunziante. Intérpretes: Checco Zalone, Eleonora Giovanardi, Sonia Bergamasco, Maurizio Micheli, Lino Banfi, Massimiliano Montgomery, Angelica Napa, Adam Nour Marino, Fabio Casal. Guión: Gennaro Nunziante, Checco Zalone. Fotografía: Francesco Di Giacomo. Música: Checco Zalone. Montaje: Pietro Morana. Duración: 86 minutos.
IGUALES Y DIFERENTES Qué tienen en común una niña de una escuela rural de la provincia de San Juan con otra niña de una escuela privada de Capital Federal? ¿Cómo funciona el sistema educativo en contextos sociales tan diferentes? ¿Qué marcas les dejará la infancia para siempre? Las respuestas se van gestando a lo largo del nuevo documental de Eduardo de la Serna (Reconstruyendo a Cyrano), donde aborda la infancia y las dificultades del crecimiento en una sociedad desigual. Dividido en doce secuencias -que comprenden los meses del año-, el film retrata la experiencia de dos niñas de seis años que empiezan la escuela primaria. Gaby asiste a una escuela rural de la localidad de La Ciénaga, provincia de San Juan; y Morena concurre a una escuela privada de la Capital Federal. Ambas comienzan su instancia de socialización de maneras muy distintas: mientras la primera vive en una zona humilde, con carencias económicas y rodeada de la naturaleza; la segunda está sobre estimulada, acomodada económicamente y sujeta al ritmo de la ciudad. Por ende, las demandas familiares y expectativas sociales sobre cada una de ellas, también será diferente. “La infancia y la educación son dos temas que siempre me interesaron, comenta el realizador. Los niños más pequeños suelen reflejar con transparencia la atmósfera que se respira en la sociedad en que viven, tanto sea para mostrar disvalores como la competencia, la violencia, la crueldad, como para exponer los valores; la solidaridad, la sinceridad, el afecto. Me propuse que los niños funcionaran como un espejo de la sociedad presente y la sociedad por venir, en dos ámbitos muy diferentes entre sí que de alguna manera resumieran la inequidad en que se desarrolla el mundo”. De la Serna contrapone dos realidades disímiles para enfatizar la dicotomía campo-ciudad en relación al sistema educativo y a los condicionamientos externos que pesan sobre los chicos. Cercano a las características del documental de observación, el realizador parece no intervenir sobre aquello que registra, apenas se lo escucha o participa. Enciende la cámara y capta la realidad que se desarrolla frente a ella de forma espontánea. Así, se introduce en las aulas, en sus espacios lúdicos y en sus hogares, logrando un clima de confianza con las protagonistas, quienes le brindan toda su naturalidad y frescura. El film apela a un discurso concientizador sobre el rol de la familia en el proceso primario como base constitutiva del sujeto. La función de los niños como “ese espejo”, al que apunta el realizador, se vuelve una constante a lo largo del relato. El énfasis está puesto en las paradojas de un sistema educativo con políticas muy disímiles. La inocencia, premiada como el mejor proyecto “work in progress” del Festival UNASUR 2013, brinda una mirada comprometida y sensible ante la complejidad de una etapa llena de miedos y preguntas; como la que une a Gaby y Morena al observar la lluvia sin entender por qué cae. Estreno exclusivo en el cine Gaumont Incaa Km O. LA INOCENCIA La inocencia. Argentina, 2013. Dirección y guión: Eduardo de la Serna. Intérpretes: Morena Jaramillo, Gabi Oviedo. Duración:98 minutos.
Irene tiene el trabajo que muchos de nosotros quisiéramos tener: viajar a los mejores hoteles del mundo con todo pago. Su tarea, como inspectora hotelera, consiste en fingir ser una pasajera común y disfrutar de una estadía, durante la cual realiza un estudio minucioso del lugar. Al finalizar la inspección, revela que es la “invitada sorpresa”, o sea el cliente más temido ya que se encarga de evaluar y juzgar los estándares que ofrecen los hoteles de lujo. Soltera, sexy y sin hijos, Irene (Margherita Buy), que ya pasó los cuarenta años, mantiene una relación de amistad con su ex pareja, Andrea (Stefano Accorsi), quien espera un hijo de otra mujer y siempre fue su sostén emocional. Además de gozar de su plena libertad, cuenta también con su hermana Silvia (Fabrizia Sacchi), casada y con dos hijas pequeñas que la mantienen ocupada. En uno de sus viajes, un hecho inesperado la lleva a replantearse si su carrera profesional le ha impedido realizarse afectivamente como tantas otras mujeres. Presentada en varios Festivales Internaciones y muy bien recibida por el público y la crítica, Viajo sola es el tercer film de Maria Sole Tognazzi (Passato prossimo y El hombre que ama). Hija del gran actor italiano Hugo Tognazzi, la realizadora elige trabajar algunos estereotipos femeninos para darles otro significado. Parte de los clásicos binomios: casada/soltera; liberal/reprimida; ama de casa/profesional – tratados en infinidad de películas-, para cuestionar su legitimidad, sin que medie ningún discurso feminista, sino más bien hace una lectura aggiornada sobre el género y los roles socialmente aceptados. “Hay un tema recurrente en la mayoría de las películas que se estrenan hoy en día: la familia, comenta la realizadora. Las hay de todo tipo: familias recompuestas, familias gay, familias a punto de estallar, familias que se reencuentran y familias que se destruyen. Pero el gran ausente de este panorama es ese 17 por ciento de la población italiana que arrojan las estadísticas. Una cifra que no se puede considerar una minoría y que además no deja de crecer: la mujer soltera y sin hijos. Mis guionistas y yo hemos pensado que había llegado la hora de hacerles justicia. Y así es como nació Irene, nuestra protagonista”. Dentro del elenco, la talentosa Margherita Buy recibió el premio Donatello a la mejor actriz por su papel protagónico en la película. Junto a ella, y después de Hada ignorante y No basta una vida, vuelve a trabajar con Stefano Accorsi (a quien vimos también en El último beso). En esta oportunidad, les tocó elaborar, con distintos matices, las dificultades de los vínculos, los deseos y lo esperable en relación al otro. Tognazzi maneja un tono que se ubica entre la comedia y el drama liviano. La historia es sencilla y narrada con fluidez y esteticismo. Los personajes femeninos están en permanente movimiento y sujetos a la realidad cotidiana. Pero no pasa mucho más que eso. Se trasladan, viajan, manejan, discuten y, en ese devenir, hay rutinas como el trabajo de Irene. La reiteración de la escenas con sus viajes y la voz en off sobre su actividad pareciera impedir un espacio para el disfrute personal. En el caso de Silvia, la rutina en su vida matrimonial interfiere en la frecuencia de sus relaciones sexuales. Sin embargo, esas rutinas también las constituye. Viajo sola ya implica en su título una toma de decisión. En ese itinerario no parece haber lugar para otros. A lo largo del relato, la mirada de la realizadora no juzga las acciones ni de Irene ni del resto de las mujeres del film. Tampoco revela el modelo ideal para ser feliz. Al contrario, se toma la libertad de pensar “la felicidad” como un concepto subjetivo que debe alejarse de los cánones sociales. El viaje que propone es justamente esa búsqueda íntima y personal sobre el lugar que elegimos tener. VIAJO SOLA Viaggio sola, Italia, 2013. Dirección: Maria Sole Tognazzi. Guionistas: Ivan Cotroneo, Francesca Marciano, Maria Sole Tognazzi. Intérpretes: Margherita Buy, Stefano Accorsi, Fabrizia Sacchi, Lesley Manville. Música: Gabriele Roberto. Fotografía: Arnaldo Catinari. Montaje: Walter Fasano. Duración: 85 minutos.
En Noruega hay 300 montañas inestables. Cualquier desprendimiento puede provocar un gran maremoto. La pequeña ciudad de Geiranger, se encuentra bajo la constante amenaza de la montaña Åkerneset que, de caer al fiordo, provocaría consecuencias fatales como sucedió en la ciudad de Tafjord en 1934 donde fallecieron 40 personas. En La última ola de Roar Uthaud se parte de éste escenario para desarrollar la primer película de desastres en los países escandinavos. Kristian (Kristoffer Joner) integra el grupo de geólogos que trabajan en el Centro de monitoreo local. Su experiencia lo lleva a descubrir irregularidades en los sensores de la montaña. El peor presentimiento parece confirmarse: los indicadores son los mismos que provocaron el derrumbe en Tafjord. Kristian carga con el deber de proteger a su familia y a los habitantes del lugar. La carrera contra el tiempo comienza antes que el impacto llegue. laultimaSujeta a las reglas del subgénero de cine catástrofe o disaster film, La última ola muestra la influencia de sus predecesoras hollywoodenses: El día después de mañana, Impacto profundo, Lo imposible y San Andreas, entre otras. Las alusiones intertextuales en determinadas escenas, y la misma resolución en los conflictos dramáticos no dejan de remitir al universo de los films citados. La estructura de esta clase de film es sencilla y responde al formato clásico de guion: hay un orden y statu quo inicial en la vida de sus protagonistas que será desequilibrado frente a la catástrofe. A partir de ese hecho, los personajes lucharan para recuperarlo. Fin. Sin embargo, la película se diferencia del cine norteamericano por su falta de espectacularidad, y eso es un logro que no la vuelve menos entretenida. Con una alta dosis de acción y suspenso, la tensión dramática se refuerza con la banda sonora y el subrayado de los momentos más intensos. El ritmo se sostiene sin grandes ni sofisticados efectos visuales, al contrario, la película intenta construir un relato más cercano a los hechos reales. En palabras de su realizador, Roar Uthaug: para las imágenes, hemos usado efectos visuales generados por computadora y efectos especiales sin intervención digital, tanto por separado como simultáneamente, como en una escena en la que se ven de frente dos personajes sentados en un coche: cuando el agua impacta, los efectos visuales son relevados por trombas de agua que fueron arrojadas realmente sobre los actores a fin de lograr una mayor verosimilitud. La población local nos ha ayudado mucho en el rodaje: durante tres tardes seguidas, 85 extras corrieron incansablemente por Ørneveien, una carretera que bordea el fiordo de Geiranger antes de ascender hacia las cumbres. El entusiasmo con el que participaron me emocionó de verdad. Apta para los amantes del cine catástrofe, la gran producción noruega pone el acento en la naturaleza como la verdadera protagonista. La supervivencia, el “sálvese quien pueda”, la solidaridad, la histeria colectiva, el líder emergente y el enfrentamiento del hombre vs. la naturaleza serán algunos de los tópicos que encontrarán. Nada, que no responda al grito apocalíptico de: “Vamos a moriiirrr!”. LA ÚLTIMA OLA The Wave, Noruega, 2015. Dirección: Roar Uthaug. Intérpretes: Roar Uthaug, Kristoffer Joner, Ane Dahl Torp, Eili Harboe, Jonas Hoff Oftebro, Herman Bernhoft, Edith Haagenrud-Sande. Guión: John Kåre Raake, Harald Rosenløw-Eeg. Fotografía: Lucas Martelli. Música: Magnus Beite Fotografía: John Christian Rosenlund. Duración: 104 minutos.
La realidad busca su horizonte Un film de Caetano siempre es una grata noticia. Su cine tiene identidad nacional y representación social. Después de Crónica de una fuga (2006), su nuevo film tiene como protagonista a su hija Milagros. La película, según su director “ tiene un tono realista, con algo de humor, muy distinto a todo lo que hice hasta ahora. Yo diría que esta es una historia costumbrista, que muestra cómo es la vida hoy para una familia de clase media, trabajadora. Y también indaga sobre los afectos en ese ámbito". Todo comienza con Mariana (Milagros Caetano). Tiene 12 años. Espera a su mamá, Cristina (Oreiro) a la salida del colegio. Un travelling hacia la vereda enmarca al colegio que la excede, en todo sentido. Ella se aísla detrás de su walkman hasta, incluso, dentro de su casa. Allí, en un plano fijo se sintetizan varios núcleos dramáticos: la separación de sus padres. El aislamiento de Mariana y los problemas laborales y económicos. La madre es empleada doméstica y su padre, Carlos (Lautaro Delgado) trabaja en una fábrica. El dinero no alcanza y es un tema frecuente de discusión; sumado a las demandas del colegio por el comportamiento de su hija. Bajo un realismo cotidiano y una mirada cercana a sus personajes, Caetano construye un relato sobre el mundo adulto (padres y maestros) desde el punto de vista de Mariana, pero también narra con sutilezas y acciones precisas la vida cotidiana de los observados. Como es habitual en su cine, hay un claro registro de la influencia del contexto socioeconómico sobre el desarrollo de cada uno. En Francia está presente el conflicto y la no pertenecía. Los personajes no logran encajar del todo en lo que hacen, o con quien se relacionan, no se sienten cómodos y necesitan hallar su lugar. Mariana está a disgusto en el colegio privado al que asiste y la institución tampoco siente que la niña pertenezca a ese lugar. Hay resistencia y discriminación. Caetano subraya las acciones que hacen al rol docente y a los estereotipos y a la responsabilidad educativa. A Cristina tampoco le gusta trabajar para una familia de clase alta que la ignora y humilla hipócritamente. Y así todos. Sin embargo, decidirán cambiar y/o romper con esas relaciones conflictivas, entre las cuales, Mariana, por ejemplo, pasa a estudiar a un colegio estatal, donde en primer plano se la verá contenta y presente, como nunca antes. Tal vez, el lugar de equilibrio, al que infiere Caetano, se logra si el vínculo se da entre grupos de pares, entre sectores sociales homogéneos. Por lo menos, así lo demuestra. A pesar de los conflictos, se logra un tono optimista. Los personajes luchan como pueden, sin bajar los brazos y enfrentando la realidad que les tocó en suerte o en desgracia, pero siguen soñando. Esos sueños aluden al significado del film. Francia, equivale a aquel lugar que enarboló la libertad, igualdad y fraternidad como principios y, al que difícilmente se pueda y puedan llegar los protagonistas, aunque sostenido como un deseo, un horizonte. Como también soñaron y buscaron sentirse libres de cualquier opresión Claudio Tamburini en Crónica de una fuga (2006), el Oso en Un oso rojo (2002), Freddy en Bolivia (2001), etcétera. Si en Francia el tema vincular es el foco, una de las formas elegidas por Caetano, es reflejar la fragilidad de los vínculos a través de la comunicación por celular. El sonido del teléfono forma parte de los planos, como un elemento más. Los mensajes de textos funcionan como traductores de lo no dicho, un puente que acorta las distancias reales. La diferencia de Francia, en relación al resto de su obra radica en la forma y en la estética que eligió para contarla. Los puntos de vista se van desarrollando no a través de una la linealidad narrativa sino de un rompecabezas que, si bien responde a la manera en que una niña arma y/o comprende su propia historia, esa misma forma se traslada a todo el film innecesariamente. La elección estética resulta un tanto heterodoxa e inusual para abordar ciertos temas, un tanto complejos. Es probable que para el conocedor de las habilidades narrativas de Caetano, la película sea un tanto mezquina. Sin embargo, hay en Francia una capacidad discursiva, una coherencia ética y representativa. Lo que no es para nada poca cosa.
Detrás de las apariencias Ganadora de la Palma de oro en Cannes 2009 y nominada a mejor película extranjera junto a la finalmente ganadora El Secreto de Tus ojos, La cinta blanca, del cineasta austríaco Michael Haneke (Cache, Funny Games, La profesora de piano) es un análisis sobre el origen de la violencia en la sociedad. La historia transcurre en un pueblo rural entre 1913 y 1914, a instancias de la Primera Guerra Mundial. Los habitantes de esa comunidad cerrada y enigmática, profesan la religión protestante y una educación rigurosa. Donde todo parece controlado y calmo se van sucediendo distintos episodios accidentales de manera misteriosa. A través de un narrador en off que cuenta aquellos episodios, Haneke nos introduce en una comunidad que responde a patrones muy particulares donde resulta natural aplicar métodos abusivos en la crianza de los hijos: violencia psicológica, física, castigos y perversiones. A partir de una mirada ácida y verista, Haneke logra, con maestría, indagar en los orígenes fundacionales de la violencia. Una violencia latente que dará lugar a cualquier otra clase de fanatismo, entre ellos el nazismo, en respuesta a una represión y sometimiento constante. ¿Cómo crecerá esa generación temerosa y obediente?. ¿Se vengarán para liberarse? Nadie puede salir ileso de la culpa y los estigmas. El film logra generar una atmósfera por momentos claustrofóbica, donde los secretos y la complicidad forman parte de su universo. Desde el registro de las acciones más perversas a las sutilezas más cínicas el relato se vuelve circular y enigmático. Haneke, uno de los grandes cineastas europeos de la actualidad, hace una aguda autocrítica de la sociedad en la que todos son cómplices y responsables de su pasado y presente.