Un amor inseparable (horrendo título local para el film originalmente nombrado The Big Sick) nos presenta a Kumail (Kumail Nanjiani), un joven paquistaní que pasas sus días haciendo stand up – intentando ser “descubierto” por algún agente- y siendo conductor de Uber. En su momento de más trabajo conoce a Emily (la siempre genial Zoe Kazan), una joven que quiere ser psicoterapeuta, quien también tiene muchas obligaciones y compromisos, por lo que ambos acuerdan, luego de un primer encuentro amoroso, no volver a verse porque ninguno de los dos está interesado en tener una relación formal, ni tienen tiempo para ello. Sin embargo, un poco espontáneamente y un poco por la causalidad que ambos van generando, los reencuentros se producen con cada vez mayor frecuencia, y rápidamente la atracción pasa a ser algo más. Pero no todo será color e rosas ya que Kumail le oculta esta relación a sus muy ortodoxos padres musulmanes, que desean arreglarse su matrimonio con una joven que siga las mismas tradiciones, hecho que Emily descubre y desarma todo el vínculo. Luego, un giro en la historia llevará a este paquistaní a conocer y entablar una relación con los padres de Emily, a la vez que comienza a cuestionar su deseo y su mandato familiar. A todo esto cabe mencionar que el film está basado en la vida real de Kumail Nanjiani, quien además escribió el guión junto a Emily Gordon, su esposa actual. Un amor inseparable es una comedia que si bien inicialmente cae en muchos lugares comunes, se destaca por su frescura, su humor negro y porque en la segunda hora de film, la trama gira completamente al punto de correr de eje a uno de los protagonistas iniciales, resultando en una trama aún más encantadora e imperdible de ver.
Ficha técnica: 3 anuncios por un crimen (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, Origen: Estados Unidos-Reino Unido/2017). Guión y dirección: Martin McDonagh. Elenco: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, Peter Dinklage, Lucas Hedges, Abbie Cornish, Caleb Landry Jones, Zeljko Ivanek y John Hawkes. Distribuidora: Fox. Duración: 115 minutos. Estrenada el 18/01/2018 Tres anuncios por un crimen es el nuevo film de Martin McDonagh, quien anteriormente había captado la atención de la crítica y el público con Sie7e psicópatas y En Brujas, nos trae ahora una historia con algunas -muchas- reminiscencias al cine de los hermanos Coen, pero tambien al de Quentin Tarantino. La trama nos presenta a Mildred (encarnada por la genial Frances McDormand), una mujer madura que agobiada por la muerte de su hija a partir de una violación, se siente indignada y harta por lo que considera la inacción o complicidad policial en Ebbing, la cuidad donde vive. Por ello, tan audaz como ocurrente la mujer determina alquilar por un año entero tres carteles que se hallan al costado de la ruta que hay que atravesar para entrar y salir de dicho lugar. ¿Por qué tres carteles? Porque tiene varias cosas que denunciar y exhibir ante el aparente pueblo adormecido. Sin embargo esto genera el malestar de toda la fuerza de seguridad, en especial del comisario Willoughby (Woody Harrelson), quien atraviesa serios problemas personales, además del irreverente y nefasto agente Dixon (Sam Rockwell). Inicialmente la trama se tiñe de sed de venganza, violencia y desmadre; con una alta cuota de humor negro e irónico pero a medida que vamos conociendo los conflictos más internos y las complejidades de los personajes, y de ese particular y miserable pueblo, van virando hacia un relato más sensible que da lugar al planteo moral y cuestionamiento de lo que anteriormente se vio, a la vez que Mildred reconoce que en algún punto, sus acciones son motivadas por la excesiva culpa que siente por el tipo de relación que tuvo con su hija, y por la distancia que había entre ellas. Tres anuncios por un crimen resulta una radiografía en algún punto incómoda de la sociedad norteamericana y de los cada vez más comunes casos de justicia por mano propia, pero también se constituye como un ensayo sobre la noción de moral y sobre los valores personales y la hipocresía colectiva. Tal vez lo más destacable del film sea, además de la actuación magistral de McDormand, el final abierto que permite que sea cada espectador quien registre de uno u otro modo el relato, y saque sus conclusiones.
50 Primaveras, film de Blandine Lenoir sigue la via de Aurore (la magistral Agnès Jaoui), una mujer de cincuenta años que se encuentra atravesando muchos cambios y que no tiene mucha certeza sobre como abordarlos. Desde lo laboral su presente se altera a causa de un molesto jefe y de una carrera laboral asociada a su ex pareja; mientras que desde lo familiar se entera que pronto será abuela. Estos cambios apuntan esencialmente al paso del tiempo y a como lidiar con él, a la vez que Aurore intenta una y otra vez resolver sus problemas mientras otros nuevos sugen. Para colmo de males, a su encuentro con la vejez se le suma la aparición de un antiguo amor adolescente, ese primer amor intenso que de alguna manera, colaboró para que Aurore sea la mujer que es hoy. Si bien la trama es bastante trillada tanto por los conflictos que la protagonista debe sortear, como por sus desenlaces; 50 Primaveras narra un interesante recorrido por los conflictos de esta mujer, pero esencialmente aborda el encuentro de esta mujer con su deseo, con aquello de esta búsqueda que la lleva a cuestionarse y a continuar buscando nuevas oportunidades, resultando así un film ameno e interesante -que claramente apunta a un tipo de espectador adulto y cercano a ese ciclo vital-.
Fan de todo lo que nos pasó El futuro que viene, ópera prima de Constanza Novick (Soy tu fan), es una película que parte de una propuesta simple, pero no por eso menos atractiva y emotiva. El film aborda el universo femenino a través de la relación entre dos amigas de la infancia: Romina (Dolores Fonzi) y Flor (Pilar Gamboa) y los vaivenes que ambas van atravesando con el pasar de su vidadesde la pubertad, los primeros amores, la maternidad, separaciones, nuevos amores, divorcios y duelos. Desde la más temprana edad, se percibe la compañía incondicional de ambas jóvenes, pero también cierta competencia que de alguna forma se inicia al relegar el primer amor para que la otra lo consiga, o imitar actitudes mientras forjan esta amitad que por momentos se torna en una relación simbiótica cuasi enfermiza. Sin embargo el film avanza y cada una sigue su camino para luego volver a encontrarse cuando Romina se convierte en madre. En ese nuevo momento, ambas están muy lejos de lo que aparentaban ser: la primera esta agotada en su nuevo rol de madre mientras sostiene un trabajo que no le fascina, su situación económica ha variado bastante y su pareja pareciera quedar fuera de todo lo que está ocurriendo; Flor, en cambio es una escritora con varios proyectos por concretar quien regresa a Buenos Aires luego de una ruptura amorosa. Estan desencontradas. El lazo que las unía aún existe, pero se percibe débil y cada vez más opuesto. Esto se repite en distintas situaciones a lo largo del film de Novick, ya que el gran mensaje es justamente ese: más allá de la oposición, las diferencias de carácteres y personalidades, una siempre estará allí para la otra, eternas, incondicionales, ya se como confidentes o como el peor espejo que cuestiona. De esta forma, El futuro que viene exhibe ese vínculo tan necesario pero difícil de sostener, como es la amistad entre mujeres. Si bien por momentos el film se torna reiterativo, su propuesta simple que apela a lo cómico más que al exceso de drama es lo que la diferencia de la enorme cantidad de films que ya abordaron esta temática. El otro gran plus lo aportan las dos protagonistas que se complementan a la perfección a la hora de encarnar esta relación que continuamente pasa del amor al odio, con Pilar Gamboa como quien aporta más matices a su desbordado personaje; y por otro lado, la excelente musicalización. Imperdible propuesta intimista sobre mujeres, retrada por mujeres pero apta para todo público.
Concebir la ética y la moral en torno a la maternidad Una especie de familia, el quinto film como realizador de Diego Lerman (Tan de repente, Mientras tanto, La mirada invisible, Regufiado) es un crudo y desgarrador relato sobre el sistema de adopción en Argentina, su vacío legal y los procesos que atraviesan dos mujeres: Malena (Bárbara Lennie) y Marcela (Yanina Ávila), las dos grandes actrices del film. La trama nos presenta inicialmente a una médica de Buenos Aires quien tiene un fuerte deseo por ser madre pero no puede concretarlo. Frente a esa imposibilidad, recurre a Misiones donde Marcela – a punto de parir a un tercer hijo al que no puede mantener- la espera para entregárselo en adopción, y así darle a Malena lo que más ansía. Si bien todo pareciera estar encaminado, esto cambia rápidamente cuando se presentan nuevas condiciones –habituales pero cuestionables- para poder concretar esa adopción. A partir de ese momento, el film vira desde el drama hacia una especie de thriller psicológico, donde se ponen en juego la ética y la moral tanto de Malena, como del nuevo entorno. Todo lo que sigue es puro caos y desborde, situado puntualmente en Malena y en su creciente y desmedido deseo maternal – sobre el que luego se historizará más-, por el que acudirá incluso a su antigua pareja (Clauio Tolcachir). Una especie de familia no sólo es un relato desgarrador, sino que resulta un film actual y necesario para seguir analizando y cuestionando los sistemas de adopción de nuestro país -tanto legales como ilegales- y el perverso sistema detrás de ellos. Diego Lerman relata esto con un manejo sutil y, lo más destacable y admirable es que lo hace lejos de los lugares comunes de crítica, condena; aquí no se juzga ni a uno ni a otro, sino que se exhibe el padecimiento que hay en ambos lados y, en ambas madres.
La cordillera, el nuevo film de Santiago Mitre (El Estudiante, La Patota) nos introduce en el mundo de Hernán Blanco, el flamante nuevo presidente argentino encarnado por Ricardo Darín, quien entre dramas familiares, viaja a Chile a su primera cumbre de presidentes acompañado por otros líderes de la región. Si bien Blanco apela a su nombre para exhibirse como un hombre transparente, confiable y honesto, la prensa y sus oponentes políticos critican su excesiva discreción, el no saber demasiado de él o de su forma de ejercer el rol, llegando al punto de tildar a Castex (Gerardo Romano) su jefe de gabinete, como la voz real a la hora de decidir. Sin embargo, la imagen tibia de Blanco no es el único de sus problemas. El ex esposo de su hija Marina (la siempre magnífica Dolores Fonzi), amenaza con hacer públicas ciertas cuestiones ligadas a malversación de fondos y desvío de gasto público, por lo que el presidente decide llevar a Marina a Chile, mientras definen como encarar este asunto. Mientras tanto, en la Cumbre todos aguardan por la llegada de la figura más importante y polémica, la del Emperador, apodo asignado al presidente de Brasil. Allí el poder de decisión de Blanco también es puesto a prueba a partir de una serie de propuestas y estrategias comerciales propuestas por otros mandatarios, quienes a su vez debaten sobre lo bueno o lo malo de hacer negocios con otras Naciones, o de darle excesivo valor a ciertas figuras. Hacia la mitad cuando el film pareciera transformarse en otro; surge el misterio y a partir de sucesos relacionados a Marina, el espectador comienza a cuestionarse esos mismos conceptos de bien y mal, de oscuridad y transparencia que la película evoca en varias oportunidades. Ya no todo es lo que parece, surgen muchas otras versiones y la inquietud se hace presente en parte del equipo de gabinete y asesores. ¿El mal existe? Y ¿qué hay más allá del mal? ¿Quién es realmente Hernán Blanco? ¿Qué es lo Real? Dejando a un lado lo narrativo, desde lo visual y técnico La cordillera es imponente, intensa y excelente. En cuanto a lo actoral, el trío protagónico de Darín-Fonzi-Rivas se luce en sus roles, en especial esta última, ya que con pequeños gestos y sutilezas, la Luisa asesora que compone, es quien empieza a interpretar y a ubicar cuanto de verdad hay en los dichos tanto de Hernán como de Marina, y en cierta manera, su cambio de expresión hacia el final, exhibe cierta decepción frente a figuras que supieron engañarla. La Cordillera resulta entonces un relato en tono reflexivo sobre la identidad -que desde las primeras escenas del film se pone en cuestión a través de un curioso incidente en la Casa Rosada- y sobre la idea del poder a pequeña y gran escala, a la vez que atraviesa distintos géneros cinematográficos -por momentos inconexos entre sí- para finalizar con la trama inmersa en una suerte de thriller psicológico.
Cuento de invierno, cuento de verano En el marco del London Film Festival 2016, pudimos ver Hermia & Helena, nueva película de Matías Piñeiro (Rosalinda, Viola, La Princesa de Francia). Dicha película también se presentará en el 31 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y participará de la Competencia Internacional. En esta nueva shakespereada, la cuarta en la carrera de Matías Piñeiro, primera en ser parcialmente filmada en New York, el realizador nos presenta a Camila (Agustina Muñoz), una joven que vive en Buenos Aires, pero que está próxima a mudarse a la gran manzana. El motivo de dicho viaje es, mediante una beca en un instituto de artes, poder realizar la traducción de Sueño de una noche de Verano de Shakespeare, para luego regresar y montarla en algún teatro porteño. A su vez, Carmen (María Villar, la chica Piñeiro por excelencia), está concluyendo su paso como becaria en New York, y aconseja a Camilia sobre ciertas situaciones que el instituto esperará de ella. A poco tiempo de dejar su cuidad natal, Camila comienza a entablar una relación sentimental con Leo (Julián Larquier Tellarini), por lo que al irse, se plantea un claro objetivo: abocarse sólo a su beca, y finalizar su proyecto antes del año, para así poder regresar a Buenos Aires. Sin embargo, con el pasar del tiempo, los planes de Camila comienzan a postergarse; se reencuentra a un viejo amante en New York, y surge un nuevo amante, además de mantener a distancia y vía skype, la relación con Leo. Por otro lado, más allá de buscar inspiración, nuestra protagonista busca historias, busca conocer sobre su propia historia y este hecho la lleva a las afueras de New York a encontrarse con Horace, su padre biológico a quien nunca conoció. Por otro lado, tal como Piñeiro nos tiene acostumbrados, la historia va y viene entre las dos cuidades, entre la nueva rutina de Camila, y lo que quedó pendiente en Buenos Aires: Leo, Carmen, y los demás amigos/compañeros de proyectos teatrales. Con Hermia & Helena, Piñeiro toma circunstancias presentadas por William Shakespeare y las adapta a la modernidad, y a los nuevos tiempos de las relaciones entre enamorados, y las dudas existenciales que éstas traen consigo. Hermia & Helena, se presenta como una nueva “shakespereada”, que mantiene elementos comunes con las anteriores películas – principalmente el equipo actoral-, se corre un poco del lugar que sus producciones antecesoras marcaron: aquí hay menos soliloquios, la mayor parte de la película transcurre en inglés, y si bien Shakespeare está presente, es de manera más indirecta. El relato ahora es en clave más bien melancólica, y el director permite que mediante eso, podamos conocer con mejor detalle a ciertos personajes, a sus inseguridades, y a sus espectativas. Claramente la nueva locación influye en este cambio, y en los futuros proyectos cinematográficos de Piñeiro…
“El milagro de Dunkerque" Christopher Nolan nos sitúa en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial y nos presenta la batalla de Dunkerque, en Francia cuando las fuerzas británicas y aliadas trataban defender pero sobre todo evacuar la zona antes de la inminente invasión de los nazis a Gran Bretaña. Al tratarse de un hecho histórico de tal envergadura, Nolan decide innovar en la forma de contarlo, por lo que el relato transcurre a partir de tres perspectivas o escenarios distintos: la batalla desde el aire, la batalla en tierra y la batalla en el mar, cada una con distintos protagonistas tales como Tom hardy, Harry Styles y Mark Rylance respectivamente, pero sin un protagista central del film. Además la narración se complejiza ya que cada nivel ocurre en tiempos narrativos distintos. Se comienza por tierra (la más extensa, ya que abarca una semana aproximadamente) en la que varios soldados buscan la forma de subir a alguno de los -escasos- barcos que llegan para escapar de allí, luego en el mar vemos al Sr Dawson (Rylance) junto a dos jóvenes navengando un barco privado, con el afán de llegar a Dunkerque y colaborar en el rescate de soldados. Finalmente en el segmento más corto, el del aire, se nos presentan dos aviones (uno de ellos piloteado por Tom Hardy) persiguiendo y a la vez evadiendo aviones nazis mientras intentan derribar a las aeronaves que se acerquen a la costa. Mediante estos recursos, Dunkerque evita la sucesión de situaciones sobre explicativas, rasgo habitual en el cine de Nolan, tal vez por aprendizaje de errores cometidos en films anteriores o tal vez porque la historia basada en hechos reales no lo requiere. Al inicio sólo se presenta un pequeñísimo texto que explica brevemente el contexto de batalla, pero luego el largometraje fluye con pocos y breves diálogos. Esto funciona muy bien ya que usualmente Nolan tiende a manejar la tensión dramática no sólo mediante lo visual, sino también lo expositivo del guión -el ejemplo más cercano lo encontramos en Interestellar (2014)- pero aquí pareciera que asume y acepta que el relato bélico en sí mismo tiene la potencia dramática suficiente. Por otro lado, la música compuesta por Hans Zimmer (presente indiscriminadamente en todo momento) recarga y atenta contra la aparente mesura que el film de 106 minutos intenta exhibir. Si hay un elemento que sigue siendo excesivo e innecesario en el cine de Nolan, es éste. Más allá de esto, Dunkerque resulta un film visualmente impresionante, con un elenco actoral deslumbrante y singular, ya que relata un hecho en un contexto tan crudo como el de la Segunda Guerra Mundial pero lo hace desde la sobriedad - es notable que más allá de la constancia presencia y amenaza de muerte, no vemos sangre en exceso- y sin exhibir al menos visualmente, al enemigo, hecho que desde lo conceptual extiende aún más el drama.
En Mi villano favorito 3 volvemos a encontrarnos con Gru, quien luego de dejar atrás sus días de villano, ha devenido en un agente que lucha contra el mal, aunque tiene bastantes percances laborales al fallar en una gran misión, por lo que él y su esposa son despedidos. Además se entera de la existencia de Dru, su multimillonario hermano gemelo, por lo que decide ir junto a Lucy, Edith, Margo y Agnes a conocerlo. Gru sólo piensa en la forma de recuperar su trabajo, y para ello debe enfrentarse a Balthazar Pratt, un antiguo niño estrella que tuvo sus quince minutos de fama durante los 80s, quien en la actualidad continúa obsesionado con su personaje, resultando así el villano al que Gru debe detener para evitar el caos en la ciudad. No olvidemos que Gru ya no cuenta con la ayuda de los Minions, porque éstos no estan de acuerdo con su nueva vida lejos del mal. Planteada así, Mi villano favorito 3 brinda un relato ameno, gracioso y con muchas referencias al mundo y al cine infantil, por lo que los más pequeños compartirán muchos de los chistes que el film propone, si bien hay que mencionar que por momentos se reiteran demasiado los gags y chistes. Sin embargo, en líneas generales Mi villano favorito 3 resulta una gran producción; atractiva para niños y (en menor medida) para adultos. Si bien no está a la altura de las primeras entregas, mantiene cierta frescura, y en esta oportunidad el toque nostálgico rememorando los 80s aporta gracia y diversión.
La era del vacío El Candidato, segunda película de Daniel Hendler como director -recordemos que su ópera prima fue Norberto Apenas Tarde (2010)- se centra en los pormenores del mundo de la política, específicamente en la construcción de imagen de un candidato a un cargo legislativo. Martín Merchand (Diego De Paula) es un hombre de negocios, hijo de un importante empresario, quien en la mitad de su vida decide virar de rumbo e introducirse en la política. Como es nuevo en el ambiente, convoca a un equipo de jóvenes asesores -comunicadores, diseñadores web y creativos- a su casa de campo para diseñar su nueva imagen y perfil de líder. Si bien a priori todo parece ir bien, poco a poco la trama irá develando que algunos de los miembros del equipo en realidad tienen otros objetivos. De esta manera, El Candidato se presenta como una amarga sátira -aunque fiel en muchos aspectos- del universo de las figuras políticas más enfocadas en la estética que en lo ideológico y hacia la mitad del film, el tono de comedia vira hacia el thriller a partir de diversos sucesos que ponen bajo sospecha a los nuevos asesores. Con excelentes actuaciones -especialmente del ya mencionado Diego De Paula, y de Matías Singer-, y una perfecta labor de dirección de fotografía, Hendler genera una película dinámica, interesante y suficientemente ácida, mientras se permite -y nos invita- a reflexionar sobre el marketing, la crisis de la comunicación política y periodística y el vacío que caracteriza a muchos discursos políticos que conciben a sus líderes más como estrellas de cine, que como verdaderos cuaros políticos.