Vidas que se encuentran en un mismo destino, con diferentes objetivos, pero con muchas cosas en común, reconciliandose con el pasado y con los diferentes problemas que con los años fueron apareciendo. De eso trata esta interesante y muy bien actuada propuesta, que se destaca por su elenco y por su humana e inteligente historia.
Luego de 15 años del estreno de la primera película de la saga de "Hombres de Negro", basada en un poco exitoso cómic homónimo, esta tercera parte intenta, y lo logra, arreglar los errores de su antecesora y proponer un entretenimiento bien planteado, con actuaciones destacables y con un dramatismo que da un interesante giro al estilo y al tono de la película.
Luego de una gran cantidad de películas y de algunos cortometrajes, Aki Kaurismäki le regala al espectador una pequeña y honesta obra, en la que se exponen con objetividad y humor los problemas con la inmigración, uno de los conflictos más importantes de la sociedad europea actual.
Pablo Trapero continúa aquí presentando historias basadas en problemáticas sociales y, con la elegancia fotográfica que lo caracteriza, con una calidad escénica maravillosa y con un realismo que por momentos hace olvidar que estamos viendo una ficción, vuelve a demostrar que es uno de los más talentosos, interesantes y arriesgados directores argentinos de la actualidad.
Basada en el juego de mesa de Hasbro, esta es una película que presenta un despliegue de efectos visuales impresionante, muy al estilo "Transformers" de Michael Bay, pero con una duración que se extiende demasiado, y con un guión artificial, poco original, y que cae en los lugares comunes de Hollywood, ya sean la previsibilidad en las instancias finales, el excesivo patriotismo, o la innecesaria aparición de conflictos secundarios que poco aportan a la historia.
Desarrollando una premisa ya conocida, Michael Sucsy y los guionistas desarrollan aquí un relato basado en hechos reales, pero que, pese a los esfuerzos por no caer en los lugares comunes del género, rápidamente se convierte en una cinta sencilla, previsible y con poco para destacar.
Con algunos flashbacks que explican el pasado del protagonista, con un muy buen uso de los planos generales y detalle y con una realista utilización de la cámara subjetiva, "Essential Killing" es una película fuerte, casi muda, muy verosímil, bien dirigida y con un excelente trabajo realizado por el actor protagónico.
Lejos de representar lo que fue la serie televisiva homónima de finales de los 80, esta película propone emular su estilo paródico y reflexivo, acentuándose más en el humor que en la acción, y en las disparatadas personalidades de los protagonistas que en la profundización de las temáticas que introduce.
Contando una historia que parece sacada de la mente de Alfred Hitchcock, Asghar Farhadi le regala al espectador no solo la mejor película de su filmografía, sino también una propuesta en la que el realismo, la intensidad, el dolor, los sentimientos y la interminable aparición de conflictos secundarios, son los principales exponentes dramáticos de la película, cada uno llevado adelante con maestría y delicadeza.
Ópera prima de Armando Bo que logra conjugar un estilo visual impecable, con un manejo de cámaras delicado y con un relato muy interesante y bien contado sobre un hombre que se pierde todo en la vida por tratar de ser quien no es. Una propuesta de calidad y, pese a algunos golpes bajos innecesarios, una película muy bien actuada y con un ritmo musical muy bien manejado.