Pablo Torre, hijo de una leyenda del cine nacional (Leopoldo Torre Nilson) ensaya en este, su opus 4, una propuesta audaz, a tono con su hábil manejo de las atmósferas. Nos referimos a "Las voces", propuesta intrincada, oscura y enigmática, que se estrena en salas hoy. Debemos decir, que este es un film con climas bien logrados, cuidado en sus rubros técnicos y que cuenta con un reparto convincente. Aunque también hay que reconocer, que no todos estos elementos positivos garantizan la calidad de un producto al final si no hay amalgama y un libro interesante detrás. Mucho de esto sucede aquí. En los primeros minutos, conoceremos a Juan (Jean Pierre Noher), ventrílocuo extraño y sin rumbo, cuya única compañera parece ser una muñeca, que lo acompaña a todos lados. Vive en una pensión y su trabajo está en la calle, por lo que vive al día. Ergo, tiene serios problemas para pagar la renta. Cuestión que terminará mal cuando un incidente con el dueño de hotel termina en desgracia y dispare definitivamente la locura de nuestro protagonista. Juan, es un hombre desequilibrado, está dicho. Pero aún así, consigue empleo como número "vivo", en el cine Dorá. Allí, hará de presentador con un sencillo acto de "voces", ya que (no lo habíamos dicho) corre la década del cincuenta, y el cine nacional se encuentra en auge, requiriendo ese tipo de mano de obra. En ese lugar, el conocerá a dos personas que modificarán radicalmente su vida: Ema (Ana Celentano) y su aparente hija (Wanda Brenner), quienes operarán sobre su débil psiquis, complejizando su realidad a medida que se relaciona con ellas. Pero eso no es todo, paralelamente, en el futuro, conocemos a Clara (María Socas), hija de Ema, quien intenta, luego de la muerte de su madre, de conocer el paradero de su padre, a quien nunca vio. La cinta presenta los dos tiempos y navega entre ellos para darle pistas al espectador sobre la naturaleza de los enigmas planteados. Sin anticipar más del argumento, hay que afirmar que "Las voces" es un film desparejo, en el cual sus lados fuertes (los descriptos antes, dentro de los cuales hay un destacado lugar para el trabajo de Noher) no terminan por empujar la balanza a su favor. Lo que falla, sin dudas, es un guión que no logra trasmitir unidad en las que ofrece y por momentos confunde al espectador en la sucesión de eventos que trae. A pesar de contar con el escenario adecuado (la ambientación del Dorá es muy buena), cuesta juntar las piezas del rompecabezas porque los indicios son dispares. Esto se traduce en desorientación seria de a ratos, y conspira en contra del climax de la trama. También quedan en el debe algunos cuestiones referidas a la iluminación y en el maquillaje que podrían haberse mejorado, dada la calidad del equipo técnico que intervino en esos rubros. Nos queda una sensación ambigua al terminar la proyección, Torre es un cineasta virtuoso pero este, no es de sus mejores productos.
Demorada llegada de un interesante film de Frederic Mermoud, director que viene de la tevé francesa y llega al fílmico por primera vez con "Complices", que data de hace unos años y desembarca en salas porteñas este jueves. Lo primero que hay que saber es que no estamos frente a una película de suspenso pura, sino a una trama que integra, una intriga oscura y una (o tal vez, dos) historias románticas que sacuden la pantalla. Ese ensamble, convengamos, no es fácil de lograr, por lo que al salir de la proyección debo confesar que el resultado es más que positivo. "Complices" arranca con la aparición en el Sena de un cadáver. Impresiona su edad (es muy joven) al sacarlo del río. Vincent (Cyril Descours), el infortunado, tiene abundante información en sus ropas que podría orientar la búsqueda de su matador, así que el equipo de investigadores formados por la pareja de Herve y Karine (Gilbert Melki y Emmanuelle Devos), veteranos de homicidios, se hacen cargo de comenzar a sondear su mundo y buscar al culpable. Paralelamente (porque la cinta combina dos temporalidades que funcionan de manera aceptable), vemos a Vincent en un cybercafé, haciendo sus negocios. Se prostituye: publica avisos y consigue clientes a través de la red. Sin embargo, en ese mismo lugar encuentra a Rebecca (Nina Meurisse), de quien se enamorará perdidamente al verla: ella es una adolescente encantadora que no pertenece a su círculo. Elemento que operará con fuerza, dada la fascinación por lo nuevo que vehiculza rápidamente las emociones. Claro, habrá impacto cuando los universos a los que ambos pertenecen colisionen intentando fusionarse... Así es que la cinta mostrará como Vincent y Rebecca viven y construyen su relación, como pueden, en el racconto del pasado, mientras Herve y Karine buscan pistas, atan cabos, reflexionan sobre lo obtenido y se permiten además, debatir sobre los respectivos fracasos amorosos en sus vidas. Todo gira sobre una tarea policial muy profesional, integrada con un pasado que ayuda a desentrañar la razón del crimen. ay misterio (cualquier pudo haber sido el asesino), mucha química en la pareja central (y otro tanto contenida en la policíaca) y una muestra sincera de cómo opera el negocio de la prostitución en nuestros días (al menos, en ese segmento de la sociedad). El film puede parecer convencional, pero la manera en que los dos niveles del relato se van fundiendo y en la intensidad del camino que recorremos bien vale la pena. No es una película sobresaliente, pero cumple su objetivo. Se traza un camino y se nutre de todos los recursos a su alcance para caracterizar correctamente el perfil de los personajes y la naturaleza del conflicto. Está bien actuada (el cuarteto central se luce en todo momento) y elige un registro cercano al espectador al transitar por territorio resbaladizo (juicios de valor sobre los códigos del submundo en el que se mueve Vincent). Tiene momentos eróticos logrados... Me gustó, aunque quizás un cierre más filoso (acorde a la oscuridad de parte del trayecto) le hubiese quedado mucho mejor.
Esperabamos este film con bastante expectativa. La verdad es que la industria nacional, gira siempre sobre tópicos y géneros similares, con lo cual la llegada de "La plegaria del vidente" genera algún revuelo. Históricamente no generamos thrillers ni films noir con todas las de la ley en estos tiempos (en los 80 si, recuerdo), es como si no estuviese en nuestro ADN "cinematográfico" (por decirlo exageradamente), cosa que no sucede con los dramas, por ejemplo. Por eso, esta producción de Gonzalo Calzada es una película necesaria. Más allá de su acabado final, la intención por transitar un camino arriesgado y el enfrentar escenarios no tan convencionales para nuestro cine, es absolutamente valiosa. La historia es la de un asesino serial que comete sus crimenes contra prostitutas en una ciudad balnearia. Partiendo de la novela de Carlos Balmaceda, finalista del premio Planeta sobre "El loco de la ruta", tenemos una ficción que juega con las aristas abiertas de uno de los casos más memorables de la historia criminal en los 90'. El héroe que responde a los cánones del género es el Vasco (Gustavo Garzón), detective comprometido con la tarea pero alcohólico y en una mala etapa de su vida, quien se topa con un primer cuerpo (una mujer de la calle estrangulada) que lo sorprende a pesar de ser un veterano del sistema. A poco de comenzar a transitar la investigación, iremos conociendo a un cronista de policiales (Riveros) y a un vidente extraño (demasiado, Mauro) quienes desde su propia visión de los hechos, comenzarán a recibir indicios de lo que puede estar ocurriendo, como antesala de la siniestra secuencia de muertes que se aproximan. La cuestión será ver si este sádico trabaja solo, o si hay una organización detrás que lo ampara, o de la cual forma parte... Muchas pistas, demasiada saña con las víctimas (cada cuerpo que aparece aumenta la tensión y fortalece los miedos primarios de manera ostensible) y una red que camufla los movimientos del posible criminal encuadran una intriga digna, bien planteada (mejor fotografiada) y relativamente conviencente de Calzada, el hombre detrás de las cámaras. Desde ya, contaba con un cast de lujo: Rodolfo Ranni (volviendo a corporizar esos fantasmas ochentosos que permanecen intactos!), Juan Minujín (cineasta y protagonista de "Vaquero"), Vando Villamil y la siempre vigente Mimí Ardú, todos sintonizados en la dirección correcta. Es cierto que en algunas secuencias, (sobre todo las persecuciones), el montaje no nos cerró tanto, así como tampoco la sobreabundancia de pistas que se van desplegando de una manera que ni Adrián Paenza podría decifrar pero, eso no quita méritos a esta "Plegaria del Vidente", sabemos que se hace camino al andar. Es natural que probando se encuentre el camino adecuado. Quizás ustedes encuentren el resultado final del film lejos de los estándares americanos del género. Pero recuerden que si esta propuesta "prende", muchos más directores y productores locales se sumarán a la movida. Este cronista (que ve mucho cine nacional), está feliz de que rompamos con los dramas y atendamos a los intereses de un público ávido por otro tipo de propuestas. Apostemos a ello.
Reconozco que la película me desconcertó, en cierta manera. Esperaba una comedia liviana (o un drama incluso) sobre las dificultades de una joven pareja a la hora de tener su primer hijo y me encontré, indudablemente, con un trabajo que aborda ese tópico, pero desde otro lugar. Uno más real, empático y filosófico, por así decirlo. "Un heureux événement" es, en realidad un film difícil de clasificar, ya que su registro fluctúa entre la sonrisa cómplice que provoca en el espectador y la seriedad con la que aborda hechos, a priori, felices pero que no lo son tanto como uno supone. Rémi Bezançon elige para este, su opus 3 (ya acaba de estrenar en febrero en Francia el cuarto, una película de animación), adaptar una exitosa novela de Eliette Abecassis sobre como enfrentar el cisma que significa para una mujer de nuestros tiempos (sobre todo en la sociedad europea, donde los hijos no abundan) embarazarse y sostener un hogar, mientras construye los roles de esposa y madre al mismo tiempo. Tarea que antes, se daba en forma natural porque las sociedades eran otras y el rol femenino también, cosa que en estos días no funciona de la misma manera. Volviendo al director, su idea a lo largo de "Un suceso feliz", es presentar el recorrido personal de Bárbara (Louise Bourgoin), quien pasa de soltera a novia y de conviviente a madre, en pocos planos (para destacar, la perla del inicio, esa génesis de su romance en el videoclub, imperdible). Su pareja es Nicolás (Pio Marmai), quien locamente enamorado de su bella prometida, se embarca en la aventura de formar una familia, sin tener mucha noción de cómo es, todo eso. Ellos se quieren y en esa vuelta, buscan un hijo. Ahí se alumbra el conflicto central de la cinta... La cámara de Bezançon, se ocupará entonces de ubicarse en cruciales hitos de esa evolución, describiendo con detalle sucesos previsibles (las visitas al ginecólogo, las dudas y fantasías de la madre, el nacimiento de Lea, etc...) y reflexionando sobre lo difícil que es encarar tamaña responsabilidad. Hay algunos apuntes interesantes sobre el rol de la mujer y su relación con el medio y su propio cuerpo que a algunos hombres no les va a venir mal repasar, pero básicamente, la construcción se apoya en esa premisa. La primera parte de la película será la llegada de la hija, y la segunda, lo que eso desata en la pareja. Bourgoin es una delicia. Ilumina la pantalla y corporiza exactamente a la primeriza que imaginamos. Se destaca por su naturalidad y carisma, que la hacen el centro de todas las miradas. Sin ella, "Un suceso feliz" no hubiese logrado su objetivo. Los secundarios aportan alguna nota pintoresca, pero el personaje de Bárbara es el corazón del film, sin dudas. Debo decir que "Un heureux evénement" es un relato simpático sobre dar el gran salto: formar una familia. El problema es que algunas escenas son un poco largas innecesariamente y que no todo lo que se juega en lo vincular, es tan jugoso para estar tanto tiempo en pantalla. Por otro lado, quizás al film le hubiese venido bien subrayar alguno de los dos polos con los que coquetea (la comedia y el drama), de manera de ganar intensidad, sin perder capacidad de denuncia. Más allá de eso, una película ideal para parejas jóvenes que piensan cambiar de número pronto.
Venìa esperando con ansias el estreno comercial de "Salmon fishing in the Yemen". La novela en que se basa el guión, es de un inglés ácido como pocos (Paul Torday), quien utiliza la metáfora del título ("la pesca del salmón en Yemén") para hablar básicamente, de política. De engaño a los ciudadanos. Y del manejo que la prensa del gobierno hace para manipular la información. Ese es el espíritu del libro, sin dudas. El guionista de "Slumdog Millionaire", Simon Beafoy, fue elegido para transformarlo en una comedia romántica más clásica y menos comprometida ideológicamente. Lasse Hallström tomó las riendas del asunto (director de "Chocolat" y "The Cider House Rules", gran favorita de este cronista) y reunió un elenco más que interesante para el proyecto cuyas máximas aristas son Ewan McGregor, Emily Blunt y Kristin Scott Thomas. Hay que tener en cuenta que el bestseller de Torday era, si mal no recuerdo, correspondencia, emails, memos, artículos de prensa... El desafío era generar el hilo conductor y alumbrar un producto interesante, dentro del género rom-com. "Un amor imposible" parte de lo que para nosotros sería un absurdo (alguien en serio puede pensar que con el clima de Yemen se podría plantear pesca de salmones?), presenta un escenario descontracturado, que hay que aceptar para adentrarse en su propuesta. Conocemos primero a Fred (McGregor), un oscuro técnico del área respectiva (Agricultura y Pesca) quien recibe una petición extraña: es invitado a responder ante la empresa de un jeque "amigo" del gobierno británico, si existe la posibilidad de introducir el movedizo pez en un uadi (cauce seco o estacional) en la región del Yemen. El no tiene mejor idea que aportar alguna estrategia para esa idea, y la gente de prensa del estado que opera en las sombras se pone de buen humor. Patricia, la asesora de imagen del Primer Ministro (Scott Thomas) sabe que de Medio Oriente llegan solo malas noticias y ve el filón para obtener rédito político con el proyecto. La representante del carismático jeque compuesto por Amr Walked, que lleva adelante la gestión estratégica y el enlace es Harriet Chetode-Talbot (Blunt), una dulce y joven mujer que a pocos días de conocer un novio interesante, lo pierde (militar, el caballero), en una confusa acción de combate, de la que poco y nada se sabe. Fred y Harriet luego de resolver algunas diferencias, se ponen a trabajar en la delirante idea del título. No quiero olvidarme (dato importante), de decir que nuestro funcionario y pescador estrella (inventó un modelo de anzuelo y todo!), está casado y en crisis. La película es muy británica (a pesar de ser dirigida por un sueco). Cuidada en sus aspectos técnicos, irónica de a ratos en los contrapuntos que tiene Scott Thomas con cada interlocutor (no tienen desperdicio), bellamente fotografiada y con dos actores de peso (McGregor y Blunt), quienes despliegan una seducción contenida y simbólica, lejos de lo más tradicional en el género. En el debe, hay que decir que la historia no logra corporizar con fuerza suficiente el romance de la pareja central. Por mucho que se esfuerzan, no generan la química que enciende a los espectadores. La idea del absurdo que se esconde en la materialización de la propuesta de pesca, por otra parte, tiene sus desniveles. De a ratos brilla (cuando el jeque apela a su utopía y se juega la representación de la naturaleza del pez elegido) y por momentos se apaga (en lo mágico de la resolución de los obstáculos que van apareciendo). Esa falta de unidad le juega en contra al producto. Si debe señalarse tmabién que quizás el registro elegido por Hallström no es todo lo absurdo que necesitaría ser, y su ritmo está lejos de lo que los espectadores latinos prefieren ("Love actually" y "Happy-go-luck", son dos ejemplos distintos que ilustran lo que puede el cine inglés dentro de este rango), pero en definitiva, hay que reconocer que "Salmon fishing in the Yemen", se deja ver y hasta puede disfrutarse si se la entiende como un producto singular, más cercano al romance, que a la comedia de sonrisa fácil.
Soy de los que ve muchos documentales, y en general, todos comparten ciertos parámetros similares para su construcción y desarrollo. De ahí que se parecen mucho al repetir la fórmula y si el tema no es interesante, pasan desapercibidos para la critica y el público. No sucede esto con este trabajo de Javier Diment. "Parapolicial negro", explora ideas distintas para enriquecer y tonificar su construcción. Ya sabemos, el tópico, era por demás potente (la prehistoria de la siniestra triple AAA, con todo lo que eso significa) por lo que lógicamente esperabamos un prolijo relato de investigación, plagado de testimonios fuertes sobre el tema dentro del estilo habitual para el género. En ese sentido, Diment elige un enfoque levemente diferente, sube la apuesta y busca conmover, no sólo desde las palabras. Intenta que ofrezca matices inquietantes, al incorporar dramatizaciones sobre el accionar de estos pesados criminales en situaciones violentas, en la piel del confiable Luis Ziembrowski y otros actores que componen cuadros aterradores. El film alterna (sobre todo en la primera mitad) el buceo habitual que se hace con testimonios valiosos de biógrafos, investigadores y sujetos de relieve, con segmentos donde se reconstruye, en base a material del relato (prolijamente evocado a través de diarios y fotos) escenas en las que estos sádicos ejecutaban sus actos sin ningún freno inhibitorio. Si bien, el director los fecha en el presente, es una cuestión de forma, están inspirados en los recorridos reales de esa banda y funcionan como boyas en el mar: esto pasó ayer y si mirás a tu alrededor, puede seguir sucediendo... Gran parte de la historia se centra en Eduardo Almirón, uno de los jefes de la Alianza Anticomunista Argentina, creada por López Rega en su ascenso al poder con el regreso de Perón. Conoceremos su prontuario y los deliencuentes con los que trabajó en los 60' en una cuidada reconstrucción histórica . Hay algo de original a la hora de retratarlo? Por un lado, historiadores prestigiosos... Por el otro, su viuda, María Gil Calvo, quien estuvo casada con este asesino hasta su muerte, le pone color al film (por decirlo de alguna manera). Ella trae los momentos más absurdos del film (mejor no anticipar) al describir desde su punto de vista, que la mala prensa es la que condenó a su marido a un final injusto. El film entonces tiene varias capas (es muy fuerte también la presencia del poeta nacionalista Gabriel Ruiz de los Llanos, leyendo fragmentos de su obra "El caudillo", que realmente, meten miedo -bah, eso quizás para cualquier zurdo que se precie de serlo!), hay mucha reconstrucción "dinámica", cambiante y vital que hace que "Parapolicial negro", vuele. Se devora, asusta lo que cuenta y funciona como una topadora: no es sólo conocer el pasado, es entender que esta "mano de obra" desocupada está viva, impune y haciendo sus negociados incluso hoy en día. Y es tanto lo que transmite, que afecta. Tomar conciencia de lo que presenta, deja huella. No vamos a anticipar más (hay que verlo, es necesario, realmente), saber es entender y eso es lo que aporta Diment en su trabajo: una mirada comprometida sobre una banda que mató y torturó sin control y las peligrosas ramificaciones y cuadros que la rodeaban, muchos de los cuales siguen intactos en lugares de poder, políticamente protegidos- Inquietante.
Diego Recalde es un sujeto inquieto. Si bucean en su bio, verán que se desempeña en varios frentes con mucho éxito: radio (trabajó en el Show de la Noticia con Pettinatto mucho tiempo), televisión (lo hemos visto en RSM con Mariana Fabbiani), teatro (se acuerdan de "Re Re Re"?), etc... Un hombre decididamente creativo. Es guionista y escritor también. Hace música. Tremendo. Nos gusta su estilo, hemos seguido alguno de sus trabajos y ahora llega la hora de ver su faceta de cineasta por segunda vez a nivel comercial. Porque Recalde, además de todo lo que hace, se le anima al cine. No es su primera vez, ya sacudió el avispero con "Sidra" (y lleva 4 en total, todos lanzamientos independientes), que tuvo estreno el año pasado (promocionada como "La primera película pornográfica apta para todo público"!!) y ahora vuelve recargado con "Habano y cigarrillos". Vuelvo a decir algo que digo siempre cuando analizamos cine auténticamente independiente y autogestionado: sus parámetros son distintos. Este trabajo de Recalde es muy interesante a pesar de los pocos recursos de producción con los que contó (ya sabemos, todo, cuesta una moneda, más en estos días). Alguna vez dije de... cuál era el film?..."Las marimbas del infierno", que si Hollywood tomaba el guión y lo reescribía poniendole atención y lanzándolo con fuerza, sería memorable, porque partía de una buena idea, que flaqueaba (aquella peli estrenada para en junio del 2011, la guatemalteca) a la hora de tomar cuerpo, por sus evidentes limitaciones de desarollo. Este multifacético director/actor/guionista/arreglador (hizo parte de la banda sonora con su Trío Ibañez), tiene ideas curiosas y atractivas, y las lleva a cabo con los recursos con los que cuenta. Que son justos. La historia ya la conocen, es la de un grupo que se encuentra después de mucho tiempo, egresados de una escuela, para juntarse y ver como les fue a cada uno en la vida. Lo que arranca jocoso, al rato se pone un poco espeso, la verdad es que ninguno tuvo mucha suerte y el que sí parece haberla tenido, ni siquiera le dio para ir. Daniel y Gustavo, que parecen de los más preocupados por el tema, observan que Jorge, aquel compañero que tenían, sí tuvo suerte. Le fue más que bien. Es entonces cuando Daniel le comenta a su compañero una estadística que posee, por la cual, la suerte, en un determinado grupo, recae sólo en uno de ellos. Y rudimentariamente explica sus razones, Gustavo, que está indudablemente resentido y envidioso, sigue su planteo hasta llegar a la idea que equilibraría la balanza: matar al suertudo equivale a recibir su bagaje de "éxito". Esa sería la ley, premisa, sobre la que giraría la posibilidad de cambio de su ingrato destino. De más está decir que si bien uno se ríe cuando va viendo como se juega este plan, un poco el costado subyacente inquieta: cuanto resentimiento tienen con la vida estos sujetos que los lleva a arriesgar todo para modificar algo que parece viene preescrito y se muestra como definitivo. En ese sentido, más allá de la fina ironía, hay una mirada en esa cosa caníbal que nos produce la envidia por la fortuna del otro, que un poco inquieta. Está bien logrado, en ese sentido. cuando nosotros no atravesamos un "estado de gracia", cómo percibimos a los que sí lo atraviesan? Aquí, los protagonistas toman la decisión de ir por todo para modificar el azar. El camino, es lo divertido, sin dudas. Se nota en el encuadre y el ritmo que la trama propone, un marco casi televisivo y alguna flaqueza en los interpretativo, pero que no afecta al clima absurdo que propone la atmósfera del film. Podemos decir, que a pesar de sus limitaciones técnicas, "Habano y cigarrillos" es una producción digna, íntegra y que muestra que se pueden llevar a cabo un amplio rango de ideas con buena voluntad. El problema, sin dudas, es la distribución y la prensa. Una verdadera pena que sólo se pueda ver 22:30 en el Cosmos Uba de Buenos Aires. Ojalá hubiera más salas para estrenos de este tipo.
"Desmadre" es la adaptación de una novela del escritor mexicano Guillermo Fadanelli, llamada "Para ella todo suena a Frank Pourcel". Partiendo de esa premisa, Juan Pablo Martínez y Jazmín Stuart (esta última debutante detrás de las cámaras), ensayaron instalar esa historia dentro del marco de la pos-adolescencia femenina posmoderna y citadina, poniendo frente a frente a dos actrices de peso (Florencia Otero y Claudia Fontán) a explorar la poderosa naturaleza del vínculo madre-hija en toda su dimensión. Carla (Otero), tiene 19 años, vive una existencia cómoda (muy, diría yo), no trabaja, abandonó la facultad y pasa sus días en un departamento propiedad del marido de su madre. En realidad, ellos están separados (pero no divorciados) y mamá vive en España, aunque hay acuerdo para que a ella no le falte nada. Tanta comodidad (sumado a la crisis propia de su edad) produce que la pobre chica no termine de decodificar su universo (y eso que no parece tan amplio) y se sienta distinta al resto. Está buscando su identidad, y no encuentra los caminos para decidir rumbos (la sexualidad es uno de ellos). Cierto día, su madre (Fontán) regresa del Viejo Continente para acompañar a la familia de su aún esposo (Arturo Goetz). El pobre hombre fue secuestrado y ella cree que su presencia en Buenos Aires es fundamental para calmar las aguas. De más está decir que se instala en la casa de su hija, alterando sus rutinas y removiendo conflictos que la distancia parece haber enfriado, pero que permanecen latentes. Debo decir que la película encuentra sus puntos más altos, en los intercambios entre Otero y Fontán (regalan escenas muy interesantes) y en el abordaje que hace sobre la edad (el paso del tiempo marca mucho el film), las relaciones con ámbos sexos y la caracterización de cierto tipo de tribu "palermitana", bien lograda. Carla tiene un grupete de amigas muy distintas entre sí que aportan miradas de distinta intensidad en relación a cómo enfrentar la vida y las relaciones que les toca vivir. También hay que señalar que si bien hay un conflicto "madre", varias historias paralelas acompañan, y restan, en lugar de sumar (por ejemplo la intriga policial del secuestro del padrastro), por momentos la película tiene momentos logrados y otros que distienden (y distraen) demasiado a los espectadores (los flashbacks). Se percibe un desnivel narrativo en la adaptación que no logra ser compensado totalmente por el esfuerzo actoral de la pareja central, pero eso no deja de quitarle valor al producto. "Desmadre" es una película honesta que explora el universo femenino integrado por madres adultas e hijas saliendo de la adolescencia, describiendo la constitución del vínculo primario con relativa solidez. Quizás, un poco más de "locura" y desenfreno le hubiese quedado mejor a la historia, así como también hubiese sido buena idea acotar algunos secundarios y dotar de más líneas a los que sostienen la trama. Más allá de eso, es un film con altibajos, pero que a pesar de ello cumple su objetivo y deja, sin dudas, el crédito abierto para la dupla Martínez-Stuart (tanto sea juntos o separados) con saldo a favor.
Les cuento que ví las tres "Alien", como todo buen amante de la ciencia ficción que se precie debería hacer y pienso que la primera es, francamente, insuperable. No es que Ridley Scott no haya hecho buenas cosas, pero aquel "octavo pasajero" de 1979, es una de las páginas grandes en la historia del cine de género. La franquicia fue cosa seria, siempre tuvo alto nivel y transformó en estrella a Sigourney Weaver, sus cuatro episodios (más allá de los desniveles en las últimas dos), tuvieron lo suyo... (no vamos a contar "Alien vs Depredator" aquí). "Prometheus" es, aunque a Scott no le guste reconocerlo abiertamente, una precuela. El origen de "Alien". De ahí que, si bien podés verla perfectamente sin haber visto las anteriores de la saga, lo ideal es que tengas presente ese universo para que te sea familiar y no te distraiga de lo que vas a vivir. Extrañamente, al salir de la sala, los colegas intercambiabamos impresiones (no siempre lo hacemos), decodificabamos signos, conductas, pequeñas escenas y homenajes que habíamos percibido durante la película. Cada uno de nosotros tenía un registro distinto de lo que habíamos experimentado. Hay tanta sutileza en el escenario y los recursos desplegados que puede que haya información vital que se te filtre, si no estás atento. Lo primero que hay que decir, es que este film tiene cierta envergadura filosófica que deja mucha tela para cortar. Indudablemente, el tema del monstruo en el espacio exterior, atacando a los tripulantes de una nave (lo que ya conocíamos como recorrido, la lucha contra el extraterrestre hostil), era bastante familiar y estaba casi agotado, así que para generar interés en la potencial audiencia, había que instalar una cuestión novedosa, metafísica, que envolviera la trama y la elevara por encima de, al menos, los productos que pueblan el mercado en este tiempo. Sabíamos que a Scott le sobraba pasta para dar batalla. A todo nivel. Las secuencias de apertura (prestar atención y llegar temprano a la sala, llegar unos minutos más tarde puede ser fatal) preludian lo que será el tono de la película: la búsqueda del origen de la humanidad y las conjeturas que surgen en un grupo de científicos acerca de cómo fue creada nuestra raza. Una pareja de científicos, Elizabeth (Noomi Rapace) y Holloway (Logan Marshall-Green) descubren en el año 2058 excavaciones que contienen restos que podrían demostrar que los humanos fueron creados genéticamente por una raza alienígena avanzada. Encuentran en varios lugares del planeta una especie de secuencia que podría funcionar como "mapa estelar" para ubicar a quienes crearon vida sobre la tierra. Una corporación privada se hace cargo de la investigación de esa hipótesis y envía a la nave espacial Prometheus a explorar el planeta donde supuestamente se hallan los creadores de la humanidad. A la cabeza de este equipo corporativo encontramos a Meredith (Charlize Theron), jefa de la expedición y a un particular androide, David (Michael Fassbender), quien será pieza vital para entender mucho de lo que sucede dentro y fuera de la nave. El resto, se lo imaginan. La nave llega a destino y al comenzar a explorar una cueva particular, comenzarán los eventos esperados... Es importante si destacar que, al instalar este escenario, "Prometheus" tratará de llevar adelante dos misiones paralelas: Por un lado, ofrecerse como vehículo de ideas sobre este apasionante tópico (los extraterrestres nos crearon y no Dios? y si así fuera, por qué nos formar parte de nuestra vida, de alguna manera tangible? cómo se generó el ADN humano desde esta conjetura?) y por el otro, dejar contentos a los fans más con una interesante cuota de suspenso de la vieja escuela (ahí si, lo que ya conocemos, persecusiones, ambientes "pegajosos", robots que saben más de lo que dicen, etc, etc...). Funciona entonces la alquimia de "Prometheus"? Para honesto, debo decir que el costado más luminoso es el filosófico, que si aporta material para la discusión y es, por lejos, el más interesante. Las secuencias de acción están bien filmadas aunque el ambiente no es tan claustrofóbico como suponíamos (cosa que se extraña). Sí sentimos que el guión de Jon Spaihts y Damon Lindelof ofrece (al menos en el corte que vimos, quizás en versiones del director más extensas, no sea así) poca fuerza en la caracterización de algunos personajes y un equipo que, excepto el marcado lucimiento de Rapace y Fassbender, no deja recuerdos al cerrar su recorrido. Sentimos que Scott buscó revitalizar este universo desde un costado místico, que le da sustento al film y que sus seguidores amarán. Sin embargo, para el público más tradicional del género debemos decir que "Prometheus" se toma un tiempo largo para aclimatar la butaca y hacerte vibrar en ella. Id advertidos. Más allá de eso, es una buena película y de obligada visión si lo tuyo es la ciencia ficción.
Creo que fue en un BAFICI (el 2010 si mal no recuerdo), que accidentalmente me topé con "Iraqui Short Films", cinta extraña y atrapante hecha con mucho ingenio por un director (y programador de festivales) con muchas buenas ideas: Mauro Andrizzi. A la distancia, el hombre demostró que tiene una potente percepción para nutrirse del medio y no detenerse ante las barreras naturales que muchos tenemos (es decir, el tipo, es un artista). Desde aquí, hacer una película sobre lo que pasa en Irak, sólo tomando material subido a YouTube por las fuerzas beligerantes en el conflicto, era una propuesta interesante. Así es que los festivales comenzaron a mirarlo con interés, algún apoyo material consiguió (no mucho, dicho sea de paso, aunque si premios, que siempre abren puertas), y Andrizzi siguió su camino, ahora explorando otras áreas de su lado creativo. Lo que se estrena en Buenos Aires en estas horas, son dos trabajos, mediometrajes, juntos, gran oportunidad para acercarse a su obra (son sus opus 3 y 4, la primera fue "Momo"). "En el futuro", se presenta un relato sugerente, onírico, sensual, complejo sobre el amor, la esperanza, la espera... Está pensado como un libro, con cierta estructura clásica (epígrafe, capítulos, historias y cierre) pero la manera en que se presenta el universo que el director crea, es singular, sin dudas. Podríamos decir que de las dos, es la más directa (comparándola con su compañera "Accidentes...") y la más emparentada con estructuras "conocidas", por así decirlo. No vamos a decir que es convencional, pero es intrigante y está muy bien construída. La segunda del programa es "Accidentes gloriosos", más arriesgada (al menos así la sentí), libre, profunda, y onírica. No quiero anticiparles mucho de ella, porque lo rico es que cada uno vea como la captación de un evento determinado (o más de uno, mejor dicho), pueden cobrar distintos significados. En este caso, un choque. Una trama enriquecida por varias historias que se cruzan en escenarios oscuros y un enigma que se va poblando con muchos elementos que, a simple vista, pueden parecer inconexos. Mauro Andrizzi es un artista integral. Hay que pensar estos films (ambos reconocidos internacionalmente), como eso, pequeñas obras de arte, lejos de las convenciones cinematográficas tradicionales... Así que debemos señalar que su visión es necesaria para espectadores ávidos por lo nuevo, lo arriesgado, lo original y dispuestos a ser sorprendidos. Es destacable también el empeño del director por no detenerse ante las limitaciones naturales que trae tener restricciones económicas a la hora de plantear un cronograma de trabajo. En lo personal, me intriga saber que podría hacer este cineasta con presupuestos mayores... Lo espero con gran expectativa (habrá apoyo oficial esta vez para la producción desde el minuto cero?), entretanto los invito a vivir estos dos viajes, en las salas Gaumont y Cosmos a partir de esta semana.