No es que diga que yo soy especialista en cine infantil. Pero, siempre digo, que al menos en esta etapa de mi vida, por tener una hija pequeña, veo varias veces películas que a muchos de ustedes (adultos) jamás se les cruzaría por la cabeza ver siquiera una vez. En muchos casos, Shrek, Toy Story y muchas otras, las disfruto. Me familiarizo con ellas. Las absorbo (!!)... Eso mismo me pasó con la franquicia "Alvin y las ardillas" (no me envidien). Las anteriores las tengo en DVD y mi hija cada tanto me tortura con que la acompañe a verlas. O sea, que su universo, me es bastante familiar. Y ya les digo, me cuesta encontrarle algún costado atractivo para el público más grande. Excepto el humor en sus cuadros musicales y la cuidada animación, el resto es demasiado infantil y pensado y ejecutado, rudimentariamente. Para quienes no las conocen, este grupete tiene su historia... Hace muchos años, David Seville armó un grupo muy particular (The Chipmunks) integrado por tres ardillas y usando marionetas para corporizarlas, se presentaba con éxito en distintos shows televisivos (en Ed Sullivan!), grababan discos, sonaban fuerte en las radios...y llegaron a la tevé y al cine, tiempo más tarde, para en 2007 cobrar vida en la forma que conocemos actualmente. Claro, su fuerte era la música. Ahora, en 2012, llega la tercera entrega de sus aventuras, que ofrece, más de lo mismo. Quizás un poco menos, porque hay pocas canciones en comparación con las anteriores! Cuando una franquicia genera ganancias por más de 300 millones de dólares, ustedes arriesgarían algo nuevo? Si yo las produjera, siendo sincero, no cambiaría mucho. Si algo funciona, da para modificarlo? Esa es la idea que predominó a la hora de pensar el guión y no hay en "Alvin and the Chipmunks 3" nada que me haga pensar porqué recomendarsela, sinceramente. Ahora detrás de las cámaras está el responsable de la flojita "Shrek forever after", Mike Mitchell quien llegó para aportar lo poco que sabemos puede aportar, estirar una saga prolongando historias agotadas... El hombre que comanda el grupo, Dave (Jason Lee, a quien le augurabamos un futuro mejor), decide irse de crucero. Y se lleva a la banda completa: chipmunks y chipettes, con los ya veteranos (en la versión con subtítulos) Alvin (Justin Long), Simon (Matthew Gray Gubler), Theodore (Jesse McCartney), Brittany (Christina Applegate), Jeanette (Anna Faris) y Eleanor (Amy Poehler). Nada fuera de lo común pero, un imprevisto sucede y la banda termina en una isla desierta. Bueno, no se si podemos decir solitaria...(cualquier comparación con "Lost", de JJ Abrams no es pura coincidencia), les diría que hay bastante más movimiento que cualquier noche de sábado en una ciudad populosa. Hay un villano clásico (por lo mediocre y desdibujado), Ian (David Cross) que hace muchas bromas sin gracia y alguna presencia misteriosa, pero no mucho más. Música y baile. Bromas hacia el mundo de la industria. Listo. Sólo entiendo que vayan, si hay pequeños en la familia y ellos los empujan en la boletería a verla. De lo contrario, es de las películas infantiles que si pueden evitar, mejor.
Uno espera los tanques como estos con gran expectativa. Sabemos que las premisas que los encuadran están relacionadas a la espectacularidad visual, más que argumental. Lo cual no está mal, a todos nos interesa cada tanto ver un film de acción y aventuras intenso y plagado de escenas fuera de lo común. Es difícil que este tipo de producciones nos sorprenda con algo que no sea esto. A veces sucede (pocas), pero en general, si lo primordial está bien logrado, la película va sobre rieles para la industria. Y se piensa en secuelas, obviamente. Incluso habiendo hecho films fallidos (Green Lantern, de este año es el ejemplo clásico), Hollywood piensa en los fríos números y hace los ajustes necesarios (despide directores, cambia actores, etc) para continuar ciertas franquicias. La que hoy trae su nueva entrega, "Mission Impossible", se alinea dentro de las películas en las que prima el espectáculo por sobre la historia. No hay mucho que presentar, ya conocemos a Ethan Hunt (Tom Cruise), lo que hace y los peligros a los que se enfrenta. En "Ghost protocol", veremos todo lo que esperamos ver, sin dudas, lo cual garantiza entretenimiento de calidad. La verdad, cuando uno revisa los directores que tuvo la franquicia, todos eran nombres confiables del género: Brian De Palma (1996), John Woo (2000) y JJ Abrams (2006) por lo que nos extrañó que la elección de que quien conduciera el film en esta oportunidad fuera Brad Bird. No es que no tuviera antecedentes para hacerlo, sólo que llamaba la atención que su primera incursión en el mundo físico (y no animado, ya que de ahí proviene) fuera con semejante propuesta. Afortunadamente Bird justifica cada dólar de su contrato dotando a "Misión Imposible 4" de todo el esplendor que una megaproducción de esta envergadura debe tener. Su percepción de lo que se necesita para impactar a la audiencia es bastante acertada y su bagaje de gadgets es contundente: la cinta destila adrenalina y esa es su responsabilidad. No, claro, no está solo. La pelicula es Bird impactando al público con todo lo que tiene a su alcance y Cruise (a los 49 años), mostrando la convicción necesaria para llenar la pantalla con su carisma. El tipo se cree (y lo transmite a la perfección) lo que está haciendo y corporiza un héroe de acción acorde a los tiempos tecnológicos que corren. Ya conocen la historia. El trailer cuenta casi todo lo que tienen que saber, la primera misión es en una cárcel en Moscú. Apenas correcta, solo nos sirve para conocer a los miembros del IMF (Impossible Mission Force) que trabajan con Hunt: Benji (Simon Pegg!!!) y Jane (Paula Patton). Pero el aperitivo dura poco, porque ya metidos en la vorágine que propone el film, el equipo parte a una compleja misión en el Kremlim. La misma, ya se imaginan como resulta y de ahí en más, las cosas se complican. Responsabilizan a Ethan y su gente de lo sucedido y el contacto oficial con el team leader del programa (Tom Wilkinson) termina en atentado y muerte. El gobierno de los Estados Unidos activa el "Protocolo Fantasma" para deshacerse del IMF (ante la presión del gobierno soviético) y nuestros amigos quedan solos. Más solos que Adán en el día de la Madre. El equipo incorporará accidentalmente a un miembro nuevo, Brandt (Jeremy Renner), de quien no conviene revelar muchos detalles. Hay química en el cast, a pesar de que la peli parece ir en patines y no permite caracterizar bien los roles de cada integrante del IMF. Pegg (todos esperan que diga que me parece) trata de aportarle ese humor británico sutilmente irónico y torpe y no le queda mal aunque su aporte es sólo ponerle algo de color a las misiones. Toda la acción recae en Cruise, que le pone el cuerpo a todo. Y no es un juego de palabras. A todo. La escena de la torre Burj Khalifa en Dubai (el edificio más alto del mundo) la hizo sin dobles. Les garantizo que esa secuencia vale el precio de la entrada en IMAX sola. Es tremenda. Y no es la única, el tiroteo en Budapest y la secuencia de estacionamiento en Mumbai le siguen en espectacularidad. El film es una vorágine que atrapa al espectador y no lo deja desconectarse de la acción en ningún momento. Es cierto que el argumento no reviste gran originalidad (un malo, crisis nuclear, trabajo encubierto, todo el mundo es enemigo potencial, etc) sino más bien una excusa para pasear por el mundo y deslumbrarnos visualmente en tomas de altisimo impacto . Se agradece. Y no lo digo de forma irónica, "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" cumple su objetivo. No defrauda. Es entretenimiento sólido 100% garantizado. Lo cual no significa que sea un film perfecto ni mucho menos. Hay tanto despliegue y velocidad en el desarrollo de los eventos que las debilidades narrativas, se ocultan bastante bien. Veanla en un buen cine, eso sí. Es de esas películas que se lucen en salas digitales y en especial, en IMAX, ya que hay 5 escenas que utilizan toda la pantalla y que fueron especialmente preparadas para este sistema.
Todo el mundo conoce a Daniel Hendler. Actor emblema de la nueva generación del cine rioplatense, el uruguayo de mohínes simpáticos y plasticidad a prueba de bomba inicia con “Norberto apenas tarde”, una nueva etapa en su carrera detrás de las cámaras. Film con recorrido festivalero (en estas horas ganó en Tucumán a la mejor película y posee otro galardón internacional –estímulo- de Televisión Española en Locarno), su estreno en Buenos Aires fue sorpresivo. Cuando nadie lo anticipaba, algo adelantó su salida a la cartelera porteña en el cine Premier, que se caracteriza por no presentar cintas de primer semana. Esto, sumado a la falta de buenas gacetillas de prensa por parte de sus distribuidores (en la prensa norteña ayer no sabían incluso que ya tenía estreno comercial!) hizo que pocos espectadores descubrieran esta realización y se acercaran a verla. Sólo 3 horarios disponibles y en un solo cine. Dato a tener en cuenta. Volviendo a “Norberto apenas tarde”, tenemos sensaciones encontradas con ella. La historia es la de un perdedor nato (la especialidad de la casa),el famoso Norberto del título. El es uno de esos sujetos grises que pasan desapercibidos en la manada y cuya capacidad para modificar su vida y la de sus semejantes es limitada. Este gordito amable (a veces demasiado) vive en Montevideo, ha sido despedido de su trabajo y está en crisis con su circunstancia. Vive con su novia (Eugenia Guerty) y para conseguir reincorporarse al mercado laboral decide trabajar en una inmobiliaria, como vendedor a comisión. Su mundo es chiquito, algunos amigos, un auto cuya alarma se enciende todo el tiempo, muy poco dinero de resguardo…no mucho más… Norberto está en una etapa donde no sabe que hacer y eso le pesa. Ante el consejo de su nuevo jefe, nuestro protagonista decide empezar algo para afirmar su autoestima (necesaria para su flamante oficio) y termina descubriendo un curso de teatro para principiantes. Norberto se aferrará a este grupo y dedicará espacio y energía para acoplarse y capitalizar la experiencia con el objetivo de darle algo de sentido a su vida , aunque algunas cosas, desde ya, no saldrán como lo esperado… Primero, hay que decir que sentimos que es imposible despegarla del universo Hendler. Es decir, de esos roles que su director domina como nadie: un clásico loser, sin matices, apagado y sin gracia que conecta con el público empáticamente (genera una identificación inmediata) y transita por la trama de manera más cercana a la intrascendencia que otra cosa. Segundo, reconozco que el cast está bien elegido y la máscara de Norberto, jugada por Fernando Amaral, parecen ser movidas acertadas (son actores de pocas líneas que generan atmósferas interesantes potencialmente) aunque el ensamble de todos estos elementos no alcanzan a dar unidad a un relato que coquetea con el aburrimiento a cada paso del camino. El problema mayor de ”Norberto apenas tarde” es ese: la historia es demasiado simple, las escenas son demasiado largas y la construcción de las contradicciones que se generan en la interioridad del personaje central, no revisten mucho interés. Es decir, nos cae bien Norberto, pero nada nos pasa con él. El guión pregona la cotidianeidad y celebra su camino de autodescubrimiento, pero el “tempo” cinematográfico le pasa factura: hay demasiada artificiosidad en algunos tramos y el interés decae estrepitosamente hacia el climax de la película. Lo peor que puede decirse de un film es que no entretenga, supongo. “Norberto apenas tarde” camina por el borde del precipio todo el tiempo, aferrada a ese concepto y por momentos, no logra evitar que el espectador deje de prestar atención a lo que cuenta, perdiendo la batalla central para la que se preparó meticulosamente. Producto, en definitiva, desparejo, que se ubica por debajo de nuestras expectativas teniendo en cuenta el calibre del premiado actor. Otra vez será.
Sin dudas, no será "The cave of forgotten dreams" un documental que la gente irá a ver masivamente en cines. La afluencia de público que elige ver documentales es reducida, con lo cual la primera impresión que tenemos al salir de las salas es "cuanta gente se lo va a perder"... Soy docente (ya lo saben) y me fascina ver lo didáctico que son algunos directores a la hora de graficar y construir sus universos partiendo de elementos concretos y palpables. Aquí, no hay ficción, por lo que la manera en la que el enorme Werner Herzog encara su increíble recorrido dentro de uno de los lugares más famosos de la tierra, es admirable. Es cierto que la idea de ser parte de un viaje en tres dimensiones en este espacio atrae, pero el cineasta utiliza los recursos narrativos con maestría, logrando un entretenimiento intenso y profundamente reflexivo a la vez... Herzog logró la autorización para visitar y filmar la cueva de "Chauvet-Pont-d’Arc", situada en el sur de Francia y que posee las pinturas rupestres conocidas más antiguas en la humanidad. La misma fue descubierta en 1994 y no hay acceso a la gente para preservar las condiciones propias del espacio (se cuenta durante el film que en una similar se permitió la afluencia del público y la respiración producida fue creando moho en las paredes de la misma, contaminando las paredes y complicando su estudio a nivel científico). Por lo que, ninguno de nosotros jamás podremos pisar esta maravilla. Digo esto, porque es trascendente el hecho de saber que esta será la única manera que tendremos (seguramente, a no ser que seamos científicos prestigiosos) de conocer este increíble lugar. Y Herzog, pone su equipo a trabajar en ella, utilizando la técnica 3D para transmitir el máximo de fidelidad a la hora de percibir la cueva. El travelling por el lugar es un viaje en sí mismo. Pero obviamente, un hombre como Werner Herzog no se va a quedar en lo majestuoso de la imagen, sino que él mismo tomará a su cargo el relato y nos regalará su particular visión de "Chauvet-Pont-d'Arc" debatiendo y entrevistando a científicos, historiadores y técnicos sobre el significado de las pinturas que se ven, desentrañando una red de conceptos muy interesantes sobre el origen y la evolución del hombre. Y no se queda ahí. Sobre el final, hay un cierre muy interesante que no queremos anticipar, donde dejamos de lado el pasado y pensamos críticamente el futuro... Herzog pone bastante color al elegir quienes participan en sus entrevistas, (el especialista en perfumes tiene una cara! y el que estudia las armas y los métodos de casa en la antiguedad es uno!!!) pero quizás el único reproche que podemos hacerle desde aquí es que en algunos tramos se excede en el tiempo que filma la cueva en soledad. El siente que el espectador necesita ese tiempo pero es su sensación y desde la butaca, si bien interesa, a veces creemos que su duración podría ser acotada. Vuelvo al inicio y creo que "The cave of forgotten dreams" en 3D es un hito en la historia del documentalismo, no sólo por la técnica aplicada en él, sino también por el enfoque que el director ofrece sobre un lugar absolutamente necesario para nuestro conocimiento. Siento en su trayecto que este no sólo es un gran film, sino que marca un camino que esperamos, ansiosos, que otros realizadores transiten pronto. Un gran cierre de año, realmente.
Cameron Crowe es un director (ex periodista) con una visión particular de las cosas que goza de mucho prestigio en la industria. "Jerry Maguire", "Almost famous", "Elizabethtown" son tres ejemplos de la calidad de su trabajo. En general, se ha destacado por contar como personas comunes, se enfrentan a la adversidad o a lo diferente y logran realizar sus metas luego de costosos recorridos. "We bought a zoo" comparte esa línea pero su universo es distinto: hay chicos de por medio y eso direcciona el relato en otro sentido, sin dudas. La guionista original detrás de la historia era Aline Brosh McKenna ("Morning Glory","27 dresses"...) pero Crowe metió mano (no lo culpo!) y enriqueció bastante la trama, de manera que el libro original de Benajmin Mee cobró bastante más forma cinematográfica que la esperada a priori. En caso de que no hayan visto el trailer, esta es una historia de superación personal, entrega, convicción... Les suena? Benjamin (Matt Damon) es periodista. Le gustan los desafíos y el peligro, pero vive una etapa de crisis porque enviudó hace menos de un año. Tiene dos hijos: Rosie (Maggie Elizabeth Jones) y Dylan (Colin Ford) quienes viven la tragedia familiar de distinta manera, mientras la primera apoya a su padre incondicionalmente, el segundo tiene serios problemas de incomunicación. Benjamin sabe que necesita un cambio en su vida, extraña mucho a su esposa y no tiene mejor idea que mudarse. Luego de una visita con el agente inmobiliario de la zona, elige comprar una propiedad muy especial: una casa que tiene zoológico. El lugar exige sus condiciones, es un espacio que necesita inversión. Dinero y trabajo. Dentro del equipo que intenta sostener el lugar, se encuentra Kelly (Scarlett Johanson), quien dirige lo que queda del sitio. Este zoológico debe generar ganancias para poder sobrevivir, y para ello debe poder reacondicionarse para recibir visitantes. Es asi que todas las energías de Benjamin y su flamante grupo será llevar adelante semejante cuestión. Desde ya, imaginen llevar adelante un zoológico, cuando ustedes no son especialistas en el tema. La película propone acompañar a esta familia en su camino de reconstrucción de este lugar, externo e interno, iniciando una nueva etapa en la vida de todos. Lo primero que llama la atención, es que todos están bastante en papel. Damon transmite emoción y sus hijos en la ficción (en especial la encantadora M.E.Jones) son laderos de lujo: hay mucha conexión entre ellos y el soporte familiar es creíble en sus intercambios. No sucede lo mismo con Johansson, quien está enfundada en rol de veterinaria en jefe y se esfuerza todo el tiempo por dejar su lado sexy (el que le nace naturalmente) sin mucho resultado. Acompaña y aporta el poco humor que hay en la cinta, Thomas Haden Church como Duncan, el hermano de Benjamin quien juega al opuesto con bastante resultado. El resto del equipo que mueve los hilos en el zoo está correcto pero no luce. Desde lo argumental, siento que al film le falta fuerza. Es decir, la situación ofrecía un escenario ideal para el despegue de situaciones más jugadas, dentro de las que se ven en la cinta. Crowe dedica mucho tiempo a regodearse con la figura de la esposa ideal, fallecida en la plenitud de la vida y en cómo eso afecta la vida de la familia y pierde de vista que lo que a la audiencia más le interesa, es lo que pasa en la reconstrucción de ese zoológico. Por ende, la película oscila en esas dos frecuencias, o nos deprimimos y elaboramos el duelo de los protagonistas o presenciamos el armado precario que prepara el resto de cara a la presentación en sociedad del lanzamiento. No tiene la convicción de una película de Cameron Crowe, si me dejan decirlo en voz alta. Más allá de eso, se deja ver y tiene sus momentos. Podría funcionar si el tema los atrae, aunque a los más pequeños de la familia quizás les cueste más.
Llegué al cine tarde, con la expectativa de ver lo que sería el último estreno nacional del año. Y mientras apuraba un café para despabilarme (muchas reuniones de celebración y cierre en poco tiempo), pensaba que había visto unas 24 argentinas este 2011 que se va. De las 166 que llevo vistas, representan menos del 20% del total. Es el año que creo que más ví pero aún estoy lejos de poder ver todo lo que el INCAA produce. Especialmente cuando va a parar a salas como el Arte Cinema con una función diaria, o el Cosmos, incluso el Malba. Que quede claro que me gustan estos lugares para ver cine argentino, pero los horarios y días, complican. No son datos menores, dispongo de cierto tiempo para ver cine y muchas veces no llego a ver lo que se estrena por estos temas... Estoy seguro que necesitan reformulación. Pero volvamos al tema. Como últimamente, llego a la butaca sin leer material de prensa. Pasan los minutos y la primera impresión que tengo es que este es un lugar común en nuestra filmografía. Demasiado. Y si bien creo que está bien consolidar memoria (los desaparecidos, la dictadura del 76 y sus nefasto accionar), también me da la impresión de que hay que tener mucho ingenio para estructurar una historia que sorprenda, desde ese lugar. Las producciones que han ganado premios importantes en el extranjero en general han sido sobre este tema, o sea que es un universo bastante familiar para el espectador local. Como al parecer esta es una coproducción con España, tenemos un escritor (periodista) español de nombre Gonzalo (Eugenio Roig) que regresa a la Argentina a terminar un libro que está escribiendo sobre el asesinato de sus progenitores, asesinados por el ex comisario Cadrinelli (Arturo Bonín). Se aloja en las afueras de Buenos Aires, en la casa de familiares que intentan que él deje de lado su tarea y pueda seguir adelante con su vida. Mientras eso sucede, el se trabará en una historia amorosa justamente con la (supuesta) hija del matador de sus padres, Marta (Victoria Almeida), quien con el devenir de los hechos irá cuestionándose su origen para obrar en busca de la verdad. Lo que sentí en la sala es como que al film le faltaba unidad. A ver, hay varios enfoques que parecen buscar la misma intensidad, y que parecen válidos en sus recorridos, aunque sin lograr ensamblarse con acierto. Esto es, por un lado, está la historia de amor de Gonzalo y Marta, por el otro, la venganza del primero hacia el personaje de Bonín y por el otro, lo que surge cuando la hija del represor decide indagar sobre su origen. Falta amalgama en la línea narrativa porque parece que cada una va por un carril distinto, aunque las tres corresponden al mismo conflicto que las engloba: el pasado y las heridas que dejaron los genocidas en la trama de nuestra sociedad. Víctor Jorge Ruiz escribe y dirige "La última mirada" con nobles intenciones de plantear una película de fuste, pero queda lejos de tan noble objetivo. Las actuaciones del elenco son lo esperable, pero ninguno descolla. Asimismo, encontramos alguna estridencia en la banda de sonido que también conspira contra la atmósfera que se intenta lograr. Se que este guión ganó el Concurso organizado en ocasión del Bicentenario, por lo que deduzco que podría haberse extraído mucho más de él. Ruiz seguramente tendrá oportunidades de seguir rodando y apostamos a que la próxima producción supere las previsibilidades que se anticipaban en "La última mirada" y que se cumplieron, casi inexorablemente.
No es que uno entrara predispuesto negativamente a la sala, no, para nada. Pero un colega le había puesto 1 de calificación (sobre 10), y la verdad, estaba un poco temeroso. Navegar en esas aguas parecía una misión arriesgada!!! Pero como "Piranha 3D" este año me había gustado mucho ( http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/54-pirana-3d-terror-y-humor-de-la-vieja-escuela ), pensé que a veces algunos críticos eran demasiado rígidos y que algo se podía rescatar de esta "Shark Night 3D". Me equivoqué. Indudablemente, a este tipo de películas tenés que encararlas desde el humor, porque así se tienen más oportunidades de ocultar bajo la alfombra lo endeble de la propuesta. A ver, ya no son los 70 y cuesta hacer una película seria de terror. Es más efectivo pensarla con bastante "gore", chicas semi desnudas y mucho, pero mucho, humor negro. Si vas a probar por otros caminos, salen cosas como esta "Shark Night"... Que no deberían repetirse. Saben ustedes que "Terror en lo profundo" costó 25 millones de dólares? Pueden creerlo? Si la ven por accidente, les parecerá una cifra dibujada. Es tan básica y pobre que cuesta entender cómo los costos fueron tan altos, más teniendo un cast no barato, regalado, diría... En EEUU aún no recuperó su inversión y en enero sale la versión Blu-Ray a ver si levanta un poco y nadie pierde plata. Los que si van a perder tiempo son, sin dudas, los espectadores. A mi me caía bien Davis R. Ellis. Digo, tenía algunos buenos films (en especial una película que adoré: "Snakes on the Plane", y un par de la saga "Final destination"), oficio, ha coordinado equipos de dobles de riesgo, conoce el paño... Pero me parece que cuando pensó esta cinta, no logró conectarse con el espíritu setentoso que la misma debería tener. Prefirió tomarse bastante en serio algo que no tiene ningún atisbo de realidad e intentar que un elenco menos que mediocre corporizara escenas donde el suspenso debería sacudir al espectador. La pifió el hombre. Seguí participando Davis, ya tenés arreglados 3 títulos de género para los próximos dos años, así que podés redimirte... O embarrarla peor. La película transcurre en el golfo de Lusiana, donde una joven universitaria, Sara (Paxton), invita a unos amigos a su isla privada. De más está decir, que no hay teléfono ni señal de celular. La casa es alucinante pero, no hay nadie en horas a la redonda. Estan solos. Ya de movida vamos viendo como en veinte minutos, el guión los aisla para comenzar la masacre. Nick (Dustin Miligan) es el estudioso del grupo, está por entrar a Medicina y eso... No sale mucho (Sara tampoco, tiene sus razones que aparecen más tarde) y se sorprende con el lugar, pero todo lo bueno, dura poco. Haciendo jet-ski y tiene un sospechoso accidente. De ahí en más,... Se les viene la Night. Para ser más específicos, la Shark Night. Las actuaciones son lamentables. El guión, sirve para hacer papel picado solamente. Como rescatable, quizás, algunas tomas submarinas en 3D, pero tampoco muchas. No hay el gore que podría haber, cosa bastante extraña. "Terror en lo profundo", elige un registro pacato, y las chicas muestras sus cuerpos pero nadie siquiera se roza. Hay promesa de matanza, pero en varias oportunidades sólo vemos el agua teñirse de rojo... Alguien me dijo que en otras salas, la gente se reía. Como ya repetí antes, esta clase de films "B" (este, es "C" o "D", si me preguntás) tiene que centrarse en el humor. Si no, el fracaso se huele como la sangre en el lago para los tiburones... De las cosas que deben evitar, porque si quieren reirse con esta temática, hay muchas opciones válidas en su videoclub amigo. Esta es, sencillamente decepcionante. Ni se les ocurra subirse a esta lancha.
"Les Chansons d'amour" ya sabemos todo, es una película del 2007. No entendemos bien porque se estrena ahora, tan tarde y encima en DVD ampliado pero... Misterios de la distribución, que le dicen. La primera pregunta que uno se hace es... Suma? Vale la pena? Estoy seguro que es una película necesaria, visto y considerando que es muy original, entretenida y musicalmente interesante. Nos hubiese gustado verla en 35mm y hace un par de años. Seguramente hubiese tenido más espectadores de los que tendrá en este demorado estreno. Christophe Honoré (su director) homenaje al clásico cine de los 50' pero reviste su ensayo con un lujoso envase moderno y vistoso. Es difícil de catalogar "Canciones de amor", ya que uno se tienta a clasificarla de "musical", pero en esencia, una especie de "opera casual"... O algo así. Los personajes cantan y exponen sus sentimientos a través de un cuidado repertorio que se convierte, inevitablemente, en uno de los puntos altos del film. El ensamble de emociones que se juegan en este escenario integra amores frondosos (con raíces, en algún momento sugiere una protagonista), espontáneos, melancólicos y potentes con otros donde las ausencias, el vacío y la desesperación, reinan y dominan el espacio de transición cuando el desconcierto y la duda se hacen fuerte. Este delicado film comienza poniendo la lente sobre la vida de una pareja de jóvenes: Ismael (Louis Garrel) y Julie (Ludivine Sagnier). Aparentemente se quieren, pero están entrando en una etapa de experimentación, ya que el primero trae a la convivencia que tienen, una mujer, Alice (Clotilde Hesme) para integrar un trío. Como siempre, este tipo de relaciones son complejas y tienden a desbalancearse con mucha facilidad, ya que si bien los tres son encantadores, no es fácil satisfacer las necesidades de los 3, cuando sienten distinto. Ese es el punto de partida de la historia, pero a poco de empezar lo que pareciera un recorrido colorido sobre los triángulos amorosos (y disfrutamos algunas melodías pop pegadizas y gancheras) en tono de comedia cantada, la cosa se oscurece cuando la tragedia se cierne sobre uno de los amantes... No contaremos más del argumento porque esta es de las películas que hay que hacerse un lugar para ver. La historia evoluciona y muestra como cada integrante de ese trío original va resolviendo sus caminos, una vez que algo inevitable modifica la dirección que llevaban. El guión acciona los gatillos en los momentos justos y dispara situaciones que exploran la humanidad de estos sujetos y del medio que los rodea (especialmente la familia de Julie) con gran acierto. Los cuadros musicales ensamblan a la perfección y los actores cantan con bastante oficio, cosa que se agradece. París en invierno está fotografiada espléndidamente y eso que no recorremos los paisajes habituales de la ciudad, sino que vagamos por pasajes no tan conocidos de la misma... En el debe, quizás debemos decir que a veces nos parecen poco expresivos Garrel y Hesme, quienes afinan mejor de lo que actúan. No es que den la nota equivocada, pero digamos que les falta un poco más de despliegue emocional para estar a tono con la circunstancia que atraviesan. Más allá de eso, "Les Chansons d'amour" es de esas películas que cada tanto nos sorprenden, y eso, amigos míos, nunca es poco. Altamente recomendable.
Casi no he comentado dentro de los estrenos, documentales en este último tiempo. No es que no los vea por alguna razón en particular, de hecho, los disfruto mucho. Pero me gusta verlos en pantalla grande y cuesta encontrarlos en cartelera, verlos en 35mm...Me resisto un poco a acceder a ellos en forma doméstica. No se muy bien aún el porqué. Lo que sí, estoy abierto como espectador a que me sorprendan (eso lo saben de sobra, se los digo hasta el hartazgo), y pasé por el Gaumont a ver "Judíos por elección" con mucha curiosidad sobre lo que iba a encontrar. Por suerte, la película respondió a mis espectativas. El tema, me interesa. Siempre quise saber qué pasaba con aquellos que habiendo nacido bajo otra religión, decidían abrazar el judaísmo. En general, y perdonen la sinceridad, es un tema que en el cine muchas veces estuvo asociado con el amor. Uno de los miembros de la pareja es judío, el otro no...Y bueno, uno de ellos termina abrazando la fe del otro para concretar la anhelada unión. Eso es lo más común desde lo cinematográfico. Ya se, hay miles de combinaciones posibles de sujetos reales que no dan tela desde la ficción pero que merecen ser contadas. Siento eso con este documental. "Judíos por elección" muestra casos muy interesantes y diversos (geográfica y familiarmente) que se van presentando en forma de mosaico, alternado momentos de distinta intensidad. Las experiencias de varias personas y parejas van desfilando en pantalla, enmarcados bajo fragmentos que están agrupados por frases de la Torá. En cada uno de ellos, aparecen los núcleos temáticos que responden a las fantasías que la gente tiene con el tema. La película muestra distintos casos de personas que abrazan una fe que no llevan en la sangre. Vemos alguien que vive en Perú, otros casos en Argentina y muchos más en Israel. Cada cual tiene una historia personal rica y colorida que vierte observaciones agudas sobre el proceso de todo lo que significa volverse israelí. Desfilan las aspiraciones, los miedos, las regulaciones formales, y el valor de la fe como motor de esa elección. La directora y guionista Matilde Michanié elige perfiles únicos, pero a la vez que engloban características comunes que conectan rápidamente al espectador con la imagen. Como público, la transparencia de cada testimonio atrae y las contradicciones que se despliegan en el relato (y que aparecen en la vida de esas personas) son concretas y sostienen el relato de principio a fin. Es un muy buen documental, si el tema está dentro de sus intereses, es de visión obligada. Aprovechen que hay muchos horarios para verla, no pasa frecuentemente.
Casi sin leer el kit press (que tenía prolijamente guardado en mi agenda), fui a ver "La campana", esperando que me sorprendieran. De lo poco que sabía, alguien me había dicho: "es un drama de ciencia ficción"... Lo cual, a priori, me predispuso a ver algo alejado de lo tradicional (hay pocos ejemplos nacionales dentro de ese rango), así que fui a ver la ópera prima de Fredy Torres con sana curiosidad por lo que iba a presenciar. El film, si bien desparejo en varios aspectos, es un válido intento por explorar géneros poco transitados en nuestra filmografía y eso merece reconocimiento, más allá del resultado final. La historia arranca en 1982, en los dias previos a la guerra de Malvinas. Estamos en el Puerto de Mar del Plata, y conocemos a un grupo pequeño de pescadores que trabaja bajo la dirección de su capitán, en un marco de clara austeridad. Nada sobra. Juan (Jorge Nolasco), un recio hombre de mar, está tentado de irse mar adentro, fantasea con que lejos de la costa, hay más pesca. Américo (Lito Cruz), viejo lobo de mar que mata el tiempo en un bar cercano, le advierte sobre los peligros de abandonar la costa, pero nuestro protagonista, no está convencido de dejar su idea. A punto de salir a la actividad, el capitán de su embarcación se siente mal, y eso presagia lo peor: se muere, no sin antes hacerle prometer que cuidará a su hija, Laura (Rocío Pavón) en su ausencia. Ella es una niña que está transformándose en mujer. Sola, queda unida a la suerte de Juan, quien tendrá que sostener económicamente el negocio, ahora que el dueño del bote ya no está. La falta de pesca va empujando al protagonista a pensar la idea de adentrarse en el mar para aumentar sus chances de conseguir producto, idea resistida por Américo y el grupo de amigos pescadores con los que se reunen siempre en ese bar cercano al puerto. Paralelamente, la crisis política de ese año deriva en la invasión a las islas Malvinas, con lo que comienzan a aparecer divisiones entre los diferentes miembros del grupo. Juan trata de resolver el problema probando la opción no recomendada y comienza a poner en peligro su futuro y el de la gente que lo rodea cuando decide ir hacia el peligro. Al parecer, hay una "campana" en el mar que aisla del tiempo a quienes caen en ella y los retiene, de manera que cuando ellos salen, las cosas ya no son iguales en el mundo que dejaron atrás. Si este pescador cayera en ella, el universo de muchos se derrumbaría bajo sus pies... La película muestra una clara alegoría con los olvidados, perdidos, desaparecidos... En este caso es el mar pero, la memoria es algo que nos cuesta como pueblo. Torres juega con esos elementos (presta especial atención a los detalles históricos y los funde con la trama) y nunca pierde el norte, su brújula marítima funciona bien y logra dotar del espíritu correcto a gran parte de su elenco, apuntalando la juventud de Pavón, quien logra dar con el perfil exacto requerido para el rol. El resto del cast sigue el ritmo que impone Nolasco, quien también bucea siempre en la dirección correcta. Su Juan es intenso, noble, generoso y llena la pantalla sin altibajos. Dentro de los secundarios, en papeles breves, también se las ve bien (en todo sentido) a Mónica Ayos y María Fernanda Callejón. En general, el elenco ofrece actuaciones convincentes y llevan adelante el film sin problemas. Pero no todas son rosas. El guión tiende a resolver algunas cuestiones (como el paso del tiempo, los momentos previos a un evento, etc) con recursos demasiado simples (mucha imágen innecesaria del mar). Tampoco explora con fuerza la sexualidad que el film exhuda durante algunos fragmentos (por ejemplo cuando Laura despliega su encanto promediando la historia) ni dedica un espacio más prolongado para mostrar algunos eventos que son centrales (lo que sucede en el cierre, por ejemplo), estos tienen pocos minutos en pantalla y el relato se resiente aunque no deja de intentar sostenerse a flote incluso cuando la mare viene alta y ventosa. Se entiende que el guión apuntaba a formular un recorrido que retroalimentara dos puntas complementarias, pero de a ratos, eso se queda en enunciados demasiado simples para la complejidad de lo que se trata (está bien el paralelismo pero quizás un nivel más de profundización hubiese subrayado el carácter de la película). Más allá de eso, este trabajo se presenta como un buen primer paso de Torres como cineasta, recordemos que es un experimentado en documentales y cortos. No es un producto enteramente redondo, pero si tiene valores que hay que respetar y darles su justa dimensión. Aprobada, con lo justo, pero pulgar arriba para "La campana" en su búsqueda por no perderse en alta mar...