Tenía ganas de ver "Alamar". En el BAFICI 2010 la dejé pasar (y, son casi 400 films los que se despliegan en la grilla, es imposible ver la mayoría) y me extrañó que ganara el premio a la mejor película en la sección internacional. Conocía la discusión que planteaban los espectadores y críticos, acerca de si era un documental o una ficción y decidí que cuando fuera el tiempo de su estreno comercial, abordaría el análisis de la misma, junto a una visión más relajada. El tiempo pasó y la ópera prima del mexicano Pedro González Rubio (en solitario) llegó a la cadena Arteplex y nos decidimos a descubrir sus comentados valores desde la butaca misma. La copia no era fílmico, pero bastó para apreciar su propuesta... "Alamar" es la historia de unas vacaciones. Jorge (Machado) y Roberta (Palombini) fueron pareja durante un tiempo. Se amaron a pesar de sus diferencias y vivieron juntos durante un tiempo. El es mexicano y la madre italiana. De su relación nació Natán (viendo la ficha técnica pareciera que son una familia real, ya que su apellido es Machado Palombini, aunque no hay información en la red ni de prensa que lo confirme), quien de pequeño se fue a vivir con su madre a su tierra. Jorge, su padre, lo recibe para compartir con él su descanso anual en Banco Chinchorro, uno de los lugares más bellos de esa zona, famoso arrecife de singulares corales. La mayor parte de lo que sería el marco de la historia, está planteada al principio, con una muestra de fotos de los tres donde se ubica al público sobre las condiciones en que Natán y su padre vivirán este reencuentro: no se ven hace tiempo y la geografía será protagonista principal de este espacio. El director González Rubio junto con un par de ayudantes y una cámara HD rodó esta cinta con un registro que, a partir de lo que presentamos, se despliega como... un padre junto a su hijo, en el mar, simplemente eso. Jorge es guía de la zona, un hábil nadador y pescador, por lo que durante los 73 minutos (menos, quitandoles un par de secuencias a la entrada y al cierre) que dura la película los veremos compartir actividades en balsas, canoas,... Hacer su vida y compartirla con su vástago. A su relación se le sumará el abuelo del niño y los tres compartirán el paso del tiempo y algunos eventos menores que se dan durante el transcurso de esas vacaciones. Y eso es todo. Su registro, luego de establecido el marco ficcional, es puramente documental. No parece actuada y por lo que leímos, esa era la intención original del director. Hay una fotografía prolija y una buena edición de audio que permite ponernos rápidamente en clima, apreciando la naturaleza donde se rodó en todo su esplendor. Dentro de los aspectos positivos, hay que destacar que la cámara está bien puesta y siempre nos sentimos inmersos en la atmósfera marina, elemento que ayuda a sostener el metraje, que a pesar de su corta extensión se hace árido por momentos... Como espectador, me parece (debo decirlo), que pintaba como muy rico este tema del hijo de padres de distintas latitudes y cómo el mismo manejaba los vínculos con ámbos, planteo que se muestra pero que no se profundiza. Natán luce simpático y parece amar a Jorge, pero, cuál será su visión del mundo una vez que crezca? Cómo irá elaborando ser ciudadano de dos lugares totalmente opuestos? El niño no vive con angustia su separación y la distancia con su padre? Por qué su adaptación a un ámbito tan diferente al suyo en Italia (donde vive en una urbe) es tan simple? Interrogantes que debo disparar y que sólo me generaron material que quedó flotando, como la botella del final, en alta mar... "Alamar", lamento decirles, es una película festivalera. Doy un vistazo a la opinión de mis colegas, y seré el único que bajará su pulgar a la hora de evaluarla. Su mayor acierto es poder caminar sobre el invisible límite que supone no ser una ficción ni un documental y negarse a recibir ninguna de ámbas denominaciones. Después, es un relato casi corriente, de los que pueblan la infancia de muchos chicos... (no tenés en tu casa VHS donde aparecés jugando con algún miembro de tu familia?)... Donde un padre pasa tiempo con su hijo (filmar eso es tan inusual en este tiempo como para alabar esta realización?)... Agregale si, un paisaje colorido e inusual. Y listo, si lo filmaste en la Costa Atlántica, ya podrías pensar en editarte "Alamar 2"...
Nadie le tenía mucha fe a este producto. Si mal no recuerdo, el proyecto original no iba a ser un largo (y hasta se pensaba lanzarlo directamente en DVD!), pero Dreamworks tanteó la cuestión y vio que el carismático gato que asomaba en Shrek 2 podria ser un buen negocio para desprender de la franquicia... Y se animó, más allá de las dudas que todos teníamos sobre el abordaje del clásico personaje de Charles Perrault. Era, una apuesta arriesgada (el mediocre nivel de su buque insignia traslucía problemas creativos), pero allí fueron nomás...Utilizando nobles armas (un guión directo y fácilmente digerible) y apoyándose en la magia que Antonio Banderas le da al personaje, la legendaria compañía de animación se lanzó a crear esta spin off ( acción de convertir a un secundario en protagónico de otra historia) y sus resultados han sido positivos, superando las expectativas originales (al menos en cuanto a calidad). "Pussy in boots" es una historia simple, divertida y cuyo mayor mérito es su previsibilidad. No busca impactar con incorporaciones de personajes de otros cuentos infantiles (como Shrek) sino que pretende integrar pocos elementos pero alinearlos bien. Es decir, no apela a bombardear al espectador con miles de referencias a otros titulos (aunque las hay) y se estructura en base a caracterizar un triángulo protagónico confiable (Humpty Dumpty y Kitty se suman a Pussy) y seguirlos en el camino que construyen. La estrategia de Chris Miller (quien viene de hacer la tercera del ogro verde) era bajar los decibeles y apuntar a la aventura con toques de humor, lo cual funciona bastante bien. Conoceremos aquí al Gato con Botas en sus orígenes, desde su más tierna infancia hasta los sucesos que lo transformaron en un fugitivo tan famoso como sabemos que es. Pussy llega al hogar de Imelda, quien acostumbrada a cobijar a toda clase de criaturas, lo adopta como su madre. Allí conocerá a Humpty Dumpty (Enrique Cervantes en la versión latina, Zach Galifianakis en la inglesa), un huevo que sueña con dar un gran golpe y hacerse de mucho dinero. Los dos se vuelven amigos inseparables hasta que Humpty hace una de las suyas y Pussy tendrá que huir del pueblo (a su pesar), acusado de un robo que no planeó pero ejecutó merced al pedido de su compañero... Tiempo más tarde, nuestro felino amigo dará con una gatúbela bien jugada por Salma Hayek, quien volverá a conectar a nuestros viejos conocidos de cara a un ambicioso plan: robar las "magic beans" de Jack y Jill para plantarlas en el lugar correcto e irse a los cielos a buscar a la gallina de los huevos de oro... El relato contempla el recorrido del trío, las marchas y contramarchas y un final trepidante que nadie querrá perderse. Los rubros técnicos, como siempre, son de lo mejor. La animación del Gato es asombrosa, pero el magnetismo que le pone la voz de Banderas le da el salto de calidad. Este Pussy es latino hasta la médula, mujeriego, encantador, valiente y de buen corazón. Encima tiene mucha química con Kitty (se puede decir eso??) y las escenas se suceden con acierto desde principio a fin, sin dar tregua al espectador. El film tiene mucho ritmo (respira aventura) y llama la atención el detalle y precisión con la que el guión aborda el universo felino. Si tenés gatos en tu casa, te vas a asombrar con la caracterización de la especie que "Pussy in boots" presenta. Es genial. Los más pequeños de la familia la adorarán (y a diferencia de Shrek, por ejemplo) y entenderán todo su contenido, incluso los de menos de 6 (buen dato que deberían tener en cuenta). Arriesgo mucho si digo que lo mejor que hizo Banderas fue este rol y los que trabajó con Almodovar?. No, para nada. Esta vez, es preferible gato que liebre. Sin dudas!
Ya todos sabemos que la industria tiene fija la mirada puesta en facturar. No le importa mucho cómo ni qué, los tipos saben que hay que generar ganancias y que las comedias románticas son un buen vehículo para eso. En fechas importantes para la cultura anglosajona (en Argentina no hay una fiebre de la envergadura de lo que se vive en Estados Unidos con el tema de muchas de ellas), la gente se predispone a ir al cine. Año nuevo, Día de Acción de Gracias, etc, son fechas donde los estudios ponen la carne en el asador y se refriegan las manos esperando que la gente reviente el box office. Eso vienen haciendo hace un tiempo y en esa dirección, asombra ver como cada vez controlan menos lo que producen. "New Year's eve" se inscribe dentro de las películas donde el guión es lo que menos importa: todas las fichas están apostadas al impacto que producen actores taquilleros. Lo grave aquí es que un año atrás, el legendario Gary Marshall (de "Pretty woman", "Frankie y Johnny" recuerdan? un cineasta que solía dominar el género...) ya se había anotado un film menor con una temática similar (Valentine's Day) que no había generado ni ganancias ni aceptación de la crítica. Por qué insistir en la misma dirección? Es lógico que mantener el control con tantas estrellas, debe haber sido difícil, entonces, por qué no acotar la cantidad de historias? Aquí, el guión de la mediocre Katherin Fugato (quien la juna a esta mina Dios!), propone varias historias cruzadas que se dan en las horas previas a la gran celebración del año nuevo en Nueva York, más precisamente en Times Square, lugar concurrido si los hay... Encontraremos... 18 estrellas?... repartidas en 9 o 10 parejas, no se, perdí la cuenta... Es un festival inacabable de actores que entran y salen de escena como si fueran de puertas giratorias... Llega un momento que confunden tanto que dan ganas de levantarse de la butaca e irse. Las historias, una peor que la otra. Fluctuan entre las clásicas de chico-chica esperables, hasta las padre-hija, madre-hija, enfermera-soldado en Irak (?) y otras de las que mejor no hablar... Solo se salva la de Zac Effron y Michelle Pfeiffer, en la que los dos parecen tomarse en serio las dos páginas del guión que les tocaron... Son los únicos que tienen química, y ella le debe llevar, treinta años fácil...! Su relato es el más jugoso de todo el grupo, pero por cuestiones de tiempo, nunca llega a despegar y se pierde en la vorágine de eventos y encuentros a los que enfoca el director en su construcción. No se salva nadie en este naufragio... Para el recuerdo, Jon Bon Jovi canta un par de baladas descolgadas (lejos de su espíritu rocker), la chica de Glee (Lea Michele) hace lo propio y el resto... Bueno, el resto no tiene mucho para ofrecer. La endeblez del guión no ayuda a ciertos actores y los condena a profundizar en sus estereotipos, en el mal sentido (Heigel, Kutcher, Parker, De Niro -?-, etc). Para peor, "Año nuevo" está llena de chivos (los de Nivea y Sherlock Holmes 2 son escandalosos) y es demasiado larga, innecesariamente. Claro, como abren veinticinco puntas necesitan tiempo para poder cerrarlas de alguna manera... A favor, cuando el film cierra, hay unos 4 minutos de créditos finales y gaffes que si nos hacen reir. Eso sí, podrían habersela tomado en broma todo el tiempo y seguramente el resultado habría sido mucho mejor que el ofrecido ... Sorprende, la verdad. Sólo espero que Marshall tenga un retiro digno y que no siga repitiendo esos productos...Escaparle como a la ruta 2 en fin de semana largo...
Vivo en un termo. Mi incompleta formación me terminó por mostrar lo mucho que me he perdido en la vida…No conocía a Todd Solondz, y lo descubro por este tardío estreno porteño. Buceando en su filmografía, descubro que “Life during war times” (el estreno que nos convoca) tiene poderosas conexiones con la obra más reconocida de este director, “Happiness”, la cual no ví. Pero haré pronto. Y subo la apuesta, Solondz hizo 8 largos y veré este verano los 7 que me quedan, porque esta película me hipnotizó, y la crítica internacional dice que es floja, así que ni quiero pensar en lo que deben ser el resto… Hace un par de meses estrenó “Dark horses” en USA por lo que descuento que la estrategia es presentar este título (el inmediato anterior) para traer pronto (espero!) lo nuevo de este genial director… “La vida en tiempos difíciles” es compleja de caracterizar. Es decir, es una comedia negra poco convencional. Negrísima, diría yo. En su universo, conoceremos a un grupo familiar bastante disfuncional en el que nadie se destaca por su equilibrio, más bien, todo lo contrario. Cuenta la leyenda, que el cineasta vuelve a poner el ojo en los Jordan, núcleo central en “Happiness” y lleva la acción 10 años después a ver que nuevos conflictos los mismos atraviesan… Es decir, cambian los actores, pero el espíritu de aquellos viejos conocidos (dicen), permanece inmutable. Aquí tenemos a tres hermanas, ya grandes, clase media-alta norteamericana, con sus diferentes problemas a la hora de intentar ser feliz. Ya sabemos, la tarea no es fácil. Joy (Shirley Henderson) parece ser la más chica del grupo, atiende socialmente a violadores y abusadores en prisión y se encuentra casada con uno de ellos, Allen (Michael Kenneth Williams). Su marido anterior se suicidó y… tiene algunos problemas de relación con el actual… Su hermana, Trish (Allison Janney) está sola y buscando pareja. Tiene esposo, aunque está separada, Bill (Ciaran Hinds), pedófilo en vías de recuperación (o no), ya no está en su vida aunque se rumorea que podría salir a la brevedad por haber cumplido su condena...Trish, entonces, se engancha con alguien cuyo requisito sin-equa-non es...su (presunta) normalidad, un sujeto sin luces llamado Harvey (Michael Lerner). Convengamos que esta mujer, como las otras, tratan de buscar algún tipo de norte, cierta estabilidad anhelada. La tercera, Helen (Ally Sheedy), es una guionista exitosa alejada de la familia y que también se encuentra en crisis. Las hermanas y sus hombres, vivos y/o muertos (Joy parece tener poderes paranormales que le permiten esa conexión) se cruzarán varias veces a lo largo del desarrollo siempre en situaciones complejas ya sea por el peso de las conductas que se juegan o por la direccionalidad del planteo. Es decir, cada diálogo es dinamita pura. Esta no es una película de silencios, sino de palabras dolorosas. Tiene un libro que coquetea con la locura y que se ensancha en cada fotograma merced a las ajustados trabajos de sus protagonistas. ¿Por qué el título se preguntarán? (el original habla de guerra) Supongo que tiene que estar relacionado con algo que funciona como marco en el film, que es el temor a los atentados terroristas después del 11-S. Se instala un discurso de combate al diferente, de despiadada búsqueda de normalidad, equilibrio, rutina, que hiela la sangre al espectador. Cuando hay tanta energía puesta ahí, es porque la pulsión que empuja ese límite está a punto de explotar. Las tres hermanas tienen sus propios fantasmas (algunas más reales que otras!) y sus familias, también. "Life during war times" es una de esas cintas difíciles de clasificar. Creo que empatizás con ella o no. Solondz no te da opción, o te subís a su visión del mundo, o abandonás en los primeros minutos de proyección. No es cine comercial ni festivalero. Aquí hay un retrato urbano y oscuro de los miedos y aspiraciones de una familia tradicional norteamericana de estos tiempos. En lo personal, me parece de lo mejor que ví este año (por más que el film sea del 2009), aunque reconozco que no es un film amigable ni se lo recomendaría a cualquiera. Deben ir avisados de lo que van a encontrar. Un gran descubrimiento y un enorme regalo (navideño) haber conocido a este director antes de mis vacaciones!!!
Cuenta la leyenda que los productores de la exitosísima saga de Wallace & Gromit (Aardman Studios) hace unos años decidieron generar un acuerdo con Sony Pictures para apoyarse, compartir ideas y distribuir productos. Esperabamos con ansias el primer producto de esa unión y ha llegado a nuestras playas. "Arthur Christmas" parece un típico de esos productos mediocres de animación que se estrenan para estas fechas pero no. Afortunadamente, es algo más que eso. Es una buena película. De principio a fin. El castigado género infantil ha poblado los anaqueles de los videoclubes con titulos sin nivel referentes a la Navidad, por lo que a priori, uno va con miedo a internarse en la sala. Munido de mi hija y con un nutrido contrabando de golosinas, nos animamos a ver que proponía esta cinta. Vimos la versión doblada, así que como con Happy Feet, la riqueza de las voces originales (grandes actores en serio), brilla por su ausencia, cosa que no nos predisponía de la mejor manera, pero bue... "Operación regalo" es la historia de una familia muy especial. La de Santa Claus. Durante muchas generaciones, los hombres de la misma se han ido pasando la misión sagrada de entregar regalos a los niños en la madrugada del 25 de diciembre. El actual, luce cansado y desmotivado. Está grande y el retiro se acerca, sus reflejos y sus luces no son las mismas de otras épocas y si no fuera por el soporte que tiene, la tarea de Navidad, nunca se podría llevar a cabo. Organiza el equipo, Steve, quien espera que el actual Santa se retire y le de su lugar. El se encarga de manejar los hilos para las complejas entregas que se hacen en todo rincón del globo. Coordina un equipo enorme de duendes que asisten al rey de la Navidad para que las cosas se hagan en tiempo y forma. Arthur, nuestro héroe, vástago voluntarioso del mandamás, se esfuerza por acompañar la tarea, pero se destaca por su torpeza para todo, con lo que se queda afuera de la gran actividad nocturna del 24 merced a su ineptitud. Pero como nadie es perfecto, algo sale mal y un regalo queda sin entregarse. Una niña en una lejana ciudad llamada Trelew espera el mismo, pero todo indica que no lo recibirá. Cuando Arthur se percata de lo que sucede, un duende (Bryony) cuya especialidad es envolver regalos, le indica que la tarea podría llevarse a cabo. Esto se potencia cuando su abuelo, de ciento y pico de años, ex Santa retirado de la actividad, desempolva el histórico trineo y lo invita a cumplir con lo que el espíritu navideño dicta: que todos los chicos reciban su regalo. La película arranca con todo (la secuencia inicial que muestra el despliegue táctico de la entrega es magnífica) y si bien después se va quedando, lo cierto es que logra conciliar el interés de los pequeños de la familia con alguna escena que el público adulto agradece (todas las referentes al uso de la tecnología, por ejemplo). Sí percibo que quienes más la disfrutarán, son los chicos de menos de 8 años, que se fascinarán espiando la "maquinaria" que se mueve cuando ellos duermen esa noche y esperan su regalo. Los grandes esbozamos sonrisas cuando vemos el conflicto generacional que sostiene la trama: en una empresa familiar, estas cosas pasan! "Arthur Christmas" tiene el estilo de los episodios que produce Aardman Studios y a pesar de no ser de gran factura técnica su realización (incluso en 3D), el film se disfruta sin mayores complicaciones. Sí creo que la extensión es un poco mayor de la esperable para este tipo de productos y que se debería haber estrenado más cerca de la Navidad. No la veo llegando con aire para esa fecha (en cantidad de salas). Ojalá que si.
Uno se va de la sala, luego de la proyección de "La mala verdad", con sensaciones encontradas. La emoción que provoca en cualquier espectador la presencia en escena de Alberto de Mendoza es incomparable. Solamente por eso, el precio de la entrada debería estar justificado. Un actor de semejante trayectoria protagonizando a su edad, es una bendición, sin dudas. Este hecho (saludable), opera y mucho en la evaluación final del producto. MIguel Angel Rocca (en su segundo largo, recordemos que hace cuatro años hizo "Arizona sur") convoca a un verdadero seleccionado de nivel para esta película y a pesar de contar con la mayor entrega posible de su equipo (cosa que se nota y se agradece), no logra que el conflicto que presenta en "La mala verdad" alcance alto vuelo dramático. Su historia (el director escribió el libro junto a Maximiliano González) navega siempre en lo descriptivo, mostrandose como un prolijo retrato de familia disfuncional, lejos de la intensidad que podría esperarse viendo los elementos que se juegan en el relato. "La mala verdad" pretende ser una cinta que aborde la oscuridad de cierta problemática (el abuso de poder) desde una perspectiva que denuncie sin estridencias, graficando un conflicto vincular serio pero sin demasiado relieve dramático. Como espectadores, la sensación que tenemos es que el registro de la experiencia, se queda corto. Si bien se nota el paciente trabajo de armado del guión (las frases que se dicen nunca son casuales y menos en este film), lo cierto es que el devenir de los hechos es bastante lineal y un poco lento, para mi gusto. Hay pocas escenas (pero están) en que "La mala verdad" cobra vida y en todas, por supuesto, está De Mendoza. Los mejores momentos los tiene cuando rivaliza con los personajes de Malena Solda y Norman Briski, en fragmentos emotivos e intensos donde sentimos el poder de su magia, intacta a pesar de ya ser octogenario (su voz se siente un poco quebrada aunque cuando la levanta la reconocemos de inmediato). El resto del tiempo, el la acción la lleva adelante Ailén Guerrero, la niña que todos destacan como revelación infantil de este año. Si bien reconocemos su labor, lo cierto es que la vemos, no tan conflictuada ni triste, sino bastante feliz teniendo en cuenta el torturado personaje que debería jugar. El abuelo Ernesto (De Mendoza) está jubilado y tiene un buen pasar. Vive en una casa coqueta (tiene una librería), junto a su hija Laura (Analía Couceyro, otra de las grandes promesas del cine nacional) y su nieta. En esta familia, todo parece estar bien (aunque la ausencia del padre de la niña hace ruido) hasta que la psicopedagoga de la escuela, Sara (Solda), empieza a notar indicios de que algo malo le sucede a Bárbara (Guerrero). Así es que la profesional no tiene mejor idea que comenzar a indagar sobre sus seres cercanos para entender su realidad. Cuando comience a ver los primeros resultados de su investigación, descubrirá la compleja trama familiar en la que se oculta el secreto mejor guardado de esa familia... El elenco (que incluye a Cecilia Rosetto y Carlos Belloso en roles secundarios) hace bien los deberes pero aún así la cinta no logra conmover, ni movilizar, pecados capitales cuando se conoce la problemática que aborda. En definitiva, un film en el que se distinguen buenas intenciones pero que no alcanza el nivel esperado de acuerdo a la calidad de sus intérpretes. Más allá de eso, celebramos el regreso del "Jefe" y esperamos que vuelva a rodar pronto.
Ya todos sabemos cuál es el problema de Sarah Jessica Parker. Su éxito descomunal en el rol de Carrie Bradshaw de "Sex and the City", hizo que no se pudiera desprender de muchos rasgos de ese papel desde que la serie terminó. Es una buena actriz, de hecho. Pasa que, de alguna extraña manera, no quiso arriesgar mucho en sus elecciones y ante el pool de opciones que le ofrecieron en este tiempo, nunca terminó por romper el lazo con su pasado exitoso y jugarse a moldear alguien totalmente distinto. Digamos, es un 50 y 50. En cuanto arranca "I don't know how she does it" y escuchás a Parker narrar en off, te conecta instantáneamente con su Carrie de toda la vida. Es malo eso? Supongo que en principio, no. El tema era saber (en definitiva) si este sería otro producto fallido (al que la actriz nos tiene acostumbrados) o el guión permitiría un par de pasos en otra dirección, no tan familiar para ella... El resultado no es del todo satisfactorio. Creo que a no ser que suceda un milagro (en términos cinematográficos), Sarah Jessica Parker seguirá estando unida, invisiblemente, a aquella reportera exitosa que traía el glamour a las pantallas de los televidentes de HBO en todo el mundo allá por los 90... Hace unos años, la galesa Allison Pearson (en 2002 creo) escribió un bestseller llamado "No sé cómo lo hace". Compendio ideal para la mujer de esta sociedad capitalista y posmoderna, el libro mostraba con bastante humor, las vicisitudes de una mujer a la que le iba bien e intentaba sostener a su familia con la misma intensidad que a su trabajo. El material era de primera, (cuatro millones de ejemplares vendidos, ejem!), así que, por qué no pensar en llevarlo al cine? Con esa premisa, Aline Brosh McKenna (quien está por estrenar de su autoría, "We bought a zoo" en estos días) fue invitada a preparar un guión que respetara la historia y potenciara el costado visual de la obra original. Para llevarlo a la pantalla grande, se llamó también a otra promesa de la industria, Douglas McGrath ("Infamous") y se convocó un par de populares actores para rodear a Parker...No fue suficiente. Kate Reddy (ya saben quien) es una mujer muy solicitada. Responsable de inversiones en su empresa, tiene un ritmo de trabajo infernal que le dificulta el contacto con su familia. Casada con Richard (Greg Kinnear) y madre de dos criaturas, ella se esfuerza por hacer todo bien. Trata de ser organizada, metódica y corre de un lugar a otro intentando no resignar ninguna de sus aspiraciones en la vida. Tarea, desde ya, nada sencilla. Cuando arranca el film, su esposo está desempleado y eso le permite ciertos malabarismos con los horarios, elementos que no estarán presentes cuando él se reintegre al mundo del trabajo. Se llevan bien, son una familia sólida y si bien sus hijos viven de distinta manera la ausencia de su madre (la mayor le hace unos planteos terribles a la madre), parecen poder con la situación. Kate, merced a su tenacidad y aplicación, logra conectarse con un inversionista en el extremo opuesto de los Estados Unidos, el soltero y madurito Jack (Pierce Brosnan) y deben hacer trabajo de equipo para morder un pedazo mayor de la torta al que están acostumbrados. En otras palabras, si manejar la situación era difícil, una vez que Richard consigue retomar su actividad y Kate dobla su tiempo dedicado a la empresa, los cortocircuitos comienzan a arreciar. Se sabe el nivel de flexibilidad que debe tener una familia para aceptar el desarrollo profesional de cada integrante de la misma. Ese es el tema central de "I don't know how she does it", cuál es el límite del desarrollo personal cuando se tienen hijos?, hasta dónde uno puede jugar con retacearle tiempo a tu pareja y pretender que todo se sostenga inmutable? Estos dos interrogantes son los que circulan a lo largo de la película. No es, una comedia romántica ni mucho menos. Los secundarios no dan en el registro (son blandos e insulsos) y Parker rema sola todo el relato sobre sus hombros. Hace chistes, observaciones irónicas, mohínes, dispara millones de frases divertidas en su Blackberry y con eso sólo, sostiene el metraje. Pero no confundirse, que ella sea carismática, no hace que esta sea una buena película, mágicamente. Eso no pasa aquí. "I don't know how she does it" es un producto regular que sigue dejando a Sarah Jessica Parker en su limbo interpretativo, girando sobre perfiles que tiene incorporado y que la aprisionan como actriz. Si la pregunta es, "me voy a reir?", mi respuesta es "lo dudo". Hay que reconocer, sin embargo, que el libro de Pearson tiene un costado jugoso que se decanta en algunas líneas del guión y que hacen que, de alguna manera, no te vayas con la sensación de que perdiste todo tu tiempo en la sala. Pero no mucho más...
Anoche mi hija me decía "Papá, por qué no vimos Happy Feet 2 en Mar del Plata?" Habíamos estado afuera, la dejé para el final (saben que vemos estrenos principalmente jueves y viernes) y nos fuimos en escapada a la Costa sin verla, con la promesa de ir allí al cine.. Miré a mi bella niña con infinita ternura, sin estar seguro de decirle la verdad. Algo en mi inconciente me decía que tenía que postergar ver la secuela de esta cinta, porque el recuerdo que tenía de la primera era demasiado lindo y profundo para ser arruinado. Pero anoche, tanto me insistió que tuve que acceder. Y mañana prometí llevarla a ver "Operación regalo". No me envidien. Amor de padre en estado puro. Bien, "Happy Feet" originalmente había recibido un Oscar (2007) por su animación. Aquel film tenía atributos técnicos sobresalientes, una banda de sonido alucinante y un argumento, potable pero amistoso. Sus directores, un equipo dirigido por George Miller, habían hecho un gran laburo que fue reconocido por la Academia. Parece que Miller decidió que podía arreglárselas solo (ya está grande el hombre), y se lanzó a la aventura de hacer la previsible secuela pedida por la industria. El resultado es...de alguna manera decepcionante. No porque la película sea mala, de hecho, su factura es muy superior a la media en su género (animación). Sigue teniendo mucho ritmo y es...entretenida, en cierta manera. La historia, sin embargo, ha perdido fuerza. Tenemos a Mumble ya casado, con lo cual, había que centrar la atención en su hijo. Saben el dicho... de tal palo, tal astilla...Nada novedoso parece. Nos instalan a ver algo muy relacionado con lo conocido. Y lo cierto es que a pesar de la inclusión de una historia paralela menor, (Will y Bill, los krills que le ponen bastante naranja a la pantalla) no hubo mucha imaginación a la hora de pensar el conflicto central. Ya sabemos que Erik (el hijo de Mumble) será un inadaptado social, entonces nada nos sorprende mucho. Mientras nos acomodamos en la sala cae, además, un pinguino extraño llamado Sven, cuya nota de color es que... vuela. Pero eso no es todo, se la pasa diciendo frases grandilocuentes y su estilo es más bien...a contramano de la platea menuda. Entretanto, el calentamiento global hace de las suyas y amenaza el hábitat de nuestros simpáticos amigos. No nos queda muy claro que es lo que más importa, si el tema de la paternidad del protagonista de la primera (uno debería hacerse cargo del rol, no desdibujarse en la cuestión, más en este tipo de films infantiles), los problemas de integración de su hijo o la tragedia que se le viene encima al ártico con esto del aumento de la temperatura. Importa? Al adulto supongo que si. Los chicos la pasan medianamente bien. Hay cuadros musicales bien coreografiados, algunos gags efectivos y como ya dije, una cuidada realización. En 3D la película impresiona por su nivel de detalle. Las voces en inglés se lamentan (hay un cast muy rico que nunca escucharemos en este doblaje) pero ya estamos acostumbrados a escuchar español neutro y sin gracia. Cuidado! No está mal...Sin embargo, no puedo recomendarla sin advertir que "Happy Feet 2" está por debajo de lo esperado, teniendo en cuenta los pergaminos de su equipo de producción. Para el público corriente, quizás esto no represente mucho problema, pero cuando uno compara, se da cuenta que esta segunda parte es un producto sensiblemente menor al anterior. De hecho, en Estados Unidos ya camino a ser un fracaso de ventas. Para la familia, sí, pero apenas una cinta pasatista. Decepción de este cronista que intuía que algo así podría pasar...
Hace unos días intercambiábamos mensajes por twitter con un colega acerca de Nicholas Cage. El había elegido un puñado de películas que decía (10, para ser exactos) sí o sí había que ver de este prolífico actor, y mi primera reacción, se los digo sinceramente fue decirle “hace mucho que no veo una buena de este tipo”. No es que no sea un talentoso. Lo es, no puedo negarle sus condiciones (amaré para siempre su composición en “Leaving Las Vegas”, por dar sólo un ejemplo), pero tampoco vamos a decir que todo lo que hace merece verse. No, la verdad, estos dos últimos años vi varios trabajos de Cage que me hacen mirar con desconfianza cada gacetilla de prensa que anticipa un film suyo. Esta, no es la excepción. Digamos que la idea de “Seeking justice” no es nueva. Las historias de vengadores por fuera de la ley vienen girando hace un tiempo en la industria, con dispar suerte. Hay algunos ejemplos dando vueltas sobre tipos que van por afuera del sistema, buscando reparar lo irreparable, y enfrentando a sus propios fantasmas… Pero no muchos... Sin embargo, no es una línea que haya generado productos memorables... A ver, son vehículos ideales para el lucimiento de actores taquilleros en propuestas que abundan en explosiones, violencia,… Veamos. Primero, debo decirles, no es un trabajo tan mediocre como los últimos que hemos visto de este actor. Los productores discutieron un poco el título (dicen que se llamaba “The hungry rabbit jumps”) y la estrenaron primero en Asia, desconfiados un poco de la fuerza del film y a la espera de buenas noticias que apoyen globalmente su difusión. Desconozco si a Cage le importa volver a hacer películas aceptables (artísticamente hablando), o su objetivo es sólo retomar la senda del éxito, al menos, en la taquilla. Si se que esta “Seeking justice” prometía reivindicación… Y no la trae. Es mejor que lo último que venía haciendo, pero no demasiado. Ya en la sala, lo primero que me dije es…”va a ser un film pleno de acción”… Y no. Roger Donalson, el director, es un cineasta que tiene buen ojo para el género así que eso era esperable de alguna manera…pero elige darle un registro… dramático? Se nota que el objetivo de “Fuera de la ley” (que no es lo mismo que “Buscando desesperadamente justicia”, traducción original) era mechar contenidas dosis de violencia con discurso moralista acerca de la validez o sustento de la venganza hecha por mano propia. Y condenarla. Estamos en New Orleans (con curiosas referencias al huracán que la asolara un tiempo atrás y que funciona como paralelismo para la historia que se presenta), donde Nick (Nicholas Cage) es un profesor de escuela, marido competente y feliz, casado con la bella Laura (January Jones). Ella ensaya en una orquesta y se prepara para un concierto. Todo va bien, hasta que el azar interviene y ese maravilloso universo se quiebra: su esposa una noche es violada y su mundo se derrumba. Pero no todo está perdido. Simon (Guy Pierce) cae en el hospital donde Laura está internada y le ofrece formar parte de…”los vengadores” (!) –perdón por la licencia, copyright con todos los derechos reservados!- Este grupete se encarga de impartir justicia y darle su merecido a los malos, claro, a cambio de una importante devolución de favores. Ya saben que opción tomará el desesperado Nick, el tema será ver que consecuencias eso acarrea para su vida. Podrá sostener semejante pacto cuando esta organización requiera de su trabajo? La película explora (o intenta) el dilema moral que significa impartir justicia sin estar preparado para ello. Sin dudas. Su tratamiento es convencional, las actuaciones son correctas pero sin mucho vuelo. Las secuencias de acción están bien resueltas aunque la deuda mayor del film es el abordaje de cómo va encadenando su debate moral. No es que me haya molestado (tengo mi propia impresión que no viene al caso), pero lo considero blando y a la luz del camino mostrado en el recorrido, no me terminó de cerrar. Si buscan algo pasatista, puede que "Fuera de la ley" les guste. No me aportó nada muy original ni nuevo, aunque está bien filmada y es un avance comparado con films anteriores de Cage. Quizás la próxima. PD: Conste en actas que no hablé del quincho del protagonista en ningún momento (a pesar de los constantes pedidos en twitter del tema!)
Entré a ver “Las Acacias” con mucha expectativa. Los premios obtenidos en Cannes (Cámara de Oro!), Biarritz, Londres, etc, presagiaban que llegaba el último estreno importante del año. Mis colegas hablan aún de esperar “El premio”, de Paula Marcovitch, para terminar de definir cuál será la película argentina del año (aunque sospecho que esta última ya queda para 2012). Ustedes, que nos siguen, saben que mi podio está conformado por: “De Caravana” (de Córdoba con amor), “El estudiante” y “Un amor”. Las tres, por diferentes razones que se han desarrollado en cada crítica, se han destacado claramente por sobre el resto de la producción local. Lo mismo sucede con esta Opera Prima de Pablo Giorgelli, un nombre que a la luz de los resultados, hay que seguir con suma atención y esto lo digo sin mirar su vidriera de logros. Mi primera impresión con “Las Acacias” era que era una cinta “festivalera”. Traducido a lenguaje corriente, ese tipo de películas que sólo le gustan a los críticos y que exploran lenguajes y puestas poco convencionales. Producciones que se instalan como íconos indiscutidos para cierta elite periodística y que terminan lejos del gran público. Los silencios que se dan en los primeros diez minutos de proyección me dieron esa errada impresión. Afortunadamente, lejos se encuentra Giorgelli de alinearse bajo esas ideas. Lo que al inicio descoloca e intriga al espectador (cómo se viaja 1500 km por vía terrestre casi sin hablarse con el acompañante, básicamente) luego se vuelve natural, crece, cobra vida propia y termina ganándose a cada corazón en la butaca. “Las Acacias” es una historia simple, directa, de gente humilde y luminosa que busca su destino. Dos seres (o tres, para ser exactos), a quienes la casualidad los convoca a un viaje, que empieza de manera hostil y que va modificando su desarrollo a medida que ellos se vinculan casi imperceptiblemente. Pocas veces ví un guión tan austero en palabras y tan rico en gestos y lenguaje corporal. La historia es la de un viaje. Un camionero silencioso, reservado y recio, Rubén (Germán Da Silva), recibe la orden de su patrón de llevar en su vehículo a una mujer, Jacinta (Hebe Duarte), de Asunción a Buenos Aires. Cuando ámbos se encuentran para emprenderlo, el conductor se sorprende al saber que su pasajera no viene sola, es madre soltera y lleva consigo a su bebé de 5 meses, Anahí. Los tres entonces iniciarán una relación de compañeros de trayecto que irá ofreciendo sutiles sorpresas a lo largo del recorrido hasta cerrar en un auténtico deleite visual y emotivo para los espectadores. El director (quien escribió el libreto junto a Salvador Roselli), compone en planos cortos, mueve su cámara con maestría y capta escenas de una inusitada belleza (en las que se luce la bebé Nayra Calle Mamani). Nada de esto se produce por azar. Se nota en “Las Acacias”, un gran trabajo a la hora de pensar cada cuadro y concretar su física (es notable la minuciosidad con la que cada parada se construye a lo largo del camino, por ejemplo), de manera que a pesar de que el film coquetea con el naturalismo corriente en el cine nacional, logra escaparse de esa etiqueta y tomar sólo lo que necesita para contar la historia… Sin caer en el sopor peligroso que siempre amenaza esta visión de cine. Ese es uno de sus grandes méritos, encuadra su historia con parquedad y silencio, pero nunca pierde el norte de lo que desea contar: un relato sobre paternidad, familia, soledad… y de cómo lo duro e impenetrable deja entrar la luz...la acción del destino como ariete que punza el cambio. Salí de la sala y me resonaban muchos símbolos que se juegan en la película, tantos… Que decidí volverla a ver pronto, desprendido de la sorpresa que me provocó y abierto a decodificar el universo que Pablo Giorgelli nos regala en esta cátedra de cine. “Las Acacias” es de esas películas que no todos eligen ver, pero que deberían hacerlo sin dudar. DC Argentina se jugó con su estreno en varias salas importantes y habrá que ver cómo responde el público a la convocatoria. Como dije al terminar la proyección, una película acorde a sus pergaminos, que no deberían perderse de ninguna manera.