El hecho de que el bisabuelo libanés de Grace haya llegado a Buenos Aires como uno de los tantos inmigrantes y luego se haya vuelto a su país para siempre tratando de cumplir una promesa a la edad de 60 años; mas unas cartas escritas por él desde su tierra natal, funciona en la bisnieta como un gran disparador para empezar a reconstruir la historia de ese costado de su familia. Comienzan las preguntas a la generación inmediata anterior y de allí en adelante, el recorrido del pasado en respuestas que dejan puntos grises, se transforma en una gesta para encontrarse con parte de su sangre y su esencia en el lugar donde todo comenzó...
Los pasos tras las huellas Los documentales en primera persona, en los que el protagonista indaga en su historia familiar, suelen ser atractivos y conmovedores. Beirut-Buenos Aires-Beirut, de Hernán Belón, lo es. Y, además, tiene interesantes pinceladas antropológicas. La trama se centra en Verónica Spinelli, una mujer que quiere averiguar por qué su bisabuelo, inmigrante libanés en la Argentina, regresó a su país tras haber enviudado y abandonó -medio siglo atrás, para siempre, sin dejar demasiados rastros- a sus hijos y nietos en Buenos Aires. La película, como muchas de las buenas ficciones, tiene, por lo tanto, un misterio y un viaje: el que emprende la protagonista, de raíces musulmanas, hacia su tierra ancestral, un sitio de atávicas confrontaciones sociales y religiosas. El relato está bien estructurado. Belón -director de la ficción El campo y de los documentales El tango de mi vida y Sofía cumple 100 años- dosifica con acierto la información y refuerza las incógnitas. En la primera parte, vemos a Spinelli traduciendo cartas de su bisabuelo e interactuando con su familia, en especial con su abuela, la mujer que vio desaparecer a su padre con una mezcla de incredulidad, angustia y asombro. En la segunda parte, cuando la protagonista ya está en el Líbano, tratando de averiguar qué familiares tiene allá, y si es cierta la mitología de que su bisabuelo volvió a Beirut para casarse con una novia de la juventud, comienzan algunas peripecias. La zona en la que vivió su bisabuelo durante sus últimos años es de difícil acceso. Al punto de que ella llega a preguntarse si tuvo sentido haber emprendido la travesía geográfica y sentimental. Mientras Verónica va haciendo descubrimientos socioculturales, en camino hacia los personales, la cámara de Belón procura dejarla sola, hacerse invisible. Conviene no revelar detalles. Lo mejor es seguir las imágenes de Belón y la voz en off de Spinelli, en su intento por cerrar una historia que involucra a varias generaciones. Un leve reparo: en ciertas secuencias ella parece demasiado consciente de que está frente a una cámara. Spinelli es actriz: apenas un dato, no un prejuicio; tampoco la aseveración de que se entregue a un módico histrionismo. Al final, es inevitable pensar, con emoción, en las heridas y cicatrices migratorias. Y en que el planteo de un enigma es, casi siempre, más grande que su resolución. Aunque esa resolución resulte balsámica, necesaria.
Mapa de la identidad familiar Beirut - Buenos Aires - Beirut (2011), nueva incursión en el cine documental del prolífico Hernán Belón (El campo, 2011) es, más allá de la historia de una mujer que decide ir al Líbano en busca del pasado familiar, la crónica en primera persona de un viaje a un país en un conflicto permanente, donde entran en juego la cultura, la sociedad, el paisaje urbano y la guerra. Grace (Verónica Spinelli), como la llama su familia, descubre que su bisabuelo no murió en Argentina cómo siempre había creído, sino que regresó al Líbano, su país de origen, abandonando a toda su familia. Tal vez, por curiosidad o para cerrar una historia inconclusa parte hacia Beirut en un viaje iniciático buscando a la otra familia. Historias de una misma sangre atravesada por otra cultura, otros rituales y una guerra. Hernán Belón estructura el documental de la misma forma que el título que la da nombre. En una primera parte nos introduce, a través de unas cartas encontradas, en la vida del hombre que decidió volver a Beirut y dejar todo en Buenos Aires, donde abandonó a su familia, incluso a su hija, hoy la abuela de Grace y encargada de trasmitir la historia a las nuevas generaciones. Ni ella ni sus hijos pudieron ir al Líbano a cerrar el pasado, que recien cicatrizará cuando Grace decida volver. Pero inteligentemente no sólo encuadra el relato en el conflicto familiar, sino que aprovecha el contexto para, en una segunda línea de acción, trazar un mapa sobre ambas ciudades. Beirut y Buenos Aires son tan diferentes como ambas familias. Dos civilizaciones atravesadas por diferentes geografías, culturas, creencias y una guerra mostrada en un fuera de campo permanente, pero que puede olerse en la atmósfera que cruza cada una de las secuencias de ese viaje. Road movie documental atravesada por una historia familiar, es la apuesta de este director cuya obra está centrada en los vínculos y los conflictos que estos generan, tanto en las nuevas cómo en las viejas generaciones. De la misma manera que en Sofía, cumple 100 años (2009), Belón aprovecha el pasado para, desde el presente, fundir lo joven y lo viejo en un mismo círculo y trazar un mapa de la identidad familiar.
Un viaje de ida (y vuelta) Los documentales familiares y, más precisamente, aquellos que bucean en las raíces ancestrales (sobre todo, de los in/emigrantes que abandonaron sus países en busca de una nueva vida) son de los más transitados y, por lo tanto, de los que mayores riesgos tienen de caer en las “fórmulas”. En este sentido, Hernán Belón (que ya había incursionado en este universo con la querible Sofía cumple 100 años y también en la ficción con la más que atendible El campo) aplica un esquema bastante clásico y logra sortear buena parte de los lugares comunes previsibles. Aunque no todos los recursos son igual de eficaces (la voz en off por momentos luce calculada y artificial, la música -que no es nada mala, al contrario- está utilizada de manera algo efectista y hay puestas de cámara demasiado “ficcionales”), Belón ratifica que es un sólido narrador y, así, el espectador sigue de cerca y con interés el derrotero personal de Grace Spinelli, una atractiva mujer de origen libanés que -cual detective- investiga (y desvela) la historia de su bisabuelo Mohammed, un hombre que -luego de haber formado una familia en la Argentina- regresó a su país natal y armó una nueva vida allí hasta morir a los casi 100 años. La primera parte describe la dinámica de la familia local de Grace (un entorno dominado por las mujeres y, también, por lo que no se dice respecto de un pasado para ellas bastante doloroso por el abandono) y, en la segunda, se narra el viaje que ella hace hasta el pueblo de Mohammed en la aún convulsionada (por la guerra civil) zona de El Líbano. El film está bien construido y alcanza varios momentos de genuina intensidad (en otros, se notan demasiado los “hilos” que sostienen el armado narrativo). De todas maneras, se trata de otro dignísimo trabajo de ese director prolífico y multifacético como Hernán Belón.
Un gratificante encuentro familiar El filme forma parte de ese enorme caudal de inmigrantes que alguna vez llegaron a la Argentina y cuyos descendientes que viven en nuestro país, quizás, no intentaron nunca conocer las raíces de su familia. El documental del argentino Hernán Belón, tiene por protagonista a Grace Spinelli (también coautora del guión), de origen libanés, quien a partir de varias cartas que encuentra en la casa de su tía abuela, decide rastrear el origen de su bisabuelo Mohammed. Este, a los sesenta años, luego de vivir en Buenos Aires por varias décadas, volvió a Kfar Kila, el pueblo en el que nació, ubicado a varios kilómetros de la ciudad de Beirut, en el Líbano. "Beirut-Buenos Aires-Beirut" abre y cierra un círculo en el que Grace Spinelli comienza a averiguar datos de su bisabuelo, desde que llegó a la Argentina, hasta que murió en Kfar Kila, en cuya tumba, ubicada en el cementerio local, ella leerá "El Havy Mohammed Musa Haitan, de Kfar Kila murió el 9 de junio de 1980". La cámara de Hernán Belón sigue los entusiasmados pasos de Grace, con la intención de averiguar si en el pueblo en el que nació su bisabuelo aún se encuentran familiares que puedan hablar de él, de lo que ocurrió en los últimos años. CARTAS EMOTIVAS Previo a su viaje a Beirut, en Líbano, Grace hizo traducir las cartas que tenía y a partir de eso descubrió a un hombre de una gran sensibilidad y de profundos afectos hacia su familia. Esas mismas lecturas la impulsan a seguir adelante y emprender ese viaje de redescubrimiento de sus ancestros, con la intención de conocer a los familiares que estuvieran en Líbano. La llegada de Grace primero a Beirut y luego a Kfar Kila, la hizo descubrir a la mujer otro mundo. En Beirut vio no sólo las casas destruidas por las guerra, también notó la intensa separación que hay entre cristianos y musulmanes. Días después cuando logra que un hombre que habla inglés la lleve al pueblo de su bisabuelo, la cara de Grace se ilumina al ser recibida tan calurosamente por familiares y amigos que conocieron a Mohammed. "Beirut-Buenos Aires-Beirut" forma parte de ese enorme caudal de inmigrantes que alguna vez llegaron a la Argentina y cuyos descendientes que viven en nuestro país, quizás, no intentaron nunca conocer las raíces de su familia.
Un conmovedor documental en el que la protagonista y productora cuenta su propia historia: el reencuentro con la familia de su bisabuelo, en una aldea del Líbano. Realizado por Heran Belón, con ternura y emoción se reconstruyen secretos sepultados y se cumple con un mandato familiar.
Tras las huellas de un bisabuelo enamoradizo Se estrena al fin este buen documental, fluido registro de una búsqueda, tres viajes y un encuentro. La búsqueda es sobre la verdadera historia del bisabuelo inmigrante. Grace Spinelli creía saberla, hasta que su tía abuela le contó la verdad: don Mohamed no murió en Argentina sino que dejó acá abandonada la familia y se mandó mudar, en busca de su novia de juventud. Los viajes son los del bisabuelo, inmigrante y emigrante, y de la bisnieta, que no para hasta llegar a la propia aldea libanesa donde empezó todo. Ahí tiene lugar el encuentro, o mejor dicho los encuentros, de ella con sus primos ignorados, y de uno de ellos, no diremos con qué, pero ese sí que es un encuentro inesperado, hermoso, que arranca lágrimas de emoción del modo más limpio y sencillo que alguien pueda conocer. Para llegar a ese momento, Grace hace todo un recorrido, empezando por conseguir un traductor para el manojo de cartas en árabe que estaban en casa de aquella abuela, y nadie, en años, había querido abrir y leer. Ahora, medio siglo después, una misteriosa madeja empezaba a verse y desenredarse. Y luego, el viaje. Argentinos a un Líbano con heridas de guerra, con gente pícara, desconfiada, o noble y amistosa, con caminos desconocidos y derechos de tránsito, hasta llegar a la aldea donde nació y volvió aquel hijo pródigo, para colmo una aldea en el borde mismo con Israel, detalle que tampoco facilitaba el tránsito. Y así y todo, ahí estaban esperándolos las cosas más hermosas, los cierres más precisos para su historia. La película es de Grace Spinelli, que pone la idea, la investigación, el texto, el cuerpo, la gracia y el entusiasmo para hacernos viajar junto a ella por lugares remotos y ancestrales, y de Hernán Belón, que pone su oficio, dedicación y buena mano para el documental. Esto ya lo había demostrado en el biográfico "Sofía cumple 100 años", en esa joyita que es "El tango de mi vida", emotivo seguimiento de un concurso de aficionados, y en varios otros trabajos, pero éste que ahora vemos tiene además el atractivo de la aventura, y la suerte de estar con la cámara encendida en el momento y el lugar exactos. Vale la pena.
En una filmografía que ya lleva más de 15 años entre cortos y largometrajes documentales Hernán Belón demostró capacidad para llevar adelante historias de las más variadas y hacerlo desde ángulos bien disímiles. Lo conocimos en 1997 con uno de los mejores cortos de "Historias Breves II", "Aluap", filmó el entrañable documental "Sofía cumple 100 años", y en 2011 estrenó su primer largo de ficción la intrigante y subvalorada "El campo". Ahora, vuelve a pegar otro giro en su carrera y nos entrega un documental personal, de cámara casi inexistente, en medio de un relato que bien puede inspirar a la mejor de las ficciones, se trata de Beirut-Buenos Aires-Beirut, otra muestra más de su amplio talento. La protagonista (porque lo que se cuenta es una historia) es Grace Spinelli (un rostro que talvez nos resulte conocido de una publicidad de crema antiarrugas en la cual prestaba su testimonio), una actriz de ascendencia libanesa que también oficia como guionista y productora. Su tía abuela le entrega unas cartas escritas en árabe que nunca antes fueron revisadas; se trata de correspondencia perteneciente a su bisabuelo Mohammed, y con estas le devela una parte de su historia familiar, él no murió en argentina, país al que emigró, sino que en sus últimos años abandonó a su familia regresando al Líbano. Con este descubrimiento, Grace comienza una investigación develando el contenido de las cartas (muchas de ellas de una sobrina de Mohammed que le recrimina el nunca haber vuelto a su tierra) y recorriendo gran parte de la historia familiar, hasta que la investigación termina en un viaje a ese país para ahí conocer sus verdaderos orígenes. Como si fuese un relato ficcionado, Belón y Spinelli construyen un documental que bien podría dividirse en dos partes. En un primer tramo, es ella yendo a averiguar datos y preguntando a varios miembros de su familia (en su mayoría mujeres, la familia parece tener una pesada herencia de abandonos paternos); esta parte resulta realmente muy querible y podría asemejarse a Sofía cumple 100 años, sobre todo por la presencia de la anciana a la que se muestra con total ternura (el episodio del cumpleaños es de una naturalidad sublime), sin embargo todo el tiempo pareciera faltar una parte del rompecabezas, una parte de la historia sin contar.Para llenar esa ausencia (de la historia familiar no del film), en el segundo tramo, Grace viaja al Líbano, a una zona de la Ciudad de Beirut sumida por el conflicto con Israel en donde su bisabuelo vivia y regreso, y en donde espera encontrar a Carime (la sobrina de su bisabuelo) o algún otro descendiente. Ahí el clima cambia, el foco seguirá estando en sus orígenes pero también veremos los efectos de una zona devastada. Grace tendrá varios guías en su viaje y todos le advierten de la peligrosidad, muchas de las personas a las que visite le prestarán su opinión sobre la situación del país, y realmente se vuelve tan interesante como desgarrador. En un momento, al espectador ya no le importará tanto el destino de Mohammed, lo que vemos se volverá algo más global, es la historia de personas que emigraron a un país más prometedor, pero que nunca pudieron sentir como propio, y al regresar se tuvieron que enfrentar a un dolor distinto y más profundo. Belón decide dejar que las situaciones fluyan, a diferencia de otros documentalistas, su presencia no se siente en absoluto, y ese es su gran acierto, el naturalismo, la simpleza, la honestidad que se expresa en la pantalla no hubiese sido posible con una cámara invasora. Bellamente fotografiada y musicalizada, "Beirut-Buenos Aires-Beirut" es un documental cambiante pero que siempre mantiene el buen ritmo del interés. Una buena oferta para descubrir más sobre un costado de la historia poco revisado por nuestro país.
Las razones de un regreso Este documental de investigación del pasado familiar acompaña a una argentina en busca de sus raíces en el Líbano, pero esa necesidad no llega a trasladarse cabalmente al espectador por las vacilaciones del film en enfocar su tema. A veces la producción cinematográfica funciona como por contagio. Uno de esos contagios generó, desde fines del siglo pasado, una verdadera eclosión de documentales cuyo tema es la propia familia del realizador. Una vertiente particular de ese rubro, que inevitablemente linda con el thriller o el policial, es la de la investigación del pasado familiar a cargo de uno de sus descendientes. La vertiente, que reconoce en Los rubios (2003) y en M (2007) una variante política, tuvo altos exponentes en films como Familia tipo (C. Priego, 2009), la paraguaya Cuchillo de palo (R. Costa, 2010) y la española Pepe, el andaluz (que acaba de exhibirse en la sala Lugones). Así como la notable Huellas, del argentino Miguel Colombo, de próximo estreno. En el caso de Beirut-Buenos Aires-Beirut, la investigación la emprende una argentina de origen libanés, que viaja a tierra de sus mayores para desentrañar las razones del regreso definitivo de su bi-sabuelo materno a su país de origen, medio siglo atrás, abandonando aquí a toda su familia. Dividida en dos mitades –una primera investigación, sobre todo de cartas selladas, de la bisnieta en Buenos Aires; el traslado posterior al recóndito pueblito de Kfar Kela, junto a la frontera israelí–, la película está protagonizada, coescrita y coproducida por Grace Spinelli, que dejó la dirección en manos de Hernán Belón (realizador del documental Sofía cumple 100 años y el muy logrado film de ficción El campo). Dos elementos traccionan esta clase de películas: el deseo del protagonista por echar luz sobre el secreto familiar y la transmisión de ese deseo al espectador, de modo que éste pueda sentirse involucrado. Se siente la ausencia de ambos motores en Beirut-Buenos Aires-Beirut. Que el bisabuelo haya abandonado a su esposa y cuatro hijos, de un día para otro y sin dar razones, es sin duda un secreto digno de investigarse. Pero –un poco por un problema “de actuación” de la protagonista, otro poco por indecisiones narrativas y de puesta en escena– esa necesidad no llega a transmitirse de modo cabal al espectador. La película de Belón tiende a hacer primar la emotividad (sobre todo en los encuentros con la abuela, última hija sobreviviente del que partió) por sobre el sentido de lo siniestro, que no aparece ni elípticamente. Es una cuestión de verosimilitud: si bien hay razones para hacerlo, la necesidad de la nieta no llega a percibirse, poniendo el viaje al borde del turismo étnico-familiar (ni qué hablar de la presencia de Hezbolá en la zona, aludida como si fuera un tema más). Al encontrar en Kfar Kela a quienes conocieron al bisabuelo o a descendientes de la mujer junto a la que aquél terminó sus días (su primera novia: hay toda una love story allí en la que tampoco se profundiza), la protagonista se deja ganar por la emoción. Pero al espectador ese llanto puede llegar a resultarle ajeno (obsceno, por lo tanto), por las vacilaciones del film en focalizar sobre su tema y comunicarlo con precisión.
Tratar de hallar el origen de los ancestros es una tarea nada fácil que ronda en la cabeza de muchos. Entre estos está Grace Spinelli, una actriz que imaginó contar la historia de su bisabuelo. De la mano del director Hernán Belón nació este documental tan cálido como emotivo que refleja la manera en que esa mujer de origen libanés que reside en Buenos Aires decide hacer un viaje hacia el pasado. Un día su tía abuela le confía un secreto: Mohammed, su bisabuelo, no murió en la Argentina, sino que volvió al Líbano dejando abandonada a la familia que había formado aquí. La tía abuela entrega a Grace una caja con cartas escritas en árabe que nunca nadie leyó y así ella comienza su investigación que logrará, luego de cincuenta años y a pesar de la distancia, las guerras y el silencio, que dos familias vuelvan a encontrarse. Documental sin duda atípico, Beirut-Buenos Aires-Beirut no tarda en convertirse en un llamado a los recuerdos más entrañables de una mujer apasionada por ese bisabuelo que, lentamente, va tomando cuerpo a través de sabrosos diálogos, de amarillentas hojas de cartas y de una escenografía tan bella como extraña para los ojos de los visitantes. Una adecuada música y una excelente fotografía apoyan este entramado que habla con emoción de la necesidad de volver la mirada hacia atrás para recrear algún secreto familiar que, como en este caso, tiene su eje en los orígenes y en la inmigración.
Todo gira en torno a Grace Spinelli (37), una mujer de origen libanés que vive en Buenos Aires. Todo comienza cuando su tía abuela le confía un secreto: Mohammed Ali Musa Haitan, el bisabuelo materno de Grace, no murió en Argentina sino que volvió al Líbano, dejando abandonada a la familia que había formado aquí y falleció el 9 de junio de 1980 . Esta le entrega una caja con cartas escritas en árabe que nunca nadie leyó y fotos. Es cuando a Grace se le movilizan una serie de sentimientos internos y comienza a investigar como fue la vida de su bisabuelo, desea conocer sus orígenes y siempre sintió cierto cosquilleo al escuchar o ver algo relacionado con los musulmanes. Nos vamos interiorizando sobre la vida de esta familia entre cartas añejas, hojas deterioradas por los años, fotos y una historia que también puede pertenecer a otras generaciones, y a ella la vida le otorga la posibilidad de armar parte de la vida de tantos inmigrantes. Como las cartas se encuentran escritas en árabe recurre a una persona que se las lea, este vive en la zona de Flores, cuando escucha las palabras que dejo escritas su bisabuelo, Grace no para de emocionarse. Este le confiesa que desea algún día con volver, tanto es así que nunca ambicionó comprar propiedades para que nada lo ate aquí porque siempre piensa en volver a su tierra y morir allí quizás como lo hizo el bisabuelo de Grace. Ella descubre que su bisabuelo siempre fue bastante movedizo, y ahora ella siente la necesidad de reconstruir la vida de él, y su infancia en Cafarquela, un pequeño pueblo musulmán del sur del Líbano. Como fue su llegada a Buenos Aires, y su vida en Argentina como inmigrante. Parece que Grace es tan inquieta como Mohammed porque logra viajar a estas tierras lejanas y lograr el sueño de su abuela. Una vez allí intentará reencontrarse con su otra familia, conocer más la vida de su bisabuelo y estar con sus parientes. Tiene la oportunidad de conocer a la sobrina de su bisabuelo, Carime, y otros que no conoce e ir a la tumba de sus familiares dejando una palabra y una flor. Algunos de sus parientes han muerto durante la guerra civil que estalló en el Líbano en 1976 y duró unos 16 años Es emociónate ver como los amigos, conocidos y familiares reciben a Grace que viene desde Argentina (un lugar que acuno a distintos inmigrantes), varios años de desconocimiento por ambas partes los separo y también varios Kilómetros de distancia, pero la vida da segundas oportunidades para restablecer los vínculos perdidos. El guión se encuentra a cargo de Belón ("Sofía, cumple 100 años" en 2009), y Spinelli (actriz, en teatro “Yo estaba en mi casa y esperaba que llegara la lluvia”), ellos juntos construyen este documental, bien narrado lleno de ternura y emoción desde la mirada de su protagonista. Si conoces alguna historia similar a esta o quizás vos mismo la protagonizaste no podes dejar de vibrar con esta, debido a su inteligente narración, mantiene el ritmo, tiene tensión, se entremezclan imágenes de la época, va creando buenos climas, rodeado de un bello paisaje y una buena banda sonara. Abusa un poco de la voz en off y en algún punto es previsible.