“Intolerancia expuesta” La nueva comedia chilena escrita por Guillermo Amoedo y dirigida por Gabriela Sobarzo, se adentra en una historia de cambios dentro de un grupo de amigos y demuestra que los prejuicios aún no han desaparecido del todo. Cosas de Hombres (2020) sigue un momento inesperado en la historia de tres amigos inseparables de Santiago de Chile. La amistad de los protagonistas se encuentra cargada de momentos en común: partidos semanales, conversaciones en bares y otras rutinas tradicionales que se verán sacudidas cuando uno de ellos decida dar un gran paso. A sus 50 años, Santiago (Boris Quercia) confiesa que es gay y se encuentra con dos reacciones completamente opuestas. Eduardo (Pablo Zuñiga) le demostrará su apoyo incondicional, mientras que Raúl (Marcial Tagle) comenzará a sacar aún más a la luz sus prejuicios que ya podían apreciarse previo a tal acontecimiento. El amigo intentará convencer a Santiago de que toda su confesión, proviene de una simple confusión y buscará revertir sus “ideas” reforzando todos los elementos conservadores de masculinidad. La comedia de Sobarzo, tiene algunos momentos de risas y otros que apelan a otras emociones. En una historia simple e individual, se transmiten ciertos conceptos preestablecidos dentro de la sociedad chilena y mundial, que aunque parecieran estar disipados, continúan atravesando, interviniendo y lastimando vínculos y personas. "El film busca una mirada risueña más amplia del duelo, dónde un hombre deberá afrontarse y desterrar finalmente a sus propios prejuicios, para poder crecer como persona junto a sus amigos." Calificación: 7/10
Tu problema es mi problema Comedia chilena dirigida por Gabriela Sobarzo en la que prejuicios, emociones y el significado de la amistad, se ponen en juego. Una batalla interna y un camino hacia la aceptación de la identidad de los demás. En Cosas de hombres (2020) tres amigos inseparables llevan una larga y feliz vida juntos, hasta que Santiago (Boris Quercia) decide a sus 50 años confesar que es gay. El cambio que esto trae a sus vidas lleva a Raúl (Marcial Tagle), a intentar por todos los medios, convencer a su amigo de que solo pasa por un momento de gran confusión sexual, que no puede ser gay. Eduardo (Pablo Zuñiga) será el conciliador del grupo que intentará convencer a Raúl de que deje sus prejuicios y decida acompañar a Santiago en su nueva vida. Juntos descubrirán que esta amistad funciona mejor de a tres. La historia se desarrolla en un contexto de lujo y glamour, autos de alta gama, negocios con China y la mirada puesta en Europa, transmitiendo así una atmósfera superficial, en donde no hay lugar para problemas económicos. Gracias a un guion astuto a cargo de Guillermo Amoedo, se genera credibilidad y empatía cuando acompañamos al protagonista en un proceso que consta de etapas. Hay cierta critica a la sociedad en varios aspectos y no sólo al machismo en general. Sin dudas, lo mejor de este film es la construcción de cada personaje entre los cuales se destaca la ortodoxa psiquiatra, que interpreta Carolina Paulsen, que funciona de equilibrio y catalizador de la trama. El consultorio, los colores, la disposición de los muebles, la utilería, es el mejor escenario y espacio que nos sostiene a todos. Esta comedia cumple con el objetivo de hacernos reír, y también increpa a todo aquel que tome una posición cerrada frente a la homosexualidad. Funcionando como espejo y excusa, el "problema del otro", para solucionar el nuestro.
En tiempos de crisis, nada más oportuno que estrenar una comedia. Cosas de hombres, ópera prima de Gabriela Sobarzo, resultó ser la película más vista en el cine chileno dirigida por una mujer. La historia narra la relación de tres amigos cincuentones: Raúl (Marcial Tagle); Santiago (Boris Quercia) y Eduardo (Pablo Zuñiga), que ven tambalear su amistad, cuando Santiago, les confiesa que es gay. Ante la sorpresa, la homofobia de Raúl, le impide no pensar en otra cosa más, que convencer a su amigo que esta equivocado y confundido. Para eso, llevará a cabo diversas estrategias, entre ellas, ir a terapia, para superar el trauma que le provoca. Eduardo, mucho más abierto a la idea, tratará de ser conciliador y alejarlo de los prejuicios, apostando a la amistad que los une. Desde el guion, se exponen los tópicos y las convenciones establecidas socialmente para cada género, principalmente para el masculino, con la intención de abordar cómo actúan y qué piensan los hombres de sí mismos. La mirada de la realizadora, pone el foco sobre la postura conservadora del hombre chileno, sobre todo en el personaje de Raúl (y no los deja muy bien parados). Por otro lado, las mujeres que participan como esposas de dos de ellos, también cargan con prejuicios; pero a diferencia de ellos, son las que tienen la última palabra, como la terapeuta, que lejos está de representar el sexo débil. A lo largo de un relato dinámico, con buenas actuaciones y con un tema muy ajustado a los tiempos que corren, Cosas de hombres habla sobre los procesos de adaptación y cambios que debe hacer una generación, crecida bajo la represión y la estructura de ciertos modelos. Esa formación, los lleva a subrayar los conceptos “romper el molde” o “salir de closet”, que se vuelven tan redundantes, como liberadores. Bajo la premisa “Las relaciones siempre funcionan mejor de a tres”, queda abierto el juego a cierta permisividad sobre el deseo; un deseo, que los personajes comienzan a escuchar y respetar con más libertad. El mensaje, puede leerse cercano al poliamor, o sólo en virtud de la gran amistad que une al trío de amigos. El éxito del estreno en la cartelera chilena, no estuvo alejado de una polémica en torno al origen de película, al estar basada en la remake de “Hazlo como hombre” de Nicolás López, quien fuera acusado de abuso sexual. La red de actrices chilenas, denunció el hecho aludiendo a la impunidad de los abusadores en su país, y que no se necesita una película ideada por López; lo que se necesita es justicia, y apoyar a las víctimas de violencia de género. Una acusación, que generó el debido descargo de su realizadora. A pesar del hecho, su exhibición en más de 60 salas y la cantidad de espectadores que alcanzó, no opacaron el debut, ni la empatía que despertó. Cosas de hombres como expresa la canción final “Así soy yo” de Nick Boet, resulta una comedia liviana, sobre las relaciones, la aceptación del otro, los vínculos y la amistad, por sobre todo. COSAS DE HOMBRES Cosas de Hombres. Chile, 2020. Dirección: Gabriela Sobarzo. Guion: Guillermo Amoedo. Intérpretes: Marcial Tagle, Boris Quercia, Pablo Zuñiga, Paz Bascuñan, Mirella Granucci, Carolina Paulsen, Felipe Braun, Ariel Levy. Director de Fotografía: Antonio Quercia. Montaje: Diego Macho Gómez. Música: Manuel Riveiro. Directora de Arte: Marichi Palacios. Diseño de Sonido: Molina. Duración: 101 minutos.
“Cosa de Hombres” de Gabriela Sobarzo. Crítica. Una comedia sobre conservadores y prejuiciosos. En la plataforma iTunesy Google Play se estrena el jueves 11 de junio la comedia chilena, remake de la exitosa película mexicana de 2017 “Hazlo como hombre”, dirigida por Nicolás López. Por Bruno Calabrese. Un trío de amigos entre en conflicto cuando uno de ellos decide salir del clóset. Raúl (Marcial Tagle), un homofóbico, se niega a aceptar la nueva vida de Santiago (Boris Quercia), por lo que será Eduardo (Pablo Zúñiga) quien adoptará el rol conciliador para acabar con los prejuicios y mantener viva la amistad. En tono de comedia el film se atreve a tomar la homosexualidad en un entorno totalmente heterosexual, rodeado de una fuerte homofobia y sale airoso, sin caer en la burla ni faltar el respeto. Usa y abusa de ciertos clichés y lugares comunes para retratar a ciertos personajes, sobre todo el de Raúl y sus reacciones o el caricaturesco personaje de Nati, la ex esposa de Santiago. Pero logra salir de los estereotipos que suelen darse a los personajes gays en la mayoría de las comedias; sin caer en excesos dramáticos, Boris Quercia compone a Santiago de forma efectiva, que funciona como crítica dentro de un contexto intolerante y poco incluyente. Otro de los componentes para reflejar las dinámicas de los amigos es el universo del fútbol. El fanatismo de los tres por un club y la práctica activa del mismo de manera amateur aparece como un cuarto protagonista. Con sus rituales característicos del deporte, donde los cuerpos chocan y los abrazos se suceden de manera sistemática ante cada gol, un espacio donde los hombres comparten duchas desnudos se verá radicalmente modificado cuando aparece la confesión de Santiago sobre su homosexualidad. Siempre presentado con una buena dosis de humor, algunas veces sostenido en chistes fáciles como el jabón que se cae en la ducha o intentar que su amigo inicie una terapia para “curar su homosexualidad”, pero de manera graciosa y efectiva. Sin ser pretenciosa, “Cosa de Hombres” es una comedia que se ríe de los prejuicios y el doble standard. Habla de la tolerancia, del respeto a las diferencias, de qué pasa cuando un sector intenta imponer su mirada por sobre la mirada de los demás, siempre con el humor como herramienta principal. Puntaje: 70/100. Actuación Arte Fotografìa Guión Música Una comedia que se ríe de los prejuicios y el doble standard. Habla de la tolerancia, del respeto a las diferencias, de qué pasa cuando un sector intenta imponer su mirada por sobre la mirada de los demás, siempre con el humor como herramienta principal. User Rating: No Ratings Yet !
La propuesta tuvo el mejor debut para una realizadora femenina del otro lado de la cordillera. Una fórmula efectiva, actores populares, humor, que viabilizó uno de los éxitos del reciente cine chileno apoyándose en trazos gruesos, humor negro y, principalmente, un tufillo a viejo que atrasa, principalmente en cuestiones asociadas a conquistas de género en todos los sentidos. Su premisa de “hay que cambiar al gay”, y expresiones machistas como “las mujeres hoy en día están demasiado empoderadas y eso es peligroso”, “quiero curarlo, quiero que vuelva a ser normal” atraviesan el relato sin terminar de despertar, siquiera, una sonrisa.
La comedia chilena Cosas de hombres nace de la usina de Nicolás López, director de la versión mexicana Hazlo como hombre (2017) y también de varios éxitos en Chile como Sin filtro (2016) y No estoy loca (2018). Todo ese universo parte de la misma premisa, poner en escena prejuicios culturales e imaginarios sociales desde el prisma de la sátira de costumbres. Pero las películas de López, sin demasiadas aspiraciones más allá que un relativo efectismo cómico y una buena recaudación, no consiguen ejercer ninguna crítica social. Esta remake, dirigida por Gabriela Sobarzo y en sintonía con la idiosincrasia chilena, se mueve en el mismo terreno. La historia de la salida del clóset de Santi ( Boris Quercia ), seguida por las reacciones homofóbicas de su mejor amigo Raúl ( Marcial Tagle ), acumula en su primera parte chistes previsibles sobre jabones en la ducha, terapias religiosas y un abanico de gags anacrónicos y sexistas. En su segunda parte intenta una tímida deconstrucción -que no le llega nunca al personaje de la esposa, cuya reacción ante la confesión de su marido es espeluznante-, sin riqueza dramática, apoyada en personajes que ni siquiera ofrecen en su caricatura una observación corrosiva. Más allá de las severas impugnaciones asociadas a la figura de López -acusado de abuso sexual en Chile, lo que originó resistencias al estreno de la película en Santiago-, Cosas de hombres no consigue demasiados méritos propios. La dirección de Sobarzo apenas maniobra con un material muy limitado desde su concepción, que confina el humor a un ejercicio de repetición de fórmulas ya vencidas.
Cuando conectas finalmente con quien eres en realidad, las cosas nunca terminan siendo fáciles, pero aceptar todo lo que está pasando, es avanzar. «Cosas de Hombres» es de los productores de «Sin Filtro» y «No Estoy Loca» y está protagonizada por Marcial Tagle, Paz Bascuñán, Boris Quercia, Pablo Zúñiga, Felipe Braun y Mirella Granucci. Con el debut en la dirección de Gabriela Sobarzo Mierzo, es el remake de la exitosa película mexicana «Hazlo como hombre». Una comedia chilena divertida con un poco de drama que expone la amistad masculina y los prejuicios que surgen en ese mundo. Tres amigos inseparables llevan una larga vida juntos, hasta que Santiago (Boris Quercia) decide a sus 50 años confesar que es gay. El cambio drástico que tendrá lugar en sus vidas, sus amigos que reaccionan de distintas formas hasta descubrir que su amistad va más allá de cualquier preferencia sexual, son algunas de las temáticas que trata este film. Santiago comienza a cuestionarse su vida, su matrimonio, evidenciando malestar, pero nadie supone la verdad. Luego de colocar en eje sus sentimientos y sincerarse asumiéndose como gay, sus vínculos personales comienzan a verse envueltos en una rueda de conflictos que terminan desmoronándose. Sus amigos son Raúl (Marcial Tagle), que solo lo ve como un tránsito pasajero, Luciana (Mirella Granucci), esposa de Raúl que intenta que deje los prejuicios de lado, Eduardo (Pablo Zúñiga) de total mente abierta que acepta la elección, la mujer de Santiago, Nati (Paz Bascuñán), quien al enterarse toma casi una postura binaria con tal de recuperar al hombre de su vida. La cinta es un viaje que pone en escena los prejuicios cotidianos sobre las elecciones sexuales, los conceptos de la «masculinidad» entre aquel que, con una lealtad bordea la ceguera e insensatez cuestionando de forma ilógica lo que debería ser el «macho alfa», y sobre lo que se considera normal, expone al hombre machista como un negador rotundo a los cambios y su transición a la tolerancia sobre un tema que debe naturalizarse. Una historia clásica, junto a una fotografía que va en consonancia, llena de matices, con un guion prudente que sabe dar golpes de gracia, plagado de humor ameno sin ser agresivo en cuanto a la temática, con algunos toques de drama que llevan a la reflexión. Tiene una buena construcción de los personajes, entre los cuales se destaca la ortodoxa psiquiatra (Carolina Paulsen), que funciona de equilibrio y motor de la trama, enriqueciendo al papel de Tagle. La narración lleva un proceso que consta de etapas no solo de aprendizaje para el propio protagonista, sino también a su entorno, en cuanto a la empatía y aceptación del otro sea la elección que sea que tome para su vida. «Es una comedia extremadamente actual que se ríe de los prejuicios y el doble standard chileno». En síntesis, «Cosas de hombres» es una comedia muy atractiva sobre la amistad masculina y los ridículos prejuicios que retrata el tradicionalista «código de machos», la supuesta normalidad. Por otro lado, celebra el concepto de la amistad, el respeto, la comprensión y el amor, un hilo conductor de toda relación humana que hace uno conecte con lo verdaderamente importante al final de cuentas.
Ópera prima chilena de Gabriela Sobarzo, estreno VOD en Google y iTunes. Raúl (Marcial Tagle), Santiago (Boris Quercia) y Eduardo (Pablo Zúñiga) son amigos de toda la vida hasta que Santiago decide contarles que se autopercibe como gay. Raúl, cisgénero heterosexual, se niega a aceptarlo y tratará de convencer a su amigo de que sólo está “confundido” y que él puede ayudar a “mejorarlo”. Eduardo será el conciliador del grupo que intentará convencer a Raúl de que deje sus prejuicios y decida acompañar a Santiago en su nueva vida. El film comienza con una pequeña secuencia de travellings que recorren fotografías dispuestas en portarretratos, finalizando con la de tres amigos, con camisetas de fútbol, abrazados. Acto seguido, estos mismos personajes de la foto están sentados en un sillón mirando un partido de fútbol en un living mientras que, en montaje paralelo, dos mujeres hablan sobre sexo en una de las habitaciones de la casa. En ambas escenas, el tono de los diálogos y personajes se plantea desde una mirada “cómica” y estereotipada por sobre las temáticas de género y sexualidad. La continuidad del film es un poco de lo mismo, un juego de contrarios dentro de un marco binario, chistes fáciles que, más que risa, dejan marcas incómodas. Puede que Chile tenga su “no sé qué”, poco amable, en cuestiones de género pero, créanme, este film es inaceptable desde donde se lo mire, y no sólo desde la temática, o la preocupación que siento de que una mujer elija dirigir su primer film, su ópera prima, con este tipo de historias patriarcales, sino desde la realización cinematográfica misma. Estructuralmente la película tampoco funciona, su narrativa es chata y descansa en los chistes homofóbicos lanzados uno tras otro disfrazados de conflicto central; sus puestas de cámara están dispuestas sólo en función de acompañar los diálogos; la dirección de actores y actrices es atonal y la “premisa” que se despliega en la resolución del problema de su protagonista puede que sea lo que más perturbe al público o no, quizás seas un macho cis hétero y te encante… no lo sé. La cosa es que el protagonista tiene un trabajo, una mujer embarazada, amantes jóvenes, objetivos, una típica vida heteronormativa. A esta persona, su amigo de toda la vida le dice que es gay. De repente, siente pánico de que su espacio personal esté comprometido. Se siente incómodo, atravesado por la incertidumbre, confuso. Repasa una lista de lo que es ser homosexual y trata de “curarlo”. Raúl puede que no sea una mala persona, quizás reacciona así porque ha visto, escuchado y leído que ser homosexual no es “normal”, entonces intenta “salvar” a su amigo Santiago porque eso es lo que le enseñaron. ¿Quién? La sociedad, los medios, las películas, etc. Ese es mi análisis personal de lo que yo asumo le debe haber pasado a Raúl, pero esa bajada no es la que condiciona la transformación del personaje, sino otra muy diferente que quizás perjudique la mirada sobre las nuevas masculinidades. Pues desde el guion se decide comparar a Raúl con un monstruo. Hasta ahí todo bien, pero enfatizan, empáticamente, que, en calidad de tal, es libre de culpa de todo lo ocurrido dado que las acciones de un pobre monstruo se manifiestan sin intención de daño, porque carece de consciencia. Entonces nuestro protagonista no se hace cargo de tratar de solucionar los perjuicios que le causó a sus amigos y mujer porque lo liberaron de esas responsabilidades. A raíz de esto surge la microagresión, una forma de agresión tan sutil que quien la lleva a cabo ni siquiera es consciente de que la ejerce, pero que sí será percibida como tal por quien la sufre. Lo que nos lleva a la escena final: (spoiler alert!) donde Raúl no deja que su hijo juegue con una muñeca por miedo a tener une hije gay. Cosas de hombres reduce la variabilidad identitaria a los viejos roles binarios manufacturados por el discurso cisgénero heterosexual mientras hace comedia normalizando concepciones nocivas derivadas de narrativas tóxicas sobre las minorías y perpetuando estereotipos y modelos de comportamiento.
Tres amigos inseparables llevan una larga y feliz vida juntos, hasta que uno de ellos, Santiago, decide a sus 50 años confesar que es gay. El cambio drástico que tendrá lugar en sus vidas, lleva a Raúl, el homofóbico macho alfa, a intentar por todos sus medios, convencer a su amigo de que es solo pasa por un momento de gran confusión sexual, que no puede ser gay. Eduardo será el conciliador del grupo que intentará convencer a Raúl de que deje sus prejuicios y decida acompañar a Santiago en su nueva vida gay. Esta es la versión chilena de Hazlo como hombre (2017), película mexicana escrita y dirigida por Nicolás López. Gabriela Sobarzo dirige esta nueva ola de remakes hispanoparlantes, donde insólitamente un mismo film se hace en distintos países que comparten el mismo idioma. Lo curioso es que suelen tratarse en muchos casos de films mediocres empeorados en cada nueva versión. No vi la película mexicana, así que le vamos a dar el beneficio de la duda, pero la película chilena es rutinaria y antigua, una comedia que podría haber sorprendido un poco si se hubiera hecho cuarenta años atrás. Nadie le niega a los países fuera de Estados Unidos el hacer películas con un fuerte deseo de taquilla, pero al hacer película sin autor, sin identidad, y solo queriendo dar productos efectivos, o se logra el objetivo con mucha calidad, o se queda la película sin nada. Comedia con lugares comunes, chistes previsibles y toda la corrección política posible que, con los tiempos que corren, probablemente no le alcance.
¿A qué público apunta esta comedia? Anacrónica, arcaica, ofensiva en su homofobia, el pretendido final "comprensivo y tolerante" no borra la cantidad de chistes (que nunca causan gracias) que hasta Polémica en el bar descartaría por impropios. Aburrida, fea, mal actuada; no interesa ni para poder conocer la idiosincrasia de un pueblo, ya que se trata de una remake, de esas que suceden en no-lugares que se suponen que tienen lugar en América latina pero se parecen demasiado a Miami.
Un film en tono de comedia, dirigido por una mujer Gabriela Sobarzo, que toca el tema de homosexualidad desde puntos de vista ya dejados de lado por la sociedad actual. Que un hombre le cuente primero a sus amigos que es gay, y que su cuñado que lo aprecia mucho y es muuuy machista no tenga mejor ocurrencia que investigar como “curarlo” de su “enfermedad”, planteo que ocupa buena parte del film, suena más al humor de los años 80 y 90, que a tiempo actuales. Ya ese punto de vista, con buenos actores, con situaciones cómicas que son más lugares comunes que originalidades le pone al film una impronta poco actualizada, aunque finalice de una manera supuestamente “correcta” y más a tono con nuestra época. El recurso de poner al machista irredento en soledad total, rechazado por todos para que “aprenda”, salva un poco los platos. Los actores son eficientes y los veremos en los próximos estrenos que tiene planeado la productora.