La voz interior El documental de Alejandro Maly revisa la trayectoria de Chasman y su famoso muñeco Chirolita, pero a partir de ellos amplía su mirada sobre el curioso oficio del ventrílocuo. Con sus apariciones en múltiples programas televisivos, el ventrílocuo Chasman y su afamado y pícaro muñeco Chirolita ocuparon un espacio destacado en la memoria emotiva del televidente argentino. Siempre vestidos de igual forma, las intervenciones de ambos demuestran que además de una buena técnica, la ventriloquía exige carisma y un sentido fino de la comicidad. Alejandro Maly reflexiona sobre el oficio con un dejo de nostalgia, sobre todo en la primera parte de ¿Dónde estás, Negro? (2016); mediante la toma de televisores ya pasados de moda, exhibe buena parte de los números cómicos del famoso ventrílocuo. Integran este segmento entrevistas a Santiago Bal y Silvio Soldán, testigos directos de aquella época en la que el artista tuvo su momento de mayor popularidad. Con una interesante impronta estética (en la que sobresale el humo de cigarrillo, marca distintiva de muchos de estos cuadros de humor), el realizador se adentra en el complejo y curioso vínculo entre el muñeco y el humano, y a la vez esboza una imagen del mundo del espectáculo que ya forma parte del pasado. La segunda parte (“Los ventrílocuos”) y la tercera (“Los muñecos”) profundizan su mirada sobre el oficio, aunque es evidente que el lugar que ocupó Chasman lo lleva a ser mencionado en varios pasajes. En estos segmentos, Maly da cuenta de la existencia de una agrupación que congrega ventrílocuos y muestra el costado más personal de los artistas; sus obsesiones, los diversos estilos, el universo de la creación y restauración de los muñecos, y –claro- el aspecto más “bizarro” del asunto. ¿Dónde estás, Negro? es un documental de observación, en el que conviven aristas historicistas (hay otro antecedente histórico además de Chasman; es el caso del “Profesor Dilmer”), de humor, y –lo más interesante- dramáticas, vinculadas al afecto que desarrollan los ventrílocuos por sus inseparables figuras. Es muy atinado que Maly respete a los artistas (hubiera sido muy fácil parodiarlos) y, acaso por primera vez, los deje hablar por solos y por voz propia.
¿Dónde estás, Negro? son dos documentales en uno, o más bien uno que acobija a otro. La primera parte homenajea al ventrílocuo más famoso: Ricardo Gamero, más conocido como Chasman, el hombre que popularizó, en las décadas del 80 y del 90, una vocación muy particular, la de ventrílocuo, es decir la de darle voz (y vida) a un muñeco. En este primer capítulo del documental de Alejandro Maly se ofrecen testimonios de personajes que interactuaron no solo con Chasman sino con Chirolita (su famoso muñeco). Este dúo fue todo un ícono del humor popular, principalmente en los programas de TV nacionales (por ejemplo, Finalísima), que buscaban emular los grandes shows de varieté estadounidenses. Sin caer en la redundancia cíclica de anécdotas, este trabajo también permite explorar, en la segunda mitad, algunas franjas oscuras sobre la comicidad y el detrás de la puesta en escena. En esta segunda parte hay una dedicación especial al legado de Chasman y Chirolita en las generaciones actuales de ventrílocuos, y en los diferentes casos de nuevos valores -algunos más profesionales, otros más amateurs- en esto de darle alma a un simple “dummy” de madera. Estamos ante un film nostálgico, conmovedor y estructurado con el ensueño de un cuento maravilloso.
Resultaría un sacrilegio indagar en la historía de la ventriloquía en nuestro país sin pasar por Chasman y Chirolita. Ícono de la cultura popular durante las décadas de los 70 y 80, la dupla encarnada por Ricardo Gamero y esa extensión de su ser que fue su muñeco provocaba carcajadas frente a las cámaras, pero fuera de ellas hubo una existencia rodeada de misterio. Qué fue de la vida de Mr. Chasman y su criatura es la piedra angular de ¿Dónde estás, Negro? y una excusa para asomarse a un universo tan bizarro como entrañable.
El otro yo Hay determinadas artes u oficios que inequívocamente remiten a alguna figura representativa. Y si pensamos en ventrílocuos argentinos lo primero que surge es Chasman y su inseparable muñeco Chirolita. Depende la edad, pero generaciones completas han disfrutado de algún acto televisivo de esta pareja; el humor y la moraleja final para que “lloren las viejas” como decía el mismísimo Chirolita ante la mirada reprobatoria de Chasman en alguna que otra entrevista.
HOMBRES Y MUÑECOS UNIDOS Un mundo para descubrir, esto es lo que permite esta película documental de Alejandro Maly (el hijo del actor Arturo Maly) es el que conforman los ventrílocuos. El más famoso Chasman y Chirolita, la primera parte del trabajo, y esa singular relación con el muñeco que le servía para dar a conocer sus pensamientos más íntimos. Y un destino por demás extraño. Pero el film también se nutre de profesionales históricos y actuales en un arte raro, circense, siempre misterioso y de algún modo oscuramente seductor. Los testimonios de los protagonistas son reveladores de un arte entre humanos y muñecos que siempre tendrá un público predispuesto
DIME CON QUIEN HABLAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES Muchos de nosotros recordamos el show de Chasman y Chirolita en diferentes programas televisivos de las décadas del sesenta y setenta. El dúo estaba compuesto por Mr. Chapman (Ricardo Gamero), el ventrílocuo más famoso que hubo en la Argentina, y su muñeco o “dummies” llamado Chirola (luego Chirolita) como se decía a la moneda de menor valor que circulaba en el país. Se presentaban vestidos iguales para entablar un diálogo humorístico y nostálgico. Pero, qué había detrás del espectáculo? Dónde estás, negro?, ópera prima de Alejandro Maly, hijo del actor Arturo Maly; es un documental que aborda la relación particular y simbiótica que se produce entre quienes ejercen la ventriloquia y sus muñecos. Un vínculo que, en el caso de Chirolita, funciona como álter ego de su creador. Divida en dos partes, la primera sobre el dúo y la segunda, sobre los ventrílocuos, se va construyendo un relato a través de imágenes de archivo, voz en off de sus diálogos y entrevistas a compañeros de trabajo o amigos de Chasman. Así, se reconstruyen los años de su carrera y la de otros que seguirán sus pasos. Más cercano al formato de documental televisivo y, en lo formal, con las mismas herramientas discursivas a lo largo del film; el realizador no cuenta más que eso, ni se permite tomar partido con mayor soltura. La mirada sobre los hechos mantiene cierta distancia y deja un halo de misterio sobre la personalidad de Chasman. Dónde estás, negro? Una pregunta que le hacía Chirolita en muchos de los espectáculos, muestra la gran capacidad de un hombre que inspiró a muchos otros a fundar en 1999 (año en que muere) el Círculo de Ventrílocuos Argentinos (CIVEAR). Un submundo en el cual descubrimos a personajes muy particulares: el ventrílocuo ex comisario de la Policía Federal; el judío ortodoxo con su réplica de Chirolita con quipá, otro que fantasea sexualmente con su propia muñeca, entre otros. Hacia el final, la pregunta sobre el destino de Chirolita deja al descubierto la relación entre el hombre y el objeto; ese objeto visto para algunos como una extensión de ellos mismos; en otros, como una proyección de sus deseos, y en varios, sólo algo artístico. El documental se proyecta en el Centro Cultural San Martín de jueves a domingos, a las 19.45hs. DÓNDE ESTÁS NEGRO? Dónde estás, negro? Argentina, 2016. Dirección y edición: Alejandro Maly. Documental. Duración: 82 Minutos
Doble personalidad Al empezar con una figura tan popular como clásica, ¿Dónde estás, Negro? genera el interés de todos los que tenemos un aprecio por la cultura popular y las figuras del espectáculo de la ciudad de Buenos Aires. Estamos hablando de Chasman y Chirolita, el ventrílocuo y su muñeco que conquistaron el ambiente artístico y televisivo de la cultura porteña de los años sesenta y setenta, así el film de Alejandro Maly comienza por su lado nostálgico y de añoranza de otra época. Conocemos al personaje Chasman y a Ricardo Gamero, sus orígenes, su pasión y dedicación por lo que hacía, pero lo más importante que toca la película es cómo Chasman vivía la relación con Chirolita, su amor, las manías y la forma en la cual el muñeco terminaba opacando al ventrílocuo. A través de este eje, el film gira su mirada hacia la profesión y la locura (bien dicha) que implica. En la manera en que se desarrolla esta relación entre los ventrílocuos y sus muñecos, que va desde la catarsis, el desahogo y la múltiple personalidad. Una pasión real que se vive más allá de la profesión. Las personas que se involucran en ello lo hablan con una convicción que termina llegando al espectador. El film recopila una buena cantidad de anécdotas y personajes que vale la pena escuchar, con un buen material de producción, tanto televisivo como de celebridades. Todo esto hace de ¿Dónde estás,Negro? un lindo documental sobre una disciplina clásica del entretenimiento moderno.
Este es un documental emotivo, tiene el testimonio de distintos entrevistados y una buena recopilación de material de archivo. Un film para conocer un poco más a estos dos personajes que hicieron reír, llorar a más de un espectador, marcaron todo una época y profesión.
Hechos y leyendas de una extraña obsesión. El periodista Daniel Riera llegó a la cena anual del Círculo de Ventrílocuos Argentinos del año 2008 solo, y terminó yéndose acompañado por un hombrecito de 79 centímetros, morocho, de ojos saltones, nariz chata y boca grande al que días después llamaría Oliverio. Ese muñeco sería el puntapié de su incursión en el universo de la ventriloquía, a la vez que disparador de una minuciosa crónica publicada hace cuatro años por la editorial Tusquets bautizada, claro está, Ventrílocuos. A lo largo del relato se vuelve una y otra vez a Chasman y Chirolita, máximos referentes de la disciplina en el país y figuras ineludibles de los programas ómnibus de la televisión del siglo pasado. La dupla “Ch” es también el centro narrativo ¿Dónde estás, Negro? O al menos de sus primeros minutos, ya que lo que seguirá después es una exploración del complejo vínculo entre esos hombres y mujeres con sus muñecos. Estrenado en una de las secciones paralelas del último Bafici, el primer largometraje del realizador Alejandro Maly –hijo del actor Arturo, fallecido en 2001– se divide en tres capítulos. El inicial, “Chasman y Chirolita”, se sirve de testimonios a cámara e imágenes de archivo para trazar un recorrido por la historia de Ricardo Gamero, el pie humano de la pareja, desde sus inicios en la ventriloquía, en los 50, hasta su muerte, en 1999, año a partir del cual el destino de su alter ego de paños y madera es una auténtica incógnita que el film apenas sobrevolará más adelante. El fragmento es más que un aporte bibliográfico; es también una elegíaca reflexión sobre un mundo del espectáculo caído en desuso, anclado en esos tiempos de anchos televisores de tubo que el film usa como ventanas hacia el pasado. Es cierto que es una elección visual algo obvia, pero muestra a Maly como un documentalista preocupado no sólo por los fines informativos de su trabajo, sino también por su articulación con el sentido de las imágenes. Sobre el cierre de este capítulo empieza a construirse una pátina de oscuridad en derredor de Gamero, a quien varios le achacan, incluso cuando nadie parezca muy dispuesto a ensuciarlo, una tendencia al alcoholismo y la soledad, además de un peligroso apego hacia su muñeco. Esa oscuridad coqueteará con la locura en las últimas dos partes del relato. “Los ventrílocuos” y “Los muñecos” analizan el legado de Chasman y Chirolita en el presente, yendo y viniendo entre las referencias de los artistas contemporáneos a sus maestros e ídolos y una indagación en sus facetas personales y laborales. Algunas lagunas narrativas no impiden observar cómo esas facetas se entreveran hasta formar un todo indivisible, con el ejemplo máximo de uno que confiesa sin tapujos estar tan enamorado de su muñeca y que piensa en ella cuando tiene sexo. Maly no hace hincapié en las connotaciones de esa afirmación, limitándose a escucharla sin enjuiciarla ni burlarse de ella, como si entendiera que esa “gente grande que juega con muñecos”, tal como la define Riera en el subtítulo de su libro, no hace más que disparar sus propias fragilidades a través de las armas del humor.
Se dio a conocer en la reciente edición del Bafici y su noche estelar contó con la presencia de casi todos los artistas que aparecen en pantalla. Estaban con sus muñecos al lado, o sobre las rodillas y el impacto visual aún se mantiene en quienes estuvimos en aquella función. ¿Dónde estás, negro? es un pequeño milagro del cine documental argentino por su rebeldía temática, al animarse con un tema de los márgenes, que bordea lo bizarro en cada palabra que se dice y, sobre todo, en cada anécdota sobre sus protagonistas: los legendarios Chasman y Chirolita. La vida y obra del gran artista argentino de la ventriloquía y su paradigmático muñeco (¿creación, alter ego, hijo?) ocupa la mitad de este documental que sorprende a fans, neófitos y sorprendidos. En esta primera parte del largometraje circulan anécdotas a cargo de Silvio Soldán, Santiago Bal y otros personajes de la noche porteña de la segunda mitad del siglo XX, cuando Mr. Chasman llegó la cúspide de la fama gracias al teatro de revistas y la televisión nacional y popular del canal 9 de Alejandro Romay. Donde-estas-negro-Karim-Araujo La noche en que Chasman lloró por la ausencia de Chirolita, el lugar secreto en el que descansa el muñeco tras la muerte de su creador y otros tips de este particular universo son parte del elenco estelar de la historia que se cuenta. La otra parte del film se dedica a retratar el ominoso universo de la gente que pone toda su libido en una marioneta de madera y a la cual le introduce su mano por detrás para hacerla funcionar. De un ex comisario fanático de los muppets a un periodista de rock que recaló en el mundo ventrílocuo y nunca más pudo salir, pasando por un artista que le jura su amor a la muñeca que creó a imagen y semejanza de su mujer ideal. El prolijo y bien logrado film de Alejandro Maly refresca el género del documental y pone un poco de luz sobre un oficio, por lo menos, misterioso. Y eso es parte de lo que más se disfruta. Venga de donde venga la voz.
First-time filmmaker delves into Argentina’s top ventriloquist act to deliver fascinating glimpse Points: 8 “Remember that you don’t get to call me ‘dummy,’ not even you believe that,” says Chirolita, the dummy, to Mr Chasman, the ventriloquist, at the beginning of ¿Dónde estás, Negro?, the amazingly rich debut feature by documentary filmmaker Alejandro Maly, previously screened at this year’s BAFICI. Chirolita claims he’s no longer a dummy because once Chasman bought him, he felt for the first time ever that he was starting to live. He says Mr Chasman — or plainly Chasman — filled him with feelings and gave him the soul he wanted. And Chirolita should know. Together with Chasman (whose real name was Ricardo Gamero), they were the most important ventriloquist-dummy act in Argentina, and surely one of the best worldwide. Chasman’s sheer talent was simply uncanny: he would light up and smoke a cigarette while carrying the wittiest conversations with Chirolita — and that alone is unheard of. He’d say that what mattered in telling a joke was not really how funny the joke was, but how it was delivered. In his case, the jokes themselves were as good as they come, with the right punch line at the right time. Narrated with admirable precision, with an agile tempo and an alluring sense of nostalgia, ¿Dónde estás, Negro? is conveniently split into three parts, the first one called “Chasman and Chirolita.” So for starters, you’ll get familiar with the duet’s career from their early shows in the 1960s at Parque Retiro — a bizarre place filled with magicians, flame throwers, fakirs, and freaks — to their debut at the Paladium, then from the peak of their success in the 70s, with his own TV show El mundo de Chirolita, to their appearances in many variety shows on Corrientes Avenue with famous comedians, entertainers, and divas — and much more. Finally, there came a long period of unemployment until they fell into oblivion in the late 80s. Unlike the terrifying dummies often featured in horror films — think of Hugo, from Dead of Night (1945), or Fats, from Magic (1978) — Chirolita was charming and friendly, polite and impertinent at once. And also cute in his own peculiar way. As though they were identical twins, Chasman and Chirolita always dressed exactly alike, and Chasman talked and prayed to Chirolita before and after every show. Among other things, Chasman was a well-learned, respected and respectful man who always led a very private, rather mysterious personal life. After a 46-year career, he passed away on May 20, 1999, in Buenos Aires. As for Chirolita, his true destiny is unknown: some say Chasman’s son keeps the dummy in a safety deposit box in a bank, whereas legendary TV host Silvio Soldán — who wrote the songs the duet recorded in two albums — dares to venture he may be buried alongside the ventriloquist. So, in the first part, you have lots of relevant archive material — old photographs, TV clips of bygone times, magazines spreads, recordings) together with candid and smartly conducted interviews with those who knew Chasman up and close. Among them, his friend Marcelo Benetti, arguably the best ventriloquist of Latin America, with his black dummy Cirilo, or the F/X artist Natan Solans. Then, the second part, entitled “Ventriloquists,” gathers a number of today’s most important figures, many of whom get together at the Circle of Argentine Ventriloquists (CIVEAR). And what a bunch of extraordinary people they are. There’s a succinct, yet useful portrayal of the late Emilio Dilmer, a highly celebrated pioneer, and his dummies Venancio and Gregorio. And there’s an incredibly touching scene featuring Dilmer’s grown up daughter in a long-awaited reunion that borders the surreal. Among others, there’s renowned magician, ventriloquist, and CIVEAR president Miguel Ángel Lembo and his dummy Pascualito; Javier and the naughty Jaimito; Daniel Riera, author of the book Ventriloquists; Dani, an Orthodox Jewish ventriloquist, with Cebollita, a replica of Chirolita (but wearing a kippah); and Charlie, who’s actually truly in love with Rosita, his sensual female dummy and the woman of his dreams. Though Charlie is the only one in love with his dummy, love is at the heart of the relationships the ventriloquists establish with their dummies. Otherwise, how could they care for them so much? Some of them even consider them part of their own families, literally speaking. So Alejandro Maly’s documentary offers not only a particular portrayal with very appealing information alongside exhaustive research that probes deep into the subject, but, more importantly, it also dwells on the more intimate, subjective connotations of the relationships between ventriloquists and dummies. Which in the end are the more revealing ones. Limited release San Martín Cultural Centre (Sarmiento 1551), on Thursday, Friday, Saturday, Sunday, at 7.45pm. production notes ¿Dónde estás, Negro? (Argentina, 2016) Written and directed by Alejandro Maly. Cinematography: Gabriel Villazon, Alejandro Maly, Ariel Sauret, Mariana Cencic. Editing: Alejandro Maly. Running time: 75 minutes. @pablsuarez
El universo de los ventrilocuos es muy particular. El arte, en sí, es lo de menos. Requiere de una técnica específica para hablar sin mover los labios y, usando un muñeco, hacer salir palabras como si fueran de la boca de la “criatura”. Cada ventrilocuo puede tener su estilo, su humor, su forma de entender el arte y el espectáculo de sentarse con un objeto inanimado en una rodilla y mantener conversaciones con él. Pero lo que es innegable es que hay algo extraño y curioso en la relación que se establece con ese muñeco (dummy o personaje) y en la personalidad de quienes se dedican a un arte que, básicamente, consiste en hablar con uno mismo en voz alta, tanto en público como en privado. ¿DONDE ESTAS, NEGRO?, el documental de Alejandro Maly, se divide en dos partes. La primera y más ligada al título se dedica a contar la historia de Chasman y Chirolita, el show de este tipo más célebre y popular en la Argentina, especialmente en los años ’70, con continuas apariciones en televisión, teatro y hasta en la industria discográfica. Esa primera parte del filme –que incluye entrevistas a Silvio Soldán o Santiago Bal, pero a nadie ligado a la familia del fallecido ventrilocuo, quienes parecen preferir no hablar de su vida demasiado– es un rico muestrario de esas increíbles historias que tiene el espectáculo en todo el mundo: los artistas ligados al circo, al vaudeville, al mundo de trucos, juegos y humor, personajes que con suerte tienen un momento de gloria y luego desaparecen del mapa. Todos parecen dar a entender que hay algo más en la vida y personalidad de Chasman –y hasta en su relación con su creación– pero todo queda ahí. Maly no tiene intención de descorrer un velo o una máscara para revelar alguna verdad desagradable, si es que esa existiera. Es una breve biografía del más popular de los ventrilocuos argentinos contada de una manera tradicional. Es en la segunda parte donde ¿DONDE ESTAS, NEGRO? se vuelve más rica y curiosa. Allí, Maly ingresa al universo de los ventrilocuos y habla, visita y entrevista a decenas de ellos, cada uno con su estilo, con su forma de relacionarse con sus creaciones, con su humor y personalidad. Lo curioso del filme es que en ningún momento Maly, desde la puesta en escena o la fotografía, intenta imponer un tono extrañado, creepy o enrarecido a la película (sería muy sencillo engolosinarse con los aspectos más potencialmente perversos del asunto y filmarlo todo con planos de película de terror o tipo David Lynch), pero es inevitable que esos elementos aparezcan. Está en uno de los entrevistados, que admite tener con su muñeca una relación que va más allá de lo común, y también en otros que –por distintos motivos– tienen un apego a sus “dummies” (así le dicen en el negocio) que resulta entre raro e inquietante. La curiosidad del filme es que siendo celebratorio de un arte y de sus cultores no puede dejar de mostrar el lado más personal y complejo que tiene una disciplina artística que, en algunos casos, parece bordear la psicopatología y en otros revela –de una manera más personal, íntima y hasta cálida– un cierto grado de tristeza y soledad que acompaña a muchos de los ventrilocuos profesionales o aficionados. Una simple pregunta como la que se hace sobre el final (“¿qué quisieran que pase con sus muñecos cuando ustedes ya no estén?”) devela hasta qué punto la relación entre los creadores y sus personajes tiene un fuertísimo componente, y hasta una dependencia, emocional.
EL VENTRÍLOCUO Y SUS VOCES Chasman y Chirolita representan una de las duplas más importantes de la historia del humorismo nacional, especialmente de ese humorismo vinculado con el mundo del teatro y los clubes nocturnos. Y decimos dupla desde la autoconsciencia total de saber que estamos ante un hombre de carne y hueso (Chasman) y un muñeco (Chirolita): es que don Chasman, para los no enterados, era un ventrílocuo, y uno notable, dueño de una técnica prodigiosa, que además tenía la habilidad de ser un muy buen contador de historias. Pertenece, desde otra rama del arte y la creación, al mismo grupo que René Lavand: la clave es el saber contar, conocer perfectamente el tiempo del relato oral y aquello que lo hace atractivo. Claves que parece tener también el director Alejandro Maly, quien desde el terreno del cine documental construye en ¿Dónde estás, Negro? un relato dividido en tres actos que va de lo mínimo (Chasman y Chirolita) a lo general (la historia del ventrilocuismo), siempre generando un interés hipnótico en lo que se está contando. Maly reconoce en Chasman y Chirolita a los referentes más populares del país y con ellos arranca su documental. Pero luego los trasciende, con lo aprendido a cuestas, y se acerca a los herederos, quienes hoy actualmente se desempeñan en la profesión, e incluso recupera la historia de un viejo ventrílocuo, antecesor de Chasman, en uno de los pasajes más emotivos de la película. Lo primero para destacar es la forma en que el director articula toda la información, el modo en que reflexiona sobre esa profesión pero especialmente sobre sus referentes y la mitología, a veces oscura, que los rodea. Porque así como nosotros, espectadores, decimos “dupla” y no logramos ver un muñeco sino a otro personaje más, la simbiosis entre el artista y la herramienta, el muppet, lleva en ocasiones a situaciones un tanto límites. Y ahí es donde el documental de Maly encuentra un tono particular que lo distingue. Porque, convengamos, algunos de estos personajes están para el Borda y ¿Dónde estás, Negro?, que podría ejercer una mirada distante y apostar a la burla o al tono irónico para connotar el desfasaje de los protagonistas, decide ser amable (hasta levemente cariñosa) y ofrece un espacio totalmente desprejuiciado para que los ventrílocuos expongan su punto de vista. Ahí surgen no sólo posiciones firmes, si no también encontradas sobre la profesión y sobre la relación que cada uno entabla con el muñeco. Algunos son profesionales conscientes del arte del entretenimiento, otros han elegido este camino como una salida a ciertos conflictos personales. Esta misma posición, la de una distancia amable, es la que toma para enfrentarse a la historia de Chasman y Chirolita. Maly no es complaciente con el personaje, y rescata tanto el talento en su performance como un carácter algo hosco que se contradice con la dulzura de su propuesta artística. En ese sentido, es un documental particular. ¿Dónde estás, Negro? termina siendo un muy completo homenaje a una actividad no del todo reconocida, que indaga tanto en la técnica como en el componente psicológico que condiciona al artista hacia una creación determinada. Un documental que tiene la enorme virtud de encontrar un tema apasionante y abordarlo con notable inteligencia, entregando esa multiplicidad de voces que, al fin de cuentas, son el centro del arte del ventrílocuo.
Escuchá el audio haciendo clic en "ver crítica original". Los domingos de 21 a 24 hs. por Radio AM750. Con las voces de Fernando Juan Lima y Sergio Napoli.