Por esos avatares del destino, esta propuesta, trillada, plagada de lugares comunes y chistes obvios, tiene a un protagonista, Sebastián Maniscalco, que no está a la altura del relato y mucho menos de sus compañeros. Robert De Niro, Kim Catrall y David Rasche hacen lo que pueden con un guion que se abusa de la copia en vez de buscar originalidad.
Lo primero que surge como problemático es cuando se piensa por donde empezar una critica de esto que intenta ser un filme dentro del genero de la comedia. Así esta promocionada. Un hijo debe llevar a su padre a la reunión familiar de su novia para el 4 de julio. El punto es que el padre es un inmigrante siciliano de segunda generación de posguerra, llegó siendo pequeño. La millonaria familia de su novia proviene de un poco antes, del Mayflowers sin otra referencia, pues bien, es el nombre del barco insignia que llevó a los primeros ingleses a la costa de América a principios del 1600, o sea casi los padres de la “Patria”. Ya esta, presentado el choque cultural no queda otra cosa que desplegar las situaciones de enredo que harían lugar a la comedia. Es todo tan trillado, visto y repetido en miles de películas, pero mejor escritas que esta, atrasa tanto que “Sabes Quien Viene a Cenar” (1967) de Stanley Kramer, no solo sigue vigente, sino que en comparación es moderna. Tampoco
Llega a nuestros cines Mi papá es un peligro, la nueva comedia protagonizada por Robert De Niro. La película es dirigida por Laura Terruso, protagonizada por el comediante Sebastian Maniscalco, Robert De Niro, Leslie Bibb, David Rasche y Kim Cattrall. Mi papá es un peligro es una comedia sobre inmigrantes en USA, donde una joven pareja decide casarse y unir los lazos de ambas familias, las cuales obviamente son de clases sociales dispares. Sebastian y su padre van a pasar un fin de semana en el club campestre de los padres de su novia y él deberá lidiar no solo con la familia de ella, sino también con su tosco padre. Mi papá es un peligro es una comedia que apela al humor burdo y estereotipado que tanto le gusta al público norteamericano. Acá se ponen en contraste una familia conformada por inmigrantes italianos y, otra, de inmigrantes colonizadores que alzaron su fortuna en base al trabajo ajeno. Si bien, ese mensaje me gustó, al igual que el mensaje superador de una relación entre padre e hijo, está demasiado diluido en la trama y, lo que podría haber sido un interesante enfoque cómico se pierde en chistes fáciles y previsibles. Además de ser políticamente meritocrática en todo sentido, aunque quiera disfrazarse en la cultura del trabajo. Las actuaciones, en su mayoría, se sienten planas, con excepción del veterano Robert (quien vuelve a interpretar a un italiano cascarrabias por enésima vez) y Kim Cattrall, quien es la que mejor sale parada de todo el elenco. Toda la película parece ser una especie de fan service para lucir a Sebastian Maniscalco (de hecho, no solo es guionista del film, sino también, el personaje que interpreta tiene su mismo nombre y apellido) en su faceta cómica, pero para eso tal vez sea preferible ver sus stand up. En fin, Mi papá es un peligro es una comedia mediocre que se centra en cuanto facilismo pueda agarrar dentro del género, puede verse un domingo por la tarde en televisión, pero no la recomiendo para la pantalla grande.
Sebastián Maniscalco es muy famoso en EEUU con sus shows como comediante, donde generalmente hace rutinas sobre sus orígenes italo-americanos, llena estadios. Es evidente que haya pensado que su paso siguiente es recibirse de comediante en el cine: por eso esta película lo tiene de protagonista, co-autor del guión con Auster Earl y productor. Y además se dio el lujo de tener como compañeros de elenco a nombres muy famosos. El argumento muestra la relación padre e hijo, de un viudo que a su manera quiere sobreproteger a su hijo a punto de pedir la mano de la mujer de sus sueños. Una rica heredera que lo invita a conocer a sus padres en un finde largo. Eso le permite a Robert de Niro no ser cómico pero si enojoso, supuestamente sabio y tierno capaz de cometer errores garrafales. Un trabajo de taquito que suele mandarse el mítico actor. A su lado se luce Kim Cattrall, David Rasche t Leslie Bibb, pero a Maniscalco se ve rígido, sin timming para el género. Con todo la historia de rechazos y reconocimientos, de ensamblaje de familia tan distintas e integración forzosa entretiene medianamente con recursos lujosos.
¿Quién le hizo creer a Sebastian Maniscalco que es el director de comedia más sexy y original de Estados Unidos? ¿Por qué se esfuerza tanto Robert De Niro en seguir dañando su ya mancillada reputación de gran intérprete de todos los tiempos? ¿Bajo qué concepto se busca convencernos de que films tan superfluos y prescindibles como el presente son el futuro de la maltrecha comedia americana? Dirigida por Laura Terrusso y co-protagonizada por el propio Maniscalco y la ex actriz de “Sex And the City” Kim Catrall, llega a nuestras pantallas “Mi Papá es un Peligro”. Para un director que suele hace de la exageración y lo tosco su carta de presentación, aquí interpreta una versión ficticia de sí mismo, mientras que el legendario (pero menguante) De Niro interpreta a su malhumorado y anciano padre. El inevitable choque generacional en la familia fungirá como elemento necesario para recomponer el vínculo: los disfuncionales afectos aprenderán, por buenas o malas, lo que significan el uno para el otro. Bajo la patentada y singular marca de comedia de Maniscalco, pretende conmover y entretener a la vez. Irrealizable proeza cuando se peca de tanta tibieza y falta de inspiración. “Mi Papá es un Peligro” luce pasada de moda, mezquina y caricaturesca.
A Sebastian Maniscalco, alma máter de este amable relato de comedia con un claro sesgo autobiográfico, lo conocemos por sus especiales de stand up (hay al menos tres de ellos disponibles en Netflix) y sus participaciones recurrentes como animador en algunas ceremonias de entrega de premios más bien informales. Un poco más inadvertida aparece su trayectoria como actor. Martin Scorsese lo sacó por un momento del mundo de los chistes para confiarle el papel de un mafioso arrogante y bastante descentrado en El irlandés. Maniscalco respondió largamente a esas expectativas. Para ese momento ya había mostrado durante el primero de sus dos encuentros con Jerry Seinfeld en la formidable serie Comedians in Cars Getting Coffee un par de indicios de lo que mostraría en la película que se estrena hoy, una fábula inspirada en la memoria de la relación con su padre, entrañable y complicada a la vez. El primero no aparece en la película: Maniscalco y su padre Salvo, miembro de una familia siciliana que emigró como tantas a los Estados Unidos y se radicó en Chicago, casi no se hablaron durante 18 años. El segundo sí, y es un detalle muy divertido: padre e hijo cumplen cada noche un breve ritual que consiste en rociar su cuerpo y el aire que los rodea con una pequeña dosis de colonia. Así lo harán también durante el fin de semana en el que se desarrolla esta película. En el feriado del 4 de julio, el joven Maniscalco (que utiliza como actor su nombre y apellido verdaderos) conocerá a la acaudalada familia de su prometida, una joven artista plástica con espíritu independiente. Y Salvo (un Robert De Niro que explota su reconocida vis cómica de un modo bastante contenido y eficaz) lo acompañará en ese compromiso. Mi papá es un peligro (caprichosa y equívoca traducción local del título original, About My Father) es el resultado de las observaciones de un experto comediante sobre temas como la vida de los emigrantes en los Estados Unidos, la relación entre padres e hijos y la persistencia (o el cambio) de ciertas costumbres que se transmiten de una generación a otra. Hay aquí algunos personajes y hábitos estereotipados y un par de escenas de evitable vulgaridad. También hay momentos en los que vemos bastante desinflados a los personajes, como si quisiesen tomarse una pausa para recuperar el brío perdido. Son efectos, quizás, de la mirada de un comediante que se aleja de su zona de confort (el escenario de sus shows unipersonales, donde se siente dominador absoluto) para entrar en un terreno bastante más complejo. Pero al mismo tiempo, en medio de estos altibajos, Maniscalco se muestra como un lúcido observador de pequeños detalles que definen con bastante precisión a los personajes. Además es un actor muy correcto. De Niro se divierte mucho con un personaje que le resulta muy cómodo, y el resto del elenco cumple. Allí están la desenvuelta Leslie Bibb, David Rasche (el siempre recordado “Martillo” Hammer) y Kim Cattrall, que luce su madura belleza y vuelve a demostrar que es una muy buena comediante.
Cuando un actor es buen actor, sabe hacer drama, comedia o el guion que le pongan enfrente. Robert De Niro lo demostró, aunque es cierto que ha tenido menos buenos libretos -y consecuentemente, filmes- cuando encaró la comedia. Pero no hay que ser prejuiciosos, y Mi papá es un peligro funciona, y bien. Además, debe ser de las pocas películas en las que actúa el protagonista de Taxi Driver, El Toro salvaje y Joker que pueden ver chicos, porque el humor es bien Apto para todo público. Hablábamos de prejuicio, y lo cierto es que la gran mayoría de sus comedias -a excepción de La familia de mi novia, con Ben Stiller- suelen ser bodriásticas. No es el caso. Tal vez sea que De Niro acepte más de lo que debería, pero ya ha explicado que tiene unas cuántas cuentas por pagar. Aquí es Salvo, un estilista de Chicago que perdió hace poco a su esposa. Llegó de Sicilia, y no se cansa de decir que hizo todo por su hijo Sebastian (el comediante Sebastian Maniscalco, con pequeños papeles en Green Book y El irlandés, y coguionista del filme), hasta enlistarse en el Ejército y combatir en Vietnam. Sebastian está de novio con otra hija de inmigrantes, en este caso, irlandeses, pero multimillonarios. El trabaja en una cadena de hoteles, y la familia de su novia invierte cientos de millones sólo en la remodelación de uno. Sebastian está esperando el momento y el lugar indicado para proponerle matrimonia a Ellie (Leslie Bibb), y quiere entregarle el anillo de bodas de su abuela, que su padre está guardando hasta que su hijo “encuentre a la mujer adecuada”. Y justo le llega una invitación de sus potenciales suegros, la madre de Ellie, Tigger (Kim Cattrall, Sex in the City y Porky's, algo irreconocible), que es senadora, y el padre, Bill (David Rasche, Karl Muller en Succession), propietario de un club de campo. Quieren que Sebastian los acompañe a la celebración del fin de semana largo del Día de la Independencia. Cuando Sebastian le pide el anillo a su padre, éste le responde que él necesita investigar a los nuevos suegros. Sí, en parte De Niro repite el personaje de La familia de mi novia, solo que ahora es el padre “pobre” y no rico, pero se pone a investigar igual a los adinerados. Es un relato sobre la familia, en el que las relaciones padres/hijos son troncales, y contrapuestas: el padre italiano es arisco a los abrazos y una sola vez su hijo lo vio sonreír en su vida, y los ricachones son de pegotearse, abrazarse y besarse. Los diálogos son jugosos, tienen chispa y las situaciones humorísticas están bien hilvanadas y rodadas por la directora Laura Terruso. Lo dicho, es una comedia sin los dobles sentidos subidos de tono de otras películas con De Niro -salvo un desnudo masculino de atrás, y no del actor que el 17 de agosto cumple 80 años, no hay otra cosa-