Es una creación colectiva del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis, con la dirección de Francisco Quiñones Casas y Rayan Hindi que ganó el gran premio del jurado en el Festival Asterisco 2018 y el mismo premio en el Río Festival de Género y Sexualidad. Además de ser seleccionada para competir en Guadalajara por el premio Maguey al mejor cine LGTBQ. Es la historia de una institución única en el mundo: la primera orientada, no de forma excluyente, a personas trans, travestis y transexuales. El film fue realizado por los estudiantes que escribieron el guión y dieron el testimonio de sus vidas. Conmovedores recuerdos y conclusiones que hablan de un ayer lleno de dificultades y discriminaciones, de un presente de empoderamiento y adquisición de los derechos que les corresponden.
Documental que repasa el trabajo de integración en el primer bachillerato del mundo travesti-trans. Los directores acompañan a los alumnos, verdaderos narradores de la historia, con algunas recreaciones y testimonios directos que hablan de la importancia de esta institución para comprender y aceptar.
Conviven dos películas en Mocha. Una es un documental tradicional que cuenta la historia de las personas trans y la fundación del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis, y la otra son recreaciones de historias trans y situaciones que han vivido las personas de la escuela, en particular Mocha, a quien póstumamente está dedicado el nombre de la institución. La película da por sentado que todo el mundo conoce, entiende, acepta y valora a las personas trans, y aunque esto sería lo ideal, al menos en lo que a comprensión y conocimiento refiere, todavía hay mucho por hacer. Cada información de la vida cotidiana, cada detalle no solo es positivamente didáctico, sino que también es por momentos muy emocionante. Pero los otros elementos, aquellos que son puestas en escena, actuaciones y recreaciones no están al mismo nivel. Tal vez si hubieran sido dos películas separadas hubieran funcionado mejor, pero no es discute la decisión, sino el resultado. El avance en los derechos por los que se trabajado durante tantos años es una buena noticia. A pesar del dolor de tantos momentos terribles, la película muestra un presente positivo.
“Mocha” es un documental argentino realizado por estudiantes y docentes del Bachillerato Trans Mocha Celis. Está dirigido por Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi. El documental transcurre en gran parte en este Bachillerato, donde conocemos a todos los estudiantes y docentes que van formando parte del film. Se presentan, cuentan quiénes son y cómo conocieron el Bachillerato y hablan sobre la importancia que éste tuvo y tiene sobre ellos y en su vida. Básicamente son diversos relatos de los estudiantes/docentes e incluso gente que conoce la historia del lugar, hablando principalmente de éste. Pero también haciendo referencia y poniendo como punto de reflexión la discriminación que sufre la gente trans frente a las demás personas. Algo que sigue siendo común hoy en día. Además de eso, tenemos un breve resumen biográfico de la vida de Mocha Celis, una activista trans que no sabía leer y escribir. Sucede algo parecido a lo antes mencionado, tenemos un repaso de su historia, la importancia que tuvo y el acoso que sufrió por su manera de ser, de pensar y de verse. “Mocha” dura lo que tiene que durar, 60 minutos justos (o quizás un poco menos) para entender lo suficiente de este lugar y su importancia hasta el día de hoy con la gente trans.
El Bachillerato Popular Travesti – Trans Mocha Celis, ubicado en el barrio porteño de Chacarita, a metros de la estación Lacroze, es el primer colegio secundario en el mundo crítico de las desigualdades de género, que está orientado, aunque no de forma excluyente, a personas trans, travestis y transexuales. Sus estudiantes adquirieron técnicas para el desarrollo de audiovisuales y comenzaron a trabajar sobre una película que devino en Mocha (2017). Francisco Quiñones Cuartas, director del colegio Mocha Celis, y el periodista franco libanés Rayan Hindi son los encargados de dirigir esta obra colectiva cuyo guion surgió a partir de las inquietudes del propio alumnado, quienes también se representan a sí mismos sin la necesidad de ser parte de la subjectividad de otro. Elección que le brinda a la historia naturalidad y la aleja de la impostación. La línea narrativa sigue por un lado el detrás de escena de una película de ficción que retrata a Mocha Celis, una travesti tucumana, analfabeta, que fue asesinada en los años 90 por la policía y cuyo nombre es el que identifica al colegio. La segunda línea funciona como un apéndice de la primera para narrar, desde quienes la conocieron, la vida de Mocha y a su vez el accionar del colectivo trans. Mientras que una tercera focaliza sobre la creación del bachillerato y el rol que cumple tanto a nivel educativo como social. Finalmente las tres líneas se fusionan en una, de manera dinámica y sin que resulte forzado, para narrar la experiencia personal de cada integrante del colectivo ya sea en el colegio, la calle o la vida en general, pero siempre enmarcada dentro de los tres ítems sobre los que bucea la historia. En tiempos donde los derechos adquiridos son arrebatados, los colegios cerrados y la cultura ya no es parte de una política de estado, Mocha no solo es valiosa por lo que cuenta y como lo cuenta sino también por sus valores éticos e idelógicos.
Es colectiva la autoría de Mocha, documental sobre el Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis que desembarcó esta tarde en el Malba. Alumnos, egresados, docentes, autoridades, personal no docente participaron de todas las instancias de producción, a tono con los principios freireanos * –con perdón del barbarismo– que constituyen el alma de esta escuela secundaria que abrió sus puertas en 2011. El film resulta tan conmovedor y enriquecedor como el proyecto pedagógico sin precedentes en el mundo. El relato en primera personal de plural constituye uno de los aciertos de este merecido homenaje a un establecimiento único, que figura entre los frutos más preciados de la sufrida y corajuda militancia de personas travestis y transexuales en nuestro país. El Nosotros / Nosotras se corporiza tanto en los testimonios de los entrevistados como en las secuencias filmadas detrás de cámara. A partir de la importancia acordada al backstage, también se materializa la noción de obra en construcción: tanto la educativa como la cinematográfica. El registro de este hacer permanente da cuenta de la energía invertida en la visibilización de la población trans, en la conquista de derechos, en la reparación del daño sufrido a manos del statu quo patriarcal, todos objetivos que –al menos por ahora– no admiten punto final. Algunos testimonios y capturas de momentos clave conforman la dimensión histórica que explica el nombre de la escuela y que señala a un actor tan importante como los militantes: el Estado. En la figura del ex ministro de Educación Alberto Sileoni se encuentra representada la voluntad política de acompañar la lucha por una sociedad (más) justa, respetuosa, inclusiva. Exhibida en un contexto radicalmente opuesto, Mocha aumenta la nostalgia que algunos argentinos sentimos por aquellos (no tan viejos) tiempos. El sentimiento se convierte en tristeza cuando nos reencontramos con la irremplazable Lohana Berkins y cuando nos topamos con algún cartel que reclama justicia para Diana Sacayán. Dicho esto, priman la alegría y el sentido del humor en esta obra colectiva que dirigieron el también director –valga la redundancia- del bachillerato en cuestión, Francisco Quiñones Cuartas, y el periodista franco-libanés Rayan Hindi. Es un adelanto elocuente el retrato de un Domingo Faustino Sarmiento maquillado que se convirtió en emblema de la escuela ubicada en el barrio porteño de Chacarita y en afiche de esta hermosa película. ———————————————————– * “El cristiano militante que es Paulo Freire, cuando habla de libertad, de justicia o de igualdad, cree en estas palabras en la medida en que ellas estén encarnando la realidad de quien las pronuncia. Sólo entonces las palabras, en vez de ser vehículo de ideologías alienantes o enmascaramiento de una cultura decadente, se convierten en instrumentos de una transformación auténtica, global del hombre y de la sociedad. Por eso mismo, es verdad en Paulo Freire que la educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a la que no teme; más bien busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal”. Extracto del prólogo de Julio Barreiro para el libro de Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad.
Más allá de ser una de las formas de expresión cinematográfica que ha obtenido una mayor difusión tanto en el cine como en las diferentes plataformas audiovisuales y en canales de cable destinados a tal efecto, el cine documental es un formato que nos permite en muchas ocasiones, informarnos sobre temas que desconocemos, plantear el retrato de una personalidad atractiva o revisionar hechos históricos que modificaron el curso de la humanidad e impactan en nuestro presente. Pero muchas veces, fuera de un tono enciclopedista y de toda formalidad, aparecen productos como “MOCHA” que más allá de su valor como obra cinematográfica son absolutamente necesarios para abrir conciencia y visibilizar un movimiento que tiene un rol social importantísimo pero que no tiene la merecida difusión. Para quienes desconocen la historia Mocha Celis fue una travesti tucumana que trabajaba en la zona de Flores y fue víctima de una fuerte persecución policial hasta que un día apareció muerta en el Hospital Penna. Luego de diversas trabas burocráticas, se pudo llevar a cabo la investigación y en la autopsia se confirmó que había muerto de tres tiros en una causa que jamás prosperó y por lo tanto no pudo encontrarse al culpable, entre los que se presume que se encontraba involucrado un policía. Mocha Celis no sabía ni leer ni escribir, cada vez que era detenida le tenía que pedir a sus compañeras (y así lo vuelca el emotivo testimonio de su compañera Lohana Berkins) que le leyesen los escritos y fue durante una de sus tantas detenciones que una de sus compañeras de celda comenzó a alfabetizarla. Por esta historia y por todo lo que ello implica, que el Bachillerato Popular que funciona en el barrio de la Chacarita lleve su nombre es todo un icono y multiplica la potencia de la idea de alcanzar sueños que ni siquiera habían sido pensados y que poco a poco, se están ganando espacios frente a la exclusión. Es así como el bachillerato alberga a todas aquellas personas, trans, travestis, transexuales y transgénero que por diversas situaciones del sistema, no encontraban un espacio plural de verdadera inclusión en donde pudieran finalizar sus estudios para poder comenzar a plantear sus estudios universitarios. Dentro de las aulas del Bachillerato Mocha Celis, actualmente más de 130 estudiantes forman parte de este proyecto en el cual hay alumnos trans y no trans, hecho que convierte en un hecho tangible, la posibilidad de albergar efectivamente la diversidad en esta escuela secundaria, pública y gratuita que cuenta con un plan de estudios de 3 años que les permite obtener el título oficial de "Bachiller Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades". El documental se encuentra estructurado en dos grandes bloques, uno en donde se potencia el testimonio de las experiencias de cada uno de los estudiantes como también de los docentes y autoridades del Bachillerato, mezclándolos con sus historias de vida personal y otro en donde se dramatizan diversas situaciones de discriminación por las que socialmente atraviesan. Los directores del documental, Francisco Quiñones Cuartas (quien también es el Director del Bachillerato) y Rayan Hindi (estudiante de La Sorbonne con una extensa trayectoria en realizaciones documentales para más de 20 países de la comunidad europea y muy activo en proyectos de interculturalidad) no logran que los diferentes trabajos de los alumnos en donde intentan mostrar las situaciones cotidianas que enfrentan, escapen del formato demasiado escolar que le imprimen y del subrayado de planteos algo obvios que podrían haber tenido otro tratamiento. Pero es sólo una pequeña acotación, ya que “MOCHA” gana fuerza y contundencia en cada uno de los relatos en primera persona que involucra por sobre todo a los estudiantes del Bachillerato pero que también involucra a docentes y autoridades. No solamente logra impactar con el enorme abanico de nuevas posibilidades que se abre a partir de esta experiencia sino que además podemos sentir a través de dichos testimonios, como el Bachillerato fue modificando cada una de sus vidas y como otorgó una dignidad y una nueva esperanza en cada uno de los estudiantes, cada uno a su manera. También logran momentos de pura emoción y gran sensibilidad tanto en estos pasajes de vida que desgranan los testimonios, como en la idea -que es indudablemente una de las escenas más potentes del documental- de que Mocha visita el Bachillerato que lleva su nombre, paseándose por las escaleras con su inconfundible vestido rojo, como una aparición fantasmática presente donde cada uno de los estudiantes podrá mirarla a los ojos y agradecerle las posibilidades que les brinda esta Institución. Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival Asterisco 2018, y del Festival de Género, Sexualidade no Cinema de Río de Janeiro también forma parte del Festival Internacional de Cine de Guadalajara y ojalá siga su recorrido festivalero para mostrar una historia social tan necesaria como actual y que las voces silenciadas puedan tener su eco en la pantalla y que muchos de los que desconocemos estos espacios podamos acceder a conocerlos, promocionarlos, darle una verdadera inclusión en nuestro cotidiano y comenzar a formar parte de una nueva mirada y participar de la construcción de una nueva sociedad. “MOCHA” es de esos documentales necesarios para que ninguno de estos proyectos pase desapercibido y para seguir alumbrando conciencias, para que ese cambio siga multiplicándose y se borren las etiquetas y las fronteras preimpuestas.
Espacio de oportunidades. El trabajo y el potencial que tiene Mocha Celis como escuela abre el abanico a nuevas posibilidades, y muestra que otro tipo de educación es posible en esta sociedad que aún sigue estigmatizando a las personas por sus elecciones personales. Brinda luz a tanta oscuridad generada por la discriminación y mente cerrada o mirada antigua sobre la vida de los demás. Mocha (2017), es una creación colectiva del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis. En Chacarita, Buenos Aires, funciona este primer Bachillerato para personas Trans del mundo, “Mocha Celis”. Sus estudiantes se convierten en realizadores junto a su director para documentar una historia sobre identidad, educación e inclusión; además de dejar asentada una militancia en pos del acceso a los mismos derechos que el resto de la sociedad. Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi son los directores de este documental al estilo casero y encargados de hacer visible lo que no puede verse a simple vista; si bien cada uno de los estudiantes que participa cumple un rol diferente eligen relatarnos cómo lo van a realizar; quizás esto sea muestra de su realidad, puesto que se trata de un grupo organizado que comprende que debe hacer todo por mano propia y sin apoyo comercial, como todo precursor en sus comienzos. Este valiente trabajo sirve como herramienta para argumentar la experiencia de la primera escuela pública, laica, gratuita y con perspectiva de género del mundo, cuya necesidad es sustancial para la inserción de las personas trans, constantemente expulsadas del sistema educativo, laboral, de salud, y maltratadas por su condición. Mocha Celis es el nombre de una travesti tucumana que fue asesinada en los ’90 por la policía. Mocha no sabía leer ni escribir. La escuela lleva su nombre en su honor y con la intención que no se repita este aberrante hecho nunca más. “A través de la mirada podemos construir un modo de ser, y eso me lleva a pensar hacia donde quiero ir y qué es lo que quiero hacer. Las personas trans estamos atravesadas por un sinfín de situaciones que construyen nuestra historia de la manera más rica hasta la más penosa. Esas formas a veces agresivas y hasta denigrantes nos construyen, nos muestran ante una sociedad débiles de poder creer, de poder soñar y hasta de poder amar nuestra construcción o transición como cada una quiera llamarlo. Nos acusa ante una sociedad machista que nos dice traidoras porque decidimos decidir sobre nuestros cuerpos golpeados de tanta hipocresía y tan frágiles porque luchar por mostrarse fuertes cuesta y hasta mata.” Fragmento de La mirada transicionada (El poder de la mirada) por Virginia Silveira, egresada de Mocha.
El texto de la crítica ha sido eliminado por petición del medio.
Mocha Celis el pensamiento trans tras la exclusión violenta al sistema educativo, laboral y social El documental ficción “Mocha: Nuestra lucha, su vida, mi derecho” activa a la producción casera de un filme que enriquecido por la pluralidad de voces y la colaboración entre autoridades y estudiantes . Los protagonistas de pre producción, confección y tratamiento final convergen en un gran caudal de voces que de forma comunitaria se proponen hablar sobre problemáticas: sociales, injusticias es el caso del ingreso a derechos esenciales como la educación, vivienda y trabajo; marginados para los travestis y transgénero. Por. Florencia Fico. El documental argentino “Mocha” dura 63 minutos y cuenta con la dirección de Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi. El filme abarca la compleja situación de la transexualidad y transgénero. El resumen de la película es la historia de la creación del primer Bachillerato para personas Trans a nivel global. La institución está en la localidad de Chacarita en la provincia de Buenos Aires allí se desarrollan sus clases. En éste filme los estudiantes elaboran el filme relatando un cuento acerca de indentidad, aprendizaje, inclusión y su militancia de la integración a los derechos que el resto de la sociedad tiene. La productora Groncho se define: “el entrecruce de lo popular y lo profesional: ahí estamos” y eso se refleja en su planeamiento previo a la creación del documental. Donde alumnos y docentes en un pizarrón anotan los entrevistados, las recreaciones en ficción, las y los estudiantes que van a hablar. Se amplía la mirada de una película cuando los mismos intérpretes pueden participar o colaborar en la confección del filme. La escuela porta el nombre por Mocha Celis una trans tucumana no letrada que fue asesinada por la policía en época de dictadura según relata su amiga Flavia Flores . En su recuerdo y honor hicieron éste colegio público y gratuito, luego de 30 años de lucha social en compañía del movimiento “Diversidad Divino Tesoro”. Flores también admite que en la actualidad no son visibilizadas en los medios de comunicación; además “en lo que va del año 12 chicas fueron asesinadas. Hay mucho transvesticidios y travesticidios”, concluye Flavia. La película cuenta con una animación de Santiago Bungni de un Domingo Faustino Sarmiento pincelado con pelo rubio, labios rojos y cachetes en rosa, estilo comic y pop art. Es decir un líder de la educación intervenido para un cambio de paradigma en la ilusión de distintos sectores sociales. El guión lo redactaron estudiantes del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis en coordinación con los directores Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi. Todos hicieron una fórmula que combinó testimonios en primera persona, escenas figurativas de la vida de Mocha Celis y los alumnos. Por ejemplo: un desalojo, la celebración del aniversario de nacimiento de la escuela frente a una detención de una compañera, una procesión con velas para glorificar a Celis, la humillación de una farmacéutica a una transgénero, la intimidación policíaca y el desarrollo de las clases en el colegio, su función social, enseñanza e inserción laboral. Los estudiantes pudieron contar sus padecimientos tales fueron: detención, tortura, falta de respeto, desprecio, desalojo, un trato excluyente en el acceso a la salud , (medicamentos) para transgénero, falta de reconocimiento de sus identidades en las entidades bancarias y/o otras, la pobreza, prostitución, el hacinamiento, la violencia institucional,adicciones, poca cobertura en el tratamiento de sus enfermedades simples o de transmisión sexual(SIDA) exclusión familiar, carentes de jubilaciones, el maltrato y corrupción policial, vivencias en las cárceles(golpes), muerte, acosos, abusos, violaciones a sus derechos constitucionales, incomodidades, genocidios trans, censura y machismo. Los profesores, es el caso del Licenciado en Periodismo Miguel Nicolini, narró que los alumnos no proyectaban más de una semana de asistencia a clases pero al finalizar la cursada terminaban tomando mate y queriendo ser: Instrumentadoras quirúrgicas, periodistas, abogadas, actrices o trabajadoras sociales. Por un lado ven que los alumnos sienten que no son dignos para estar en la escuela pero en ella encontraron contención, unión, pertenencia, puestos laborales ya sea como preceptoras, miembros del buffet, docencia, secretaría académica, administrativas. Nicolini como Coordinador de Gestión Institucional del Bachillerato Trans Mocha Celis apunta al ingreso de éste sector a los derechos de educación, salud, vivienda y trabajo desde una mirada integral. “Es la primera escuela que se plantea construir un espacio educativo libre de discriminación sexual, de género y cultural. No es un lugar exclusivamente para los compañeros y compañeros trans, si no abiero a todas, todes y todos los que hayan sido expulsados del sistema educativo por cuestiones discriminatorias, violentas, culturales. Tenemos un estudiantado muy variado en términos de edades lo cual es hermoso e identidades, eso es lo que hace maravilloso el aula”, afirma Nicolini. Asimismo el documental manifiesta confeccionar la diversidad, la identidad trans como un lugar no exclusivo y su reclamo permamente de participar de una ciudadanía de primera no de segunda. Asimismo alberga tanto abuelos como a adolescentes. “Un espacio libre de discriminación, libre de sexismo, libre de estigmatización. Se ha dicho que es una escuela para “chicas travestis”, pero decimos que es mucho más; primero porque identidades trans no somos solamente “chicas travestis”, hay varones trans, mujeres transgénero, transexuales, hay maneras muy diversa de nominarse y autopercibirse”, describe a la institución su sitio web Comunicar Igualdad. La Fotografía de Ariel Contini y Sandra Grossi se basa en primeros planos a los entrevistados sean autoridades, estudiantes, docentes, trabajadores, actores y se tomó material de archivo de su fundación es el caso de presencia de Alberto Sileoni ex Ministro de Educación de la Nación en donde declara: “No puede haber silencio pedagógico contra la discriminación, contra la falta de respeto, contra el abuso. Y estamos discutiendo que tipo de sociedad queremos”. Lo mismo sucede con la activista trans Lohana Berkins recientemente fallecida que relata la convivencia con Mocha Celis y su amistad con el lema: ” Nuestra lucha, su vida, mí derecho”. Se hacen tomas del backstage y la puesta en escena de distintas recreaciones basadas en malas experiencias del colectivo y la vida de Mocha. Alma Catira sanches es licenciada en Ciencias Políticas, y en el instituto es docente en las asignaturas:”Politica – Ciudadanía y Derechos Humanos”, su primera instancia laboral formal como trans el resto de sus trabajos tuvo que hacerlos con su anterior identidad. Otra docente ve a las masculinidades muy apricionadas con poca abertura y ella les enseña a hacer cartas de quejas a los estudiantes para protestar si fueron vulneradas en algún momento. La escuela se originó en 2012 se posiciona como la primera Escuela Pública avalada por el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya que históricamente fueron las identidades trans privadas y discriminadas en su formación educativa. Sus directivos son: Francisco Quiñones Cuartas y Vida Morant académica y militante trans. La proyección documental ya fue galardonada con el Gran Premio del Jurado en el Festival Asterisco 2018, y el mismo premio en el Rio Festival de Gênero & Sexualidade no Cinema de Río de Janeiro. Puntaje: 70
Este documental además es un homenaje a Mocha Celis (a medido de los 90, una travesti tucumana analfabeta, que trabajaba en la zona de Flores fue víctima de la persecución policial y un día terminó muerta en el Hospital Penna y nunca se encontró al culpable). Por ella y muchas más que siguieron luchando por sus derechos, trabajaron duro para que esto sea posible y lograron su sueño, tener el primer Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis que abrió sus puertas en 2011, que recibe a trans, travestis, transexuales y transgénero, por un futuro mejor para que puedan ingresar a la facultad o simplemente para defenderse en la vida. Un film que habla de la inclusión, que logra conmover, movilizar, está lleno de recuerdos y testimonios, que para informar mejor utiliza algunas secuencias ficcionadas y hasta se usa la cámara en mano, mostrando la lucha por sus ideales, el reconocimiento de su identidad y sus derechos como el resto de la sociedad.
Luego de varios años de producción y filmación, finalmente se estrena un nuevo documental argentino que trata, una vez más, sobre las luchas y reivindicaciones sociales de un grupo de personas que por décadas fue marginada de la sociedad, y en la actualidad encontró un lugar, su sitio, para poder acceder el colegio secundario. El alumnado se conforma especialmente con chicas y chicos trans. Mocha es una institución creada para abarcar a toda la gente que congrega la diversidad sexual. Es el primer colegio en el mundo orientado hacia esa problemática social. Los mismos alumnos estuvieron involucrados en la elaboración de la película, guiados por los directores Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi. Casi todo fue filmado en el establecimiento educativo. Podemos ver como charlan y planifican lo que van a hacer, como así también hablan a cámara contando sus dificultades de vida y cómo se construyó el Mocha Celis, denominado así en honor a una travesti asesinada a tiros. Las situaciones más creativas se producen cuando algunos de ellos representan una escena en particular para ejemplificar lo que les pasa en la realidad diaria. El resto, se mueve por estructuras más tradicionales de lo que es un documental. Se ven fragmentos del backstage en varios momentos, en otros hasta los mismos directores aparecen frente a cámara. En ciertas situaciones suena alguna canción que envalentona el espíritu combativo, etc. El film es sencillo, hecho casi a pulmón. Cuya misión principal es la información y divulgación de lo que pueden conseguir las minorías, cuando se deciden, pelean por lo que quieren y encuentran quién les preste atención para llegar a concretarlo.
Mocha: salir del cono de sombra Mocha. Nuestra lucha, Su vida, Mi derecho es un documental realizado por estudiantes y docentes del bachillerato homónimo y dirigido por Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi, que retrata este bachillerato trans, único en el mundo. La acción transcurre casi totalmente dentro del edificio donde funciona esta escuela ubicada en el barrio de Chacarita. Allí estudian y militan personas trans, aunque no es exclusivo. El 40 por ciento de las personas que asiste al Mocha es trans, el resto está integrado, entre otros grupos, por descendientes de afroindígenas, personas de asentamientos urbanos como La Fragua e integrantes de identidades diversas. “La Mocha” se inauguró el 11 de noviembre de 2011, cuando todavía faltaban algunos meses para que se aprobara la Ley de Identidad de Género en Argentina. Es un lugar inclusivo que piensa la diversidad de género y cultural. En el film cada estudiante se presenta y cuenta su historia. Relatos que son relatos de muchas personas. La marginación, la imposibilidad de acceder a la educación, la necesidad de ganarse la vida de cualquier forma ante una sociedad que excluye y discrimina a cualquier ser humano que viva una vida diferente a lo que llaman “normalidad”. La cámara se pasea por las aulas, los rostros, las manos, los gestos de todos aquellos que, con coraje y determinación, le ponen el cuerpo a la película y a la lucha. Juega la cámara, da vueltas, se pone patas para arriba para plasmar un relato espontáneo, lleno de frescura y verdad. Y si entramos en verdades, es muy interesante la historia del estudiante varón trans que cuenta que en el número de CUIT usa el 27 para las mujeres y que él tiene su DNI con su nombre de varón, o cuando fue a operarse y no podían entender que quisiera realizarse una mastectomía. A través de su narración, lo que denuncia es el horror que produce su cambio de género. Algunas escenas de ficción que recrean la discriminación que viven diariamente en los negocios, en las calles, cuando buscan un lugar donde vivir y la represión policial, matizan el relato autobiográfico y le da dinamismo a los casi 60 minutos de película. ¿Por qué ponerle al bachillerato Mocha Celis? Porque Mocha no sabía leer ni escribir. “Cuando llegábamos a las comisarías detenidas, ella siempre me pedía a mí que le leyera. Me acuerdo de que cuando estábamos en los calabozos había otra trava, que era una chica supererudita, y yo le dije: ‘Aprovechemos que estamos acá adentro y enseñale a Mocha. Pero hacelo de manera que ella no se sienta mal, que no se sienta menos’”, cuenta Lohana Berkins. Mocha Celis Mocha Celis era una travesti tucumana que trabajaba en el barrio de Flores y fue una de las tantas que sufrieron en carne propia el abuso policial y la violencia institucional. Asesinada de tres balazos en la década del 90, su travesticidio jamás pudo esclarecerse y quedó impune. Es la misma Lohana quien la recordó en un texto publicado en 2011: … me acuerdo de la época en que volvió la democracia y nosotras creíamos que las cosas iban a cambiar. Entonces trabajábamos en Flores y teníamos cada una nuestra estrategia para sobrevivir al abuso policial. Mocha, por ejemplo, se había enfrentado con el sargento Álvarez de la comisaría 50ª de Flores, que le tenía una saña particular a ella. Un día estaba la Mocha en la calle, ella era un semáforo: divina, morocha, con vestido rojo y cartera dorada, y nosotros nos escondimos debajo de un auto porque queríamos ver qué es lo que el tipo le decía y cómo se defendía Mocha. El tipo ese día no la lleva detenida, pero le grita antes de irse: “¡Ya vas a ver, puto de mierda, vos vas a terminar con tres tiros!”. Y eso lo escuchamos varias. Un día Mocha desapareció. Varias de sus compañeras la buscaron y la encontraron muerta en el Hospital Penna. Insistieron en que le hicieran un autopsia o que, al menos, les dijeran cómo había muerto. Mocha murió de tres tiros, asesinada, pero la causa nunca prosperó. Mandamos a todas las chicas a comprar velas y nos citamos frente a la comisaría a tal hora todas con su paquetito. Caímos de repente: prostitutas, travestis, todas a la vez y empezamos a armar un silueta con velas en la puerta de la comisaría. Ahí dijimos unas palabras, se acercaban los vecinos y alguno de ellos nos empezó a contar “que sí, que esa noche sentí que algo raro pasaba...”. En fin, al rato nos tuvimos que ir porque vimos que empezaban a dar vueltas unos tremendos camiones y patrulleros... –continúa Lohana contando cómo le rindieron homenaje a Mocha Celis. Mocha. Nuestra lucha, Su vida, Mi derecho es, sin duda, un documental necesario ya que visibiliza lo que la sociedad con sus mandatos trata de ocultar y dejar en la oscuridad y de esto se ocupan las fuerzas del orden persiguiendo y asesinando a las personas trans. Mocha vive en cada libro, cada banco, cada estudiante y en cada lucha.