Los envenenadores La imagen de un río teñido de naranja o de amarillo, lejos de ser impactante en términos visuales y bella per sé, escapa de todo tipo de análisis poético cuando se la contextualiza, porque es producto de la contaminación y de la irreversibilidad de los derrames de venenos en el agua. La megaminería a cielo abierto, una de las ramas más redituables de la actividad minera -pero la más destructiva del ecosistema- es uno de los flagelos dejados por el capitalismo salvaje y sus prácticas económicas a expensas de los pueblos de aquellas zonas, donde se instalan multinacionales amparadas por cualquier gobierno, para extraer gran cantidad de minerales y sobre todas las cosas destruir montañas, contaminar ríos, generar todo tipo de desastre ecológico a su paso y que parece no tener fin.
LA MEGAMINERÍA CONTRA EL HOMBRE Y LA TIERRA Tiene como subtítulo “Megamineria y neoliberalismo” y es un documental de una actualidad urgente con una clara definición ideológica y la intención militante manifiesta, que ha sumando las últimas decisiones del gobierno actual, con las medidas del anterior y que recoge los testimonios de las victimas de la explotación minera, desde Canadá hasta nuestro país. Los accidentes pero también la consecuencia de la explotación con resultados contaminantes que rompen el equilibrio ecológico, literalmente desertizan la tierra y traen consecuencias irreparables en la salud de la población.
Filmado en varios países, Olvidalos y volverán por más expone los impactos sociales, económicos y ambientales de la megaminería como herramienta del neoliberalismo que explota, contamina y saquea. De Argentina hasta Canadá: afiche-olvidados-y-volveran-por-masCon un postura muy clara, el director argentino Juan Pablo Lepore –de la mano de la productora Colectivo Documental Semillas– presenta un trabajo que invita a reflexionar sobre las consecuencias de la megaminería en América. Bajo el canto de “Que se vayan todos”, ataca a todos los gobiernos por igual (sea el anterior, con Cristina Fernández como el actual, con Mauricio Macri) y pone en relevancia el papel tóxico y maligno que están ocupando las grandes corporaciones de la minería. Considero que uno de mis (tantos) defectos es el de ser apolítico. Tengo un desinterés absoluto por el tema, y por eso no me logré enganchar con el activismo que propone este documental. Entiendo que, como medio audiovisual, es uno de los instrumentos más valiosos de construcción social, pero yo no pude simpatizar. Desde lo ideológico no puedo opinar demasiado, pero sí sentí que Olvidalos y volverán por más insiste demasiado en mostrar a las empresas como entes diabólicos y nunca busca siquiera darles la palabra para que puedan brindar su postura o algún tipo de explicación. En ese sentido, el documental –con un estreno simultáneo en ambos extremos del continente: Buenos Aires y Montreal– es redundante a la hora de abordar la temática. Durante dos horas (que se me hicieron eternas) hay más y más ejemplos sobre los efectos nocivos de la megaminería, y nunca se brindan más soluciones viables que el “tienen que irse todos de acá”. A puro pulmón: La productora se autofinancia y busca no atarse a ningún tipo de entidad (ni siquiera al INCAA) para poder mantener su libertad y autonomía. En este sentido, quienes se encuentran más interesados en este tipo de propuestas ambientalistas pueden leer la entrevista al director (en este link) que completamenta al largometraje. En lo personal, no digo que lo que muestren sea falso, sólo que es una porción de la realidad. Desde lo técnico, se notó un trabajo sólido de montaje, entrevistas e investigación; sin embargo, algunas partes parecen hechas con Windows Movie Maker y dan muestra del presupuesto muy modesto con el que contó esta producción. Conclusión: Olvidalos y volverán por más va a tener un público muy definido y es un documental ácido donde ningún gobierno se salva. Valiéndose de un gran material de archivo, varias entrevistas a investigadores eruditos del tema e imágenes que recorren todo el continente, a mi parecer falla en dar vueltas demasiado sobre los mismos puntos, no mostrar nunca la otra cara (“al enemigo”) y ser demasiado tendencioso. Sin embargo, indudablemente representa un material movilizador y necesario para mostrar la otra cara de la moneda, una con la que uno no se tropieza si lo único que hace es leer ocasionalmente los diarios y ver las noticias del mediodía. Sin dudas es un tema social muy contemporáneo que pone en relevancia cuestiones actuales: el tarifazo, el malestar social creciente, el efecto intenso de la megaminería y la mirada de nuestros políticos que mira hacia un costado.
Que Iorio haya sido el mejor letrista del metal no implica que haya sido o sea un gran pensador; de hecho, sus más agudas reflexiones políticas (que seguramente están en el disco homónimo de Hermética y en Ácido Argentino) muchas veces se prestan a los cómodos lugares comunes del antitodo; espacio seguro y confortable durante los años 90, donde ser oposición (siempre desde la verborragia, claro) no presentaba al rebelde ninguna contradicción, como, por el contrario, sí se las presentó el proceso kirchnerista en las décadas subsiguientes. El documental de Juan Pablo Lepore homenajea una letra de Ricardo Iorio –“Olvídalo y volverá por más”, del disco Víctimas del Vaciamiento– no sólo desde el título, sino también desde ese lugar del que se dispara contra todos. Ya desde la iconografía del póster vemos clara la postura del realizador: una simbiosis fotográfica entre Carlos Menem, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri; postura que se explicita en la bajada del título: megaminería y neoliberalismo. La elección de esa frase poco precisa (porque así como podemos afirmar que los políticos mencionados impulsaron la minería, podemos aseverar también que la política económica cristinista no era neoliberal sino, más bien, y a grandes rasgos, neokeynesiana) es el núcleo del pensamiento de Lepore y de su documental. De todos modos, la falta de matices y una profundización en el enfoque de modelos opuestos como el neoliberalismo de los 90 (y el neocolonialismo macrista) y la incipiente industrialización y la apuesta por el gasto estatal y el mercado interno kirchnerista, no son ni tienen que ser el eje de un documental que viene a mostrarnos los riesgos que se corren con la megaminería; desde los problemas de salud, a los desastres ambientales, sumado a una desmitificación de los beneficios de las grandes extracciones de riquezas naturales. Es muy interesante cómo desde los primeros minutos Lepore y su colectivo nos explican el proceso de transferencia de recursos con una síntesis maravillosa; transferencia relacionada al poder que tienen compañías transnacionales como Barrick Gold, empresa que se volvió poderosa en nuestro país gracias al tridente de millonarios que mencionábamos más arriba, y en eso sí es entendible, y atendible, la mirada antitodo del director. Otro de los puntos rescatables desde lo discursivo es la desmitificación de las bondades de la minería, tanto desde el punto de vista de la generación de empleo como de la utilización real de lo extraído en nuestra industria, así como las menciones a las grandes cantidades de metales y minerales que las empresas se llevan del país, recordándonos que el saqueo español fue sólo el principio y que el bienestar de las potencias económicas se sigue debiendo, en parte, a las riquezas de los países periféricos y al sometimiento de sus clases populares. Desde lo formal, Olvídalos y Volverán por Más se nutre de entrevistas a activistas ambientales internacionales y nacionales, de una voz en off relajada y por fuera del canon locutorista, así como de imágenes de archivo de noticieros y otras filmaciones más artesanales de Lepore y su grupo de documentalistas Semillas. La película hace foco en una problemática que los grandes medios ocultan por obvios intereses; problemática que atraviesa distintos modelos económicos, aunque, por desgracia, no se aprovechan aquí las contradicciones que presentó el modelo filoindustrialista y sólo se hace foco en la denuncia, claro que válida y precisa, de los modelos liberales.
El Colectivo Documental Semillas nos trae una nueva producción en la que el foco vuelve a ser la minería a cielo abierto (como en "La jugada del peón", del 2014), enmarcada en un prolija investigación a la altura de los más sólidos registros sobre el tema a nivel local. Juan Pablo Lepore propone un doc plagado de entrevistas y datos objetivos que asustan, de sólo nombrarlos. Pero es así. Hace unos días en San Juan las cosas se pusieron mal cuando un nuevo episodio de una minería invasiva y peligrosa, destructora del ecosistema, tuvo lugar (la Barrick Gold, empresa especializada en este tipo de extracción de materiales, derramó una solución cianurada, aunque no está claro si llegó al río Potrerillos...). Y lo cierto es que a pesar de las denuncias que múltiples asociaciones de ciudadanos realizan en diferentes partes de nuestro país, el Capital sigue eludiendo los controles. Al parecer, cuenta con la complicidad manifiesta de la política, que protege sus actividades y no permite que los ciudadanos defiendan su territorio de este tipo de minería, altamente contaminante. Lepore ofrece abundante cantidad de material para que el observador imparcial, deje de serlo. Y muestra como funcionan este tipo de empresas y cuáles son sus modus operandis, en países como el nuestro. Pero quizás el mayor acierto del film es que logra mostrar que sucede en Canadá, sede de la gran empresa detrás de este tema de la minería (el estreno es simultáneo, lo cual no deja de ser un dato interesante). "Olvídalos y volverán por más", es un documental que no sorprende por su forma. Comparte con el resto de los de su tipo, el tono declarativo y la idea instrumental, expuesta y reafirmada por muchos implicados mostrando sus ideas y preocupaciones a cada paso del camino. Pero su activismo le juega en contra al no medir la duración y el uso de algunos de sus recursos. No todos naturalmente se aventuran dos horas a ver un doc de este tipo, quizás habría que plantearse que, más allá del valor de haberlo producido en forma independiente, el objetivo final es que los espectadores tomen conciencia de lo peligroso que es la minería a cielo abierto. En ese sentido, el Colectivo Semillas, que produce a pulmón todo su material y que es una organización vital para el cine documental local, debe buscar caminos y medios que sean más amistosos para el público masivo. No es que "Olvídalos..." sea un producto equivocado. No, simplemente no encontramos en él, la simpleza necesaria (y también, digamos, la extensión) para volverse sencillo de ver y compartir. Pero más allá de eso, si te adentrás en él, descubrirás (o ratificarás) lo que vos pensás de este tema. Un nuevo intento de poner al descubierto la trama de intereses ocultos que envuelve la actividad de este tipo de compañías cuyo único beneficio es el dinero, sin importar la seguridad de los espacios en que desarrolla sus negocios...
LA TIERRA NO SE TOCA En plena discusión por el desarrollo de la actividad minera en nuestro país, luego de que la empresa canadiense Barrick Gold, que tiene a su cargo la explotación de la mina de oro en Veladero, San Juan, reconociera otro derrame de solución cianurada, el compuesto químico que utilizan para separar los minerales de las piedras, el documental Olvídalos y volverán por más: Megaminería y neoliberalismo busca informar y concientizar sobre los grandes peligros que produce esta práctica. En este trabajo filmado en varios países, desde Canadá hasta Argentina, se cuenta cuáles son los impactos de la megaminería como avanzada del neoliberalismo que saquea los territorios donde antes hubo agricultura, contaminando las nacientes de los ríos y explotando las montañas. Iniciándose con furiosa actualidad, exponiendo la temática de la fuerte suba de las tarifas de luz y gas por parte del gobierno de Mauricio Macri, la producción recorre la pelea frente a la actividad minera desde la emblemática lucha de Esquel a comienzos del siglo XXI, que llevó a la sanción de una ley que prohibió la megaminería en Chubut en 2003; pasando por las experiencias de luchas de sociedades como las de Jachal, Famatina y Andalgalá en contra de la instalación de emprendimientos mineros. Este documental se destaca por no centrarse solamente en el drama ambiental que causa esta actividad, sino por exponer las implicancias políticas y económicas que conlleva. El plan preciso y estudiado por las empresas para instalarse y cómo buscan presentarse con una imagen social benefactora y limpia para esconder sus verdaderas intenciones. A su vez, se exhiben las influencias que tienen estas empresas sobre los gobiernos para adquirir de manera fácil y rápida sus necesidades para poder lograr extraer los recursos naturales de los suelos. A través de algunos reportajes y muchas imágenes de archivo, la cinta expone en forma clara el oscuro entramado de las compañías mineras en busca de sus objetivos, sin importar si destruyen montañas, ríos hasta pueblos enteros, como ocurrió en Canadá que desalojaron a un poblado entero con tal de poder extraer metales preciosos de esa tierra. Quizás la principal falencia que contenga este documental es que su estructura resulta más televisiva que cinematográfica, pareciéndose más a un informe emitido en años anteriores en la pantalla chica que a una producción destinada a exhibirse como un largometraje. Más allá de esta cuestión estructural, Olvídalos y volverán por más: Megaminería y neoliberalismo resulta de un gran atractivo para conocer a fondo cómo se desempeñan las empresas mineras detrás de esa imagen pulcra y limpia que intentan transmitir y el por qué de la “protección” que obtienen de los gobiernos, sin que importe el desastre ambiental, económico y social que realizan estas deplorables compañías.