La imaginación no todo lo puede El cine de animación mainstream, como gran parte de los productos culturales para el consumo masivo de nuestros días, es bastante pobre y está caracterizado por una pereza creativa insoportable que se condice tanto con la deficiente formación de muchos directores y guionistas del rubro (ni siquiera es un problema generacional porque personas de todas las edades trabajando en la actualidad demuestran que no se les cae ni una idea novedosa o -aunque sea- una clásica bien repensada) como con los criterios estupidizantes marketineros en función de los cuales se construyen casi todos los tanques actuales (la reducción del ámbito cultural a testeos de mercado elimina la riqueza potencial de la cultura, optando siempre por marcos conservadores y remanidos desde un temor risible a la novedad y la paciencia narrativa, dos recursos que brillan por su ausencia en nuestra contemporaneidad). Salvo alguna que otra cosilla del Pixar reciente y alguna que otra franquicia portentosa que milagrosamente fue encarada desde una iconografía de términos autorales, como por ejemplo la correspondiente a Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon), la animación hollywoodense continúa enterrándose sola gracias a productos por demás anodinos e intercambiables como el que nos ocupa, Parque Mágico (Wonder Park, 2019), un opus infantil que sigue la estela del último eslabón de Toy Story en eso de quedarse sin la máxima autoridad detrás de cámaras por haber sido despedido a raíz de múltiples denuncias de acoso sexual (en el caso de la cuarta entrega de los muñequitos sensibles el echado fue el guionista y productor -y realizador de las dos primeras películas de la serie- John Lasseter, aquí es el director Dylan Brown, quien fue reemplazado por tres colegas). La historia se reduce a una nena, June (Brianna Denski), que junto a su madre, la Señora Bailey (Jennifer Garner), crean el parque de atracciones imaginario del título a través de un montón de juguetes y dispositivos varios dentro de la casa burguesa de turno, no obstante cuando la progenitora se enferma la chica se olvida del reino de la fantasía y debe crecer de golpe. Al cuidado de su padre (Matthew Broderick) mientras la madre está siendo tratada lejos del hogar, la nena eventualmente termina escapando de una salida educativa y descubriendo en un bosque que el Parque Mágico existe y que está bastante abandonado/ destruido por el accionar abstracto de unas nubes amenazantes de tormenta conocidas como La Oscuridad. Así June y los anfitriones del lugar (un oso, un jabalí, un par de castores, un puercoespín y un mono que simbolizan juguetes de la protagonista) tratarán de devolverle la vitalidad al parque y sobrevivir a los ataques de los antiguos peluches del “gift shop”, hoy transformados en un ejército de pequeños zombies malévolos con forma de chimpancé. Como salta groseramente a la vista, la propuesta combina la premisa de base de La Historia sin Fin (Die Unendliche Geschichte, 1984), sustituyendo a La Nada por La Oscuridad y al varón por una nena, el devenir macro de Intensamente (Inside Out, 2015), caracterizado por un recorrido por el propio intelecto y las emociones de la adalid principal, y finalmente diversas secuencias psicodélicas de acción/ aventura muy en sintonía con sus homólogas de la muchísimo mejor Lluvia de Hamburguesas (Cloudy with a Chance of Meatballs, 2009), en esta oportunidad para colmo llevando a la velocidad retórica al extremo del cansancio y acumulando momentos tan vertiginosos como intrascendentes y lelos. De hecho, Parque Mágico es tan genérica, repetitiva e insustancial que más que reforzar su moraleja de fondo, léase “la imaginación todo lo puede”, se termina convirtiendo en una buena prueba de la sentencia exactamente opuesta. Como casi todos los exponentes hollywoodenses actuales, el film se obsesiona con el apartado visual y descuida trágicamente el núcleo narrativo…
El cine de animación podrá ser el amo y señor de la taquilla en Argentina, pero eso no significa que sea el género con mejores películas, no está ni cerca de serlo. Al agotamiento de muchas fórmulas, lo acompañan las películas de animación de segunda línea, no tanto en producción sino más bien en calidad. Parque mágico tiene destino de olvido desde el momento en que se estrena. No tiene identidad ni encanto suficiente para lograr ser una película relevante del género, aun cuando consiga un número razonable en taquilla, como suele pasar con estas películas. Sin un estilo propio, la historia de la protagonista se vuelve falsa, como si se tratara de la copia barata de grandes títulos con el fin de sumarse a algo de su éxito. Hay una historia en la que una niña, obligada a separarse de su madre, se refugia en un mundo de fantasía para sobrevivir. La oscuridad en ese universo, así como también toda la alegría, ha sido creada por la propia niña. Y eso es todo lo que hay para decir de Parque mágico. La mediocridad en una película de animación es agotadora. Ver como un largometraje intenta, con torpeza, producir las emociones de Disney, Pixar o Ghibli sin conseguir, es un espectáculo lamentable. Aun cuando se note un interés por un cine maduro y complejo, recorrer un camino ya agotado no produce ningún tipo de placer, solo aburrimiento.
La infancia es tierra de cuentos y el cine es una tierra de magia, con lo cual es una maravillosa fórmula para los niños y para los adultos que quieran acompañarlos a ver una película. “Parque Mágico”, la nueva comedia de aventura animada de Paramount Pictures y Nickelodeon Movies, se trata de eso y un poco más. Una mirada sobre la infancia, sobre la imaginación, sobre de qué lado están los padres, si estimulan esa imaginación o no. Con el plus de estar realizada también en 4D. Porque los niños de hoy no son los de ayer que miraban Disney. El cuento está y lo interactivo, que es lo que además les importa a los niñitos de estos tiempos, también y suma. El director de Parque Mágico, Dylan Brown, puso especial hincapié en montañas rusas, mounstros que caminan, bajadas olímpicas, brisas que acarician como para que el modo 4D acompañe todas esas sensaciones. La butaca responderá con temblores en las corridas, hamacadas cuando un oso se vea en la cumbre de una montaña rusa a la que le teme, brisa allá en lo alto, y gotitas que lo salpican a uno, según la historia lo indique. Toda una experiencia que sorprenderá gratamente a los más chicos y a los más grandes que los llevan de solo mirar sus rostros y sensaciones. Con las voces originales de Ken Jeong, Mila kunis, Jennifer Garner, Mathew Broderick y Jeffrey Tambor, de un género familiar y animación es felizmente completa por donde se la mire. Por lo visual, sensorial, emotiva y porque tiene un cuento al mejor estilo tradicional, bien contado. June es una nena imaginativa y creativa. A ella le gusta crear parques de diversiones ficticios y mágicos a tráves de sus dibujos y es estimulada por sus padres. Un día, pasado tiempo desde su creación, descubre que su parque no era tan ficticio como pensaba y tendrá que convivir junto con los animales que viven allí: un oso azul, que padece un extraño efecto en su condición de hibernación, un puercoespín enamorado de una cerda que une a todo el grupo, pero que no lo sabe, un mono creador y castores. Si tiene un niño o niña, preferentemente, en su familia apurése a tomarlo de la mano y llevarlo a ver “Parque Mágico” porque la película merece la alegría de verla.
Dedicada a los niños más pequeños, Parque Mágico combina una animación técnicamente impecable con un argumento extraño, que sólo parece una excusa para el despliegue de la pirotecnia visual. June es una nena que se la pasa jugando a la construcción de parques de diversiones. Su socia creativa es la mamá: entre las dos arman, por toda la casa, la más variada clase de atracciones. En otra dimensión, lo que a ellas se les ocurre sucede realmente. Así, los muñecos de peluche de June cobran vida y son los anfitriones del verdadero parque mágico: un mono, un puercoespín, una jabalí y dos castores. El viejo truco de meter animalitos parlantes para captar la atención del público infantil. Pero la mamá de June se enferma y tiene que viajar a hacerse un tratamiento, por lo que June abandona el juego, se preocupa por no perder también a su padre, y el Parque Mágico cae en el olvido. De alguna manera, ella entrará en la dimensión del parque y deberá ayudar a los animalitos a derrotar a “la oscuridad” que tomó el lugar. Una alegoría al estado anímico de la nena: endeble mensaje de resiliencia. Todo transcurre a un ritmo vertiginoso, con muchas escenas donde da la impresión de que hay varias situaciones desarrollándose simultáneamente. La explosión de colores y texturas contribuye al mareo pero también compensa los baches del guion de Josh Appelbaum y André Nemec para una película que oficialmente no tiene director: Dylan Brown, ex animador de Pixar, estuvo al frente del proyecto casi hasta el final, pero por denuncias de abuso sexual fue despedido y su nombre quedó excluido de los créditos. “La oscuridad está para recordarnos que miremos la luz que nos rodea”, es la explícita -y berreta- moraleja de esta historia, que pronto será una serie del canal Nickelodeon.
Una hermosa relación entre la niña June (Brianna Denski) y su madre, la Sra. Bailey (Jennifer Garner) sirve de base para crear un mundo imaginario donde los animales administran un Parque de juegos mágico. June disfruta inventando nuevas aventuras, historias y personajes muy divertidos. Vive con sus padres y es hija única. Además es el centro de atención de su vecindario porque tiene una habilidad especial para llevar a la realidad algunas de sus ideas. La vida en la casa de June no es más que alegría y creatividad, hasta que un día todo cambiará y una etapa de oscuridad nublará el hogar. En el medio de inseguridades, miedos y una lucha interior, June se encontrará con un bosque donde todo puede pasar, incluso el parque mágico que ella siempre soñó se puede volver realidad. Dirigida por Dylan Brown, la película cuenta con un elenco de estrellas de Hollywood como Ken Jeong, Mila Kunis y Matthew Broderick, además de los mencionados, que con sus voces dan vida a los personajes. Una película familiar con mucha acción, diversión y un mensaje interesante sobre las diferentes etapas de la vida. El gran plus es su versión en formato 4D E-Motion, que si pueden aprovecharlo es impresionante, porque uno es parte de la película, los asientos se mueven, los lentes 3D realmente se disfrutan en otra dimensión, el viento se siente en la cara y todo parece muy real, estamos en una montaña rusa de verdad!!! Buena opción para ir con chicos y pasar un momento divertido en familia. ---> https://www.youtube.com/watch?v=y_bB0AdEy9c TITULO ORIGINAL: Wonder Park DIRECCIÓN: Dylan Brown. VOCES ORIGINALES: Ken Jeong, Mila Kunis, Jennifer Garner, Matthew Broderick, Jeffrey Tambor. GUION: Lino DiSalvo. FOTOGRAFIA: Juan García Gonzalez. MÚSICA: Steven Price. GENERO: Familiar , Animación . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 86 Minutos CALIFICACION: Apta todo público DISTRIBUIDORA: UIP FORMATOS: 2D. ESTRENO: 11 de Abril de 2019 ESTRENO EN USA: 15 de Marzo de 2019
Parque mágico es una propuesta inusual de Nickelodeon que tiene muy poco que ver con la clase de película que se vende en los avances promocionales. El tono del relato es mucho más complejo y emocional y por momentos evoca esa oscuridad y melancolía que tuvieron algunas producciones infantiles de los años ´80 (como Regreso a OZ), que al igual que este estreno fueron odiadas por la crítica. Si en esta misma ficha mirás el porcentaje que tiene en Rotten Tomatoes parecería que esto es un desastre absoluto y la verdad es que no es tan terrible. No dudo un segundo en defender este film ante otras producciones insípidas, como las continuaciones de Hotel Transilvania o Angry Birds, que se centran en los chistes tontos como único recurso de entretenimiento. A diferencia de lo que se vendió en las publicidades, esta película en realidad gira en torno a la ansiedad y el estrés emocional que genera en una niña la enfermedad de su madre y la posibilidad de perderla para siempre. Esa crisis familiar influye en sus emociones y en la conexión que ella tenía hasta ese momento con la imaginación y la fantasía. Si bien el film no tiene golpes bajos ni entra en el terreno Pixar de la depresión absoluta o la genialidad de Mi vecino Tororo, que contaba con una premisa parecida, por momentos lidia con algunas cuestiones densas y no todo pasa por las situaciones graciosas con los animales que hablan. La oscuridad a la que se enfrenta June en la aventura, que es una analogía de la tristeza, está muy bien trabajada en el argumento y deja un mensaje positivo y realista. La tristeza es un sentimiento que no se puede erradicar por completo en la vida pero hay maneras de lidiar con ella y el film aborda muy bien esta cuestión. Un momento. ¿Si llevo a mis hijos a ver Parque mágico se van a poner a llorar en el cine o terminar deprimidos? No, en absoluto, pero los menores de cinco años podrían asustarse con algunas secuencias de fantasía. En estos días donde muchos niños tienden a estar idiotizados con los videos juegos del celular o la tablet la película también incentiva al público infantil a retomar la imaginación a la hora de entretenerse para crear mundos y personajes originales. Otra cuestión positiva de esta historia que genera que no la pueda aniquilar en la reseña como hacen en otros medios. Un problema que tiene Parque mágico es que es muy corta y en apenas 85 minutos no termina de ir a fondo con los temas que trabaja. Sobre todo en la parte emocional del argumento que podría haber tenido un mayor desarrollo. Me quedó la sensación también que a los personajes de fantasía les faltó un poco más de personalidad y terminan siendo olvidables. En el terreno de los aspectos técnicos, si bien la animación es algo genérica cabe resaltar la labor que hicieron con el diseño de los escenarios que es espectacular. Toda la gama de colores que usaron y los detalles en el parque y las criaturas que lo habitan están muy bien logrados. En resumen, una propuesta diferente de Nickelodeon que no se destacará entre los mejores filmes de animación del año pero tampoco es el peor estreno del género como intenta vender especialmente la prensa norteamericana. El Dato Loco: Parque mágico quedará en el recuerdo como la película sin director de esta compañía. Aunque el realizador Dylan Brown fue responsable de la mayor parte de esta producción nunca llegó a completarla. El estudio Paramount lo despidió debido a las numerosas denuncias que recibió por acoso sexual y a raíz de ese tema optaron por eliminar directamente los créditos de dirección.
Parque mágico tiene las ambiciones de una película infantil que combina diversión con profundidad pero no llega a concretarlas. Lo intenta eligiendo un tema complejo, como es el aprendizaje a lidiar con la adversidad y no dejar de ser uno mismo, pero no logra traducirlo en un film que maneje las sutilezas necesarias para tratarlo y divertir al mismo tiempo. La película tarda media hora en establecer la situación: una niña que juega a armar un parque de diversiones imaginario deja de hacerlo cuando su madre se enferma. Esa primera parte genera cierto interés, pero lo que sucede a partir de entonces es previsible, con el parque mágico cobrando vida y una lección que será aprendida hacia el final. En el medio hay secuencias con animales que hablan, mucho color y acción un tanto repetitiva que probablemente entretenga a los chicos más pequeños.
June es una nena de ocho años con mucho ingenio que adora construir maquetas. De esta forma pasa el tiempo fabricando el modelo a escala de un parque de diversiones, con la ayuda de su mamá. Cuando ésta debe emprender un viaje por tiempo indefinido será el momento destinado a que la niña despliegue toda su fuerza, haciendo frente a la adversidad con el poder de su imaginación. Para tomar distancia de las dificultades que atraviesa la familia, el papá de la protagonista decide que se aliste en el campamento de verano. Encontrándose lejos de casa, y con el objetivo de volver junto a su padre, June se topará en mitad del camino de regreso con un llamativo bosque colorido. En él sorpresivamente encontrará en estado de abandono un parque de atracciones, aquel que durante tantos años había imaginado con su madre: “Parque Mágico”. Sus nuevos simpáticos amigos, el oso Boomer, el puercoespín Steve, los castores Gus y Cooper y el chimpancé Peanut, al mando de la jabalí Greta, le explican a June que es la única humana capaz de enfrentar a la Oscuridad y poner en funcionamiento el parque de diversiones una vez más. (Desde el inicio del film la niña despliega una habilidad especial para la preparación y reparación de máquinas y artefactos). El camino de la reconstrucción no será sencillo, ya que el grupo deberá enfrentarse a los ataques permanentes de los temibles chimpanzombies. A pesar de exhibir un guión no cuidado y, por momentos, incluso ansioso (las situaciones de conflicto se resuelven súbitamente), el hilo argumental se encuentra compensado por vertiginosas escenas de acción. Estos momentos, que se despliegan a un ritmo frenético a lo largo de todo el film, están bien logrados, atractivos y plenos de color. Lo que también denota es la prevalencia del entretenimiento por sobre el mensaje. De forma sutil y a tono con el clima de época de empoderamiento, los líderes de cada uno de los grupos (familiares, infantiles, animales) son femeninos. En contraposición, los personajes masculinos son retratados como torpes figuras dependientes de cada una de sus compañeras. “Parque Mágico” se destaca por poner en valor permanentemente la importancia única de la imaginación en el mundo infantil. No obstante los hiatos narrativos, la elogiosa animación que muestra la película en cada uno de sus cuadros será el soporte garantizado para la diversión del público de todas las edades. (M.S)
Naturalizado el nivel superlativo de animación que se maneja en los últimos años en cada estreno infantil, lo cual ya no es una característica diferencial, es hora de volcarle un plus a los guiones y a los giros dramáticos con los que estas películas desarrollan su historia. En el caso de "Parque mágico", el nuevo filme de Paramount Animation y Nickelodeon Movies ("Jimmy Neutrón: El niño genio", "La granja"), existen dos instancias bien claras y contrapuestas entre sí. La iniciática, que da introducción a ese mundo fantástico que la pequeña June se crea junto a su madre; y el conflictivo, donde suceden los hechos que le dan acción a la trama. La primera, inteligente e inédita, con un golpe bajo absolutamente innecesario; y la segunda y final, obvia y con una estética que mirándola muy por arriba nos trae al James Sullivan de "Monster Inc.", a Pumba y a Jorge, el curioso. "Parque mágico" cuenta la historia de June, una niña sumamente creativa, quien junto a su madre elabora en su mente un parque de diversiones lleno de montañas rusas, fuegos artificiales y animales encantados que le dan vida, cada vez que lo piensa. Por una razón involuntaria y exagerada que no develaremos (que nos recuerda al Disney más antipático y traumático, ese que marcó con momentos dramáticos los guiones de "El rey León" y "Bambi"), esa ilusión es abandonada; y es la propia June la única encargada en volver a darle color a ese parque detenido en el tiempo y atacado por los Chimpanzombis, millones de diminutos personajes que destruyen y arrasan con todo en su andar en manada. PRIMER PASO Con las voces de Brianna Denski, Matthew Broderick, Jennifer Garner, Ken Hudson y Mila Kunis en la versión norteamericana; la española sólo cuenta con la banda de sonido ("Tú eres la magia") interpretada por David Bisbal como figura destacada. "Parque mágico" es efectista, entretiene, genera curiosidad por momentos y se define casi al principio cuando sabemos de qué tratará la historia de esta pequeña e intrépida June. Una película que fluye pero que no generará un después en el niño, queriendo posteriormente el DVD para volver a verla en casa. Sí es la piedra basal de Paramount Pictures, ya que planea una serie de televisión basada en la película, que se emitirá por la señal Nickelodeon.
Los fans de cualquier edad de los parques de diversiones seguro pasarán un buen rato con esta modesta producción animada diseñada originalmente como un piloto para Nickleodeon. Algo muy interesante del concepto de “Parque Mágico” es que en la historia no hay ningún villano, salvo en el lado oscuro de la salvaje imaginación de la protagonista. La trama presenta una nena de imaginación desaforada, que tiene la tenacidad suficiente para llevar a la práctica unas pocas de sus ideas locas, lo que como queda claro en algunas de las escenas iniciales puede ser bastante peligroso. Con su imaginación mitigada por sus padres, la pequeña protagonista recorre un bosque y se encuentra con fabuloso parque de diversiones medio derruido. Pronto percibe que ese parque es imaginario y que, por lo tanto, sólo podrá arreglarlo con su imaginación. Así que pone manos a la obra junto con animalitos extraños como un puercoespín, un oso azul y miedoso, y unos muñecos zombies. Cada juego del parque es un delirio imposible pero divertidísimo, y sobre todo vertiginoso. La animación no es de lo mejor pero cumple, y la mayor queja es que no todos los juegos de este “Parque Mágico” estén debidamente explorados.
Una nena con mucha imaginación “entra” mágicamente en una de sus invenciones. Notable visualmente, floja conceptualmente. Si sólo quería una descripción evaluativa, ahí tiene y con eso quizás pueda decidir si llevar o no a los chicos a ver esta fantasía sobre una nena con mucha imaginación que “entra” mágicamente en una de sus invenciones, fábula que sirve para hablar de la pérdida, el paso del tiempo (lo mismo), la infancia y todo aquello que significó, alguna vez, el vértigo despreocupado de la libertad infantil. El problema que tiene es que combina momentos de puro juego físico, con una búsqueda forzada de la emoción y la melancolía que apela, sobre todo, a los adultos. En ese punto es donde la película borra con el codo la diversión que ha esbozado con la mano. Pero es visualmente bella, los personajes son simpáticos y el trabajo de voces en el original es notable. En esos elementos fuera de control, la película tiene más valor que en su mera historia.
Paramount Animation, Nickelodeon Movies y Ilion Animation Studios se unieron para realizar esta comedia de aventura animada pensada fundamentalmente para un público infantil y producida en formato 4D E-Motion, que facilitan una gran experiencia inmersiva a su publico. June -Brianna Denski- es una niña hiperactiva con una imaginación desbordante, que junto a su madre -Jennifer Garner-juega a diseñar parques de atracciones mágicos imaginarios que cobran vida gracias a los animales que lo dirigen. Pero cuando su madre enferma y se ausenta la niña deja de jugar y destruye el parque. Tiempo después June se verá transportada al parque de sus fantasías, donde descubrirá que su descuido ha convertido aquel lugar tan magnífico en una sombra de sí mismo. Y con ayuda de los animales, la reticente heroína deberá arreglar el parque y vivirá asombrosas aventuras junto al oso Boomer -Ken Hudson Campbell-, el jabalí Greta -Mila Kunis-, los castores Gus -Kenan Thompson- y Cooper -Ken Jeong-, el chimpancé Peanut -Norbert Leo Butz- y el puercoespín Steve -John Oliver-. Con una trama muy simple y giros de guión demasiados previsibles el film concentra la atención fundamentalmente en las escenas de acción y su puesta en escena, con un logrado diseño de personajes y coloridos escenarios que aprovechan al máximo las virtudes del 4D E-Motion. Sin la ambición de las películas de Pixar y a pesar de su discurso excesivamente ingenuo, aunque tierno, Parque Mágico propone esa aventura de la protagonista como metáfora en un viaje interior -al estilo de Inside Out- que la hace madurar y superar el miedo a la posible pérdida de un ser querido. Mas allá de su sencillez, el espectáculo visual y la acción que garantizan el entretenimiento, Parque Mágico entrega un mensaje interesante, y poco frecuente en estos días, que trasciende el concepto del parque de atracciones y revalora el poder de la creatividad, la lectura, el salir a jugar con amigos y el compartir tiempo jugando juntos padres e hijos, sin dispositivos electrónicos de por medio. En una historia donde el teléfono solo sirve como gags de humor para inmortalizar momentos de la aventura.
Un paseo por las nubes El cine de animación es uno de los más competitivos. Difícil que haya lugar para las pequeñas producciones y constantemente parece estar necesitando cambios, innovaciones, y variación de impronta para seguir facturando en un mercado que si bien ya no está dominado por una sola empresa sigue siendo un nicho algo exclusivo. Parque mágico inició su carrera de marketing de modo muy auspicioso hace cerca de dos años, prometiendo ser una gran propuesta de la mano de los estudios Nickelodeon, líderes en la producción de series animadas para un público pequeño. Sin embargo, algo fue sucediendo en el medio; su estreno pactado para mediado del año pasado se postergó; su director (Dylan Brown) fue despedido bajo acusaciones de conducta sexual inapropiada y remplazado por un conjunto que no figura en los créditos (David Feiss, Clare Kilner y Robert Iscove); su producción fue traslada de íntegramente en EE.UU. a España; y se inició una nueva campaña mucho más modesta con su título original modificado de Amusement a Wonder Park. Con estos antecedentes podíamos esperar lo peor. Sin embargo, Parque mágico, con muchas limitaciones, puede ser una experiencia positiva. Eso sí: muy volátil. La imaginación al poder A muchos de nosotros, de chicos, nos contaban cuentos antes de dormir; otros jugábamos a crearlos nosotros mismos. Este es el caso de June, quien todas las noches junto a su mamá le dan vida desde su imaginación a las historias del Parque mágico, un parque de diversiones habitado por todos los muñecos de peluche de June, en el que el mono oficia de inventor de las atracciones más disparatadas como inventivas. Pero algo sucede en la vida de June: su madre cae enferma, y ella poco a poco va olvidándose de su fantasía del parque mágico. Una tarde, entrometiéndose en el bosque, encuentra que el parque es real, aunque probablemente ella sola lo vea. Pero está abandonado y venido a menos, sufriendo los ataques de unas nubes negras y unos muñecos genéricos similares a chimpancés zombies. La única que puede salvar al Parque Mágico es June a través de volver a imaginar nuevas historias positivas y dotar al mono de nuevas atracciones llamativas. También deberá volver a construir la atracción principal, la montaña rusa, la cual ahora los animales/muñecos tienen miedo de montar. Por supuesto, Parque mágicotiene un mensaje que potencia la imaginación creativa de los niños que mantiene viva las esperanzas. Sin embargo, brota a la luz que si algo escasea en Parque mágico es imaginación propia e inventiva. Su premisa nos hace acordar bastante a La historia sin fin, e inevitablemente pensar en personajes que habitan en la mente de la protagonista y que simbolizan diferentes partes de su personalidad, nos lleva a Intensa-Mente. Aunque ni de una, ni de otra, tome la enorme capacidad narrativa (sí tiene una paleta de colores llamativos similares a la del film de Pixar). Mucho ruido… Si bien no tiene grandes hallazgos novedosos, Parque mágico hace una apuesta visual fuerte. El trazo de la animación es simple y correcto, de tonos brillantes y contrapuestos, y se juega por varios movimientos de cámara que le otorgan ritmo. Todo el ritmo del que la historia y los personajes carecen. June y los animales son simpáticos pero muy genéricos. Quizás los más pequeños, a los que definitivamente va orientada esta propuesta, se identifiquen o encariñen con alguno/s, pero difícilmente estos queden en la memoria. El desarrollo es permanentemente simplista y ni siquiera se anima a correr riesgos obvios que pudieron ubicarla en una zona de madurez. Todo es edulcorado, naïf, y predecible. Sin embargo, su corta duración se hace ligera, nunca llega aburrir, su humor es acertadamente inocente y se guarda algún as bajo la manga. La montaña de rusa de marras se ubica en el centro no solo argumental, sino de la escena, siendo el foco de la cámara y la acción. Este detalle hace que, de ser vista con la “máxima tecnología en salas 4D” sea algo muy inmersivo y vibrante. ¿Pero cuántos espectadores la van a poder ver en 4D? ¿Y no es eso un mero adorno? Para el resto, puede ser algo convulsiva. Como esos parques de diversiones ambulantes de los barrios, Parque mágico es alegre y entretenida. Aunque sus mejores armas ya las vimos en otros ámbitos y en mejores entornos.
Esta película coproducida por Estados Unidos y desarrollada en ordenador por “ilion Animation Studios” -compañía española afincada en la localidad madrileña de Las Rozas- no es un simple relato de aventuras y comedia. Producida en conjunto por Paramount Animation y Nickelodeon Movies, cuenta con las voces de Matthew Broderick, Jennifer Garner, y Mila Kunis, entre otros, aunque es posible que la vean doblada. Es una experiencia inmersiva si optan por verla en 4D. No sólo en lo que se refiere a esta maravillosa tecnología, sino porque su temática está pensada para grandes y chicos, con lo cual no tiene nada que envidiarle a ningún otro estudio, menos a Disney, quienes con sus equívocos relatos, han dado nacimiento a nuevos exponentes. La temática que tiene que ver con aprender a superar las situaciones irremediables de una manera positiva, da muestra del desastre que puede suceder a nuestro alrededor si -por el contrario- optamos por enrabiarnos con los problemas que de seguro se presentarán en nuestra vida. Con una duración perfecta, avanza por el drama de manera concisa para enfocarse en la importancia de lo que nuestra imaginación puede hacer si se toma en serio. ¡Recomendable! Lo único que podría llegar a criticar negativamente es cómo los personajes adultos parecen están viviendo en un idilio hasta en los peores momentos, como si tuvieran un conocimientos superado en todos los aspectos.
“ESPLENDICIMO” Cuando los chicos son el eje principal de un film esto suma muchos puntos. No faltan películas en las que los adultos moralistas aparecen detrás de los dibujos para decirles cómo deben comportarse. Por el contrario, Parque mágico es una película que explora en la imaginación de una niña y no deja expuesto un mensaje aleccionador. June es una niña que, con su gran imaginación, fue capaz de crear todo un parque de diversiones ficticio y, a su vez, de iluminar a los amigos del barrio con su hermosa personalidad. Cuando su madre le dice que está muy enferma y debe irse de la casa a ser tratada, la niña abandona su juego hasta que un día se da cuenta que realmente existe todo lo que alguna vez creó con su imaginación. Parque mágico sabe encontrar varios climas y explora la adrenalina propia de un parque de este tipo: por momentos, uno tiene la sensación de ser parte de esas montañas rusas. Pero también sabe trabajar el drama, mediante la tristeza de una niña preocupada por su madre. Sin embargo, es la comedia la que siempre salva al mundo. June encuentra a aquellos animales que imaginó y son más “esplendicimos” y graciosos de lo que pensaba. El pequeño puercoespín es quien se lleva todos los créditos, pero los demás no se quedan atrás. Ellos le recuerdan todo lo hermoso del mundo y, aun en crisis, atacados por unos monos zombies, no pierden el sentido del humor. Son la fuerza que le permite a June arreglarse y por ende reparar todos los problemas que han aparecido en el parque luego de empezar a estar triste. “Esplendicimo” es uno de los neologismos que crea June, porque espléndido le queda chico para hablar de todo lo que ha podido crear mediante su imaginación. Parque Mágico es una hermosa película que cuenta con la ternura necesaria para entender que una niña puede caer en crisis, superarla y aprender a convivir con los dolores. El film aporta una muy bella lectura de la infancia y la imaginación. Es una apuesta para que los chicos se conecten con sus gustos, con sus padres acompañando.