Dentro de la saga Disney Fairies, a Tinkerbell le va bien. Digamos que es una franquicia que a las nenas, les gusta mucho. El mundo de las hadas, lo mágico, la ternura del personaje principal, siempre atraen a la platea menuda femenina y esta vez no será excepción. No hay mucho análisis que hacer desde la temática que ofrece, ya que esta franquicia no es cómo otras (las de Pixar, por ejemplo) que conectan al adulto que acompaña a sala con el humor a otro nivel. Esta es una película para un público determinado, y es bueno no pedirle otra cosa que lo que ofrece... aunque debo reconocer que en comparación con las anteriores, me pareció mejor armada y más llevadera. Detrás de las cámaras, un hombre que ya hizo varias cosas para la compañía (muchos videos), Bradley Raymond. La idea en esta oportunidad es salir de la comunidad y el mundo habitual donde se mueve Tinkerbell y llevarla a un escenario nuevo. Al menos, parcialmente. Resulta que nuestra hadita un día descubre que su tierra, tiene un límite fijo. Una frontera. En su hábitat natural, hay calor y vegetación, sin embargo, del otro lado, todo es frío. Como siempre, Tink es curiosa e inquieta y una vez que encuentra la manera de transgredir, visita el mundo prohibido (la reina les impide ir porque el cambio de temperatura afecta a las alas) y por esas cosas del destino, da con su hermana. Una hada llamada Periwinkle que pertenece del otro lado. Sus vidas son similares pero distintas, viven en realidades térmicas distintas y por mucho que quieran estar juntas, sino piensan una buena estrategia para resolverlo, deberán seguir separadas a pesar del afecto que descubre que las une. El tópico sobre el que gira esta entrega es, la fraternidad, sin dudas. Cada personaje (las compañeras de nuestra hadita) ocupa un espacio sólo para acompañar, sin más intención que esa. La trama descansa sobre el conflicto principal (cómo las hermanas pueden superar vivir en universos tan distintos) y en esta oportunidad, hay sólo un par de canciones para que las chicas se aprendan (en las anteriores, teníamos más). Desde el aspecto técnico, la película luce sólida y el 3D está bien logrado. Hay cierta dosis de humor (un poco más que en las anteriores) pero dentro del tono general de la cinta. A pesar de eso, si el adulto que acompaña está predispuesto, quizas sonría cada tanto y no mire tanto el reloj. Se deja ver y las nenas la disfrutan mucho. Lo cual, no es poco en estos días. Entretenimiento garantizado para ese segmento del público.
La pantalla le queda grande Del clásico libro de J. M. Barrie llamado Peter Pan existieron muchas versiones teatrales y cinematográficas, siendo la más popular de todas la que produjo el mismísimo Walt Disney en 1953. Allí, y por primera vez, el personaje de Tinker Bell (Campanita o Campanilla, en castellano) cobraba una forma humana y era más que una luz en el relato. Los puristas de aquel momento se quejaron por esa forma de mujer voluptuosa que Disney le otorgó. Tenían algo de razón, porque a pesar de ser tan diminuta, el film le da un sutil y pícaro toque sexy al personaje. Aun así, Tinker Bell no tenía diálogos en el film. Pero hasta tal punto fue importante el personaje para Disney, que se convirtió –luego de Mickey Mouse– en el símbolo más fuerte de los Estudios Disney. Es Tinker Bell quien aparece en el logo del Disney Company, rodeando al castillo y simbolizando la magia cinematográfica de todos los films creados por esa empresa. Para comprobar hasta qué punto Campanita es considera sex symbol, en Hook, de Steven Spielberg, la interpretó Julia Roberts. Y cuando la animación Disney decidió expandir sus personajes, creando secuelas y ramificaciones, Tinker Bell fue una de las que mejor funcionó. Producto que podía competir con los dibujos de Barbie, y con una simpleza que ya no tenía nada que ver con la creación original de Disney. Los films de Tinker Bell no son, a diferencia del Peter Pan original o de las princesas Disney, films para toda la familia. Su estética y su armado es más infantil y su target de nenas es bastante acotado, bordeando también los estereotipos de género en la infancia. Así al film Tinker Bell (2008), le siguieron tres films más y ahora un cuarto, cuyo título original era Secreto de las alas, pero acá se tradujo como El secreto de las hadas. Las secuelas de aquel film fueron creadas para ser estrenadas directamente en DVD, y esta versión no se estrenará en cines en los Estados Unidos, sino que saldrá de forma directa en DVD y Blu Ray en octubre. El guión es simple: Tinker Bell se adentra contra toda advertencia en los Bosques de Invierno y allí descubre algo que obviamente no adelantaremos por ser justamente un secreto. Poco tiene de nuevo para aportar el film, a pesar de su siempre interesante trabajo con las distintas estaciones del año. Destinados a sufrirla mil veces en el formato hogareño, ni el 3D justifica el tener que pagar una entrada de cine.
Separadas al nacer Hace unos años Disney decidió emancipar al hada Tinkerbell, conocida por generaciones anteriores como Campanita, de su jefe-dueño Peter Pan. Seguramente para separarla del ámbito de los piratas y construir otro nicho de mercado que se llama “Hadas de Disney” (Disney Fairies), para el cual surgieron también haditas amigas, mascotas y todo un nuevo universo que brindar a las niñas, ampliando una oferta que se limitaba a las Princesas. En la primera película de esta saga, Tinkerbell nace de la sonrisa de un bebé; como todas las hadas, llega en un diente de león a la tierra de las Hadas, y es asignada, según su talento, al área de Artesanos. Allí hará nuevos amigos, y emprenderá aventuras, que son los temas de las películas siguientes. En esta nueva entrega (sí, podrían tomarse como episodios largos de una serie), Tinkerbell decide cruzar la frontera entre su lado, que es cálido, y la tierra del invierno, donde viven otras hadas, claro, de ese clima. Allí encuentra a su hermana gemela, un fenómeno extraño entre estos seres, según parece. Pero, para protegerlas de los climas que no les son favorables, las hadas de ambos lados tienen prohibido cruzar al opuesto. La aventura será, entonces, resolver cómo estar juntas. Con una tónica algo más adolescente que las entregas anteriores (hacen skateboarding, surgen “romances”), y toda una serie de personajes nuevos para enriquecer el merchandising, esta aventura está disponible en una muy aceptable versión 3D. También es más fresca que sus predecesoras, y no sólo por los juegos en el hielo y la nieve, sino porque la historia no recae tanto sobre un error garrafal de Tinkerbell, sino sobre la aparición de su hermana. No se muestra nada que revolucione el cine para chicos, pero la historia es bonita, y simpática. Las nenas la pasarán bien, mientras los papás se preparán para los pedidos a Papá Noel.
Con hermanita y ecológica Los más chicos (chicas) la conocen como Tinker Bell, aunque para los de 15 años para arriba el hada que acompañaba a Peter Pan era Campanita. Cuestiones de marketing y globalización al margen (como la Rana René, que ahora se llama en todo el planeta Kermit), el hada bondadosa y curiosa regresa a la pantalla en su cuarta aventura, tras Tinker Bell (2008), El tesoro perdido (2009) y Hadas al rescate (2010). En El secreto de las hadas la cosa es más o menos similar, ahora no debe congeniar con un hada rival, como en la película anterior, si no que Tinker se encuentra con su hermana, Periwinkle. Y si la explicación es que “Ambas nacimos de la misma risa”, no da para aclarar nada más. Así, Tinker, de curiosa que es, quiere cruzar la frontera e ir al bosque del invierno, para encontrar al Guardalibros, una especie de Señor Escritor Bibliotecario. Viaja de polizonte en una canasta que lleva un búho y conoce a su hermana -“la mejor cosa perdida que jamás hayas hallado”, le dicen sus amigas-. En el frío el hada cálida (Tinker) debe cuidar sus alitas para no congelarse, porque está todo nevado. Su hermanita es el hada de la escarcha -es artesana y escarcha cosas- y juntas descubrirán que (ahí viene el mensaje ecologista) si se altera el equilibrio de las estaciones, no podría producirse más el polvo de hadas, que está en un árbol. Ver El secreto de las hadas en 3D o en proyecciones normales no varía demasiado. La película de animación computarizada, con mucho cuchicheo entre las amiguitas hadas, tiene como principales destinatarias a las niñas de hasta 9 años, esa edad en la que todavía uno puede zambullirse en un cine con toda su ingenuidad. Que la disfruten.
Campanita vuelve en nuevos y bellos paisajes Es cierto que la empresa Disney hace muchas macanas, y que los padres miran con fastidio todo eso de la línea de productos Tinkerbell para nenas chiquitas, pero debe reconocerse que, en materia de películas, esta gente hace maravillas. No por nada tienen a John Lasseter como productor ejecutivo. Además, en esta parte del mundo tenemos la suerte de verlas en pantalla grande, mientras en los propios Estados Unidos las películas de Tinkerbell salen directo al dvd hogareño (y ésta saldrá en octubre, así que los piratas trabajarán en sentido contrario). Acá se completa la serie de estaciones meteorológicas. Las nenas ya conocieron el prado de verano, el bosque de otoño, la plaza de primavera, así que ahora deberán abrigarse. Hay paisajes nuevos, un lindo encuentro fraterno, alitas brillantes, todo en 3D, y todo con el mismo exceso de azúcar y cancioncitas cargosas de las películas anteriores. En fin, nada es perfecto. A señalar, el buen trabajo de la empresa hindú Prana Animation, con sede en Mumbai, que concretó la mayor parte del trabajo, el ritmo de malambo aplicado al tema musical del cruce de fronteras a bordo de un canasto, el gracioso gesto de Tinkerbell cuando se entrompa como una criatura, y la sensación de muñequitas de porcelana fría que tienen las pequeñas hadas de esta generación (algo culoncitas, dicho sea de paso). Por supuesto, generaciones anteriores evocarán a las otras hadas con pinta de tías regordetas y varita mágica de los clàsicos del viejo Disney. O esa Campanita de «Peter Pan» que Marc Davis dibujó con cuerpito estilizado, y no nos exigía comprarle nada. Pero éstos son los tiempos que corren. O que vuelan, como las hadas y el contenido de las billeteras.
De Escocia con amor La historia de Peter Pan es bien conocida por todos, un niño que no envejecía jamas, vivía en la isla de Nunca Jamas junto a los niños perdidos, las hadas, los piratas y alguna que otra sirena. Creada por el escoces J. M. Barry, primero como obra de teatro y luego como novela a principios del 1900, Peter Pan, fue uno de los personajes más encantadores que supo pasar Disney a la pantalla grande. La idea de un infante que vive en la segunda estrella a la derecha, en ese mundo mágico donde se puede volar y ver piratas peleando con cocodrilos, encanta a cualquiera. Peter, fue llevado al cine por primera vez en 1953 y se convirtió en uno de esos clásicos de Disney que pasan de generación en generación. Dentro de esa misma historia conocemos a Campanita, una pequeña hada que guardaba un amor incondicional por su amigo mágico y era su cómplice en cada travesura que aconteciese. Campanita, como los viejos de ahora solemos llamarla, it’s gone, se fue, paso a mejor vida, y resurgió, como una ave fénix de sus cenizas, con el nombre de Tinkerbell y en forma de franquicia. Una franquicia bastante exitosa y que la lleva como imagen de cabecera, llamada Disney Fairies, que basandose en lo poco que cuenta Barry de las hadas en Peter Pan, logra hacer un mundo de ello y generar constantemente nuevos personajes e historias. Lo primero es la familia En esta nueva aventura de nuestra pequeña protagonista alada nos centramos en los vinculos familiares y los limites. Tinkerbell y sus amigas viven en Otoño, una estación cálida y soleada, donde todo es flores, mariposas y colores; dicha estación limita con Invierno, un espacio demasiado frío para las hadas calidas y también prohibido para ellas. Tinkerbell, bastante traviesa para variar, muere de ganas por conocer Invierno, ver como es del otro lado de la frontera, como son sus hadas frías y que es lo que las iguala y las diferencia. Entonces un día decide cruzar unos pasitos, solo para adentrarse y sentir ese frío que dicen que puede hasta quebrar sus alas. Apenas pone un pie en Invierno las alas de Tinkerbell comienzan a brillar de una manera nunca vista, y en cuanto sale de ahí y vuelve a Otoño, sus alas pierden ese brillo mágico. Obviamente, ella esta determinada a conseguir una respuesta para tan magnifica cosa sucedida, por lo que decide volver a Invierno en busca de el guardalibros, el hombre que escribe los libros de las bibliotecas y tiene en su poder el conocimiento de porque las alas de las hadas brillan. Nuestra heroína se embarca en la aventura de cruzar el limite, y una vez allí descubre que el secreto de sus alas residía en la existencia de una hermana. Ese es el punto de inicio de los conflictos, la pelea de Tinkerbell por permanecer junto a su hermana, la posibilidad de estar juntas a pesar de ser distintas y peligrosas la una para la otra. Conclusión El secreto de las hadas es una película destinada a un público pequeño, sin mucho drama ni vericuetos en la trama, una historia de Disney que los padres sabrán tanto sufrir como apreciar su bella moraleja. Lo lindo de la película es la posibilidad de verla en 3D, si no fuese por eso pasaría directo al sillón del living.
Una hermana que nadie conocía Romance, secretos que se van revelando a lo largo de una historia, que encierra cierto suspenso, sumado a la original presencia de las hermanas Tinker Bell y Periwinkle, permiten disfrutar de una película de exquisita realización. En esta cuarta entrega de la saga de las hadas de Disney, Tinker Bell descubre que tiene una hermana. Tinker Bell habita el llamado "mundo cálido", en el que los árboles y las flores tiñen de distintos colores el horizonte y ella y los animales de diferentes especies que la rodean, que dependen de la reina Clarion, trabajan para enviar frutas y demás comestibles, en canastos, al "bosque de invierno", un lugar que les está vedado, porque según dicen sus alas se congelarían y perderían la posibilidad de volar. Pero un día en que los canastos son transportados hacia el "bosque de invierno" por las lechuzas blancas, Tinker Bell decide seguirles el trayecto y descubre que el "mundo cálido" y el "bosque de invierno", en el que nieva constantemente y hay glaciares, está ahí nomás, cerca de ella, con solo cruzar un puente. Sabiendo que está prohibido cruzar la frontera, porque sus alas se pueden quebrar, Tinker Bell se pone un grueso abrigo y decide cruzar y sus ojos descubren con asombro que del "otro lado", en el que nieva constantemente y todo es blanco, también hay hadas y una de ellas se le parece muchísimo. LA UNION FAMILIAR Es así que descubre que ella y una de las hadas son hermanas y que ésta se llama Periwinkle. A partir de ese descubrimiento las dos deciden no separarse más, pero un hecho inesperado hará que corra peligro el poder continuar juntas. Cuando eso sucede Tinker Bell y Periwinkle consultan a la reina Clarion del "mundo cálido" y a lord Milori, el señor del "bosque de invierno" y finalmente encuentran una posible solución para continuar en familia. "Tinker Bell y el secreto de las hadas", tiene un guión simple y efectivo, ideal para los más pequeños. Propone la unión familiar, el reencuentro entre hermanos y el derribar fronteras para construir en común un mundo nuevo. Puede verse en formato 3D, lo que permite disfrutar más ampliamente de estos "universos mágicos" creados con una amplísima gama de colores, a la vez que cada una de las hadas tiene una personalidad bien diseñada a partir de sus movimientos, su vestuario y sus peinados. Romance, secretos que se van revelando a lo largo de una historia, que encierra cierto suspenso, sumado a la original presencia de las hermanas Tinker Bell y Periwinkle, permiten disfrutar de una película de exquisita realización.
Es la quinta de la serie y la primera en 3D. Un entretenimiento que tiene un público cautivo para las nenitas y las mamás o abuelas que las llevan, que conocieron al personaje como “Campanita”.
Sencilla y sin sobresaltos, la nueva aventura del hada resulta ideal para los más chicos La nomenclatura "cuento de hadas" es tan amplia que puede incluir los relatos de los hermanos Grimm, a todas las princesas de Disney y hasta relatos de acción con elementos fantásticos que involucren algún que otro reino en manos de una reina malvada. Claro que en el caso de TinkerBell y el secreto de las hadas la definición de cuentos de hadas se aplica de manera literal. Se trata de una nueva historia que transcurre en el bello mundo de TinkerBell, aquella hadita aventurera que acompañaba a Peter Pan en la Tierra de Nunca Jamás, creada por J. M. Barrie. Un relato que con dulzura y sin sobresaltos, ideal para los más chiquitos, amplía el universo de la ex Campanita, que ya había mostrado en 2010 TinkerBell: Hadas al rescate. Esta vez, todo transcurre en los bosques, donde las hadas viven una existencia feliz y laboriosa, cada una aportando su habilidad y destreza para el cambio de las estaciones. En el bosque de la artesana TinkerBell siempre es verano, primavera y otoño, pero el invierno queda afuera, más allá de las fronteras, donde viven las hadas del invierno. Apenas un paso divide el clima tibio de las tierras heladas. Por supuesto, la curiosidad de la protagonista la llevará a donde ninguna de sus amigos ha ido antes y una vez allí descubrirá que además de la belleza de los copos de nieve y la diversión de patinar sobre hielo algo mucho más fuerte la une a la tierra nevada. Más allá del pequeño misterio en el centro del relato, el guión del film no va más allá de la presentación del bosque y sus personajes, una sencillez que le quita vuelo pero al mismo tiempo resulta ideal para espectadores más chicos, que a veces son relegados a propuestas infantiles, donde se apunta más a entretener a los padres que a los chicos. Aquí no hay villanos ni parodias para hacer reír a los adultos, se trata de un cuento con y de hadas. No es poco.
¿Ver o no ver "Tinkerbell"? Esta es la cuarta entrega de la serie de películas animadas de Disney, basadas en Tinkerbell (Campanita en el mundo de habla hispana), el personaje creado por J.M. Barrie, un escritor escocés que luchó contra los deseos antagónicos de su familia para convertirse en el creador de Peter Pan. Tinkerbell: el secreto de las hadas es en realidad una traducción tradicionalista del título original del filme, Secret of the wings, que quiere decir El secreto de las alas. Ello es importante porque alude al significado profundo de esta historia, en la que Tinkerbell, una nueva hermana hasta ahora desconocida llamada Periwinkle, los reyes y los demás habitantes del mundo de las hadas combaten el desequilibrio climático mientras, en segundo plano, rompen con un mito muy fuerte de su cultura, vinculado precisamente a los apéndices que les permiten volar. En el país de las hadas, existen una zona primaveral y otra invernal. Ambas están comunicadas, pero los habitantes de una región no pueden pasar a la otra sin correr serios peligros. Si los seres de las flores llegasen a pisar el territorio de polar, sus alas se congelarían y se quebrarían para siempre. El equilibrio permite la subsistencia, pero un hecho desafortunado hace que esa estabilidad se rompa y el blanco frío comience a devorarse a los demás colores. Tinkerbell y su nívea compañera Periwinkle se oponen a que eso suceda, y en un accidente, a la primera de ellas se le congelan las alas y se le quiebran. El universo de las hadas creado por Disney es simplemente hermoso e imaginativo. Un mundo completo construido con hojas, tallos, flores, juncos, pimpollos, polen, pétalos. El merchandising lo ha sabido explotar luego. Sin embargo, la historia de esta película carece de varios elementos que otras exponentes del género animado logran recrear: el humor, el ritmo aventurero, e incluso una pizca de la tan necesaria magia de los cuentos. El filme maneja un nivel de dificultad apropiado para niños muy pequeños (tal vez, de cuatro a siete años), pero es probable que no se muestre atractivo para niños más grandes o para algunos padres, quienes cada vez más concurren a esta clase de espectáculos esperando disfrutar de un entretenimiento familiar.
En realidad no es tan fàcil hablar de este film. Producido en serie -de hecho, TinkerBell se ha vuelto una- y para luego pasar a DVD y cable, tiene un diseño agradable, una historia sencilla (siempre un viaje y una lección de vida) y la inventiva necesaria como para que el incondicional (niño o niña, difícilmente un adulto) tenga la dosis de novedad necesaria para continuar siguiendo al personaje. Si lleva al chico de turno y se deja llevar, es poco probable que se aburra, aunque no imposible.
En deuda con el personaje Desde el punto de vista estrictamente comercial, Disney acertó en grande al sumar a su factoría al personaje de Tinker Bell. La famosa hada de Peter Pan tiene muchas aristas (inocencia, curiosidad, coraje, bondad, alegría) que pueden atraer a las niñas más pequeñas. Sin embargo, hasta ahora, Disney no ha podido traducir ese éxito “de marca” a películas que estén a su altura. ???“El secreto de las hadas” es la cuarta parte de la saga de Tinker Bell. Aquí el personaje se enfrenta al Bosque del Invierno, un lugar prohibido para las hadas de clima cálido como ella. Al igual que en los tres filmes anteriores, Tinker se propone nuevamente desafiar las reglas, lo que la llevará a descubrir un secreto. El problema es que el secreto se revela demasiado pronto y no tiene mucho impacto. A esto se suma que el planteo de los cambios en la naturaleza (centrado en las estaciones del año) ya suena a un recurso gastado dentro de la saga. ???El aporte del 3D —hay recursos muy bien aprovechados— es lo único que diferencia a “El secreto de las hadas” de las otras películas de Tinker Bell, un personaje al que todavía se le debe una gran película animada.
Esta es una historia para niñas de 5 a 10 años .Es la cuarta película de Disney sobre Campanita y la primera en 3D. Creo que en la cartelera cinematografía siempre tendríamos que encontrar una película destinada al público infantil. Este films se encuentra basado en el personaje de Campanita (Tinker Bell en inglés) de J. M. Barrie. Esta nueva historia transcurre en el universo de Tinker Bell, un hada aventurera, ya conocida por muchos de nosotros a través de otras narraciones, como: “Tinker Bell (Video 2008)”; “Tinker Bell y el tesoro perdido, 2009”; y “TinkerBell: Hadas al rescate, 2010”. En esta nueva aventura Tinkerbell vive feliz, junto a otras hadas y un grupo de simpáticos animalitos. Todos pasan su tiempo creando algo, allí siempre es verano, primavera y otoño, pero el invierno queda afuera, este se encuentra en las afueras, en la frontera, un lugar donde estas hadas no pueden cruzar porque si lo hacen se pueden encontrar con un serio peligro. Del otro lado, en el “Bosque de invierno”, también hay vida. En ese lugar moran las hadas de invierno que tampoco deben cruzar, porque sus alas se encontrarían en serios riesgos. Pero como es de esperar Tinkerbell desobedece, ella es inquieta, aventurera, traviesa y curiosa, solo dando un paso cruza la frontera y es cuando descubre un nuevo mundo: el de las hadas de invierno, muy distinto al que ella conoce. En este lugar es otra estación del año desconocida para ella, donde puede patinar sobre hielo, jugar con los copos de nieve, sentir y ver caer la nieve. Toda la diversión y las nuevas experiencias se encuentran en este lugar y más aun cuando se topa con un hada de invierno muy especial y además va a descubrir varios secretos. Es una historia sencilla que funciona como los cuentos de hadas, todo es dulzura y amor, con lindas coreografías, canciones, brillo y color, aquí no hay villanos, ni guiños de otros films, lo principal es entretener y divertir a los más pequeños. Llena de mensajes positivos y donde siempre triunfa el amor. Para disfrutarla en 3D y 2 D y después de los crédito hay yapa. Por último, un dato curioso, este films en Estados Unidos no se estrenará en cine, sale directamente en formato de DVD y Blu Ray el 23 de octubre. Mientras que se estrena en los cines: en Chile el 6 de septiembre, el 7 de septiembre en México y el 9 de noviembre en España.
Una divertida aventura en tierras helada Tinkerbell y sus hadas amigas viajan hasta el prohibido Bosque del invierno. Allí, la curiosidad y el coraje llevarán a Tink hacia un apasionante descubrimiento y le revelará un mágico secreto que podría cambiar su vida para siempre. Hace algunos años, Disney hizo una apuesta arriesgada: lanzó una franquicia destinada exclusivamente a las niñas con la idea de reemplazar el ya desgastado mundo de las princesas. Para ello emancipó al hada Tinkerbell (a quien conocimos con el nombre de Campanita) de su eterno compañero de aventuras Peter Pan y la presentó como la estrella de un mundo repleto de magia y ecología. El resultado fue dispar. En Estados Unidos las dos primeras películas no arrojaron las ganancias esperadas, por lo que las siguientes historias -sobre todo ésta que acaba de estrenarse en Tucumán- ni siquiera pasaron por los cines. Sin embargo, en Latinoamérica, la performance fue muy distinta. Todas las películas consiguieron un éxito inmediato. No sólo en la taquilla, sino también en el mercado, con productos como muñecas, indumentaria y útiles escolares. ¿A qué se debe este éxito? Principalmente a que las películas del hada más famosa de Disney tienen una factura técnica impecable. Y eso bastó para ganarse el estreno en los cines, con todo el apoyo publicitario que eso requiere. En esta nueva entrega, Tinkerbell cruza la frontera entre su lado -cálido y verde- y la tierra del invierno, donde viven otras hadas con características muy particulares. Allí encuentra a su hermana gemela Periwinkle, un fenómeno extraño entre estos seres mágicos. Para protegerlas de los climas que no les son favorables, las hadas de ambos lados tienen prohibido cruzar al mundo opuesto. La aventura será, entonces, resolver cómo estar juntas sin provocar catástrofes climáticas. Con recursos que apuntan más a un público adolescente (hay romances y skateboarding, por ejemplo) la película divierte sin demasiadas pretensiones y sin tantos vericuetos en la trama. Además, aparecen nuevos personajes que seguramente enriquecerán el frondoso merchandising que ya posee la franquicia. Un punto a favor para verla en el cine es el uso correcto y equilibrado del formato 3D, que la convierte en una excelente opción para toda la familia. ¿Qué diferencia a esta película de sus predecesoras? Fundamentalmente la frescura. No sólo porque se desarrolla en un mundo helado y casi monocromático, sino porque hay más humor y posee algunas escenas desopilantes que provocan la risa espontánea. Si están predispuestos, los adultos que acompañen sus hijos al cine quizás hasta sonrían con algunas escenas. Lo cual, no es poco en estos días de mucho drama y poco color.
Oníricamente rubia Hay muchos aspectos de Tinker Bell, como personaje y película, que debemos tomar plenamente en serio a la hora de escribir sobre ellos: todas las películas nacen iguales, la reseña comienza cuando termina la película y otros mantras que repetimos con la respiración entrecortada. Pero FANCINEMA lo hizo siempre: llevamos, con esta, cuatro reseñas de una serie de cinco películas, sólo porque un telefilm temático sobre los Juegos Olímpicos llega a nuestros cines recién el mes que viene. Y uno de nosotros irá en soledad a verla al complejo, no importa qué piensen boleteras, empleados y madres que nos observen en el camino. De lo que escribimos después de verla podemos advertirlos, pero frente a entregas anteriores ya hemos señalado varios puntos que atender. Tinker Bell sigue siendo una hada audaz, decidida, precoz y liberal: siguen las ideas que sus amigas llaman “causas perdidas”, el entusiasmo ingenuo que no sabe de reglas, los caprichos que pueden poner en riesgo vidas ajenas (para esta película llegamos a un desequilibrio estacional de hadas), y los vestidos que nosotros solitos cargamos de sugestividad. Y permanecen en la trama las ideas de explorar lo desconocido, abrir la cabeza a lo que vaya apareciendo y bancar noblemente a aquellos que son compañía en tal camino. Sólo sorprende, pero de haber esperado mucho menos en películas anteriores, el desgano de doblajes y marcas de diseño que ridiculizan a los personajes: rostros y voces resignados a ser puestos en soportes donde no hay lugar para detalles, pero no al nivel de un producto televisivo de salida intensiva al aire, sino de algún demo de videojuego que vino de regalo con una revista infantil en los noventa. La primera película de la serie exhibida en 3D tiene dos campos libres (el veraniego y el invernal, los guetos de hadas que Tinker Bell pretende disolver) para unos pocos travellings hermosos, en un espacio que se presta manso a tal fin, y algo de ese inevitable polvo que siempre producen esas cosas cuando se mueven, chorreando por la pantalla. El resto es un sueño perfecto en dos dimensiones, añejo solamente por ser visto con una definición innecesaria. No puede caerse sobre una historia que marcha al ritmo que le impone la protagonista. Tinker Bell, sus amigas y el resto tienen la suerte de vivir en un mundo donde bien, mal, verano e invierno están perfectamente delineados, hasta cuando se combinan en una sola persona, y nuestra heroína puede seguir sus corazonadas mientras otros personajes van a encargarse de repetirnos intros y nudos durante toda la película. Estas hadas parecen poder vivir sin intersticios, pasos hacia atrás ni momentos nebulosos, y ni siquiera esa estructura laboral (¿tendrán al menos salarios?), la burocracia clínica o el cambio climático parecen sacarlas del glamour en estado 24/7. Tienen que ver por ustedes mismos, realmente, las contradicciones de un caballito de ventas enviado a señalar una plástica manera de vivir a las nenas llevadas al cine, mientras subraya la necesidad de ampliar los horizontes; que intenta hacer reír con estereotipos horrendos y algunos gags físicos no tan previsibles; que pinta hermosa a la naturaleza y dibuja desprolijos los rostros que la aprecian en vivo. Es preguntarse por qué Tinker Bell necesita ponerle pompones a las botas si tiene que salir hacia un mundo antagónico y frío, donde descubrió que tiene una hermana. Dudo que la película pueda dar una respuesta mejor a la de ella misma.
Hasta aquí podríamos afirmar que la franquicia de Tinker Bell iniciada en 2008 podía darse por concluida en la pantalla grande, después de todo ya se hizo mucho con este personaje. Sin embargo, los ingresos por tickets y merchandising indican que el mundo de las hadas será vuelto a visitar un par de veces más, esto a juzgar por la ilimitada fuente de la que se nutre esta idea: para justificar los fenómenos de la naturaleza a través de la existencia de las hadas. Crear fábulas para explicar lo que en el formato de manual de tercer grado resulta aburrido. “Tinker Bell y el secreto de las hadas”, “pone luz” esta vez sobre el equilibrio climático y la existencia de las estaciones del año presentadas como auténticas barreras de colores. Digamos que Tinker Bell vive en el otoño, y que las otras estaciones son literalmente fronteras climáticas. Curiosa ella, quiere ver que pasa en otros lugares, a pesar de la advertencia de riesgo por parte de los más experimentados. Ella va igual. Así, la mitad de la pantalla queda dividida en dos: Otoño, con toda la paleta de colores imaginables y vive Tinker Bell, e invierno, donde es todo blanco y viven otras hadas. Una en particular dispara el meollo de toda esta cuestión, mientras se desata una gran helada que amenaza con congelar el plantea, incluyendo el árbol de polvillos mágicos, fuente de poder de los habitantes. En este aspecto, la realización de Peggy Holmes y Roberts Gannaway resulta agradable, entretenida, y con el tiempo suficiente para bajar línea a los más chicos sobre la importancia de no alterar el balance ecológico. Hasta aquí, imagen y sonido se ponen de acuerdo para entregar un producto decente (es una forma de decir). Sólo queda analizar, para los más grandes, el por qué de algunas decisiones. Por ejemplo, salvo las de mayor edad, ninguna de las hadas escapa a una estética de revista de moda internacional al estilo “Cosmopolitan” o “Elle”, o sea figura espigada, pelo perfecto y actitudes de modelo de pasarela. A lo mejor no es nada, pero no deja de llamar la atención, aún en un mundo irreal, que todo el género femenino joven y adolescente responda a un sólo canon de belleza. Por último, no quiero significar más que una cuestión de sentido común, es probable que los varones de cierta edad en adelante (5, 6 años), se aburran un poco. “Tinker Bell y el secreto de las hadas está pensada y concebida para el público femenino.
Llevar a los más pequeños al cine para que disfruten de una película pensada exclusivamente para ellos bien vale la entrada del cine. Al igual que las anteriores películas de Tinker Bell es visualmente exquisita con una paleta de colores y unos gráficos que son una delicia para la vista. El argumento es muy agradable, aunque es...