Relatando una increíble historia real, llega a las salas Yo soy Tonya, una comedia dramática sobre la violencia, el deporte y cómo la realidad supera la ficción. De qué se trata Yo soy Tonya Tonya Harding (Margot Robbie) es una niña con innegable talento para el patinaje sobre hielo. Su sádica madre (Allison Janney) está dispuesta a que su hija triunfe como sea. Tras hacerse adulta y conocer a Jeff (Sebastian Stan), la cosa no mejora. La presión y el maltrato forman el carácter de Tonya, quien logra triunfar como patinadora pese a su posición social, los jueces y sus allegados. Pero llegar a la cima solo será el comienzo. Romper el hielo Yo soy Tonya es una acertada biopic que nos presenta una historia que, si no supiéramos que de verdad pasó, dudaríamos de su verosímil. Acá no se trata de ver esas imágenes soñadas de patinaje sobre hielo, con traje divinos y un aura especial sobre nuestra protagonista. Na. Tal como muestra el afiche, si Tonya hubiera sido música, hubiera sido rockera. Desprolija, irreverente pero absolutamente capaz de ser la mejor patinadora de Estados Unidos, el film muestra la vida de Tonya Harding más allá del “incidente” que la hizo famosa (la acusaron de romperle una pierna a su máxima competidora, Nancy Kerrigan). Es un film sobre una niña de clase baja que es cualquier cosa menos la encarnación del sueño americano y cómo esta condición determina su vida. Veremos cómo su madre, la peste misma, la destruye cada vez que puede. De qué forma su primer amor la envuelve en una relación enferma y violenta. Y de qué modo la estupidez humana demuestra una vez más ser infinita. Razones para ver Yo soy Tonya Margot Robbie está estupenda como Tonya Harding. Creíble, desgarrada, impotente, poderosa, violenta: es mil y una a la vez, y le creemos siempre. Allison Janney es una maravilla en el papel de la madre. Absolutamente memorable. Pese a todo lo dicho, podrás pensar que Yo soy Tonya es una película deprimente y dramática, pero nada más falso. El director Craig Gillespie tuvo la inteligencia de crear un film lleno de humor negro, miradas a cámara y momentos absurdos. No vas a llorar, te lo aseguro, pero si habrá carcajadas. El relato fluye de maravillas y cuenta lo que tiene que contar, haciendo que cada escena tenga una razón de ser y algo que aportar. Buena ambientación, arte, vestuario y, por supuesto, esos peinados de los ’80 y ’90. Inteligente y mordaz, así es Yo soy Tonya. No te la pierdas. Puntaje: 9/10 Duración: 121 minutos País: Estados Unidos Año: 2017
Sueños de juventud Cargada de expectativa y nominaciones al Óscar se estrena Lady Bird en Argentina. El film de Greta Gerwig retrata los últimos años de la adolescencia de una joven que sueña con escapar de su ciudad para vivir la adultez que anhela. De qué se trata Lady Bird Aunque sus padres la bautizaron Christine, ella se hace llamar Lady Bird. Mientras cursa los últimos años en una escuela católica a la que no quería ir, Lady Bird sueña con un futuro distinto. Aspira a irse de Sacramento, cursar en una universidad importante y sentir que la vida no le pasa de largo. Pero mientras espera la mayoría de edad, mantiene una tensa relación con su madre, descubre el sexo y se da cuenta que hasta la amistad puede ser complicada. Lady Bird, el desafío de crecer ¿Viste cuando vas a ver una película llena de expectativas? Eso puede ser un problema porque la mirás con otros ojos. Estás esperando ver la película del año y después resulta que solo te pareció ok. Eso me pasó con Lady Bird. La película de Gerwig es un sincero retrato sobre una adolescente que teje ilusiones y desencantos por igual. Lo mejor de Lady Bird es la protagonista y el tono de la película. Hay muchos gags efectivos, sobre todo al comienzo. En este relato simple, Gerwig no deja de dar una visión desencantada pero esperanzada de la sociedad americana de clase media baja. Las apariencias, el desempleo y, al final, los contratiempos de que todo cueste dinero, son claves en el desarrollo de la historia. Son la razón de ser de Lady Bird, aspirando a volar cuando la realidad le corta las alas. Saoirse Ronan construye una Lady Bird maravillosa. Es creíble y capaz de ser irreverente e ingenua en las mismas dosis. Te la crees de principio a fin y eso no es algo tan frecuente en las películas sobre adolescentes. Laurie Metcalf crea una de esas geniales madres del cine indie destinadas a perdurar. A ellas se suman dos talentosos como Lucas Hedges (Manchester junto al mar, Tres anuncios por un crimen) y Timothée Chalamet (Llámame por tu nombre), cuyas presencias en pantalla parecen dar suerte cuendo se trata de premios. Lady Bird no le escapa, sin embargo, a algunos lugares comunes. Las peleas con la madre, la amiga “acomplejada” pero copada en contraste con la amiga “linda” e interesada… detalles que restan sorpresa pero no por eso quitan realidad. Vale destacar, sí, como Gerwig construye las relaciones amorosas de la protagonista. Acá sí se corre por completo del cliché y lo hace con inteligencia y acidez. Bonita película para pasar el rato. Divertida, diferente y muy girl power! Puntaje: 7.5/10 Duración: 93 minutos País: Estados Unidos Año: 2017
La encrucijada de Churchill En la temporada de Óscar nunca faltan las películas biográficas y/o históricas. A la Academia le encantan. Y tal vez este sea el motivo por el que Las horas más oscuras, esta película que combina el retrato de un famoso político con un hecho histórico importante en medio de la Segunda Guerra Mundial, haya logrado colarse entre las nominadas, con premio prácticamente asegurado para Gary Oldman. De qué se trata Las horas más oscuras Gran Bretaña se ve amenazada por el avance del nazismo y las fuerzas políticas se ponen de acuerdo para elegir a Winston Churchill (Gary Oldman) como primer ministro. Con la mayoría del ejército británico atrapado en Dunkerque (sí, lo que cuenta la película de Nolan), Churchill debe decidir qué hacer: intentar hacer un acuerdo con los nazis o luchar a cualquier precio por la libertad de su país. El discurso de Churchill Me acuerdo que cuando vi The Crown pensé que uno podría aprender la historia -o una historia- de Gran Bretaña solo mirando películas y series. Curioso es que este mismo año esté nominada al Óscar Las horas más oscuras y también Dunkerque. Mismo hecho histórico, distintas aproximaciones. Y no podrían ser películas más opuestas. Las horas más oscuras es, sobre todo, una película discursiva. Si bien tiene sentido porque muchas frases de Winston Churchill se han vuelto célebres, todo pasa por el diálogo. Ruido, caos, gritos y discursos épicos. No está mal, pero puede cansar un poco. Y vale decir que quien debe haber quedado agotado es Gary Oldman. Cuando salí del cine pensé eso: este hombre quedó de cama. ¡Lo digo en serio! La energía, el vigor que le pone al personaje está a esto de caer en la exageración… Por otro lado, es prodigiosa la labor de maquillaje. Onda: ¿ahí está Gary Oldman? Tremendo. Y toda la ambientación de época está perfecta. A Gary Oldman lo acompaña, en un papel sumamente menor, el genial Ben Mendelsohn (a.k.a. Danny en “Bloodline”) como el Rey Jorge VI. Dato: su rol es el mismo que hizo Colin Firth en “El discurso del rey”, solo que aquí misteriosamente no tartamudea. Al director Joe Wright se le dan muy bien las películas de época: “Orgullo y prejuicio“, “Expiación, deseo y pecado”, “Anna Karenina”… pero en esta no trabaja Keyra Knightley . En su lugar está la siempre fresca Lily James como la secretaria de Churchill. Vale decir, sin embargo, que Las horas más oscuras no es propiamente una biopic de Winston Churchill, pues solo refleja lo que transcurrió en menos de un mes. Y no faltan esas pequeñas dosis de, cómo llamarlo, discurso patriótico-épico-triunfalista-reconfortante. ¿Está mal? Digamos que la hace complaciente, sobre todo hacia el final, pero también era inevitable. Conclusión sobre Las horas más oscuras Entre una cosa y otra, Las horas más oscuras sobresale por la actuación de Gary Oldman y esa es la razón de ser de la película. Fuera de esto, no hay mucho más. La nominación a Mejor Película es exagerada, las demás son justas. Es un film enérgico, con esa aura épica que tanto gusta en los retratos históricos, aunque su exceso de discurso le termina jugando en contra. Puntaje: 6/10 Título original: Darkest hour Duración: 125 minutos País: Estados Unidos / Reino Unido Año: 2017
Del director Yorgos Lanthimos, conocido por “Langosta”, llega una nueva película que también incluye fauna en su título: El sacrificio del ciervo sagrado. Un nombre que refleja con precisión las pretensiones místicas y oscuras del film. ¿De qué se trata El sacrificio del ciervo sagrado? Steven (Colin Farrell), un exitoso cirujano cardiovascular está casado con la oftalmóloga Anna (Nicole Kidman) y juntos son padres de dos hijos, Kim y Bob. Steven se hace amigo de Martin (Barry Keoghan), un adolescente que quedó huérfano de padre luego de una cirugía. El joven se va metiendo cada vez más en la vida de la feliz familia hasta que lo siniestro empieza a ganar lugar casi sin que se den cuenta. Lo trascendente de El sacrificio del ciervo sagrado Con este título tan rimbombante, tan difícil de olvidar, el director Yorgos Lanthimos presenta una película que le hace honor. Primero, porque es distinta, en muchos sentidos. No vas a ir a ver una historia servida en bandeja, didáctica o que dé las respuestas que estás esperando. Acá no habrá explicación. En cambio, El sacrificio del ciervo sagrado es un relato donde lo siniestro y hasta lo metafísico lo dominan todo, pero sin que lo notemos hasta promediando la película. Otra cosa maravillosa de El sacrificio del ciervo sagrado es la certera presencia de un director. No uno por encargo, sino uno que se expresa en cada plano. Tomas cenitales y picadas, casi simulando la filmación de una cámara de seguridad, o la mirada de un Gran Hermano todopoderoso, aportan tensión al relato, lo tornan asfixiante y refuerzan a cada minuto la sensación de que no hay salida. Y claro, desde el inicio, no, miento, desde que supe de esta película, me pregunté por qué se llama así. Y sería un tremendo spoiler de mi parte decirlo. Pero te vas a enterar y es tremendo. Es una razón oscura e inquietante -sí, porque inquietante es un buen adjetivo para esta película. Más razones para ver El sacrificio del ciervo sagrado Las actuaciones, además, están estupendas. Tanto Nicole Kidman como Colin Farrell, que en 2017 ya compartieron pantalla en El seductor de Sofia Coppola, están absolutamente creíbles y transitan sus personajes sin errores, sin una coma de más. Perfectos, deslumbrantes. Pero, hay que decirlo, quien se roba la película es el extraordinario Barry Keoghan, a quien quizás viste en Dunkerque. Su rostro, tan inconfundible, tan único, es perfecto para interpretar a ese adolescente trastornado y misterioso que sabemos que va a traer problemas pero no sabemos cómo. Su actuación, incluso -y sobre todo- su voz, esa forma de hablar monocorde y veloz suma confusión y lo hace aún más inquietante. Y aún no te hablé del género. El sacrificio del ciervo sagrado sería lo que Netflix suele llamar “Drama sombrío”. Es un thriller, a su manera, pero también es un film de terror, de algún modo. Es todo eso junto. Se trata de una película de autor de esas que están destinadas a tener una taquilla discreta y quizás hasta algún rechazo por su libertad narrativa, pero que con el tiempo pasa a ser de culto. Tal vez, sí, le sobren algunos minutos, pero salís del cine con la sensación de haber visto algo que realmente fue pensado, con inteligencia, y con la intensión de perturbar, de generar algo más que 2 horas de entretenimiento liviano. Original, inquietante y nada complaciente, así es El sacrificio del ciervo sagrado. Y eso es suficiente motivo para ir a verla. Puntaje: 10/10 Título original: The killing of a sacred deer Duración: 121 minutos País: Estados Unidos / Reino Unido / Irlanda Año: 2017
Steven Spielberg está de vuelta con The Post: los oscuros secretos del Pentágono, un film sobre el mundo del periodismo y la libertad de prensa, protagonizado por Meryl Streep y Tom Hanks. ¿De qué se trata The Post? Secretos de Estado sobre lo ocurrido en la Guerra de Vietman se filtran durante el gobierno de Nixon. The New York Times tiene la primicia, pero la libertad de prensa será puesta en jaque. Katharine Graham (Meryl Streep), dueña de The Washington Post, y el editor Ben Bradlee (Tom Hanks) tendrán que decidir cómo competir y defender su libertad de publicar. Mientras, Graham hace que el diario cotice en bolsa y teme por el futuro de su empresa, donde la subestiman por ser mujer. Con qué te vas a encontrar ¿Te acordás que en 2016 el Óscar a Mejor Película fue para Spotlight? El film contaba la investigación y denuncia de un pequeño grupo de periodistas sobre los abusos cometidos por sacerdotes. Más allá del merecimiento del premio, lo que impactaba era la denuncia. En The Post, Spielberg entrega un valioso alegato a favor de la libertad de prensa, pero que, salvo por esto, no aporta mucho más. La denuncia no sorprende y la historia de un momento especial en la historia de The Washington Post no resulta demasiado interesante. O sea, no te pasa que decís: no te puedo creer lo que están contando. Es cierto también que estamos hablando de Spielberg y esto significa que la película está muy bien filmada, con buen ritmo y sin baches. ¿Te vas a aburrir? No. ¿Vas a salir del cine debatiendo lo que viste? No. Es una película que cumple pero que, sin embargo, no tiene ese algo especial que la haría memorable. Grandes actuaciones en The Post Las actuaciones, si estamos hablando de Meryl Streep y Tom Hanks, de más está decir que son perfectas. Ella, distinto a muchos de sus últimos trabajos, interpreta a una mujer algo débil, con un poder pero le hacen creer que no tiene, a la que le cuesta tomar las riendas de un diario donde ser hombre es la regla. La película también es la historia de cómo esta mujer toma consciencia de su poder y asume su rol de mando, dejando a un lado a los que la subestiman. A Tom Hanks le toca el rol más carismático y se lleva las mejores líneas de diálogo. Está fantástico, como siempre. We love Tom, por supuesto. Vale decir que seguramente el film venga a aparecer en futuros listados de buenas películas sobre periodismo. En ese sentido, es un gran aporte. The post es una película bien hecha, sin dudas. Pero su nominación al Óscar y los nombres Spielberg-Streep-Hanks generan una expectativa que puede dejar sabor a poco. Puntaje: 6/10 Título original: The post Duración: 116 minutos País: Estados Unidos / Reino Unido Año: 2017
En la ciudad de la furia. Kathryn Bigelow regresa al cine con Detroit, zona de conflicto, una potente película sobre el racismo, basada en hechos reales. De qué se trata Detroit, zona de conflicto Basada en los acontecimientos sucedidos en Detroit en 1967, el film inicia sin otro protagonista que la ciudad, un sitio donde gobierna el caos y la violencia. Allí convive una policía racista y un pueblo de afroamericanos que sufre la pobreza y el maltrato. Una noche, en un motel, un grupo de jóvenes se ve acorralado por la policía local, quien los acusa de atacarlos. Razones para ver Detroit, zona de conflicto Me encanta decirlo cuando pasa: esta película es todo lo que está bien en el cine. Kathryn Bigelow construye un relato que tiene todo lo necesario. Una historia potente, una cámara lúcida, unas actuaciones extraordinarias, un ritmo preciso, un tono adecuado. Bigelow habla de la violencia sin recurrir al morbo ni a excesos de ningún tipo. Tampoco cae en la trampa del sentimentalismo, el golpe bajo o a esa música melodramática que siempre está dispuesta a ordenarnos lágrimas. No, Detroit, zona de conflicto es profunda y humana, dramática, por supuesto, pero no banal. Es acertada también la elección de actores de popularidad media. Por ahí tenemos a John Boyega haciendo un excelente trabajo como un hombre que se divide entre lo que implica el color de su piel y la posibilidad de estar en un lugar de cierto poder. Will Poulter, por su parte, encarna a un policía carente de ética y guiado solo por su ferviente odio racial. También vale destacar el enorme trabajo de Algee Smith como un joven que sueña ser contratado por Motown y ve su realidad truncarse por el conflicto racial. Desde que comienza hasta que termina, Detroit, zona de conflicto es una serie de decisiones acertadas. Pasan al menos 20 minutos -o quizás más- hasta que sabemos quiénes son los protagonistas. La razón es simple: la protagonista es la ciudad. Incluso desde el sonido se trasmite este permanente estado de caos y desastre. Luego, llegan las víctimas y los victimarios. Y también llegan los Judas que no se hacen cargo. Hay que verla Con serias posibilidades de sumarse a la carrera por el Óscar -y me atrevo a decir que merecido tendría ganarlo- Detroit, zona de conflicto es una película necesaria, lúcida y sin errores. Kathryn Bigelow, la única mujer en la historia en ganar el Óscar a Mejor Dirección, vuelve a demostrar con creces su enorme talento en esta extraordinaria película. Hay que verla. Puntaje: 10/10 Título original: Detroit Duración: 143 minutos País: Estados Unidos Año: 2017
Barajar y dar de nuevo 'Apuesta maestra' llega a los cines para contar la interesante historia real de Molly Bloom, con Jessica Chastain como protagonista, acompañada por Idris Elba y Kevin Costner. ¿De qué se trata Apuesta maestra? Molly Bloom (Jessica Chastain) era una esquiadora con aspiraciones olímpicas que debe abandonar su carrera deportiva tras una grave lesión. Buscando otra forma de ganarse la vida, trabaja como asistente personal de un organizador de partidas de póker, lo que la introduce en el lujoso mundo de las apuestas. Su inteligencia la lleva a convertirse en una de las principales organizadoras de partidas de póker clandestinas de Estados Unidos. En un mundo de hombres poderosos y millonarios, Molly Bloom tendrá que ingeniárselas para sobrevivir. Cuando la acusen de estar involucrada con la mafia rusa, deberá acudir a un abogado (Idris Elba) que la ayude a no ir a prisión. Con qué te vas a encontrar ¿Te acordás de ‘La gran apuesta‘? En esa película se contaba la historia real de cuatro tipos de la bolsa durante la crisis de las hipotecas. Me acuerdo que cuando la vi, sentí que estaba buena pero que no había entendido nada. ¿Por qué? Porque no sé nada sobre la bolsa. Con ‘Apuesta maestra’, podía existir ese riesgo, pero el director Aaron Sorkin, en cambio, logró crear una película interesante y entretenida sobre el mundo del póker, que se entiende perfectamente aún si no sabés nada del juego. Al margen de esto, ‘Apuesta maestra’ es, sobre todo, no tanto una historia sobre el mundillo del póker, como el retrato de una mujer astuta y ambiciosa que no solo logra sobrevivir en un ambiente masculino, sino que triunfa con creces. El párrafo anterior podría hacerte creer que, quizás, nuestra protagonista se ve enredada en cuestiones amorosas con millonarios, pero lo interesante es que eso no sucede. Y el hecho de que no suceda es fundamental. Las películas sobre ambientes de dinero, mujeres bonitas y hombres poderosos rara vez se salvan de caer en la escenita barata de amor fugaz en un rincón de alguna habitación de un 5 estrellas. Escaparle al cliché no es poco mérito. Conclusión sobre Apuesta maestra Jessica Chastain se pone el film al hombro y está fantástica, como siempre. La chica hace todo bien, es así. Y, además, en los primeros minutos del film, nos regala un comentario deportivo que todo argentino va a agradecer. Mirala y vas a ver a lo que me refiero 😉 ‘Apuesta maestra’ podría haber sido menos extensa, pero aún así el resultado es una gran película: ágil, inteligente, veloz y entretenida. Vale la pena. Puntaje: 8/10 Título original: Molly’s game Duración: 140 minutos País: Estados Unidos Año: 2017
Una de las primeras películas fuertes del cine argentino en 2018 es Las Grietas de Jara, un thriller basado en el best seller de Claudia Piñeiro con un destacado elenco encabezado por Oscar Martínez y Joaquín Furriel. ¿De qué se trata Las Grietas de Jara? La vida de un grupo de arquitectos se trastorna cuando llega al estudio una misteriosa joven (Sara Sálamo) que pregunta por un tal Néstor Jara (Oscar Martínez). Mario Borla (Santiago Segura), Marta Horvath (Soledad Villamil) y Pablo Simó (Joaquín Furriel) dicen no conocerlo, pero mienten. Pablo Simó fue quien tuvo que lidiar años atrás con Jara, un indignado propietario del edificio lindante a una obra del estudio, damnificado por una grieta en la pared de su living provocada por un error en la construcción. Ahora, su nombre regresa para poner su vida en jaque. Las Grietas de Jara, un thriller urbano Siempre es una buena noticia que se estrene cine de género argentino, esa categoría que a veces parece excepcional o menor. Y si viene de la mano de una autora reconocida, junto a un elenco de talentosos actores, la apuesta promete. Las Grietas de Jara se presenta como un thriller psicológico situado en el mundillo de los desarrollos inmobiliarios. Tenemos un secreto, un hombre misterioso y un protagonista que está descubriendo su propia grieta interna. Joaquín Furriel y Oscar Martínez se lucen, como siempre, aportando veracidad a los personajes de la película. Soledad Villamil y Santiago Segura completan el cuadro dramático con eficiencia. Laura Novoa es la única en quien descansan las pequeñas dosis de comedia que liberan un poco el ambiente. Su personaje, la malhumorada esposa de Furriel, se lleva los mejores momentos, los más cotidianos y creíbles del relato (¡aplausos!). También hay que destacar la labor de la española Sara Sálamo, que hace un perfectísimo acento argentino. Llama la atención lo apagado y opaco de la fotografía, una elección que no resulta visualmente atractiva pero que quizás intentó dar a la imagen un tono acorde con el ambiente que narra, el de vidas grises entre bloques de cemento y hormigón. De grietas y cimientos Vale decir que Las Grietas de Jara no está carente de algunos detalles que hacen ruido. Pero también creo que solemos juzgar con una vara más alta a las películas nacionales. Dicho esto, los diálogos (sí, esos que jamás juzgamos en las películas en inglés) por momentos suenan un poquito forzados, pero sin llegar a molestar del todo. Al margen de este detalle, la película dirigida por Nicolás Gil Lavedra logra mantenerte atrapado, esperando saber qué pasó con Jara. Su cámara refuerza la idea de división y ruptura con numerosos planos partidos al medio por el estratégico encuadre. Un ritmo adecuado pero sin sobresaltos redondea este thriller argentino al que le pueden jugar en contra las altas expectativas. Las Grietas de Jara cumple sin deslumbrar. Puntaje: 6.5/10 Duración: 100 minutos (aprox.) País: Argentina / España Año: 2018
El terror de los actores insomnes. El cine de terror argentino arranca el año con una gran apuesta: No dormirás, una película sobre el sacrificio actoral, la locura y el insomnio como recurso creativo. ¿De qué se trata No dormirás? En un hospital psiquiátrico, un grupo de actores lleva la experiencia teatral al límite guiados por la implacable directora Alma Böhm (Belén Rueda). Bianca (Eva de Dominici), una joven promesa del teatro, se incorpora al elenco y se somete al desafío: no dormir. La falta de sueño empieza a afectar las psiquis de los actores y los límites entre realidad, sueño y ficción son cada vez más difusos. Lo bueno y lo malo de No dormirás Lejos del cliché de las películas de terror sobre casas poseídas y misterios en el bosque, el director Gustavo Hernández plantea una historia que, con elementos del género, se corre del lugar común. El insomnio como detonante del conflicto se suma a un contexto poco frecuentado: el de un grupo de actores que buscan llevar su trabajo al límite. Estos dos elementos hacen que la historia no sea obvia ni predecible. Eso le suma unos cuantos puntos y es lo más destacado. La contraparte es que esta complejidad de la trama se termina enredando y el relato no es ni tan limpio ni tan claro como podría haber sido. El film cae en ese error de empezar tarde. Los primeros minutos te muestran de qué va la cosa, va al grano y te engancha. Pero desde que Bianca aparece hasta que finalmente entra en conflicto con el tema del insomnio y este grupo de gente extrema, pasa mucho tiempo. El conflicto se demora demasiado en aparecer. Al mismo tiempo, al última media hora repunta. Al incorporar acciones que mueven el relato, acelera el ritmo, crece la tensión y atrapa más. Los actores de No dormirás Por otro lado, el elenco de No dormirás hace un muy buen trabajo. Belén Rueda despliega oficio y está magnífica. Eva de Dominici está a la altura y es creíble, igual que Natalia de Molina, quien interpreta a su mejor amiga. Eugenia Tobal está fantástica, ayudada también por una caracterización que la dejó irreconocible ante una mirada rápida. Completa el grupo Juan Guilera, como un convincente trastornado y un casi irreconocible Germán Palacios. Vale una mención para la estética, que quizás no puso su foco en la época (transcurre en los ’80), pero sí en mostrar un lugar bien ambientado, con una dirección de fotografía que acompaña. No dormirás resulta despareja. La idea es interesante, te da algunos buenos sustos pero retrocede algunos casilleros por sus fallas en el ritmo y la estructura del relato. Si te gusta el género, no deja de ser una buena opción. Puntaje: 6/10 ¿Querés chusmear la conferencia de prensa de No Dormirás? Acá te la dejo: Duración: 120 minutos aprox. País: Argentina / Uruguay / España Año: 2018
Cada año, Woody Allen nos prepara una cita obligada. Con resultados dispares a lo largo del tiempo, pero la punta afilada de quien lleva décadas de oficio, el director estrena una cinta anual. Este año es el turno de La rueda de la maravilla, un film irregular con buenas actuaciones y estridencia visual. ¿De qué se trata La rueda de la maravilla? Mickey (Justin Timberlake), un guardavidas de Coney Island cuenta los sucesos ocurridos en la playa durante los años ’50. Allí, Ginny (Kate Winslet) trabaja como mesera, tras haber dejado atrás sus sueños de ser actriz. Es madre de un hijo y vive con su esposo Humpty (Jim Belushi), aunque es bastante infeliz. Un día aparece en Coney Island, la joven y bella Caroline (Juno Temple), la hija de Humpty. La muchacha está escapando de la mafia tras haberse separado de su marido, un mafioso con el que le habían recomendado no meterse. Woody Allen y el paso en falso Como fanática de Woody Allen, no solo me encantan sus películas, sino que, reconozco, al momento de hacer una crítica puedo ser un poco más generosa. Pero, ay, esta vez me ha decepcionado. No se puede decir que La rueda de la maravilla sea una mala película, para nada, pero está lejos de la calidad de sus últimos films (digo sus últimos films, no sus grandes films). En 2016 se estrenó Cafe Society, un film afilado, entretenido, que fluía. Sin ser una obra maestra, estaba muy bien. Pero con La rueda de la maravilla eso no pasa. Nuestro chico Woody opta por una puesta en escena que en buena parte de la película roza lo teatral. Eso está muy bien y hasta es parte de su estilo. El problema pasa por el tono. ¿Es una comedia? ¿Es un drama? La rueda de la maravilla no termina siendo ninguna de las dos cosas. Solo las escenas del pequeño hijo de la protagonista -un pelirrojo piromaníaco- logra sacar risas apelando a ese humor absurdo tan propio del director. El resto, no llega demasiado lejos. El drama no es tan drama y los enredos no se enredan lo suficiente. Algunas de las obsesiones de Woody Allen no dejan de decir presente, como los amores cruzados y los artistas frustrados. Pero le falta esa cuota de ingenio y lucidez que caracteriza su cine. Ay, lo que me cuesta escribirlo. Lo bueno de La rueda de la maravilla Las actuaciones, eso sí, están muy bien. Kate Winslet es una ficha segura que desborda naturalidad, complementándose muy bien con Jim Belushi. Justin Timberlake aporta mucho carisma y Juno Temple cumple con creces su rol de niña tonta. Vale destacar la estridente dirección de fotografía de La rueda de la maravilla. Colores y más colores, luces que aportan a la narración en ese Coney Island de ensueño por fuera y drama puertas adentro. En ese sentido, el póster de la película grafica eso a la perfección… incluso mejor que la película 🙁 Un tropezón no es caída. La película se deja ver. No estará entre lo mejor de Woody Allen, pero siempre es buena idea cumplir con la cinta anual. Puntaje: 6/10 Título original: Wonder Wheel Duración: 101 minutos País: Estados Unidos Año: 2017