Llegar a la paz Las buenas películas pueden mostrar lo dulce y amargo de la vida al mismo tiempo. Los guiones, las puestas en escena, las interpretaciones mismas nos llevan a sumergirnos en historias complejas, que despiertan cientos de emociones en los espectadores que concurren a una sala de cine. El género Drama es por excelencia aquel que logra provocar esa sinergia, esa empatía en el público. Viva, sin dudas le hace honor a la anterior descripción. El libreto se centra en la vida de Jesús, un joven huérfano, cubano de 18 años, que sueña con ser un gran artista, pero su realidad dista mucho de su anhelo. En una pobre Cuba, nuestro protagonista luchará contra los prejuicios típicos de una sociedad ultra machista en relación a su homosexualidad, y no conforme con eso el guion le deparará mayores complejidades a lo largo del camino. A través de la lente del director irlandés, Paddy Breaitnach, se pueden apreciar dos aspectos muy importantes de Cuba: La belleza de una ciudad simple, con un hermoso clima y paisajes. Y la pobreza de la Isla desde la arquitectura, la economía y sus habitantes. Si bien las dificultades económicas no están tocadas de lleno como una de las problemáticas, jugará un rol fundamental a lo largo de la obra, desde diversos puntos de vista. Jesús, interpretado por Héctor Medina, se dedica a peinar las pelucas de las Drag Queens que tienen shows musicales en un bar local. Prontamente, Jesús devela su pasión por el canto y su deseo de subirse a los escenarios para interpretar canciones, al igual que sus amigas. El protagonista es huérfano, su padre desapareció en su niñez y su madre falleció en un tiempo incierto. Mama, la transformista quien regentea los shows, y es una de las intérpretes, se muestra como la mismísima madre de Jesús, protegiéndolo, amparándolo, exigiéndole y enseñándole, como si fuera de su propia sangre. Hasta entonces, la película pareciera estar orientada al desarrollo personal de Jesús, con su crecimiento y su afán por convertirse en artista. Pero la irrupción de su padre en su vida, crearán un clima de tensión constante y de emociones encontradas dentro de un mar de dudas. El pasado, el presente y el futuro, comenzarán a tomar preponderancia y tanto el protagonista como su entorno pondrán en juego su carácter y su estilo de vida. Viva es una obra de arte, cuya dirección, escenografía y paisaje, se conjugan con un guion muy bien elaborado y actuaciones a la par. El espectador podrá disfrutar de un drama con todo lo que esto conlleva, muy bien musicalizado, donde el arte y las canciones decoran el clímax de un film atrapante.
Destinos enlazados El sacrificio de Nehuen Puyelli (2016) es una interesante propuesta que refleja los abusos de poder, la brecha interminable entre el alto poder adquisitivo de la sociedad y las familias más humildes. Destaca la doble moral de la elite económica y su periferia, donde por un lado se reclama justicia, y por otro lado se apañan todo tipo de atrocidades para conseguir los objetivos que estos se proponen.
Apuesta perdida El jugador seguramente será recordada como la última película en la que participó Oscar Alegre, un muy buen actor argentino, que falleció el sábado 12 de noviembre. Su papel sin dudas aportó el rol más interesante del film. Un personaje de reparto, donde Oscar encarnó a Pascual Palma, el abuelo del protagonista. Se destaca su participación, ya que le aportó lapsos de comedia a una obra muy chata, donde sin ser el papel más brillante de su carrera, le alcanzó para despegarse del resto del elenco. Esta obra, dirigida y guionada por Dan Gueller, e inspirada en la novela de Fiódor Dostoievski, contó con dos protagonistas más que interesantes, Alejandro Awada y Pablo Rago. Pese a la calidad indiscutible de estos dos actores, el film es tan paupérrimo y aburrido que parecería ser una puesta en escena para hacer una propaganda del casino de Mar Del Plata. Quizás esto se deba a la proximidad del verano y a las pocas expectativas en la convocatoria de esta temporada. Es interesante observar en esta película, no sólo la falta de narrativa del guión, sino además la carencia de encanto y carisma en los personajes. Lamentablemente para el cine argentino, esta obra recae sobre un intento de acción / comedia, con un léxico burdo y sin sentido. La historia de fondo que jamás termina de entenderse y deja muchos cuestionamientos, que en apariencia no son por la intención del libreto, sino por falta de argumentación en cuanto a la construcción del mismo. La temática se centra en dos hermanos herederos de un emporio de carnicerías, donde el mayor, Sergio Palma, interpretado por Pablo Rago, malgasta el dinero de su abuelo, Pascual Palma, y con la excusa de invertir en locales en Mar Del Plata, viaja a la ciudad para meterse en un negocio de compra y venta de cocaína. Alejandro Reynoso, interpretado por Alejandro Awada, es la “mano derecha” de “Don” Palma, y deriva en la ciudad costera para llevarle a Sergio, dinero que le pidió a su abuelo. Hasta ese momento la película parecería al menos entretener al espectador, pero todo lo que deriva desde ese entonces, se convierte en incongruencias, violencia absurda y diálogos sin sentido. Pablo Rago realizó un papel pobre, donde se destaca la doble personalidad de su personaje que varía entre ser el Macho Alpha y ser un pollito mojado ante la presencia de su abuelo. Por su parte, Awada jamás pareció sumergirse en su papel, quizás por la carencia de atractivo de la realización en sí. O quizás por falta de compromiso con la obra. Lo único que se refleja es un hombre que se queda en la mitad de todo tramo, desganado y sin brillo ni vida. Dan Gueller pareció conformarse con una producción muy básica, donde aparentemente decidió no interferir en el trabajo de los actores, o peor aún, en caso de hacerlo, no logró transmitirles lo necesario para que la película funcione. Su guión, si bien tiene algunas incongruencias y falta de información, permitía la libertad a los artistas para hacer un papel mejor. Habrá que consultarles por qué no pasó. El jugador, por ende, es una película vacía, sin encanto ni aporte cultural, donde pequeños momentos distraerán al espectador de la obviedad del guión y la simpleza de sus personajes.
Mensaje enviado Hacer absolutamente nada, es un sueño que mucha gente tiene. Dedicarse a los placeres, a lo que a uno le gusta, no tener preocupación alguna y tampoco obligaciones. ¿Cuánto tiempo creen que durarían ustedes viviendo de esa manera? ¿Cuánto tiempo pueden dormir esa necesidad de productividad y anhelo de crecimiento que tiene cada quien dentro de si? ¿Con qué motivo se levantan al día siguiente? Maldito seas Waterfall! (2015) es un inusual proyecto, donde de la nada misma se generan dudas existenciales.
Para reírse en casa Las comedias argentinas generalmente toman como punto de partida el amor y la amistad, por separado o en conjunto. Pocas veces se innova con una temática distinta, y cuando esto sucede es para prestar atención. Las Ineses (2016) se convierte entonces en una interesante mezcla de comedia y drama, en la cual su protagonista es el misterio y su guion lo más atrayente.
Silencios que matan El cine suele nutrirse de “Best Sellers” u obras de teatro para nuevas y constantes producciones. Generalmente estas realizaciones se traducen en la codiciosa mirada de una productora que busca explotar un boom literario, o teatral para abultar aún más su cuenta bancaria. Armonías del caos (2016), se vuelve el contrapunto perfecto de los gastos millonarios y los derechos de autor, y sumerge a sus espectadores en una película realmente atrapante, donde por momentos las butacas de la sala, se convertirán en las tablas de un teatro.
La bruja ha vuelto El proyecto de la bruja de Blair (1999) quizás sea una de las mejores películas de horror con el formato “Found Footgate”, que se refiere a las escenas de la ficción develadas al público como material real. Casi siempre, este material termina por ser una vieja cinta encontrada en un sótano o altillo, y desde ese punto de partida comienza una historia de investigación y suspenso, como ya las conocemos. En este caso, La bruja de Blair (2016) se muestra como una secuela de la película original del ´99, y plantea la búsqueda de respuestas por parte de James Donahue, hermano de la desaparecida Heather en aquel año. James todavía sufre la pérdida de su hermana y ya en la universidad plantea junto con un grupo de amigos ir a investigar el famoso bosque de Black Hills para encontrar alguna pista de Heather. Los cuatro amigos, fuertemente equipados con la última tecnología de GPS y cámaras, se adentrarán en el bosque para descubrir qué pasó realmente.
Misión imposible El género del Thriller es uno de los más recorridos dentro del cine actual. Las películas de persecución y misterio suelen ser las más aclamadas por el público, y la mayoría de ellas no decepcionan al espectador. Casi 50 films del género se estrenaron en estos nueve meses del año 2016. Entre las más destacadas se encuentran 12 horas para sobrevivir: el año de la elección, Jason Bourne y la argentino-española Cien años de perdón. Esta semana, una más se suma a la lista, No respires, una realización que los dejará pegados a la butaca.
¿Jugador u observador? En esta nueva era tecnológica, los seguidores que se obtienen en las redes sociales dan una cierta sensación de reconocimiento o “fama” a cualquier persona. Quien suba videos, se saque muchas fotos y sea medianamente estético o provoque algún tipo de reacción en el público, tendrá la posibilidad de cosechar una buena cantidad de fans. Pero ¿Qué pasa cuando las fotos comunes ya no son suficientes?, ¿Qué pasa cuando los seguidores comienzan a disminuir?, ¿Y cuando otra persona acapara la escena? Esto y mucho más se explica en la trama de Nerve: un juego sin reglas (2016). Así como la trama de la saga The purge se basa en una crítica social muy fuerte al pueblo norteamericano, Nerve se para frente a los adictos a la tecnología, toca la problemática de la locura por los “me gusta” y traslada el campo hasta las últimas consecuencias. Todo comienza cuando Vee, interpretada por Emma Roberts, una chica tímida y poco popular, que vive a la sombra de su amiga Sidney (Emily Meade), es incitada a tomar la iniciativa de su vida y decide hacerlo uniéndose a un juego, que propone ser observador o jugador. El observador paga una membresía y puede ver todos los retos, mientras que el jugador recibe dinero por las “misiones” superadas. Obviamente, la protagonista se inscribe como jugadora, y como es de esperarse el juego se vuelve cada vez más perverso y da por resultado conflictos cruciales y morales. Desde el guión hay dos puntos firmemente marcados como una crítica social. Lo que se está dispuesto a hacer para ganar dinero y seguidores por un lado, y por otro, el goce del observador que se convierte en cómplice e instigador. La hipótesis planteada es que en este tipo de relaciones, el espectador se vuelve cada vez más exigente, y el exhibicionismo, el trasgredir la ley y la violencia son las respuestas para lograr entretenerlos. Para establecer un paralelismo, es muy parecido al periodismo de espectáculos o lo que ocurre con el reality Gran Hermano, un juego aparentemente inocente, donde la desnudez, el sexo y la violencia son los tópicos que aumentan el rating y derivan en la fama de sus participantes. La dirección por parte de Henry Joost y Ariel Schulman y el guión de Jeanne Ryan y Jessica Sharzer son interesantes. Los escenarios planteados para los retos y la dinámica del texto dan por resultado un film que compenetra y por momentos genera el suspenso y la desesperación propia en este tipo de películas. Emma Roberts y Dave Franco transmiten las preocupaciones de sus personajes y provocan cierta empatía con el público (más él que ella). Sus papeles no distan mucho de roles realizados en anteriores obras. Pero en definitiva, no es algo que interceda con el film. A pesar del detalle, la propuesta se puede disfrutar de todas maneras. Nerve: un juego sin reglas es un film que deja un mensaje, es una historia orientada a un público joven, aquel que consume y se apropia de las redes sociales y participa como observador o como jugador. El objetivo es mostrarle a esos jóvenes las consecuencias de la locura por los “me gusta”, lo que la gente está dispuesta a hacer y lo que la sociedad busca ver. Cabe preguntarse entonces ¿Ustedes son jugadores u observadores?
Historias de vida Dentro de la nueva ola de música popular, las bandas uruguayas han pisado fuerte en la escena artística argentina. Tal es así, que dos de los exponentes del rock nacional actual son La vela Puerca y No te va gustar. En el ámbito de la música tropical ocurre exactamente lo mismo y es así como dos bandas ríoplatenses con un mismo creador han logrado acaparar las luces de los boliches y hasta han llegado a tocar en el mítico Luna Park. El documental Márama – Rombai: el viaje (2016) muestra el origen de los conjuntos y cómo fue el shock del éxito en la vida de los integrantes.