Un logro personal “El Primer Hombre En La Luna” (First Man, 2018) es una película dramática dirigida por Damien Chazelle (Whiplash, La La Land) y escrita por Josh Singer. Basada en el libro biográfico “First Man: The Life of Neil A. Armstrong” de James R. Hansen, el reparto está compuesto por Ryan Gosling, Claire Foy, Olivia Hamilton (esposa en la vida real del director), Luke Winters, Connor Blodgett, Jason Clarke (El Planeta de los Simios: Confrontación), Kyle Chandler (Super 8, Noche de Juegos), Patrick Fugit, Lucy Stafford, Christopher Abbott, entre otros. Con Steven Spielberg como productor ejecutivo, la cinta inauguró la 75º edición del Festival de Venecia. En 1961, luego de la reciente pérdida de su pequeña hija Karen (Lucy Stafford) debido a un tumor cerebral, el ingeniero y piloto Neil Armstrong (Ryan Gosling) decide postularse para el Programa Gemini de la agencia espacial de la NASA. Junto a su esposa Janet (Claire Foy) y su hijo Rick (Luke Winters), Neil se muda a un vecindario de Houston donde viven otras familias de astronautas. Durante el proceso de preparación para ir a la Luna, Armstrong deberá lidiar con varias pruebas físicas, imprevistos y muertes de sus amigos más cercanos. Además, la responsabilidad es mayor por la gran cantidad de plata invertida en la misión. Chazelle se aleja del género musical para traernos una historia intimista que nos lleva a conocer la vida de Neil Armstrong, primer ser humano que pisó la Luna en julio de 1969. Muchos habrían decidido contar este suceso de una forma híper patriótica, centrándose en el hecho en sí y nada más. Sin embargo, aquí el director toma otro foco al no plantear a ninguno de los astronautas como los máximos héroes del país sino más bien dando cuenta de su humanidad y el gran sacrificio que atravesaron. Esta perspectiva hace que la cinta sea mucho más creíble e interesante, en especial porque el trasfondo de lo que vivió Armstrong ayuda a entender su gran determinación por llegar al satélite natural. Ryan Gosling continúa luciéndose en cada rol que interpreta; su compromiso y dedicación al personaje vuelven a dar cuenta de que es uno de los mejores actores que tenemos en la actualidad. Es difícil meterse en la piel de un hombre que casi nunca expresa en voz alta lo que le sucede sino que se guarda todo para sí y sufre en silencio. A Gosling este tipo de papeles le sientan a la perfección ya que con solo prestar atención a su mirada y expresiones faciales nos damos cuenta de todo el dolor y miedo que hay en su interior, sentimientos que le son imposibles sacar para afuera. Por otro lado, Claire Foy no se queda atrás al interpretar a Janet, mujer de Neil. Su carácter difiere al de su esposo, por lo que cuando se enoja nos brinda escenas gloriosas donde la preocupación y el amor se perciben de una manera totalmente genuina. Desde los aspectos técnicos, el filme resulta toda una maravilla. Primerísimos planos, movimientos de cámara que no dan respiro y una edición de sonido inquietante consiguen que el espectador pueda sentirse adentro de la nave también, con todos los nervios que eso conlleva. Con una sensación de peligro latente, la fotografía granulada hace que nos sea muy sencillo sumergirnos en la época de la cinta. Además, la contraposición de la hermosa música de Justin Hurwitz, que ya trabajó junto a Chazelle en sus anteriores trabajos, con el silencio absoluto al pisar la Luna se vuelve un deleite audiovisual pocas veces visto. Enfoque distinto, actuaciones que están a la altura, sonido magistral y una calidad sublime en los efectos logran que “El Primer Hombre En La Luna” sea una experiencia cinematográfica emocionante e imperdible. No será una sorpresa que el filme reciba varias nominaciones en los próximos premios de la Academia, por lo que es cita obligada para cualquier cinéfilo.
En las buenas y en las malas “Familia Al Instante” (Instant Family, 2018) es una comedia dramática dirigida por Sean Anders (Guerra de Papás 1 y 2), el cual también se encargó del guión junto a John Morris. Protagonizada por Mark Wahlberg y Rose Byrne (Buenos Vecinos, Peter Rabbit), el reparto se completa con Isabela Moner (Transformers: El Último Caballero), Gustavo Quiroz, Julianna Gamiz, Octavia Spencer, Tig Notaro, Margo Martindale (Hannah Montana: La Película), Julie Hagerty, Allyn Rachel y Jody Thompson. La cinta está basada en las propias experiencias del director, que junto a su esposa Beth decidió adoptar a tres niños. Pete (Mark Wahlberg) y Ellie (Rose Byrne) son una pareja que se dedica a remodelar casas. Al comprar una nueva que luce abandonada por dentro, los dos comienzan a limpiarla y pintarla, pero por más linda que esté quedando ellos no sienten que su matrimonio sea completo. Al visitar una página web sobre chicos en adopción, Ellie le plantea la idea a su marido de dar ese gran paso. Luego de muchas charlas y dudas, Pete y Ellie se acercan al establecimiento donde las trabajadoras sociales Karen (Octavia Spencer) y Sharon (Tig Notaro) les brindan información sobre el proceso de adopción. En una especie de “feria de niños”, la pareja conocerá a Lizzy (Isabela Moner), una adolescente de 15 años que los impresiona con su carácter. La joven no viene sola ya que tiene a dos hermanos pequeños llamados Juan (Gustavo Quiroz) y Lita (Julianna Gamiz) y no es recomendable separarlos. Embarcados en esta nueva aventura, Pete y Ellie intentarán establecer un lazo con los chicos. Estamos ante una de las gratas sorpresas del año debido a diferentes motivos. Por empezar, el filme de Sean Anders tiene un ritmo que se mantiene durante todo el metraje, logrando que para el espectador sea muy sencillo empatizar con los protagonistas desde el principio, lo que nos lleva a interesarnos por lo que les sucederá. El guión es otro de los puntos fuertes de la película: casi ni hay malos chistes, lo que da como resultado que la cinta sea un festín de situaciones graciosas. En cuanto a las partes dramáticas, éstas están tan bien llevadas que el paso de la risa a la emoción llega a darse de forma totalmente natural, lo cual también tiene que ver con las buenas actuaciones del reparto. Pero por sobre todo, el mayor logro tiene que ver con la notoriedad de que el filme es el proyecto más personal e importante del director, un hombre que sabe de la temática porque la vivió en carne propia. Así es como Sanders se anima a exponer las falencias que existen en el juzgado, los prejuicios en forma de comentarios hirientes por parte de los familiares de la pareja protagónica, la realidad latente de que a los adolescentes casi nadie los desea acoger por ser “más complicados” y cómo la hermana mayor muchas veces es la que sin tener opción debe tomar el rol de madre sin estar preparada. La película no tiene miedo a la hora de mostrar lo difícil que es para los padres adoptivos el no saber con certeza si definitivamente se podrán quedar con los niños o la enorme tristeza que se siente al verlos felices con su madre biológica. Por otro lado, el día a día en la casa de Pete y Ellie está súper bien retratado ya que queda claro que las discusiones, gritos y caprichos serán moneda corriente en las primeras semanas. “Familia Al Instante” se convierte en una de las mejores comedias familiares por su frescura, dulzura y la capacidad de conexión que genera con el espectador. Entretenida y emocional, es imposible que esta historia no te llegue al corazón.
Incómoda en su propio hogar “El Asesinato de la Familia Borden” (Lizzie, 2018) es un thriller psicológico dirigido por Craig William Macneill y escrito por Bryce Kass. Basado en hechos reales, el reparto incluye a Chloë Sevigny, Kristen Stewart (Camp X-Ray, Personal Shopper), Jamey Sheridan (Sully, Battle of the Sexes), Fiona Shaw (Petunia Dursley en Harry Potter), Denis O’Hare, Kim Dickens, entre otros. La cinta tuvo su premiere mundial en el Festival de Cine de Sundance. 1892, Fall River, Estado de Massachusetts. Lizzie Borden (Chloë Sevigny), de 32 años, vive en una espaciosa casa junto a su padre Andrew (Jamey Sheridan), su madrastra Abby (Fiona Shaw) y su hermana mayor Emma (Kim Dickens). A pesar de estar en una buena posición económica, Lizzie no la pasa para nada bien ya que le resulta imposible congeniar con su padre, el cual está siendo manipulado por John (Denis O’Hare), el tío de las jóvenes que busca quedarse con la herencia de Andrew. Incomprendida por su familia, y con ataques epilépticos que no hacen más que acrecentar sus nervios, Lizzie encontrará alguien en quien confiar en Bridget Sullivan (Kristen Stewart), la sirvienta analfabeta a la que su madrastra insiste en llamar “Maggie”. Cuando Lizzie se entere del calvario que está viviendo Bridget allí, la tolerancia hacia sus padres se irá agotando al mismo tiempo que la idea de acabar con ellos se convertirá en una opción cada vez más tentadora. El homicidio de Andrew y Abby Borden que ocurrió el 4 de agosto de 1892 ya fue expuesto en diversos libros, series, películas para la televisión e incluso teatro. Por otro lado, hasta el día de hoy la figura de “la asesina del hacha” sigue siendo relevante en el folklore estadounidense. Diversas son las teorías frente al caso, por lo que es para destacar el enfoque que le dio Craig William Macneill a su película. El director tuvo como objetivo que el espectador sea testigo del día a día dentro de ese hogar que por fuera luce pulcro y blanquecino, pero que por dentro se asemeja a un infierno para las dos mujeres protagónicas. Así es como conoceremos en detalle a Lizzie, su forma de ser, su carácter completamente distinto al de los demás habitantes de la casa Borden y el comienzo de una relación con la única persona que entiende por lo que está atravesando. De esta manera se hace fácil empatizar con ella y entender qué es lo que la llevó a actuar de una forma tan salvaje. Con un ritmo pausado y una atmósfera llena de misterio, el filme logra sostenerse gracias a las interpretaciones de Sevigny y Stewart. Con solo ver sus expresiones faciales uno logra darse cuenta de la incomodidad que sufren al estar dentro de esas cuatro paredes donde está mal visto expresar lo que uno piensa en voz alta, donde muchos prefieren hacer la vista gorda a lo que realmente sucede para no meterse en problemas ya que, en esa época, era impensado contradecir al hombre de la casa. La película respeta bastantes detalles que ocurrieron en la realidad así como se toma otras libertades que nunca llegaron a confirmarse por lo que siempre se mantendrán en el ámbito hipotético. Sin embargo, la verosimilitud está presente en cada escena, lo que genera que el interés se mantenga a pesar de que en cierto punto se note que no hay tanto contenido por desarrollar. “El Asesinato de la Familia Borden”, buen cambio de título para la cinta en nuestro país, quedará en el recuerdo por una secuencia en particular, en la cual más de uno deseará retirar los ojos de la pantalla. Aunque la historia tenga otras adaptaciones, la manera en la que está contada aquí es correcta y digna para los que quieran conocer más sobre la psicología de Lizzie Borden.
De noble a ladrón “Robin Hood” (2018) es una película de aventuras dirigida por Otto Bathurst y escrita por Ben Chandler y David James Kelly. Producida por Leonardo DiCaprio, el reparto incluye a Taron Egerton (Testamento de Juventud, Kingsman), Jamie Foxx, Eve Hewson, Ben Mendelsohn (The Place Beyond the Pines, Ready Player One), Jamie Dornan (Cincuenta Sombras de Grey), Tim Minchin, F. Murray Abraham, entre otros. Robin De Loxley (Taron Egerton) se enamora a primera vista de Marian (Eve Hewson), una joven que intenta robar un caballo. Los días juntos no duran mucho ya que a Rob le llega una carta importante: deberá cumplir el servicio militar en el desierto. Sin perder su compasión, Robin no seguirá las órdenes establecidas e intentará ayudar a John (Jamie Foxx), un hombre que está a punto de ver cómo matan a su hijo. De vuelta en su pueblo, el sacerdote Tuck (Tim Minchin) le informa a Loxley que allí ya lo dieron por muerto, aparte de que le confiscaron sus tierras. Incluso Marian parece haberse olvidado de él ya que ahora está en una relación con Will (Jamie Dornan). Sin nada que perder, Robin se unirá a su amigo John para hacerle frente al gobernador de Nottingham (Ben Mendelsohn). Este señor está arreglando un trato con el cardenal de Roma y los árabes por lo que, si la situación no cambia, el beneficio a los plebeyos será inexistente. Las historias sobre el personaje de Robin Hood, el héroe que roba y reparte el dinero entre los más pobres, ya son demasiadas. Tenemos a la película animada de 1973 producida por Walt Disney, a la cinta de 1991 protagonizada por Kevin Costner, la comedia de 1993 dirigida por Mel Brooks y la nueva perspectiva que le dio Ridley Scott en 2010. A casi nadie le pareció apropiado que una vez más el relato se vuelva a reinventar e incluso desde los trailers se veía venir que esta producción sería un desastre. Las suposiciones quedan confirmadas: estamos ante uno de los filmes más flojos del año. Aunque se note que la cinta no está hecha para tomársela en serio, son tantas las malas decisiones que se tomaron en este proyecto que ni siquiera el producto termina siendo entretenido. Por un lado, las constantes escenas de acción nunca llegan a generar nada debido a que los efectos especiales tienen una calidad bajísima, haciendo que la mayoría de secuencias luzcan muy falsas, en especial cuando se utiliza la cámara lenta. El sonido tampoco está bien hecho, por lo que el impacto que deberían tener las flechas no es lo que se esperaba. En cuanto a las actuaciones, ningún personaje cuenta con un desarrollo apropiado, lo que da como resultado que no podamos empatizar con nadie así como que el interés decaiga a medida que pasan los minutos. Ben Mendelsohn construye a un villano que es el típico “malo porque sí”, además de que cansa verlo gritar en cada una de sus escenas (lo mismo sucede con Jamie Foxx, que entrena a Robin para convertirlo en “El Encapuchado”). El diseño de vestuario es otro grave error: el gobernador tiene ropa que en esa época no se usaba, más bien parece sacada de Ready Player One. Como si fuera poco, los escritores metieron un triángulo amoroso paupérrimo, donde el nuevo novio de Marian, interpretado por Jamie Dornan, cambia su postura varias veces en pocos segundos. Además, se supone que los plebeyos tienen gran importancia en la trama ya que el objetivo de Robin es darles el dinero que les falta para tener una vida sin preocupaciones por la comida; no obstante al pueblo nunca se le da el protagonismo que merece. “Robin Hood” se vuelve la peor adaptación del justiciero, una que no convence ni siquiera desde lo visual. El desenlace da cuenta de que se quieren hacer más filmes sobre el Encapuchado, una rotunda mala idea si se continúa por este camino.
Atrás las diferencias “Unidad XV” es una película dramática nacional dirigida por Martín Desalvo (Las Mantenidas Sin Sueños, El Padre De is Hijos) y escrita por Francisco Kosterlitz y Martiniano Cardoso. Basada en la histórica fuga de la Unidad 15 de Río Gallegos en 1957, el reparto incluye a Rafael Spregelburd (Abzurdah, Perdida), Carlos Belloso, Diego Gentile (Relatos Salvajes, Joel), Lautaro Delgado (Gilda, Un Gallo Para Esculapio), Mora Recalde, Germán De Silva (La Educación del Rey), Ignacio Rogers y Adrián Fondari. El filme fue ganador como mejor proyecto WIP SANFIC INDUSTRIA en el Festival de Cine de Santiago de Chile de 2017. Además fue presentado en la “Gala Especial”, Selección Oficial del Festival de Cine de Mar del Plata. Durante la autoproclamada Revolución Libertadora, los dirigentes peronistas John William Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) y Jorge Antonio (Lautaro Delgado) fueron perseguidos y confinados a pasar sus días en la cárcel de mediana seguridad ubicada en Río Gallegos, la cual estaba dirigida por Bernárdez (Germán De Silva). Separados de los demás presos, estas cuatro personas deberán dejar sus diferencias de lado para darse a la fuga, ya que si continúan allí el fusilamiento será inevitable. El género carcelario puede dar grandes resultados si se tiene en cuenta no solo la política y el escape en sí, sino también la conexión de los protagonistas con el espectador. Martín Desalvo lo sabe muy bien ya que con esta cinta se mete en una de las etapas más duras de nuestro país, donde el respeto al que tenía otras ideologías no existía y la única “solución” se basaba tanto en la violencia como en la humillación. En ese contexto, las buenas interpretaciones sumadas a la química que hay entre los actores logran que la empatía ocurra de forma natural, a la vez que ciertas escenas resultan impactantes al pensar que esto sucedió en la realidad. Lo interesante de “Unidad XV”, aparte de ver la casi nula humanidad que tenían los militares, se basa en el buen retrato que se hizo de las distintas vertientes que hay dentro del movimiento peronista. Los cuatro presos políticos, por más de pertenecer a la misma organización, tenían creencias diferentes, lo que en consecuencia generará variadas peleas. Sin embargo, al darse cuenta que los malos son los de afuera y que solo se tienen los unos a los otros para salir con vida de allí, el orgullo pasa a un segundo plano. A medida que avanzan los minutos somos testigos de la dinámica que hay entre estas personas. Con un buen desarrollo en la relación de ellos, la cinta se vuelve atractiva por el cambio notorio que existe en el trato entre Kelly, Cooke, Jorge Antonio y Cámpora. Párrafo aparte para la más que correcta reconstrucción de época del filme. Con una fotografía lúgubre que recuerda a películas en blanco y negro, la atmósfera creada encaja a la perfección con lo que sufrieron los presos en Río Gallegos, donde por más que hacía mucho frío ni siquiera les daban las frazadas suficientes para entrar en calor. Los colores grisáceos y el fuerte sonido del viento ayudan a captar en mayor medida la soledad, tristeza y rudeza de ese entonces. Con toques de humor necesarios y personajes secundarios que pueden llegar a emocionar por su valentía o, por el contrario, disgustar por su crueldad, “Unidad XV” tiene todos los elementos para ser disfrutada en una sala de cine. Seguramente luego de verla querrás conocer más sobre estos cuatro peronistas que, a pesar de sus distintas personalidades, frente al sufrimiento del prójimo no dudan en alzar la voz.
Una entidad suelta “Malicious: En El Vientre Del Diablo” (Malicious, 2018) es una película de terror dirigida y escrita por Michael Winnick. Protagonizada por Josh Stewart (Batman: El Caballero de la Noche Asciende, La Noche del Demonio: La Última Llave) y Bojana Novakovic (Yo Soy Tonya), el reparto se completa con Melissa Bolona, Delroy Lindo, Ben VanderMey, Luke Edwards, Yvette Yates y Jaqueline Fleming. La historia se centra en Adam Pierce (Josh Stewart) y su pareja Lisa (Bojana Novakovic), los cuales se mudan a una enorme casa gracias a que Adam consiguió empleo como profesor de matemáticas en una universidad. Entusiasmados por instalarse en el nuevo hogar y por los pocos días que faltan para que su primer bebé nazca, el matrimonio recibe un regalo de bienvenida de parte de Becky (Melissa Bolona), la hermana menor de Lisa. Éste consiste en una “caja de fertilidad” que, aparentemente, no puede abrirse. Sin embargo, cuando Adam está dando clases y Lisa queda sola, la embarazada no tiene ningún inconveniente con su apertura. Lo que no sabe es que, gracias a esa acción, una entidad maligna le producirá una hemorragia que acarreará un aborto. No solo Lisa perderá a su bebé, sino que tampoco podrá tener hijos en un futuro. Frente a esta situación traumática, y con las reiteradas veces en las que Lisa escucha pasos, risas o lloriqueos, a Adam no le queda otra que recurrir al Dr. Clark (Delroy Lindo), hombre ciego encargado de las clases de parapsicología. Los tres intentarán que el ente vuelva a la caja, sin embargo para que esto se logre deberán tomarse medidas drásticas. Mujer embarazada, casa amplia desconocida, alucinaciones, un experto en sucesos paranormales y un hecho trágico inicial. Como se puede notar, la película no tiene nada de original hasta el momento, por lo que el director tuvo la idea de agregarle la posesión de un bebé que no llegó a nacer. No solo eso, sino que el ser se presenta de distintas formas: una nena que luce como muñeca, una anciana, la figura de la hermana de la protagonista, entre otras. Como era de esperarse, el resultado es de lo más bizarro y sin razón de ser. Con el típico recurso de elevar el sonido para generar algún que otro jump scare, se puede afirmar que todos los personajes secundarios están sumamente estereotipados. Incluso hay un estudiante que se pasea sin remera y en ningún momento llega a aportar algo al relato. Aunque en el comienzo el filme logra ser llevadero gracias a las pasables actuaciones protagónicas, durante el último tramo el desbarranque es total. Un accidente automovilístico, una extensa escucha de sonidos sobrenaturales y otras escenas bastante incoherentes generan que el espectador deba poner cada vez más a prueba su paciencia a pesar de que la cinta dure solo 90 minutos. El guión hace agua por donde se lo mire, además de ser súper reiterativo con una frase que la pareja tiene como lema: “1+1 no siempre es 2”. Por otro lado, los efectos y maquillaje de las diversas personas que toma forma la entidad dejan mucho que desear, al punto de que en ningún momento consiguen hacernos temer. En conclusión, “Malicious: En El Vientre Del Diablo” es nada más ni nada menos que otra opción “de terror” mediocre en nuestra cartelera, una que ni por asomo merece el valor de la entrada.
El verdadero significado de la Navidad “El Grinch” (The Grinch, 2018) es una película animada dirigida por Yarrow Cheney y Scott Mosier. Con un guión a cargo de Michael LeSieur y Tommy Swerdlow, la cinta está basada en el cuento popular infantil “¡Cómo el Grinch robó la Navidad!” (How the Grinch Stole Christmas!, 1957) de Dr. Seuss, reconocido también por sus historias del Lorax y el Gato en el Sombrero. Las voces originales son puestas por Benedict Cumberbatch, Cameron Seely, Rashida Jones, Kenan Thompson, entre otros. En la Villa Quién la ansiedad se respira en el aire: faltan pocos días para la Navidad y, como esta vez la idea es que la celebración sea tres veces más grande de lo usual, los preparativos llevan más tiempo y no hay opción de que algo salga mal. Sin embargo existe una criatura verde que no soporta esta festividad: el Grinch (Benedict Cumberbatch). Él vive en una cueva en lo alto de la montaña junto a su fiel perro Max y solo baja al pueblo cuando la reserva de comida se acaba. Harto de la alegría y amabilidad de los pueblerinos, el Grinch se propondrá robar la Navidad. Para eso deberá robar un trineo y encontrar un reno, a la vez que necesitará de un atuendo parecido al de Santa Claus. Por otro lado, la pequeña Cindy-Lou Quién (Cameron Seely) tiene un plan tramado a la perfección, el cual consiste en atrapar a Papá Noel para hablarle cara a cara, ya que su deseo es demasiado importante como para solo ser escrito por carta. Con un corazón encogido dos veces su tamaño normal, cubierto de pelo verde y un humor peculiar, el Grinch vuelve a las pantallas en una nueva adaptación luego de la película corta hecha para televisión por Chuck Jones en 1966 y el filme más adulto protagonizado por Jim Carrey en el año 2000. Muchos dirán que esta película es completamente innecesaria al no aportar nada nuevo, no obstante la producción de Illumination Entertainment resulta la opción ideal para que las familias lleven a sus niños al cine. Respetando bastantes aspectos de la historia original, como la bien utilizada voz en off, la soledad en la que vive el Grinch y el júbilo de los Quiénes ante la Navidad, la cinta agrega un trasfondo mucho más interesante al personaje de Cindy-Lou. Con dos hermanos chiquitos y una madre soltera que trabaja toda la noche, el anhelo de Cindy contribuye a remarcar la gran moraleja de Dr. Seuss: la Navidad debería ir más allá de lo comercial/material (obsequios, calcetines, adornos, comida) ya que lo importante consiste en pasar las fiestas junto a los seres queridos y amigos. Aunque el diseño del Grinch y los pueblerinos recuerde a otros filmes de la misma productora, tales como “Mi Villano Favorito” (Despicable Me, 2010) y “Lorax: En Busca de la Trúfula Perdida” (The Lorax, 2012), de igual manera los personajes logran ser entrañables. Por otro lado, el reno Fred resulta una buena adquisición al relato y la Villa Quién, llena de lucecitas y copos de nieve, brilla por su encanto. Con una enseñanza que nunca pasará de moda, “El Grinch” mantiene el espíritu del hermoso cuento de Dr. Seuss a la vez que hará reír en más de una ocasión. Bella, divertida y con un final encantador, si te gustan las películas navideñas no la podés dejar pasar.
El robo necesario “Viudas” (Widows, 2018) es una película dramática de atraco dirigida por Steve McQueen (Shame, 12 Años de Esclavitud), que también se encargó del guión junto a Gillian Flynn, escritora de “Sharp Objects” (2006), “Lugares Oscuros” (Dark Places, 2009) y “Perdida” (Gone Girl, 2012). Basada en la serie de televisión británica homónima de principios de los ochenta, el reparto está compuesto por Viola Davis, Colin Farrell, Michelle Rodriguez (Rápidos y Furiosos), Elizabeth Debicki (El Gran Gatsby), Liam Neeson, Robert Duvall, Daniel Kaluuya (¡Huye!), Brian Tyree Henry, Carrie Coon, Garret Dillahunt, Cynthia Erivo, Jon Bernthal, Jacki Weaver, entre otros. La cinta tuvo su presentación mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Chicago, 2008. Harry Rawlings (Liam Neeson) y sus compañeros mueren debido a un robo que no resulta como lo habían planeado. Verónica (Viola Davis), esposa de Harry, se verá en problemas cuando Jamal Manning (Brian Tyree Henry), candidato para ser alcalde, se aparezca en su hogar para exigirle los dos millones de dólares que Rawlings le robó. Al tener la libreta de Harry, la cual está llena de anotaciones y planes para sus próximos asaltos, a Verónica no se le ocurrirá mejor idea que reunir a las demás mujeres viudas para obtener el dinero que le pide Jamal y el restante dividirlo en partes iguales. Destacado reparto de actores reunió McQueen para su nuevo filme, que se puede asemejar a “Ocean’s 8: Las Estafadoras” en cuanto al grupo de mujeres organizadas para el hurto pero que no tiene coincidencias más allá de ello: aquí la seriedad es muchísimo mayor. Aunque el asalto tiene la debida importancia en la trama, el director en realidad lo usa para mostrar otros aspectos de la realidad de Estados Unidos, que van desde el lado oscuro de los políticos para ser elegidos hasta el trato que se les sigue dando a las mujeres hoy en día. Aunque la cinta en variados momentos pierda su ritmo, las brillantes actuaciones hacen que el espectador nunca pierda las ganas de seguir mirando qué pasará con cada personaje. Viola Davis se luce al interpretar a una mujer del sindicato de maestros que en un abrir y cerrar de ojos pierde a su marido y tiene que arreglar los problemas que éste dejó. De la tristeza pasa a la fortaleza convirtiéndose en una líder para las demás mujeres, lo que se percibe de forma natural dado que el arco de Verónica está bien desarrollado. Por otro lado, Daniel Kaluuya sorprende al encarnar al violento hermano del candidato Jamal así como la Alice de Elizabeth Debicki genera orgullo por su evolución. Racismo, violencia policial, nepotismo y machismo son solo algunas de las temáticas que el director se anima a poner sobre la mesa, creando una combinación extraña pero que da gusto ver. En cuanto al atraco, la música de Hans Zimmer junto a las máscaras, las voces distorsionadas y los percances del momento ayudan a crear una atmósfera tensa donde cualquier cosa puede suceder. Con un giro completamente inesperado que por suerte no es expuesto en el desenlace, “Viudas” se convierte en un filme sólido, feminista y, por sobre todo, crítico de la Norteamérica actual.
Reencuentro de hermanas “La Chica en la Telaraña” (The Girl in the Spider’s Web, 2018) es una película de acción y drama dirigida por el uruguayo Fede Álvarez (Posesión Infernal, No Respires), que también se encargó del guión junto a Jay Basu y Steven Knight. El filme está basado en la novela homónima de David Lagercrantz, la cual constituye la cuarta parte en la saga de crímenes best seller Millennium (creada por Stieg Larsson). El reparto vuelve a renovarse y esta vez incluye a Claire Foy (The Crown, Unsane), Sylvia Hoeks (Blade Runner 2049), Sverrir Gudnason, Lakeith Stanfield, Stephen Merchant, Claes Bang, entre otros. La hacker Lisbeth Salander (Claire Foy) está de regreso para hacer justicia ante las mujeres desprotegidas. En esta oportunidad Lisbeth deberá recuperar Firefall, un programa de bombas nucleares online que Frans Balder (Stephen Merchant), ex trabajador de la Agencia de Seguridad Nacional, le dio para que sea destruido. El archivo es robado por un sindicato de mercenarios que se hacen llamar “Las Arañas”, por lo que Salander buscará ayuda en su amigo periodista Mikael Blomkvist (Sverrir Gudnason) para dar con ellos. Sin embargo, lo que menos se espera Lisbeth es que los malhechores estén relacionados con parte de su familia. La saga Millennium tuvo distintas adaptaciones cinematográficas: por un lado tenemos la trilogía sueca protagonizada por Noomi Rapace y Mikael Nyqvist y por el otro contamos con la adaptación estadounidense dirigida por David Fincher, en la que Rooney Mara y Daniel Craig se pusieron en la piel de Lisbeth y Mikael respectivamente. “La Chica en la Telaraña” pretende volver a revivir a la saga, no obstante el resultado no puede ser más desastroso. Por empezar, se nota demasiado que al director no le importó en lo más mínimo lo construido anteriormente. La franquicia se caracterizaba por su misterio envolvente, personajes con vidas complejas y una tensión que iba in crescendo. Aquí lo que tenemos pasa a ser una trama rebuscada plagada de situaciones inverosímiles a lo “Misión Imposible” con variados momentos de acción que incluyen tiroteos, escape en moto, peleas cuerpo a cuerpo y súper explosiones en las que la protagonista y sus artefactos tecnológicos siempre resultan ilesos. Lo que les sucede a los personajes no puede importarnos menos ya que desde el comienzo la conexión con ellos no existe. Claire Foy no termina de convencer en el papel de Lisbeth, que ahora es protagonista absoluta (el periodista prácticamente está pintado en el relato por lo que tranquilamente podría no aparecer). Tanto desde su aspecto como desde su accionar, la actriz no logra generar absolutamente nada en el espectador. Fede Alvarez se esfuerza por mostrar en reiteradas ocasiones el tatuaje del dragón que tiene la hacker en su espalda, como si nos quisiera dejar en claro que su film forma parte de la misma saga que ya conocemos. Aspectos tales como que la malvada esté vestida de rojo en plena nieve o que uno de los personajes sea un niño ultra inteligente solo consiguen que la película se vuelva demasiado trillada. “La Chica en la Telaraña” decepcionará tanto a los que les gustaron las anteriores entregas como a los que buscan un buen thriller en cartelera. Tediosa y poco creíble en todo momento, la cinta no vale la pena en ningún sentido.
Una noche para el infarto “Hell Fest: Juegos Diabólicos” (Hell Fest, 2018) es una película del género slasher dirigida por Gregory Plotkin y escrita por Seth M. Sherwood, Blair Butler y Akela Cooper. Protagonizada por Amy Forsyth, el reparto se completa con Reign Edwards, Bex Taylor-Klaus, Christian James, Matt Mercurio, Roby Attal, Courtney Dietz y Michael Tourek. Luego de estar bastante tiempo alejada por estudios y trabajo, Natalie (Amy Forsyth) regresa a la casa de su mejor amiga Brooke (Reign Edwards), que ahora vive con Taylor (Bex Taylor-Klaus). Para disfrutar de la noche de Halloween, las tres deciden ir al parque temático ambulante “Hell Fest” junto a Quinn (Christian James) y Asher (Matt Mercurio), respectivos novios de Brooke y Taylor aparte de Gavin (Roby Attal), joven que consiguió los pases VIP y está enamorado de Natalie. Todo es diversión y sustos hasta que, en uno de los juegos, Nat ve a una chica correr y esconderse como si su propia vida dependiera de ello. Segundos después un hombre enmascarado la descubre y, al sujetarla, la mata con su cuchillo. Impactada por lo que acaba de presenciar, sus amigos la convencen de que el hecho solo era parte del juego para atemorizarla, por lo que definitivamente la muerte fue ficticia. Sin embargo, desde ese momento el señor enmascarado no se detendrá hasta matar uno por uno a este grupo de amigos. Hace poco llegó a las pantallas “Halloween” y ahora volvemos a tener otra cinta del mismo género donde el psicópata tiene características parecidas a Michael Myers. Ya sea desde el diseño de su máscara hasta su accionar, que se da sin tener motivos concretos, el espectador sabe de antemano que, cuando el asesino entra en escena, la muerte está a la vuelta de la esquina. Resulta fácil que el slasher se estanque y se convierta en más de lo mismo, por eso es para destacar la ambientación que se le dio a Hell Fest. El parque de atracciones terroríficas está diseñado con tal atención al detalle que dan muchísimas ganas de teletransportarse para conocer ese lugar. Muchísima gente disfrazada, laberintos súper originales, pasadizos, carritos tenebrosos, brazos cortados, una mujer tirada con venas que le sobresalen, entre otros, logran que la atmósfera sea de lo más atractiva. Sumado a esto, el humo, la fotografía oscura y las luces de neón verdes y rojas ayudan a que la experiencia sea completa. Aunque las primeras muertes estén bien logradas (una en particular puede llegar a impresionar), pareciera que para el final al director se le acabaron las ideas ingeniosas. Es una lástima que en el último tramo la fuerza y credibilidad que venía manteniendo la historia se pierda por completo, utilizando policías que se ponen manos a la obra tardísimo (lo típico) o una protagonista que se vuelve súper inteligente de la nada. No obstante, “Hell Fest” no es una mala película para los que les gusta este género. Tan efectiva como efímera, el objetivo de entretener se cumple con creces.