Sin rumbo fijo Al desierto es una película dramática co-producida entre Argentina y Chile. Está dirigida por Ulises Rosell, con guion de él junto a Sergio Bizzio. El dúo protagónico está compuesto por Valentina Bassi (Laura en la serie Cromo) y Jorge Sesán. También actúan José María Marcos, Gastón Salgado y Germán de Silva. El film tuvo su premiere mundial en el 65º Festival de San Sebastián y también se presentó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Julia (Valentina Bassi) se da cuenta que el sueldo que obtiene por trabajar como moza en el casino de Comodoro Rivadavia solo le alcanza para pagar el alquiler. Por eso cuando una noche Gwynfor (Jorge Sesán) se le acerca para proponerle empleo en la petrolera donde él trabaja, ella acepta sin dudarlo. Al día siguiente, Julia se encuentra con Gwynfor y éste le pide que se suba a su vehículo. Ya avanzado el recorrido, y notando que el conductor cada vez se desvía más, Julia teme lo peor y debido a su forcejeo la camioneta derrapa. Con un panorama desértico estas dos personas que no tienen nada en común deberán caminar sin rumbo por la meseta patagónica. Si hay algo en lo que se destaca Al desierto es en su despliegue visual. Los planos que se decidieron usar captan excelentemente la tan hermosa como implacable Patagonia, donde en cualquier momento puede ocurrir una tormenta de viento y luego de minutos todo vuelve a la normalidad. Julia no tiene escapatoria: correr o caminar no sirve para escaparse de Gwynfor ya que el desierto parece no tener fin. El problema recae en que como espectador nunca llegamos a dilucidar cuáles son las verdaderas intenciones de ese hombre. ¿En un comienzo quiso lastimarla? ¿A dónde pretendía llevarla? ¿Qué hubiese pasado si la camioneta no se volcaba? Muchos interrogantes quedan sin respuesta y su forma de actuar no llega a darnos ninguna pista de lo que él piensa. Por otro lado tenemos al comisario Prieto (José María Marcos), que está en busca de Julia. Su encuentro con el campesino Cuello (Germán de Silva) y otros pocos pueblerinos de la zona aporta situaciones graciosas desde el guión, al ver lo distinto que se manejan las personas dependiendo si viven en la ciudad o en medio de la naturaleza. La película engancha desde la primera toma gracias a la buena actuación de Valentina Bassi. Ella nunca deja de ser el foco de atención y logra que nos interesemos por la travesía que le tocó vivir. Es en ese viaje sin destino fijo, alejada de la civilización y con un clima que no da respiro donde vemos que sus sentimientos hacia su secuestrador cambian. El potente sol, la tierra, piedras y ráfagas de viento son elementos fundamentales para el desarrollo de la historia, al punto de tener el mismo protagonismo que Bassi y Sesán. En cuanto a la tensión, su pico más alto llega al comienzo, cuando Julia quiere escapar de la camioneta. Luego de ello el espectador no vuelve a tener el nerviosismo logrado en esa escena. Es así como Al desierto cuenta un relato que parece sencillo si se lo ve desde el exterior pero complejo en cuanto a las relaciones humanas que se dan cuando dos personas quedan a merced de la naturaleza. Su trabajo de fotografía es maravilloso, tanto que casi nos hace olvidar el poco desarrollo que se le dio al personaje masculino.
Otro día para morir Feliz día de tu muerte (Happy Death Day, 2017) es una película de intriga dirigida por Christopher B. Landon y escrita por Scott Lobdell. El reparto incluye a Jessica Rothe, que tuvo un papel secundario en La La Land; Israel Broussard, Charles Aitken, Ruby Modine, Rob Mello, Jason Bayle y Laura Clifton. Tree (Jessica Rothe) estudia y vive en el campus universitario, donde se lleva la vida por delante sin importarle los demás. En su cumpleaños, el 18 de septiembre, se despierta en el cuarto de Carter (Israel Broussard). Aturdida, su día transcurre de forma normal hasta la noche. Mientras camina hacia una fiesta, una persona con máscara siniestra de bebé la asesina. Tree inmediatamente despierta otra vez en el cuarto de Carter, dándose cuenta que sigue siendo 18 de septiembre y que ella está inmersa en un bucle de tiempo. La joven deberá descubrir quién es su asesino pero esto no será fácil ya que hay muchas personas que desearían matarla por su mal comportamiento. Como se puede ver la trama usa un recurso súper trillado que ya vimos en Hechizo del Tiempo (Groundhog Day, 1993), Al filo del mañana (Edge of Tomorrow, 2014) e incluso este año en el drama Si no despierto (Before I Fall). Con el agregado de conocer la identidad del enmascarado, la protagonista revive su cumpleaños una y otra vez, lo que llega a aburrir en la primera parte del film debido a la repetición de los mismos sucesos. Para nada ayuda que Tree sea un personaje insoportable. A Jessica Rothe le sale muy bien ser egocéntrica, irrespetuosa y tener malas actitudes. Con el tiempo se dará cuenta que nunca es tarde para ser mejor persona pero esto también resulta demasiado obvio, ya visto muchas veces en la pantalla grande. La película está catalogada como terror pero de ninguna manera lo es. Puede que la persona con máscara de bebé genere algún que otro jump scare y hasta ahí llegamos con lo de “causar miedo”. Misterio, suspenso, comedia, amor y hasta una escena dramática familiar es de lo que está hecha esta cinta. Con esa mezcla de géneros la película logra entretener aunque al comienzo la protagonista tarda muchísimo en captar que debe aprovechar su situación para liquidar a su asesino. Y con respecto al malo de la historia, se comete el grave error de sintetizar. Lo que el espectador más espera es que Tree se ponga manos a la obra y vaya tachando de su lista a quienes comprueba que no son los culpables. Esto directamente se expone en una secuencia muy editada para que no ocupe muchos minutos, con música de fondo a todo volumen. Es así como el sospechoso pasa a ser alguien que no es del entorno cercano de la joven, lo que por lo menos a mí no me logró convencer. Hay cosas que quedan sin explicación, como por qué Tree se iba debilitando físicamente cada vez que volvía a ser matada. Eso queda en la nada y no se entiende para qué lo metieron en la película, además de que nunca llegamos a saber por qué justo ella está atrapada en el bucle de tiempo. Durante el último tramo la poca credibilidad del asunto hace agua con un giro que puede resultar previsible. Pero no es esto lo que molesta, sino los motivos ridículos e inconsistentes que tiene el homicida. Definitivamente Feliz día de tu muerte es una producción que será disfrutada por aquellos que buscan algo para no tomárselo en serio. Se deja ver y llega a entretener aunque su resolución tira por la borda lo narrado.
Papá está siendo cazado El hijo de Piegrande (The Son of Bigfoot, 2017) es una película animada belga-francesa dirigida por Ben Stassen y Jeremy Degruson. Está escrita por Bob Barlen y Cal Brunker. Cuenta con las voces originales de Pappy Faulkner, Christopher L. Parson, Joe Ochman y Sandy Fox. El joven Adam desde siempre se sintió diferente y esto se acentuó aún más cuando un día ve que su pelo crece a una rapidez mayor de la normal como también sus pies, a los cuales ya no puede mantener dentro de sus zapatillas. Él fue criado por su madre, que le dijo que su padre había muerto. Pero cuando Adam descubre unas cartas que verifican que su mamá se sigue hablando con su papá, él se enoja y emprende un viaje para encontrarlo. Adam descubrirá que su padre es el mismísimo Piegrande, un hombre peludo que tuvo que refugiarse en la naturaleza para sobrevivir. Esto se debe a que la corporación HairCo lo busca desesperadamente para realizar experimentos en él, ya que su ADN es diferente. Padre e hijo, junto a algunos animales amigos, deberán arreglárselas para escapar de los empresarios de HairCo, que sólo buscan hacer el mal. La película pareciera dividida en tres partes que se diferencian entre sí: Adam siendo burlado en la escuela, Adam conociendo a su padre y por último el rescate de Piegrande atrapado en HairCo. Los dos primeros tramos están muy bien logrados ya que la construcción del niño protagonista hace que nos interesemos en la historia. La animación es atractiva, tanto de los humanos como de los paisajes naturales. Sin embargo es en su tercer acto cuando la película pierde el toque original que venía manejando tan bien: el propósito de los villanos resulta cliché y algo que ya vimos en otras películas. El bullying está muy presente en el film, tanto como la aceptación de que cada uno es diferente y no hay que avergonzarse por ello. También se deja un mensaje sobre el cuidado de la naturaleza, demostrado a través de un oso, ardilla y mapaches que ven cómo su hábitat se está destruyendo. Otro aspecto bien llevado a cabo es el familiar: la reconexión del chico y su padre es linda de ver, con las cosas que tienen en común y sus formas de interactuar a través de juegos. La música acompaña alegremente lo que sucede en pantalla, aunque a veces la misma tonalidad puede llegar a ser repetitiva. Cuando los científicos entran de lleno en escena es cuando a los mayores se les va a tornar más pesada esta producción. Desde el comienzo presentimos cuál va a ser su desenlace por lo que el alargue del final se siente innecesario. El hijo de Piegrande es una película super simple para ver con los más pequeños de la familia. Causa alguna que otra risa y, aunque no quede en el recuerdo, hace pasar un buen rato.
Dejar todo atrás Marea humana (Human Flow, 2017) es un documental dirigido y co-producido por el activista social chino Ai Weiwei. El artista retrata el mayor desplazamiento humano desde la Segunda Guerra Mundial: más de 65 millones de personas fueron implícitamente obligadas a abandonar sus hogares debido a la guerra. El film fue rodado a lo largo de un año en 23 países distintos, entre los que se encuentran Siria, Grecia, Pakistán, Italia y Alemania. Se presentó en el 74º Festival Internacional de Cine de Venecia, en el que obtuvo críticas mixtas. Gracias a unos planos aéreos inmensos, Weiwei nos muestra la cantidad de humanos que día a día caminan sin tener un destino fijo. Desde esa altura se los percibe como hormigas, en un silencio abrumador que impacta desde el comienzo. Las casas hechas pedazos, el fuego arrasador y los animales desnutridos son sólo algunas de las imágenes que quedan en la memoria cuando los créditos bajan. El documental contiene entrevistas a los refugiados, recorre sus diversos campamentos y expone muchísimos datos en pantalla con cifras impactantes. Aparte hace foco en las consecuencias que ya son visibles debido al cambio climático, otro conflicto que también fuerza a las personas a migrar. Por otro lado somos testigos de la tensa relación que existe en la frontera entre Estados Unidos y México, donde el control norteamericano nunca descansa. Hay que tener en cuenta que la cinta contiene un ritmo casi nulo y al durar 140 minutos es casi imposible que en algún punto no se torne pesada. Algunos hechos resultan repetitivos, que el diálogo sea escaso puede aburrir pero no se debe olvidar que lo que se está mostrando sucede en la realidad y el producto no está hecho para entretener. Que el director aparezca en pantalla grabando con su IPhone o sacándose selfies con carteles en apoyo a los refugiados resulta totalmente innecesario. No aporta nada y te saca de la experiencia cruda de la crisis migratoria. Por suerte él no es protagonista y esos momentos quedan en el olvido. La reflexión está presente en cada minuto ya que la empatía se transmite a la perfección por más que no se llegue a conocer en profundidad la historia de cada refugiado. Uno consigue ponerse en el lugar del otro sintiendo cómo esa persona sufre la desigualdad por su religión o etnia, lo que le genera el pensar que ni siquiera es un ser humano por la manera en la que es dejado de lado. Los cierres de frontera repentinos, las mujeres embarazadas que no saben dónde podrán dar a luz y la cantidad de ahogados por intentar cruzar el mar Mediterráneo son hechos que dan bronca, indignan y entristecen. Desde sus planos abiertos tan hermosos como devastadores, Marea humana nos abre los ojos de lo que sucede en nuestro planeta de una forma realista y necesaria. Aunque en su desenlace deja un mensaje de esperanza hacia el futuro, el respeto hacia el prójimo se siente perdido y está bueno que esa sea la sensación que nos quede porque sólo de esta manera se puede empezar a tomar consciencia de cómo deberíamos actuar.
Destreza única La villana (Ak-Nyeo, 2017) es una película de acción dramática surcoreana dirigida por Byung-gil Jung, escrita por él y Byeong-sik Jung. De los creadores de la exitosa Invasión Zombie (Train To Busan, 2016), la película nos cuenta la historia de Sook-hee (Ok-bin Kim), una mujer que en su infancia fue testigo del asesinato de su padre y desde ese momento ha sido entrenada para matar. Al ser más grande, viuda y con una beba, el servicio de información de Corea del Sur la deja tener una vida normal con una nueva identidad. Todo se complicará cuando al mudarse su nuevo vecino comience a interesarse en ella y otro hombre de su pasado reaparezca, sumergiendo a Sook-hee en una espiral de venganza. Puede que nos encontremos ante las mejores secuencias de acción del cine en lo que va del año. La película no pierde su tiempo y desde los primeros minutos muestra de lo que está hecha: coreografías espectaculares, muchos tiros y sangre, un manejo de la cámara bestial, escenarios oscuros, con variados pasadizos largos, y una protagonista de lo más badass. Desde sus ojos somos testigos cómo va eliminando a cada uno de sus enemigos, lo que genera una experiencia en primera persona muy satisfactoria, casi como si estuviéramos dentro de un videojuego. El uso de los colores también está muy bien manejado. Cuando Sook-Hee debe luchar el negro inunda en la fotografía, cuando consigue una nueva vida la luz se abre paso. Sin embargo las subtramas, con aspectos del thriller y románticos, hacen que el film decaiga. El relato se torna confuso, no llegando a distinguir desde un primer momento qué es flashback y qué sucede en la actualidad. Una vez que la acción retorna, la cinta vuelve a ser tan buena como su comienzo. Un error gravísimo se basa en el título del film: la realidad es que no tiene nada que ver con lo que vemos en pantalla y no se entiende por qué decidieron llamarlo así. Sook-hee nunca llega a ser “mala”, actúa de acuerdo a lo que le hicieron pero no tiene crueles intenciones. Si alguien la lastimó por donde más le duele, ella sin dudarlo recurrirá a la venganza. Esto queda plasmado como una forma de obtener justicia, no como que es una “villana”. A pesar de una historia enrevesada, La villana ofrece el entretenimiento buscado con persecuciones, explosiones y cuchillazos a la orden del día. No apta para personas que se impresionen con la violencia, sí para los fanáticos de la acción súper bien realizada.
Acoger a un refugiado Bienvenido a Alemania (Willkommen bei den Hartmanns) es una comedia alemana dirigida y escrita por Simon Verhoeven. Está protagonizada por Senta Berger, Heiner Lauterbach, Palina Rojinski, Eric Kabongo, Marinus Hohmann y Florian David Fitz. Fue seleccionada como película de apertura del 17º Festival de Cine Alemán ya que en 2016 se convirtió en el film más visto en su país, con más de ocho millones de espectadores. La historia se centra en Angelika Hartmann, una ex directora de colegio que está aburrida con la vida que lleva. Su marido Richard es un médico que no se quiere retirar y tiene un carácter distinto al de ella; su hijo Philip trabaja como abogado en Shangai, se está divorciando y tiene un hijo al que no le presta atención; su hija Sophie cambia cada año la carrera que estudia y no le va bien en el amor. En una cena familiar Angelika les comunica que en su casa le dará asilo a un refugiado para promover la integración. Al principio todos creen que está bromeando, pero Angelika está decidida. Luego de convencer a su marido, los dos van al centro de refugiados al que “Geli” dona ropa. Así acogen a Diallo, un nigeriano que perdió a su familia y tuvo que huir de su país por culpa del Estado Islámico. La convivencia con Diallo les dará otra forma de ver el mundo, diferente a la que tienen en Múnich. Resulta raro que un tema duro como lo es el de los refugiados sea implantado en la comedia. La película demuestra que si se quiere, se puede, y aunque haya varias partes graciosas, el lado humano también importa. Lo que hace que nos interese el relato es cómo está narrada: la dinámica familiar de los Hartmann empatiza desde el comienzo con el espectador, haciéndonos notar que las diferencias siempre están presentes. El film se toma su tiempo para presentar a cada integrante, lo que logra que conectemos con ellos y veamos sus distintas perspectivas. Richard vive tratando mal a sus compañeros de trabajo, tiene muchos nervios y no acepta su envejecimiento por lo que pasa las noches en discotecas. No comprende que su hija ya cumplió 31 años y le sigue diciendo lo que tiene que hacer. Los prejuicios que tiene hacia el nigeriano son notorios, así como los de la vecina, que lo agrede sin conocerlo. Geli se muestra contenta con la llegada de Diallo, le enseña palabras en alemán, se esfuerza en que se sienta cómodo (tal vez demasiado). De antemano se nota que algo en esa pareja no anda bien, así como cada problema interno que tienen sus hijos y nieto. Gracias a las actuaciones la película se torna llevadera, a pesar de tener escenas que aburran (como lo que sucede en Shangai o el miedo de que haya una bomba en el aeropuerto). Algunas situaciones no conducen a nada y hacen poco creíble la historia, en especial cuando en los últimos minutos se da un descontrol total en la casa de los Hartmann. Esto sucede en mayor medida durante la segunda hora del metraje, llegando a la conclusión de que se podrían haber ahorrado varios minutos ya que el mensaje que se pretende transmitir igual iba a quedar bien en claro. Las distintas concepciones sobre el casamiento y los hijos que tienen los alemanes y los nigerianos generan una muy buena contraposición, además de cómo para alguien que vivió la violencia de cerca le puede impactar un videojuego de tiros. Son estos momentos los que logran mayor profundidad en Bienvenido a Alemania, una comedia simple que nos deja pensando sobre que la ayuda hacia el prójimo nunca debería cuestionarse.
Hay un homicida entre nosotros Asesinato en el Expreso de Oriente (Murder on the Orient Express, 2017) es una película de misterio basada en la novela homónima de Agatha Christie, que ya tuvo su adaptación a la pantalla grande en 1974, a la tv en 2001 y como un capítulo de la serie Agatha Christie’s Poirot en 2010. Esta vez está dirigida, producida y protagonizada por Kenneth Branagh, con guión a cargo de Michael Green. El reparto incluye a Daisy Ridley, Michelle Pfeiffer, Tom Bateman, Lucy Boynton (Raphina en Sing Street, Allison en la serie Gypsy), Josh Gad, Penélope Cruz, Judi Dench, Willem Dafoe, Manuel Garcia-Rulfo, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr y Johnny Depp. El reconocido detective Hercule Poirot (Kenneth Branagh) aborda en el Expreso de Oriente, uno de los trenes más lujosos del mundo en 1930, para tomarse unas pequeñas vacaciones antes de llegar a destino. Lo que menos se espera es que en el recorrido uno de los pasajeros será asesinado en su habitación. Con el tren descarrilado debido a una avalancha de nieve, Poirot será el único que podrá resolver el caso más difícil en lo que va de su carrera. Estamos ante un caso en donde la historia tan buena que se tenía para contar quedó desaprovechada en su ejecución. Y esto se nota desde el primer acto de la cinta: la presentación del afamado detective en el Muro de los Lamentos de Jerusalén busca introducirnos en la personalidad de Poirot, su inteligencia y atención a los detalles; lo que pasa es que el ritmo es muy lento, el guión no nos lleva a nada y uno sólo quiere que llegue el momento en que el hombre se suba al tren y comience el verdadero conflicto. Una vez que Hercule se aloja en el Expreso, se da la exposición de los demás pasajeros, una exposición que sólo otorga pocos diálogos de las doce personas y no permite conocerlos en profundidad. Se entiende que son varios los personajes y resulta complicado darle el tiempo necesario a cada uno, pero la forma en que se decidió mostrarlos sólo hace que cada actor quede desaprovechado, sin que lleguemos a conocer sus motivaciones. Esto da lugar nada más ni nada menos que al encasillamiento que se ve en el trailer, únicamente calificando a cada pasajero por lo que es (la institutriz, la condesa, el mayordomo, el secretario, la princesa, etc). La ambientación de época está muy bien lograda, desde el aspecto de alta clase social del tren como el hermoso vestuario y maquillaje. Sin embargo esto no alcanza para que uno logre interesarse por el asesinato. Kenneth Branagh no llega a convencer en el rol del importante detective que llega a la verdad del asunto en cualquier situación. La manera de resolver el caso tiene tantos nombres de por medio que uno se pierde en quién es quién, para concluir en un desenlace sencillo y satisfactorio que no necesitaba de tantas vueltas. En Asesinato en el Expreso de Oriente le dieron más importancia a reunir a un cast glorioso, con grandes estrellas de Hollywood, en vez de centrarse en la historia que tenían para plasmar. Aunque su tramo final resulte entretenido, en su conjunto la película no atrapa al espectador como debería.
Hechizados La familia Monster (Happy Family, 2017) es una película animada dirigida y producida por el alemán Holger Tappe. Está basada en la novela “Una familia feliz” de David Safier, que fue publicada en 2011. Las voces originales de los protagonistas son de Emily Watson, Jason Isaacs, Jessica Brown Findlay, Nick Frost y Ethan Rouse. La historia se centra en Emma, esposa de Frank y madre de la adolescente Fay y el pequeño Max. En esta familia hace bastante que las cosas no funcionan como deberían: no son felices juntos ya que Frank se la pasa en el trabajo, sin tener tiempo de estar en el hogar, a Fay le va mal en la escuela, vive culpando a su madre por todo y se pelea cada dos minutos con su hermano y Max es incomprendido por ser nerd, lo que lo lleva a sufrir bullying. Queriendo volver a pasar buenos momentos en familia, Emma decide organizar una salida peculiar: ir disfrazados a una fiesta de Halloween. Para su disfraz de vampira se comunica (sin saberlo) con el verdadero Drácula y éste queda enamorado de ella, tanto es así que la quiere sólo para él por lo que le pedirá a la bruja Baba Yaga que con un hechizo la transforme en una vampira real. En la salida familiar las cosas no salen como Emma las había planeado. Al ver las vidas tan miserables que lleva cada uno, Baba Yaga decide convertir a los cuatro en los monstruos de los que se habían disfrazado. Ahora Emma es una vampira, Fay una momia, Max un cachorro de hombre lobo y Frank tiene la piel tan verde como Frankenstein. La familia deberá encontrar la forma de revertir el hechizo y volver a la normalidad. En esta producción alemana abundan los colores brillantes y buena animación, que aunque no llega a ser ni por asomo como la de Illumination o Disney – Pixar, los niños seguramente la disfrutarán. A los que les va a parecer súper tediosa es a los adultos: la película se queda sin ideas a mitad de camino por lo que los mensajes de la unión familiar se repiten hasta el hartazgo, de una forma que debido a su guión no da para pensar en profundidad. Sólo dura una hora y media, sin embargo se hace muy larga porque se nota que el director no tuvo bien marcado su camino a seguir. Una vez que el objetivo de la familia consiste en hallar a la bruja para que los vuelva a convertir en las personas que eran, las situaciones se vuelven más y más absurdas. La aparición de un faraón malvado que se transforma en un insecto gigante o el plan de Drácula de congelar al mundo porque “el no tiene amor verdadero así que nadie lo tendrá” son sólo algunas de las partes bizarras que hay que soportar. La música queda muy forzada ya que en cada momento que se utiliza se decidió musicalizar a un nivel más alto para causar “emoción” o “peligro”, sensaciones que no llegan al espectador. Los personajes desde un principio están mal desarrollados, son tan planos que sólo los niños pequeños pueden llegar a interesarse en sus aventuras. Además resulta insoportable que en cada escena del padre se utilicen sus flatulencias para causar risa. La familia Monster tenía buenas moralejas para aportar pero falla a la hora de su ejecución.
Un desastre artificial Geo tormenta (Geostorm, 2017) es una película de ciencia ficción dirigida, co-escrita y co-producida por Dean Devlin. El reparto incluye a Gerard Butler, Jim Sturgess, Ed Harris, Abbie Cornish (Wally en El romance del siglo), Andy García, Alexandra Maria Lara (Marlene en Rush), Robert Sheehan (Simon en Cazadores de sombras: Ciudad de hueso), Daniel Wu, Zazie Beetz, Eugenio Derbez y Talitha Bateman (Janice en Annabelle 2: La creación). Jake (Gerard Butler) años atrás diseñó un satélite para controlar las catástrofes naturales de la Tierra pero ahora todo está comenzando a fallar: en Afganistán descubren cuerpos congelados, en la estación espacial una persona murió y en Hong Kong el piso se convirtió en lava, causando la caída de varios edificios. Max (Jim Sturgess) se lleva muy mal con su hermano Jake pero juntos deberán evitar la formación de una Geo-tormenta que puede acabar con la vida humana en la Tierra. Por otro lado, el mal funcionamiento del satélite no es una casualidad: alguien lo desestabilizó y los hermanos, separados por años luz ya que Jake volvió al espacio, deberán descubrir quién fue. Si miramos para atrás, por el cine ya han pasado varias películas sobre desastres naturales que además cuentan con una buena historia. Las más emocionantes podrían llegar a ser El día después de mañana (The Day After Tomorrow, 2004) o Lo imposible (The Impossible, 2012). Otras en las que el argumento es medio flojo pero utilizan buenos efectos para retratar la destrucción de la naturaleza son En el tornado” (Into The Storm, 2014) y Terremoto: La Falla de San Andrés (San Andreas, 2015). Y por el poster promocional de Geo-Tormenta uno llega a creer que las diversas catástrofes que veremos en la pantalla grande van a ser épicas: nos engañaron. El film tiene sus mayores fallos en el guion, que desde la primera escena ya nos aburre. Los personajes hablan y hablan en un juzgado, en reuniones políticas, se comunican a través de pantallas tecnológicas con los que están en el espacio, etc. Si el guión estuviera bien armado quizás las conversaciones nos generarían un mínimo interés, pero con el paso de los minutos esto no se revierte y encima se colocan chistes forzados que lo que menos hacen es dar gracia. La relación entre los hermanos Jake y Max está muy mal desarrollada, al punto que a veces se sube el volumen de la música melancólica para enfatizar lo que está sucediendo. Si desde el primer minuto no hubo ningún tipo de esfuerzo por hacernos empatizar con ellos dos, de la nada no se puede lograr que nos interese lo que les pasa. La película usa de excusa a los desastres naturales para mostrar una conspiración dentro del gobierno. Sin embargo este aspecto tampoco está bien logrado. El objetivo del villano es demasiado inverosímil, lo que hace imposible que sea tomado en serio. Todo lo que dicen los actores resulta falso y acartonado gracias a los malos diálogos que les dieron. La única que se salva es Talitha Bateman como la hija de Jake, una niña que a pesar de tener dos escenas sabe transmitir la preocupación por la vida de su padre. Y en cuanto a la destrucción del planeta, aspecto que hay que tener mucha paciencia para que de una vez por todas llegue, también deja mucho que desear. El CGI quizás podría zafar si como espectador nunca se vio una película de este estilo. Caso contrario es fácil darse cuenta de lo mal utilizado que está, haciendo que la conexión con lo que sucede sea nula. Geo tormenta quiso mezclar cuestiones políticas y ambientales con científicos espaciales. El resultado es una película catastrófica en la que sus 109 minutos se te harán una eternidad.
Servidores del pueblo Palabras Pendientes es un documental argentino dirigido y escrito por Andrea Schellemberg que tuvo como objetivo retratar la nueva política de derechos que se dio en el año 2008 con respecto a la resolución firmada por el Ministerio de Defensa para cambiar los programas de estudio en Institutos Militares. De esta manera Schellemberg hizo un seguimiento del dictado de clases de Derechos Humanos en el Colegio Militar de la Nación. La manera y motivaciones para convertirse en un militar a la mayoría le pueden parecer algo muy alejado de nuestra sociedad, muy ajeno a la vida cotidiana. Gracias a este documental el espectador puede sumergirse en cómo se manejan dentro del Colegio Militar: qué materias se dictan, cómo son los profesores, las evaluaciones orales y escritas, las actividades al aire libre tales como la construcción de un puente o el uso de armas, los formalismos y el nivel jerárquico que hay entre un docente y un estudiante. Todo esto combinado con una música solemne, planos de la arquitectura del instituto y una voz en off que otorga datos duros y a la vez se hace preguntas retóricas. Resulta interesante ver por dónde se abordan temas como la tortura, los fusilamientos extrajudiciales, la desaparición forzada de personas, el derecho a la identidad y a la vida, la convención de los derechos del niño, el genocidio y la violación a los derechos humanos. Los estudiantes preguntan sus dudas y pueden llegar a armarse debates satisfactorios durante la clase. Sin embargo la crítica implícita no se puede dejar pasar: cuando desde el afuera se le pregunta a uno de los alumnos si en la clase de Historia Militar Argentina se habla sobre la última dictadura militar argentina, el joven responde que ese tema no se toca porque son un ejército del siglo XXI y nadie lo vivió. Aunque el profesor diga que es necesario hacer una construcción de época antes de hablar de los hechos, la negación del alumno y su fundamento impactan. La película tiene un buen equilibrio en cuanto a su estructura: no brinda información toda de golpe sino que la intercala con imágenes de los estudiantes preparándose antes de un examen, entrevistas a los profesores, decretos y videos de archivo, etc. Poder ser testigos de lo nervioso que está un joven al dar un oral, cómo su docente lo orienta con las preguntas, la seriedad que se palpa en el ambiente y las charlas entre ellos contando qué se les dio por estudiar ahí es apreciable. El documental deja en claro que los responsables del terrorismo de Estado siguen sin aportar los datos necesarios y es contundente en cuanto al deber de los militares futuros. Ellos deben servir a la Nación y del colegio tienen que salir ya formados porque cualquier decisión que tomen afectará para bien o para mal a personas. Los profesores sostienen que dentro del establecimiento hay libertad de expresión y que el pueblo argentino debe empezar a comprender que el ejército tiene sus mismos valores, no es un ente aparte. Todo aquel que le guste saber más sobre la preparación de los militares, las clases de Derecho, Táctica e Historia que se dan en el Colegio Militar de la Nación y la labor al aire libre, disfrutará de este film que busca dejar una enseñanza en los argentinos: nos debe entrar en la cabeza de una vez por todas que estos estudiantes no tienen nada que ver con las atrocidades que se cometieron en la dictadura, por lo que hay que saber diferenciar y no juzgar.