Este ultimo film de Corneliu Porumbiu es una excelente comedia negra, con un manejo maravilloso de la ironía y una descripción exhaustiva en tiempo real, de la cotidianeidad tanto privada como pública. Elplanteo desde el inicio, es el dilema ético de un joven policía llamado Cristi, quien, en su recorrido habitual por las calles de Rumania descubre a un estudiante fumando marihuana. Hecho que comunica a su jefe, generando a posteriori, un juego dialéctico entre saber, deseo y poder. Saber concentrado en un diccionario, deseo del policía, de intentar ser fiel a su conciencia y, poder representado por la figura de su superior y de un procurador (pasivo) los cuales quieren investigue, sobre quién le provee la droga, con quién la comparte y de este modo, desbaratar así el "tráfico". Pero el protagonista está convencido de que se trata de un muchacho común y corriente, y va postergando el caso todo lo que puede, para no tener que detenerlo por una simple tenencia, delito que en Rumania tiene un mínimo de tres años y medio de prisión, a diferencia de los países del resto de Europa. La gramática será el pretexto utilizado, para hacer que se cumpla la ley, del caduco sistema al que pertenece. Mediado por un inteligente diálogo, doble pretexto, con el cual dará cuenta, de una Rumania represiva, que todabía vive con la carga de un pasado alimentado por el miedo. Corneliu Porumboiu, exponente del nuevo cine rumano surge como un director reconocido, a partir de la satírica Bucarest 12:08 donde la discusión, que se entabla en dicha oportunidad, gira alrededor, de si ese día la gente del pueblo fue a protestar a la plaza antes o después de la caída del régimen comunista. Porque si alguien efectivamente estuvo protestando en la plaza antes de las 12:08 significaba que hubo revolución popular... pero si todo el mundo fue a la plaza después de las 12:08 entonces no la hubo, con la síntesis de que, “Cada uno en última instancia hace la revolución que puede…” Film donde también se destaca la construcción de los diálogos y un humor agudo basado en una excelente actuación, con el que obtuvo la Cámara de Oro (distinción a la mejor ópera prima) de la edición 2006, dentro de la Quincena de Realizadores, muestra paralela del Festival de Cannes. Con Policía, adjetivo, fue uno de los premiados en la sección oficial de un Certain Régard de Cannes 2009. A Porumboiu le interesa ahondar sobre los problemas de conciencia, adoptando la estrategia de escuchar todas las voces, o sea todos los puntos de vista sobre un mismo acontecimiento, para que el espectador construya a través de las imágenes, y fundamentalmente del discurso que las sostienen, su propia versión &“verdad” sobre los hechos. Por eso filma la cotidianeidad del policía (los diálogos con sus compañeros de trabajo y con su esposa) y su obsesivo seguimiento del caso. El film tiene una puesta en escena precisa y, un humor con varias instancias de lectura que utiliza tanto la ironía como la parodia. Pero la instancia de mayor relevancia es la habilidad con que arma y desarma el relato de este gran film construido en parte por palabras, y por una tensión irónica y aguda, que recae en la función, de la semántica y la pragmática. Hay dos escenas imperdibles que se entrelazan finalmente. Cuando su mujer Anca está en la computadora escuchando una canción de Angela Smilea, que habla del amor, del no abandono y "de qué sería la vida sin ti…." Él está comiendo y no entiende el sentido de la misma y la mujer le explica, que es una anáfora o sea una figura retórica. Luego en la penúltima escena, (la historia del análisis de la situación a través de la lectura de un diccionario). Porumboiu muestra la maravillosa capacidad de reírse del propio tiempo de la escena, y a la vez de momentos extraños que surgen entre los protagonistas; así hace surgir el sarcasmo por ejemplo con la canción que ha tenido que escuchar entera dos veces el protagonista, donde éste se ríe de la letra que tenía, y empieza a hacerse preguntas existenciales en tono de burla, que apuntan a subrayar: hasta donde se es posible ser el dueño de nuestra propia existencia y de nuestra genuina forma de pensar. Lo que se podría sintetizar, hasta donde somos dueños, de nuestro supuesto “libre albedrío”. Un juego paródico entre las reglas y principios que rigen y regulan el uso de una lengua, y aquellas reglas y principios que rigen a una sociedad y que se arrogan el poder, de absolver o condenar injustamente. Uno de los films más inteligentes del año!
De la maternidad y sus mitos Una madre y sus dos hijos juegan a la lucha libre sobre la cama. Su plan para esa noche era estar sola, y así poder trabajar tranquila en una desgrabación para su trabajo. El tiempo transcurre lento mientras ella se debate entre seguir jugando, apagarles la televisión, mandarlos a dormir, o trabajar en la computadora. El padre no ha podido llegar en el horario pactado y hacerse cargo de ellos. La hora de dormir no llega, un poco porque los niños no respetan la palabra de su madre y otro, porque al encontrarse en plena etapa de separación tiene su cabeza en otra sintonía, y la situación la desborda. La cámara recorre un departamento caótico. Dentro de ese caos la tensión crece minuto a minuto. Mientras ella recibe pasiva la llamada telefónica de su marido, y de su madre, para preguntarle por qué esos niños no están ya durmiendo. Mientras la ternura y la desidia se mezclan generando un comportamiento que exaspera. La conclusión de este no saber, no poder o no desear hacer que los niños se duerman, concluye, en que el más pequeño sufre un accidente común y corriente. Ella acude a una clínica y termina siendo acusada de maltrato familiar. Todas las mujeres que han sido madres, en algunos momentos de su vida se preguntan si han estado a la altura de lo esperado. En principio por la proyección, que ellas mismas hicieron de su propia imagen como madres, luego por sus hijos o por sus maridos. Muchas veces, el miedo a defraudar a los seres que amamos se hace presente como un fantasma, en los momentos de crisis. El tan trillado: “…no estar a la altura de las circunstancias”, surge en la percepción del espectador, por el crescendo de la tensión a la espera de algún drama o tragedia. Julieta se encuentra atravesada por el conflicto de la pareja, su estado emocional está cargado de una cierta tristeza, un inevitable repaso del pasado, y un cansancio mezclado de impotencia y resignación, que contribuyen a acentuar ese dejar hacer, por la imposibilidad de no poder poner ningún límite. Anahí Berneri explica que este film: ”nace de una historia escuchada en una mesa, un fin de semana entre amigos. El relato de una mujer acusada de golpear a sus hijos le generó el temor de identificarse con el hecho de ser juzgada como madre, lo que le produjo la angustia y la culpa de no ser la madre que ella quisiera ser, para sus propios hijos”. Desde que obtuvo el premio Teddy Bear al mejor film de temática "gay" con “Un año sin amor” (2005), su cine ha dado un giro para ampliar el espectro del público. La idea con "Por tu culpa" era contar la historia de una familia con la cual cualquier espectador pudiera identificarse. Como directora, al margen de exponer sus propios fantasmas ha decidido filmar una historia, cuyo relato toca múltiples aristas de la sociedad en la que vivimos, y ciertos supuestos, que involucran tanto a hombres como a mujeres. Por una parte está su propia generación y clase social. (Julieta está muy lejos de ser una “outsider”). Representa a un grupo de madres, que intentar cumplir como pueden con ese rol, sin abandonar el deseo de realizarse como persona. Lo que hace muchas veces hace, que acudan a calmar su angustia através del consumismo y el de sus hijos, los que pasan la mayoría del tiempo frente al televisor, con los juegos electrónicos o frente a la Playstation. El amor, como la maternidad, son construcciones simbólicas. La maternidad como hecho perteneciente a la estructura social, no pueden ser explicado desde un solo campo disciplinario; es así como ni la biología, ni la sicología, ni el propio psicoanálisis consiguen dar cuenta, de este fenómeno, que se ha constituido en una problemática teórica donde convergen entrecruzamientos de diversos órdenes: sicológico, social, histórico, político, económico, sexual, etcétera. Así Freud, el padre del sicoanálisis, murió diciendo “was will das weib”, donde expresaba su no saber sobre el deseo femenino. LAMENTABLE. El ideal social del género femenino que comparte nuestra cultura occidental es el maternal, ya que produce una determinada ideología sobre las capacidades y la naturaleza de las mujeres. A su vez las esposas y madres contribuyen maternizando a sus hijas, que a su vez ejercen un rol del cual no se puede salir. Como si la anatomía determinase el destino. El mito de la mujer= madre es un paradigma que de hecho, hizo, hace y hará felices a millones de mujeres. Pero el mandato de proseguirlo contra viento y marea tiene su cuota de malestar, de dolor y de sacrificio. Una cuota mucho mayor de cuando éstas se unen irremediablemente, en las múltiples circunstancias de lo cotidiano. La culpa siempre está al asecho de lo impuesto. Ser padres implica realizar una elección conciente basada en su propio deseo y en el amor. Existen muchas mujeres y hombres, que no están por diferentes circunstancias preparados para serlo, y otros simplemente no quieren, o la vida no les dio esa posibilidad. Y la mayoría hacen lo que puede acá y en la China. El deseo de crecer en lo profesional para acceder a los lugares de poder, en parte ejercidos por el hombre, coloca a la mujer en los primeros años de sus hijos, a un tener que regresar al ámbito de lo privado. A sumergirse dentro de ese mundo lo mejor que pueden, y desde ese lugar levantan la cabeza, con el agua en el cuello, para contemplar su ámbito privado y el que está afuera y reflexionar sobre sus lugares dentro de él. Ese mundo, que no es siempre ni mucho menos, como lo soñaron: es lo que es. Aquellas, que pueden acceder a tener alguien que realice las tareas de la casa por ellas, y hacer de madres sustitutas por unas horas, se les hacen más fácil ese período. No obstante, el deseo de ser madre, con el deseo de realización como personas se contrapone entre sí. El compartir los roles no siempre se da, porque todavía, mal que nos pese, la mujer no ha dejado de ser una ilusión atada a un discurso que ha inventado el hombre para su conveniencia. Y eso sucede HOY, en todas las clases sociales en mayor o en menor grado, dependiendo de los recursos, que la mujer aporta. En las clases bajas la mujer generalmente trabaja afuera, adentro y es golpeada, mientras los maridos miran fútbol, como en Volver (2006), de Almodóvar. En la Argentina, es un hecho diario sólo, que no con la forma de una comedia surrealista. No siempre el hombre contribuye a hacer, que una mujer crezca como debería en esos dos ámbitos, también hace lo que puede, algunas veces peor que otras. Habría que dar vuelta ese presupuesto y pensar que detrás de una mujer feliz y realizada (“éxitosa”), hay un gran hombre que acompaña su crecimiento como persona, en todas sus pasiones, dando todo lo mejor que puede. Es cierto que la desarticulación de esos mecanismos comenzó a tratarse, al menos en las universidades a partir de los 60. Pero la eficacia del universo de significaciones imaginarias de la discriminación de las mujeres, sigue funcionando. Por tu culpa es una muy buena película, con un clima absolutamente logrado, donde muchos espectadores se verán obligados a reflexionar: sobre la familia, sobre los roles de sus integrantes, sobre la identidad, sobre la violencia visible e invisible, sobre la poderosa arma de la palabra, sobre cómo están educando a sus hijos, sobre el papel de los abuelos, sobre el consumismo, sobre el trabajo y su necesidad primaria “de Ser”, sobre la necesidad de autoabastecerse, sobre la fidelidad a otros deseos, y sobre el Poder que todavía ejercen en este siglo XXI, tanto las Instituciones médicas como las policiales. La protagonista, Erica Rivas, quien ha trabajado algunos años en televisión, y en el último año ha estrenado tres Films: "El corredor nocturno", "Toda la gente sola" y "Tetro", regresa esta vez al cine, con una relevante actuación. Con una acertada puesta en escena y una precisión en sus encuadres, a los que Anahí Berneri nos tiene acostumbrados, se suma la excelente actuación de Erica Rivas, donde se destacan además Zenón y Nicasio Galán y Marta Bianchi con su voz en el teléfono y en una corta, pero imperdible aparición. Por tu culpa apuesta a la tensión del espectador y a develar la subjetividad de lo que ocurre en la mente de su protagonista: su angustia, su personal modo de moverse en el mundo, su tristeza, (como cuando mira a la pareja detrás vidrio en el sanatorio o cuando se suelta el pelo pensando en recuperar algo del pasado), la ternura de una mujer- niña, su sumisión y sus limitaciones. Julieta es el resultado de la sociedad en que vivimos, de su educación y sus elecciones, un “modelo para armar”, construido con una enorme sensibilidad, para que los espectadores mediten, sin culpar. De “Modelo para armar”, (1997), que fue su Tesis de Graduación en la ORT, a “Por tu culpa” (2010) Anahí Berneri se sigue interesado tanto por la temática del cuerpo, como del género. Autora del drama femenino "Encarnación" acaba de regresar del Festival Internacional de Cine de Berlín, donde su tercera película fue acogida con mucho interés. Su experiencia con "Un año sin amor" fue realmente muy buena. La Berlinale es sin duda un muy buen lugar para llevar a cabo el lanzamiento de una película. Ya que con ello se asegura, una buena distribución internacional. Anahí Berneri Nació en Martínez, Provincia de Buenos Aires en 1975. Es egresada de la carrera de Productor de Medios Audiovisuales del Instituto ORT y graduada del Institute National de l´audiovisuel de Paris. UN AÑO SIN AMOR (2005) fue su debút como directora y guionista. El film se presentó en el 2005 en la sección Panorama de la Berlinale, donde obtuvo el TEDDY AWARD. También obtuvo más de 15 premios internacionales y fue distribuída en USA, Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, Tailandia, Suiza, España, Irlanda, Colombia, Ecuador y Perú, ENCARNACIÓN (2007) su segunda película participó de la Competencia oficial del Festival de San Sebastián 2007 donde obtuvo el premio FIPRESCI. También fue presentada en el Festival Internacional de Toronto y fue reconocida con el INNOVATION ARTISTIC AWARD. Además fue seleccionada en más de cincuenta Festivales entre los que se destacan: Rotterdam, Dubai, Tesalónica, Miami, Houston, Lima y La Habana entre otros. En el 2008, incursionó en la dirección teatral con la obra NELIDORA, estrenada en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires. POR TU CULPA es su tercer largometraje.
La política y el poder: sus secretos y enigmas Los “escritores ocultos” The Ghost Writer, son denostados generalmente y se encuentran casi siempre a la sombra. En la jerga literaria se los llama escritores fantasmas, porque escriben sin firma. Pero los mismos tienen la ventaja de ganar 10 veces más al año, al margen de que escribir por encargo es de algún modo como escribir para uno mismo. Roman Polanski forma parte del grupo de directores más importantes del cine Europeo. Es una lástima, que el ámbito de lo privado muchas veces ocupe mayor atención que su obra. Poco importa, cómo y por qué se encuentra en Suiza. Lo que sí es relevante: es que en el último Festival de Berlín recibió el Premio a la mejor dirección, dentro de la Competencia Oficial, por este excelente, atrapante y ambicioso thriller político, que costó 40 millones de dólares; gestado a partir de la novela homónima de Robert Harris, con quien escribió conjuntamente el guión. Esta película de claro parentezco hitchcockiano describe cómo el personaje de McGregor va descubriendo durante su investigación los oscuros secretos de un ex premier que involucran abusos de la CIA, a partir de algunas pistas que había dejado su predecesor en la escritura del libro de “memorias”, quien aparece muerto en la playa durante la primera escena del film, en la costa este de los Estados Unidos. La acción, que no es la característica principal de este film transcurre en su mayor parte en la mansión donde vive Adam Lang (Pierce Brosnan) y su esposa Ruth (Olivia Williams) donde conviven además, su asistente personal y amante Amelia (Kim Cattrall), y una empleada oriental. Mc Gregor es un tipo cualquiera que, como tantos personajes de Hitchcock se verá atrapado en una peligrosa red de intrigas, en la que se mezclan crímenes de guerra, torturas a terroristas, conspiraciones, asesinatos y personajes poderosos que actúan también en las sombras. La experiencia de Mc Gregor es haber escrito la biografía de un mago. El amigo que lo lleva y lo convence para aceptar el trabajo de reescribir la autobiografía de Lang no sabe que esa misma editorial había anteriormente rechazado la publicación de su trabajo. El argumento que utiliza la esposa de Lang es la estrategia que define su contrato. El tema del film son los dilemas éticos a los que se enfrenta el escritor, cuando comienza a armar la trama en la que se descubren un grupo de mentiras, que están armadas como un rompecabezas dentro de las 10 las primeras páginas del manuscrito. Su protagonista después de haber trabajado en films tan diversos como Trainspotting o en la saga de La guerra de las galaxias acepta el gran desafío de trabajar con Polansky. Todos los actores coinciden en que este trabajo fue una experiencia inusual de la cual no sólo han aprendido mucho, sino, de la que además se encuentran orgullosos. Esta película es sin duda un thriller político contemporáneo inspirado en la figura de Tony Blair, que habla sobre el poder y sobre que le ocurre a una persona cuando comienza a perderlo. El escritor sin nombre será quien resuelva el o los secretos de la historia y su enigma. Su figura de narrador es un enorme acierto del guión. Allí, de pronto, todo indica que el héroe, hasta entonces, perfecto ingenuo polanskiano, logrará dar vuelta el tablero. Y nosotros los espectadores nos creemos el engaño, olvidando como terminan sus películas. Directo al corazón: Entrar a la política por amor a una mujer Este thriller tiene no obstante, mucho de una tragedia Shakesperiana, donde un hombre es atrapado por una mujer con la que vive hace años, pero a la que realmente no conoce. Una especie de Lady Macbeth del 2010. La vuelta de Roman Polanski al cine de suspenso, luego de los dramas "The Pianist" y "Oliver Twist", demuestra, que el director europeo sabe manejar este género como pocos. Algunos podrán ver en este nuevo trabajo del director de El bebé de Rosemary o Barrio Chino un buen ejercicio de estilo. Reivindico a El escritor oculto como un film potente e inteligente tanto en el desarrollo de la acción, como en la más que interesante construcción de sus diálogos. Hacia mucho que no salía del cine con la sensación de desear que el film continuase, no porque el final no fuese bien al estilo maravilloso de Roman Polansky. Sino por la sabiduría que radica en generar intriga en igual grado de tensión, casi sin apelar a la acción, manteniendo al espectador más de dos horas pegado a la butaca. No es que en El escritor oculto no pase nada, sino que lo que pasa y los efectos de todo ello transcurren más en la mente del espectador que en escena.
La imposibilidad de sentir el ahora “Solo un hombre” es un drama que encierra una historia romántica interrumpida abruptamente por el destino. Pero fundamentalmente es un film que tiene como objetivo hablar sobre un sentimiento, que se apodera con mayor asiduidad de hombres y mujeres. Y este es el miedo, todo aquello que paraliza, angustia e impide vivir y de hecho disfrutar de la vida, del presente, de lo único real, que es el ahora. Lo más cruel es que gracias a éste, se han cometido las mayores atrocidades en la humanidad. La historia se desarrolla en un tiempo donde la guerra nuclear es inminente, así como el apogeo de los misiles a Cuba. Transcurre en un día en la vida de un hombre, al cual le es imposible imaginarse en un futuro. También es importante señalar que como contrapartida, el film habla sobre la cotidianeidad y sobre aquellos momentos pequeños de la vida, que en realidad son los grandes momentos de esta, donde uno se conecta con el otro, a través de compartir íntegramente la vivencia de un ahora, donde tanto el cuerpo como el espíritu gozan acompasados. Los Ángeles, 30 de noviembre de 1962: Un profesor de Literatura y un arquitecto viven en pareja hace 15 años, este último muere instantáneamente en un accidente automovilístico por un exceso de nieve en la ruta. Este acontecimiento desequilibra la vida de George Falconer, quien en la segunda escena se levanta por la mañana, intentando a través de una voz en off realizar afirmaciones tales como, “soy” y “ahora”, para intentar concentrarse en un presente, en el que se resiste vivir. Esta voz alterna con continuos flashbacks, trastocando la secuencia cronológica, con la intención de volver al pasado. Pero dicha estrategia narrativa es una elección, para mostrarle al espectador el modo en que funciona su mente, que es quien le impide vivir el presente. Y en realidad donde se desarrolla la historia. “Solo un hombre” es la adaptación de la novela homónima de Christopher Isherwood, su director Tom Ford, la leyó en los 80 y le atrapó su sencillez y profundidad. Casi treinta años después decidió hacer con ella su ópera prima. La representación de la época es más que exhaustiva. Su director proviene del Diseño y la Arquitectura y ha pertenecido a la industria de la moda, donde ha sido reconocido con numerosos premios. Eso hace que por una parte, el film muestre una perfección tal, que da cuenta de una obsesividad exacerbada, a la vez que nos remite a esa suposición consumista de asociar los bienes simbólicos con la felicidad, cuando esto se encuentra muy lejos de contribuir a él o a “Un mundo feliz”, como el de Huxley, (1932) El título de la novela, ya de por sí, no puede ser más irónico, puesto que al leer el libro una se queda con una sensación de desasosiego, vaciedad y una gran cantidad de impresiones que en nada se parecen a la felicidad. Además de una ironía es un anticipo de lo que sería el siglo XXI. No casualmente el libro que este profesor universitario lee en clase es “Viejo muere el cisne” “After Many a Summer” de Aldous Huxley (1954). Una de sus relevantes novelas donde Huxley habla de la inmortalidad del hombre, texto que le permite explicar a sus alumnos el tema del miedo a la soledad, a la vejez, y a las amenazas reales o imaginarias, que hace que recurramos a distintas opciones para evitar el sufrimiento que generan. Cómo ese fantasma al volverse colectivo, se ha hecho responsable de las grandes tragedias de la humanidad al irse apoderando de este mundo. Se destaca la actuación de Colin Firth (George), que a veces con solo la mirada logra transmitir lo que siente y lo que piensa, que de hecho no es lo mismo. El personaje de Kenny (Nicholas Hoult), que viene a redimir literal y espiritualmente a George tiene anteriormente con él ciertas conversaciones, que asumen a través del relato un carácter simbólico, como el tema de su propio miedo, de cómo consume mescalina para poder vivir. No hay que olvidar que también es la época del descubrimiento de la mescalina y del LSD, cuyo consumo le hicieron a Huxley escribir “Las puertas de la percepción” (1954), y quien cuando muere se hace inyectar por su mujer una dosis de LSD, luego de haber dicho que “La muerte nunca debía ser afrontada bajo el estupor de los sedantes, sino bajo la claridad de los psicodélicos”. Tanto el cambio de la luz, del color, como el silencio y la música juegan un papel importante en el clima, como en la estética y en la composición sicológica del personaje. Parte de la música pertenece a quien trabaja para Wong Kar Wai, el japonés Shigeru Umebayashi. No podría afirmar que estamos frente a un film de esos que pueden cambiar la historia del cine. Si puedo decir que tanto en los 60 como ahora en el 2010. A pesar del exagerado preciosismo, de algunos recursos melodramáticos demasiado histriónicos y algunas sobre actuaciones. No impiden que en “Solo un hombre” pueda leerse, y no sólo entre líneas una apuesta a recuperar la carencia de espiritualidad, que sufre la mayor parte de nuestra sociedad y en ese sentido cumple con creces ese objetivo.
“Hasta hace un par de años, viví en un lugar donde se daba la misma situación que en el guión: un edificio tradicional con familias de clase media ubicado justo frente a un viejo edificio tomado por okupas. Dos mundos, uno frente a otro con códigos distintos. Pero… ¿tan distintos?” y me dije: Acá está mi película” Rodolfo Durán Desde “Dirigido por…” (2004), donde un grupo de cineastas debaten sobre políticas del cine, pasando por, “Terapias Alternativas” (2007), “Cerca de la frontera” (2008), a “Vecinos” (2009), Rodolfo Durán continúa afirmando, que todavía nuestro público sigue teniendo una resistencia al cine argentino, ya que la mayoría del mismo acude a los Shopping o a las multisalas. De modo que si los grandes complejos deciden no programar la película, y el público que se concentra en el Gaumont es muy reducido y no hay cuatro o cinco Gaumont repartidos por la ciudad de Buenos Aires y menos por el Conurbano, las condiciones para sumar espectadores se ven afectadas. A lo que agregaría otro factor, que no todas las películas argentinas gozan de la misma inversión en publicidad, como por ejemplo “Dos Hermanos”, donde además un grupo de críticos coinciden en otorgarle cinco estrellas y otro, que se abstiene de opinar viene concentrándose cada vez con mayor insistencia, en evaluarlo por las estadísticas de concurrencia. Lo que deviene en algo que no es justo por las razones expuestas, ya que sus posibilidades son muy diferentes, aunque quizá la comparación más apropiada sería el caso de la esperadísima “Esperando la carroza 2” (2009). Vecinos está hecha con muy pocos recursos, su acción se desarrolla dentro de un edificio de propiedad horizontal, donde a un grupo de personajes peculiares les sucede algo inusual, y a ese acontecimiento responden de la manera menos imaginada. Hay un bolso con dinero, dos matones que quieren recuperarlo y estos vecinos, que pasan de víctimas a victimarios resultado de la codicia y la violencia, que brota del interior de cada uno. Con una reminiscencia a ”La Comunidad” de Alex de la Iglesia (2000), con esa inolvidable actuación de Carmen Maura. Vecinos se mueve entre la comedia negra y el grotesco, matizado por momentos divertidos acompañados por algunos de logrado suspenso. El abordaje del género, que viene resucitando, ya supone una valentía por parte de su director. El humor negro, que podría definirse como ese impulso irrefrenable por satirizar la desgracia ajena se apoya en lo más siniestro de nuestro: “Ser Humanos” , para generar la risa ante la adversidad, sumada a un tono inquietante, que socava subversivamente los valores establecidos, mediante altas dosis de ironía. La vida real no deja de ser, un enorme escenario de humor negro, que por obra y gracia del cine hace que podamos reconocernos en alguna actitud frente al espejo, o que reconozcamos al “Otro”, y así poder lograr una especie de catarsis, al reírnos del absurdo que nos rodea. Vecinos es una comedia para entretenerse a través de esa violencia desmedida que se presenta naturalmente, como parte del recurso de desenmascarar a los personajes, con una acertada descripción patética de los mismos y de su entorno familiar, propias del grotesco. Con actuaciones no igualmente logradas, como la del portero del edificio, que es correspondiente destacar.
La sublimación del sufrimiento Séraphine es un film francés, que se llevó siete estatuillas en la pasada edición de los Premios César. Es la historia de una artista, que en vida permaneció en el anonimato y cuyo transitar por el mundo fue un drama, que culminó en un manicomio. En 1913 conoce como inquilino al coleccionista alemán Wilhelm Udhe, uno de los primeros compradores y críticos de Braque y Picasso. Este alquila un piso en Senlis, cerca de París, arribando a la casa para la cual ella trabaja. Por un acontecimiento particular logran establecer una comunicación inusual. Hasta que en una cena, él casualmente descubre una pintura de ella olvidada en el piso, con la cual queda maravillado. Desde ese momento establecen una relación de afecto y admiración recíprocos, que genera la propuesta de que se dedique sólo a pintar. Ese es el comienzo de una amistad y lealtad entre este marchante de vanguardia, fascinado por los pintores modernos e ingenuos, y una mujer solitaria cuya pasión es la pintura, contra viento y marea. Con una fotografía y una música, de aquel Michael Galasso de “Con ánimo de amar” (“In the mood for love” de Worg Kar-Wai), que contribuye a sostener este film, por momentos moroso e insistente en la repetición de las imágenes y con una actuación sorprendente. Pero que, seguramente, no va dejar de conmover a ningún espectador. Es cierto, que las historias de una gran mayoría de ciertos artistas que fueron consagrados a destiempo, con lo cual sufrieron en vida tanto la pobreza como la locura, no es una novedad. Pero este es un film recomendable por el tratamiento de su estética, los claroscuros, los primeros planos y la sensibilidad con que fue abordado. Estamos en plena guerra mundial y las costumbres de un pueblo pequeño aparecen como un gran infierno, donde el abuso y el desprecio por los más necesitados es una práctica frecuente. Todo lo contrario, lo que abunda es un desprecio encarnizado por los que sufren la pobreza, y un poder inadecuado de las instituciones que se encargan de reprimir y de este modo anudarse al poder, llámese policía o medicina siquiátrica. Creo que el papel que ocupa la naturaleza en la vida de la gente, como instancia comunicadora de energía de vida está presente, en múltiples aspectos de la vida de Séraphine, como también está presente la lealtad, la compasión de unos pocos y un clima entre asfixiante y perfecto para definir una personalidad solitaria en principio por abandono y luego por elección, alimentada por un misticismo singular. Sin lugar a dudas, todo film que logre conmover al espectador ha logrado su objetivo primordial. Una vez Antonin Artaud en una entrevista realizada respecto a su opinión sobre el cine dijo: ”Si el cine no está hecho para traducir los sueños o todo aquello que en la vida despierta se emparenta con los sueños, no existe”. Si bien esta es la recreación de la vida de un personaje que existió en la realidad, está muy lejos de pretender ser un documento de la realidad, aunque el contexto social y político esté presente. Acá los sueños están representados por la creación, por el arte en sí. En todo caso por una realidad sublimada, la única que le permite a este ser humano escapar de aquella otra realidad que la tortura.
“La Isla Siniestra” es un film cuyo fin es explorar sobre la locura. Por lo tanto, Scorsese apela a todos los recursos cinematográficos para generar una tensión en el espectador, desde al comienzo al final de sus 140 minutos. La película narra la historia de dos oficiales del gobierno, Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo), enviados a una isla remota, totalmente custodiada, frente a las costas de Massachusetts, donde se encuentra una Institución mental para criminales de alta peligrosidad. Su misión es buscar a Rachel Solando una psicópata, convicta del asesinato de sus tres hijos. Al llegar a la misma, un huracán los deja atrapados en ella, y un caos entre internos empeora la situación. Allí surge el primer interrogante: ¿como pudo escapar una mujer descalza del tercer piso de un edificio de máxima seguridad? Mientras siguen sus pesquisas, los hilos de la historia se complican con los continuos flashbacks de Daniels; aquellos de la muerte de su esposa Dolores ( Michelle Williams) en un incendio provocado; y otros igualmente dolorosos de cuando, como combatiente, liberó el campo de exterminio nazi de Dachau, durante la Segunda Guerra Mundial. Ambos sucesos, filmados con una belleza escalofriante, contribuyen a la atmósfera de desesperación que es presentada ante nuestros ojos. La historia está plagada de alucinaciones, miedos, espejismos y fundamentalmente de un gran desacomodo emocional, resultado de esa tensión entre la realidad o sea “la verdad” y la ficción (u otra realidad) o sea los fantasmas que habitan en la locura. Este es un proyecto muy bien narrado, con diálogos un poco densos, bien ambientada y con una excelente fotografía. Un thriller psicológico que contiene sangre, crímenes y giros sorprendentes. La recreación de un mundo terrorífico, en una isla donde se hacen experimentos humanos como la lobotomía,y que es a su vez azotada por tormentas y tempestades dan lugar a un mundo angustiante, donde continuamente las pistas alternan con la pesadilla y la realidad. Ese clima misterioso tiene mucho de las películas negras de los 40 y 50, que transparenta además una influencia del maestro Hichcock. La paranoia es un rasgo constitutivo de sus héroes o antihéroes de la filmografía de Scorsese (de hecho, sus personajes son más lo segundo que lo primero). Del Harvey Keitel de ¿Quién golpea a mi puerta? al Howard Hughes recreado por Leonardo DiCaprio en El aviador, pasando –especialmente– por todos los De Niro de su cine, el protagonista scorsesiano siempre actúa como si el mundo fuera una vasta conspiración en su contra. También es cierto que hay en él un intento por recuperar la gloria del cine clásico estadounidense. Se sabe de su esfuerzo por restaurar películas y de su fanatismo por ver cine. De hecho, el cine de Scorsese es literalmente conservador. La combinación de estos supuestos que se debaten entre el mundo real o el mundo del cine, nos lleva a pensar que su gran dilema podría intuirse entre si prefiere vivir en el mundo real o en el del cine. La isla siniestra, que parece un film de suspenso y misterio con elementos quizás sobrenaturales, es su película más autobiográfica. Porque en ella ha elegido que su protagonista viva atrapado dentro de su propia película, aquella construida por su mente, de la cual, no puede escapar. Y este es el sentido más movilizador del film: ¿Que es peor? ¿Vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno? Menudo interrogante, que deja al espectador inmovilizado intentando entender un discurso, que nos deja perplejos tratando de sopesar lo insopesable, con un nudo en la garganta.