El talentoso director Aki Kaurismaki nos regala una fábula moral sobre un tema muy actual, la discriminación. Un grupo de vecinos luchan para que esa ponzoña no llegue a sus vidas y hacen todo lo posible desde sus modestas vidas para ayudar a un niño africano, inmigrante ilegal, que debe cruzar el Canal de la Mancha y llegar a Londres, donde está su madre. El durante es una delicia de actuación, situaciones aparentemente ingenuas, dolores y amores. Entrañable.
Una comedia sencilla y emotiva que centra su atractivo en el tema de la tercera edad y sus actores. Un grupo que decide vivir su retiro en un hotel en la India, que mucho promete y poco cumple. Aunque cada uno de ellos encontrará su mejor camino. La fuerza reside en los maravillosos actores: Judi Dench, Bill Nighy, Pelelope Wilton, Tom Wilkinson y Maggi Smith, y el joven actor de Slumdog millonaire. Ellos le ponen el cuerpo y el alma a sus delicadas criaturas.
Una comedia liviana con encanto, que se basa especialmente en el histrionismo de Julieta Cardinale y Leonora Balcarce, que le ponen toda la energía para contar la anécdota de dos amigas, una de ellas, supuestamente mufa, otra víctima de esa mala suerte que irradia, para terminar de manera naif el desarrollo. Dirige Ana Halabe.
Esta película tiene mucho para llamar la atención. Con un tratamiento visual, una manera de filmar destinos corales que hacen que el espectador tenga la ilusión de estar viendo un documental soberbio. Pero es una ficción poderosa. Trapero en eso es inigualable, sabe cómo tratar y retratar lo que ocurre en una villa, sin banalizar la pobreza, en la dosis, dolorosa, inapelable de la realidad. Lo que aquí se muestra es tan contundente que duele. Puede que uno se quede con las ganas de un mayor desarrollo del personaje de Darín, como siempre preciso, talentoso. A la altura, Martina Guzmán y Jeremy Renier. Pero es tan potente el marco y lo coral que el deslumbramiento es inevitable. Tendrá un buen destino de apoyo popular. Lo merece.
Del mismo guionista y productores de “Muerte en un funeral” y sin llegar a lo memorable de esa película. Otra vez un acontecimiento, en este caso un casamiento, convoca a los torpes de siempre, algunos repetidos, a los provocadores de problemas, a los impresentables en general. En este caso, de parte del novio. No es nuevo, no es genial. Divierte.
Es una película que atrapa al espectador porque resulta entretenida y tiene una vuelta de tuerca que puede sospecharse antes de los deseos de los realizadores. Tiene una resolución un poco ingenua pero un durante de interés pochoclero nada despreciable. Para los admiradores de Richard Gere, para los que aman los complots y sólo quieren distraerse.
Mirar nuestra historia, un ejercicio que siempre es recomendable, más cuando tiene el soporte de la novela de Andrés Rivera. Y aunque Nemesio Suárez no logre escapar a cierta esquematización de los personajes, más que profundizar en su condición humana, igual vale esta revalorización de un héroe de mayo, aquejado por un cáncer de lengua, Juan José Castelli, injustamente juzgado, y hasta ahora, en un segundo plano.
La delicada filigrana de las relaciones padre e hija expuesta con sutilezas y contundencias. Un hombre viudo y su hija conviven con queridos vecinos, se arman una familia. Pero se acercan tiempos de cambios e independencias. Actuada como los dioses, con climas muy logrados, con grandes cuotas de melancolía pero con la esperanza a la vuelta de la esquina. Delicada y tierna.
Un festival de efectos especiales, con extraterrestres y toda la flota de los EEUU. Las batallas, bien gracias. Las historias para llegar a ellas, obvias. Pero pesan mucho más la diversión, los bichos, las armas intergalácticas, los hundidos y los reflotados que nos defienden de esos aliens malos malos. Sólo eso, quizás alcance.
Una película distinta, personal, de autor, para no dejar pasar, especialmente a los quieren ese tipo de cine. Un hombre y su lucha por la supervivencia. Eso en primer plano. La circunstancia histórica también impresiona: los norteamericanos en una tarea encubierta, apresan a un supuesto terrorista, lo tratan con los polémicos métodos de esa lucha. Cuando ese prisionero se escapa (un jugado e impresionante Vincent Gallo) él hace todo por sobrevivir en la helada Polonia, tan lejana de su desértico lugar de origen. Un hombre reducido a su instinto, una potencia que actúa con anuencia de paéses que miran para otro lado.