Una puesta al día sobre las investigaciones con respecto a lo que se sabe del cannabis, desde la experiencia empírica hasta las investigaciones al más alto nivel en nuestro país y el exterior, con testimonios valiosos y reveladores. Desde el Pepe Mujica y la experiencia uruguaya y sus sabias reflexiones, a las mamas que cultivan y vieron por primera vez una sonrisa en el rostro de sus hijos. Los mitos y las leyendas, las prohibiciones por convenciones políticas y las leyes que en nuestro país permitieron alejar peligros y llevar tranquilidad y soluciones a tantos. Una indagación minuciosa realizada por Sara Silvia Kochen y Emiliano Serra que hay que ver.
Lo de Miguel Kohan es una indagación sobre la cultura andina y la muerte. Y por sobre todo la búsqueda de un “despenador” un hombre que evita que la muerte se contagie con el aliento. Un muy curioso y sabio concepto que tiene que ver con lo que conocemos como el tránsito de duelo por la pérdida, como lo que se puede hasta interpretar como una liberación para los que parte y los que quedan. El intenso y sorprendente viaje de un antropólogo sobre verdades encéntrales, conocimientos perdidos o despreciados, en caminos difíciles en la puna. Pueblos pequeños, solidaridades y por sobre todo un aprendizaje preciado.
Mariano Galperín, director y guionista se basa en un hecho real, curioso, para trazar un retrato de un músico talentoso perdido en dolores, angustias y adicciones. Bill Evans el mítico pianista visito nuestro país por segunda vez en 1979, en el medio de actuaciones exitosas en el Opera y el Círculo de Rosario, se presento en San Nicolás, como parte de un concurso de belleza. Situación límite para alguien famoso que solo vende 8 entradas para su show y por eso el empresario decide ese intermedio musical en una parte del certamen. El músico se encuentra en un hotel lejos del lujo, con un piano afinado a último momento por gestión de un fan y en una casa donde ve una pelea de Galindez por el título. Pero siempre con el whisky al lado, la heroína y los recuerdos recurrentes de su ex mujer y de su hermano, los dos terminaron sus s por suicidio. Toda la atmósfera es de antesala del fin que sobrevendrá por cirrosis pocos meses después. Marina Bellati y especialmente Diego Gentile acierta con una exacta actuación de la vida que transita el pianista. No es una película musical pero hay grandes momentos subrayados por la música. Y una situación que marca la época de nuestro país en plena dictadura.
El director y guionista Andrew Sala se basó en sus propias experiencias para crear esta historia instalada en el campo, atravesada por violencias de costumbres y de poder. Un mundo de patrones tiranos, peones sojuzgados que conocen el dolor y también ejercitan la crueldad. Relaciones del machismo tóxico. A ese mundo tan lejano, tan extraño, llega un adolescente con la intención de vivir con su padre al que apenas conoce. Rechazado y adoptado a su manera, tratará de ganar su lugar resolviendo un misterio recurrente: la aparición de vacas muertas con amenazante regularidad. El realizador de la mano de buenos actores, como el experimentado Marcelo Subiotto y los jóvenes Lautaro Souto y Tamara Rocca, construye climas ominosos, sensaciones de desgracias mayores y revela en cuenta gotas los secretos basales de tanto abuso. Escenas de riesgo muy bien resueltas, tensiones cruzadas y odios desatados.
Fue la película de apertura del último Bafici. Y es una comedia sostenida por dos mujeres, una periodista deportiva experimentada y una pasante que trabaja gratis y aporta su auto, para una investigación delirante y creativa. A una revista deportiva que sobrevive como puede con climas y códigos de otra época, llega un paquete anónimo que desabrocha el recorrido del film. Se afirma en esas supuestas pruebas que el primer mundial de futbol se jugó en la argentina en 1926, que uno de los jugadores fue Menguele (el mismísimo) y que el goleador resultó ser un jugador judío, Sammy Filkenstein, que se mandó siete goles dándole el triunfo a nuestro país. El régimen nazi logro borrar todo los rastros del certamen porque no podían soportar la humillación de un jugador judío a una raza superior. Con esa base las dos periodistas, la profesional y la novata, recorren la ciudad buscando rastros en una película (homenaje a “El centrofoward murió al amanecer), en una obra de teatro de Agustin Cuzzani y en testimonios y deducciones rimbombantes. Mientras tanto la relación de las compañeras, dos grandes actrices que sostienen el relato, pasa por momentos de avasallamiento, tortura y confidencia. Matías Szulanski se luce con esta comedia enrarecida y frenética, muy atractiva. Brillan María Villar y Tamara Leschner.
Es una invitación al riesgo de mezcla de géneros con mucha audacia e inspiración de parte de sus directores Daniel Casabé y Edgardo Dieleke que se basaron en la venerada novela gráfica de Juan Sáenz Valiente. Y además es el regreso al cine de una mujer fascinante como Katja Alemann que encarna a una bailarina muy particular, ahora coreógrafa de danza contemporánea que está armando un espectáculo de mucha fuerza visual. Ella tiene un marido celoso que contrata a un detective privado para que le descubra a un supuesto amante. Ese detective, apodado “sabueso” es una gran creación de Juan Carrasco, que se convertirá en la sombra de esa bella mujer y transformará su vida y sus códigos. Como la sudestada implacable del título, la pasión dirá presente, pero también los elementos del cine negro, momentos delirantes como el baile de disfraces, escenas oníricas bellamente realizadas y un clima de atracción continua para el espectador que queda fascinado con lo que ve en este film. Ganador de una mención especial en el Bafici donde formó parte de la Competencia Internacional.
Terror a la finlandesa, una familia aparentemente perfecta, que viven en una casa impecable, recargada de flores, tonos rosados, ambientes luminosos. Una ama de casa influencer, y la relación con su hija que compite en gimnasia artística y esa mamá empeñada en que la nena sea tan perfecta como ella, que fue ex patinadora. Rubia e impecable de la noche a la mañana un presagio con un cuervo la pinta de cuerpo entero en los primeros minutos de la peli. Un huevo de esa ave es llevada por la niña a su cuarto y crecerá en dimensiones gigantes para dar a luz a un engendro que poco a poco se transformara en una versión sangrienta y oscura de la preadolescente. Metáfora de los abusos que son capaces de ejercer madres egoístas y controladoras, efervescencias de niñas que deben reprimir sus deseos hasta explotar, critica a las exigencias sociales de éxito y aceptación. Ingredientes que van creando una atmósfera oscura, tenebrosa y violenta. Y un entretenimiento bien armado por los amantes de horrores y venganzas sin límites.
Otra vez juntas pero en esta ocasión con el recurso de viajar a Italia y adornar con paisajes únicos de Venecia, Roma, Florencia y la Toscana las aventuras de mujeres de setenta con grandes en acción: Diane Keaton; Jane Fonda, Candice Bergen y Mary Steenburgen. Además de ellas, esplendidas, talentosas, se hace uso y abuso del entorno bellísimo de los lugares y sus maravillosos, vinos, licores y comidas. El argumento ensalza la amistad femenina y se pone al servicio de estas cuatro estrellas para cuestionar desde el valor del matrimonio, el desapego, las señales del destino, la necesidad de planear y divertirse en un tono leve, new age y con apenas chispazos de inteligencia. Desde un matrimonio sorpresa, el robo de maletas, las cenizas de un amor, y algunos desfiles de moda, las ocasiones de lucimiento de las protagonistas están pero no explotas al máximo. Es bienvenido que en Hollywood le den finalmente oportunidad a las mujeres más grandes de encabezar elencos, pero hubiese sido deseable no pensar que ellas no necesitan un buen guión e ideas menos usadas para estar a la altura de lo que pueden dar. No obstante la diversión liviana está garantizada y el atractivo del elenco se completa con Don Johnson, Andy García, Giancarlo Giannini, y el entretenimiento bello y liviano también.
Es una historia de resiliencia que tiene como mayor atracción a Celine Dion en su debut cinematográfico, con nuevos temas y la confesión de amor y el duelo que vivió durante muchos años, en su vida real. Quizás sea el efecto menos pensado por el guionista Jim Strouse que se basó en la novena de Sofie Cramer. La película comienza con una pareja enamorada, la de la protagonista y su gran amor que muere en un accidente fuera de campo pero ante sus ojos. Y todo el proceso de recuperación casi imposible para ella. Una manera de salir de su laberinto de dolor es mandarle mensajes de texto al teléfono del que fuera su novio. No sabe que ese número ya pertenece a otra persona, que a su vez tiene el corazón roto desde que su novia lo abandonó a una semana de casarse. Priyanka Chopra Jonas encarna al personaje que sigue con sus ritos y dolor. Sam Heughan (Outlander) el torturado periodista que lee esos textos y se enamora por su sensibilidad. Dos almas dolientes que tardan en encontrarse y cuando lo hacen no hay demasiada química entre ellos. La que sorprende es la Dion, magnética, talentosa y segura, con confesiones tan sentidas. Más que un texto referido al enamoramiento es casi un compendio de autoayuda para sobreponerse a los dolores del amor y darse otra oportunidad.
Presos que a través de la actuación encuentran un respiro, una bocanada de la libertad que carecen. No es un ítem nuevo. Recordemos “Cesar debe Morir” de los Taviani. Pero en este caso, en la película de Emmanuel Courcol, con un soporte en la realidad, una historia que ocurrió en Suecia en 1985, los ingredientes del argumento, las vueltas de tuerca, y sobre todo la relectura de la obra más famosa de Samuel Beckett, construyen un film con encanto, humor y personajes queribles. Un actor frustrado da clases de teatro en una cárcel de Lyon. Primero son ejercicios liberadores, stand up de fábulas. Luego llegará el sueño casi imposible: “Esperando a Godot”. Comienzo un viaje de aprendizaje, de descubrimiento, y por sobre todo lograr que esos hombres rudos de frondoso prontuario, uno es analfabeto, comprenda a Beckett. Llegar a esa espera infinita justamente para los presos que son expertos en esperar. Con personajes que desnudan su humanidad, algunos mejor redondeados que otros y la difícil tarea del “director” que pelea cada peldaño, para ellos y para sí mismo. Un tanto larga pero con un sostenido interés y un último giro sorprendente y emotivo. Especialmente porque el mismísimo Beckett aseguró que el desenlace es el mejor que pudo haber pasado. Ese hombre que escribió iluminado y sin absurdo “la humanidad somos nosotros, tanto si nos gusta como si no. Aprovechémonos antes de que sea demasiado tarde. Representemos dignamente por una vez la calaña en que nos ha sumido la desgracia.” Y ahí están los presos y sus sueños, el director y sus ilusiones y el espectador que aprovecha para su bien esta muestra de humanidad que espera en vano pero que mientras tanto disfruta de una emoción auténtica. Y eso es mucho.