Es un documental por su lenguaje, con partes recreadas y muchos testimonios invalorables que homenajean y ponen en evidencia el valor del productor Giuseppe Amato, un hombre que prácticamente puso en riesgo su vida, para defender la creatividad de Federico Fellini y una de sus películas más icónicas, “La dolce vita”. Todo porque siempre creyó y apreció que se trataba de una obra maestra. Por eso se puso en contra de la visión de Dino de Laurentis y la del inversor Angelo Rizzoli. Amato lidiaba con el genio de Fellini y el corte de 4 horas que deseaba para su film y los derroches que rebalsaban largamente el presupuesto fijado. Fellini ya era famoso, había ganado dos Oscar, por “La Strada” y “Las noches de Cabiria”, había sido nominado por sus guiones, y su exceso creativo no era fácil de encaminar. Recordemos que el film gano La Palma de Oro en Cannes, denominó un estilo de vida y le dio identidad a una especialidad de los fotógrafos de celebridades. El director Giuseppe Pedersoli es nieto de Amato, a quien valoriza como corresponde contando jugosos secretos de una filmación accidentada que le dejó poca gloria a su abuelo. Con testimonios de Luigi Petrucci, Mario Sesti, Giuseppe Amato, Maria Amato, Valeria Ciangottini, Ambrogio Colombo, Luca Dal Fabbro, Sandra Milo, Mauro Racanati, Giovanna Ralli, más un curioso reportaje que Vittorio De Sica le hace al propio Amato, este film es un plato fuerte para los amantes del cine.
Aunque esta precuela de la saga King´s´man tenga al mismo director que las dos anteriores, a Matthew Vaughn, que también en este caso co-escribió el guión con Karl Gajdusek, siempre basándose en el comic de Mark Millar, quedaron varias cosas en el camino. En primer lugar ya casi se perdió ese humor inteligente que tuvo la primera y se utilizo también en la segunda entrega. . Aquí se trata de una aventura histórica, con una visión simplificada de los hechos, que prácticamente resume todos los males en una conspiración liderada por n Rasputín, un villano como los de la saga James Bond, en un argumento que arranca a principios de siglo pasado y se explaya durante la Primera Guerra Mundial. Todo el tono de comedia a que nos acostumbraron las dos pelis anteriores, muto en la gran aventura y las tragedias En el medio hay espacio para organizaciones ingeniosas pre- servicio secreto, como una organización de empleados domésticos para saber las intimidades de la contienda hasta un chantage sexual para un presidente de EEUU y otros delirios importantes. En este extenso film hay verdadero derroche imaginativo, escenas de acción realmente impactantes, pero también tediosas mesetas dramáticas que posiblemente desencantes a los seguidores o formen nuevos fans para una segunda parte casi segura de esta precuela. En el elenco se luce como siempre Ralph Finnes que centra casi toda la tensión del relato, secundado por Harris Dickinson, Gema Aterton, Djimon Hounsou, un exagerado Rhys Ifans, Tom Hollander que hace tres roles ( el rey Jorge, el kaise Wilhem y el zar Nicolas), Daniel Brühl y siguen las celebridades.
El Chango Monti y un homenaje merecido, respetuoso pero inquisidor, descubridor de una persona talentosa, asociada a grandes películas del cine argentino, convocado por nuestros grandes directores en realizaciones que en dos oportunidades merecieron el Oscar, con La historia oficial y El secreto de sus ojos. El comenzó en la época de oro del cine argentino, un camino que le facilito su famosa tía actriz y le permitió acceder a una realización mítica de Hugo del Carril, era la época en que este creador pensaba que lo suyo era la dirección de arte hasta que encontró su camino y luego fue formador de profesionales como un verdadero maestro. Y lo suyo abarca no solo el cine sino también el teatro y las series. Es fascinante estudiar su recorrido y conocerlo profundamente gracias a los testimonios de Fernando Pino Solanas, Juan José Campanella, Luis Puenzo, Lita Stantic, Ariel Winograd, Pompeyo Audivert. Y también sus reflexiones profundas, un hombre fundamental para directores, amado por los actores, aplaudido cuando termina una filmación. Las realizadoras Alejandra Martín y Paola Rizzi (también directoras de fotografía) nos dan un documental donde se adivina la admiración pero nunca se deja de lado la indagación sobre esta leyenda de la dirección de fotografía de nuestro cine, ni la búsqueda por descubrir su propia luz.
Recordemos que es la secuela de la adaptación italiana de “Mama se fue de viaje” de Ariel Winograd. La familia que forman los muy populares en Italia Fabio de Luigi y Valentina Lodovini repiten el esquema de mama trabaja, con tics masculinos machistas en su vuelta al hogar, y papa cuida de los chicos y habla de “cosas de mujeres” con otras mamás extra comunitarias como recetas de cocina o actividades escolares de los chicos. Pero ese papá busca trabajo y el no conseguirlo lo llena de angustia entre chiste y chiste. Todo se complica cuando mama debe viajar a Estocolmo para una entrevista de progreso profesional que implicará la mudanza de toda la familia. Con esa excusa toda la familia se embarca en un trayecto de recomposición de relaciones, en una vieja caravana. Lo insólito llega con un señor que asegura es Papa Noel. La formula película para fin de año, repetición de un esquema conocido y mucho de sentimentalismo y supuesta “magia” para que a nadie le queden dudas de que lo más lindo es la familia unida. Ya lo decía hasta el cansancio un personaje de una recordada comedia argentina de finales de los 6O.
Claro que “La llamada”, o “El Aro” o “Ringu” como se llamó a la saga, quedó en el recuerdo de los amantes del género de terror. Ese videocasete cuya visión ponía el marcha el mecanismo de la llamada y la sentencia de muerte, con el fantasma que salía del televisor antiguo para instalarse en la habitación del espectador, es inolvidable. Sacarle una vez más el jugo a la historia, ahora con Noroi Tsuruta como director, actualizada con la introducción de una novela web cuya lectura multiplica muertos y nuevos capítulos que incorporan esas pérdidas. Y también el fantasma. Seguramente los seguidores de la saga le den una oportunidad.
Es una pequeña, amorosa, muy bien hecha comedia dramática que supera la elección del soporte en tiempos de pandemia y logra lo inesperado: una carga de humanidad y ternura, conexión y emotividad profunda, que pocas veces el espectador podrá ver. La película es el debut como directora de Natalie Morales, que la protagoniza con Mark Duplass, y además juntos escribieron el guión. Por más que haya una saturación de la utilización del zoom en muchas producciones, aquí ese click de distancia está al servicio de una historia por momentos agradable y liviana, que no tema en zambullirse en dolores y problemas graves. La excusa de un señor que se está acostumbrando a vivir sin trabajar en una casa enorme, es que su marido, que lo ayudó a asumir plenamente su elección sexual, le compró muchas lecciones semanales de castellano. Asi ese señor de 45 años, de Oakland, Adam, se comunica con Cariño, que es cubana pero está en Puerto Rico aunque se formó en Miami. Y entre ellos estarán las bromas, los momentos inapelables de dolor, las observaciones inteligentes, el vínculo que crecerá contra todo pronóstico en un arco de verdades, sin lugares comunes, con toda la química.
El realizador rumano Radu Jude, uno de los más innovadores, irreverentes y talentosos de la actualidad, que con esta película gano por segunda vez el Oso de Oro al mejor film en el Festival de Berlín, realiza aquí una sátira inapelable que define, con el mismo humor corrosivo, como una película incompleta. Es un film que se divide en varios momentos. Comienza con una escena filmada con un teléfono donde una pareja está teniendo sexo, un espectador desprevenido puede pensar que se equivocó y está viendo un film porno. Por las voces que se cuelan uno puede deducir que se trata de un matrimonio que está en su casa, mientras que una abuela cuida a sus hijos, y ellos se armaron un momento de fantasía y sexo. La segunda parte ya nos cuenta que ese video casero protagonizado por una maestra de escuela fue subido a un sitio web para adultos, y que tuvo una difusión tremenda en el establecimiento donde enseña, que pone en peligro su trabajo. La protagonista deambula por Bucarest, haciendo compras y hablando por teléfono tratando de atenuar la situación. Toda la ciudad que padece la pandemia del Covid también es protagonista, con sus detalles, sus personajes, el mal humor social, los enojos, las bravuconadas. A eso sigue un espacio de reflexión y conceptos desopilantes y profundos, sobre el pasado y el presente. Y la última parte es la reunión de padres que definirá el futuro de la profesora en la institución. Todo el recorrido del film es de una inteligencia transgresora que muestra los recovecos de una sociedad con un pasado no resuelto, los prejuicios, el racismo que surge con facilidad, el insulto, la necesidad de juzgar y mandar a la hoguera pública a los presuntos culpables. Pero también con espacio para argumentos lúcidos y reflexiones profundos sobre lo público y los privado, las redes sociales, la educación, los roles adultos. Una riqueza de temas con humor y dolor, pero con punzantes observaciones, ojo para el ridículo y lo patético, para lo liberador y la gracia oscura. No deje pasar este film.
José Cicala se enamoró de su tarea como cineasta y no hay quien lo pare. En este su segundo estreno plantea un mundo delirante que atrapa al espectador curioso por saber los destinos nada claros de sus protagonistas. Una manera de contar libre y frenética que bate y mezcla temas tan duros como las sectas, los experimentos con humanos, la ideología nazi, un chaman que encuentra en Danny Trejo la encarnación perfecta, en Maite Lanata a una protagonista que no le teme a ningún desafío y a un Miguel Angel Solá como líder del una corporación del mal que esta impagable. Lo demás es música, ensoñaciones, confusiones, divertimentos, animales y toda una comparsa que no se detiene: Chicas trans, planes secretos, mentiras y entretenimiento.
Esta cuarta entrega que viene de la mano de una sola de sus creadoras, Lara Wachowski, tiene atractivos y desilusiones. Primero es muy autorreferencial hacia su propia invención. En su estreno fue un bombazo que le partió la cabeza a más de un fan, que se hizo adicto a las secuelas. No se le puede negar a la creación de las Wachowki una mirada a la ciencia ficción que marco época y estética, verdosa y original, por más que existieron acusaciones de plagio. Pero aquí nos encontramos con que el principal atractivo es la reunión de un Keany Reeves grande pero con su magnetismo intacto junto a una heroína divina como es Carrie Ann Moss. Ya por verlos juntos y teniendo una nueva oportunidad en la ficción bien puede valer el precio de la entrada. Keanu es Thomas Anderson creador del famoso videojuego “Matrix”, una trilogía que exige demasiado: Una cuarta entrega. Ella es una ama de casa que se cruza con Anderson y no lo conoce, aunque el atractivo traspasa realidades. Pero ya sabemos que en Matrix nunca existe ni una realidad ni una ficción. Hay nuevo equipo, muchos videoclips de películas anteriores de la saga y muchas explicaciones como para que nadie quede afuera. Claro que hay enfrentamientos oscuros y confusos, las consabidas balas ralentizadas y otras verdades paralelas que no sorprenden más.
El encuentro casual de un hombre y una mujer, en una noche de año nuevo en Iguazú, es el disparador de esta historia dirigida y escrita por Luis Hitoshi Díaz, que la siente como la continuidad de su anterior film “Hoy”. Aquí una bella y seductora mujer se encuentra con un hombre que no despierta demasiado su interés. Poco se sabe de uno y de otro, pero finalmente se relacionan. Y entre ellos la atracción existe pero no es fatal, contra lo que puede sospecharse, será un camino no de pasión sino de conocimiento, de confesar la eterna insatisfacción de estos tiempos. Elegir a una pareja en la vida real como la que forman Emilia Attias y Turco Naim Sibara es más una simpática curiosidad que descuenta conexión y complicidad, aunque en el planteo es el rol de la mujer el mejor desarrollado. Es interesante entre dos humanos llegar al planteo de la honestidad brutal, basándose en que ese encuentro no se repetirá. Sin embargo hay momentos de mucho dialogo retórico que puede agobiar al espectador. Interesante.