Después de haber realizado “Alunizaje” junto a Pepa Astellarana, este film de Lucas Larriera retoma la obsesión sobre la leyenda de la mayor estafa del mundo: la supuesta ficción de la llegada de los primeros hombres a la luna. En este caso, además de mostrar las repercusiones de su film anterior en el mundo, que le valió hasta una invitación a disertar en la NASA con sede en Madrid, su espíritu de investigación y juego, lo lleva a querer saberlo todo sobre un personaje en particular. Se trata de un experto en electrónica y empleado de SEGBA, que sintonizando el canal 54 de EEUU y con una antena VHF instalada en la terraza de su casa en Avellaneda, consiguió captar y fotografiar imágenes de una transmisión de la NASA distinta a la que vio, vía satélite, el resto del mundo. Un hombre que contó su descubrimiento en la revista Siete Días y en el programa de Nicolás Mancera “Sábados circulares”. Y a partir de allí un desfile de conclusiones, ironías, algún dato más que inquietante y personajes que dan su testimonio sobre un hombre que no dejó rastro. Por lúdica y graciosa, mas material para la leyenda.
Premiada en Mar del Plata 2020 y con una mención especial del Jurado en Berlín, esta nueva película de Matías Piñeiro, parece una nueva entrega de las “las shakespereadas” sus películas anteriores que elaboran ficciones contemporáneas basadas en roles femeninos creados por William Shakespeare. Sin embargo aquí la complejidad y el interés por los destinos de las mujeres de hoy son desafiantes, distintos y muy atractivos. El destino de Mariel, la actriz en busca de conseguir un trabajo, a través de un casting comprometido, se muestra en toda profundidad con saltos temporales. Se evidencian la desesperación que se mezcla con manejos familiares, encuentros casuales que son provocados, relaciones complejas y temas tan interesantes como la vocación, la maternidad, los problemas económicos, las angustias existenciales. A la protagonista la veremos embarazada, con chicos, sin hijos, entusiasta, suplicante, enredada, valiente y vacilante a la vez. Todo un caleidoscopio intrigante y muy bien logrado. Grandes actuaciones de María Villar y Agustina Muñoz.
Una película con muchos aciertos que apunta al cine popular bien hecho que realizo la dúctil Sabrina Farji que escribió un guión inteligente con Daniel Guebel hecho sobre temas muy actuales donde las posiciones de machismos y feminismos, deconstrucciones, fidelidades, matrimonios para toda la vida, convivencia, parejas abiertas, utilización de las redes sociales para generar escándalos, se ponen al descubierto en un interesante entramado. Ya desde el vamos el debut como el galán menos pensado de Roberto Moldavsky que suple sus limitaciones como actor con un particular encanto y desenfado, ganados en sus exitazos teatrales, lo convierten en un personaje que suma risas, gracia y ternuras. A su lado un elenco de excepción donde brillan Jorgelina Aruzzi , Campi, Liz Solari, Celina Font entre otros. El tono jocoso de la película se logra con los dardos certeros a las convenciones y estereotipos, y a las convicciones que comienzan con angustia y luego se expresan libremente. Un género popular que fue muchas veces bastardeado en estereotipos y chistes fáciesl, encuentra aquí una comedia lograda, reidera, entretenida y para no perderla.
El talentoso Fernando Spiner cuenta entre las motivaciones para incursionar en una tradición fantástica, la conmoción que la causó la muerte de su padre y el deseo de volverlo a ver. Escribió el guion junto a Eva Benito y Pablo De Santis, y realizó un muy interesante film sobre mundos paralelos, donde los muertos pueden habitar una suerte de limbo en construcción, que puede ser una esperanza para los dolientes que quedan en esta vida o un gran negocio sin escrúpulos. Con pocos efectos especiales, pero con originalidad de ideas se puede abordan un tema inquietante cuya materia son los deseos, el desencanto, las ecuaciones matemáticas, la ilusión siempre presente de vencer a la muerte y conquistar la eternidad. Con dispositivos tan sencillos como un ascensor de un viejo edificio, más el logrado y casi silencioso mundo de Leteo, los planteos son inteligentes, interesantes y también inquietantes. Belén Blanco es la interprete perfecta para transmitir todas las sensaciones que van de la incredulidad, la zozobra, lo vulnerable y poderoso al mismo tiempo. Muy bien secundada por ese científico “no tan loco” de Daniel Fanego, la obsesiva ingeniera hecha con toda intensidad por Analía Couceyro, más Elvira Onetto, Diego Velázquez y Patricio Contreras.
Para liberar a Baba Yaga y Renfield de las garras de la cazadora de monstruos Mila Starr, la familia Wishbonese se transforma una vez más en vampira, el monstruo de Frankenstein, una momia y un hombre lobo. Con la ayuda y complicidad de sus tres murciélagos mascotas.Juntos recorrerán el mundo para salvar a sus amigos y hacerse de otras relaciones. Cuatro años después de la primera de la saga, llega la inevitable secuela, con el mismo equipo creativo comandado por el director Holger Tappe y el guionista David Safier. Se presentan los nuevos personajes que revelan el origen de sus leyendas, la tímida Nessi, el ingenuo y solitario Yeti del Himalaya y el musical King Conga. Hay aventuras, entretenimiento para los más chicos, cuestionamientos al concepto de familia y a la vana idea de buscar la perfección como único objetivo. Creativamente se le ven los “homenajes e inspiraciones” tantas veces repetidas, ya sin la sorpresa de la primera y con poca efectividad. Para los más chiquitos entretenimiento módico.
Sin duda es una franquicia rendidora que justifico seis películas en 14 años. Para la séptima el director y fanático Johannes Roberts decidió volver al origen- nada original- con el intento de revitalizar la zaga para una nueva generación de fans del terror. Con mucho de películas de zombies y un aire a Stranger Things, el acierto es ambientarla en 1998, sin celulares a mano, y apelar al terror, con una duración amigable, y la profundización necesaria en los personajes como para encariñarse un poco y lamentar mordidas fatales. Ahí reaparecen las verdades ocultas de la gigantesca industria farmacéutica Umbrella y esos experimentos que la protagonista recuerda de a ratos, en ese lugar donde creció como huérfana. De esos experimentos surge el mal con matices sangrientos y monstruosos. Y cuando termina el film, el team ganador está dispuesto a más.
Will Smith es un inteligente productor y un dúctil protagonista de esta película, por eso junto a su esposa Jada Pinkett Smith son los responsables de un film que no solo refleja una historia real, sino que pone el acento en el racismo que sufrieron las deportistas y su familia, por atreverse a poner los pies en un deporte de elite, coto de la raza blanca. Una historia perfecta que pude llegar hasta la alfombre roja del Oscar. La personalidad de Rey Richards, el papá y primer entrenador de las excepcionales Venus y Serena Willams es lo suficientemente rica y controvertida como para atraer a todo público, aun quienes no entienden ese deporte. Porque una y decisión inteligente del guionista Zach Baylin es haber tomado los primeros años de esa familia, menos conocidos y no la etapa de las consagraciones definitivas. Ese padre que trazo un plan para el triunfo de sus hijas puede ser detestable y admirado a la vez, obcecado y tonto, o visionario y certero. Muchos matices que le dan a la historia los suficientes condimentos para hacerla muy atractiva, y le permite el lucimiento a Will Smith y a un elenco impecable encabezado por Saniyya Sidney, Demi Singleton, Aunjanue Ellis. Lejos de la idealización a las que tienden las películas basadas en personalidades famosas, aquí el protagonista es mostrado con sus partes oscuras y luminosas, sus aristas geniales y su obsesión casi enfermiza. Con emoción y sin golpes bajos, un cine destinado a lo popular muy bien hecho.
Es una coproducción argentina- dominicana donde los directores Silvina Schnicer y Ulises Porra abordan con delicadeza, sin demagogia ni discursos inflamados una realidad cruel de diferencias sociales. La difícil relación entre la clase dominante, en apariencia bondadosa y comprensiva con los trabajadores que emplean, y a quienes, como en este caso, les confían la crianza de sus hijos, casi desentendiéndose de los detalles de la vida cotidiana. En ese marco se arma una relación madre e hija entre la adolescente; Sara, y su nana, Yarisa. Son tan unidas y cómplices que despiertan los celos de la hija biológica de Yarisa. Lo que ocurre después de una fiesta donde corre el alcohol sin límites es mejor no contarlo. Pero un hecho fortuito pone de relieve, que ni bien se arranca la apariencia de buenos modales y corrección, aparecen la hipocresía, la impunidad, la imposición del bienestar individual que lava culpas. Ese accionar de la familia poderosa enfrentada a quienes, con nada de recursos, claman justicia, queda muy expuesto con inteligencia, talento y contundencia en un film para no perderse.
Es una crónica documental de Víctor Cruz que muestra con crudeza lo que ocurre en esta ciudad ubicada en el tacón de Italia, en la región de Apulia. Es donde mueren y enferman mas adultos y niños en Italia, por el polo siderúrgico más grande de Italia. En los años sesenta se instaló allí la acería más grande del continente. En palabras del director “lo que fue la utopía industrialista, apreciada en una zona donde no abundaban las fuentes de trabajo, se transformó en un presente distópico, lleno de enfermedad y muerte”. Pero allí, y esto también lo muestra el riguroso trabajo del realizador muchos defienden el derecho al trabajo que se enfrenta de manera escalofriante a los problemas de salud. El índice de enfermos de cáncer es impresionante. Un destino de zonas pobres y al parecer condenadas por los intereses voraces de los poderosos. Testimonios de luchadores incansables, optimistas contra viento y marea, batallas legales y las pruebas irrefutables de la contaminación feroz.
La última producción de Disney que cumple con la dirección de la compañía para encarnar diversas culturas, en este caso la colombiana pero siempre accesible para todo público. El equipo detrás de este colorida animación este formado por dos directores de Zootopia, Jared Bush y Byron Howard junto a la principal guionista, la ascendente Charise Castro Smirth. Y como aporte fundamental las canciones creada por Lin Manuel Mirada, ocho en total, con su acostumbrada fusión de temas dignos del teatro musical, la raíz latina y el hip hop. Con dos canciones cantadas por los famosos Sebastian Yatra y Carlos Vives. La historia es la de una joven que vive en el medio de una familia favorecida con dones mágicos para compensar el dolor y la muerte frente a la injusticia que sufrió la matriarca del clan. Esos dones mágicos que se transmiten de generación en generación, incluida la casa en su totalidad. Pero la conexión con la protagonista falló y ella averiguará porque todo comienza a tambalear y el secreto mejor guardado por todos. Es una película de ilustración exuberante, con ese toque identitario de realismo mágico, pero que no resulta empalagoso, porque en definitiva trata de los conflictos que pueden surgir en una familia extendida donde hay códigos rígidos, rebeliones, peleas, pero no hay nada mejor que la unión de todos. Una formula redonda para el entretenimiento.