Es una película de época sin precisar el tiempo exacto, está ambientada durante un período bélico sin saber los bandos en pugna, aunque posee un discurso en contra de las guerras y sus horrores. En ese marco una viuda, un mafioso, su mujer y su enfermera están atados a una trama que permite sorpresas a cada paso. Lo que ocurre en esta bella artificiosidad que imagino para su debut cinematográfico José Cicala, famoso fotógrafo y realizador de publicidades y videoclips, es una historia de movimientos calmos con personajes de pocas palabras formales y mucha oscuridad, donde lo siniestro se enlaza con secretos oscuros, acciones directas, y constantes sorpresas. Para esta aventura cinematográfica, Cicala contó como productores y actores a Araceli González y Fabián Mazzei, mas Miguel Ángel Sola, Luis Machín y una larga lista de actores famosos aun en pequeñas apariciones especiales, incluidos Toto Kirzner y Flor Torrente, y a Griselda Sánchez como socia creativa y coguionista con el realizador y Gustavo Lencina. Un film distinto, bello en lo formal, con buenas actuaciones donde lo atractivo e intrigante va llevando al espectador hacia situaciones muy difíciles de prever y que se revelan en su dimensión trágica y a la vez atractiva.
Un film excepcional por varios motivos. Tiene una calidad de imagen en blanco y negro y algo de color, con efectos de sonido y la música, la ambientación de una calidad de excelencia. Todos sus rubros técnicos son impecables. Y son perfectos para una historia de desmesura melodramática, hiperbólica, espeluznante. Dos mujeres solas en los años setenta. Una que parece la imagen del desamparo llega hasta la casa opulenta de una doctora que conoció alguna vez. Le pide hacerse un aborto, pero la gestación es avanzada y la médica le propone vivir con ella, bajo estrictas medidas de encierro, que dé a luz y vender al bebe. La historia de la mujer sin ningún bien material conmueve a la profesional, su gestación es producto de una violación. Este es solo el comienzo de una relación, que, en su estructura gótica, tiene terror psicológico, es un thriller erótico, y le permite a sus creadores las dos maravillosas actrices (Lola Berthet y Jimena Anganuzz) y el director Valentín Javier Diment, desbordar de deseos y sangre un verdadero laberinto de pasiones. En esa danza macabra que une a esas mujeres hay secretos inconfesables, mentiras acumuladas, necesidad de afecto, locura criminal. Hay momentos sutiles y excesivos, juegos de poder, represión y liberación. Enfermedad y sanación teñidas de sangre. Hay que verla.
Es la secuela de la película francesa titulado “Dios mio ¿qué hemos hecho? Se trataba de una comedia liviana donde el gran problema de un matrimonio de clase acomodada es que sus hijas eligen como parejas a etnias diferentes: un marfileño,.un argelino, un israelí y un chino. Les fue bien así que una secuela les permitió otro batacazo de público europeo donde el tema de las migraciones es algo que los preocupa muchos. Aquí para hacer sonreír no solo interviene parte de la familia política, sino que los yernos deciden que no aguantan la discriminación, se los muestra susceptibles y exagerados, y deciden emigrar. Entonces los papás de las hijas, desconsolados, idean una manera de mostrarles que el país lejos de Paris en hermoso, invirtiendo dinero en sus mentiras, porque la familia unida es la verdad única. Los mismos actores que cumplen con gracia su objetivo y un director, Philippe de Chauveron, que asegura no tiene límites en el humor, aunque todo se vea forzado.
Hablar con franqueza del instinto maternal, de la difícil relación de una madre y una hija que vivieron alejadas, de las decisiones más difíciles, es lo que nos propone el duro e intenso film de Ruthy Pribar. La realizadora no le teme a ahondar sin bisturí en muchos temas tabú. Como la maternidad casi adolescente que transforma a la protagonista en casi una hermana de su hija Vika. Viven juntas pero en mundos paralelos que se entrecruzan en algunos momentos cotidianos sin comunicación. Hasta que un hecho brutal y frontal refunda el sentimiento materno adormecido, la ternura, el compañerismo, el tiempo, la dedicación, la generosidad. No hay intenciones de melodramas ni emociones de golpe bajo. Lo inapelable y la templanza y después, en una decisión que evidentemente fue hablada lejos del espectador, que solo ve los resultados. Una película que por momentos quita el aliento, por lo valiente, íntima y desgarradora. Los trabajos de las dos actrices son excepcionales. Shira Haas a quien aprendimos a admirar en “Poco ortodoxa” hace una composición precisa, emocional, digna de los mejores elogios. Alena Yiv compone a esa madre distraída primero y abnegada después que se impone por su calidad. No se pierda esta gran película israelí.
Había mucha expectativa por este film por distintas razones. Primero porque es la presentación de diez nuevos superhéroes en el universo de Marvel, segundo porque la tarea de dirección es de la ganadora del Oscar por “Nomadland” , Chloé Zhao. Para los millones de fans de películas de este género un nuevo comienzo, con dos escenas posteriores a los títulos que no se pueden perder. Para aquellos un poco agobiados por películas de estos universos, un aire fresco, una atención especial a la emocionalidad de cada personaje, a la profundidad de los sentimientos, a la diversidad, a los problemas que aunque se trate de poseedores de fuerzas sobrenaturales los acercan a nuestra humanidad. Es una visión con una sensibilidad contemporánea, debida a esta directora (co- guionista además con Patrick Burleigh, Ryan Firpo, Kaz Firpo) con más cercanía a estos temas que a las escenas de acción. El problema es que hay que presentar a cada uno de estos nuevos personajes del universo Marvel en el cine, por eso la duración de la película de dos horas 37 minutos, que puede resultar excesivo, pero su visión vale la pena. Entre los personajes están todas las etnias y los acentos, negros, latinos, del este y sur de Asia, de la India, un personaje sordo que se comunica con lenguaje de señas y el primer superhéroe gay, toda una novedad en ese universo. Se trata de Phastos el inventor preocupado por lo que aportó a la tragedia del género humano, que optó por tener un esposo y formar una familia. La historia solo básicamente basada en la creación de Jack Kirby, ubica a los Eternals en la tierra en el 5000 antes de Cristo en la Mesopotamia, en tribus prehistóricas, en el imperio azteca, en la selva amazónica, ellos fueron enviados por los Celestiales a proteger a los humanos de una especie monstruosa, los Deviants. Una vez que los exterminaron, los Eternals se separan. Ahora deben regresar a nuestro mundo actual, con los dragones-langosta fortalecidos porque se curan a si mismos, pero en esa familia algunos llegan a disgusto. Otros con problemas como el personaje de Angelina Jolie, la diosa de la guerra en peligro protegida por Gilgamesh, o el caso de Sersi, que por miles de años tuvo relación con Irakis, que reaparece para poner en peligro su actual relación con un humano, el famoso Kit Harington, que pide pista. La mezcla de caracteres funciona, y finalmente lograran la unión de mentes para consolidar una fuerza colectiva, superando diferencias. Ese tránsito es también atractivo. Los efectos especiales están, algunos rutinarios, otros hechos sin tantos trucos de la pantalla verde, lo que los enriquece. Lo mejorcito, más que las batallas en sí, son los armamentos que crean los eternos y los campos de fuerza.
Con dirección y guión de Néstor Mazzini, el comienzo de una trilogía sobre el autoengaño. En esta primera entrega sobre la espiral de deudas que el protagonista del film no puede detener: tiene el tiempo del título para conseguir un dinero urgente, con amenazas sobre su vida. Y en esa situación extrema, está muy bien pintada, no solo surge la desesperación sino el deterioro moral que le hace recurrir a pedir las peores cosas, las mayores miserias, las mentiras acumuladas, la rotura de pactos de ética. Buen trabajo de Cesar Troncoso acompañado por Andrea Caballo, Héctor Bidonde, Paula Rasenberg. Un caso individual que engloba a todo un país en crisis. Una construcción tan reconocible como dolorosa.
El resultado de un proyecto independiente, con un elenco encabezado por Juana Viale, Luciano Cáceres, y las actuaciones especiales del actor español Javier Godino y Carlos Portaluppi. En el argumento lo que más terror causa es cómo funcionan las sectas, el lavado de cerebro sistemático y la influencia de los medios. Esos temas son el telón de fondo de lo que le ocurre a una familia religiosa, convencida de la llegada al apocalipsis, que deben refugiarse en una casa abandonada y reciben la visita de un intruso. Qué dudas, qué secretos guardan esos dos hermanos, él fanatizado, ella en crisis y la adolescente que se balancea entre esos mundos y esas demostraciones de poder. El director y guionista Fercks Castellani incluye en esa larga noche, profecías y versículos de la biblia, mientras desde una radio se anuncia constantemente la llegada del fin. Buenas ideas, algunas solo sugeridas, otras resueltas con poco presupuesto, pero con un clima ominoso y tenso que preanuncia el final.
Alejandro Magnone escibio y dirigió este film que descubre la dimensión del genocidio armenio pero extiende su mirada sobre otras atrocidades que ocurrieron en nuestro país. La exquisita Norma Aleandro, con una intensidad contenida compone a una mujer que debe enfrentar una terrible verdad venciendo un mandato que marcó su vida. De ahí ese secreto que por distintas circunstancias se quiebra para que renazca. La afinidad, la complicidad que logra Aleandro con Lidia Catalano y Analia Maldivo ilumina el film del principio al fin. El elenco reúne nombres notables como Manuel Callau, Cesar Bordon, Héctor Bidonde, Florencia Raggi. Como define el realizador una receta que se cocina a fuego lento, con quince mil kilómetros de distancia, ochenta años de espera y una esperanza.
Se basa en el libro que una madre, Gabriela Mansilla, escribió contando la experiencia con su hija Luana, que con 20 meses expreso su disconformidad con el género que le fue asignado. Fue el primer caso en el mundo de una nena trans que logro su cambio de DNI sin dictamen médico ni judicial, acorde con la ley sancionada en el 2012. Pero además, la actriz que personifica a la protagonista también es una nena trans. Y la verdadera Luana actuó como extra. Mansilla fundó Infancias Libres, una organización civil pionera para ayudar no solo a niñes o adolescentes trans, sino asistir a sus familias. El caso es tan conmovedor que por sí solo convoca a ver el film. Escrito y dirigido por Federico Palazzo, cuenta con un elenco excepcional: además de sabella G. C. y de Valentino Vena, Eleonora Wexler, Juan Palomino, Lidia Catalano, Valentina Bassi, Paola Barrientos entre muchos otros. El argumento sigue paso a paso los momentos en que el matrimonio, los padres, comienzan a darse cuenta que uno de los nenes expresa percibirse como nena. El proceso es largo y angustioso, desde psicólogos que atrasan hasta la colaboración del CHA (Comunidad homosexual argentina), las reacciones del padre, que no puede acompañar el proceso, las luchas de la madre, tremendas y crueles. El filme cuenta con el apoyo de la mayoría de los organismos que defienden la libertad travesti y trans y que confían, como seguramente será, que muchos comprendan, se emocionen y reconozcan abiertamente la identidad no binaria.
Es la secuela, que retoma la acción de la banda de rock “True Blue”, que se hizo famosos en Snow Mountain Villaje. Pero en esta segunda parte, realizada por Mark Baldo, el líder del grupo es tentado por un super-empresario para que su fama se transforme en global. La tentación es grande y el protagonista es transformado en una suerte de nuevo Elvis, que congenia con otros “productos” musicales de la misma empresa. Aunque luego se rebelará que las verdaderas intenciones del empresario eran muy distintas. Mezcla de poder y resentimiento la historia es una demasiado obvia historia sobre el precio de la fama y las consecuencias del olvido de los verdaderos orígenes. Para los mas chiquitos.