La venganza de los débiles Ya se estrenó en Argentina El teléfono negro, una película de terror dirigida por el prometedor Scott Derrickson y protagonizada por el siempre convincente Ethan Hawke. Por Denise Pieniazek Ha llegado a los cines argentinos el largometraje El Teléfono Negro (The Black Phone, 2021) perteneciente al género cinematográfico del terror de la mano de un experto en la cuestión, Scott Derrickson, reconocido por dirigir Sinister (2012), Deliver us from Evil (2014), The exorcism of Emily Rose (2005), Doctor Strange (2016) y el remake de The Day the Earth Stood Still (2008). El filme en cuestión está basado en el cuento homónimo de Joe Hill, hijo del reconocido escritor Stephen King, quizás por eso el relato tiene varios elementos similares a It (no sólo del texto literario sino también de sus respectivas transposiciones cinematográficas). La historia se sitúa en Denver, Estados Unidos en 1978 en donde algunos niños y adolescentes comienzan paulatinamente a desaparecer misteriosamente. Popularmente comienza a llamarse al supuesto criminal “The Grabber” (el raptor), consecuentemente, el miedo comienza a instalarse cada vez más en esa sociedad. Desde el inicio del relato se representa una comunidad en donde los adultos parecen estar ausentes o si están presentes no son de mucha ayuda por su inoperancia y a veces incluso son un obstáculo o padecimiento. Al respecto, y debido a su ambientación de época, la ficción posee puntos de contacto con la antes mencionada It (incluso aparecen un piloto amarillo y botas rojas en un día lluvioso) y la reciente serie televisiva Stranger Things. En consecuencia, los niños y adolescentes parecen ser más astutos que los mismos, o en cierta forma criarse solos, hasta mencionan películas que ven a escondidas de sus padres como Masacre de Texas/Masacre en cadena (The Texas Chain Saw Massacre, 1974) y Operación dragón (Enter the Dragon, 1973). El universo juvenil que plantea el relato es muy hostil, los estudiantes son muy violentos entre sí (esto es explicitado visualmente) y practican constantemente el Bullying. Al respecto el protagonista, Finney (Mason Thames), padece un doble abuso primero en su casa frente a su padre alcohólico y violento, y luego en la escuela por parte de algunos de sus compañeros. Sin embargo, es un niño muy listo e ingenioso, su mayor apoyo es el de su valiente e intuitiva hermana Gwen (interpretada carismaticamente por Madeleine McGraw), quien posteriormente sabremos ha heredado un don premonitorio sobrenatural de su madre. La figura maternal está ausente en esta familia, puesto que ella se ha suicidado años atrás, al parecer a eso se debe la inestabilidad emocional de su viudo. El raptor -personificado convincentemente por Ethan Hawke- se vuelve cada vez más insaciable, y llega el turno del protagonista de ser capturado. A partir de allí la narración, que desde el inicio posee un excelente manejo del suspenso y la intriga, agrega el elemento sobrenatural. Finney es encerrado en un sótano que sólo posee un colchón, un retrete y un teléfono negro que según el secuestrador no funciona. Sin embargo, y hete aquí el elemento fantástico, a través del teléfono Finney escuchará a las víctimas anteriores del criminal. Entonces, si uno creía inicialmente que el teléfono estaría vinculado al sadismo del raptor, se llevará una sorpresa. Al respecto mediante su lograda dirección Derrickson logra inesperadamente que “saltemos” de la butaca en dos oportunidades. En El Teléfono Negro se observan algunos de los estilemas del realizador tales como el protagonismo de los niños/adolescentes en la acción, perversos villanos que ocultan su rostro tras peculiares máscaras y la presencia de lo pagano o religioso. Asimismo, la película construye una lograda ambientación y clima de época, cuyo mérito compartido es del diseño de producción de Patti Podesta (también directora de arte de Memento, 2000). Una de las pocas cuestiones que puede objetarse a la obra es quizás algunos cabos sueltos, principalmente ante el testimonio de una niña nos preguntamos ¿por qué la policía no siguió la pista de la camioneta negra? Ya hemos dicho antes que el largometraje posee una fuerte crítica a los adultos y la institución familiar, esbozando su mediocridad, inutilidad o incluso sus almas quebradas. Sin embargo, a pesar de este pequeño detalle que puede hacer tambalear la lógica si nos ponemos detallistas, la película dosifica muy bien la información, maneja con ritmo la incertidumbre y es sólida narrativamente. En conclusión, se destacan la performance de niña belicosa de Gwen, quien posee astucia y mucho feminist power, como también la potencia del clímax y su emotivo desenlace. La resolución del relato recurre a uno de los principios básicos del cine, el espectador audiovisual trabaja por acumulación. De este modo, Finney tomará lo mejor de cada niño que lo precedió para intentar vencer al raptor, evidenciando un acertado desarrollo del personaje. El joven protagonista ya no será el mismo después de permanecer secuestrado en ese sótano, que metafóricamente puede compararse el infierno… ¿Logrará Finney su resurrección ascendiendo hacia la superficie? Pues, tendrán que ver la película para saberlo.
El dibujante, su esposa, el vecino y el gurú Ya se estrenó en Argentina la nueva película de Santiago Mitre, Pequeña flor, una coproducción entre Argentina, Francia, Bélgica y España. Luego de su estreno en la ceremonia de apertura de la 23º edición del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente), tiene su estreno comercial Pequeña Flor (Petite fleur, 2022), dirigida por Santiago Mitre reconocido por sus largometrajes El estudiante (2011), La patota (2015) y La cordillera (2017). En esta ocasión el guión fue escrito por Mitre junto a Mariano Llinás, como en tantas otras ocasiones, y está basado en la novela de Iosi Havilio titulada Petite fleur jamais ne meurt (Pequeña flor nunca muere) publicada en 2017. En consecuencia, la transposición narra la historia del matrimonio compuesto por un hombre argentino José (Daniel Hendler) y una mujer francesa Lucie (Vimala Pons), quienes se han mudado a Francia hace algunos años. El filme comienza con el nacimiento del parto de la hija de ambos -en donde una voz over que luego sabremos a quien pertenece y que funciona como el narrador- marca la diferencia entre el rol paterno y el rol materno durante el nacimiento. De este modo al comienzo se representa un rol “pasivo” del padre y la función activa y sacrificada de la madre. Sin embargo, posteriormente cuando José es despedido de su empleo como dibujante, Lucie consigue trabajo y los roles familiares se invierten, ahora será José quien deberá quedarse en la casa y ocuparse de cuidar a su hija Antonia. Mientras antes se mostraba cómo Antonia no disfrutaba la comida de su madre y a su vez como Lucie padecía cuidarla, José tendrá éxito recíproco en dicha tarea. A partir de allí, comenzarán los problemas de pareja, incluida la falta de comunicación la cual es enfatizada en el filme porque José (el extranjero) a pesar de vivir allí parece negarse a aprender francés, y a su vez Lucie dice “las cosas importantes”. El largometraje narra todas estas discusiones de pareja con un tono acerado de sarcasmo que produce gracia en el espectador. Dicha poética será enfatizada por el “humor negro” que se desatará a partir de la propuesta original del relato: inesperadamente José matará a su vecino Jean-Claude, un detestable snob -y fanático de la música de Jazz, de allí proviene el título del filme-, una y otra vez encontrando placer en el asunto. Este elemento es el más acertado del filme, es una buena idea pero que lamentablemente según avance la acción perderá potencia. En paralelo Lucie, quien también padece cierto vacío o falta de conexión con José, acude a un peculiar psicoanalista cuyo grupo terapéutico funciona como una especie de secta y éste como un “gurú espiritual”. En consecuencia, a pesar de que se reconoce que el relato esboza planteos inquietantes y cuestionadores sobre la rutina, las relaciones de pareja y la llegada a la misma de los hijos, sin embargo, carece de conmoción y lamentablemente en su desenlace parece desdibujarse no produciendo asombro en el público, resultando algo monótono. En conclusión, se valora la intención de la obra con una propuesta distinta a través de un peculiar humor irónico, una poética crítica a los roles tradicionales y las verosímiles actuaciones de sus intérpretes para una representación que es universal, puesto que podría situarse y producir identificación en cualquier tiempo y espacio. Por Denise Pieniazek Ficha Técnica Origen: Argentina/Francia/ Bélgica/ España. Año: 2022. Dirección: Santiago Mitre. Guión: Santiago Mitre y Mariano Llinás basado en la novela de Iosi Havilio. Elenco: Daniel Hendler, Vimala Pons, Sergi López, Melvil Poupaud, Françoise Lebrun, Éric Caravaca, Hervé Vilard, Amapola Golzman, Calypso Roure, Jean-Luc Piraux. Dirección de Arte: Pierre-François Limbosch . Dirección de Fotografía: Javier Julia. Montaje: Andres P. Estrada, Alejo Moguillansky. Música: Gabriel Chwojnik. Producción: Didar Domehri y Agustina Llambi-Campbell. Duración: 98 minutos. Fecha Estreno en Argentina: 23/6/2022. Distribución: Maco Cine.
El origen del guardián espacial Luego de cuatro largometrajes de Toy Story y algunas producciones televisivas, ha llegado a las salas de cine Lightyear (2022). La propuesta inicia sobreimprimiendo la frase “En 1995 Andy recibió un juguete de su película favorita… Ésta es esa película”. De este modo metadiscursivo el relato anuncia que se trata de una especie de precuela (o más precisamente un spin-off) que narra la historia de origen del personaje de Buzz Lightyear. La presente película animada, dirigida por Angus MacLane, aquel de Buscando a Dory (2016) y el corto Toy Story de Terror (2013), quien escribió el guión junto a Matthew Aldrich (Coco, 2017) y Jason Headley (Unidos, 2020), se enmarca dentro del género de la ciencia ficción. Después de un infortunio tras intentar explorar un planeta desconocido rico en recursos, Lightyear (con la voz de Chris Evans), su comandante y amiga Alisha Hawthorne (Uzo Aduba) y toda la tripulación quedan varados allí a 4.2 millones de años luz de la Tierra. Tras sentirse responsable por lo ocurrido, Lightyear emprende viajes experimentales con el fin de alcanzar más velocidad para poder retornar al planeta de origen. El problema es que al realizar los viajes se produce una “dilatación temporal”, por ende, mientras el tiempo de Buzz se ralentiza cuando viaja, el tiempo del resto sigue transcurriendo. Como resultado, el protagonista debe enfrentarse a la soledad y la pérdida de sus afectos. En dicho sentido, la película ofrece momentos emotivos y subraya el carácter humano de Lightyear (por ello no era imprescindible recurrir a la voz de Tim Allen), pues ya no estamos frente a un juguete “ególatra” sino ante un astronauta que debe enfrentar problemas reales y existenciales. En este viaje de autoconocimiento, el héroe se tornará vulnerable y aprenderá lo que siempre le costó, trabajar en equipo. Esta cuestión es la moraleja principal que desea transmitir la obra, porque “lograr grandes cosas requiere de la colaboración de numerosas personas: se trata realmente de un trabajo en equipo”, al igual que la dedicación en grupo que implica la realización de una película. El colectivo está conformado por “marginados” e incluye a una ex convicta, pero también será de la partida Sox, un adorable gato-robot. Este personaje, como se suele decir popularmente, se roba la película, puesto que es un eficaz comic relief con la mezcla justa de simpatía y ternura. Quienes estén esperando un producto similar a Toy Story (1995) no estarán del todo conformes porque este relato acertadamente se desprende de sus predecesoras, contando una nueva historia que poco tiene que ver con la anterior. Solo recurre lo justo y necesario a Toy Story (dirigida por John Lasseter, quien escribió el guión original junto con Pete Docter y Andrew Stanton) y sobre todo tiene guiños para con Toy Story 2 (1999) y el villano Zurg (Josh Brolin), además del latiguillo “to infinity and beyond” (“al infinito y más allá”), que aquí más que carga cómica posee un tono emotivo, incluso hay un plano que remite metafóricamente a los dedos de la obra pictórica de Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina. También hay algunos elementos que remiten a clásicos intergalácticos de la cultura popular como Star Wars y Star Trek y a las viejas consolas de video juegos (al respecto hay un chiste atinado orientado a los adultos -quizás ya padres- que verán el film). La animación incluye con austeridad varias cuestiones explotadas por el cine mainstream actual, elementos cercanos al multiverso, los problemas temporales y las aventuras galácticas. Además, a tono con la “corrección política” actual, esa que Disney pretende homologar de forma superflua en todas sus producciones, la representación en Lightyear de la homosexualidad, a través de una pareja de lesbianas integrada por Alisha (una comandante de ascendencia afroamericana) y su esposa (con rasgos “exóticos”), no resulta forzada. En esta ocasión se reconoce que el gesto, a pesar del cliché y la saturación de la superposición de minorías sociales, las sexuales o las étnicas, tiene la osadía de incluir un beso en una producción ATP y mostrar una familia diversa compuesta por dos madres y un hijo, otorgando un mensaje de inclusión social. Dicha escena fue reincorporada tras el escándalo mediático, cuando los empleados de Pixar presentaron una carta criticando a la compañía por censurar el “afecto abiertamente homosexual”, misiva cuyo origen fue el intento fallido de Disney de eliminarla del film. Sin embargo, lamentablemente el estreno de Lightyear fue prohibido en algunos países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Líbano, Egipto, Jordania, Malasia, Indonesia, China, Kuwait, Omar, Qatar y Bahréin. Finalmente, la narración ofrece un buen equilibrio entre los momentos emotivos y la comicidad, aunque por momentos el desarrollo de la acción se ve entorpecido por abusar del recurso de colocarle dificultades constantes al protagonista, lo cual se torna algo reiterativo. En conclusión, a pesar de este desatino, Lightyear es una propuesta muy entretenida tanto para grandes como para chicos que resulta más graciosa en su idioma original, aunque los remates no pierden su efectividad en el doblaje al español. Por último, recuerden que posee tres escenas extras post créditos, dos gags y algo que parece dejar la puerta abierta para una secuela. En suma, para los amantes del detrás de escena se recomienda ver el documental de corta duración Más Allá del Infinito: Buzz y el Viaje hacia Lightyear (2022), disponible en Disney Plus.
"La Usurpadora" Ya se encuentra en cartel la peculiar película argentina Cadáver exquisito, protagonizada por una convincente Sofía Gala Castiglione. Por Denise Pieniazek Cadáver Exquisito es el primer largometraje de ficción de la directora Lucía Vassallo -La Cárcel del Fin del Mundo, Línea 137 y Transoceánicas- cuyo guión escribió junto a Sebastián Cortés. La película narra la historia de amor entre Blanca (Nieves Villalba) y Clara (Sofía Gala Castiglione), pero tiene la particularidad de hacerlo a través de la fusión de géneros cinematográficos como el thriller psicológico y el drama, incluso cuenta con elementos residuales pero característicos del melodrama. Desde su inicio la acción plantea que la joven Clara, encuentra a su novia desvanecida en la bañera sin comprender qué ha ocurrido. En consecuencia, Blanca es hospitalizada y permanece en estado de coma. A partir de allí, el relato, que desde su inicio recurre a los vaivenes temporales, construye su estructura como una especie de rompecabezas que va dosificando la información del pasado y presente de las protagonistas poco a poco. El espectador accede a la información y su acumulación a través del punto de vista de Clara, quien intenta lidiar con la tragedia de perder a su amada. En el devenir del estatuto del personaje de Clara, tras no poder concebir la posibilidad de vivir sin su pareja, ésta se apoyará en los recuerdos, pero también en una obsesión cuyo nivel de posesión va un paso más allá, hasta llegar a una total transmutación identitaria. Recapitulando, Cadáver Exquisito es una obra cuyos ejes temáticos son el amor, la pérdida, la soledad y la muerte (ya sea de otro o del yo). En dicho sentido, resulta interesante vincular el filme al mito de la antigüedad griega sobre las “almas gemelas”. Según dicha creencia el hombre y mujer eran un solo cuerpo que conformaban un ser “andrógino”, una entidad muy poderosa, por lo cual Zeus (Dios del olimpo) decidió partirlo por la mitad con un rayo. Tras pasar por el río Leteo (el río del olvido) las almas se olvidarán y deberán volver a buscarse en la tierra, con el fin de reencontrar su otra mitad. Si bien este mito plantea el amor entendido en términos heterosexuales mientras que la película en cuestión representa una relación homosexual, el cuerpo de la no azarosamente llamada Blanca, una mujer albina y de apariencia andrógina, hace que esta relación intertextual resulte pertinente. Asimismo, el amor obsesivo de Clara (nuevamente la elección adrede del nombre) y al no poder ya poseer a Blanca, su deseo desmedido la incita a volverse ella misma en cuerpo y alma. Incluso, reflexionando sobre la cuestión del río Leteo, en la obra es de vital importancia el cuerpo sumergido en el agua. Primero el cuerpo de Blanca en la bañadera -de un baño totalmente blanco, como metáfora del linde entre la conexión de la vida y la muerte- y luego el cuerpo de Clara ya transformado en ese mismo espacio, un alma que ha olvidado su vida anterior para convertirse por completo en la identidad de su amada. Al respecto, también resulta atinado mencionar el juego constante que el relato realiza con la figura del doble femenino entre Blanca y Clara, el cual está anclado a la tradición del cine clásico. Del mismo modo, la cuestión de la blancura como metáfora de lo fantasmagórico, como aquel límite frágil entre la vida y la muerte, de aquella la presencia-ausencia. Clara irá transformando su aspecto de a poco, primero desde el vestuario oscuro, luego sus uñas y el maquillaje -donde debe destacarse el trabajo realizado por Florencia Grosso-, después su cabello, hasta llegar finalmente a las prácticas que Blanca ejercía, desde la danza Butoh al sadomasoquismo. La elección de este tipo de danza no es aleatoria, sino que se corresponde porque sus temas suelen vincularse a la identidad, el caos, la ansiedad y porque realiza críticas sobre la construcción del género y la orientación sexual, donde a través del lenguaje corporal se expresan cuestiones que exceden al lenguaje verbal, por eso es llamada “danza de descendimiento en la oscuridad”. Algo muy similar a lo que le sucede internamente al personaje de Clara, quien mientras más se aclara por fuera, más oscura se torna por dentro. Incluso cuanto más se acerca Clara a poseer la identidad de Blanca, más putrefacto y cadavérico se vuelve el cuerpo de Blanca en estado de coma. Los paralelismos que traza el filme y su tono de misterio, dan como resultado un universo diegético en el que la perversión -quizás queer- logra manifestarse y hacerse presente. Clara mediante collages de papel que realiza con fotos de Blanca, y su posterior corporeización en una entidad, termina por yuxtaponer las identidades de ambas mujeres. En conclusión, si bien pierde algo de potencia o sorpresa en su desenlace Cadáver Exquisito es una propuesta distinta dentro del cine argentino, ideal para quien decida entregarse a un relato por fuera de lo usual.
Ha llegado a las salas de cine JURASSIC WORLD DOMINION (2022) la tercera entrega de esta trilogía y segunda parte de la saga completa de Jurassic Park que inició en 1993. La presente película es la clausura del universo que Steven Spielberg llevó a la pantalla grande junto al guión de David Koepp quien realizó la transposición de la novela homónima de ciencia ficción escrita por Michael Crichton. Conforme el paso del tiempo y sus nuevos largometrajes (recordemos que son seis en total) la calidad y profundidad narrativa fue cayendo cada vez más, al igual que la solidez en la verosimilitud del universo diegético. Jurassic World Dominion reúne al cast de la primera trilogía con la segunda, con el fin de brindar el "fan service" dando lugar al esperado encuentro entre el triángulo compuesto por Alan Grant (Sam Neill), Ellie Sattler (Laura Dern), Ian Malcolm (Jeff Goldblum) con el segundo triángulo del esquema de personajes integrado por Owen (Chris Pratt), Claire (interpretada por una sobreactuada Bryce Dallas Howard) y la pequeña Maise. Aunque la aparición de los personajes en escena y su interacción posee lógica, el argumento y su espectiva ejecución en pantalla deja bastante que desear. A pesar del esperado sistema de estrellas, sus primeros planos exponen con evidencia los recursos del dispositivo cinematográfico que lo único que hacen es entorpecer el relato. Del mismo modo, subraya lo evidente al realizar pausas innecesarias, por ejemplo en miradas entre los personajes, cuyo resultado es interrumpir patéticamente la acción y cortar toda posibilidad de conexión del espectador. A pesar del regreso a la dirección de Trevorrow, el devenir del relato está lleno de resoluciones forzadas constantemente. Aunque el filme se apoya en la tradicional dicotomia entre buenos y malos, en especial un villano central, y sobre los peligros que el abuso del poder y la ciencia pueden causar, la fórmula esta vez no resulta eficaz, ni siquiera como mero entretenimiento. En conclusión, sólo queda por destacar el logrado uso del CGI en los dinosaurios y el plano dentro del círculo al Rex formando el característico logotipo.
"Los hombres también lloran" Después de su reciente premiere mundial en el Festival de Cine de Cannes, ha llegado a las salas de cine argentinas Top Gun Maverick, secuela del exitoso filme protagonizado por Tom Cruise. “Algunos de nosotros tenemos grandes pistas ya construidas para nosotros. Si no tienes una, date cuenta de que es tu responsabilidad agarrar una pala y construir una para ti y para aquellos que te seguirán.” Amelia Earhart Más de treinta años después de Top Gun (1986) dirigida por Tony Scott, quien falleció en el 2012, una de las razones por las cuales el proyecto iniciado en 2010 se demoró, llega su secuela titulada Top Gun Marverick (2022). Esta nueva entrega realizada por Joseph Kosinski y protagonizada nuevamente por Tom Cruise, en uno de los roles más célebres de su carrera actoral, es dedicada a la memoria de Tony Scott. El nuevo largometraje mantiene el espíritu de Top Gun, una película que sin dudas se destacó en la década del ´80, al igual que su emblemático soundtrack, logrando quedar en el recuerdo de varias generaciones que crecieron con dicho filme, ya sea a través del cine o posteriormente mediante la televisión. Generalmente se dice que las segundas partes no son buenas, sin embargo, Top Gun Maverick (2022) es afortunadamente una excepción a dicha regla, incluso se considera que en cuanto al nivel de la acción y la intriga quizás hasta sea superadora. Esto quizás se deba en parte a su lograda actualización, la cual logra agiornar acertadamente la esencia de Top Gun. Por otro lado, la excelencia técnica de su filmación junto a las escenas rodadas especialmente para salas de cine IMAX, sin dudas hacen la diferencia en cuanto al efecto de realismo imprescindible en las escenas aéreas y de acción. Pero no es sólo cuestión de la técnica, el guión y la acertada visión actual del protagonista por parte de Tom Cruise (también productor del filme) hacen la verdadera diferencia. En Top Gun Marverick, Pete Mitchell, conocido por sus colegas como “Maverick” (Cruise)- cuya traducción al español significa disidente- continúa siendo un rebelde que se rehúsa a ascender en su carrera dentro de las fuerzas aéreas de la marina norteamericana. Todo cambia cuando es llamado por un superior (Jon Hamm), para cumplir con una misión, que dista de lo que él espera, debiendo regresar para ello a Top Gun donde deberá enfrentarse con los “fantasmas” del pasado, entre ellos el hijo de su fallecido colega Goose. La tarea de Maverick, que involucra a la OTAN, consiste en capacitar a un grupo de élite de jóvenes pilotos, cuyo target a eliminar se encuentra en una sede de complicado acceso, cuya pertenencia geopolítica no se explicita ni profundiza. Al parecer, el relato opta por no involucrarse en cuestiones políticas actuales, sino en resaltar el carácter humano y sentimental de la cuestión. La única mención que se hace al respecto es al condensar información sobre el pasado de Maverick quien ha servido en Bosnia e Irak. Es pertinente al analizar la obra, reflexionar sobre el texto-estrella de Cruise como un ícono de masculinidad heroica configurada principalmente dentro del género de acción. Tal como pronuncia dentro de la narración el personaje que interpreta convincentemente Ed Harris, Maverick es un piloto del cual “su especie está en extinción”. Esta misma idea puede trasladarse a la carrera actoral de Cruise, que es uno de los últimos héroes de acción cinematográficos de su generación, quien, con sagas de hitos de su carrera, mantiene vigente las expectativas de sus fans. En este caso, de la que ocupa la octava posición en su filmografía que actualmente data de cincuenta rodajes aproximadamente. En dicho sentido, la rebeldía constitutiva de la psicología del personaje sigue vigente, pero alcanza su madurez en paralelo con la del actor. Uno de los aciertos de Top Gun Marverick es el coherente y verosímil desarrollo del estatuto de protagonista después de treinta años. De igual modo, la participación especial de Val Kilmer repitiendo su papel de Tom “Iceman” Kazansky, ahora almirante detrás de la reasignación de Maverick, también acerca la ficción a la realidad al tener que interpretar a un hombre enfermo y, en lamentablemente, el ocaso de su carrera. La fusión de ambos estrellatos se plasmará en un abrazo entre Iceman y Maverick que conmueve cálidamente al espectador, sin caer en el fan service banal. Mientras que en Top Gun se representaba una masculinidad asociada a la rudeza, el exitismo y el heroísmo, en Top Gun Maverick la milicia es construida desde la emoción y la fraternidad. En el pasado la tradición intentaba perpetuar que “los hombres no lloran”, y mucho menos los hombres del servicio militar. En contraposición, en el presente filme no sólo todo rango de integrantes del ejército se emociona hasta las lágrimas, sino también se apela a la empatía y sensibilidad del público. Asimismo, a tono con la ideología actual la película se actualiza representando un equipo de aviadores diverso, compuesto por hombres y mujeres de distinta procedencia étnica y cultural, sin caer afortunadamente en la obviedad ni en el exceso de la falsa corrección política actual que presentan algunas producciones del mainstream. En conclusión, mediante su dinámico ritmo -tanto desde la acción como desde el montaje-, su constante emoción y energía, su acertada dosificación de la información y logrando construir dos clímax tensionales, Top Gun Maverick es una propuesta entretenida y llena de emoción que merece ser vista en la experiencia que solo una sala de cine puede enaltecer.
"La saga del infinito, entre la hechicería y la magia negra" En primer lugar, es recomendable antes de ver la secuela de Doctor Strange (2016), haber visto también la miniserie televisiva WandaVision (2021), la tercera entrega de Spider-Man: No way home (2021), Avengers: Infinity War (2018), Avengers: Endgame (2019) y, por último, y en menor medida, la serie animada What if…? (2021). Puesto que Doctor Strange en el multiverso de la locura(Doctor Strange in the Multiverse of Madness, 2022) inicia su acción retomando los desenlaces de Spider-Man: No way home yWandaVision, ampliando en consecuencia el concepto y funcionamiento del multiverso allí planteados. Tal como era de esperarse, si se considera la evidente explotación del mainstream actual -y futuro- y particularmente de esta cuarta fase del MCU (Marvel Cinematic Universe). En Doctor Strange en el multiverso de la locura,Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) deberá viajar a través de los distintos multiversos, acompañado de su fiel colega hechicero Wong (Benedict Wong), con el fin de proteger la vida de la joven América Chávez (Xochitl Gómez) que tiene la extraordinaria capacidad de atravesar cada uno de estos espacios temporales. Quien presenta una amenaza para la existencia de América es inesperadamente Wanda Maximoff /The Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), antigua aliada de los Avengers. Todo se debe a que Wanda tiene en su posesión el Darkhold, “el libro de los condenados” con hechizos de magia negra, que corrompen el alma de quien los utiliza y está poniendo en peligro no sólo la vida de América, sino también del universo. En consecuencia, este enfrentamiento entre Scarlet Witch y Doctor Strange, realiza una diferenciación entre la brujería y la hechicería respectivamente. Porque si hay algo que distingue a este comic de Marvel de otros, es la presencia del misticismo. Ahora bien, se desea hacer un paréntesis para analizar desde la perspectiva de género el tratamiento de The Scarlet Witch (La Bruja Escarlata), quien incluso en una secuencia dado su aspecto parece la mismísima Carrie (1976). Resulta pertinente recordar que, según la ideología patriarcal dominante del medioevo, las mujeres catalogadas como brujas eran vistas como una amenaza para la sociedad y por ello terminaban asesinadas en la hoguera. Esto se debía a que ellas tenían conocimiento de anatomía, de botánica y creaban recetas para curar. Lo cual fue malinterpretado como un “poder del Diablo”, ya que, por ejemplo, ese saber posibilitaba ejercer una sexualidad más libre que ponía en riesgo ese orden masculino.La escena de la hoguera tuvo una pequeña aparición en WandaVision, mediante un enfrentamiento entre dos brujas. Pero, retomando el filme en cuestión, afortunadamente su desarrollo del estatuto del personaje de Scarlet Witch, otorga cierto sentimentalismo y redención, no pudiendo entonces enmarcar su representación como totalmente peyorativa. Incluso hay un parlamento empoderado de Wanda dirigido a Strange que expresa: “vos rompes las reglas y te convertís en un héroe, yo lo hago y me vuelvo el enemigo, no parece justo”, marcando implícitamente esa desigualdad de género. Por otro lado, se distancia de la representación de la tradición literaria de una bruja con “aspecto feo”, para por el contrario ser figurada aquí mediante la belleza canónica de Olsen. Asimismo, al tener una protagonista femenina tan potente, hay varias batallas que se reducen a un enfrentamiento entre mujeres. En adición, a tono con la corrección política actual, el personaje de América Chávez es hija de una pareja de lesbianas. En su caracterización -al igual que en su nombre mitad norteamericano y mitad latino- puede observarse que ella viste una campera de jean con estrellas blancas (como la bandera de Estados Unidos), que a su vez posee un prendedor con una bandera similar a la de Puerto Rico, pero con los multicolores icónicos del colectivo LGTBIQ. Por otro lado, a diferencia de otras películas del género cinematográfico de superhéroes, esta entrega no está dirigida a un público familiar debido a su temática vinculada a la magia negra y el ocultismo, y específicamente a las consecuencias caóticas y por momentos hasta violentas de la magia. Al respecto, es evidente a través de su estética oscura y al manejo del suspenso, la presencia de la dirección de Sam Raimi, reconocido por sus obras del género de terror, como Evil Dead (1981) y Darkman (1990). Pero dada la ocasión es pertinente recordar también que es el director de la saga de Spider-Man (2002-2007). Sin embargo, respecto a la inclusión de lo terrorífico se considera que hay un uso desmedido o desatinado del CGI en cuanto a las criaturas o efectos especiales, que le quita solidez al relato, junto con la reiteración de algunos recursos. En oposición, se destaca una bella escena de enfrentamiento, donde las artes místicas se mezclan con las artes sonoras, en una pelea que incluye utilizar notas musicales salidas de un pentagrama. En conclusión, Doctor Strange en el multiverso de la locura logra encaminarse gracias tanto al dinamismo de la acción como a la solidez interpretativa del dueto actoral compuesto por Cumberbatch y Olsen. Ambos protagonistas poseen profundidad psicológica y mantienen aspectos fieles de los comics surgidos en la década del ´60. Tal es así que Wanda constantemente deberá debatirse internamente entre el “bien y el mal”, entre su lado humano y el lado de la Bruja Escarlata, como es propio de su origen de X-Men (tal como le sucedía a Jean Grey/Phoenix), aportando así los momentos emotivos al filme. Finalmente, puede decirse que el resultado es entretenido, pero no asombra, cumple con su cuota de divertimento, pero no logra superar las grandes expectativas que un personaje tan interesante como Doctor Strange nos ha demostrado en otras ocasiones puede ofrecer. Por último, como es de esperarse tiene su momento de “fan service” y también posee dos escenas extras post-créditos, como es propio de Marvel una secuencia que deja expectativa con lo que vendrá y un gag final.
Después de 6 exitosas temporadas de la serie Downton Abbey (2010-2015) creada por Julian Fellowes, cuya ambientación abarcaba desde 1912 hasta 1926, llega al cine la secuela de la película homónima del 2019. Este segundo largometraje titulado Downton Abbey: Una nueva era (2022), continúa la historia de la familia de la aristocracia británica Grantham y su servicio doméstico en el Country House de Yorkshire. "La nueva era" propone ese traspaso generacional que brindaba el desenlace de la primera entrega, en donde el matriarcado de Violet (Maggie Smith) -con su carácter orgulloso propio de la Belle Epoque- pasa a manos de la joven Lady Mary (M. Dockery) como la nueva rectora de Downton Abbey, quien tomará las decisiones en un contexto que sigue cambiando. La narración alterna entre dos espacios, por un lado los hechos que acontecen en Downton Abbey, donde Mary ante necesidades económicas para mantener en condiciones el palacio acepta que se filme una película allí. Por otro lado, el sur de Francia donde al parecer Violet ha heredado una villa costera producto de un misterio en su pasado que el relato se encargará de ir develando poco a poco. Esta gran apuesta a una producción de época además de otorgar deleite visual, aporta comicidad a la trama al recurrir al cine en el cine para reflexionar sobre el pasaje del cine silente al sonoro. Sin embargo, esto ya fue profundozado en películas como Singin' in the rain (1952) o The Artist (2011). En conclusión, se considera que el film es más entretenido y dinámico que el anterior y dejará satisfechos a los fans de la serie.
"El jefe funcional al sistema" Luego de su estreno en Argentina en la octava muestra de cine español Espanoramas, ahora tiene su estreno comercial la película El buen patrón. El buen patrón (2021) ganadora de seis premios Goya, es la última película escrita y dirigida por Fernando León de Aranoa (A Perfect Day, Loving Pablo, Los lunes al sol, Familia). El largometraje es protagonizado por Javier Bardem quien interpreta a Blanco, el dueño y jefe de una empresa que fabrica balanzas industriales, que se encuentra a la espera de un comité que evaluará el desempeño de la fábrica, por la terna de un premio. El conflicto se desarrolla cuando un empleado (Óscar de la Fuente) que ha sido despedido monta un campamento como protesta frente a la empresa, lo cual se opone a la imagen que Blanco asiduamente pretende comunicar. A su vez, según avanza el relato se desarrollan varios conflictos que involucran a otros empleados de la fábrica y a la vida personal del protagonista, quien se encontrará bajo tensión constante y creciente, pero es una preocupación que en la mayoría de los casos él mismo ha provocado. Al inicio de El buen patrón Blanco da un discurso que a medida que avance la acción, la narración se ocupará de deslegitimar al igual que el slogan de la empresa -que no casualmente fabrica básculas- “Esfuerzo, equilibrio, fidelidad”. Asimismo, uno de los aspectos interesantes de la película es el devenir del estatuto del personaje de Blanco. Aquel apellido, Blanco, cuyo color representa simbólicamente la pureza, lo pacífico y la inocencia, se irá manchando conforme las acciones del protagonista, sus manipulaciones y su pérdida de equilibrio. A pesar de ello, contará reiteradamente con la ayuda de Fortuna (Celso Bugallo), uno de sus empleados más antiguos, y por eso esté, quizás, la “suerte” de su lado. En consecuencia, el guión no representa de forma superflua personajes estereotipados o chatos, sino que describe personajes con matices y ambigüedades. Por lo tanto, no hay una clásica dicotomía entre buenos y malos, sino planteos morales de un esquema actancial que problematiza las relaciones del sistema y modo de producción capitalista. El buen patrón representa una crítica al capitalismo, pero también a la hipocresía general de la sociedad actual. En la película se esbozan toda clase de bajezas humanas, y hasta donde están dispuestos también a llegar los personajes secundarios con tal de obtener lo que desean. Y aunque por supuesto la ética del jefe de la empresa es el centro de la acción, también se construye en una segunda línea cómo algunos de los personajes aprovechan su cuota de poder con ideales igualmente cuestionables. Como resultado se obtiene una especie de microcosmos darwiniano y marxista que plantea la supervivencia del más apto en un mundo voraz, sin lugar para los “débiles”. Por último, El buen patrón alterna el drama con la comicidad, mediante chistes muy efectivos. Sobre todo, porque cada uno de ellos expresa cuestiones muy reales, como cuando las esposas de dos empresarios, incluido Blanco, se burlan de su discurso de hacerse de abajo al pronunciar “pero si ambos heredaron las empresas de sus padres”. Pero no es sólo los bienes y ser de la clase dominante lo que han heredado de sus padres, sino también toda una ideología de acomodar las cuestiones a conveniencia, donde parece ser que a la justicia se le ha corrido la venda de los ojos. En conclusión, mediante un relato muy entretenido y sólido, la película expone la circularidad sin fin de un sistema desigual en donde reina la hipocresía y las apariencias de la falsa corrección política actual.
La arqueología del saber Ya se encuentra en cartelera Las Rojas (2021), la nueva película de Matías Lucchesi –Ciencias Naturales (2015) y El Pampero (2017)- que une por primera vez en la pantalla a las actrices Mercedes Morán y Natalia Oreiro, quienes logran un sólido y convincente dueto interpretativo. La acción se sitúa en la provincia argentina de Mendoza, en los escenarios naturales de Uspallata y Potrerillos, donde en un campamento alejado y de difícil acceso, Carlota (Morán), una legitimada paleontóloga, guarda un secreto. En sus épocas doradas Carlota ha sido reconocida por hallar los restos fósiles de aparentemente un grifo, una criatura mitológica cuya parte frontal es la de un águila gigante, con garras poderosas, y su parte posterior la de un león con patas fornidas y una extensa cola, cuyo descubrimiento comparte a cuentagotas con la comunidad científica. En dicho sentido, el guión escrito por Mariano Llinás y Lucchesi parece adherir a la hipótesis moderna que vincula el origen de los grifos a restos fósiles de criaturas prehistóricas, convirtiéndolos en seres mitológicos a falta de un referente real. Todo cambiará al llegar al campamento Constanza (Oreiro), una joven paleontóloga enviada por la fundación que financia el proyecto con el fin de supervisar y generar un informe sobre la investigación de Carlota, cuya reputación y desempeño actual son cuestionados. Al comienzo, debido a sus diferencias pragmáticas, metódicas y hasta generacionales, ambas mujeres tendrán un vínculo áspero, lo cual se transformará al incorporarse al escenario un tercer paleontólogo que completa el triángulo que forma el esquema actancial, Freddy (Diego Velázquez). A partir de allí se enfatizarán los elementos de este western local, en donde el personaje de Constanza oscilará entre la credibilidad y desconfianza de sus colegas. Este triángulo protagónico está compuesto por un dueto de mujeres belicosas, obstinadas, protectoras y bienintencionadas -nótese este juego del doble propio del cine tradicional, no sólo en cuento al género y la profesión sino porque ambas comparten la misma inicial en su nombre- que en contraposición es completado por Freddy, quien es definido peyorativamente por Carlota como un guaquero (ladrón de hallazgos). En la otra orilla en lo que atañe al género femenino de ellas, es la masculinidad la que representa en el film la amenaza y la codicia. Pero no todos los hombres son “malos”, también se encuentra Isidro (Alberto Leiva), un lugareño y aliado fiel de Carlota. La película logra mantener intrigado al espectador constantemente, quien, al igual que los personajes, quiere develar el misterio que existe en las montañas Las Rojas. Asimismo, la narración consigue sostener la tensión permanente entre los protagonistas. En dicho sentido, sin profundizar en un desenlace que no se desea desenmascarar porque posee un logrado y parpadeante efecto sorpresa, se puede aseverar que lo que a priori se creía enmarcado dentro del western y del drama incluirá también elementos del género fantástico, por lo cual no tiene sentido encasillar al film dentro de un género determinado. Por último, resulta interesante el juego que realiza Las Rojas respecto a la diferencia del saber entre Carlota y Constanza, siendo Carlota con su sabiduría empírea la que posee el conocimiento. Todo ello se potencia a través de la moraleja del desenlace, cuando Carlota manifiesta “¿viste que no sabemos nada?”. En consecuencia, se podría catalogar a Carlota como el personaje delegado del relato, es decir, la encargada de impartir la tesis social que expone una crítica del mundo materialista y su codicia, en favor del respeto por lo autóctono y la naturaleza. En conclusión, Las Rojas es una lograda, refrescante y seria propuesta del cine argentino que atrapa al espectador de principio a fin mediante una historia consistente y entretenida, pero a la cual quizás le falte un pequeño plus para conmover a largo plazo.