Pinocho de Guillermo del Toro Basado en el cuento clásico de Carlo Collodi, Pinocho de Guillermo del Toro es un musical que sigue el viaje de un niño de madera que es traído a la vida mágicamente gracias al deseo de un padre. La historia está ambientada durante el ascenso del fascismo de Mussolini en Italia. Es una historia de amor y desobediencia, mientras Pinocho lucha por estar a la altura de las expectativas de su padre. Otra película que pudimos ver anticipadamente y en pantalla grande, a pesar que dentro de poco estará en Netflix. Visualmente deslumbrante, graciosa y triste a la vez, con una bajada de línea política expresa y una maravillosa selección de voces (el grillo de Ewan McGregor se roba todo), Pinocho nunca fue retratado de la manera que lo hicimos gracias al matiz del gigante del Toro.
No te preocupes cariño: Living la vida loca Solo se trata de vivir Sin dudas, la película del escándalo en este 2022… ¿por sus actuaciones? ¿su historia? ¿reivindicaciones políticas o sociales? No, sólo porque fue dirigida por una mujer y eso habilita que se haga todo un Intrusos en el espectáculo detrás, que poco habla de la película en sí. Entonces, detrás del humo: ¿está bien No te preocupes cariño? ¿De qué va? Alice (Pugh) y Jack (Styles) son una pareja afortunada de vivir en la comunidad idealizada de Victory, una población experimental de una compañía en donde habitan los hombres, con sus familias, que trabajan en un proyecto ultrasecreto. El optimismo social de los años 50 fomentado por su CEO, Frank (Pine) —un empresario visionario y coach de vida motivacional— es el ancla de cada aspecto de la cotidianidad en la utopía en el desierto, formada por una comunidad estrechamente unida. La vida es perfecta y la compañía cubre con todas y cada una de las necesidades de los residentes. Lo único que pide a cambio es discreción y compromiso incuestionable a la causa Victory. No te preocupes cariño terminó siendo reconocida no tanto como la segunda película como directora de Olivia Wilde (que venía de esa maravilla llamada Booksmart en 2019), ni otro protagónico de la estrella ascendente Florence Pugh, o por el asentamiento en las grandes ligas del multifacético Harry Styles… no, se volvió viral por amoríos, peleas, y un escupitajo que quedará para siempre como ejemplo del efecto Mandela. Pero detrás de todo eso (que repito, no importaría nada si fuese un hombre el que dirigía) es otro gran peldaño en la escalera de Wilde como directora, logrando una extrañeza y atención basada en un gran trabajo de arte (de lo mejor de la película), actuaciones efectivas y el mantenimiento de un misterio que se cae bastante para el tercer acto, pero que durante más de la mitad de la cinta funciona de maravillas. Estamos frente a una suerte de episodio doble de La dimensión desconocida, en donde desde el principio hay algo que no está bien. Sí, Alice y Jack se re aman y tienen sexo a lo loco a cada rato. Parecen no preocuparse por nada, salvo no preguntar que pasa más allá de los límites marcados. Como si viviesen en una suerte de casa de muñecas, la realidad comienza a resquebrajar lo que daban por hecho y las preguntas y las dudas florecen hasta volverse fatales. Pugh lleva el protagonismo con el brillo que la caracteriza. Cuando juega a la sensualidad es un fuego, cuando tiene miedo da ganas de abrazarla, y cuando se enfrenta a lo imposible parece llevarse el mundo por delante. Sus modos y maneras para adaptarse a esta distopía de los 50´s yanquis le quedan pintados. Pero en ese barrio de silencios cómplices e ignorancias necesarias viven varias familias que demuestran lo frágil y entregada que es la humanidad ante un poder que los puede controlar dándoles lo que necesitan. Estamos frente al esquema de contención que tan bien explicitó el escritor británico Aldous Huxley en Brave New World, ese libro distópico pero cada vez más real. Con drogas, comida y sexo no es necesario nada más. En el medio de todo esto, un jefe que es más un controlador de estas nuevas religiones new age, interpretado por Chris Pine, que a través de las promesas con las palabras justas, y el control farmacológico de un doctor a su disposición (con muchas reminiscencias a Mengele), mantiene activa a la comunidad a base de discursos motivacionales que harían acabarse encima a Durán Barba. Y en el medio lo más importante, lo único que nos queda: la verdad. ¿Se puede sostener algo a través de mucho tiempo si sus cimientos son la mentira? ¿Se le puede mentir a todos todo el tiempo? ¿Cuál es el secreto de Victory? Mientras el enfrentamiento entre el líder motivacional y la esposa cansada crece, las capas de cebolla que encierran lo no dicho comienzan a mostrar su verdadero rostro. No te preocupes cariño tiene varios niveles de lectura, y se posiciona fuertemente en conversaciones que se mantienen más frescas que nunca; lo que también explica lo que sucedió alrededor de la película. Sin olvidar volver a mencionar que su tercer acto se siente desinflado producto de toda la expectativa generada en sus dos actos anteriores, el segundo opus de Olivia Wilde tiene elementos y secuencias que auguran una gran carrera como directora. Aunque no le perdonamos que haya abandona a Ted Lasso. Si te gustan las distopías, el misterio, la ciencia ficción, los cultos y la cultura yanqui de los 50´s, ésta sin dudas es la película para vos.
Tamae Garateguy es una directora todo terreno, arrancó su carrera con UPA! Una película argentina (en 2007) y fue alternando su recorrido con jugados experimentos audiovisuales como Mujer lobo (2013) y Hasta que me desates (2017). En 2015 hizo un cortometraje llamado Las Furias, y eso fue el puntapié para la aparición de su nuevo largometraje. La nueva versión de Las Furias es una suerte de tragedia griega con hechicería y sangre, una adaptación mendocina de Romeo y Julieta; pero entre los Capuletto y los Montesco sabemos que de un lado hay una familia terrateniente muy (muy) mala, y del otro… brujería. Leónidas (Nicolás Goldschmidt), un joven Huarpe destinado a ser el líder de su comunidad, se enamora de Lourdes (Guadalupe Docampo), la hija del terrateniente blanco del Pueblo interpretado por un sobreactuado Daniel Araóz. Ya de por sí la situación podría ser tensa, pero el terrateniente es más malo que COVID19: golpeador, misógino, asesino, violador… y claro que Leónidas no va a soportar que Lourdes viva en un mundo así, pero las cosas no van a salir como ellos lo esperaban. Como cualquier otra historia de corte trágico, el amor no salva, no resuelve, no cura… sólo la sangre y la venganza lo hacen, y el relato se va construyendo entre idas y vueltas en un lapso de aproximadamente 5/7 años donde sus protagonistas no son los mismos. Salvo el terrateniente, que como la maldad se mantiene siempre igual. Tamae construye una historia que no escatima en gore hacia sus inicios, pero que luego va virando hacia otro tono. Al principio sólo conocemos a una pareja de jóvenes adultos que huyen en las áridas rutas de Mendoza, pareciendo huir de su pasado y sin recordar que éste nunca se olvida, algo que pronto van a descubrir. Leónidas lleva consigo las marcas de haberse jugado por amor, y Lourdes mutó su cuerpo y personalidad adaptándose al viento más seco y molesto… ese que levanta el polvo y no permite ver el camino. Y cuando llegamos al origen de su amor todo se aclara: violaciones, desconfianzas, engaños, pérdidas, traiciones… creíamos que el presente era lo peor hasta que conocimos el pasado. Los temas de rigor actual abundan: los pueblos originarios y el robo de sus tierras, la maldita policía, el patriarcado decidiendo sobre el cuerpo de las mujeres… y además de la sangre, los vínculos de los Huarpes con la tierra y la brujería. Porque si algo faltaba para terminar de definir ese espíritu de género que siempre imprime Tamae Garateguy, tenemos a una bruja capaz de proliferar las peores maldiciones por dolor… o quizás por otro tipo de amor. Hacia el final Leónidas y Lourdes deciden enfrentar el pasado, en vistas de un futuro que desconocían pero estaba allí esperándolos. Luego de desafiar a diferentes sicarios, sus propios miedos y reafirmar su amor, los protagonistas le verán las caras a Las Furias… que en la mitología griega se conocen como las Erinias, y que son las personificaciones femeninas de la venganza, encargadas de perseguir a los culpables. Aunque pueda que ellos sean simplemente culpables de un amor que para ciertas posiciones de poder no es correspondido.
Bárbaro: el terror a lo desconocido La pobreza genera muerte Una mujer conviviendo a la fuerza en una noche oscura con un hombre algo extraño… si creen que Bárbaro es la película de terror que vieron mil veces, les diría que le den una oportunidad. Les ofrecemos un tour por una casa y un barrio un tanto particulares. ¿De qué va? Una joven que viaja a Detroit para una entrevista de trabajo reserva alojamiento en la ciudad, pero cuando llega de noche tarde, descubre que la casa fue reservada a dos personas simultáneamente y hay un extraño parando en la vivienda. En contra de lo que le aconseja su propio sentido común, decide pasar allí la noche, y pronto descubre que hay mucho más que temer que la presencia de un huésped inesperado. Detroit es una ciudad conocida por los cinéfilos amantes del género fantástico. Cuna de una pobreza extrema, fue la casa de Robocop durante mucho tiempo (¿alguien recuerda que hubo una remake?) y un recordatorio de como el capitalismo nunca fue bueno… Pero ¿qué tiene que ver todo esto con lo que sucede en esta película?. Esta es la primera película como director del actor Zach Cregger (The Whitest Kids U’Know y The Civil War on Drugs), que tuvo siempre experiencias como escritor en la comedia. ¿Pero en qué se parecen o diferencian? En sus palabras: “Mi primer trabajo en el mundo del espectáculo fue como guionista y director en un programa de sketches que tuvo cinco temporadas. Así que allí puse a trabajar mis músculos de comedia, por así decir. Y creo que en el género de terror, se usan los mismos músculos, ya que tanto en la comedia como en el terror, se trata de estar un paso más adelante del público y hacer una cosa cuando se espera otra, y la anatomía de un chiste no es muy diferente a la anatomía de un susto. Las dos tienen que ver con el timing y el tono, de modo que me vino bien haber tenido esa gimnasia cuando incurrí en el género de terror”. Ahora bien, todo parece arrancar como el típico thriller donde dos personajes (uno más sospechoso que el otro) quedan encadenados a una situación que no pueden manejar. Cuando la protagonista llega al Airbnb que alquiló, descubre que ya fue alquilado a otra persona también. Y al ser ella una mujer joven y él un hombre que ya tenía el lugar, todo se vuelve tenso. Para el papel de Tess, la desafortunada pero decidida protagonista, eligieron a Georgina Campbell, una actriz muy conocida por sus papeles en series tales como Broadchurch, Krypton, Black Mirror y La sospecha; mientras que para el papel de Keith, que es quien está parando en la vivienda de alquiler que Tess reservó, eligieron a Bill Skarsgård, el actor nacido en Suecia que creó el personaje de Pennywise en las películas It e It: Capítulo dos, basadas en la novela de Stephen King, y que protagonizó películas y series tales como Hemlock Grove, Divergente la serie: Leal, y Castle Rock. Con unos 20 minutos de mucho ritmo pesado, miradas, silencios y por sobre todo incomodidad todo cambia… pero cambia de verdad. No sólo el subgénero, sino también los protagonistas. Hacia el mid-point (elemento importante en la construcción narrativa, que no se usa tanto en occidente) se desvela el verdadero villano de la historia, el tono y el verosímil final. Difícil hablar de Bárbaro sin entrar en spoilers y arruinar la experiencia. Sólo vamos a decir que la casa y lo que hay debajo de ella se convierten en personajes protagonistas de la historia. Una suerte de laberinto con un Minotauro producto de la desidia y pobreza de una sociedad que fue dejada de lado. En el medio, aparece el personaje de AJ, interpretado por Justin Long (el de Jeepers Creepers) que resulta ser el dueño de la casa mal alquilada y que enfrenta algunos problemillas legales producto de una denuncia de violación dentro del ámbito del cine. Total normalidad. La tensión y el ritmo son cuestiones muy bien trabajadas en Bárbaro, que no busca parecerse a otras películas de género. A nivel personal, el verosímil y la justificación se sintieron algo clasistas, victimizando siempre al mismo lado de la escala social, haciendo una suerte de limpieza a la policía (a pesar de tratarla como una banda de incompetentes) y banalizando ciertas cuestiones. A pesar de todo eso, estamos frente a una de las grandes sorpresas del año. De esas películas que no se parecen a nada, y que genera tanto fanatismo como odio. Como la polarización de la vida misma.
Dragon Ball Super: Super Hero – Un clásico que siempre vuelve El renacer de Son Gohan Pasan las guerras, los gobiernos, las crisis, las derechas, las izquierdas… quedan los artistas. Y Dragon Ball. Vuelve a la pantalla grande la banda de Goku y Vegeta, pero sin los GOATs principales de la saga. Es el momento de que Piccoro y Gohan tomen el protagonismo, llega Dragon Ball Super: Super Hero. ¿De qué va? Son Goku destruyó en su momento a la Patrulla Roja. Ahora, ciertos individuos han decidido continuar con su legado y han creado a los androides definitivos: Gamma 1 y Gamma 2. Estos dos androides se autoproclaman “superhéroes” y deciden atacar a Piccolo y a Gohan. ¿Cuál es el objetivo de la nueva Patrulla Roja? Ante un peligro inminente, ¡llega el momento del despertar del Superhéroe! En 1984 (hace casi 40 años) nacía en las páginas de Shōnen Jump (de la editorial japonesa Shūeisha) el manga de Dragon Ball firmado por Akira Toriyama. Luego fue adaptado al anime, en donde dividió todo el manga en dos grandes series (Dragon Ball y Dragon Ball Z), tuvo sendos largometrajes (algunos estrenados en nuestro país), algunas series no-canónicas (Dragon Ball GT, ese fan made que fue AF y Dragon Ball Heroes -de promoción-) y hace poco un revival con Dragon Ball Super. Estamos frente a un fenómeno que lejos de morir, está de parranda. Con la salida de Dragon Ball Super en formato manga, apareció un nuevo anime que ya lleva más de 80 episodios en su haber. Esto, sirvió además para convertir a toda una nueva caterva de fanáticos y fanáticas ávidas de adivinar con qué nuevo color aparecerá el pelo de nuestros protagonistas ante un imposible enfrentamiento. Además, permitió la salida de tres largometrajes que lograron distribución mundial y que comparten una suerte de narrativa canónica que los une y permite entender las películas por separado sin ver la serie animada o leer el manga. Así, luego de los eventos de lo que fue la película de Dragon Ball Super: Broly (2018) estamos frente a una nueva aventura que rompe los paradigmas de lo que se venía contando. Dragon Ball Super: Super Hero es una carta de amor a los fanáticos y fanáticas de la franquicia. Remite todo el tiempo al pasado, con situaciones reconocidas para el más acérrimo creyente o para quien vio de refilón algún que otro episodio. Todo realizado en CGI (y no compuesto como fueron las anteriores), arranca con una secuencia que remite a los inicios de Dragon Ball, con el enfrentamiento de Goku con la Red Ribbon, para pasar de allí a Cell y luego a la acción. Y si decimos Cell estamos hablando de Gohan, el primer hijo del protagonista que ganó chapa en los eventos de la saga del androide definitivo, y que luego se fue pinchando por la fuerza y el carisma de su padre Kakarotto. Durante los eventos de Super, tanto Gohan como Piccoro se mantuvieron al costado, con algunos atisbos de querer controlar y distribuir el balón pero siempre a la sombra de los dos saiyajins principales. En este nuevo relato todo es de ellos: el protagonismo, la acción, el humor, el desarrollo de sus poderes y las nuevas transformaciones. Piccoro vuelve a las andadas en su rol de maestro, guiando los destinos de una Pan de tres años (hija de Gohan y Videl). Por otro lado, Goku y Vegeta entrenan junto a Broly en los páramos de Berus. Ellos no tendrán injerencia en la historia principal, más tendrán un momento seminal en los post-créditos que contesta la pregunta que todos y todas alguna vez nos hicimos. Dragon Ball Super: Super Hero es también una crítica socarrona al momento occidental de los relatos. El antagonista entiende el mundo entre superhéroes y villanos, un binomio que reporta a un momento histórico de la sociedad pero también de los consumos culturales. La película es una respuesta al MCU en clave oriental / Toriyama, con todos sus códigos propios y algunas situaciones al borde de la cancelación. A pesar que al principio choca la diferencia entre el CGI con lo que era la estética en las películas iniciales, llegando hacia la mitad ya todo se siente muy natural y los movimientos de cámara suman a una sensación renovada y fresca. El uso de personajes relegados, alcanzando cotas de poder similares a los protagonistas también hacen pensar en un futuro prometedor para la saga. Además, nos hacen amar a los nuevos personajes con una velocidad espasmosa (Gamma 2 MVP). La ternura de los personajes, esa sensación (y realidad) de haber vivido con ellos toda la vida y las dosis de acción, poderes, colores nuevos y gritos desgarradores convierten a Dragon Ball Super: Super Hero en una visita indispensable para cualquier amante de esta saga.
DC Liga de Supermascotas: el mundo superheroíco para los y las más peques Es un pájaro, es un avión… no, ¡Es un perro! El universo de los comics es vasto, donde lo más conocido (¡y redituable!) es lo superheroico. Dentro de esta categoría hay incluso sub-categorías, como es el caso de las Supermascotas: animales (algunas veces parlantes, otras no) que funcionan como sidekicks del héroe en cuestión. Esta es la historia de Krypto, el super perro de Superman. ¿De qué va? Krypto el superperro y Superman son mejores amigos inseparables que comparten los mismos superpoderes y luchan juntos contra el crimen en Metropolis. Cuando Superman y el resto de la Liga de la Justicia son secuestrados, Krypto debe convencer a una banda de animales (Ace el sabueso, PB el minicerdo, Merton la tortuga y Chip la ardilla) a dominar sus propios poderes recién descubiertos y ayudarlo a rescatar a los superhéroes. DC Liga de Supermascotas es una propuesta CLARAMENTE apuntada al público infantil. Hay algunos indicios al conocimiento sobre el universo de DC Comics, muy pocos “chistes para adultos”, y mucho amor a las mascotas, a su razón de ser. En nuestras tierras la vamos a consumir casi en su totalidad doblada al español, pero en su idioma original las voces de Dwayne Johnson (Krypto), Kevin Hart (Ace) y John Krasinski (Superman) engalan una película que apela más al amor por los cuadrúpedos y a la idea de compañeros para siempre, que hacia algo apuntado a la acción. Obvio, La Liga de Supermascotas tiene acción, mucha. Porque cada uno de los personajes adquiere un poder (muy similares a sus contrapartes humanas) y lo van a usar para rescatar Metropolis de una villana más tóxica que tu ex. La dinámica entre Krypto y Ace es la base del relato, además del miedo del protagonista ante el descubrimiento que su adoptante Clark Kent va a pedirle matrimonio a Lois Lane. El miedo a perder su lugar hace sus motivaciones muy similares a Woody en Toy Story. Así, entre descubrimiento y descubrimiento de poderes, vamos entrando en el plan maquiavelico de la villana Lulu, una suerte de hamster despechado salido de la usina de Lexcorp (la empresa de Lex Luthor), interpretada en su versión original por la comediante Kate McKinnon. Ella obtendrá poderes telequinéticos y pondrá a toda la ciudad bajo su yugo. Incluso a sus héroes, La animación es fresca y limpia, muy a tono de las producciones pre-Into the SpiderVerse, no hay mezcla de estéticas. Todo es muy CGI 3D limpio, lo que refuerza su búsqueda a un público muy infantil, más cercano a Paw Patrol que a What If. Es una lástima que se haya estrenado terminando las vacaciones de invierno en nuestro país. Hacia el final todo se pone un poco más épico cuando la Liga de la Justicia se suma al relato, para un cierre que emocionará a los proteccionistas y amantes de las mascotas. Así que tenes un perro que adoptaste al que le pusiste Krypto y te emocionaste un poco al final… estás perdonado.
Thor – Amor y Trueno: el cine de autor en tiempos de franquicias Ser o no ser un dios nórdico de cientos de años Taika Waititi vuelve al MCU para continuar con la epopeya de Thor (Chris Hemsworth) en la franquicia más longeva hoy en este universo, y la primera en llegar a una cuarta parte. Dioses, asesinos de idem y el culo nórdico al desnudo en Thor: Amor y Trueno. ¿De qué va? El Dios del Trueno se embarca en un viaje diferente a los que realizó en el pasado, un viaje de autodescubrimiento. Pero su recogimiento es interrumpido por un asesino galáctico conocido como Gorr el Carnicero de Dioses, cuya misión es la extinción de todas las deidades. Para combatirlo, Thor solicita la ayuda de Rey Valquiria, Korg y su ex novia Jane Foster que, para su sorpresa, inexplicablemente es capaz de blandir el martillo mágico Mjolnir, convirtiéndose en la Poderosa Thor. Juntos se embarcan en una inquietante aventura cósmica para descubrir el misterio de la venganza del Carnicero de Dioses y detenerlo antes de que sea demasiado tarde. Luego de los eventos de Avengers: Endgame, uno de los pocos sobrevivientes de la primera ola fue el Asgardiano definitivo, ese que vio morir a su hermano Loki demasiadas veces, a su madre a su padre, a su pueblo… demasiadas pérdidas. Luego de relegar su lugar como Padre de Todo en Nueva Asgard en manos de Valquiria (Tessa Thompson), decide irse de viaje con los Guardianes de la Galaxia y retomar su senda. Thor es sin dudas un personaje trágico, que parece no encontrar su status definitivo debido a las elecciones creativas de cada uno de los directores que tomaron el control de su devenir dramático (¿será necesaria una voz femenina?). Con cientos de años en su haber (como cuentan en Avengers Infinity War, en donde -a pesar de la tontera que muestra- hasta conoce el idioma de Groot) Odinson debería ser sabio y menos pasional. Sin embargo, el despilfarro, la falta de ubicación o responsabilidad política y emocional, se contradicen con ello. Luego de una primera parte bipolar (con un Asgard increíble por un lado y un humor pacato y soso en la Tierra por otro) y una segunda parte oscura pero que se desinflaba, llego Taika para Thor: Ragnarok y redefinió el personaje hacia un viraje humorística y bastante metatextual (además de olvidar al interés romántico de Jane Foster). Y así llegamos a una cuarta parte, repitiendo por primera vez dirección y calando más hondo en las decisiones estéticas y narrativas. La aparición de dos hechos separados llevan a la acción, haciendo regresar a un más-inflado-que-nunca Thor de su viaje interestelar: el regreso de Jane Foster (Natalie Portman) como Poderosa Thor, y la aparición de Gorr el Carnicero de Dioses (Christian Bale). ¿Cómo que Jane es Thor? ¿Dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué justo ahora? Bueno, todo eso se explica en la película. Si leyeron el arco de Jason Aaron en los comics, es posible que se sientan UN POCO decepcionados. Lo de Bale como Gorr suma bastante, aunque con sus pocos minutos en pantalla, queda desdibujado y se siente como si se hubiese podido mostrar más. También se destacan: la ya nombrada Valquiria (con una prestancia y personalidad que traspasa la pantalla), Korg (con la voz del director) y las dos cabras intergalácticas. Ahora, da gusto encontrar una búsqueda unificada: la cuarta parte es una continuación clara y lógica de Ragnarok. El tipo de humor, la caracterización de los personajes… es una lástima que eso choque con lo que vimos en las dos últimas partes de Avengers, porque nos hace preguntarnos ¿entonces cuál de estos es Thor? Sí es inteligente comenzar a posicionar a nuevas generaciones o buscar nuevos perfiles frescos que ayuden a que este Universo siga existiendo. Los niños y las niñas de Nuevo Asgard es un claro ejemplo de esto. Y bueno, lo de Portman siempre es un diez, el ángel que tiene, su compromiso con el tipo de humor y sobre todo el trabajo físico, realmente no es necesaria mucha explicación: ella está ahí porque tiene que estar, es claramente una de las grandes estrellas de Hollywood. Thor: Amor y Trueno (que su título se explica en la última escena de la película) es una vuelta a las bases del personaje en su modo Ragnarok, y a la vez una flecha apuntada hacia lo que viene más adelante. Con una caterva de personajes secundarios al nivel del protagonista, y un gran antagonista que cae en la maldición del MCU, esta cuarta parte se hace divertida y pasatista pero nos hace pensar “¿cuánto más puede avanzar este personaje?”. La escena post-créditos puede dar algunas señales hacia donde, y si eso entra en conflicto con los peligros multiversales de esta fase del MCU puede llegar a ser muy interesante de ver.
Todo en todas partes al mismo tiempo: bancando al Multiverso desde Cemento La insoportable levedad del multi-ser Un lave-rap, una inmigrante, el fin del multiverso todo, el amor, el compañerismo, problemas de derechos por Ratatouille, gente con manos de salchicha, rocas con consciencia… difícil explicar todo lo que produce la nueva película de los Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert), Todo en todas partes al mismo tiempo. ¿De qué va? Una inmigrante china, en medio de una investigación de Hacienda, se ve envuelta en una aventura salvaje en la que solo ella puede salvar el mundo explorando otros universos. Desafortunadamente, esto la lleva a una aventura aún mayor cuando se encuentra perdida en los mundos infinitos del multiverso. Complicado abordar el análisis de una película así. Desde el hype que generó, lo complejo y gigantesco de lo que se cuenta, todos los pensamientos que moviliza… pero como siempre cuando se habla de universos paralelos hay algo que se mantiene: la constante, el pararrayos, el ancla, en este caso la GIGANTESCA Michelle Yeoh. Ella es Evelyn Wang, una mujer timorata que lucha por mantener su negocio de limpieza de ropa funcionando, y que se encuentra en la hercúlea tarea de auditar sus impuestos con Deirdre Beaubeirdra (Jamie Lee Curtis), una despiadada oficial de estos menesteres. La cuestión es que camino a esa situación muy estresante (ella y su marido no entienden muy bien el idioma inglés y su hija no les ayuda demasiado) Evelyn descubre que es la piedra basal que impide que el multiverso completo estalle. Ella y sólo ella puede salvarlo. La ternura, la empatía, el miedo, el descubrimiento, la acción, cada una de estas situaciones son llevadas a cabo y encarnadas por Yeoh de una manera maravillosa. Le creemos cada escalón que pisa en post de encontrar la verdad. También mención para su marido Waymond Wang, interpretado por Ke Huy Quan (The Goonies, Indiana Jones and the Temple of Doom), con una calidez y humildad exquisitas. Todo en todas partes al mismo tiempo no es una película sencilla, incluso es sorprendente como logran hilvanar cada una de las informaciones para mantener el ritmo y la diversión, sin empantanarse en explicaciones. Sin embargo, requiere por parte del espectador conocer un poco el concepto del multiverso: término acuñado del mundo de los comics (en el famosísimo Flash #123, de 1961) en donde se encontraban el Flash de la Edad de Oro con el Flash de la Edad de Plata. Establece que el mundo en el que vivimos es uno más de una caterva finita / infinita (según la teoría) de diferentes mundos vibrando a una velocidad ligeramente diferente y en donde lo que conocemos se encuentra trastocado. A veces mínimamente (por ejemplo, tu carrera es distinta) y otras de manera gigantesca (Hitler ganó la Segunda Guerra y capaz ni existís). Mientras el término se popularizó por lo que Marvel está llevando a cabo con sus películas (y DC con sus películas animadas y series) lo cierto es que en esta propuesta se busca otro cariz. Hay acción y peleas (todas muy correctas y espectaculares) pero nuestra protagonista escapa al concepto de SUPER-HEROÍNA. Todo lo contrario, su especificidad es ser demasiado regular… una perdedora. ¿Pero acaso no es de lo que está formado el mundo en su mayoría? Con momentos absolutamente delirantes (un mundo donde los y las amantes de Viennisima se harían un festín, y otro donde hay un mapache Ratatouille), también es un gran poema sobre los problemas de la actualidad: las relaciones, el miedo, las responsabilidades, el creerse menos que el resto, el amor no heteronormado, la incomodidad del existir… Todo en todas partes al mismo tiempo es un oasis en el desierto del todo-lo-mismo, a la que se le puede reclamar no saber bien como cerrar con un buen moño el final y estirarlo de más. Sin embargo, les aseguro que sin lugar a dudas va a germinar preguntas, sensaciones y más preguntas en cada una de sus cabezas.
La Medium: The Blair Witch Asian Project Los espíritus se divierten A menudo las narrativas no occidentales permiten interpelar a quien consume un género reconocido de manera bastante diferente a las habituales. Cómo ocurrió hace casi veinte años con el J-Horror, Oriente sigue guiando los nuevos caminos del terror en La Medium. ¿De qué va? En Isan, Tailandia, una chamana se da cuenta de que su sobrina ha sido poseída. Debido a sus comportamientos extraños, la familia decide buscar a alguien que pueda liberarla, pero durante el camino se enfrentan a todo tipo de horrores y eventos sobrenaturales. La película se presenta en forma de material encontrado (cómo en The Blair Witch Project), basándose en videos de un grupo de documentalistas tailandeses que viajan a la parte noreste del país, Isan, quienes quieren contar “una historia del chamanismo en Tailandia”. En esta localidad rural, registrarán la vida cotidiana de una médium espiritual de la localidad, Nim Tonvali, quien relata estar poseída por el espíritu de la Diosa Bayan, una deidad local a la que los aldeanos rinden culto e invocan en rituales de protección. En su entrevista, ella cuenta que Bayan es una deidad ancestral y que, durante generaciones, ha poseído a las mujeres de su familia, como su abuela. Tras el fallecimiento de la abuela, Nim relata que el espíritu de Bayan se trasladó a su tía y luego a su hermana, Noi. Sin embargo, Noi no quiso ser médium y se convirtió al cristianismo. El espíritu de Bayan se trasladó entonces a Nim y ha estado con ella desde entonces. Lo que podría ser una historia de esta mujer vira hacia una de las pequeñas de la familia, que comienza a exteriorizar signos que podrían significar la llegada de la transición de Bayan de una fémina de la familia por otra. Así comienza un viaje que primero se parece mucho a un drama familiar con cierta extrañeza, que apela a los usos y costumbres de una sociedad muy diferente a la nuestra, y que podría configurarse más como un documental que como “una de terror”. Pero la oscuridad que acecha comienza a tomar fuerza y relevancia… Cómo me comentaba una amiga, La Medium, es una muestra de cómo los camarógrafos son los escuderos más fieles de las narraciones. A pesar de registrar sangrados, golpes, gritos, vómitos… ellos nunca dejan de grabar, logrando bellos encuadres que harían las delicias de cualquier cinéfilo. Si uno puede saltar el tiburón al respecto de esto, la sensación de estar viviendo algo (parecido a lo) real ayuda a que los escalofríos tengan más potencia. Los personajes son tridimensionales, y lo que les sucede se encarna con más facilidad. No hay superhéroes o doctrinarios de lo que está bien o mal. Simplemente estamos frente a personas creyentes, a las que lo que conocen desde lo esotérico se está comportando de manera extraña. También hay una suerte de disputa de poder entre el cristianismo y las religiones orientales más antiguas. Cada una con sus dogmas y costumbres. Sin embargo, a pesar de buscar establecer cierto respeto de facto, algunas maneras de afrontar lo que se muestra desde la otredad, terminan parodiando la cuestión y restándole cimientos al relato. ¿Su gran problema? La duración. La película en lugar de ir con la opción tripartita del relato aristotélico, termina en una híbrido con cuatro / cinco actos, que terminan agotando y bajando la potencia de los grandes momentos. La Medium es una muestra de que se pueden contar otras historias de horror, fuera del maniqueísmo de Occidente / Oriente se busca apelar a centrar el relato en la familia y luego ir consumiendo y ennegreciendo desde el centro. Y aunque le quitásemos el artificio del found footage, aún funcionaría por tener una base sólida. El género está más vivo que nunca, aunque se necesite una Medium que conecte con él.
Doctor Strange en el Multiverso de la Locura: magia y locura multiversal La cosa se puso complicada en el multiverso del MCU La cuarta fase de Marvel en el cine empieza a ramificar y definir su rumbo, y entre tantas IPs nuevas vuelve una cara conocida: el Dr. Stephen Strange. El tordo, junto a Wanda Maximoff, el Hechicero Supremo Wong, su ex novia y una nueva cara joven van a adentrarse en la parte más oscura del multiverso en Doctor Strange en el Multiverso de la Locura. ¿De qué va? En Doctor Strange en el Multiverso de la Locura de Marvel Studios, el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por sus siglas en inglés) se adentra en el Multiverso y amplía sus límites más que nunca. El film presenta un viaje a lo desconocido con Doctor Strange, quien, con la ayuda de aliados místicos nuevos y otros ya conocidos por la audiencia, atraviesa las alucinantes y peligrosas realidades alternativas del Multiverso para enfrentarse a un nuevo y misterioso adversario. Y entonces, sucedió. La tan esperada segunda parte de la franquicia de la pata mágica más fuerte del MCU ve finalmente la luz. Se prometió que iba a ser la primera película de terror de todo este universo, y luego de que el director de la original diese el portazo, se buscó a quien pudiese cumplir con tan loable tarea: el señor Sam Raimi. El director de Evil Dead, Darkman, las Spider-Man de Tobey Maguire o de Drag me to Hell venía un poco de capa caída luego de extrañezas como Oz the Great and Powerful que en 2013 fue su último opus como director en salas. Tenía frente a él la difícil tarea de aportar una visión algo bizarra a un esquema de producción fordiano que poco espacio deja al artista. Sin embargo, la segunda parte de Doctor Strange, tiene muchos atisbos de la mente de Raimi. No se le puede pedir mucho más a un sistema productivista como el que pergeñó Kevin Feige… El nivel de violencia (siempre en los límites Disney) recuerdan más a Captain America: Winter Soldier que a otras producciones más vainillas del MCU. ¿Es mega sangrienta y gore cómo muchos de los trabajos de Sam Raimi? Obvio que no, pero quienes consumen sólo productos Disney van a tener momentos de sustos reales y algo de asquito. Vamos a surfear la ola del spoiler y contar sobre lo que se puede: es tanto una película sobre Strange como sobre Wanda. ¿Es necesario haber visto WandaVision antes de encarar este relato? Un poco bastante sí. Las consecuencias del final de su serie la dejaron en un lugar de conocimiento que va a ser utilizado por Stephen ante la aparición de un ser capaz de viajar a través del multiverso, algo en lo que mucha gente quiere reclamar como propio. La protección de ese ser va a llevar a los protagonistas por un camino multiversal con algunas sorpresas y muchas situaciones alocadas, La película comienza extraña, los efectos visuales parecen no maridar con el ambiente y todo es una conjunción de luces de colores y sonidos que inundan la pantalla. A medida que el relato avanza se empieza a afianzar la búsqueda del director y su visión, haciendo que las cosas tengan más sentido. Hay cameos para tirar al techo… pero PARA MIIIIIIIII hay cierto agotamiento que lleva a no emocionarse tanto con los personajes que aparecen que son MUY IMPORTANTES para el universo de los comics. También es importante mirarse la serie animada What if… de Disney+ para entender ciertas cosas. Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es una muestra de que se puede indagar en otras fórmulas. Es cierto que no puede salirse mucho todo de la ciencia de la Coca-Cola que diseñaron Feige y compañía, pero la figura de un director de peso y renombre como Sam Raimi “obligan” a la Casa de las ideas a irse un poco del camino amarillo que tantas dádivas le redituó estos años. Con un guion algo enrevesado, que tiene varias arbitrariedades, su fuerza radica en imágenes poderosas que bucean en elementos terroríficos y carnavalescos que insuflen de nueva energía y permiten soñar con un futuro de relatos diversos y extraños… como el mundo de los comics.