Si aún se recuerda la famosa secuencia de la carrera de cuádrigas en las arenas del gran circo romano, acá los toques de la tecnología digital hacen perder el brillo y el relato no encuentra la tensión que ofrecía el film original 57 años atrás. Aunque esperada y también cuestionada incluso antes de su estreno, esta remake del film de 1959 que cosechó 11 premios Oscar, llega para defraudar a los amantes de la película original. Si bien Ben-Hur presenta un gran despliegue que ahora firma el realizador ruso Timur Bekmambetov -el mismo de Se busca- el resultado está lejos de alcanzar el clima que la historia requería. Si aún se recuerda la famosa secuencia de la carrera de cuádrigas en las arenas del gran circo romano, acá los toques de la tecnología digital hacen perder el brillo y el relato no encuentra la tensión ni la adrenalina que generaba el film 57 años atrás. La historia presenta a Judah Ben-Hur -Jack Huston- y Messala Severus -Toby Kebbell-, el príncipe acusado de traición y el hijo de una familia romana que luego de quedar huérfano, es adoptado por la familia de Judah. Fascinados por los caballos y las carreras, el destino dividirá a los hermanos. Despojado, separado de los suyos y de la mujer que ama, Judah es forzado a la esclavitud y regresará a su tierra natal en busca de venganza, pero encontrará la redención. Basada en la novela de Lew Wallace, el relato presenta diferencias con respecto al film de William Wyler, ya que los villanos no brillan por su maldad y pierden fuerza dramática dentro de la historia. Por otro lado, el anodino elenco, a excepción de Rodrigo Santoro -300- dando vida a Jesús y de Morgan Freeman, en el rol de Ilderim, el anciano sabio con rastas que acciona como entrenador de Judah, queda deslucido. Quizás lo que más molesta en esta nueva versión es el tono excesivamente religioso que domina la trama y que fagocita el espíritu de aventura y de acción que presentaba la película original. La recreación de los grandes escenarios, la secuencia de la batalla naval y la más esperada, la del circo romano, no levanta la polvareda que que se esperaba en esta realización de mirada contemplativa, donde los buenos y los malos se desdibujan en un tibio enfrentamiento que culmina en un abrazo.
Basada en una novela del prolífico Stephen King, la película es una variante de los relatos de zombis y explora las consecuencias del uso de la tecnología celular. Lo cotidano se transforma en pesadillesco pero falta tensión y buena señal. Lo cotidiano se transforma en pesadillesco en manos del novelista Stephen King. En El Pulso, basada en su novela y con su intervención en el guión, muestra como la tranquilidad de Boston se quiebra cuando Clay -Joan Cusack-, un diseñador gráfico y de comics que quiere reencontrarse con su ex esposa y su hijo, se topa en el aeropuerto con el horror. Todos atienden sus celulares, comienzan a enloquecer de manera inexplicable y se convierten en feroces asesinos. La película es una variante de los relatos de zombis y explora las consecuencias del uso de la tecnología celular. Sin dudas, lo mejor es la secuencia inicial, en la que un hombre común y corriente enfrenta fuerzas inexplicables y se embarca en una travesía para sobrevivir. Clay se unirá en su camino con Tom -Samuel L. Jackson-, un maquinista de subterráneo, la joven Alice -Isabelle Fuhrman, que es recordada por su papel en La huérfana- y Jordan -Owen Teague-. Mientras escapan y se refugian del ataque de los humanos monstruosos, tratarán de descubrir de dónde proviene el misterio de la señal que se desparrama mediante los celulares y genera el caos, infecta a sus víctimas y las convierte en psicópatas. Joan Cusack ya había trabajado con Samuel L. Jackson en 1408, también de King, pero acá parece perdido y desconcertado ante tanto aturdimiento y situaciones que hacen inevitable las comparación con títulos como Exterminio. Si bien hay alguna secuencia con suspenso que funciona mejor que otras, la tensión y los sustos no aparecen. Si al caos generalizado se le suma el final confuso que propone el film de Tod Williams -Actividad Paranormal 2- se puede afirmar que esta es otra fallida traslación del universo literario del autor de Carrie a la pantalla grande. Mientras los protagonistas encuentran armamento para defenderse, los humanos ya colonizados por la tecnología se reúnen en una suerte de colmena alrededor de una gigantesca antena en una zona de Maine, un escenario que siempre está activo para desarrollar el horror.
El director suizo Alain Gsponer aprovecha muy bien el material de la novela clásica de Johanna Spyri y logra un producto familiar que también deja expuesto el choque de culturas. Después de la famosa serie de animación japonesa que conquistó el mundo en la década del setenta y de varias versiones realizadas para cine y televisión, llega esta producción que evoca la simpleza de una historia que apuesta a la emoción y la ternura. Basada en la novela de Johanna Spyri, Heidi encuentra ahora un tono menos edulcorado y efectivo a la hora de narrar la vida de esta pequeña húerfana -encarnada con carisma por Anuk Steffe- criada por la tía Dete -Anna Schinz- durante cinco años y entregada a su abuelo -el siempre convincente Bruno Ganz, el mismo de La caída- que vive en una cabaña en los Alpes suizos. Allí conocerá todo el entorno natural, entre cabras, y con la llegada del pastor Pedro -Quirin Agrippi-, su nuevo amigo. Pero la tranquilidad durará poco cuando su tía se la lleve a una estricta mansión en Frankfurt para educarla y cuidar a Klara -Isabelle Ottmann-, la niña inválida de una familia adinerada. El director suizo Alain Gsponer aprovecha muy bien el material de la novela y lo sigue con fidelidad, transformando la historia en un producto familiar que también deja expuesto el choque de culturas y la situación europea con sus diferentes sociales. Heidi es analfabeta, se somete a la educación de un profesor en la ciudad y sueña con escribir un libro a pesar de las burlas de sus compañeros. Al abuelo se lo muestra como un personaje ermitaño sobre el que pesa un pasado oscuro y es rechazado por los aldeanos. En esas diferencias que axisten entre los personajes se apoya esta nueva versión -sin canciones- que tampoco deja de lado su toque mágico sobre los minutos finales. Colocando el acento en la ecología de la historia y pintando una montaña rica en contrastes, Heidi es uno de los mejores exponentes que ha dado el cine sobre la niña de espíritu rebelde y de gran corazón.
La remake del clásico de Disney de 1977 regresa con ternura y muestra el choque de dos mundos con logradas escenas. En esta versión el niño perdido en el bosque es adoptado por un dragón con comportamientos caninos. Otra vez la magia dice presente en Mi amigo el dragón, un relato donde el concepto de aventura cobra vida a la manera de las películas clásicas, colocando a un niño frente a una criatura gigantesca y mitológica. El film es una remake del clásico de Disney de 1977, donde asomaba un dragón verde que interactuaba con los actores. Con lo últimos adelantos de la tecnología digital -que acá aparecen al servicio de la narración y no al revés-, la versión 2016 juega acertadamente con el choque de dos mundos. Pete -Oakes Fegley- queda solo y perdido en el bosque luego de un accidente automovilístico que sufre junto a sus padres y, en su peligrosa travesía, se topará con un dragón que lo cuidará de los peligros y amenazas del lugar. Durante seis años, Pete crece de manera salvaje y se acurruca en la panza de su amigo para poder conciliar el sueño, un monstruo mitológico nada amenazante y querible que muestra comportamientos caninos. Con su tono ecológico, secuencias vertiginosas de vuelos y sin olvidarse del público al que apunta, la película de David Lowery da en el blanco por los climas que plasma y por la trama desfilan la guardabosques Grace -Bryce Dallas Howard, la misma de Mundo Jurásico- y su padre Meacham -el legendario Robert Redfrod-, como el único hombre que ha visto a la criatura años atrás y al que nadie le cree. El mundo adulto versus la imaginación infantil, la recuperación de las leyendas en un mundo moderno que avanza sin tregua contra la naturaleza y la fragilidad de un niño para enfrentar el presente, son algunos de los temas que aborda esta realización que muestra el promisorio debut del director detrás de cámaras. Muy recomendable para el público familiar que siguió de cerca El libro de la selva y El buen amigo gigante.
Escuadrón "Escuadrón suicida", de David Ayer, es otro ejemplo del cine con sobrepoblación de personajes en donde abunda la acción y las presentaciones para ahondar en el pasado de algunos de ellos. Acción, hechicería y ritmo enloquecido. "Quiero un equipo de chicos malos que hagan el bien” asegura Amanda Waller -Viola Davis-, la líder de A.R.G.U.S que decide sacar a los vilanos del universo DC de la cárcel y reclutarlos para una lucha din cuartel que se cierne sobre la ciudad. Y así desfilan por la pantalla Dead shot -Will Smith-, Harley Queen -Margot Robbie-, el soldado Rick Flag -Joel Kinamann-, sumados a El Diablo, Boomergang y Katana, entre otros. Un ejército que une a humanos y metahumanos y trae además a Joker, conociddo aquí como El Guasón, con el rol a cargo del ganador del Oscar, Jared Leto-. Escuadrón suicida, del guionista y director David Ayer -Sin tregua, Sabotaje- es otro ejemplo del cine mainstraem con sobrepoblación de personajes en donde abunda la acción y las presentaciones rápidas para ahondar en el pasado de la mayoría de ellos. Después de la cuestionada Batman vs Superman, acá también el tono oscuro y enloquecido acompaña un relato en el que todo se apoya en las escenas vertiginosas y la acción sin límites para mostrar el enfrentamiento eterno entre el Bien y el Mal, con subversión de héroes y antagonistas, y una arquéologa poseída por una bruja cuyo poder parece no acabarse. Si bien la presentación resulta atractiva, y salpicada de flashbacks, la historia no ofrece nada que no se haya visto y tiene situaciones de película de matineé que a esta altura resultan hasta antiguas. Si la arquéologa devenida en bruja funciona como una medusa de grandes poderes, el resto no se queda atrás en medio de una trama confusa quew no siempre logra atrapar al espectador. Al ritmo de clásicos como Creedence Clearwater y Rapsodia Bohemia, de Queen, sobresalen personajes como la rebelde y seductora Harley Queen, con sus piruetas circenses y bate en mano, enamorada y distanciada luego de Joker, o Dead Shot, con su pequeña hija a la que quiere asegurarle un futuro mejor. El resto aparece de manera episódica, como forzada, y es el caso de Batman, encarnado una vez más por Ben Afflleck, colocado para adelantar quizás La liga de la justicia, que se verá el año próximo, y en una escena después de los créditos. Entre tanto, la hechicería, los superpoderes y los dramas familiares se asoman entre las cloacas y una urbe en llamas.
La remake nacional del film francés "Amigos intocables" equilibra acertadamente el tono dramático y los toques de humor. El joven que asiste a un millonario que ha quedado en silla de ruedas encuentra a una buena dupla protagónica y logrados roles secundarios. Llega la adaptación nacional del exitoso film francés Amigos intocables, un hecho que no suele darse en la producción local, y que ahora viene de la mano del prolífico Marcos Carnevale -Elsa & Fred; Tocar el cielo; Anita; Viudas: Corazón de león y El espejo de los otros-. Al igual que en la reciente Yo antes de tí, esta historia emotiva sobre una amistad impensada también cruza clases sociales y los caminos de un joven que necesita trabajo y un millonario que está en silla de ruedas luego de sufrir un accidente. De este modo, Felipe -Oscar Martínez-, un empresario que ha quedado tetrapléjico y está buscando a un asistente terapéutico, descubre al ayudante del jardinero, Tito -Rodrigo de la Serna-, el joven inexperto que ingresará a su mundo controlado y se relacionará con todo su entorno: el ama de llaves Ivonne -Alejandra Flechner, quien saca brillo a su rol secundario; Verónica -Carla Peterson-, otra de las mujeres de más confianza de Felipe, y la hija adolescente. Inseparables equilibra acertadamente el tono dramático y los toques de humor que impone Tito, quien arrastra sus propios conflictos familiares -un hermano que anda por el mal camino y una madre que trabaja incansablemente- y se convierte en el único capaz de arrancar una sonrisa al millonario. Dos universos que chocan y se complementan a pesar de las diferencias permite el nacimiento de una relación de amistad tan inesperada como potente. El film comienza, vertiginosamente, con el final de la historia y Carnevale se apoya en un sólido elenco para dar rienda suelta a un relato que intenta evitar los golpes bajos. Entre conciertos de música clásica, exposiciones de arte, ambientes fastuosos y una relación platónica que se mantiene a distancia a través de correspondencia, la película galopa con buenos recursos y enciende ciertas zonas que parecían dormidas para los personajes. Rodrigo de la Serna es un actor carismático que aporta la emoción necesaria al Tito que también busca su camino, mientras Oscar Martínez presta su cuerpo inmóvil y su mente ágil al empresario que redescubre el sentido de la vida.
En "Permitidos", la vida de una pareja joven se altera cuando inesperadamente y, a partir de un robo, él se topa con la mujer de sus sueños. Martín Piroyansky acierta con el tono de su personaje. Que las fantasías se hacen realidad no es algo nuevo y mucho menos en el terreno de la comedia. En Permitidos, la vida de una pareja joven, Camila -Lali Espósito- y Mateo -Martín Piroyansky-, se altera cuando inesperadamente y, a partir de un intento de robo, él se topa con la mujer de sus sueños, Zoe -Liz Solari-, una infartante estrella del mundo del espectáculo. Su "permitido" ideal surge den una cena de amigos y se convierte en una situación muy tentadora que le -y les- traerá un sinfín problemas. Con este punto de partida, el director Ariel Winograd -Cara de queso, Mi primera boda y Vino para robar-, que explora con humor los conflictos de pareja y maneja los resortes del género como pocos, tiene un material que juega con las coincidencias, el absurdo y las complicaciones de una pareja que conocía una vida apacible y feliz. El producto funciona desde su primer momento y tiene claro el público al que apunta, con un relato alimentado por el cruce de situaciones inesperadas, viralización de imágenes en las redes sociales y personajes extravagantes. Tal el caso del "permitido" de Camila, encarnado por Benjamín Vicuña, un millonario bastante particular, o la villana, con un rol a cargo de Maruja Bustamante, que deviene el relato en una comedia de acción y locura. Todo resulta más enmarañado que al principio en esta historia en la que también aparece un joven ladrón -Abel Ayala-. La comedia encuentra buenos y graciosos momentos gracias a las desgracias de sus personajes, y Martín Piroyansky, -que antes había trabajado con Winograd- resulta uno de los actores más versátiles de su generación -también director de Voley-, acá con un papel que lo aleja del carisma al que suelen acostumbrarnos los personajes del género. El resultado es una comedia bien ejecutada ágil, con sólidos recursos técnicos y un delirio al que tendrá que jugar el espectador, en medio de patos, gansos y un amigo más inteligente de lo que aparenta. Mientras tanto, Lali Espósito explota su faceta de actriz y la seducción se adueña del film.
Con un concepto básico e interesante, que consiste en jugar con el miedo a la oscuridad, se da rienda suelta a una historia en la que una aparición fantasmagórica altera la vida de una familia no tan tranquila. No apagues las luces!. Hace tres años el director David F. Sandberg presentó su cortometraje Lights Out en YouTube, en donde obtuvo más de veinte millones de visitas. En menos de tres minutos logró crear el clima adecuado para asustar al espectador. Ahora el desafío se extiende a un largometraje que tiene el apoyo de James Wan en el rol de productor, el mismo de la sagas de La noche del demonio y El conjuro. Con un concepto básico e interesante, que consiste en jugar con el miedo a la oscuridad, se da rienda suelta a una historia en la que una aparición fantasmagórica altera la vida de una familia no tan tranquila. Una casona habitada por Sophie -María Bello-, una madre con problemas psiquiátricos, y su pequeño hijo Martin -Gabriel Bateman-, es el escenario para instalar el horror cuando una monstruosa figura aparece en la oscuridad. Al inestable cuadro familiar se suma la joven hija Rebecca -Teresa Palmer-, quien regresa al hogar luego de escapar de su pasado, y su novio Bret -Alexander DiPersia-. Juntos intentarán descifrar un misterio que viene de años atrás y está causando estragos en el clan. Si en Pesadilla en lo profundo de la noche, de Wes Craven, los adolescentes eran asaltados por un asesino despiadado mientras dormían, acá la oscuridad aparece como el móvil para desarrollar un relato de climas inquietantes y sobresaltos. Con un inicio que sigue casi fielmente el corto pero sitúa la acción en una fábrica textil, llena de maniquíes y sombras siniestras, Cuando las luces se apagan transmite la atmósfera de terror con la extraña criatura que sólo cobra vida en las sombras, alterando la mente de los protagonistas. Si bien hay algunos elementos forzados -como el corte de luz en el barrio-, los resortes del suspenso funcionan y crean la atmósfera necesaria para sacudir al público. En ese sentido, la escena del sótano desarrollada con luz negra o el comienzo en la textil logra momentos terroríficos. Los tópicos del cine de Wan, nuevamente alimentados por niños y adultos asustados frente a lo desconocido, resucitan en su discípulo con esta nueva realización que, si bien no descubre la pólvora, logra poner los pelos de punta.
La película cuenta -en su versión doblada- con la voz de Campi en el personaje del perro Duke. El film del director de "Mi villano favorito" resulta más efectivo al comienzo que en su desenlace. Con la proyección previa de un cortometraje de los exitosos Minions, ahora viviendo aventuras en un jardín, llega La vida secreta de tus mascotas, relato de animación que tiene una interesante premisa y una pregunta que ronda en la cabeza de más de una persona cuando deja el hogar: ¿Qué hacen las mascotas cuando están solas?. La vida del perro Max parece ir sobre rieles junto a su dueña hasta que ésta aparece con Duke -en la versión doblada con voz de Campi-, un perro callejero con quien tendrá que limar asperezas y aprender a convivir. Esto es apenas el comienzo de lo que ocurre en un edificio de Manhattan cuando un conejo recluta a un ejército de animales domésticos abandonados para vengarse de las mascotas felices. Con situaciones graciosas que resultan más efectivas al comienzo que en su desenlace, La vida secreta de tus mascotas, impone ritmo y enfrentamiento de bandos con personajes simpáticos que se comportan como sus dueños. En ese sentido, imponen empatía el perro salchicha que se hace masajes con la licuadora y el perro de un dueño refinado que elige escuchar música heavy metal cuando está solo. Lejos de la genialidad de Zootopia, el film de Chris Renaud -el mismo de Mi villano favorito- y Yarrow Cheney, cuenta con la produccion de Illumination Studios y muestra a perros, gatos, conejos y aves. Se destacan además el gato Chloe, un tanto arrogante, y el conejillo de indias Norman -con voz del mismo Renaud en la versión original-. Todos unidos en una aventura que propone la unidad de las diferentes razas que apunta a un objetivo en común. Las figuras humanas aparecen relegadas en esta historia que muestra a los animales en plena acción, entre las alturas de un edificio en construcción o en el agua, donde uno de los protagonistas corre peligro. Sin ser genial, es otra de las opciones de la nutrida cartelera cinematográfica para estas vacaciones invernales.
La nueva versión de Tarzán llega con el actor sueco Alexander Skarsgård como un personaje aburguesado que regresa al Congo y enfrenta al malvado de turno, encarnado por Christoph Waltz. Una visión moderna, vertiginosa y sin mayores novedades. Después del Tarzán encarnado porChristopher Lambert o Johnny Weissmüller en la serie, el nuevo "hombre de la selva" -más cerca de Ron Ely- llega de la mano del actor sueco Alexander Skarsgård, de reciente visita en Argentina para promocionar la película basada en el personaje creado por Edgar Rice Burroughs. Dirigida porDavid Yates -Harry Potter y las Reliquias de la Muerte- la película nos muestra al hombre que fue criado por los simios y que ahora está instalado en la civilización como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposaJane -Margot Robbie-. Cuando acepta la propuesta de volver al Congo como embajador de comercio, se encuentra con un plan ideado por el malvado capitán belga Leon -Christoph Waltz-, que responde a las órdenes del Rey Leopoldo, y se enciende una vez más la mecha de la aventura. En un camino plagado de peligros y junto a su compañero de travesía -Samuel L. Jackson-, sobreviviente de la guerra civil, lucharán contra el tráfico de esclavos. El hombre que habla con los animales deja por un rato el té inglés y se vuelve a colgar de las lianas. Entre "flashbacks" que muestran su pasado y crecimiento en medio de los peligros de la selva, el enfrentamiento entre manadas de simios y una tribu amenazante, la película salta directo a la acción e impone la figura de un héroe moderno y racional que vuelve a su lugar de origen pero conservando la destreza desarrollada en el corazón de la jungla. El uso del 3D sirve en esta ocasión para potenciar el vértigo de los vuelos entre lianas -como en la secuencia del tren-, las caídas desde la altura y la estampida de animales, trayendo además a un villano obsesivo, aristocrático y con la venganza a flor de piel, rol a cargo del actor de Bastardos sin gloria. Mientras Jane asegura "mi esposo no es un hombre normal", se convierte en la carnada ideal para que el antagonista se encuentre con Tarzán. Una historia clásica contada con la tecnología del cine moderno, sin mayores novedades, y con un nuevo rostro para un personaje cuyo típico grito aún se escucha.