Desde las sombras se lanza una secuela de Sicario (2015). Dirigida por el italiano Stefano Sollima (Gomorra, ACAB) Sicario 2: Soldado es una innecesaria pero extremadamente grata secuela. Regresando para la segunda vuelta Josh Brolin, Benicio Del Toro y Jeffrey Donovan profundizan el impacto de la guerra contra narcos. Tecnicismos a la carta, la película se encarga de enfocar los recovecos de la trata interna de gobiernos sobre una guerra que al parecer nunca va a terminar. El mal menor se hace presente en todo momento y si bien los lados quedan claros, las decisiones no van de blanco a negro sino que bordean el tono gris. Brolin regresa como un agente federal incansable, casi adicto a su línea de trabajo y cuyos relativos – si es que los tiene – son desconocidos; Del Toro se sumerge aún más en su búsqueda de venganza, mostrando una plenitud total al interpretar a un hombre que se volvió experto tras sufrir una desgracia irreparable. Brolin y Del Toro se apoyan el uno al otro para complementar sus actuaciones.Es interesante que no se encuentren Denis Villeneuve y Roger Deakins detrás de este proyecto. Estos dos talentos hicieron lo que hoy es la saga Sicario en fotografía y dirección, no obstante Taylor Sheridan, regresa para escribir el guión de esta secuela y mantiene en punta su don para dar otra vez cátedra de como escribir historias. Sheridan marca fronteras en una película que tiene que ver con la situación actual de famosos muros: la “zona prohibida” se encuentra más prohibida que nunca y la tensión fronteriza está en su punto más alto. Con una solemne intensidad Sheridan crea un interesante “volumen 2 “a una historia que tiene para largo rato si sigue en buenas manos. Lo dije en un momento y lo sigo diciendo: todo lo que toca Sheridan es oro y en su especialidad (y en mi opinión) en este momento no hay nadie mejor con un lápiz y un papel en la industria del cine. Sollima sigue su tradición de enfoque clandestino y junto a Dariusz Wolski en el apartado fotográfico (Prometheus, The Martian) dan un espectáculo visual en 122 minutos de tensión sin tregua. La película no es perfecta pero es una digna secuela que expande un universo oscuro cuya historia se basa en personajes monumentales y acciones contundentes (para bien o para mal) en un medio hostil que no permite margen de error. Brolin brilla y Del Toro pisa con fuerza; una pelicula recomendada para disfrutar en cines cuanto antes
Te Atrapé! muestra cómo cinco amigos de la infancia mantienen el juego de la mancha en una extensión de treinta años. Cada año en el mes de mayo este grupo de amigos (Jake Johnson, Ed Helms, Jeremy Renner, Jon Hamm y Hannibal Buress) pone su rutina en stop para seguir con un entretenimiento que se tornó “más grande que la vida”; no importa si están en el trabajo, hospital, en un baño, o dónde sea, cuando es el mes de mayo lo único que importa en la vida de estos hombres de mediana edad es jugar a la mancha pero esta vez, las cosas se complica al saber que uno de ellos (Renner) se quiere retirar invicto del juego. Por estúpido que suene, lograron que Tag – nombre en su idioma original – terminara en un plan final de película. ¿Cómo es posible que una película con temática de “la mancha” salga en cines? Bueno, esta película es el vivo ejemplo de que se puede. Tuvimos emojis, también Angry Birds y ahora: la mancha. Con un humor bastante medido, la película se encarga de resolver situaciones buscando un desenlace brusco en cada escena. De forma light recordando la serie Jackass , Te Atrapé! obliga al espectador a presenciar actos de estupidez innecesarios para llegar a un objetivo tonto y sin sentido. Los actores sufren y se retuercen, evocan homenajes a films clásicos con sus actos pero no terminan de generar una identidad propia en su propio film. De todas formas la película tiene su punto fuerte con la presencia de Isla Fisher. Fisher eleva situaciones de una forma extrema sin llegar a caer en una sobreactuación; su talento se adueña de todo el film aún en escenas que opacan su rol co protagónico. Hay grandes nombres en esta película pero Fischer – una Dorian Gray femenina – los domina a todos con facilidad. Te Atrapé! es una buena opción para dar con la nostalgia. Todos tuvimos una infancia y es inevitable pensar en ella al ver esta opera prima de Jeff Tomsic. La película se disfruta sin llegar a ser pesada pero abruma con un terrible golpe bajo que se podrían haber ahorrado y un humor que no consigue dar siempre en su objetivo. Una película agradable que no sale del rejunte “Comedias sobre mediana edad”
3 años después de los hechos acontecidos en Jurassic World (2015), Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) y Owen Grady (Chris Pratt) son contactados para iniciar una campaña de rescate con el objetivo de salvar a los dinosaurios de la inevitable erupción de un volcán en la Isla Nublar. Dirigida por J. A. Bayona (El Orfanato, Lo imposible) Jurassic World: Fallen Kingdom pone entretenimiento, a coste de notables fallos, en las salas de cine. Hace 28 años Michael Crichton puso los cimientos de una pasión literaria que alcanzó, 3 años más tarde, lo audiovisual. La obra de Crichton era diferente a esa película que dirigió Steven Spielberg en 1993, pero la esencia personajes e ideas estaban intactas. Ahora en el año 2018 nos encontramos con Fallen Kingdom y esa idea que planteó el personaje de Ian Malcolm (Jeff Goldblum) de caos humano en búsqueda de gloria científica está más presente que nunca. El caos se hace presente en esta película y lo hace de forma natural y artificial por igual. Tenemos dinosaurios, los actores , también la banda sonora… y todo esto, que alguna vez nos erizaba la piel, se siente vacío por el hecho que Bayona presenta escenas entretenidas con objetivo carente de razón; la película se ve bien y entretiene, no obstante al analizarla es la antesala a una verdadera próxima secuela. Nuevos personajes insoportables (que además entran y desaparecen en escena por conveniencia como si fueran fantasmas) dejan a la película mal parada en más de una ocasión: Justice Smith es el equivalente a Jar Jar Binks (Star Wars) de este universo, Daniella Pineda evoca terribles momentos caracterizando a un personaje unidimensional y anodino en todo sentido. Otras caras conocidas que se suman a esta saga son Ted Levine (Heat, The Silence of the Lambs), Rafe Spall (Prometheus, The Ritual), Toby Jones (The Mist, Imfamous) y James Cromwell (L.A. Confidential, The Green Mile) en roles que cumplen y tras al finalizar los 128 minutos de película se sienten como meras presencias que van desde el asombro del primer momento hasta la decepción del manejo de ellos por un guión sin encanto a cargo de Colin Trevorrow y Derek Connolly. A destacar a un Jeff Glodblum correcto en un tiempo limitado. Los clichés acompañados de una gran fotografía (Oscar Faura) hacen que está película se vea bien aunque se sienta incorrecta; son tantas las acciones quemadas que convierten a Fallen Kingdom en una gran situación embarrosa – Sí, la película trascurre como si fuera una gran anécdota –. Vemos conflictos sin sentido y validaciones obvias en un mundo aburrido por la determinación de seguir lo fácil y recurrir al pasado; la nostalgia es esencial en este tipo de películas, pero si las situaciones se resuelven de la misma forma una y otra vez (T-Rex en el momento justo, no una sino tres veces) el film se torna débil en su atracción. Jurassic World: Fallen Kingdom funciona como un entretenimiento pasajero de una gran saga. La película cumple en entretenimiento y diversión sin vueltas pero de todas formas sacrifica la posibilidad de una temática centrada exclusivamente hacía los dinosaurios. Al fin y al cabo Ian Malcolm tenía razón y el humano se convierte en su propio destructor al jugar a ser Dios.
14 años pasaron desde que conocimos a la familia Parr, sus increíbles habilidades y un nuevo mundo que Disney nos hizo amar desde el primer momento. Ahora en este año la familia todopoderosa se adueña nuevamente de las salas de cine presentando su secuela en Los Increíbles 2. 14 años que no se sienten, ya que esta secuela arranca inmediatamente en el final de su antecesora. Los Parr están listos para el combate y el espectador está listo para disfrutar de una gran película que, si bien no era necesaria, en Disney y Pixar logran encajar todo adecuadamente . Teniendo prácticamente el elenco original de regreso, (Craig T. Nelson, Holly Hunter, Samuel L. Jackson, Sarah Vowell, Brad Bird) Los Increíbles 2 se mete de lleno en el conflicto de “la legalización de superhéroes”. Los Parr con su casa en ruinas tras los eventos de la primera película no tienen otra chance que adecuarse a la rutina de “ser normal” alojándose en un hotel de poca monta. Por suerte Winston Deavor (Bob Odenkirk), un magnate obsesionado con los superhéroes, tiene una solución para alejar a la familia Parr del aburrido anonimato de una rutinaria vida normal y regresarlos a la gloria del reconocimiento heróico. Los Increíbles 2 cumple sin esfuerzo desde el primer momento y todos esos personajes olvidados por el tiempo regresan como si nunca se hubieran ido. Los padres siguen en plena crisis de la mediana edad – en especial Mr. Increíble – y los hijos tratan de equilibrar sus vidas personales con sus superpoderes. Algo que se ve en esta película es cómo Disney logra una vez más mantener el eje central de la historia sin irse por las ramas; Los increíbles 2 trata muchos de los conflictos globales actuales de una manera limpia y con mucha destreza, pero nunca pierde ese objetivo principal y este es: La familia. La Familia es el centro del universo en esta película (y podemos decir que de Disney lo es también) y en estas dos horas animadas llenas de poderes, enfrentamientos y fanfarrias heróicas, la familia es lo que importa y no hay vuelta que darle. Entretenida, emotiva y resaltando un retrofeeling en toda su extensión Los Increíbles 2 no recurre al desastre a gran escala ni a la clásica línea de secuela aumentada. En todo momento vemos cómo los desafíos van a nivel personal (la superación personal es constante). De todas formas la película sufre por su duración. Con el límite de 2 horas justo en la línea Los Increíbles 2 incita al espectador a ver su reloj desde el comienzo del segundo acto. A no equivocarse, la película es entretenida, pero ciertas situaciones no logran una contribución acertada y se toma demasiado en serio para lo que debería ser en realidad. Brad Bird deja literalmente todo como director, productor y actor (él es que pone la voz de Edna Mode) y claramente por enfocar su esfuerzo máximo en todo, algo tenía que salir del rango de lo “excelente” y ese algo es el guión. Los Increíbles 2 es una correcta opción para disfrutar en cines, a pesar de que la película se enfoca en el rango familiar el film de Brad Bird encuentra su punto justo de “espectadores perfectos” desde los 15 años para arriba (por temáticas de atención y extensión de la historia). Entretenimiento puro con la magia de Disney y Pixar intacta,
El Legado del Diablo intenta imponer interés presentando un mensaje de pesimismo desde sus primeros segundos. Con una invitación lúgubre inicial la película dirigida por Ari Aster explora la vida de una familia en los suburbios de Utah, Estados Unidos, después de una tragedia que marca un antes y un después en la vida de ellos. Lamentablemente Hereditary – título en su idioma original – posee una campaña de marketing que vende pretensiosamente a la película de una forma engañosa. Hablamos de una película que genera falsas impresiones en el público para lograr un objetivo elevado en ventas; esto por un lado es aceptable ya que la incertidumbre sobre lo que se va a encontrar en el film se manifiesta fácilmente; no obstante al finalizar la película el espectador se puede sentir engañado con lo que acaba de ver. Hereditary se presenta en marketing ala Conjuring/Insiduous (hasta el infalible método de venta de humo y presentarla como la nueva Exorcista) y al final, cuando todo termina, se crean similitudes con The VVitch – película que en su momento me encantó –. La película no es mala pero resulta una estafa solapada por lo menos tras los minutos después de salir de la sala. Con un ritmo lento que no consigue pegar en el blanco sobre la atención total del espectador la película es potencialmente un fastidio con una vistosa fotografía a cargo de Pawel Pogorzelski (Sigma, Ifeel). Absurdamente densa, el peso de Hereditary se ve en la presentación de escenas de factor shock impensadas que se ven a cuenta gotas en un guión algo rebuscado pero con efectivas resoluciones. Una súbita escena a destacar mezcla el silencio con un impacto en pointblank sobre un poste de luz: esto es brutal, contundente y sumamente desgarrador. Fuera de la burda insatisfacción de su ritmo, Hereditary ofrece grandes interpretaciones de actores reconocidos. Toni Collette (About a Boy, Krampus) es el alma innata de esta película caracterizando a una madre en plena crisis exitencial por los hechos trágicos que la rodean, también acompaña correctamente el gran Gabriel Byrne (Usual Suspects, Shade) como el padre de la familia que imparte desconexión de los hechos simplemente por no estar “ahí”, el resto de elenco cumple pero no impresiona. Si se quiere disfrutar una película que posee una sobrecarga de imágenes espiritistas con un inevitable desenlace anticipado Hereditary consigue su cometido, por otro lado, si se busca escapar y disfrutar algo rápido que sirva como entretenimiento momentáneo, éste no es ese tipo de películas; si hay algo que nos enseña este film es que tienen que dejar de nombrar productos como si estuvieran a la par del El Exorcista en este siglo. Valoración: Buena.
Ya muy lejos del ratpack la saga Ocean’s se adentra en una nueva serie protagonizada por un -casi- integro elenco de grandes actrices: Sandra Bullock, Cate Blanchett, Rihanna, Anne Hathaway, Helena Boham Carter, Mindy Kaling, Sarah Paulson y Awkwafina, estan listas para realizar un nuevo robo. Ocean’s 8 es simple comparada a sus entregas previas, hay un plan y hay un equipo pero la nueva película de Gary Ross (Seabiscuit, Free State of Jones) se concentra, y tal vez demasiado, en el ofrecer un panorama extenso del objetivo. Esto es un gran punto en contra ya que la saga Ocean’s posee el encanto de mostrar un ambiente de lujo y empapar al espectador en él. Esta nueva película quita de lado el encanto del planeamiento y su ambiente – lamentablemente también el desarrollo de personajes – para ofrecer un espectáculo que se basa solo en “el motivo del robo”. Ocean’s 8 es pura y exclusivamente personal y no logra sorprender en ningún momento. Entre el enorme talento de su elenco, la película carece de química actoral, esa camaradería que vimos en las anteriores películas, aquí es inexistente. A pesar de la indudable experiencia de estas divas del séptimo arte, la película funciona como una seguidilla de monólogos que no logran interconectarse – casi – en ningún momento. Se destacan Bullock, Blanchett y en una escena particular Hathaway, pero el resto simplemente no está en sintonía con el plan pactado. El colmo: el personaje de Sarah Paulson no logra definir su especialización y en la película la tenemos como un simple “haz lo tuyo Paulson!”. Con un ritmo sorprendentemente desfasado para el género Ocean’s 8 opera como un nuevo intento de renovación. Es interesante ver a estas grandes actrices compartiendo en pantalla y es todavía más interesante el cuestionamiento sobre la eficacia de este nuevo grupo; afortunadamente la calidad total del film no consigue decepcionar del todo y sin dudas se agradece el intento, pero las piezas de este nuevo juego cinematográfico no encajan del todo y la experiencia no logra llegar al nivel que se prometía, o al menos, que intentaba distinguir. ¿Innecesaria?- No. ¿Una perdida de tiempo?-Tampoco; es más, las posibilidades que ofrece a futuro esta spinoff son muchas y si se instala en buenas manos, tal vez en algún futuro nos encontremos con Ocean’s 21… Valoración: Buena.
Clásico del Merc with a mouth Deadpool 2 comienza con Wade Wilson/Deadpool rompiendo la cuarta pared y hablando en retrospectiva de lo que supuestamente lleva a su “suicidio”. A pesar de estar viendo un terreno demasiado conocido, es inevitable sentir una cierta admiración por lo desquiciado que resulta este sincero comienzo de película con un Deadpool fuera de su elemento – sí ese elemento implicara felicidad -. Dirigida por David Leitch Deadpool 2 cuenta la caída del “bufón sanguinario canadiense” y, en su misma línea, es una deslumbrante y energética postal de amor para todo fan del personaje. Deadpool 2 es simple: nos encontramos con un Wade Wilson deprimido viviendo un terrible desenlace a causa de su estilo de vida mercenaria. En la búsqueda de salvación a cambio de muerte por mano propia Wilson sufre un momento de lucidez – todo esto fiel al buen Wilson desquiciado – que conduce sólo hacia una salida: unirse a los X-Men. Desafortunadamente para los personajes – pero afortunadamente para todos nosotros – las cosas no salen como se esperaba y el good Deadpool termina cruzando caminos con nada más y nada menos que Cable – un queridísimo plus en la vida comiquera del merc with a mouth – interpretado por el gran Josh Brolin. A esta altura Ryan Reynolds está en lo más alto del juego gracias al éxito de su personaje, Deadpool vive y respira gracias a Reynolds. En Deadpool 2 Podemos apreciar los eternos golpes que el actor dio contra una tediosa pared tratando de salir libre y disfrutar de un personaje “más grande que la vida”; hay que aceptar que Wade Wilson no es la taza de té que puede llegar a elegir la mayoría de personas, ya que el límite del respeto se pasa muy fácil y se da una – visible – rienda suelta en todo ámbito del personaje; pero lo atractivo, ese factor seductor que atrae al público, es que estamos ante un idiota encantador que sinceramente no le importa nada y se centra principalmente en brindar diversión sin fronteras (Deadpool siempre fue un personaje consiente de su mundo ficticio). Deadpool 2 sorprendentemente logra mantener el estándar de calidad de su antecesora. Con el humor intacto – aumentando la dosis de lo desenfrenado y bizarro – la película dirigida por Leitch de un panorama de lo que puede llegar a ser un “deadpooluniverse” si las cosas siguen un rumbo correcto. En esta secuela se expande todo: personajes, referencias, humor, insultos… absolutamente todo, pero lo que más llama la atención son las sorpresas reservadas que nos tienen Leitch, Reynolds y compañía; realmente todo lo que se ve en pantalla es tan disparatado, tan asombrosamente bizarro que surge la – casi – inmediata idea de verla de nuevo en las salas de cine. A destacar: la brillante presentación y primer misión del nuevo grupo de mutantes X-Force es algo que va a costar mucho tiempo olvidar. Quitando la presencia absoluta que Reynolds da al mítico personaje titular, Deadpool 2 presenta a Josh Brolin, Zazie Beets, Bill Skarsgård, Terry Crews, Bill Delaney, Julian Dennison y Eddie Marsan como nuevos aportes secundarios del mundo marveleano. Brolin acompaña a Reynolds de muy buena forma – estilo buddy cop movies – interpretando al implacable Cable (separa sin problemas su rol de Thanos) y también la hermosa Zazie Beetz consigue su primer gran rol fuera de la televisión como la afortunada Domino; Brolin y Beetz junto al joven Dennison aprovechan al máximo (máximum effort) su tiempo en pantalla y dejan al público con ganas de mucho más. Hay un ENORME cameo sorpresa en esta película y lo único que se puede decir es que presten atención a todo personaje en pantalla, aún, cuando las apariencias engañan… no lo van a poder creer. Con una duración de 120 minutos la película no pesa en lo absoluto; su ritmo es constante y su banda sonora adecua el ambiente “chimichanguero” que vemos en pantalla. La intro – al mejor estilo 007 – es acompañada por la voz de una inmensa Céline Dion que deja todo con su voz y se posiciona como una digna nominada en ternas de “Mejor Canción Original” en la próxima temporada de premios. Deadpool 2 es un film que se disfruta sin problemas en su totalidad, esta nueva entrega es una caricia para los fans del personaje y alivia a quienes dudaban sobre la casi interminable espera de “el dúo dinámico” de Marvel. Lamentablemente la única falla visible es un erróneo cambio de referencias en los subtítulos el cual arruina un poco la experiencia si se conoce las bases y el target de su idioma original; Deadpool 2 no es perfecta pero sin duda alguna es un great motherf***ing time en cines. Valoración: Muy Buena.
Simón Spier (Nick Robinson) tiene un secreto… esa es la frase que mueve todos los hilos argumentales de la nueva película de Greg Berlanti (Life as We Know It, The Broken Hearts Club). Simón Spier tiene un secreto y todo su mundo puede caer, o al menos eso el cree… Simón es un chico “normal” (es como él se describe en voz en off ante los espectadores), tiene amigos, una familia que lo apoya en todas sus decisiones pero el joven de 16 años tiene miedo de salir del closet, sí, el gran secreto de Simon es que es homosexual. Un gran punto a favor que tiene esta película es que no trata al espectador como idiota y lo fuerza a bancarse el cuentito de que hay algo monumentalmente diferente entre el protagonista y nosotros, los espectadores. Simón aclara que es como cualquier otra persona no obstante su único problema es el temor, miedo a que su “puesto” en una escala social aceptada se venga abajo. Nadie sabe el secreto de Simón, pero por un mensaje desconocido en la red social privada de los alumnos de su escuela, Simón se da cuenta que hay alguien que siente igual que él. Love, Simon (título original) trata, sobre todas las cosas, del vínculo y posterior revelación de quién está detrás de los misterioso cibermensajes. La película muestra cómo Simón poco a poco evalúa las posibilidades de sus “Enigmaticos candidatos”. En estas situaciones el film de Berlanti, que favorablemente trasmite simpatía hacia el personaje principal, sus amistades y familias, y que invoca el espíritu de John Hughes (the Breakfast Club, Pretty in Pink) con numerosos aires de coming-of-age, se transforma en algo embarazoso de ver: no sabemos quién le escribe a Simón y por momentos tememos que sea un pedófilo acosador el que lo haga y eso incomoda un poco; afortunadamente estas situaciones de un “posible” groming son limitadas y si bien logran trastabillar a la película, no la hunden por completo. Con un excelente cast de jóvenes talentos – entre los grandes se encuentran Jennifer Garner y Josh Duhamel – la película se nutre constantemente con la química del conjunto en pantalla. Nick Robinson junto a Logan Miller (interpretando al bufón de la escuela, Martin) sostienen las mejores escenas de la película y sin dudas – si logran separar positivamente el camino de la fama con el descontrol – se convertirán en grandes estrellas; también acompañana muy bien Katherine Langford (13 reasons Why), Alexandra Shipp (X-men: Apocalypse) y, sorpresa, Tony Hale (Arrested Development). Love, Simon es una película que muestra la vida de un joven gay mezclando la cultura pop actual; muestra los pros y contras de esta cultura pero por cuestiones de época la película no logra tener el impacto absoluto que busca. De todas formas se puede disfrutar como entretenimiento pasajero y tiene la distinción de poseer una simpática mirada diferente de las cosas sin llegar al factor shock o dramático innecesario que pueden poseer este tipo de películas. Valoración: Buena.
Tenemos todo un mes entero hasta alcanzar la mitad de este año y la industria de cine nacional no para de intentar seducir a los espectadores con una seguidilla de películas del género terror (para bien o para mal). Aterrados de Demián Rugna firma un fin de transición y, como todo fin, éste puede ser bueno o malo. Afortunadamente estamos hablando de una película que marca un grado cercano a la excelencia en el cine de género nacional. Sobre la película: Aterrados introduce al espectador en 3 diferentes experiencias “sobrenaturales” en el radio de una comunidad vecinal bonaerense. Tras los desenlaces de estos hechos sobrenaturales, se pone en funcionamiento una investigación en conjunto con especialistas del campo paranormal con el objetivo de encontrar la fuente de estos trágicos eventos. No hace falta aclarar que la investigación no sale como todos esperaban. Demián Rugna dirige y también escribe el guión de este film de terror sobre “cucos bajo la cama y pesadillas infernales”. Rugna, con una destreza asombrosa le muestra al público exactamente lo que éste desea y lo hace de una forma directa y aplastante. Casi pecando por lo predecible de la acción en servicio de homenaje, Rugna sorprende con su forma de plasmar sustos sencillos y extremadamente eficaces; tenemos escenas clásicas al estilo “ahora me ven, ahora no me ven”, como también horror desenfrenado que funciona en conjunto con el gran trabajo de efectos especiales a cargo de Marcos Berta. En actuaciones expone a grandes talentos que demuestran, sin mucho esfuerzo, una habilidad nata frente a la cámara. Maximiliano Ghione va ganando poco a poco su rol protagónico poniendo la palabra “antihéroe bonaerense” en nuestra mente. Ghione utiliza su distintivo carácter actoral y posibilita fusionar la acción del horror junto con una singular dosis de humor secundario, Ghione merece una grata mención especial por este papel. Acompañan muy bien Elvira Onetto, Norberto “Bocha” Gonzalo, entre otros. Aterrados es una gran película de terror nacional, así de simple. La película demuestra que toda su realización fue hecha con amor y respeto por el género y es un ejemplo de cómo hay que hacer las cosas si se quiere ganar el respeto y admiración del espectador. Valoración: Muy Buena.
Diez años después de la primera entrega (The Strangers, 2008) los psicóticos depredadores enmascarados vuelven para saciar su apetito de sangre. Esta segunda parte dirigida por Johannes Roberts (47 meters down) trata de expandir la pasión de estos antagonistas misteriosos. Desde el principio The Strangers: Prey at Night introduce un cambio drástico en la ecuación pautada en su película original: vemos a los asesinos fuera del “ambiente hogareño” y se presenta la atmósfera de “campo de juegos para asesinos en serie”; esto puede jugar a favor de lo que vimos en la película del 2008, no obstante el factor claustrofóbico se suplanta por la acción lúdica y la sensación de peligro inminente deja de existir. Tampoco ayuda el hecho de ver personajes recién graduados en la “universidad de estúpidos del cine”, toda decisión tomada por estos individuos es desesperante para la vista; cada escena de esta película alcanza el nivel de lo bizarro al observar su singular realización. Cristina Hendricks, Bailee Madison y Martin Henerson no resultan convincentes al tratar de elevar The Strangers: Prey at Night a un nivel de realismo actoral aceptable y para colmo nos encontramos con el clásico policía estúpido cuyo tema de background tendría que ser Police academy theme, es de gran ayuda empezar a tararear la canción en cuanto el patrullero impone presencia en la pantalla grande. A pesar de todo esto la película toma cierta lucidez gracias al trabajo fotográfico de Ryan Samul. Samul logra anexar imágenes y posibilita una transición aceptable al entender el retro feeling que rodea este film. Para destacar: El enfrentamiento de un miembro de la familia victima con dos asesinos al ritmo de Total Eclipse of the Heart de Bonnie Tyler. The Strangers: Prey at night falla estrepitosamente en casi todo su cometido. Con 85 minutos de duración la película tiene una monumental cantidad de errores que abarcar todo tipo de aspecto técnico; no está demás decir que es una película hilarante en su despropósito y deja incompleta una premisa que solía ser interesante hace una década atrás. Valoración: Mala.