Alicia a través del espejo, conduce al espectador hacia esta tierra llena de maravillas bizarras, personajes coloridos y una cantidad insufrible de hechos que no llegan a ningún lado ni producen el más mínimo interés. En esta ocasión, Tim Burton regresa no como director, sino como productor, alejándose de su época de esplendor. Desde el Planeta de los Simios, su carrera se encuentra en una perpetua caída, justamente, al estilo Alicia, en un hoyo que al final no lleva hacia un mundo maravilloso, sino a el recuerdo de ¿Se acuerdan de Ed Wood, Sleepy Hollow o Beetlejuice? ¿Se acuerdan cuando Tim Burton no se repetía constantemente hasta el hartazgo? En esta segunda parte la tierra de las maravillas es, en resumen, un personaje de reparto, quitando así el atractivo principal que deslumbraba en el universo de Alicia. Lo asombroso, lo impredecible queda como un arte secundario dando el top spot, la mirada principal, a un personaje insufrible: El Sombrerero. Toda la apuesta en este film se resume a él, los grandes personajes, por ejemplo, Cheshire Cat son simples cameos desaprovechados. Este es “el” punto en contra en la primera adaptación y en esta segunda parte, en lugar de implementar una mejora, sufre otra derrota por ello. Estas dos entregas no se tendrían que llamar Alicia en el país de las maravillas o Alicia a través del espejo sino El sombrerero Parte I y Parte II. Otro asunto interesante es el guión, escrito por Linda Woolverton, flojo por donde se vea, aleja al espectador en vez de incluirlo en las maravillas visuales presentadas en pantalla. Las situaciones críticas no se llegan a asimilar por la rápida resolución que Woolverton da y una cantidad de plotholes sin sentido hacen preguntar a todo espectador ¿Cómo es que el personaje llegó a ahí? Hay lindas frases y momentos para sonreír, pero todo esto se echa a perder en cuestión de segundos. El 3d genera buenas sensaciones por su claridad, a destacar los primeros minutos los cuales transcurren en una envolvente noche tormentosa. Usualmente la mayoría de películas con demasiados elementos en pantalla –ya sean atmosféricos o enfrentamientos a gran escala - sufren de un excesivo desenfoque o motion blur. Pero aquí no es el caso, imagen clarísima de principio a fin. Una dirección correcta a cargo de James Bobin, muestra a Alicia a través del espejo visualmente grata para los más grandes y una gran apuesta para llevar al cine a los más chicos; ver el nombre de Alan Rickman acompañado por su personaje buscando nuevos horizontes puede resultar un momento emotivo. Pero el resultado total es un golpe bajo para Disney.
En Sabah Nur es traicionado por sus seguidores y enterrado en un abismo eterno, sólo para despertar a principios de la década de los 80’s, 10 años después de los eventos de ocurridos en X-men Días del Futuro Pasado. Por este hecho los X-men vuelven a alistarse en una nueva misión de rescate. X-men: Apocalipsis ofrece una mirada más personal y distinta a lo que estamos acostumbrados. Se lo ve a Erik Lehnsherr a.k.a. Magneto en una posición de padre de familia dejando atrás su oscuro pasado. Simon Kinberg y Bryan Singer, sus guionistas, también destacan a Scott Summers (Ciclope), que desde el inicio de la saga se lo trata como uno más del montón (recordemos su penosa aparición en The Last Stand). En esta parte miman un poco más a los personajes olvidados y/o encasillados, refrescando sus historias por más corto que sea ese tratamiento. Todo esto puede ser un punto positivo, pero al mismo tiempo de revitalizar a viejos conocidos, Singer y Kinberg, desaprovechan de una manera monumental a los recién llegados. El más claro ejemplo son los ayudantes de En Sabah Nur, sobretodo dos de sus “Jinetes”, Psylocke y Angel (el último previamente visto en The Last Stand). A ellos se los puede ver en toda la campaña de marketing de Apocalipsis - Olivia Munn sube videos prácticamente todos los días para mostrar a su personaje, según dice ella, el mejor de todos – estos nuevos estelares prometían hacer exclamar: ¡Acá se arma en serio!; aunque lamentablemente (tengo que decirlo), terminan dando un resultado que deja mucho que desear. La mutante del eterno piloto amarillo, Júbilo, es otro ejemplo. Ella figura en la película con el objetivo de dar diversidad cultural, parece un chiste, y no lo es. Hablemos un poco del gran villano En Sabah Nur alias “Apocalipsis”. Su presencia en los trailers dejaba un sabor agridulce y para empeorar las cosas, su primer vistazo en imágenes, desato una ola de controversias por una apariencia poco llamativa recordando a muchos a un hermano perdido de Ivan Ooze de Power Rangers (1995). Oscar Isaac el encargado de dar vida a Apocalipsis hace un trabajo correcto con el material que le fue dado. Posee una buena presencia cuando se le permite expandir su rango de expresiones, pero nuevamente sus guionistas, al centrarse exclusivamente en hacer brillar al equipo X-men se olvidan de un malvado, el cual, podría haber sido memorable. En esta entrega cada situación extraordinaria en pantalla se siente ordinaria. Esto es culpa del estudio por no querer arriesgarse a jugar con el público, para ser una película con semejante nivel de destrucción, es demasiado lineal y aburrida, le falta riesgo y recurre a lo básico y seguro. Pero todo no es negativo, destaco una escena al ritmo de Eurythmics, estos pocos minutos dan un agradable respiro al festival de clichés y mientras menos sepan de la escena, mejor. X-men: Apocalipsis triunfa en “más de lo mismo”, ciertos momentos van hacen sonreír al público, estos son contados y opacados por lo lineal de la estructura total del film, el 3d no llama la atención y la película produce cierta sensación: a pesar de ser una historia sobre innumerables individuos con grandes poderes, se ve como un homenaje a Jennifer Lawrence interpretando a Katniss Everdeen de Los Juegos el Hambre durante la entera duración de la película.
Angry Birds 3D básicamente se resume en “tirar aves para vencer a los cerdos”. Red es el personaje principal de la película, es un ave con problemas de ira, todo lo que lo rodea es un problema para él salvo, su pequeña casa con vista al mar alejado del resto de las aves vecinas. En una de sus sesiones de control de ira, su mundo cambia por la llegada de los cerdos y un ancla que se encarga de destruir lo más preciado que posee. La película adquiere tono de esta forma, es simple, nada especial, pero de alguna forma Jon Vitti, el guionista encargado, se encarga de lograr con simpleza un conflicto que se resuelve con una gomera. Lo atractivo de Angry Birds 3D son sus personajes principales, sobre todo los tres “amigos” de Red: Chuck, Bomb y Terence. Chuck es un pájaro hiperquinético, psicótico y depravado, Bomb es un amable pájaro con problemas de autoestima y Terence, bueno ustedes se van a encargar de ver quién es Terence. Cada vez que este grupo está reunido la película funciona, en especial cuando Terence hace el uso de sus distinguidas expresiones. Por otro lado, al contar con un gran grupo de protagonistas, la historia no se agota en los personajes secundarios, sino que se convierte en una película coral: cuando uno de los vecinos hace presencia en la pantalla, la química se rompe, el espectador pasa de reír por alguna frase de Bomb o un gesto de Terence, a simplemente dirigir la mirada hacia el techo por culpa de esto, es irritante y más de una vez termine largando un soplo de aire al igual que Red a punto de explotar. Otro punto a destacar en esta película es la manera en que se desaprovecha el uso del 3D. En los primeros dos minutos de película (contando créditos iniciales) Kaitys y Reilly, los directores de Angry Bird, hacen abrir los ojos por la excelente interacción que nos brinda el 3D, pero al finalizar esta introducción, uno nota, como espectador, que los anteojos pesan por lo innecesario que se sienten, y eso da el efecto “a ver como se ve si me los saco”. Todo lo contrario sucede con la banda sonora, que está aplicada con exactitud, sumergiendo completamente al público en el ambiente tropical y hasta en los estados de ánimos de los personajes. Angry Birds 3D es una buena opción para grandes y chicos por sus personajes coloridos, su historia simple, el gran uso de slomos hilarantes y la lluvia de referencias cinéfilas que se ven en la película - destaco el uso que le dan a una escena de El Resplandor o el nombre de Kevin Bacon en una obra de Hamlet-. Pero aun así, le falta ese toque final, esa frutilla en el postre que cautiva al público.
Los Hermanos Russo regresan otra vez para entregar una de las obras definitivas del género de superhéroes. Este film se centra en la reacción de los hechos previos en el Universo Marvel, que hasta el día de hoy eran considerados “heroicos” por sus protagonistas, tales como: ensuciarse las manos, recibir aplausos, lavarse, buenas noches y a dormir. Pero las prioridades de todos cambian de la noche a la mañana gracias a Tony Stark- Robert Downey Jr.- y un encuentro desafortunado, el cual ocasiona una fractura en el grupo con resultados no deseados. Con una duración de 147 minutos, es la entrega más larga de Marvel, si bien es considerable para este tipo de películas, sólo se sienten pesados sus primeros 20 minutos por una edición confusa y un par de escenas de más. Una vez finalizado ese tramo todo su desarrollo es genial: una historia atrapante, con bastantes giros y con “LA” batalla entre superhéroes. Todo participante tiene su momento para brillar, especialmente Black Panther, Ant-man y claro, Spiderman (en esta película es palabra mayor), interpretado por Tom Holland que brilla como Spidey/Peter Parker - en mi opinión la química entre Parker y Stark es uno de los puntos fuertes de la película -. Gracias al gran cuidado que dan los guionistas a estos personajes hacen que uno quiera ver sus respectivas futuras entregas. Civil War cuenta con un gran número de héroes/heroínas, pero Steve Rogers (Chris Evans) aka el capi, demuestra una vez más que él es el protagonista absoluto es el corazón y alma de todo el equipo, y no sólo hace lo que es necesario, sino que deja todo por defender sus ideales y su eterna lealtad hacia los que él quiere, el Capitán América no solo es un escudo, un traje o un símbolo, simplemente es una persona, una extraordinaria persona. Marvel cumple en lograr el balance apropiado entre cantidad y calidad, no obstante, sigue arrastrando uno de sus principales problemas en la gran pantalla, y ¿cuál es ese problema? Los villanos. Nuevamente desaprovechan la oportunidad de explorar y conseguir un personaje memorable, simplemente recurren al clásico aburrido con un plan ambiguo, esta vez el plan es “aceptable”, pero el Big Bad queda como uno más del montón, ¡y este montón ya es bastante grande!, lo mismo sucede con el secuaz secundario Crossbones que posee una buena presentación, pero simplemente es uno más en la larga lista de “pase el que sigue”. Si tendría que nombrar un antagonista efectivo, diría solamente dos palabras: Tony Stark. Capitan America Civil War es hasta la fecha una de las mejores películas de superhéroes, con viejos y nuevos personajes que logran una presencia monumental, una dosis de humor equilibrada, escenas memorables, para darle gusto a todo tipo de espectador, pero también con villanos simples y con errores de edición en sus primeros minutos. Al finalizar esta aventura, todos vamos a coincidir en dos cosas: la primera es que nunca vamos a ver a la Tia May como antes y la segunda que Capitan America: Civil War no es perfecta, pero sin duda alguna, es heroica.
Gracias a un corto en primera persona que se virilizó llamado Bad Motherfucker y a la ayuda de sus fanáticos en crowfunding, el director, Ilya Naishuller, juntó todo su conocimiento, tecnología y su legión de dobles de riesgos para dar origen a su opera prima. ¿De qué trata Hardcore: Misión Extrema? Muy fácil, es una montaña rusa de balas, explosiones y muertes estilizadas, también en primera persona y con mucho, pero mucho Shaky Cam. El protagonista de la película se llama Henry, un cyborg mudo que tiene un objetivo: rescatar a su esposa de las garras de un albino con poderes telequinéticos llamado Akan. ¿Parece que estoy contado la trama de Super Mario con algún toque extra?, pero es así, Hardcore tiene una historia nula, no tiene un guion estelar, ni ningún Twist final que deje al espectador impactado, es un espectáculo bizarro desde el primer momento, con personajes secundarios coloridos por doquier. Interpretados por Sharlto Copley – pongan atención al “interpretados”- los pintorescos aliados del protagonista se apoderan de cada escena y se despide literalmente con un Boom cuando deja la pantalla. Pero eso no es lo más importante en la película… Lo que importa es la acción, y esta, se da desde el primer momento en que los créditos iniciales se hacen presentes. En Hardcore: Misión Extrema no hay respiro, es un viaje sin retorno; con una banda sonora genial que se hace presente en todo momento, desde Queen hasta The Temptations, hacen que la experiencia sea aún más intensa. Hay decapitaciones, muertes por heridas de bala, muertes por caída, gente atropellada, lo que nombren, en Hardcore lo van a tener acompañado de un ritmo desenfrenado. Aun así, con lo que ofrece en pantalla, llega un momento en que todo se vuelve repetitivo y no genera ningún efecto, varias veces me quedé esperando ver algo más, aún en los casos más extremos, -por dar un ejemplo: en el momento que Henry tira a uno de sus ilimitados enemigos hacia una hélice y se dirige hacia otro para romperle todas las extremidades-. A pesar de ser testigo de todo esto, uno se queda con ganas de más, y el factor sorpresa, lamentablemente se pierden en los primeros 20 minutos de esta aventura. Este tipo de género puede ser realmente efectivo en un corto de 5-15 minutos, pero al estar 1 hora y media presenciando las mismas cosas una y otra vez, cansa y mucho. Hardcore: Misión extrema es original, bizarra y entretenida, pero es el claro ejemplo que a veces es mejor las pequeñas dosis que tener una y otra vez lo mismo en grandes cantidades.
Por un tráiler que apareció de la nada, Avenida Cloverfield 10 capto atención mundial de la noche a la mañana. El nivel de tensión que mostraba en esos pocos minutos de avance, un gran reparto y la mente de J. J. Abrams - encargado de cumplir los sueños de legiones de nerds con su “pequeña compañía” Bad Robot Productions –, aseguraban el Sleeper hit (éxito inesperado) del año. Pero más allá de estas razones había una palabra del proyecto que resonaba fuerte, y esa palabra era: Cloverfield. Ahora ¿Tendremos respuestas sobre los hechos que presenciamos en el año 2008?: la respuesta es muy fácil: ¡a seguir esperando! Avenida Cloverfield 10 es una historia nueva, sumamente claustrofóbica, sobre 3 personas que tratan de sobrevivir en un bunker a causa de un ataque químico. Este escenario está liderado por el Doomsday Prepper Howard –Interpretado por John Goodman - que con gran corazón y amabilidad – o al menos eso dice el - brinda su refugio a Michelle y Emmett, dos extraños en apuros. Howard es una fuerza de la naturaleza y no se hace esperar mucho para desatar la furia sobre lo que lo rodea. Es la versión masculina de Annie Wilkes (con cerdos incluidos) y con cada segundo que se escucha la respiración del personaje, o las acciones que realiza da a lugar a la verdadera pregunta de la película ¿Cuánto tiempo uno puede soportar la compañía de Howard? Sin dudas es el punto fuerte de la película y Goodman, a pesar de los años, sigue siendo uno de los actores más versátiles de todos los tiempos. Si hay una verdadera razón para recomendar esta película es por él. Ahora bien, Avenida Cloverfield 10 genera incertidumbre y tiene momentos efectivos en su desarrollo, pero al llegar a una resolución que realmente puede hacer impactar al espectador opta por incluir elementos de sci-fi en sus últimos 10 minutos que ocurren demasiado tarde para causar algún efecto positivo; principalmente porque quedan opacados por hechos previos - hacía mucho no experimentaba una reacción tan negativa en una sala de cine por este tipo de cosas- tal vez los guionistas utilizaron estos recursos para honrar al nombre de la película, pero el resultado deja bastante que desear y, sumando el cliché de “últimos momentos de asombro”, es ahí cuando uno realmente dice “¿con qué necesidad?”. Avenida Cloverfield 10, busca y encuentra, pero no logra mantenerse a flote – como si fuera casualidad - en sus últimos 10 minutos. Una lástima.
Jon Favreau, director de películas como Ironman 1 y 2, Cowboys & AIiens, Chef, se aleja del género Sci-fi y nos entrega una obra que, posiblemente, sea la versión definitiva del clásico de Rudyard Kipling. El libro de la Selva, envuelve al espectador por su belleza; plasmada en forma de árboles, lianas, ríos y fuego. El espacio puede observarse con una claridad asombrosa dentro del mundo de Mowgli. Al invocar tanto contenido de una forma magistral, Favreau incluye al público en esta historia, en la variada y curiosa manada. Un reparto de grandes actores aporta no sólo voces, también sus expresiones. Con la ayuda de CGI, cada personaje tiene su momento para cautivar. Ninguna escena se muestra forzada. Es sorprendente ver al imponente Rey Louie – Cristopher Walken- en compañía del pequeño, observar los ojos brillando en la oscuridad de su palacio generando vida solamente con una mirada. Lo mismo ocurre con el tigre Shere Khan, que lejos de jugar a ser Richard Parker de Una Aventura Extraordinaria (Life of Pi, 2012), gracias a la interpretación de Idris Elba, logra transformar a este personaje feroz en un claro favorito para “Villano del Año”. El libro de la selva cuenta una historia musical compuesta por John Debney (Sin City, Elf). Promete sonrisas aseguradas con “The Bare Necessities” mientras el Baloo de Bill Murray disfruta sin preocupaciones mientras juega con Mowgli, o al ritmo de la pegadiza “I Wan’na Be Like you” de Louis Prima, esta ocasión en voz de Walken. En 3d, El libro de la selva, deja al espectador hipnotizado – tal vez se sienta envuelto en su belleza al igual que Mowgli en su encuentro con la serpiente Kaa - y todos van a vivir, lo que Disney quiere lograr en sus proyectos: sentir al niño interior. Es un gran espectáculo nostálgico de principio a fin.