Más Michael Moore El eximio documentalista sigue buscando soluciones para su país y en esta ocasión viajó a Europa para tomar prácticas que a su vez están inspiradas en ideas estadounidenses. El genial Michael Moore sigue indagando en las cuestiones sociales de su país, los Estados Unidos, y en cada película desnuda las miserias de la superpotencia al punto en que dan ganas de pedirle que deje de pegarle por un rato para que le dé tiempo al gigante a recuperarse para el siguiente round. Claro que para el creador del ciclo "La Cruda Verdad" (The Awful Thruth) y de filmes como "Bowling for Columbine" –por el que ganó el Oscar- probar sus puntos no es muy difícil por lo que en esta ocasión decide viajar (invadir, según él) a varios países habitados por "gente blanca y con nombres pronunciables" para reclamarlo como propio (clavando la bandera en ese territorio) tomar aquello que su país necesita La idea es divertida, y parodia abiertamente la actitud de los Estados Unidos de George W. Bush durante la invasión de Afganistán (2001) y de Irak (2003) en la que ese país buscó hacerse con la producción mundial de amapolas (de donde se extrae el opio con el que la CIA financia sus operaciones) y del petróleo respectivamente. Sin embargo, acá Moore no busca hidrocarburos ni bienes materiales y por eso viaja a Italia, donde su mandíbula no logra cerrarse a medida que escucha el testimonio de una pareja que le muestra los beneficios de tener 12 feriados, 15 días de luna de miel y 35 días de vacaciones totalmente pagos así como un aguinaldo completo en diciembre; para luego "invadir" Francia a fin de hacerse con el sistema de alimentación escolar, en el que los niños aprender a disfrutar comida gourmet, a apreciar el arte en su máximo esplendor, pero por sobre todo a cuidarse en el plano sexual. "¡Si los franceses te tienen lástima en algo es porque estás haciendo algo realmente mal!", dice el documentalista al final de ese viaje. Y la aventura sigue con un viaje a Finlandia en el que Moore estudia las ventajas de un sistema educativo que, de ser algo obsoleto y aburrido como el de Estados Unidos, pasó a estar en la vanguardia del mundo con una simple ecuación: menos horas de clases y más tiempo para jugar; "para ser niños", según los directivos de la escuela que visita. El asombro de Moore no culmina sino que se amplía con una visita a Slovenia para comprobar que, efectivamente, allí la universidad es gratuita y su asombro se escapa al infinito cuando encuentra a sus propios compatriotas, jóvenes que han debido emigrar de la "tierra de las oportunidades" para poder estudiar de manera gratuita y no endeudarse de por vida para obtener educación de calidad, Sin embargo, las palmas se las lleva el sistema carcelario de Noruega, un país que coloca la dignidad humana por sobre el rencor y la venganza que puedan inspirar los actos criminales; y hace foco en el padre de un joven que fue víctima de un neo-nazi que asesinó a tiros a 77 adolescentes en la isla de recreo, y que así y todo rechaza la pena de muerte. Y el viaje sigue por otros países de Europa como Portugal e Islandia, y llega incluso a Túnez, en el que muestra que, pese a profesar la religión islámica, el trato a las mujeres allí es totalmente diferente al que idealiza el imaginario popular. La película cuenta con una impresionante producción que el documentalista desplegó por todos los países visitados, una grupo para cada nación a fin de hacer más efectivos y lo menos contaminados posible los informes, y el humor de Moore hace el resto. Si el espectador es aficionado a este documentalista, podrá encontrar una muestra más de que su humor y sarcasmo hacen sumamente llevaderas sus entrevistas (como cuando les pregunta cuántas puñaladas han recibido a los presos que "viven" en las cárceles noruegas) y también como su tacto se aplica en el momento justo para que el público no se sienta incómodo de reírse por una situación que no lo amerita. Si usted reconoce allí a varios de los productos que inundan los ciclos periodísticos argentinos, es porque su estilo inspira a alumnos que, sin embargo, no han concurrido a todas sus clases. En definitiva, ¿Qué invadimos ahora? es una película de visión casi obligatoria no sólo para los norteamericanos sino también para cualquier argentino que, con la cabeza abierta, quiera imaginar mejores formas de hacer las cosas. No le haga caso a los críticos que le dicen "es otra película más" y dese una oportunidad de aprender durante dos horas de una persona que busca incansablemente cómo mejorar el mundo.
“Matemática… ¿estás ahí?” Una nueva película de género “made in Argentina” llega a las salas y en ella se conjugan no sólo el misterio sino también la mitología y la religión de manera ecuánime. Hubo una época en la que en los círculos cinéfilos locales, varios aspirantes a realizadores deliberaban durante horas en bares y convenciones cuál era la mejor manera de homenajear a sus películas preferidas de terror y misterio, ya sea las de la clásica productora Hammer como así también las de directores consagrados como Spielberg, Carpenter, Lynch y otros. Claro que este sistema de homenajes siempre va por detrás y la idea es superar al maestro, por lo cual casi siempre estos films se quedaban en eso, algo que podía ser y se quedó a mitad de la carrera. Sin embargo, este año la cosa comenzó más que bien con Resurreción de Gonzalo Calzada y siguió manteniendo un nivel aceptable con otros films que buscaron vías alternativas como El Muerto Cuenta su Historia, siempre teniendo en cuenta los exiguos pero bien aprovechados presupuestos con los que cuentan. En ese marco llega a los cines Ecuación, los malditos de Dios de Sergio Mazurek, como director de varios cortometrajes y cuya opera prima, Lo siniestro (2009) le ha valido muy buenas críticas. La historia de Ecuación hace foco en Hermes Vanth, un médico que pasa la mayor parte del día trabajando dentro del Hospital Rivadavia, donde convivir con la fatalidad es algo natural para él hasta que comienza a sentir que la muerte lo afecta sobremanera. Perseguido por una inexplicable cadena de muertes ocurridas en todos los ámbitos, la de su novia incluida, Vanth descubre que todos estos hechos tienen en común la presencia de un misterioso anciano que despierta su curiosidad. El galeno comienza así una peligrosa investigación que lo hará descender a los pasajes más profundos de la mitología bíblica y urbana, y a descubrir los objetivos de un oscuro y secreto grupo de personas que lo llevarán a conocer las respuestas que guarda la misma naturaleza de la Muerte. "La matemática es el lenguaje en el que está escrito el universo", le dice un cura interpretado por el genial Roberto Carnaghi a Vanth en un pasaje fundamental del film. Hasta aquí lo que se puede revelar de un film que basa su misterio hasta el último minuto para atrapar al espectador y que muestra un dedicado trabajo por parte de sus realizadores en la tarea investigativa a la hora de escribir un guión que, sin embargo a veces puede tornarse algo "pesado" para el espectador promedio. De todas maneras, esos detalles son menores comparados con los climas opresivos que logra construir Mazurek con la ayuda de especialistas como Fabian Forte (El muerto cuenta su historia) como asistente de dirección, Daniel De La Vega (realizador de la inminente Ataúd blanco: el juego diabólico) y Martín Blousson (El Eslabón Podrido, Diablo) en la edición. La película está inspirada en la exitosa serie de libros "Buenos Aires es leyenda" de Guillermo Barrantes y Victor Coviello y por eso hay mitología, hay religión, hay misterio al estilo "Hammer Films" y hay muchos detalles que elevarán la categoría de esta película a "de culto", status que adquieren los estrenos cuando pasan a conseguirse "en video" (o en streaming como impuso Netflix). Pero con el estado actual de las ediciones en DVD, lo mejor es no dejar pasar este fin se semana sin verla.
Teatro como en el teatro Una versión fílmica de la clásica obra de Alicia Muñoz llega a la pantalla grande, en esta ocasión protagonizada por Pablo Alarcón y Claudio Rissi. Siempre que una obra de teatro trasciende su medio y llega al cine, surgen las odiosas comparaciones que buscan encontrar en qué se diferencia una de la otra. Sin embargo, en esta versión fílmica de "Justo en lo Mejor de mi Vida" busca llevar la misma historia, que cuenta apenas con algunos recursos más que los que podría tener una representación de la obra de Alicia Muñoz pero con la ventaja de poder acercar esta emotiva historia a un público más masivo del que asiste a las salas teatrales. El argumento se centra en Enzo, un músico de orquesta que ha decidido darle prioridad a su familia antes que a su carrera profesional y por eso vive una vida contrarreloj, de show en show, lo que lo ha llevado a desencontrarse con su esposa e hija. Una mañana, Enzo (Pablo Alarcón) recibe la visita de Piguyi (Claudio Rissi), un compañero de orquesta a quien no veía desde hace diez años debido a que el éxito lo ha llevado a recorrer el mundo. Pero a los pocos minutos, Enzo irá irá descubriendo que este misterioso encuentro tiene lugar en el día de su muerte, y que en realidad, él y Piguyi están muertos y son testigos de las vivencias de la familia del primero ante el hecho concreto de su deceso. El amigo, como muerto con experiencia, le aconseja abandonar el lugar y no enterarse de las dolorosas realidades que se destaparán ante su partida definitiva, pero la curiosidad es más fuerte y decide quedarse... En esta línea, la historia transcurre casi únicamente en la casa de Enzo, donde se van reuniendo su esposa Verónica (Ingrid Pellicori), su hija Yanina (Lucía Stella) y su hermano Lucho (Fabián Arenillas) a sacar "los trapitos al sol", ante la atónita mirada del protagonista; en una sucesión de emotivas escenas en las que los protagonistas sacan lo mejor de sus capacidades interpretativas. Realmente no se entiende cómo es que esta versión de Justo en lo Mejor de mi Vida, del director Leonardo Fabio Calderón (el de Marc la Sucia Rata y Lucho y Ramos), no llega masivamente a los cines a pesar de estar lista desde hace un año. Su estreno se da sólo en el complejo Gaumont en la Capital Federal pero eso no impide que sea disfrutable durante los 93 minutos de duración.
Miss Peregrine y los Niños Peculiares: ¡Pobre Tim Burton! La nueva película del consagrado realizador de “El Joven Manos de Tijeras” es… todo lo contrario a ese film tan particular ¡Pobre Tim Burton! Hace años, los films del hombre del cabello revuelto eran celebrados por la crítica y el público como verdaderas obras de arte gracias a su estilo gótico y original. Pero los estilos únicos y originales crean escuelas, y acá estamos a casi 30 años de Beetlejuice el Superfantasma rodeados de realizadores que copiaron su estilo hasta el hartazgo, y lo peor: muchos de ellos (como Guillermo del Toro o Henry Sellick) han superado al maestro. Por eso, al ver esta versión cinematográfica de la novela Miss Peregrine y los Niños Peculiares, el espectador puede pensar que ya vio esto mil veces en los últimos años y, salvando las diferencias, tiene razón. La causa principal: Tim Burton ya toma las adaptaciones literarias y las realiza en "piloto automático" mientras se financia y prepara sus films "más personales" como Big Eyes: Retratos de una Mentira que reflejan su verdadera madurez como realizador. Claro, Burton creció y su mente, ya lejos del estado "freak" no piensa en esos términos, por eso cuando piensan en él para estos trabajos sale con ideas como las que se puede ver en Alicia en al País de las Maravillas que recaudó fortunas pero en términos de crítica zozobra. En Miss Peregrine, un adolescente investiga las pistas que le dejó su abuelo moribundo –al que encontró agonizando con las cuencas de sus ojos vacías, por cierto- y llega desde Miami a Gales donde debería encontrar una escuela de niños superdotados, una suerte de "X-Men" pero en miniatura que poseen asombrosas habilidades. Una vez allí, el pequeño Jacob (Asa Butterfield) entra en contacto con Miss Peregrine que resulta vivir en una suerte de dimensión paralela en la que el tiempo no transcurre debido a que deben ocultarse de los "Huecos", unos monstruos que se alimentan de los ojos de las personas "peculiares". Los primeros 30 minutos de la película (que se extiende por dos horas) abundan en misterio y entretenimiento pero luego, la narración se vuelve inconsistente, como si el material filmado hubiera sido mucho más y lo hubieran obligado a cortar escenas cruciales. De esta manera, el espectador se encuentra con una película que no sólo no reviste sorpresas sino que carece de ciertas explicaciones para comprender mejor la trama y las motivaciones de los personajes. Asimismo, hay referencias en la trama a hechos que deberían haber transcurrido con anterioridad y no se han visto. Sin embargo, en las escenas en las que se trata la relación de Jacob con su abuelo (el siempre soberbio Terence Stamp), el director sí logra emotivos momentos. El elenco, uno de los fuertes del director, está muy bien elegido, resaltando la figura de Eva Green, a la que el director eleva por sobre el resto con una suerte de aura de perfección visual por sobre el resto. Samuel Jackson interpreta a un villano tan malévolo como bien "lookeado" mientras que extraña la aparición de Judi Dench en un papel muy menor y que, seguramente por algún truco de edición, podría haber sido interpretado por la tía del director ya que casi no posee parlamentos. En definitiva, esta Miss Peregrine, seguramente "peregrine" por varias salas y obtenga un gran reconocimiento del público pero no está ni por asomo entre las mejores películas de Tim Burton.
Un Traidor entre nosotros: no te engaña La mafia rusa tiene un disidente que quiere venderlos a los británicos y un profesor universitario se transforma en una pieza fundamental de este ajedrez mortal. El cine de espionaje y conspiraciones tiene en el escocés Ewan McGregor a uno de sus más grandes exponentes, que en cada uno de los proyectos de este tipo que encara descolla con su gran trabajo, como ocurrió con "Ángeles y Demonios" y "El Escritor Fantasma". Sin embargo, está la sensación de que McGregor no ha sido aprovechado aún al 100 por ciento y que su próximo film será el que lo consagre definitivamente y lo saque de la mente de público como el Obi Wan Kenobi de la segunda trilogía de Star Wars. En "Un Traidor entre nosotros", McGregor personifica a Perry, un profesor universitario que durante las vacaciones que disfruta con su esposa en Marruecos es elegido por un poderoso elemento de la mafia rusa para ser quien llevará a la Inteligencia británica un mensaje por demás inquietante: quiere pedir asilo en Londres a cambio de "soplar" todos los negociados de sus jefes en el Reino Unido. Resulta que Dima (el siempre formidable Stellan Skarsgard, ojalá su hijo hubiera heredado ese talento...) es el contador de un grupo de mafioso que se vieron obligados a estatizar sus operaciones, tras lo cual fueron eliminados con familia y todo. Per Dima ha ideado un plan para salvarse junto a su prole de la masacre que se cierne sobre ellos y por so promete "buchonear" una vez estén todos a salvo en la capital británica. El problema radica en que el agente del MI6, Hector (Damian Lewis, el protagonista de la serie "Homeland") que se interesa en el caso no consigue de sus superiores el permiso para utilizar los recursos necesarios para sacar a Dima y su familia de la vigilancia dela mafia por lo que recurrirá a Perry y su esposa como enlaces con el contador. De esta manera, Hector iniciará un operativo que lo llevará a recorrer París y Suiza con el fin de sacar a la familia de Dima y también al profesor y su esposa Gail (Naomie Harris). La película, está basada en una novela clásica de John Le Carré, y adapta en la medida de lo posible esta historia tratando de permanecer lo más actual posible, algo que logra sobradamente gracias a la pericia de la directora Susanna White, que gracias a su pericia televisiva ha aprendido a lograr grandes escenas con poquísimos recursos. Y eso es lo que desprende la película: que cada centavo del presupuesto ha sido exprimido al máximo para lograr los mejores climas, en lo que colaboran también las muy buenas actuaciones del elenco, en especial de McGregor que sigue pidiendo a gritos el traje de James Bond que algún productor que arderá en el infierno le niega desde hace años... Claramente, "Un Traidor entre nosotros" se ubica entre los mejores estrenos de una semana que viene bastante floja de papeles...
La Noche del Lobo: aullando por lo bajo La odisea nocturna de un joven al que su pareja echó de su casa el lei motiv de unapelícula que apuesta a sorprender por lo osada más que por la historia que narra. El cine de temática gay va ganando más y más espacios dentro de los estrenos nacionales, a veces con grandes productoras por detrás como la recordada "Muerte en Buenos Aires" y otras con films menos ambiciosos como esta "La Noche del Lobo" que apuesta más al volumen de los aullidos que la calidad de los cuadrúpedos en cuestión. La historia de esta película gira en torno a Ulises, un joven taxi boy al que su pareja, Pablo (Nahuel Mutti, ¡sí el de "Verano de ´98"), echa de la comodidad de su hogar, vaya uno a saber porqué causa principalmente porque lo "vive": no trabaja y le vacía la heladera, en pocas palabras. Tras orinarle y defecarle la cama a Pablo, Ulises le roba un arma y algo ediner, y sale a buscar un nuevo lugar donde quedarse. Deambulando por la noche porteña termina atravesando muchas situaciones que lo pondrán a prueba mientras recuerda los bunos momentos que pasó con su ex pareja, que al mismo tiempo lo está buscando para recuperar sus pertenencias. El film consta de una sucesión de escenas que se alternan entre las desventuras nocturnas de protagonista y su propia introspección, en la que revive su pasado junto a Pablo. Sin embargo, y a pesar de la buena elección del desconocido Tom Middleton en el rol conductor de la trama, el film no logra transmitir las muchas sensaciones que tiene para entregar, es decir que no se termina de entender qué les está pasando emocionalmente a los protagonistas, problema que deriva de un guión que busca redondear la historia en los exactos 70 minutos de duración. De esta manera, la Odisea nocturna que vive este Ulises no logra ser lo suficientemente atractiva para trascender el nicho de público al que está dirigida en primer término.
El Especialista: Resurrección, el regreso del pelado peleador La nueva película del británico Jason Statham parece un calco de sus incontables incursiones cinematográficas pero así y todo presenta los ingredientes (y actores) necesarios para tener personalidad propia. En los ochenta reinaban en las taquillas Sylvester Stallone, Chuck Norris y Arnold Schwarzenegger y por detrás había una verdadera marea de películas que buscaban colgarse de su éxito. En la actualidad, y con esos ídolos al borde de su retiro, le cabe al ex nadador Jason Statham el título de heredero de todos ellos. Con un estilo propio, el calvo se hizo un nombre dentro del género e incluso fue convocado como "su segundo" por Sylvester Stallone en las películas de "Los Indestructibles" pero, paralelamente, sigue estrenando entre una y tres (¡3!) películas por año, todas ellas muy parecidas entre sí. El caso de El Especialista: Resurrección es extraño. La película original, que se estrenó acá en 2011 bajo el título de El Mecánico, era una remake de un film de los años ´70 protagonizado por Charles Bronson; pero para esta secuela eligieron transformar al "mecánico" por "Especialista", quizá como una manera de relacionarlo con el clásaico film de Stallone y Sharon Stone estrenado en 1994 (¡!). Lo cierto es que en este film, Statham retoma el papel de Bishop, quien es descubierto en Brasil por un viejo amigo que ahora lo quiere muerto pero no sin antes cumplir tres "trabajitos" bajo pena de asesinar a una mujer (Jessica Alba) que no sólo conquistó esa roca que lleva como corazón sino además es la responsable de un hogar de huérfanos que quedará librado a su suerte si ella muere. Esta premisa es la "excusa" para que Statham protagonice una serie de escenas de acción explosiva, de esas que captan la atención por lo bueno de las coreografías y la precisión con la que todo está planificado. El protagonista luce sólido en su papel (esto, literalmente) pero eso no es excusa para disfrutar de una hora y cuarenta minutos de piñas, patadas, tiros, explosiones y costosos vehículos destrozados por doquier en locaciones paradisiacas en las que los espectadores pueden descubrir tranquilamente su próximo destino vacacional. El agregado de Tomy Lee Jones y Michele Yeoh, no hace más que convocar a los fanáticos de este tipo de films aunque dichos intérpretes no aporten mucho a la trama y sus papeles están escritos más a modo de homenaje que a otra cosa. En definitiva, si la intención es divertirse "sanamente y en familia", El Especialista: Resurrección es una interesante opción para este fin de semana. Si no, su llegada al cable será la alternativa.
Cigüeñas: para volver a creer Una nueva película de animación de los productores de La Gran Aventura Lego lleva a los niños a revivir el mito de su llegada al mundo de una manera muy graciosa. ¡No digan nada! A esta altura del partido, no cabe duda de que Chris Miller y Phil Lord son LOS productores de films para niños (indiscutible título luego de las dos Lluvias de Hamburguesas y La Gran Aventura Lego), y también para adolescentes gracias a las dos muy divertidas entregas de Comando Especial. En Cigüeñas, Lord y Miller ofician sólo como productores, pero su mano se nota no sólo en los diseños de los personajes sino también el lo irreverente de un humor que en ningún momento intenta tomar a los chicos por tontos, sino que se pliegan a sus juegos de una manera increíblemente natural. En Cigueñas, hay dos historias que se complementan: la de Tulip, una huérfana a la que las cigüeñas –que desde hace años han dejado de entregar bebés y ahora distribuyen artefactos eléctricos- no pudieron llevar nunca con sus padres por un hecho que se devela a lo largo de la película, y la de Nate, un nene que quiere un hermanito para paliar su soledad, agravada por el hecho de tener dos padres workahólicos. Nate envía la carta a las cigüeñas, que llega a una oficina en la que está Tulip, que -distraída- despacha la correspondencia y el público se puede imaginar el resto. La joven y su jefe cigüeña Junior -que está desesperado por un ascenso- buscarán llevar a la beba a su casa antes que se enteren los dueños de la empresa. La película oscila entre una "road movie" y la comedia familiar, depende la alternancia de escenas, en la que se suceden una serie de situaciones desbordantes de humor, condimentadas por personajes muy hilarantes como una manada de lobos que son capaces de armar vehículos con sus cuerpos. Los directores de esta película son Nicholas Stoller, uno de los portaestandartes del nuevo humor norteamericano que este año estrenó la segunda entrega de Buenos Vecinos, y Doug Sweetland, que aporta toda la pericia que adquirió en el departamento de animación de Pixar, empresa para que la que dirigió el divertidísimo corto Presto. Con todos estos antecedentes, Cigueñas pasa a ser una película muy recomendable para los chicos de todas las edades, que además de hacer gala de un humor a toda prueba no deja de lado lo emotivo y contiene escenas que hacen piantar algún suspiro (algunos) y lagrimón (otros) sin que por ello se borre la sonrisa de la cara.
Lombardo a toda prueba El consagrado Javier Lombardo vuelve al ruedo y demuestra que él solito es capaz de ponerse una película al hombro y sacarla adelante pese a todo. Pasaron catorce años del estreno de "Historias Mínimas" y el público todavía recuerda a Javier Lombardo como uno de los mejores actores del espectáculo argentino. Sin embargo, Lombardo, que supo estar en varios de los ciclos más exitosos de la TV, desapareció de un día para el otro debido a su enfermedad (sufre de Parkinson) y desde hace unos años está tratando de retomar de a poco su carrera con muy buenos resultados. El Peor Día de mi Vida es uno de esos casos ya que a pesar de que se trata de un guión un tanto rebuscado (los guionistas argentinos que escriben sobre personajes que trabajan en el medio lo hacen de manera un tanto acartonada), el protagonista lo lleva muy bien a lo largo de ochenta minutos en los que va del drama a la comedia con una facilidad envidiable. La historia hace foco en la vida de Julio, un actor que en su cumpleaños número cincuenta debe sobrellevar una jornada en la que todos los aspectos de su vida confluyen para volverlo loco: su esposa lo quiere dejar, su cuñada le endilga hacerse cargo de las cenizas de su hermano (con el que no se hablaba desde hacía años), su auto se rompe y además debe conseguir que le den un papel en una publicidad a riesgo de no poder pagar un crédito que le debe a un banco. El actor Daniel Alvaredo, que en esta película se reserva el papel de un productor, dirige este filme de manera correcta, otorgándole generosamente a cada uno de sus colegas el espacio para que se puedan lucir en lo suyo, y de esa manera la película se va enriqueciendo paso a paso. De todas maneras, el film es una película pequeña, sin pretensiones, que sólo busca contar una historia y entretener, y lo logra gracias a la grandeza de su protagonista, que en breve volverá a la gran pantalla con Maldito seas Waterfall!.
No Respires: el placer del suspenso La nueva película del uruguayo Fede Álvarez abunda en situaciones que mantienen al espectador aferrado a la butaca, eso cuenta para un buen film de género. Tal vez el póster de No Respires haga creer al espectador que se encuentra ante un film de terror, sobre todo por el antecedente de su realizador, el uruguayo Fede Álvarez, que fue la remake de Diabólico, titlada en este país como Posesión Infermal. Sin embargo, en esta ocasión, Álvarez optó en esta ocasión por encarar una producción de suspenso, que no está exenta de algún que otro susto pero que cumple a rajatabla con los requerimientos de ese género. La historia de No Respires se enfoca en tres jóvenes delincuentes que seleccionan viviendas desocupadas y entran a robar. Pero las cosas se complican cuando deciden qu su próximo objetivo es la casa de un hombre ciego que acaba de cobrar una fortuna para no presentar cargos contra una joven que mató a su hija por accidente. Una vez dentro de la vivienda, los tres ladrones descubrirán que las cosas no serán tan fáciles como parecían en un principio y deberán buscar una manera de escapar del lugar. Álvarez recurre a uno de los efectos que mejor sabe usar: la oscuridad. Y si en Posesión Infernal, lo tenía fácil debido a que la acción transcurría en una noche, en No Respires, logra que hasta las escenas de día parezcan oscuras gracias al director de fotografía. Por lo demás, el manejo de planos y la edición permiten al realizador obtener los resultados que busca ya que todas las escenas provocan una tensión constante en el espectador que no tiene tiempo de cuestionarse algunas de las acciones que llevan a cabo los protagonistas y que representan los puntos flojos del guión. Sin embargo, la idea es lo suficientemente original como para que la película se transforme en algo así como un juego de "la escondida" en el que el espectador es el más divertido. La película llega a la Argentina en el momento en el que es la número uno en su país de origen y se encuentra en pleno apogeo de afluencia de público a las salas, y al verla, se entiende el porqué ya que con pocos recursos obtiene unos muy buenos resultados.