Ataúd Blanco: en el cementerio del homenaje La nueva película de Daniel de la Vega carece de un guión que pierde fuerza a medida que avanza la trama y se apoya en el peso de sus protagonistas. En el cine de terror slasher clásico –pongamos por ejemplo el norteamericano de los años 1970 y principios de 1980- llegó a la argentina para quedarse en la cabeza de toda una generación de realizadores que hoy cuentan con unos 40 años de edad y viven homenajeándolo en películas que a veces llegan al cine y otras circulan sólo en festivales como en Buenos Aires Rojo Sangre (BARS). Este es el caso de Ataúd Blanco, un nombre que alude a los que se usan para enterrar a los niños y cuya sola mención aterroriza a mucha gente (incluyendo al editor de este diario), el realizador Daniel De la Vega, el mismo de la interesante Necrofobia, lleva al espectador a un truculento paseo por un pueblo llamado Moriah en el que sus habitantes tienen por costumbre jugar con los visitantes, sobre todo si éstos tienen chicos con ellos. En este marco, llega al pueblo Virginia (Julieta Cardinale), una mujer que huye de su ex marido con la hija de ambos Rebeca, y se convierte en la nueva víctima de estos depravados, junto con otras dos mujeres, interpretadas por Eleonora Wexler y Verónica Intile. Las tres comienzan una terrible búsqueda encargada por los secuestradores: deben hallar un ataúd blanco y la que lo haga evitará que su hijo o hija muera. Hasta acá la cosa pinta promisoria pero en los hechos, el film –de sólo 70 minutos- no cumple con eso de "lo bueno viene en frasco chico" y se queda en un mero homenaje a los films slasher, en los que el plato principal era un festival de tripas y el argumento queda en segundo plano. Lo malo es que acá el argumento, con algunos hechos que se van dando a medida que transcurren los minutos, se transforma en algo importante en sí mismo ya que abre más interrogantes que los que termina cerrando. En definitiva, Ataúd Blanco contiene muchos de esos elementos que atraen a los fanáticos de este género, y lo hace más que bien con referencias a Tobe Hopper, Sam Raimi y otros exponentes legendarios, pero le falta ese pequeño giro de tuerca que hace que las historias terminen de cerrar. ¡Ah! No se vaya de la sala hasta que terminen de pasar los títulos porque la cosa sigue con un bonus track.
Doctor Strange: misticismo para principiantes Esta nueva película de Marvel Studios no hace foco en los superhéroes sino en lo oculto; y hechiza con su imaginería visual ilimitada. Parece que la cosa viene por el lago mágico del cine y por eso en dos semanas llegaron a las pantallas locales dos filmes centrados en las artes místicas. El jueves pasado fue el debut de Newt Scamander, el heredero de Harry Potter, y esta semana llegó Doctor Strange, el personaje al que los Vengadores recurren cada vez que enfrentan un peligro que no se soluciona con trompada o rayos. Marvel Studios demuestra en esta ocasión que lo suyo no son sólo los superhéroes sino que es capaz de adaptar con buena fortuna a cualquiera de sus personajes, cualquiera sea su habilidad. En este caso, y sin salirse del universo en el que conviven los mencionados Vengadores, Spider-Man y los personajes de las serie de Netflix (Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage), la historia hace foco en el lado místico de esta Tierra en el que se revela que un grupo de hechiceros cuida el planeta de sucesivas invasiones encaradas por poderes más allá de la comprensión humana. Es precisamente en este mundo en el que surge Stephen Strange, un cirujano con el ego más inflado que Tony Stark (Robert Downey Jr.) que, tras sufrir un grave accidente en el que queda incapacitado para ejercer su profesión, busca la sanación por métodos poco tradicionales. Sin embargo, luego de darse cuenta de que Strange tiene la notable capacidad de aprender con suma facilidad todo lo que se tiene que saber acerca de lo sobrenatural, una milenaria hechicera a la que se conoce como "Ancestral" (Tilda Swinton) decide convertirlo en uno de sus aprendices más importantes y le enseña a dominar las fuerzas que controlan el tiempo y el espacio con la esperanza de que se convierta en guardián de alguno de los templos diseminados alrededor de la Tierra que sirven como bases de operaciones para la secta y detenga Kaecilius (Mads Mikkelsen), un oscuro mago renegado que busca favorecer la llegada de un demonio denominado Dormammu. El director Scott Derrickson, que hasta ahora se había despachado con algunos llamativos títulos del género de terror (El Exorcismo de Emily Rose, Sinister y Líbranos del Mal, entre otras) de exiguo presupuesto, despliega una inusitada imaginería visual favorecido que no deja de sorprender minuto a minuto por lo arriesgado de la propuesta. A no malentender: los fanáticos de Marvel que van a ver una película del personaje sin conocer su historia se llevarán una gran (y grata) sorpresa al ver como el realizador se las ingenia para transformar el nudo de la historia en una gran clase de misticismo para principiantes, merced a unas secuencias muy bien explicadas. Derrickson (y los guionistas que también tienen gran parte de la responsabilidad) no sólo están a la altura de las circunstancias sino que además superan las expectativas con una narrativa muy bien equilibrada que lleva a espectador del drama a la acción con una exquisitez que apenas puede notar. Hay unos planos que en el tráiler recuerdan a El Origen de Christopher Nolan pero que en el film se sustentan por sí mismos y que vistos en 3D (o mejor aún, en 4D) son realmente impresionantes y valen la pena la diferencia del precio en la entrada. A nivel actora, Doctor Strange cuenta con la inigualable presencia de Benedict Cumberbatch, ese actor que supo actualizar a Sherlock Holmes sin perder la esencia del personaje y se convirtió en el actor "de moda" en el círculo freak internacional, que en esta ocasión no sólo simula un acento norteamericano a la perfección sino que logra alcanzar el nivel de carisma de los demás actores que trabajan en estas películas como Robert Downey Jr. o Chris Evans. El resto del elenco cuenta con nombres de lujo como los ya nombrados Swinton, y Mikkelsen, y tiene además en sus filas a la siempre simpática Rachel McAdams, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong y Benjamin Bratt, entre otros. Por supuesto que también se puede encontrar en Doctor Strange el típico humor marveliano (todos los personajes siempre tienen algún remate gracioso que decir en los momentos de tensión y siempre caen simpáticos) y cuenta no sólo con el obligatorio cameo de Stan Lee (el creador de todo este negocio) sino también dos escenas extras entre los títulos y que obligan a quedarse hasta el final para ver cómo conecta todo esto con la próxima película de Los Vengadores.
Animales Fantásticos: hubo vida antes de Harry Potter Un nuevo film situado en el universo creado por J.K. Rowling busca seguir explotando el filón con toda una nueva galería de personajes La historia, escrita por la propia J.K. Rowling adapta de alguna manera el libro del mismo título que en la ficción (y en la realidad porque salió publicado como merchandising en 2001) es un compendio de todos las fabulosas criaturas que se viven en el mundo mágico que utilizan los alumnos del colegio Hogwarts como bibliografía obligatoria en el primer año de clases. Yendo a la película, el espectador deberá desechar completamente, para poder disfrutarla, cualquier idea de volver a ver a alguno de los personajes clásicos ya que la trama no sólo es completamente novedosa sino que inclusive se desarrolla en los Estados Unidos en 1926. Más disímil, imposible. "Animales Fantásticos" relata un viaje que hace Newt Scamander, un coleccionista de estas criaturas que las mantiene muy cómodas en una especie de zoológico que montó en su maletín de viajero, a la ciudad de New York en el año 1926 y coincide con el reinado de terror que viven los magos a raíz de los ataques perpetrados por Geller Grindewald, un mago tenebroso que desató una guerra global de magos. Pero Scamander tendrá que solucionar sus propios problemas cuando, tras una confusión de maletines, los animales que lleva se escapan por toda la ciudad. A partir de esta premisa, el director David Yates, que tuvo a su cargo la realización de las últimas cuatro entregas de Harry Potter y que retoma acá su tarea luego de la fallida "Tarzán". La historia tarda un rato en entrar en calor dada la afición del director de tratar de presentar a los personajes y recién a la mitad de la película la cosa se pone en movimiento con dos frentes de batalla para los protagonistas, Scamander y dos magas y un "muggle" que se le unen en su cruzada. Es la primera mitad de la película la que plantea quizá la apertura de tantos frentes lo que causa una cierta sensación de agobio mental ya que a medida que se van planteando los conflictos, el relato transcurre entre maravillosos efectos especiales que se llevan un gran porcentaje de la atención. Eso sí, cuando la cosa toma ritmo, el relato y la imaginería visual de Yates –que ya roza la perfección- se unen y todo parece ir sobre carriles, aunque para eso ya se "perdió" mucho tiempo. Lo bueno es que la historia funciona en dos ritmos: como film independiente que cuenta un episodio del pasado del mundo mágico y además como primer episodio de una trilogía de filmes que en los últimos días fue ampliada a una pentalogía que abarcará los siguientes 19 años de vida del protagonista. Y hablando de éste último, Scamander está interpretado por el ganador del óscar Eddie Redmayne, que no se resigna a encarnar a un personaje sin tics faciales. Su personaje es por demás particular y, aunque simpático, le falta un poco de carisma ante sus compañeros de elenco que logran mucho sin recurrir a fantochadas. "Animales Fantásticos" es, entonces, una película muy divertida para los fanáticos de J.K. Rowling, que reconocerán varios elementos de su obra literaria, y una buena opción para todo aquel que quiere conocer de qué trata todo esto y no sabe por dónde comenzar.
La adaptación de la novela homónima de Humberto Constantini llega a los cines luego de su exitoso paso por el Bafici y otros festivales internacionales El film ganador del premio en la última edición del Bafici, La Larga Noche de Francisco Sanctis, llega a los cines locales luego de su paso por varios festivales internacionales en los que ha cosechado varias menciones. La película, basada en la novela homónica de Humberto Constantini se centra en la figura de Francisco Sanctis, un gris empleado de un mayorista, con un oculto pasado militante, que sobrevive como puede a los vaivenes de la vida diaria durante la última dictadura militar, Corre 1977, y Francisco recibe en su trabajo un llamado de una ex compañera de universidad que, con la excusa de pedirle permiso para publicar un poema, le da una información que no sólo pone sus vidas en peligro sino que lo lleva a entrar en la dicotomía entre continuar con su oscura vida diaria o salvar a dos personas de ser abducidas por las fuerzas militares. Desde ese momento, la vida de Sanctis se transforma radicalmente y ahí es donde el film, ópera prima de Andrea Testa y Francisco Marquez toma impulso y se lanza en una carrera contra el tiempo por los oscuros barrios de la noche porteña. El actor Diego Velázquez, que en los últimos tiempos ha cobrado una importante notoriedad a raíz de sus excelentes protagónicos en diversas obras como la película Kryptonita o la serie Los Siete Locos y los Lanzallamas, sube la apuesta con su nueva criatura y logra un trabajo que vale la pena verse por sí mismo, más allá de los logros del filme. Su Francisco Sanctis sufre una transformación total durante los escasos 72 minutos que dura la obra y Velázquez los aprovecha segundo a segundo para ostentar un dominio de la caracterización realmente envidiable. Pero además, la película se sostiene también por una realización técnica impecable que no sólo logra recrear la época a la perfección y con recursos tan escasos como efectivos, sino que también sostiene la tensión de principio a fin de una manera impecable. La forma en que la cámara va relatando las peripecias del protagonista se sustenta principalmente en planos cerrados que no sólo denotan la sensación opresiva de la situación que vive Sanctis sino que también mantiene alerta al espectador al no poder ver lo que sucede más allá de la imagen del actor. La Larga Noche de Francisco Sanctis, entonces, viene a refrescar ese viejo refrán que dice "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Jack Reacher Sin Regreso: Tom Cruise es eterno Tom Cruise reformula al personaje de Lee Child en una secuela muy diferente a la primera entrega y que viene a confirmar que el actor todavía tiene pila para mantenerse en el género. A sus 54 años, Tom Cruise mantiene su lugar indiscutido como uno de los mejores actores del género de acción y con esta secuela de Jack Reacher (2012) se reafirma en el puesto. Y si bien el primer film cuenta con el sello indiscutible de Christopher McQuarrie tanto en el guión como en la dirección, en esta ocasión Cruise le cedió esa tarea a otro de sus favoritos, Edward Zwick, con quien obtuvo tan buenos resultados en El Último Samurai. En este caso, la película opta por adaptar Never go back, una de las historias con más lugares comunes de Child –seudónimo de Jim Grant, que decidió usar ese nombre para que sus libros del género policial se exhiban entre los de Raymond Chandler y Agatha Christie-, quizá con el ánimo de no arriesgar demasiado en la parte argumental, con miras a entrarle al público por el lado de la acción desenfrenada que el film contiene desde el inicio hasta los minutos finales. En esta ocasión, Jack Reacher –un ex oficial del ejército que, retirado, se dedica a vagabundear por los Estados Unidos ayudando al prójimo- deberá probar que existe una conspiración corporativa que ha provocado la muerte de dos soldados en Afganistán y también la deshonra de la mayor (Cobie Smulders) con la que suele trabajar de tanto en tanto. Sin embargo, en el medio de la investigación, Reacher se cruza con una joven (Danika Yarosh) cuya madre lo acusa de no reconocer su paternidad, y que se ve inmiscuida en la acción por causa de fuerza mayor. Como se explicó, en esta secuela la acción prima por sobre el guión, quizá por el hecho de que Cruise se jugó su propia reputación al apostar por un film cuya primera entrega no fue particularmente exitosa; y por ello la trama recae una y otra vez en lugares comunes a este tipo de productos. Sin embargo, para los que deseen ver a Cruise, el deseo está cumplido ya que el actor (con una sobredosis de botox) aparece en el 95 por ciento de las escenas y ostenta un estado físico impecable con el que continúa afrontando todas y cada una de las escenas de acción con una solvencia impecable.
Noche Diabólica: homenaje irlandés a San Raimi Una nueva producción irlandesa de terror mantiene la buena cadencia de susto- calidad y homenajea a uno de los mejores directores del género Al ver Noche Diabólica se nota que el guionista y director Connor McMahon es un fanático de Sam Raimi, ese director que antes de Oz, el Poderoso (2013) y la trilogía de Spider-Man (2002- 2007) supo crearse su propia reputación como director de cine de terror. Se ve también que la persona encargada de colocarle los títulos a los estrenos locales percibió lo mismo ya que el nombre utilizado para el estreno ya no hay rastros del original (From the Dark) y entre éste y el póster promocional hay no pocos elementos que recuerdan a esos filmes clásicos de Raimi Noche Alucinante y Diabólico. Pero, yendo a lo que corresponde, Noche Diabólica cuenta la historia de una pareja que, en plan de vacaciones románticas, viaja hasta que su auto se queda atascado en el barro de un camino rural. Decidido a pedir ayuda, Mark (Stephen Cromwell) llega hasta una casa cercana en donde descubre que su dueño ha sido víctima de una entidad que acecha el lugar tras ser liberado de su prisión bajo tierra. Ya junto a su novia Sarah (Niamh Algar), Mark deberá buscar la manera de sobrevivir a la noche utilizando todas las fuentes de luz a su alcance, ya que la vista de la criatura no soporta los destellos. El filme está "cortado con la misma tijera" que las producciones clásicas, de esas que se ven entre dos y tres veces por mes, pero su propuesta no sólo es interesante sino que desde lo visual, McMahon se las arregla para que el espectador no se aburra mientras se despacha con algún que otro homenaje a las películas antes mencionadas. Filmada con buenos planos, logrados climas y, por sobre todo, un cuidado especial por no revelar cuál es al mal que acecha en las sombras, Noche Diabólica es ideal para pasar una noche divertida en una sala cinematográfica.
Como una novia sin sexo: Gran Hermano playero Tres amigos se van a pasar una semana a una playa y entre ellos surgen situaciones que los llevarán a replantear su relación Una playa bonaerense. Noviembre de 1996. Tres amigos llegan a pasar unos días como mochileros y a disfrutar el mar. Allí encuentran a una joven, Julieta, que toma sol desnuda y comienza una relación con uno de ellos. Así es "Como una novia sin Sexo", el primer largo estrenado en cines de Lucas Santa Ana, comienza y desde ese instante en adelante, busca llamar la atención del espectador como si de una versión playera de Gran Hermano se tratase: con la interacciones entre los personajes, que debido al aislamiento al que se ven sometidos, no tienen mucho margen. Y si a eso le agregamos que el director opta por agregar el recurso de "cámara testigo" (uno de los personajes graba las vacaciones), la intención se reafirma de este modo. De esta manera, el film ubica al espectador como uno más entre el grupo, haciéndolo partícipe (y en algunos casos testigo o "voyeur") de la expresión de sus sentimientos que van desde el simple deseo físico a la manifestación amorosa, y desde el compañerismo que ronda entre los grupos varoniles, a los roces con la homosexualidad latente y la negación de la misma a pesar de lo evidente en algunos casos. La inclusión de actores poco conocidos como son Javier De Pietro, Agustín Pardella, Marcos Ribas y Luana Pascua, hace más fácil esta transposición y eso convierte a esta película en una buena muestra de cine, y en el reflejo de una época en la que se manejaban otros códigos. Hay en "Como una novia sin sexo" (un título que no le hace justicia al film) buenas interpretaciones, aunque en ocasiones falta algo de timing, ya que los actores en ocasiones pasan varios segundos protagonizando incómodos silencios o algunos insultos no parecen salir naturalmente, pero eso no juega en contra ni mucho menos y es cuestión de tiempo antes de que el director termine de pulir su estilo.
Favio, Crónica de un Director: réquiem para una leyenda Este documental repasa profusamente la carrera de uno de los mejores directores del cine nacional, y lo hace con ayuda de sus más queridos colaboradores y material ilustrativo de primera mano. Decir a estas alturas que la muerte de Leonardo Favio es una de las mayores pérdidas sufridas por el arte nacional no sólo es una obviedad sino una verdad a medias: la pérdida es a nivel mundial. Las películas de Favio no fueron de las más taquilleras de la historia del cine argentino, sino verdaderas obras de arte en sí mismas, en las que se puede ver la tenacidad y la obsesividad con las que este realizador buscaba alcanzar la perfección de su trabajo. Pero para decir esto, el director Alejandro Venturini ha reunido a una cantidad inusitada de familiares, colaboradores e interpretes para que cuenten sus experiencias junto al desaparecido cineasta. Graciela Borges, Zuhair Jury, Juan José Camero, Juan José Stagnaro, Edgardo Nieva, Iván Wyszogrod, Maximiliano Gorriti, Diego Puente, Horacio Labraña, Nico Favio, son sólo algunos de los nombres que pasan frente a cámara, algunos de ellos muy conocidos y otros no tanto debido a que su labor se dio detrás de las cámaras. Quizá los relatos más interesantes sean los del Jury, el hermano de Favio, por lo intimistas; el del músico Iván Wyszogrod por la genial explicación de lo que significan la banda sonora de un film y el de Edgardo Nieva por la intensidad emotiva que contienen sus palabras. El documental hace un recorrido atemporal por alguno de los films más significativos de la carrera de Favio como Juan Moreira, El Romance de Aniceto y La Francisca, Nazareno Cruz y el Lobo y cuenta el detrás de la escena a fondo, lo cual y tratándose de 2 horas de metraje, en algún momento se puede poner pesada pero eso se atenúa con el interés que depierta conocer al hombre detrás del director. Si es de los que disfrutan el cine hasta los últimos detalles, este documental reviste una importancia inusitada, y hasta casi se podría decir de vista obligatoria para todos aquellos que además admiraron su obra.
El Hijo de Dios: un golazo del cine nacional Con una puesta en escena tan épica como genial, este film de Mariano Fernández y Gastón Girod cocina en la misma olla a varios géneros con una versatilidad asombrosa Enrolada en el género del western pero apelando a elementos bíblicos y de films deportivos, Hijo de Dios dista de ser un engendro cinematográfico como los que salen a la luz con buenas intenciones pero mala realización y se convierte –sin más- en una de las cuatro mejores película nacionales del año. Vamos por partes: la historia está planteada como un western que a su vez emula en tono de parodia a La Pasión de Cristo y al mismo tiempo es una "road movie" aventura que viven tres amigos en un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires. ¿Quién puede contar tres historias simutáneamente y salir airoso del desafío? Sin dudas Mariano Fernández y Gastón Girod, que continúan esta tendencia a dirigir películas de a dos que tan buenos resultados está dando en la producción nacional en los últimos tiempos con casos como el de El Ciudadano Ilustre (Gastón Duprat y Mariano Cohn) y La Larga Noche de Francisco Sanctis (Andrea Testa y Francisco Márquez). La historia se ubica en una semana de Pascuas en la que tres amigos llegan al pequeño pueblo de Betania, un lugar sometido futbolísticamente al poderío de Pilatos, el comisario y arquero local. Luego de un altercado con Pilatos, los jóvenes son apresados y obligados a aceptar el duelo futbolístico propuesto por el comisario para recuperar su libertad. Todo parece perdido, pero la repentina aparición de un misterioso jugador llamado Jesús, torcerá el trámite del partido y el destino de Betania para siempre. Sin embargo la película, va más allá y propone un debate sobre el estado actual del fútbol, y la mística que representa este deporte para cualquier fanático que se precie, y que deja en el espectador la posibilidad de emitir última opinión, lo continúa a lo largo de toda la historia, en la que cada personaje aporta su bocadillo. Lo que llama la atención a simple vista es cómo los realizadores han logrado convertir al pueblo de Azcuénaga (San Andrés de Giles) en un verdadero "pueblo del far west" merced a un increíble uso de los filtros y la correctísima puesta en escena que transforma en una postal cada escena, en la que abundan los planos contrapicados en la que la imagen de la pelota termina eclipsando el sol, toda una metáfora de lo grande que es el fútbol. Y el cuadro lo terminan de pintar la directora de arte Danna Caldara, la vestuarista Natalia Alayón Bustamante y el musicalizador Maxi Prietto que realizan un trabajo impecable. Pasada la mitad del film, la historia cobra un giro con la aparición de Norberto "Ruso" Verea y Diego Della Sala y se transforma en una suerte de homenaje genial a "Escape a la Victoria", el clásico film bélico futbolístico protagonizado por Sylverter Stallone, Michael Caine y Pelé a comienzos de los años ´80; y ahí la cosa termina de explotar. Se puede hablar horas y horas acerca de las maravillas que representa Hijo de Dios pero lo mejor es ir a verla en una pantalla gigante, con el sonido adecuado y con los ojos descansados y listos para gozar visualmente durante una hora y media de un delirio bíblico futbolístico pergeñado por gente que ama el cine como la vida misma y busca que otros lo aprecien de igual manera.
Trolls: regreso a todo ritmo Las pequeñas criaturas de jopo alto vuelven a conquistar a los niños con un film lleno de colores, canciones y una historia que rebosa de diversión. A esta altura parece que todas las películas para chicos tomaron como canon que sus argumentos incluyan diálogos picantes como los de Shrek, animación a lo Pixar y un target que vaya de los 3 a 99 años. Trolls, no sólo cumple esos requisitos sino que también cuenta con el aval de haber sido producida por Dreamworks, el estudio que financió al mencionado Shrek y a otras clásicas franquicias de la animación moderna como Madagascar y Kung Fu Panda, entre otras. En esta ocasión, y siguiendo la moda de llevar a la pantalla grande cualquier juguete o videojuego que se precie como los Lego o los Angry Birds, les tocó en suerte una película a estos simpáticos personajes creados en Dinamarca en 1959 y que se popularizaron alrededor del mundo en oleadas. Claro que estos Trolls son muy diferentes a esas criaturas, que muchas madres y abuelas llegaron a considerar "demoníacas" en su tiempo por sus grandes ojos de cristal oscuro y su cabello estirado hacia arriba. Dreamworks los revitalizó y los hizo más "digeribles" para los chicos y además los dotó de una personalidad muy diferente a la que cualquiera que tuvo estos duendecitos podría llegar a imaginar. La historia comienza cuando los Trolls dejan el árbol mágico en el que vivenpara escapar de unos ogros que los "cosechan" y los comen una vez por año con el fin de obtener su alegría. La película retoma la historia 20 años después con un hecho que obliga a la princesa Popy a salir en busca de algunos de sus súbditos (y amigos) que han sido raptados por uno de estos ogros (que además solía ser la cocinera oficial de Trolls del rey ogro) y para eso debe unir fuerzas con el único de su especie que no se ríe, no canta y, por supuesto, no baila. La película llama la atención de entrada por su estupendo uso de la paleta de colores y su gran imaginería visual, que compite de igual a igual con cualquiera de las producciones de este tipo. Sin embargo, el fuerte de esta producción es el revival (no en vano los protagonistas han sido "revividos" para este film) que se refleja tanto en la faceta musical como en la psicodelia que rodea a todo lo concerniente al aspecto visual y algunas vestimentas. Esto tiene su explicación en el hecho de que los directores Mike Mitchell y Walt Dohrn han trabajado en la serie y la película de otro personaje no menos particular: Bob Esponja; y esto le ha llevado a recorrer un camino sin retorno a la hora de divertir a los niños con cuentos totalmente llenos de originalidad y diversión. Sin duda, Trolls es un producto ideal para los más pequeños pero que también tiene su buena carga de ingredientes para adultos, con canciones disco adaptadas para la ocasión y mucha buena onda.