Cuando creíamos que nadie iba a poder hacer una comedia más mala que Norbit, Martin Lawrence levantó la apuesta y logró una tarea que en principio parecía imposible. Supongo que un sociólogo podría explicar mejor cómo es posible que una película como Mi abuela es un peligro recaudara más de 170 millones de dólares en los Estados Unidos. Esto generó una secuela en el 2006 que generó otros 138 millones de dólares. Si el chiste de ver a Martin Lawrence disfrazado de una señora mayor se agotó en la primera entrega, la secuela ya era un despropósito. Para la tercera parte los propios actores que formaron parte del reparto de los filmes anteriores, salvo Lawrence, se negaron a trabajar en esta producción porque ellos mismos sentían que no daba para más la historia. Jascha Washington, quien interpretó al hijo de Lawrence, tuvo que ser reemplazado por otro actor porque no hubo manera de hacerlo volver para la nueva película. Lo mismo ocurrió con Nia Long, quien interpretaba la esposa del protagonista y ahora al personaje lo eliminaron directamente de la historia, ya que la actriz se negó a participar en el film. Tenían razón. Si ya es un tormento fumarse esta comedia, no quiero imaginar lo que debe ser trabajar en ella y eso que les pagan. Lo más gracioso de Mi abuela es un peligro 3 es que el propio Martin Lawrence se ve incomodo en el film como si quisiera terminar con cada escena lo más rápido posible para irse a su casa. Algunas cosas no deberían hacerse por dinero. El personaje de Big Mama ya ni siquiera causa gracia y que el hijo de Lawrence en la historia se vista de mujer en esta continuación tampoco ayudó demasiado. Ver la escena musical en la escuela de arte donde este nuevo personaje se pone a cantar y golpearse los dedos de una mano con un martillo es exactamente lo mismo. En fin, otra secuela innecesaria que no hace otra cosa que ocupar espacio en la cartelera.
Batalla: Los Ángeles es una película estúpida. El gran problema de este estreno es que se trata de un film que se tomó muy en serio a si mismo y utilizó el concepto de la invasión alienígena con el único propósito de glorificar a los marines norteamericanos y toda la parafernalia militar de ese país. Esta película es el resultado de algún ejecutivo trasnochado de los estudios Sony, quien creyó que combinar La caída del Halcón Negro con Día de la Independencia era una idea fantástica, cuando se generó totalmente lo opuesto. El film tiene una estructura muy similar a la de aquella película bélica con la diferencia que en lugar de somalíes los ultra valientes y sacrificados soldados yankees pelean con extraterrestres. En ese sentido, la última escena donde intervienen Aaron Eckhart y Michelle Rodríguez es una falta de respeto absoluta a Ridley Scott y a lo que hizo en aquel trabajo sobre la batalla de Mogadishu. En el pasado las historias clásicas de invasiones extraterrestres, como La Guerra de los Mundos o la serie V funcionaron porque tenían como protagonistas a personas comunes. Seres ordinarios que se enfrentaban a situaciones extraordinarias. En Batalla: Los Ángeles los únicos héroes de la trama son los corajudos marines, quien aparentemente son los únicos seres humanos que pueden salvar al planeta. La población civil siempre se muestra aniquilada o como individuos débiles y atemorizados que buscan refugio en los valientes militares. La verdad que esta película da vergüenza ajena. Hay una escena patética donde muere el padre de un pibito y Aaron Eckhart se acerca a consolarlo. Sus palabras son contundentes y retratan el espíritu de este film: “Tienes que ser valiente amigo. Ahora eres mi pequeño marine y los marines nunca dejan a nadie atrás” Acto seguido el protagonista se pone a recordar a sus camaradas muertos con una música que trae al recuerdo los peores momentos de Pearl Harbor, de Michael Bay. La ciencia ficción brilla por su ausencia, nunca llegamos a saber demasiado de los invasores, ya que la película parece una campaña descerebrada para limpiar la imagen de los marines, los mismos tipos que en la vida real en los últimos años hicieron desastres en Irak. Todo este enfoque de la historia es tan irritante que los realizadores lograron que como espectador te pongas del lado de los extraterrestres!! Por otra parte, la dirección de Jonahan Libiesman (La masacre de Texas: el origen) es lamentable. Otro caso de un cineasta que sufre el “síndrome Jason Bourne” Prácticamente no hay una maldita escena donde la cámara se quede quieta. Todo el tiempo se mueve como si el operador sufriera Parkinson. Le quisieron dar a la historia un aspecto documental y salió mal porque inclusive hay escenas de acción desprolijas donde no se entiende nada. El final es un capítulo aparte. Si se hacía un concurso abierto en escuelas con chicos de sexto grado para que le dieran una conclusión al conflicto de esta historia estoy convencido que hubieran surgido ideas más inteligentes. Los que se quejaron del cierre de Skyline no vieron nada todavía. ¿Hay algo positivo para destacar? Sí, en varios aspectos técnicos hubo gente que hizo muy bien su trabajo. Principalmente en los efectos visuales y el sonido, pero no hay mucho más. Los diseños de las naves también estuvieron muy logrados. Pero bueno, la película es un gran collage de escenas de acción sin parar, que solo se dedica a enaltecer al ejército norteamericano, más que entretener con una buena historia de fantasía. Comparado con esto Infierno al volante 3D es una obra de Arthur Miller.
Rango es una de las películas animadas más originales y creativas que brindó el cine norteamericano en los últimos tiempos. Tal vez no sea una propuesta super popular. Los más pequeños pueden asustarse con algunos personajes y escenas de violencia y algunos adultos tal vez no se enganchen con el estilo de humor que es raro. Sin embargo, la película ofrece una propuesta distinta a las últimas cosas que vimos en los cines, entre los filmes realizados por animación computada, que estaban vacíos de contenido o brindaban más de lo mismo. Acá tenemos un poco de aire fresco y creatividad en la cartelera. No es casualidad que Johnny Depp, que no suele trabajar en este género, haya aceptado participar en este proyecto, ni que la película lleve la firma de Nickelodeon, una compañía responsable de series emblemáticas y originales de la última década como Rugrats, Doug y Oye Arnold. Rango es una parodia y un tributo maravilloso también al subgénero de los spaghetti westerns que se hicieron a fines de los años ´60 y mediados de los ´70 en Europa. Desde su título ya se hace referencia al emblemático Django, interpretado originalmente por el Gran Franco Nero en 1966 y además la historia cuenta con un cameo del famoso “Hombre sin nombre” que Clint Eastwood encarnó en las legendarias películas de Sergio Leone, Por un puñado de dólares, Por unos dólares más y El Bueno, el Malo y el Feo. Es un estreno muy cinéfilo donde las referencias son constantes pero sutiles a la vez. Algunas son más obvias que otras, pero están ahí y las vas a descubrir si sos fan de ese estilo. El director Gore Verbinski (Piratas del caribe) tomó como modelo los westerns europeos, más que los hollywoodenses, y esto se nota claramente en el perfil que tienen los personajes, la música y los escenarios. Por ejemplo, el pueblo principal, bastante lúgubre y corrupto, donde se desarrolla este cuento es un retrato perfecto de esos escenarios donde tuvieron lugar clásicos italianos memorables como Los cuatro del Apocalipsis o Keoma. Es muy impresionante como tomaron personajes cotidianos de estas historias y a través de animales cobraron vida nuevamente en un dibujo animado. Este es un estreno donde la versión original con la voz de Johnny Depp hace la diferencia. El director Verbinski, que incursionó en la animación con este trabajo, brindó un film muy entretenido con buenas secuencias de acción y bastante humor que en mi opinión estuvo más dirigido a los adultos que al público infantil. Acá tenemos personajes que se insultan y buscan matarse entre sí, pero bueno, es un western. Lamentablemente en las copias dobladas al castellano, si bien la película se disfruta mucho no es lo mismo. Hay algo que no puedo dejar de mencionar. Creo que el director de doblajes que estuvo a cargo de Rango debería ser desterrado de la industria del cine. No sé si esto ocurrirá también en otros países latinos pero en esta versión que llega a los cines locales hay un momento sumamente extraño. De la nada, en la mitad de la historia aparecen unos villanos que hablan con acento argentino y dicen palabras como “che”, “boludo” y “loco”. Me pareció totalmente fuera de lugar porque el resto de los personajes hablan en neutro y dan la sensación que salieron de otra película. Arruinaron un par de escenas sin sentido. Inclusive uno de estos cowboys argentos habla como un gaucho de la pampas! Es cualquiera y no entiendo como el estudio dejó pasar una cosa así porque quedó mal. Al margen de esta cuestión Rango es una gran producción animada que merece su visión, en lo posible en su versión original.
La revelación es un claro ejemplo de que a veces tener importantes actores en un elenco no asegura necesariamente una gran película. Había mucha expectativa por este estreno debido a la reunión en el cine de Robert De Niro y Edward Norton que ya habían trabajado juntos en Cuenta final, que representó además el último trabajo de Marlon Brando. Sin embargo es un film que en otras partes del mundo, especialmente en Estados Unidos, pasó sin pena ni gloria por los cines. La película tiene buenos momentos con De Niro y Norton en un par de escenas donde es un placer verlos participar de un duelo psicológico, pero la historia en general es sumamente aburrida Para la clase de figuras que tenía el reparto uno hubiera esperado ver algo más interesante. La revelación comienza como una especie de thriller pero cuando el director John Curran se pone a explorar las personalidades de los personajes y se centra en el terreno del drama intimista la historia se pone totalmente tediosa. Especialmente en los momentos que Curran satura con los simbolismos religiosos que no hacen otra cosa que convertir a esta historia en una propuesta pretenciosa. Stone (Norton), que es un psicópata que en la vida real nunca tendría acceso a la libertad condicional, dentro de todo es el personaje más simpático del film. El resto son seres miserables cuyas tribulaciones en la trama no despiertan el mínimo interés. Milla Jovovich como la chica sexy adicta al sexo apenas puede levantar una historia que comienza bien pero luego cae en picada. Si se tiene en cuenta las figuras que reunió este film, La revelación fue una oportunidad desperdiciada.
Infierno al volante 3D es la hermana drogadicta de Matar o Morir, un loco film con Clive Owen estrenado hace unos años. Esta producción estuvo claramente encaminada en esa línea, con la particularidad que acá nos encontramos con una propuesta mucho más lisérgica y grotesca. Lo que no es poco, si se tiene en cuenta el parentesco con aquel trabajo de Owen junto a Monica Belluci, que ya era bastante disparatado. Es importante destacar esto para saber bien con que te vas a encontrar. El director Patrick Lussier (My Bloody Valentine 3 D)hizo un film absolutamente insano que tiene sus mayores virtudes en la primera mitad de la trama, que está influenciada por las viejas películas de acción clase B con automovilistas rebeldes, que Quentin Tarantino homenajeó también en Death Proof. De hecho, creo que la primera mitad de Infierno al volantes es lo que debería haber sido la segunda entrega de Grindhouse, luego de Planet Terror de Robert Rodríguez, si el ego de Tarantino como escritor no hubiera sobre poblado la trama de conversaciones intrascendentes en su intento clásico por emular a Elmore Leonard. Cuando entran en juego los elementos fantásticos esta propuesta pierde un poco de fuerza pero como a esa altura el film ya se fue al diablo, en materia de situaciones bizarras, como espectador creo que aceptás lo que venga. Nicolas Cage regresó a lo grande al género de acción con uno de los personajes más extraños y zarpados que interpretó en los últimos años. Me encantó que el director Lussier convocara nuevamente en este trabajo a Tom Atkins, veterano actor del clásicos del cine de terror como Maniac Cop y Night of the Creeps. Lo divertido de Infierno al volante es que desde los primeros minutos se deja en claro que las cosas no se pueden tomar en serio y solamente hay que sentarse en la butaca a divertirse con un film plagado de acción y escenas sangrientas exageradas. Hay que destacar también la banda de sonido y el brillante uso del 3D, donde Lussier supo sacarle jugo como corresponde. No es un film para todo el mundo, pero quienes se enganchen con la clase de historia que propone este estreno la pueden encontrar entretenida. Para los seguidores del escritor de cómics Garth Ennis, directamente es una fiesta.
Natalie Portman no paró de sufrir en el cine con las últimas historias intensas y dramáticas en las que trabajó. Después de un personaje difícil, como el que interpretó en El cisne negro, era entendible (y saludable para ella supongo) que eligiera a continuación filmes como Amigos con derechos. Esta comedia le brindó la oportunidad de ganar algo de dinero, divertirse un poco y mostrarse sensual en la pantalla grande sin ser atormentada psicológicamente o vivir dramas intensos con personajes complicados. Por otra parte, después de la patética Asesinos con estilo, Ashton Kutcher vuelve a demostrar que se puede desenvolver bien en la comedia sin no lo hunden con un guión mediocre. En esta película los dos están muy bien y lograron tener buena química en la historia. El director Ivan Reitman es una leyenda de este género que hizo filmes memorables junto a Bill Murray como El pelotón chiflado, Meatballs y Los Cazafantasmas. Si bien con su último trabajo brindó un film mucho más decente que la olvidable Mi super ex novia, con Uma Thurman, la película tampoco llega nunca a ser desopilante como lo fueron las producciones que hizo en el pasado. Ojo, que hay algunos “momentos Reitman” que se relacionan con su estilo de humor, como el particular cd con recopilaciones que Kutcher le regala a Portman (probablemente la mejor escena de este estreno), pero son breves momentos de un film que en general sigue los covencionalismos del género. De todas maneras es entretenida y se deja ver. No sé si es una gran propuesta romántica, pero como comedia funciona bien.
Lo más loco de esta historia es que Aron Ralston, el montañista que tuvo el accidente en Utah, que se recrea en este film, sigue escalando montañas con la misma pasión de siempre. Hace unos años estuvo en Argentina, en la provincia de La Rioja, escalando el Monte Pissis, un volcán inactivo que es una de las cumbres de mayor altura en Sudamérica. 127 horas es una película que tranquilamente podría haber terminado convertida en una de las tantas producciones que se hacen para la televisión en Hollywood y después se encuentran en el cable. Sin embargo, en este caso se dio que el director Danny Boyle se interesara por esta historia ocurrida en el 2003 y la convirtiera en una experiencia cinematográfica especial. Boyle logró narrar este hecho, que salió en los noticieros de todo el mundo y uno ya sabe como va a terminar, en un film atrapante y lo que es más interesante todavía, entretenido. La película tiene un punto en común con ese gran thriller estrenado el año pasado que fue Enterrado. Más allá de que la trama se cuenta en su gran mayoría con un personaje en una locación, ambas películas no se hubieran podido realizar si el protagonista no era un gran actor. James Franco es uno de los mejores artistas jóvenes que trabaja en Hollywod por estos días y acá ofrece una interpretación memorable. Su trabajo, sin desmerecer la impecable dirección de Boyle, es lo que hizo que esta producción trascienda. El actor está frente a la cámara solo durante la mayor parte del conflicto y se carga la película en sus hombros con un trabajo emocional intenso, que probablemente fue el desafío más grande que enfrentó hasta ahora en su carrera. El trabajo de Boyle también fue clave. Más allá de su adicción a la estética y edición frenética, digna de video clips de MTV, en 127 horas logró con su cámara que el espectador viva la odisea de Aron Ralston como si estuviera atrapado en ese lugar con él. Están muy bien logradas la alucinaciones que tiene el protagonista donde Boyle logra meterse dentro de la mente de Ralston durante las horas en que estuvo atrapado. Es gracioso que los títulos del film aparecen recién cuando Franco tiene el accidente dando inicio a una experiencia terrible. Hay un momento maravilloso donde la cámara toma al brazo del montañista atrapado y luego se aleja hasta convertir la toma en una panorámica absolutamente desoladora que retrata la situación en la que se encuentra el personaje principal. Esa escena sola es más aterradora que varias películas de horror que pasaron por el cine en el último tiempo. Hacia el final hay un par de escenas fuertes, pero comparado con las cosas que se vieron en filmes como la saga del Juego del miedo, es cosa de niños. El tema es que el enfoque documental con el que abordó Boyle la dirección genera que momentos como esos sean más impactantes. Es raro que de las seis nominaciones al oscar que recibió la película justo en el rubro dirección haya sido ignorada, cuando el cineasta hizo un muy buen trabajo. Más allá de esa cuestión 127 horas representa otra gran película de su filmografía.
Las pirañas en el cine se convirtieron en personajes célebres dentro del género de terror gracias a los delirios bizarros de ese gran artista que es Roger Corman, quien hasta el día de hoy sigue apostando a filmes de este tipo. La primera película de 1978 con estos bichos se concibió como una parodia de Tiburón, la obra de Steven Spielberg y fue un éxito porque el concepto de que estos peces resultaran más jodidos y peligrosos que los grandes tiburones era un disparate entretenido. Con esta producción debutó en el cine el director Joe Dante, que luego se consagró en el género con Aullidos, (en mi opinión la obra maestra de los hombres lobos en el cine) y Gremlins 1 y 2. Luego vino la secuela con la que debutó en la dirección James Cameron, quien en la actualidad no quiere saber nada con esta película ya que a él le pareció horrible lo que hizo. En varias entrevistas destacó inclusive que Terminator es su verdadera ópera prima. En 1995 Corman hizo una remake olvidable de la primera entrega dirigida por Dante y después de varios años de ausencia, las pirañas regresan a la pantalla grande de la mano de Alexander Aja. Esta es una película diferente en su filmografía por la manera en que encaró esta propuesta. Aja se hizo conocido en el cine por filmes intensos y muy violentos como Alta tensión y la remake de El despertar del Diablo, de Wes Craven. En este caso desarrolló las cosas por un camino diferente. Piraña 3D es una comedia de terror muy divertida donde queda claro desde la primera a la última escena, que todo la gente que intervino en este film no se tomó en serio la historia. La película es totalmente delirante y evoca con éxitos los viejos filmes de terror que se hacían en los ´70 y ´80 dentro de este estilo. Si hay algo que nadie le va poder decir al director es que no le hizo justicia al espíritu que tienen las producciones de Corman. De hecho, el viejo Roger sigue produciendo películas de esta clase por estos días como las recientes Sharktopus y Dino Croc Vs Supergator. Piraña inclusive se divierte con el sistema 3D donde ofrece un par de secuencias de desnudos que no tiene ningún tipo de sentido, salvo robarle una sonrisa a la platea masculina con un par de escenas locas. Por supuesto no hay que olvidarse que la dirección corrió por cuenta de Aja y esto significa que las pirañas regresaron al cine más sacadas y violentas que nunca. Hay secuencias totalmente repugnantes y otras que son desopilantes por la manera en que actúan los bichos, que inclusive tienen un aspecto diabólico que los hace muy graciosos. El cameo de Richard Dreyfuss al comienzo del film como pescador (todo un símbolo la presencia del héroe de Tiburón) y la participación de Christopher Lloyd son dos regalos impagables de este estreno. Especialmente el trabajo de Lloyd que por momentos tiene reacciones que nos recuerdan al querido profesor Brown de Volver al Futuro. En pleno siglo 21 intentar hacer una película de terror seria con pirañas hubiera resultado ridículo porque el concepto del film no se puede tomar en serio y la obra original de 1978 tampoco se pensó de esa manera. Ajá manejó las cosas de la manera correcta y brindó una película muy divertida que no va a defraudar a los nostálgicos del género. Hugo Zapata EL DATO LOCO: El hijo mayor de Elizabeth Shue en la historia es interpretado por Steven R. McQueen, nieto del célebre Steve McQueen. Piraña marca el debut de Steven en el cine. Su abuelo también obtuvo su primer rol protagónico importante en un film de terror como fue The Blob, la famosa gelatina asesina, de 1958.
Liam Neeson se copó últimamente con las persecuciones y los tiros en el cine y parece que no lo para nadie. De hecho, tiene varios proyectos dentro de este estilo programados entre sus próximos trabajos. Desconocido es esa clase de película como El centinela (con Kiefer Sutherland) que a lo mejor no es un gran éxito de taquilla en el cine, pero después la rompe en el video club y siempre está alquilada cuando la vas a buscar. El director Jaume Collet-Serra después de ingresar en Hollywood con filmes de terror como La casa de cera y La huérfana incursiona en el suspenso con un film que logra entretener principalmente por la presencia de Neeson. Un gran actor quien siempre se disfruta en cualquier género, pero en el último tiempo le encontró la vuelta a estos personajes y parece él se enganchó bastante a juzgar por los proyectos que viene eligiendo. La historia comienza con una muy buena premisa que se mantiene interesante hasta los momentos finales donde descubrimos más cosas del personaje principal. A mí por lo menos no me terminó de cerrar del todo la resolución de la historia. No puedo dar más detalles sin arruinarles la película. De todas maneras, el director construye bien el misterio y el film tiene muy buenos momentos con las participaciones especiales de Bruno Ganz y Frank Langella. Desconocido está bien hecha y tiene muy buenos actores que hacen que la película se disfrute más allá que la historia no sea un thriller memorable.
Es interesante como se dieron las cosas. Después de El luchador, el director Darren Aronofsky iba a dirigir El ganador, la biografía del boxeador Mickey Ward, que casualmente se estrenó también esta semana. Sin embargo luego se bajó del proyecto porque no quería volver a repetir otra historia de deportistas si bien las disciplinas y los conflictos eran distintos. Lo cierto es que abandonó esa producción para hacer El cisne negro que paradójicamente tiene más puntos en común con El Luchador de lo que uno se podía haber imaginado. En ambos casos tenemos como protagonistas a dos personas que buscan la gloria y en el camino de esa meta inician toda una odisea de autodestrucción personal, que de a poco los va consumiendo física y emocionalmente. Lo loco de todo esto es que el mundo del ballet, que en teoría es el polo opuesto de la lucha libre, desde la visión de Aronofsky resultó mucho más oscuro e intimidante. En El luchador lo vimos a Mickey Rourke participando de combates muy violentos, pero cuando terminaba el show todos los deportistas tenían una gran camaradería entre sí. Nadie buscaba matar a su oponente en el ring. El fílm hizo mucho hincapié en esta cuestión. Ahora bien, el mundo en el que se desenvuelve la atormentada Nina Sayers (Natalie Portman) en El cisne negro es un gran nido de serpientes donde la competencia saca lo peor de las bailarinas. A través de ese contexto el director desarrolla un intenso cuento sobre la búsqueda obsesiva de la perfección, que en más de una ocasión ofrece momentos surrealistas dignos de películas de David Lynch y David Cronenberg. Natalie Portman brinda una interpretación increíble con este rol protagónico que representa probablemente el mejor trabajo de su filmografía hasta la fecha. Nina Sayers era un rol que demandaba un serio desafío psicológico y físico al que Portman enfrentó con éxito para destacarse en el cine como nunca. Una sorpresa también es Mila Kunis, quien está muy bien en en su papel y hasta hace menos de un año estaba trabajando en producciones clases B que se editaban directamente en video. El cisne negro es una experiencia interesante y oscura con la que Darren Aronofsky suma otra buena película en su filmografía.