Mickey Ward es un boxeador muy famoso en los Estados Unidos, principalmente idolatrado por la comunidad irlandesa en ese país. Que hicieran una película sobre su vida era cuestión de tiempo, ya que contaba con una canción que le hizo la banda de punk celta Dropckick Murphys a modo de homenaje e inclusive existe una línea de video juegos que recrean sus peleas. Ward se coronó campeón en la categoría de peso superligero, pero fue la trilogía de peleas con Arturo Gatti en el 2002, el factor que lo convirtió en un personaje popular. Tres combates super intensos que parecían salidos de una secuela de Rocky Balboa y sobre los que no se hace referencia en El ganador. Esto se debe a que el film narra el ascenso del pugilista a las grandes ligas de boxeo con un enfoque bastante particular. El director David O. Russell (Tres Reyes) se centró en la historia familiar del boxeador que es mucho más interesante que su carrera deportiva por las cosas que vivieron los Ward, antes que Mickey se coronara campeón. El alma de la historia es la relación entre Mickey (Mark Wahlberg) y su hermano Dicky Eklund (Christian Bale), quien también fue boxeador y luego se convirtió en entrenador. El único logro importante de Eklund en el ring fue aguantarse en 1978 una pelea completa con Sugar Ray Leonard , quien tiene un divertido cameo en este film. Después, como narra muy bien esta película, su vida estuvo muy complicada a raíz de sus adicciones. En El ganador, el boxeo prácticamente pasa a segundo plano, ya que el film se centra en el drama humano como si el verdadero ring se encontrara en el hogar de los Ward. Más allá de las tres figuras principales, Wahlberg Bale y Amy Adams, el reparto completo brinda un trabajo excelente. Los artistas que eligieron para los roles secundarios, como las intimidantes hermanas de Mickey, son increíbles. Esta es una película que sobresale principalmente por el trabajo de los actores y el drama realista que cuenta. Bale hace rato que viene brindando muy buenas actuaciones pero acá sobrepasó todas las expectativas. Christian no interpretó a Dicky Eklund, sino que literalmente se convirtió en él. En la última escena del film, una muy buena idea del director que destaca más todavía su trabajo, queda más que claro. Con respecto al boxeo, El ganador en materia de realización es claramente un descendiente de Rocky Balboa. El director Russell encaró las secuencias de acción exactamente de la misma manera que Stallone trabajó la entrega final de Rocky. Es decir, recreó una transmisión televisiva, tal cual se veía en los años ´80, donde los actores boxean en serio. Las peleas no fueron editadas de manera cinematográfica, sino como en un típico programa de HBO, algo que profundizó más todavía el realismo con el que se narró esta historia. La verdad que hay que destacar la tarea de Wahlberg como productor porque la manera en que resucitó este proyecto cuando todo se le vino abajo es admirable. Originalmente la iban a filmar con Matt Damon y Brad Pitt, con dirección de Darren Aronofsky, pero después cada uno de ellos se bajó del proyecto por distintos motivos. En el blog de próximos estrenos seguimos toda la historia a medida que surgían las novedades. Cuando Bale se sumó a la película la producción renació otra vez y pese a que el film tuvo en su gestación muchas complicaciones el resultado final es más que excelente y terminó nominada al Oscar. El ganador es uno de los grandes estrenos de este año. Hugo Zapata El Dato Loco: Aunque en la película Christian Bale interpreta al hermano más grande de Mark Wahlberg, en la vida real Wahlberg es tres años mayor que Bale.
Si esta película no la hubiera filmado el director Tom Hooper, la Academia de Hollywood la hubiera inventado. Es el clásico film de los Oscars sobre historias de superación personal que los yankees principalmente no se aburren de ver. El tema es que después se zarpan con los premios. Todavía no se explica demasiado como Una mente brillante (otra historia de superación personal) consiguió ser votada como la mejor película en el 2002. Acá tenemos otra típica Tugg Speedman Movie, de esas que interpretaba Ben Stiller en Una guerra de película para tratar de ganarse un Oscar. En este caso el director Hooper ofrece una particular biografía del rey inglés Jorge VI, padre de la actual reina Isabel II, quien se vio obligado a reinar tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII. Jorge era un hombre tímido con cero carisma que encima era tartamudo y le costaba comunicarse con facilidad en ambientes sociales. La película se centra en la historia de como el rey logró combatir sus graves problemas de dicción gracias a un terapeuta, interpretado por Geofrfey Rush, que lo ayudó a recuperar su autoestima y enfrentar las responsabilidades de su cargo. Nos referimos al mismo hombre que en 1939 en un discurso por radio le declaró la guerra a Alemania, cambiando el curso de la historia en Europa para siempre. El trabajo del director Hooper se enfoca principalmente en la amistad de estos dos hombres que trabajaron juntos por un bien en común y lograron superar obstáculos que eran importantes para la monarquía inglesa en ese momento. La historia es narrada con bastante humor donde Colin Firth y Rush se roban cada escena en la que aparecen juntos. El resto del elenco que presenta grandes figuras está muy bien, pero en esta película ellos dos son claramente el corazón de la historia. Confieso que soy un ferviente enemigo de las películas sobre la monarquía inglesa que me parecen un bodrio absoluto. Difícilmente me atraen, pero esta debo reconocer que está muy bien narrada y las dos horas que dura no caen en ningún momento en el tedio, gracias a un muy buen guión que convirtió los problemas de Jorge VI en un film interesante y entretenido. Hugo Zapata EL DATO LOCO: En lo que representa el colmo de la pacatería, El discurso del Rey recibió en Estados Unidos la calificación “R” que representa una de las máximas restricciones de censura en ese país, que impide ver el film a menores de 17 años. ¿Hay escenas de sexo explícito o ultra violentas? No, Colin Firth dice muchas veces la palabra “fuck” durante un ejercicio que le propone Geoffrey Rush durante la terapia para mejorar la dicción y eso parece que es algo terrible. En Inglaterra ocurrió lo mismo pero después cambiaron la calificación otra vez. Una vergüenza.
Las historias sobre posesiones demoníacas son complicadas porque siempre tienen que lidiar con el fantasma de El Exorcista, que es la obra cumbre del cine de terror, que hasta el día de hoy no pudo ser superada. No es sencillo hacer un film más intenso y aterrador que el que dirigió William Friedkin en 1973. Esta película que se estrena esta semana estuvo producida por la misma gente que hizo El exorcismo de Emily Rose, donde se vuelven a tocar temas similares. En lo personal, no creo este film pertenezca al género de terror, si bien tiene momentos dignos de ese estilo. Creo que El rito tiene que ver más con el misterio y el género del thriller. De hecho, el director Mikael Hafstrom (1408) evitó con éxito caer en los clichés que suelen tener las historias de exorcismos y se concentró en tratar este tema con el mayor realismo posible. Algo que logra durante la mayor parte de la trama. El problema con esta película, además que este tipo de relatos se volvieron repetitivos, es que por momentos parece una campaña de reclutamiento del Vaticano, para levantar un poco la imagen de una institución como la Iglesia Católica que cada vez pierde más adeptos. Lo mejor de esta propuesta es por lejos el trabajo de Anthony Hopkins que logra destacarse con un personaje que al comienzo de la trama tiene muy buenos momentos cómicos y hacia el final sorprende con un perfil distinto. Es mejor no adelantar nada. Si revisamos las películas que trataron esta temática en el último tiempo, El rito es dentro de todo lo más decente que llegó a la cartelera y está para ver.
Temple de acero es un clásico de la literatura norteamericana de las últimas décadas. Su autor, Charles Portis, se destacó con sus novelas por combinar a la perfección el género western con el humor. Las novelas de cowboys solían ser demasiado serias o dramáticas hasta que apareció este tipo con sus trabajos. Esta historia en particular se conoció por primera vez en 1968 y al año siguiente fue adaptada en el cine por el director Henry Hathaway, en una película que no sólo fue uno de los principales éxitos de taquilla de aquel año, sino que además representó el único Oscar que ganó en su carrera John Wayne, por el papel del marshall Rooster Cogburn. Su labor fue tan bien recibida por el público que el actor volvió a interpretar al personaje en la secuela, Rooster Cogburn (1975), con Catherine Hepburn. Warren Oates luego tomó la posta de Wayne con la segunda secuela, Temple de Acero: Una aventura más (1978), que se hizo para la televisión y quedó en el olvido. La mejor de todas es la original que hoy es considerada un clásico del género. Esta nueva versión de los Hermanos Coen es probablemente una de las adaptaciones cinematográficas más fieles que se hizo de una novela en los últimos tiempos. Los directores capturaron a la perfección el trabajo de Portis, por eso la película desde los primeros minutos se aleja del trabajo de Hathaway. El film de los ´60 estuvo construido en base a la figura de John Wayne que era una leyenda del western por entonces. De hecho, el guión se escribió especialmente para él. Los Coen, en cambio, optaron por contar la trama, al igual que la novela, desde la perspectiva de la verdadera protagonista, Mattie Ross, que fue interpretada brillantemente por Hailee Steinfeld. No es un dato menor que la actriz tiene 14 años, igual que la protagonista en el libro. Kim Darby cuando hizo la película con Wayne tenía 21 años y el personaje por motivos obvios era muy distinto. Es muy interesante esta versión de Temple de acero porque al igual que la novela en que se basa tiene mucho más humor, pero a la vez es una película más violenta y oscura que el clásico de los ´60. El ejemplo más claro de esto es lo que hizo Jeff Bridges con su personaje, que se acerca más a los anti héroes de los spaghetti westerns, que al marshall idílico que interpretó Wayne. Rooster Cogburn, que mantiene su clásico parche en el ojo (un genial invento del cine que no aparecía en la novela), acá se lo ve con un aspecto mucho más recio y sucio. Lo mismo ocurre con el personaje de LaBeouf, a cargo de Matt Damon, que es menos ingenuo. Todos estos cambios que brindaron los Coen hicieron que la historia sea mucho más apasionante y realista. Retrataron la era del viejo oeste como un lugar peligroso y violento para vivir, tal cual lo marcan los libros de historia. Es gracioso porque mirás de vuelta la película de los ´60 y a lado de esta parece una de Disney. Por otra parte, todo el trabajo que tiene esta producción en la fotografía, sonido y dirección de arte es tremendo. Una enorme sorpresa que no termino de entender es la exclusión en las nominaciones al Oscar del compositor Carter Burwell, quien brindó una soberbia banda de sonido, mucho más adecuada para la historia, que el trabajo de Elmer Bernstein en la versión anterior. No estaba mal el trabajo de Elmer, que fue un groso en lo suyo, pero brindaba la típica música de filmes de cowboys que se hacía en Hollywood por aquellos días. Nada especial. La labor de Burwell resultó mucho más funcional a la historia. La escena del enfrentamiento final entre Jeff Bridges y Barry Pepper es un ejemplo más que contundente. En fin, un estreno que se celebra, ya que hace rato que no teníamos un western en la cartelera y que además adaptó con mucha fidelidad una muy buena novela. Gran película de los Coen. Hugo Zapata EL DATO LOCO: Al igual que ocurre por estos días con Hailee Steinfeld, en 1969, Kim Darby fue elogiada internacionalmente por su interpretación de Mattie Ross en Temple de acero. Es importante destacar que este personaje es todo un emblema del género western. Históricamente en estos filmes las mujeres siempre tuvieron dos roles definidos. Putas o amas de casa cariñosas. No había término medio. Esto cambió con el surgimiento de la puta con corazón de oro que interpretó Claudia Cardinale en Érase una vez en el Oeste (1968), de Sergio Leone. Por eso pegó fuerte también el personaje de Mattie, ya que nunca se había visto hasta ese momento una chica joven que estuviera a la altura de los protagonistas masculinos en este tipo de historias. La actriz fue nominada al Oscar y los diarios más importantes de Estados Unidos la destacaron como una de las jóvenes promesas de Hollywood. Sin embargo este reconocimiento resultó una maldición para Darby, ya que después de los Oscar su carrera se vino a pique. No tuvo una vida personal dramática ni participó de escándalos, pero no volvió a conseguir trabajos en producciones importantes y de a poco su nombre quedó en el olvido. Su trabajó más notable lo brindó en el clásico de culto, No temas a la Oscuridad, de 1973, cuya remake producida por Guillermo del Toro se conocerá este año. Ahí se destacó con una muy buena interpretación pero no alcanzó para que regresara a las grandes ligas de Hollywood. Es uno de esos misterios del cine que también vivieron Bo Dereck (10) y la recientemente fallecida Maria Schneider (El último tango en París), quienes también recibieron una gran atención de la prensa en su momento por una película en particular, pero luego no pudieron sostener sus carreras con otros papeles importantes. Haley Joel Osment (Sexto Sentido) es otro caso reciente. Esperemos que a la nueva Mattie Ross le vaya mucho mejor porque es una buena actriz.
Un ultraje. Esta bazofia titulada El Avispón Verde 3D es la peor película basada en personajes de cómics que se estrenó desde Gatúbela, otro desastre reciente que también arruinó a un ícono de las historietas. Si Michael Gondry (Soñando despierto) hubiera hecho esto con Batman, en este momento se debatiría en los medios si la muerte violenta del cineasta, producida por fanáticos del vigilante de Ciudad Gótica, no fue una reacción exagerada. Lo hubieran linchado! Sin embargo, como el Avispón en este momento no tiene la misma popularidad que el héroe de DC, frente la mediocridad épica que presenta está película algunos críticos suelen ser más indulgentes. Al menos buena parte de ellos, que escriben inclusive en revistas de cine fantástico y no tienen la más remota idea quién es este personaje. Michael Gondry abordó a una leyenda de la literatura pulp y los cómics, como es el Avispón Verde, con el mismo nivel de incompetencia, mediocridad y estupidez que usó Joel Schumacher en Batman y Robin. La verdad que son películas gemelas en materia de imbecilidad. En este caso hicieron una parodia sin gracia sobre este personaje que en sus 74 AÑOS de vigencia nunca brindó elementos para ser tratado de esta manera. El Avispón siempre fue un par de Batman, de hecho, cuando el Hombre Murciélago todavía no había sido creado, en 1936, Brett Reid ya era un héroe popular a través de un programa de radio, que luego tuvo una clara influencia en el justiciero de Ciudad Gótica, cuando debuto en los kioskos de revistas años después. Mucha gente recuerda a este personaje por la serie de los años ´60, con Bruce Lee, que al compararla con la película de Gondry debería ser calificada directamente dentro del género documental. Este estreno hace agua por todas partes. De movida Seth Rogen no pudo ser peor elección para interpretar al Avispón. Es inconcebible pensar que porque el tipo se tomó un frasco de Reduce Fast Fast hizo un trabajo creíble interpretando a este legendario héroe. Es como poner a Jack Black de protagonista en el Capitán América. Si fuera un actorazo de esos que se lucen en cualquier papel podría haber tenido más chances, pero no es el caso de Rogen, quién acá interpreta exactamente al mismo personaje que hace en todas sus películas, sólo que ahora aparece disfrazado de héroe de cómic y se ve ridículo. Brett Reid es retratado como un imbécil frívolo y narcisista que durante todo el film no tiene idea donde está parado. Teniendo en cuenta la trayectoria que tiene este personaje, sobre la que se cagaron por completo, para complacer al club de fans de Jackass, lo que hicieron es realmente penoso. Cameron Diaz, en plena decadencia de su carrera, no aporta absolutamente nada, salvo su imagen en el poster y Christopher Waltz totalmente desperdiciado brinda un malo infantil de dibujo animado. Cuesta creer que es el mismo tipo que se llevó un Oscar por el villano que compuso en Bastardos sin gloria. Es muy triste ver como un personaje que era un justiciero duro, que combatía el crimen en las calles sin superpoderes terminó convertido en una típica parodia de Show Match. La película está llena de conversaciones sin sentido que no conducen a nada y hacen de esta propuesta un bodrio absoluto. La última escena de Brett Reid con Kato en el cementerio da vergüenza ajena y las secuencias de acción son de medio pelo. Nada interesante para destacar por ese lado. Lo más triste es que el Avispón en estos días vive una etapa gloriosa en los cómics gracias al director de cine Kevin Smith, quien adaptó un guión cinematográfico que no pudo filmar en una excelente miniserie, que fue fiel al personaje a la vez que logró capturar nuevos lectores. Una lástima que Sony le entregara la película a un grupo de ineptos. Si tenés dignidad Gondry, volvé a lo tuyo.
Sudor Frío es la sexta película del director Adrían Garcia Bogliano, quien hace años trabaja el género de terror en el cine nacional con títulos como Masacre esta noche, 36 pasos o No moriré sola. Sin embargo, esta es la primera vez que un film del cineasta logra llegar a las salas comerciales y cuenta con una campaña de publicidad. Es probable que a partir de este estreno mucha gente que no conocía sus producciones anteriores se acerque a esos títulos que se exhibieron en festivales de cine y terminaron editados en dvd. El punto más fuerte de Sudor Frío reside en la realización donde se puede apreciar desde su estética un trabajo claramente superior a lo que fueron las películas anteriores de Bogliano. Acá se destaca un gran trabajo en la fotografía de Ernesto Herrera y el sonido. En realidad desde el punto de vista técnico la verdad que la película es impecable y no se le puede objetar nada. Es un producto bien hecho. Las falencias pasan por cuestiones argumentales. Si bien el director presentó un cuento relacionado con la última dictadura militar, el film nunca cae en un panfleto pseudo político como ocurrió con otras películas recientes. Aparecidos fue un claro ejemplo de ello. En Sudor Frío nunca perdieron el foco de que se trataba de una película de terror y eso está bien. El problema es la manera en que se enfocaron los personajes. Los villanos, por ejemplo, parecen salidos de Los bañeros más locos del mundo con Emilio Disi y Gino Renni. Más que una dupla de psicópatas, los asesinos resultaron un matrimonio de viejos gay que discuten todo el tiempo entre sí. En ningún momento se ven intimidantes y frente a esta cuestión, algunas reacciones de los protagonistas son incomprensibles. Creo que esto de alguna manera arruinó el concepto de la trama, que no era malo, pero con los asesinos encarados de ese modo el terror se desvaneció por completo. Otro inconveniente son las actuaciones. Facundo Espinosa y Marina Glezer son actores con oficio, que hace rato trabajan y eso se nota en sus interpretaciones. Inclusive Camila Velasco, que es más conocida por su perfil mediático, que su faceta actoral, zafa y hace los suyo con convicción. Sin embargo, el resto del reparto son de madera y no se entiende como llegaron a quedar en el casting. Especialmente los secundarios. Hay una diferencia abismal en los niveles de actuación que se nota claramente en la película. Por otra parte, la decisión de musicalizar la historia con una banda de sonido a puro rock pesado, además de un cliché horrendo que debería ser erradicado de este género, arruinó varias escenas que podrían haber funcionado mucho mejor sin el heavy metal, que quedó totalmente colgado en esta historia. Sudor Frío es una buena producción en términos visuales pero como cuento de terror no convence demasiado.
Lazos de sangre es uno de los thrillers más interesantes que brindó el cine norteamericano en el último tiempo. Se trata de una historia que tiene todos los elementos e ingredientes de una típica novela policial, con la particularidad que la directora desde su narración le escapó a la convenciones del género. De alguna manera, es un policial disfrazado de “cine arte”. Podría hacer una larga lista mencionando clásicos del film noir donde también podrías encontrar a los personajes de este estreno. Acá no hay detectives ni grandes persecuciones, sino una adolescente de 17 años que tiene la enorme responsabilidad de llevar adelante su familia en una zona rural de Missouri, que no deja de ser un importante personaje en esta historia. Una región que parece una radiografía de un país olvidado, que no suele retratarse en el cine y la televisión hollywoodense, pero que no dejan de mostrar la otra cara del primer mundo. De hecho, por momentos la trama y los personajes parecen salidos de esas canciones que Bruce Springsteen compuso en el disco “Nebraska”. Ree, la protagonista, tiene unos pocos días para encontrar a su padre y evitar que le rematen la casa por problemas con la Justicia. A partir de que la chica entra en acción la película se mete de lleno en una odisea sumamente absorbente que con el tiempo se vuelve apasionante. Los que parecían villanos se vuelven aliados y los que podían ayudar a la heroína resultan todo lo contrario. Todo el pueblo conoce a Jessup, el padre de Ree, pero nadie quiere ayudar demasiado a la hija y meterse en el tema porque hay algo turbio. Es genial la tensión que creó la directora con estos enigmas que hacen atrapante a la historia. Lo interesante es que frente a todas estas cuestiones se suma el hecho que la protagonista tiene que hacerse cargo del cuidado de sus hermanos como puede, ya que está completamente sola durante una temporada invernal desoladora. Jennifer Lawrence brinda una interpretación fabulosa, que se destaca por la naturalidad con la que compuso su personaje. Una gran revelación. Sin embargo, la gran figura de este film es John Hawkes, uno de los actores más subestimados del cine norteamericano que acá pudo brillar como nunca. Hawkes es uno de esos grandes artistas que la gente no suele reconocerlo por su nombre, pero si por su rostro, ya que apareció en todo tipo de filmes populares como American Gangster, Del crepúsculo al amanecer, Identidad, Una tormenta perfecta y la serie Lost, entre algunos de sus laburos más conocidos. En este caso interpreta al tío de la protagonista que es un sujeto intimidante e impredecible. Un personaje que le valió la nominación al Oscar como mejor actor secundario. Un reconocimiento totalmente merecido. Otro gran acierto de la directora fue trabajar con los vecinos de las zonas rurales donde se filmó la película que contribuyeron a darle un gran realismo a ese enigmático lugar donde se desarrolla el misterio. No sé si Lazos de sangre va a ser una película popular que enganche de la misma manera a todo el mundo, pero en lo personal me encantó y la recomiendo.
Después de filmar Pasajeros, una historia de misterio con Anne Hathaway que en Argentina terminó directamente en dvd y varios años trabajando en series de televisión como Six Feet Under y Carnibale, el director Rodrigo García regresó a la pantalla grande con un sólido drama que está en sintonía con lo que fue su ópera prima, Con sólo mirarte. Un muy buen film estrenado hace varios años. Al igual que esa propuesta y Nine Lives (2005) con Robin Wriht Penn, las mujeres vuelven a ser las grandes protagonistas en esta historia de García. Amor de madres es una historia poderosa sobre la adopción, donde una vez más se destacan en trabajos tremendos Annette Bening , Naomi Watts y Kerry Washington (Ray). Es raro que ninguna de las tres hayan sido tenidas en cuenta en la temporada de premios de Hollywood por lo que hicieron en este film porque están excelentes. Especialmente Bening que últimamente viene con muy buena racha a la hora de elegir personajes en el cine. Lo interesante de este film es que una historia que probablemente en manos de otro directo hubiera terminado en un melodrama infumable, de esos que apuestan a la lágrima fácil. Rodrigo García, en cambio, tiene la capacidad para trabajar este género con mucho tacto donde logra que vos como espectador te intereses por las situaciones que enfrentan los personajes. Además utiliza su narración de la manera adecuada para desarrollar bien cada personaje e inclusive logra que los secundarios se destaquen y no estén en los distintos conflictos de relleno. Por otra parte, Amor de madres es una muestra contundente de por qué Samuel L Jackson es uno de los mejores actores con los que cuenta el cine en la actualidad. Muchos nominados recientes al Oscar tendrían que volver a encarnar en otra vida para lograr lo que hace este tipo con su trabajo. Un día lo ves como un personaje de cómic de Marvel y después en otra película distinta te lo encontrás en un rol dramático excelente donde no pasa desapercibido. En este caso interpreta al jefe del personaje de Naomi Watts y juntos tienen muy buenos momentos en el film. Otro buen trabajo de este director, cuyas películas siempre son interesantes de ver.
La casa muda es un interesante experimento del director uruguayo Gustavo Hernández que le dio un poco de aire fresco a la cartelera, que últimamente no viene muy bien con los estrenos de terror. La película tiene la particularidad de haber sido filmada en una sola toma, algo que no tiene precedentes en el género y además el rodaje se hizo con una cámara de fotos digital Canon Mark II que grabó en alta definición. El film tiene su punto fuerte durante la primera mitad de la historia, donde el espectador no tiene demasiadas pistas sobre lo que ocurre en la casa y el misterio pasa por averiguar si los responsables de los hechos extraños que ocurren en ese lugar son humanos o están relacionados con espectros. El aspecto siniestro de la casa brinda esa posibilidad. Me pareció fabuloso en este film como el director logró convertir ese lugar aterrador, una locación fantástica para este tipo de historias, en un personaje importante más de la trama. Florencia Colucci, la protagonista, lleva excelente un personaje complicado que interpreta con convicción. La historia no es perfecta y el giro tal vez ya lo vimos en otras películas, pero me parece que La casa muda es una propuesta que no pasa tanto por su guión, sino más bien por la experiencia visual que genera en el espectador esa toma única de 78 minutos. Confieso que en todo momento me mantuvo enganchado con la curiosidad de saber cómo se resolvía la historia. Hace rato que no encontraba eso en un estreno de este género y la verdad que tiene momentos de tensión muy bien elaborados. Es muy complicado desde la realización sostener una historia de misterio en una sola toma y acá hicieron un muy buen trabajo. Para una producción que se hizo con una cámara de fotos digital la verdad que la calidad de imagen es sorprendente y la banda de sonido que remite por momentos a algunos trabajos de John Carpenter son dos elementos que sumaron mucho a esta propuesta. Está bueno que en Latinoamérica se empiece a apostar más seguido al cine de terror y fundamentalmente que las producciones lleguen a los cines y no mueran en los festivales de cine. Muy buena apuesta de Uruguay. El Dato Loco: Luego de los créditos finales hay una escena extra.
Después de 46 años de ausencia en las salas de cine, el Oso Yogi regresa a la pantalla grande con una nueva película, en este caso en una producción live action. Este personaje de esos genios de la animación que fueron William Hanna y Joseph Barbera, debutó con su propia película animada, dirigida por estos maestros, en 1964, cuando el personaje se encontraba en su máximo pico de popularidad. Yogi había nacido a fines de los años ´50 como un personaje secundario de la serie de Huckleberry Hound y pegó tan fuerte en el público que luego obtuvo su propio programa. La película de 1964 fue un éxito. La nueva producción que presenta al oso desarrollado a través de la animación computada es una réplica exacta de lo que fueron las películas recientes de Alvin y las ardillas. Es gracioso porque si prestan atención hasta los extras parecen los mismos! Con esto me refiero a que Warner tomó el mismo modelo de los filmes de Alvin y lo trasladó al Oso Yogi. Apostaron a lo seguro. Tom Cavanagh, de la serie Scrub, que interpreta al famoso guardabosque Smith del parque Yellowstone, representa el mismo rol que tenía Jason Lee, en la historia de las ardillas. Inclusive los villanos de los dos filmes se comportan y actúan de la misma manera! Tengo que reconocer que en el cine, Yogi y Boo Boo se ven muchísimo mejor que en el trailer. Si bien conservan en sus facciones los rasgos de caricatura, todo el pelaje que tienen los osos y sus movimientos son bastantes realistas y estuvieron muy bien hechos. Afortunadamente en la versión local que se estrena esta semana nos evitamos el garrón de escuchar a Justin Timberlake interpretar a Boo Boo, que es lamentable. No figuran en los créditos el nombre de los actores que hicieron el doblaje, pero si en el caso del oso pequeño, el actor no es el mismo de la serie animada original, pega en el palo y se trata de una brillante imitación. La película es infantil y estuvo pensada para los espectadores más chicos. Los pibes que se divirtieron con Alvin la van a pasar bien con Yogi. Inclusive esta no tiene chistes escatológicos y los personajes no hacen cosas reprochables. En la secuela de Alvin, por ejemplo, las ardillas tiraban por una escalera mecánica a una mujer en silla de ruedas. Eran más zarpadas. Como propuesta familiar, reitero, es una película en la que los más chicos (y me refiero a niños menores de siete años) se van a entretener.