No es fácil hablar de una película que une secuencias fascinantes con otras de gusto discutible, diálogos imposibles a veces, y momentos que aspiran a la seriedad y despiertan risas o desconcierto. La historia sigue la llegada de Vera a la selva tropical, una actriz de más de setenta años que viene a homenajear a un ser querido, Jean Louis Jorge, director dominicano ya fallecido. Lo hará filmando una película. Momentos fragmentados permiten armar una posible historia de amor no convencional, con excesos y alegrías que incluyen drogas, música, filmaciones y alguna cuota de vampiros y magia negra. La película transcurre entre la realidad y la fantasía. Hay fragmentos de dos de las películas del tal Jorge, que luego sabremos que existió realmente e inspiró el mundo cinematográfico dominicano en las décadas del "70 y "80. También se puede escuchar música tropical fascinante y visualizar una fotografía exquisita en ambientes sofisticados y "modernosos" perdidos en la selva tropical, con anacrónicas figuras danzantes. PASTEL KITSCH Para acumular ingredientes a este pastel kitsch se suma la presencia de Luis Ospina (ex crítico de cine y director del Festival de Cine de Cali), que hace de jefe de fotografía de la película que se filma dentro de la película, y un chico de melena hasta la espalda (estupenda su secuencia de gimnasia artística) que resulta ser "un nieto revivido de Vera, la actriz septuagenaria". Al festín se suma Henry, se supone que amigo de Vera y que con ella arrastraría una condición secreta de vampiros. Un detalle de camarín: Henry es interpretado por Udo Kier, un alemán que se hizo famoso por películas de terror y de "exploitation" al rojo vivo. En síntesis, un "extrañamiento cinematográfico" filmado por un mexicano y la sobrina de Jean Louis Jorge, del que luego nos enteramos (y no por la película) que nació en República Dominicana, estudió cine en Estados Unidos, filmó películas como "La serpiente de la luna pirata" en cabarets chicanos de Los Angeles con una protagonista de doble vida y una travesti negra revolucionando el mundo bohemio de Dominicana y muriendo asesinado en el 2000 en una secuencia que recuerda la muerte de Pasolini. Esta suerte de Almodóvar tropical es homenajeado por una Geraldine Chaplin luciendo un atuendo de neoprene negro y fumando un cigarrillo automático, acompañada de un posible nieto gimnasta que nos enteramos es argentino (Jackie Ludueña), en medio de un hotel boutique en plena selva. Un exotismo cinematográfico.
Se llaman Qiao y Bin. El es un hombre joven, pequeño mafioso que maneja un club nocturno con actividades ilegales. En su reducto es el rey y tiene una reina llamada Qiao, tan enamorada de él que va a pasar por cinco años de cárcel para defenderlo de la traición de un pandillero, tan mafioso como él. Lo que sigue será la salida de la enamorada Quiao de la cárcel y su búsqueda de Bin. Jia Zhang Ke es un director chino, cercano al medio siglo de vida, que ha sorprendido el mundo de los festivales con obras de gran calidad formal y de contenidos. Con una formación clásica en la Academia de Cine de Pekín, sus filmes se centran en el mundo de la China actual, contradictoria, inmersa en el mundo de los capitales, pero también en lucha contra la corrupción y la profunda falta de humanidad. Lo que se inicia como un cuadro de mafia con sus típicos protagonistas, continúa transformándose en una historia personal protagonizada por la joven Qiao, la mujer que sacrifica cinco años de su vida por su amado y que lo busca tratando de no pensar que el tal Bin ni se acordó de ella en los años de prisión. El viaje de la joven por una China que cambió luego de aquel año en que ingresó a la cárcel, la sorprende mientras navega en ferry por el río Yangtze. Allí la represa de las Tres Gargantas, en construcción, en poco tiempo sumergirá cientos de poblados y obligará a millones de personas a cambiar de lugar. Qiao extenderá su búsqueda con sentimientos que la siguen uniendo a una figura fantasmal, a pesar de un mundo que cambia y en el que deberá rearmar su vida. VIAJE ESPIRITUAL "Esa mujer" es una historia de amor donde prevalecen sobrevivientes como Qiao con su solidez existencial en un mundo que se transforma. Nuevamente, la actriz fetiche de Jia Zhang Ke vuelve a hacerse cargo del rol protagónico. Tao Zhao es un milagro de expresión de sentimientos y austeridad dramática. Presente, pasado y futuro pasan por su rostro sereno, donde la profundidad interior aflora con mínimos recursos. Como en algún momento Gong Li-Zhang Yimou ("Sorgo rojo", "La maldición de la flor dorada") formaron una dupla en la ficción y la realidad del cine chino, el dueto Jia Zhang Ke-Tap Zhao repite la historia a través de distintas películas. "Esa mujer" permite seguir la historia de una mujer en crecimiento con el marco de una China en cambio permanente, acompañada de la magia de la fotografía de Eric Gautier ("Diarios de motocicleta").
Peter Parker (Spider-Man) se siente un poco solo luego de la desaparición de su mentor, Tony Stark. Por eso rehúsa los mensajes (Fury y algún otro) y se va de vacaciones con el curso. Pero ahora el adolescente le revela a Ted, su amigo, que gusta de Michelle, su compañera de clase. La primera escala del viaje es Venecia, donde compra un regalo para la chica con el deseo de deslumbrarla en la torre Eiffel. Ya en estas primeras escenas, el cambio de tono de "Spider-Man. Lejos de casa" es evidente. Se deja de lado toda nostalgia y melancolía, y se entra de cabeza en una comedia pochoclera de buen nivel, con recorrido de países a lo James Bond, un romance adolescente de fondo y todos los obstáculos que desafían a un superhéroe. Así, Venecia no sólo será canales y palacios; también la brutal aparición del nuevo peligro, uno de los Elementales, esos que representan uno de los cuatro elementos y contra el que lucha el chico Parker, siempre escondido bajo la identidad de Spider-Man. Entre lengüetazos de fuego y bocanadas de humo, mientras caen torres y el agua se tiñe de rojo, conocerá a Quentin Beck (Jack Gyllenhaal), con el que se engaña considerándolo un buen amigo. Claro, no leyó las historietas del "Hombre Araña" de Stan Lee y Steve Ditko, donde Beck es Mysterio, el supervillano. "Spider-Man. Lejos de casa" encuentra con el director Jon Watts el tono justo de la saga Marvel, la espectacularidad en paisajes y contiendas, y el humor presente en la historia humana de un chico común al que el azar dotó de superpoderes. Como él mismo dice, "sólo un adolescente de Queens" con todo lo que significa habitar el condado étnicamente más diverso del mundo y más habitado de Nueva York. ENAMORADO La nueva película del Hombre Araña deslumbra por sus efectos especiales, por su ritmo imparable y por ese continuo desborde que hace que los chicos de escuela en viaje de vacaciones conviertan el lugar al que llegan, Venecia, Praga, Berlín, Holanda o Inglaterra, en un campo de batalla. Allí Peter Parker arma sus telas y se desliza entre ellas enfrentado a los milenarios Elementales que desafían al mundo, en una manifestación constante de su condición de héroe. Unos minutos y el temerario se convierte en un tímido estudiante deslumbrado por la morena Zendaya, la chica que espera la dalia negra como regalo imposible de un amor futuro. Huídas vertiginosas, ciudades que vuelan en pedazos, bromas divertidas y actores que se pasan, como Gyllenhaal en el supervillano Mysterio, exigiendo más papel a gritos; el simpático Jacob Batalon como el amigo del alma; Zendaya, la noviecita en potencia y, por supuesto, el intérprete ideal de Spider-Man, Tom Holland, con toda la ingenuidad que requería el Peter Parker de la tía May (la divertida Marisa Tomei). Advertencia; no perderse los dos pos-créditos que revelan intimidades del próximo capítulo de la saga y de la verdadera identidad de personajes a los que seguimos en la historia. Sorpresa y un festín de fakes news.
Max, el conocido terrier de la película anterior, está por vivir más aventuras en su nueva vida con su dueña Katie, que se casó con un taxista. Ahora con el bebé Liam, en la familia, Max y su compañero, el peludo Duke, parten para un fin de semana en el campo donde conocen a Gallardo. El carácter de Max se verá fortalecido luego de que su temperamento acepte los desafíos a los que el "maestro" Gallardo lo enfrente. Así es el comienzo de esta simpática historia que reencuentra viejos conocidos como Snowball, el conejo que se cree Superman, la enamorada de Max, la Pomerania Gidget, entusiasmada con el rescate de un tigre blanco de circo o la seductora Chloe, felina cien por cien y siempre dispuesta a instruir a compañeros de la peor manera. TERNURA Y PICARDIA "La vida secreta de tus mascotas 2" es un filme destinado a los más chiquitos, con ciertos modelos de conducta que Gallardo se encarga de difundir, como el fortalecimiento de la personalidad . A esto se suman pequeñas historias que permiten apreciar el parecido del dueño del circo con el recordado Gru de "Mi villano favorito" (el director Chris Renaud, con Pierre Coffin, también fue su director)o el amor de Max por su dueña, semejante al de Woody por Bonnie ("Toy Story 4"). La familia del dibujo animado incorpora a esta gata Chleo, tan parecida en físico y carácter al recordado Garfield, como la costumbre de enriquecer los post créditos con secuencias adicionales, En este caso un moderno rap cantado por Snowball, uno de los protagonistas. En síntesis, animación correcta, personajes muy bien observados y especialmente la humanidad y picardía de un zoológico animado.
Mario no pudo imaginar que la vida lo sorprendería con una separación. Veinte años en una buena relación con Amélie y dos hijas adolescentes no podían preanunciar lo que pasó. Imagina que todo será temporal, pero aunque no lo dicen, las chicas desconfían. Claro, la adolescencia las hace más desconfiadas que nunca. De eso trata "El verdadero amor", de los afectos, de que nada es para siempre y de las variantes del amor. Algo tan simple como que lo que para uno es pleno para el otro es carencia, que hay algo más que el trabajo rutinario y monolítico, y a veces la atención familiar puede deslizarse por bordes peligrosos. La contextura sólida de Mario engaña. Parece un hombre inquebrantable y seguro, responsable y confiable. Sin embargo, la duda y -especialmente- las dudas afectivas lo matan y esa actitud de libertad que su mujer alcanza con su pasaje al teatro lo hacen añorar algo de lo que carece, la voluntad de flexibilizar la conducta y los roles. Ahora sabe, ocupándose de la casa y de las chicas, que no las conocía lo suficiente y que no siempre es fácil acercarse a ninguna de las tres. Porque Amélie de pronto necesitó otro espacio, y Frida está buscándose sexualmente, mientras Niki, con sus 17 años, añora la libertad que en esta circunstancia de crisis le parece más cercana. Toda la casa es una búsqueda de equilibrio. Frida probando y probándose, Niki en el camino a la adultez poniéndose en el lugar del padre. Y Mario intentando también con el teatro un camino de conocimiento o simplemente un nuevo acercamiento a su mujer, que sorpresivamente se concretará en la aparición de otra mujer. SIN GOLPES BAJOS Un sólido filme sobre los sentimientos, sin golpes bajos, con profunda ternura y una calidez que pocas veces logran las comedias dramáticas. Estupendos actores, especialmente el belga Bouli Lanners (también director en la vida real). Cuidado el diseño formal, bella la música y el talento especial de la directora Claire Burger para mantener un bien templado clima familiar.
Emilio Castillo es un chico joven, que enseña en la Universidad y armó un proyecto espacial para llegar a la Luna antes que las superpotencias de turno. Estamos en la década de los "60, gobierna un militar, Juan Carlos Onganía, y parecen darse las condiciones para que Castillo cumpla su proyecto, integre un Ministerio de Asuntos Espaciales y, aunque resigne un cargo alto, pueda cumplir como viceministro su sueño de años. Dentro de una línea con la que Martín Rejtman ("Silvia Prieto"), Diego Lublinsky ("Hortensia") o July Massacesi ("Cabeza de pescado") desafiaron el realismo, Matías Szulanski se adscribe ya con títulos como "Pendeja, payasa y gorda", aquella comedia lunática y con locuras feministas La idea era buena. "Astrogauchos" se ubica también dentro de una línea extravagante y loca pero con un guion débil, flojo en los diálogos y que se desmorona con facilidad. Original en su forma, con un diseño visual, una estética que la destaca (Sandra Iurcovich), el filme hace agua por su falta de solidez en el desarrollo y concreción de los contenidos, que se pierden a medida que avanza el metraje y se repiten situaciones y conceptos. ABSURDO COMO GUIA Un elenco joven acompaña bien al protagonista, Ezequiel Tronconi, y a Laura Laprida ("Historia de un clan"), la pareja de Emilio Castillo, destinado a sufrir los devaneos de su patrón (Alberto Suárez) y las interminables vueltas de la burocracia. Con el absurdo como guía, mientras se construye un cohete que nunca va a despegar y su escritorio se llena de secretarias, el protagonista, influído por su jefe que divaga con películas de gauchos galácticos, sueña con nativas emplumadas que hablan en guaraní. "Astrogauchos" se va apagando luego de un comienzo brillante, con poco humor, bien elegidas locaciones, estupendas incursiones musicales y una troupe de señoritas mandonas que se aglutinan ante un semihéroe derrotado por la burocracia de su país.
Y llegó el final de la aventura que se inició hace más de un cuarto de siglo. "Toy Story" (1995) fue el primer largometraje animado por computadora de Pixar y de la historia del cine. Subsidiaria de LucasFilm (la empresa de George Lucas), Pixar en ese momento ya era propiedad de Steve Jobs y su condición de empresa independiente de animación afirmó su ascenso a partir de un inolvidable primer cortometraje ("Luxo Jr") inspirado en la lámpara de escritorio de John Lasseter, su fundador. Vinculada y luego comprada por Disney, con "Toy Story 4" parece cerrar una historia que se inicia en aquella fecha, cuando Disney contrata a Pixar para realizar tres filmes animados, entre ellos el original "Toy Story", que recaudó 360 millones de dólares en todo el mundo. VIEJOS CONOCIDOS El filme retoma a Woody, el justiciero del mundo de los juguetes, ahora propiedad -con sus amigos- de la pequeña Bonnie, ya alejado Andy por su ida a la universidad. La historia se desencadena a partir de la llegada de Bonnie al jardín de infantes, cuando crea un juguete casero de nombre Forky. Nuevamente Woody, modelo de responsabilidad, tiene que salir al rescate de este nuevo personaje. "Toy Story 4" asombra por sus recursos de animación, perfeccionados al detalle; su ritmo justo, la bien dosificada utilización de las canciones, el humor fino y especialmente el desarrollo de personajes y situaciones. Hay momentos imperdibles como los de los personajes que se incorporan a la saga. Las discusiones entre Woody y el estrafalario Forky, que no puede entender eso de ser considerado muñeco, tocan temas vinculados a la condición individual y las ideologías. Por otro lado, la presencia de Duke Caboom (la voz de Keanu Reeves), el motociclista canadiense que no está a la altura de la promoción que hacen de él, es una brillante manera de cuestionar el mito de la verdad publicitaria, sumado al patético desborde patriótico que lo hace protagonizar proezas espectaculares que sólo terminan bien por casualidad. EMPODERADAS También hay lugar para el empoderamiento femenino con la vuelta de Bo Peep, la dulce pastorcita de porcelana, convertida en un audaz personaje motorizado que con sus deliciosas ovejitas recorre el mundo sin miedos. En cuanto a la extraña muñeca que reencuentra Woody en una tienda de juguetes, puede convertirse en una nueva "Annabelle". Ella no lo busca por atracción física sino porque tiene una caja sonora que le permite hablar y la suya está rota. Esto, sumado a su acompañamiento de pequeños Chuckys, la convierte en digna carne de psicólogos, inédito personaje que la bonhomía del relato impide que se convierta en una Condesa Sangrienta del mundo de los juguetes. El film de Josh Cooley tiene de todo: persecuciones, romance, nostalgia, permanentes manifestaciones de amistad y una subrayada exaltación de la libertad. El optimismo y también el sentido común son parte de la historia, como el amor y el buen humor, acompañado de un final feliz a toda orquesta. No irse enseguida porque los créditos finales traen sorpresas y hasta un romance.
Un tradicional planteo parece encaminar al espectador hacia un aparentemente convencional romance entre una empleada pública provinciana y el traductor de una base americana en París. Esa primera parte, lineal, imprevistamente rechina ante la desconfianza por parte de Philippe ante el descubrimiento de la existencia del padre judío de Rachel con dinero en tres países (poco, según la hija). Si el traductor revela especial interés en el capital del padre de Rachel, también muestra un tono racista en el que la chica no parece reparar. La segunda parte exhibe la ambigua personalidad de Philippe y el lugar de la mentira y la hipocresía en la relación. Se dice enemigo del matrimonio y regala un hipocampo (símbolo de la fidelidad) a la amada, para luego casarse con otra y traicionar a la joven sin remordimientos. Una ideología más a tono con la de los libros que le regala a Rachel ("Así hablaba Zarathustra" y "Más allá del bien y del mal", de Nietzsche). En contraposición se expone la ingenuidad de la chica, esperanzada con su embarazo y la desaprensión del tal Philippe al negarse a reconocer el futuro hijo (la pequeña Chantal). La tercera parte (que no adelantamos respetando al futuro espectador) confirma lo esperado y abarca la lucha por vivir de la mujer sola, su hija Chantal y cómo el desarrollo de la relación va a ir virando hacia situaciones inesperadas que exponen la realidad con toda crudeza. AUTOFICCION La directora Catherine Corsini, habituada a manejar el imaginario femenino, decidió llevar al cine el libro del mismo nombre que Christine Argot publicó hace dos años. Argot conmovió el mundillo literario hace dos décadas cuando apareció "El incesto", una autoficción que escandalizó a los lectores y cuyas reiteración temática en libros posteriores reveló que cierta continuidad de contenido no chocaba con la búsqueda de la originalidad y que la autora confirmaba un talento puesto en duda en su primer libro. Temas como la desigualdad social, los prejuicios del entorno, el autoritarismo machista, la sumisión femenina, el antisemitismo, la hipocresía y la posible redención sobre actitudes enfermas en la juventud son temas que los 135 minutos del filme exponen. Hay que destacar los trabajos de la belga Virginie Efira en una rica indagación interior, la adolescente Estelle Lescure, efervescente y espontánea, y Jehnny Beth, del grupo Savages, como Chantal adolescente y adulta. Imperdible el diálogo final, que con buen soporte musical y ciertos elementos redundantes permite valorar las actuaciones de Virginie Efira y Jehnny Beth. El pase de cuentas y pedido de reflexión de la hija sobre la madre, subrayando una suerte de venganza de clase y una ignorancia sobre el hecho de ser humillada, marca la diferencia de actitudes generacionales ante el abuso patriarcal. Un filme inteligente y una directora a seguir.
Relanzamiento de la clásica historia de los "Hombres de Negro" ("reboot" en inglés), "Hombres de Negro Internacional" presenta a nuevos públicos o fanáticos de la serie, otro capítulo sobre los agentes secretos que protegen el planeta controlando alienígenas. La serie que se inició en 1997 con Will Smith y Tommy Lee Jones continúa ahora sin cambios con el australiano Chris Hemsworth y Tessa Thompson, la pareja de "Thor Ragnarok". El problema es que se ha infiltrado en la organización secreta un espía que pone en peligro no sólo a sus integrantes sino al Universo. Esta vez los agentes H (Hemsworth) y M tienen que desplazarse por el mundo en la búsqueda del "topo", encomendada por el capo de la organización (Liam Neeson). A H lo conocemos por su desparpajo, facha y conquistas, M es una chica audaz que habiendo tenido un "encuentro cercano del tercer tipo" cuando niña, se autoconvoca a la organización y es aceptada por la jefa de la sucursal estadounidense (Emma Thompson). HUMOR Y BUEN RITMO La historia no difiere demasiado de las que ya conocemos. Eso sí, se desplaza por lugares como Londres, Marruecos, Italia y Nueva York, y muestra una serie de antros frecuentados por aliens, donde particularmente el agente H se siente cómodo y juega al truco desafiando mascotas de los extraterrestres que una y otra vez intentan envenenarlo. La aventura con un conocido intergaláctico, viejo fiestero con el que compartió secretas intimidades, provoca la curiosidad de la agente M, que desde el comienzo apuntó al agente en su libretita de posibles conquistas. "Hombres de Negro Internacional" exhibe un estupendo ritmo, brillante utilización de efectos especiales, atractiva música y algunos personajes que se destacan, desde "Los Twins", mellizos venidos de vaya a saber qué planeta, pero eso sí, con malas intenciones, estupendos bailarines de hip hop; y un tal Peoni, una suerte de enano de jardín, alien ignoto y un tanto demodé, que se convierte en la mascota de la agente M. La película de F. Gary Gray no difiere mucho de sus parientas, entretiene y tiene un incomprensible uso de muñequitos que parecen emigrados de la saga de Harry Potter. Hay escenas de acción muy bien resueltas, como la inicial en la Torre Eiffel y su ascensor; las persecuciones en un bólido tipo motocicleta y una en que se desmembra un auto, en cada una de cuyas partes hay un arma diferente. Para adictos a la franquicia.
Una película distinta en la abundante cartelera cinematográfica nacional e internacional. Es la primera de la autora, actriz y directora Romina Paula, que ya escribió varias novelas como "Agosto", "Vos me querés a mí" o "Acá todavía". "De nuevo otra vez" se enrola en una corriente autobiográfica, confesional, que incluye elementos de ficción, en que la directora se llama Romina y actúa con su hijo de cuatro años y su madre. La película plantea todas las dudas que como mujer de casi cuarenta años enfrenta ante una serie de situaciones que trata de analizar y asumir. Fundamentalmente, la maternidad la hizo encontrarse con una realidad conflictiva que asume, ama y rechaza por momentos, ante todos los cambios que despiertan en ella y que la hacen no reconocerse en relación a lo que fue hasta ese momento. Su presente la encuentra venida de una provincia en la que vivía con su pareja y su hijo, llegada a Buenos Aires y alojada en casa de su madre. Problemas como su cambio de estado, el planteo entre asumir una separación o simplemente un alejamiento temporario de la persona amada, la hacen dudar de todo. Esto incluye el nuevo acercamiento a amigas de la infancia, un reinicio sobre la consideración de un país como Alemania, de donde su familia llegó hace muchos años manteniendo una cultura germana y un idioma que todavía la acerca a su madre (no alemana), y la posibilidad de iniciar nuevas relaciones (alumno de alemán, amiga de la amiga). CON FRESCURA Con espontaneidad, escenas cortas, toques musicales atractivos, monólogos sobre las dudas respecto de la maternidad y pequeños diálogos con gente joven, el filme de Romina Paula abunda en frescura, constante autorreferencismo y planteos existenciales. Pocas veces se accede a un paneo de gente de más de 35 años, clase media media y alta que, como la autora, se revela en estado de duda y se pregunta sobre la realidad como si fueran adolescentes. Una visión curiosa que permite iniciar un viaje hacia representantes de la crisis de los 40 (como los de "Nadando por un sueño", ahora en cartel), portadores de una cultura mixta y que con una canción alemana de la infancia como fondo evocan un niño que se fue de la casa y ahora es llamado de nuevo a ella.